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Antilha es una revista dictaminada por pares cados de licitud de título y de contenido, Co-
secretos. El sistema de arbitraje recurre a eva- misión Certificadora de Publicaciones y Re-
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vistas Ilustradas, Secretaría de Goberna-
les y Universitarios Americanos S.C.
ción, números ( en trámite ) , ISSN ( e n
trámite ) .
Portada, cenefa y viñeta: Edouard John Mentha , Lesendes Dienstmädchen en einer Bibliothek
(detalle), Sirvienta leyendo en la biblioteca (c. 1915).
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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
Comité Editorial
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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
CONTENIDO
Editorial P. 7
Nuestra portada P. 9
Lo de siempre
P. 71
Ricardo Alberto Díaz Quintana
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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
EDITORIAL
Llegamos al término de este 2022, año lleno de conflictos y de logros a nivel in-
ternacional que nos reafirma en el compromiso de continuar difundiendo el cono-
cimiento y la necesidad de la reflexión crítica en pro de un mejor entendimiento
de nuestras diferencias y, sobre todo, de aquello que nos une. Nuestra revista
Antilha llega a su número 33 con el mismo compromiso y renovado entusiasmo.
En esta ocasión, la conforman cuatro colaboraciones dentro de una temática am-
plia.
La primera, intitulada Emilio Arturo Jahkel un súbdito alemán en el Cementerio
Chino de El Triunfo, Baja California Sur, a cargo de Martha Elena Alfaro Castro y
América Malbrán Porto, nos relata la manera en que el proyecto Cementerios
Históricos de Baja California Sur, localizó, en la población El Triunfo, Baja Cali-
fornia Sur, el monumento destinado a E.A. Jaehkel, un súbdito alemán fallecido,
en octubre de 1883, a causa de la epidemia de Fiebre Amarilla que asolara todo
el territorio nacional, y la investigación detonada por dicho hallazgo.
La segunda colaboración, a cargo de Víctor Ortega León, se titula Breve panora-
ma histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México. Segunda parte, es
la continuación de la investigación que sobre este tema el autor nos comenzó a
compartir desde el número anterior. En esta ocasión, se centra principalmente en
los estudios sobre gráfica rupestre realizados en México entre las décadas de los
treinta y los sesenta del siglo XX.
Le sigue el breve cuento titulado “Lo de siempre”, de Ricardo Alberto Díaz Quin-
tana; y, finalmente, Carlos Santiago Gerónimo nos comparte un álbum titulado
“Salamanca: Ciudad universitaria” donde nos presenta algunas de las obras ar-
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Los editores
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NUESTRA PORTADA
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El artista nos lleva a este espacio, silencioso, donde observamos de manera in-
discreta a la criada. La sorprendemos en esta pausa que ha hecho, movida por
la curiosidad y que la detiene leyendo ávidamente.
Existen diversas versiones de este cuadro, que parece haber sido un ejercicio
común entre los pintores europeos. Ya en 1748 el británico John D. Stevens
(1793–1868) nos había presentado una escena similar, de la que este parece ser
una copia.
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EMILIO ARTURO JAHKEL UN SÚBDITO ALEMÁN
EN EL CEMENTERIO CHINO DE EL TRIUNFO,
BAJA CALIFORNIA SUR
Martha Elena Alfaro Castro1 y América Malbrán Porto2
1 Profesora Investigadora Centro INAH Baja California Sur. Licenciatura y Maestría en Antropología Fí-
sica de la ENAH. Ha colaborado como antropóloga física en diversos proyectos arqueológicos prehispá-
nicos y coloniales del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
2 Arqueóloga por la ENAH, maestra en Estudios Mesoamericanos por la UNAM. Profesora Investigado-
ra Centro INAH Chihuahua.
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Alfaro Castro y Malbrán Porto
Abstract Introducción
A
Within the project «Historical Cemeteries of
Baja California Sur», the cemeteries of El
Triunfo were considered as one more finales de febrero del 2021,
element of analysis within the different como parte de una nueva línea
sources of information. However, the de investigación dentro del proyecto
alarming rate of deterioration of these
spaces, especially the Chinese Pantheon,
«Estrategias de Subsistencia y sus Im-
an emblematic necropolis in the area, led us plicaciones Biológicas y Culturales»,
to restructure the objective of this first surge el subproyecto «Cementerios His-
season and focus attention on it, studying it
tóricos de Baja California Sur» (Alfaro,
as a historical document, especially now that
the The area is undergoing a process of 2020, 2021), el cual, desde su gestación
gentrification as a result of the arrival of tuvo que adaptarse, a la nueva realidad
large investors and small businessmen, who
de la investigación en tiempos de Pan-
intend to reactivate the economy of the town
by transforming this area into an attractive demia.
place of recreation and tourist and cultural El objetivo general era conocer, desde
interest for locals and foreigners.
un enfoque transdisciplinario, el impacto
In the search for information about the
tombs located, our attention was drawn to de la minería en las condiciones de vida
the monument dedicated to E.A. Jaehkel, a del mineral El Triunfo y al mismo tiempo
German subject, who died in October 1883, entender los movimientos poblacionales
due to the Yellow Fever epidemic that
devastated not only Baja California Sur, but que sucedieron durante el período de
the entire country. auge minero en la región.
This paper presents the information En un primer momento, se consideró a
collected so far, about this character.
los cementerios como un elemento más
Keywords: Heritage, cemeteries, El Triunfo, de análisis dentro de las distintas fuen-
Chinese Pantheon, Yellow fever. tes de información. Sin embargo, la alar-
mante velocidad de deterioro que pre-
sentan estos espacios, especialmente el
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algunas personas huyeron de los lu- cipal del ayuntamiento de La Paz infor-
gares donde acaecían muertes a mó que erogó 69 pesos en el pago de
causa de la fiebre. Una de las princi- cerca de 45 sepulturas de personas que
pales rutas de escape era la que cu- fallecieron de fiebre amarilla; en la mis-
bría la Compañía de Vapores de Ca- ma fecha, en un mensaje que envió el
lifornia, que iba de Mazatlán a San gobierno del territorio a la Secretaría de
Francisco, y tocaba La Paz, Guay- Gobernación notificó que 63 personas
mas, Cabo San Lucas, Bahía de la habían fallecido de fiebre» (Rivas Her-
Magdalena y Ensenada de Todos los nández, 2017:106).
Santos. Otra era la línea acelerada Dos meses duró la epidemia y el 6 de
de vapores del Golfo de Cortés entre diciembre se notificó al secretario de
Guaymas y Manzanillo, que tocaba Gobernación que «desde mediados de
Altata, La Paz, Mazatlán, San Blás y noviembre ha desaparecido por comple-
Chamela7 (Ídem). to en los puertos de este territorio la fie-
bre amarilla» (Ídem). Se podría decir
Cuatro días más tarde, después de ha- que La Paz corrió con suerte, a compa-
ber enviado el primer comunicado al se- ración con otros lugares, ya que para la
cretario de Gobernación, las autoridades fecha contaba con 3554 habitantes de
locales declararon, a través de un nuevo los que solo falleció cerca del 3%
telegrama, la presencia de la enferme- (Fierros-Hernández y Ayala-Zúñiga, óp.
dad señalando que había llegado en un cit.:122; Rivas Hernández, óp. cit:106).
barco desde Mazatlán. A finales de sep- En el caso de la población de El Triunfo
tiembre de ese año, «la Tesorería Muni- la fiebre fue la principal causa de muerte
entre el 27 de agosto y el 3 de noviem-
bre de 1883, tiempo en el que parece
haber existido un brote importante entre
7 Probablemente se refiera a Chametla.
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nible sobre los cementerios históricos en Entre todos los monumentos funerarios
México y en particular en Baja California destaca una tumba con la inscripción
Sur es escasa; no se cuenta con investi- «E. A. Jahkel», la cual se localiza en la
gaciones formales y en muchos casos esquina noreste, fuera del cerco perime-
no hay planos de los mismos, por lo que tral de ladrillo que actualmente rodea el
resulta apremiante estudiar y documen- cementerio (Figs. 6 y 7). Quizás su ubi-
tar este tipo de sitios, mientras aún que- cación y el que esté rodeada de tumbas
dan vestigios visibles, los cuales, al ser sencillas, ha llamado la atención de al-
analizados minuciosamente, nos permi- gunos curiosos, y en al menos un caso
ten recuperar una parte de la historia de inspirado un pequeño relato o leyenda
la sociedad que los creó y su evolución (Relatos y leyendas de Baja California
a través del tiempo. Sur, 2016). Gracias a lo anterior, nos
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contaba con 32 años y estaba soltero tangular elaborada de ladrillo rojo recu-
(Registro Civil,1870-1909: Acta N°55). bierto de argamasa, con una delgada
El documento refiere que era originario cornisa y rematado con techo a dos
de «Zurckan» en Sajonia, sin embargo, aguas (Fig. 8), colocada sobre una pla-
no existe ninguna población en esta re- taforma rectangular del mismo material.
gión que tenga es nombre, por lo que
pensamos se trata de un error de traduc-
ción y que podría ser originario de Zwi-
ckau, distrito cercano al Königlich-
Technische Bildungsanstalt Sachsen, la
universidad técnica más importante de
Sajonia, donde se impartía ingeniería
mecánica, y en la cual podría haber es-
tudiado Emilio Arturo Jahkel.
Es sabido que a partir de «la crisis euro-
pea en las minas de plomo generó la sa-
lida de gran cantidad de mineros alema-
nes hacia otros mercados laborales, al-
gunos de éstos fueron contratados por
compañías inglesas para trabajar en Mé-
xico» (Méndez Reyes, 2013:59), lo cual
correspondería con el caso de Jahkel.
Lo único que nos recuerda a Emilio Artu- Fig. 8. Monumento funerario de E. A. Jahkel,
se observa el grado de deterioro que ha su-
ro Jahkel es su tumba, se trata de un frido y la pérdida de su recubrimiento, así
monumento funerario conformado por como de parte de los ladrillos que los con-
forman. En esta imagen todavía existía la
una construcción vertical de planta rec- cruz de hierro que remataba la tumba. Foto:
Cortesía. Diana I. Larios Córdova, 2013.
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Fig. 10. Detalle de la placa conmemorativa, elaborada en hierro, donde se observan las ini-
ciales y la fecha. Se observa que esta placa estaba atornillada, y para la fecha en que se
tomó la foto solo quedaban dos tornillos. Foto: MEAC-CINAHBCS, 2022.
Fig. 11. Foto actual de la tumba donde se observa que la cruz de hierro ha desa-
parecido, lo que dificultará al visitante reconocer la tumba. Foto. Archivo PESYSI-
BYC-CINABCS-MEAC 2021.
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Alfaro Castro, Martha E.; Carlos E. García González Cruz, Edith; Ignacio Rivas Her-
Hernández y Diana I. Larios Córdova nández y Francisco Altable
En prensa ¡Está en chino! Investigación 2019 San Antonio y El Triunfo. La gente y
en Panteones Históricos del la vida en los pueblos mineros de
Norte de México en Tiempos sudcalifornia, Archivo Histórico Pablo
de Pandemia. L. Martínez, Gobierno del Estado de
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BREVE PANORAMA HISTÓRICO DE LOS ESTUDIOS SOBRE
GRÁFICA RUPESTRE EN MÉXICO.
Segunda parte
Resumen Abstract
Desde sus inicios, los estudios sobre la grá- Since its inception, studies on rock art in
fica rupestre en México han tenido un desa- Mexico have had a slow but steady devel-
rrollo lento pero constante. Las primeras re- opment. The first references made during
ferencias efectuadas durante el periodo no- the Novohispanic period, show the im-
vohispano, dan cuenta de la importancia que portance of this type of cultural expression
tenía este tipo de expresión cultural para los for the original groups of the time of contact
grupos originarios de la época del contacto with Europeans and the negative vision that
con los europeos y de la visión negativa que the latter had of them. During the 19th cen-
estos últimos tenían de las mismas. Durante tury, the beginning of archaeological and
el siglo XIX, el inicio de los estudios arqueo- anthropological studies in our country, ap-
lógicos y antropológicos en nuestro país, se proached this type of remains with a more
acercan ya con un enfoque más académico academic and scientific approach. We will
y científico a este tipo de vestigios. Exami- examine these early stages here.
naremos aquí estas primeras etapas.
Keywords: Rock art, Mexico, Novohispanic
Palabras clave: Gráfica rupestre, México, period, 19th century, 20th century.
Periodo novohispano, siglo XIX, siglo XX.
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Como vimos en la entrega anterior, el y esta naciente rama de los estudios ar-
interés por la gráfica rupestre en México queológicos verá ralentizarse el ímpetu
se encuentra documentado desde los creciente del que venía gozando (Cf. Or-
inicios de la ocupación europea del con- tega León, 2022).
tinente, aunque el enfoque de interpreta- Pasado el impasse impuesto por la dé-
ción ha variado enormemente. En sus cada revolucionaria, comenzará a desa-
inicios, se consideraba a este tipo de ex- rrollarse un mayor número de proyectos
presión gráfica de manera desfavorable, arqueológicos en diversas regiones de
casi siempre relacionándola con prácti- México; sin embargo, y a pesar de que
cas rituales y religiosas ajenas al cristia- en 1921 ya se celebraba en Madrid la
nismo y, por lo tanto, condenables a los primera Exposición de arte prehistórico
ojos del catolicismo español. Hacia fina- en el mundo (Cf. Hernández-Pacheco,
les del siglo XIX, nace con la arqueolo- 1921), dedicada por entero al arte parie-
gía y los descubrimientos en la región tal y mobiliar, los estudios sobre este
franco-cantábrica europea un enfoque tipo de expresiones culturales en nues-
más académico y científico que promo- tro país se quedarán rezagados durante
verá también el registro de muchos sitios algunas décadas siendo escasas las pu-
y nuevas interpretaciones acerca de sus blicaciones al respecto. Pocas son las
posibles significados. A inicios del siglo excepciones en esa década, como el
XX, el arte rupestre va encontrando es- trabajo de Hermann Beyer Los bajos re-
pacios en los planes de estudio de diver- lieves de Santa Cruz Acalpixcan, o el de
sas escuelas de Arqueología y se van Federico Mulleried El llamado Planchón
sumando investigadores en este campo. de las Figuras en el Estado de Chiapas,
En México, el inicio de la Revolución ambos publicados en 1927 (Cf. Beyer,
Mexicana significará un obstáculo forzo- 1927; Mulleried, 1927).
so para todo tipo de estudios en campo Aquí cabe destacar, no obstante, la pu-
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Fig. 1. Piedras labradas del sitio Potrero de la Isla. Tomado de Caso, 1930.
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Concluye el autor abogando por la nece- febrero y marzo de ese mismo año a in-
sidad de emprender el estudio sistemáti- vitación de Alfonso Caso. Entre otros
co de este tipo de manifestaciones cultu- muchos datos arqueológicos, destaca-
rales en todo el norte mexicano, dada su mos aquí la mención de una roca con
abundancia en la región. imágenes en ambas caras (Fig. 3), mis-
En ese mismo volumen de los Anales, ma que la autora describe de la siguien-
Eulalia Guzmán publica también dos ar- te forma:
tículos. El primero, titulado Exploración En la plaza del pueblo hay una pie-
arqueológica en la Mixteca Alta, es un dra de cerca de 2 metros de alto por
informe extenso y pormenorizado de su 1.50 metros de ancho y 0.50 metros
trabajo exploratorio en la región entre de grueso, de perfiles irregulares por
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estar rota. Los turistas le llaman El segundo artículo, titulado Los relieves
«corazón del pueblo», y fué sacada de las rocas del Cerro de la Cantera, Jo-
de un cerrito que queda al Norte del nacatepec, Mor., da cuenta de un tipo
Yucuita […] Tiene grabadas por las de petrograbados muy distinto a aquél
dos caras anchas unas figuras de relacionado con el desarrollo cultural de
significado oscuro (Guzmán, la Mixteca oaxaqueña, localizados en el
1934a:22). Cerro de la Cantera, en Chacaltzingo,
Estado de Morelos, junto a otros ele-
No obstante, la arqueóloga intenta una mentos arqueológicos, como terrazas,
interpretación relacionada con el signo montículos y estatuaria (Cf. Guzmán,
del año mixteca y con las representacio- 1934b). La descripción de los grabados
nes de «lugar» y «cerro» zapotecas. (Fig. 4) es minuciosa y propone una in-
Tras una descripción detallada, dice: terpretación, basada en algunos aspec-
«Este dibujo, no en relieve, sino hecho tos iconográficos, que excluye a los az-
con líneas hundidas, da la impresión del tecas y se inclina más por artífices de
estilo zapoteca primitivo» (Ídem). filiación teotihuacana o «arcaica».
Termina, de manera no concluyente, la Según la autora, la interpretación del
descripción de la roca y de ese día di- grabado que reproducimos aquí apunta,
ciendo: «Los vecinos de Yucuita creen probablemente, al Dios de las Lluvias y
que se trata de planos referentes a las su paraíso, y tendría vinculación con su
antiguas construcciones, preferentemen- emplazamiento donde, al parecer, es
te de los subterráneos (más bien po- intenso y recurrente este fenómeno me-
drían referirse a los dos cerros: el Yucui- teorológico. Concluye con señalar la ne-
ta y su acompañante)» (Guzmán, cesidad de ampliar las investigaciones
1934a:23). en la región debido a la abundancia de
vestigios arqueológicos de todo tipo que
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era distinta de las que conocían (Cf. Ma- but likewise to assemble certain bits of
son, 1937a y b). evidence that may prove significant in
En 1938, se publica la obra Picture- the future study of picture writ-
Writing of Texas Indians, de A. T. Jack- ing» (Jackson, 1938:6). Al mismo tiem-
son, producto de ocho años de trabajo po, es un llamado a la conservación de
de investigación. Muy en el espíritu de la este tipo de sitios ante el avanzado es-
obra de Garrick Mallery, que reseñamos tado de deterioro, especialmente por
arriba, Jackson parte de la idea de la vandalismo, en que ya entonces se en-
gráfica rupestre como una forma de pro- contraban.
toescritura: Pero más allá de que este trabajo se
There are brief historical references convirtiera en una obra de referencia,
indicating that picture-writing, in one nos interesa aquí también porque inclu-
form or another, was practiced rather ye un sitio del estado de Chihuahua en
widely by Texas Indians. All of it in su análisis. Se menciona únicamente
many sections has disappeared, due como site «C», y se ubica al sur del Big
to having been painted or carved on Bend National Park, a unos kilómetros
materials of a perishable nature. In a de la conjunción entre los estados de
few cases there remain specimens of Chihuahua, Coahuila y Texas. El apunte
paintings on skins and hones; also es breve:
paintings and carvings on small The petroglyphs are not far south of
stones (Jackson, 1938:1). the tip of the Texas Big Bend. They
were reported by E. C. Niebuhr, for-
Metodológicamente inspirada en el tra- merly a student technician with the
bajo de Steward ya mencionado, esta United States National Park Service,
obra «is an attempt not only to visualize in the Chisos State Park. The petro-
the art concept of these primitive people, glyphs are pecked into the limestone
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of the vertical canyon wall. Most of Se incluyen tres fotografías y una clasifi-
them are at heights ranging from cación formal de los 120 diseños en tres
one to six feet. Some, however, are rubros: Human Representations, Lower
much higher. Weathering has dam- Life y Geometric and Symbolic. En cada
aged some of the figures. Adjacent fotografía, cedidas por E. C. Niebuhr,
to the petroglyphs is an extensive destaca Jackson aspectos específicos.
campsite accompanied by a number De la primera (Fig. 5), dice: «This is a
of very large, deep, circular mortar striking illustration of the manner in
holes (Jackson, 1938:111). which pictur-writings sometimes are su-
perimposed. Note the human hand and
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Fig. 9. Uno de los geoglifos registrados por Hayden en la Sierra del Pina-
cate. Tomado de Garduño et al, 2012:251.
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lógicos de dichas regiones, sino que in- mismos mediante proyectos de investi-
cluyen otros de corte etnográfico entre gación arqueológica que permitan ahon-
seris y pápagos que abonan a su inter- dar en el conocimiento de esta región
pretación sobre los contextos rupestres; tan singular.
por otro lado, que a pesar de la riqueza El trabajo de Hayden continúa siendo, al
arqueológica de estas regiones puesta día de hoy, referente obligado para estu-
en evidencia por Hayden, no existe, has- diar los contextos arqueológicos de esta
ta la fecha, una difusión suficiente de región del Desierto de Sonora, especial-
sus trabajos en México y, lamentable- mente si consideramos que muchos de
mente, tampoco la continuación de los los sitios registrados por él han desapa-
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cas. En este sentido, el autor añade: del bagaje oculto del hechicero o
En realidad, contados son los casos medicine man, que a veces posible-
en que podemos explicarlas con se- mente ni él mismo podía explicar
guridad. Las hay, de seguro, que no (Ibíd.:68).
fueron más que fruto de un simple
capricho o de un rato de ociosidad, y Más adelante, destaca el significado que
éstas tienen la misma trascendencia se ha podido extraer mediante trabajo
que pueden tener los dibujos de un etnográfico en África y América de algu-
párvulo al margen de un cuaderno nas de estas representaciones al rela-
escolar. Otras, sin duda, sirvieron de cionarlas con «ceremonias de crisis» o
referencias topográficas; señalar el ritos de paso, especialmente aquellos
camino que habrá de seguirse, indi- ligados con el paso a la edad adulta,
car la presencia de agua en las in- tanto en hombres como en mujeres. Así
mediaciones, o cosas por el estilo. mismo, reconoce la dificultad de ubicar
Las había, como veremos, que se temporalmente este tipo de vestigios;
relacionaban con determinadas cere- aunque, es justo recordar, que este tra-
monias, si bien es menester confe- bajo se publicó diez años antes del
sar que no podemos precisar su sig- desarrollo del método de datación por
nificado exacto, si es que lo llegaron radiocarbono.
a tener. Muchas, sin duda, respon- Otros aspectos importantes a destacar
dieron a fines de carácter mágico- son, por un lado, el reconocimiento de la
religioso, y en ciertos casos, por lo similitud de muchas de las representa-
menos, quizá no sería aventurado ciones en diversas regiones del mundo
decir que los únicos que los com- distantes entre sí, como círculos, espira-
prendieron fueron los iniciados de la les, cruces o figuras humanas esquemá-
tribu, si es que no formaban parte ticas, entre muchas otras, lo que el autor
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relaciona más con las capacidades pro- mente en el trabajo realizado por Ste-
pias de los seres humanos, que son las ward en California (vid supra), aunque
mismas en todos lados, descartando la reconoce que el sistema empleado por
hipótesis de difusionista; por otro lado, el este último se encontraba todavía en
reconocimiento de que, a pesar de sus fase experimental.
similitudes, no es posible asignar un sig- En este trabajo, el autor muestra clara-
nificado universal a los signos siendo mente que el estudio de la gráfica rupes-
este, en la gran mayoría de los casos, tre en México empezaba a cobrar de
solo de carácter local. Incluso en este nuevo presencia en el campo académi-
último caso, contempla la posibilidad de co, ya no solo a través de reportes o
que no siempre los artífices habrían utili- descripciones de sitios específicos sino
zado el mismo signo con el mismo signi- abriendo la discusión teórica y situándo-
ficado. Huelga decir que esto abre un lo dentro de un enfoque más internacio-
enorme abanico de posibilidades de in- nal. Al final del artículo, Martínez del Río
terpretación y señala una amplia com- añade una nota haciendo un llamado
plejidad semántica en la gráfica rupes- general para que de toda la república se
tre. enviaran reportes al INAH sobre la pre-
Finalmente, el autor señala la posibilidad sencia de este tipo de vestigios con el
de que una parte de la gráfica rupestre fin de ir conformando una base de datos
esté relacionada con señalamientos te- nacional. No puede omitirse el hecho de
rritoriales, por lo que aboga por la cons- que, para realizar dichos reportes, toda-
trucción de una base de datos que pue- vía se alentaba el uso de la calca directa
da ayudar a identificar «áreas petrográfi- sobre las pinturas y el marcado con gis
cas» por la mayor o menos frecuencia de los petrograbados, técnicas que hoy
estadística de ciertos signos o grupos de sabemos dañan los vestigios y por lo
signos. En esto, se inspira indudable- tanto se desaconsejan, aunque algunos
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materia de estudio ya que incluye una que, a pesar de las dificultades pro-
buena cantidad de imágenes de los si- pias del asunto, tenemos ahí un ver-
tios que refiere, algunos de los cuales dadero archivo de información de
lamentablemente ya han desaparecido. que quizá podamos hacer gran uso
En la Tercera Mesa Redonda de la So- algún día y que no debe despreciar-
ciedad Mexicana de Antropología, cele- se (Martínez del Río, 1943).
brada En la Ciudad de México en 1943,
cuyo tema central fue El Norte de Méxi- Tal vez, el para entonces reciente des-
co y el Sur de los Estados Unidos, Pablo cubrimiento de la cueva de Lascaux,
Martínez del Río hace un nuevo y urgen- Francia, en 1940, fue el detonante para
te llamado sobre la importancia del estu- que en nuestro país algunos investiga-
dio en esta materia: dores pusieran de nuevo la mirada en la
Hay otro punto a que desearía aludir gráfica rupestre; sin embargo, la pro-
en esta ocasión, aunque no pienso puesta, también en 1943, de la Mesoa-
se remonte a épocas tan remotas mérica de Kirchhoff, y su inmediata insti-
[es decir, la prehistoria]. Me refiero a tucionalización como discurso oficial del
las diversas manifestaciones, no ne- recién creado INAH, redirigieron el inte-
cesariamente muy antiguas, del arte rés nacional hacia los monumentos ar-
epilítico o, en otras palabras, a las quitectónicos y las culturas de la Cuenca
pinturas rupestres y petroglifos. El de México.
material, claro está, resulta muy difí- En esos años, solo algunos trabajos de
cil de interpretar aunque [...] se pue- investigación, concentrados principal-
den obtener resultados verdadera- mente en la región noroeste del país,
mente valiosos si se acomete su es- dan continuidad a los estudios mexica-
tudio partiendo de una base sólida- nos del arte rupestre, como el de Barbro
mente cuantitativa. Pero el hecho es Dahlgren y Javier Romero en Baja Cali-
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fornia, en 1951, donde exploran las pin- nes por personas con más buena
turas de la sierra de San Francisco, mis- voluntad y fantasía que técnica; un
mo que será publicado primero bajo el estudio metodológico no se ha llega-
título de La prehistoria bajacaliforniana: do a intentar y por ende esta expre-
redescubrimiento de pinturas rupestres, sión rupestre primitiva sigue en la
en Cuadernos Americanos, en 1951, y nebulosa de lo ignorado (Pompa y
después como Las Pinturas Rupestres Pompa, 1954:213).
de Baja California, en la revista Artes de
México, en 1954 (Cf. Dahlgren, 1954). En este trabajo, el autor destaca el con-
En el ínterin, Rafael Orellana había pu- tenido ideográfico e histórico de la
blicado su Petroglifos y pinturas rupes- «escritura pictográfica rupestre» de Si-
tres en Sonora, en 1953 (Cf. Orellana, naloa, y propone que se le considere
1953), trabajo que sería criticado por Mi- como una forma de «protohistoria», en
guel Messmacher a inicios de la siguien- lugar del carácter prehistórico que suele
te década (Cf. Messmacher, 1964). asignársele. En particular, menciona es-
También en 1954, Antonio Pompa y te tipo de vestigios, a los que llama
Pompa publica el artículo La escritura «jeroglíficos líticos», en la sierra de Co-
petroglífica rupestre y su expresión en el nitaca, municipio de Elota; en la sierra
Noroeste mexicano, donde señala que: de San Pablo, municipio de El Fuerte;
El problema de la pintura o arte ru- en el cerro del Tecomate, municipio de
pestre en México, es un tema apa- Culiacán; en el arroyo de la Lechuguilla
sionante que aún no ha sido plantea- y en la quebrada de la Pitahayita, muni-
do, ni en sus términos más elemen- cipio de San Ignacio, todos en el estado
tales, pues si bien ha sido consigna- de Sinaloa; amén de «La Piedra Pinta-
da su existencia por algunos cronis- da», en el camino al puerto de Guay-
tas y analizadas algunas expresio- mas, en Sonora. Concluye abogando
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Antilha
Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México
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por una investigación metódica de estos Cañón del Diablo, atribuyendo su auto-
documentos, a los que considera ría a los indios pasitas (Cf. MacNeish,
«antecedentes de nuestros códices 1958:134-136). Dávalos Hurtado, de
prehispánicos» (Pompa y Pompa, nuevo en 1961, apunta que se reconoció
1954:220). una zona con «petroglifos» en la Llanura
Según refiere Eusebio Dávalos Hurtado, Costera sonorense, aunque sin entrar
en 1956, «se inspeccionó una importan- en detalles (Cf. Dávalos Hurtado, 1961).
te zona de petroglifos» cerca de Ciudad También en 1961, se realiza un home-
Juárez, Chihuahua, aunque no brinda naje a Pablo Martínez del Río quien,
más datos al respecto. Podría tratarse hasta entonces y como hemos visto, pa-
de alguno de los múltiples sitios rupes- rece haber sido el mayor promotor de
tres del desierto de Samalayuca, ahora este tipo de estudios en México. En és-
amenazados por proyectos mineros e te, Alden J. Mason contribuyó con Some
inmobiliarios. Paralelamente, se estudia- unusual petroglyphs and pictographs of
ron un cráneo de mamut y el fragmento Durango and Coahuila, Mexico (Cf. Ma-
de una punta Folsom en la localidad de son, 1961), mientras que Francisco
La Mota, a 35 kilómetros de la misma González Rul presentó el trabajo intitula-
ciudad (Cf. Dávalos Hurtado, 1958). Por do Petroglifos en un lugar denominado
entonces, Richard MacNeish refiere ha- «el Sol». Conocido por el autor desde
ber registrado 23 sitios con pinturas ru- 1953, «en ocasión de la primera tempo-
pestres en diversos lugares de la Sierra rada de trabajo en la cueva de La Can-
de Tamaulipas, al noroeste del estado, delaria», el sitio se registró hasta tres
pero al no ser este el objetivo de sus in- años después, según refiere el autor:
vestigaciones, despacha el asunto en A fines del año de 1956 se efectuó
tres páginas. Únicamente, muestra cua- una gira de trabajo que comprendió
tro fotografías de sitios de la región del desde Linares, N. L., a La Quema-
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da, Zac., pasando por Monterrey, plo de la escasa atención que se presta-
Parras y Torreón. Fue organizada ba entonces a estos elementos arqueo-
conjuntamente por la Escuela Na- lógicos (Cf. González Arratia, 1987:21).
cional de Antropología y la Dirección En 1995, Carlos Navarrete publicará Fo-
de Prehistoria del I.N.A.H., y toma- tografías de los Petroglifos de El Sol,
ron parte en ella el doctor Pablo Coahuila, donde rememorará aquellos
Martínez del Río, Director de la Es- trabajos ilustrándolos con fotografías ori-
cuela; el profesor Arturo Romano, y ginales (Cf. Navarrete, 1995).
los entonces estudiantes Agustín Un indicador de los intereses arqueoló-
Delgado, Francisco González Rul y gicos del momento, pueden ser los te-
Carlos Navarrete (González Rul, mas tratados en las dos Mesas Redon-
1961:133). das de la Sociedad Mexicana de Antro-
pología celebradas a mediados del siglo
De manera muy breve, se presentan XX: la novena en Chihuahua, en 1961,
aquí algunos de los motivos, se clasifi- con el tema El Noroeste de México, y la
can formalmente y se les sitúa cronológi- décima en San Luis Potosí, en 1963,
camente entre 1200 y 1600 d. C., dentro con el tema Las áreas desérticas y se-
de «un estilo que se extiende por una midesérticas del centro y nor(es)te de
región que comprende Coahuila, el este México.4 Se habló de La Quemada,
de Chihuahua y suroeste de Te- Chalchihuites, Loma San Gabriel, Casas
xas» (González Rul, 1961:135), para lo Grandes, las cuevas de la Sierra Madre
cual González Rul se basa en el trabajo
de A. T. Jackson que mencionamos an-
teriormente. A decir de Leticia González, 4 En esta ocasión, solo hubo una moción de
el autor solo trata el tema de manera Antonieta Espejo en torno a estudios de epilítica
que se estaban desarrollando en Nuevo León
muy superficial constituyendo un ejem- (Cf. Espejo, 1968:23, Nota 5).
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el que se incluían los sitios con vestigios pestre, entre los cuales destaca el ahora
rupestres (Cf. Dávalos Hurtado, 1965). famoso Boca de Potrerillos, quien, al pa-
Estas actividades, pueden haber estado recer, fuera la primera en registrar ofi-
relacionadas con el Northeast Mexico cialmente en 1963, entre otros muchos.
Archaeological Project, desarrollado en- Esto se dio en un contexto muy particu-
tre 1960 y 1975, dirigido por Jeremiah lar:
Fain Epstein, mismo que se enfocaba Por algo que hoy conocemos como
principalmente al estado de Nuevo León, atención a denuncia, la arqueóloga
aunque incluyó el oriente de Coahuila y Antonieta Espejo y Vázquez del Mer-
el noroeste de Tamaulipas. Este proyec- cado, establecida como representan-
to generó una gran cantidad de informa- te de la oficina de Monumentos
ción arqueológica en general, incluyendo Prehispánicos del Noreste en Reyno-
la rupestre, aunque la mayor parte no sa, Tamaulipas, se traslada a Monte-
fue publicada y/o no circuló en los ámbi- rrey en octubre de 1963. La Sociedad
tos académicos mexicanos (Cf. Epstein, Nuevoleonesa de Historia, Geografía
1980). Destaca de entre todos el registro y Estadística pretendía declarar co-
y excavación de Cueva Ahumada. mo propiedad estatal, ante el Con-
En efecto, durante la década de los se- greso del Estado, petrograbados y
senta, Antonieta Espejo y Vázquez del pinturas rupestres que son abundan-
Mercado, representante de la oficina de tes en el estado, para luego cercarlas
Monumentos Prehispánicos del Noreste, y cobrar por la visita (Rojas,
sita en Reynosa, Tamaulipas, llevó a ca- 2014:177).
bo el proyecto Registro de epilítica de
Nuevo León, mediante el cual pudo do- Desde mucho antes, Espejo ya plantea-
cumentar más de un centenar de sitios ba la necesidad de conformar equipos
arqueológicos con presencia de arte ru- multidisciplinares y aplicar las técnicas
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1960» en Anales del Instituto Nacio- ral de un geosímbolo de Sonora» en
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1987 Teoría y Método en el Registro de
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Simmons, Deborah L.
1998 «Bibliography of Julian D. Hayden»
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Steward, Julian
1929 Petroglyphs of California and adjoining
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versity Press.
Vila, Vicente
1949 «Tesoros perdidos de Sinaloa» en
Letras de Sinaloa N°11, abril de
1949. Culiacán, Sinaloa, México.
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LO DE SIEMPRE
1 A pesar de ser Ingeniero industrial, fui llamado por las letras desde temprana edad. Publiqué mi primer
cuento (Un camino que recorrer) con la editorial Porrúa, salió en agosto del 2017 y cuento con algunas
otras en revistas digitales. Actualmente soy escritor de tiempo completo y creo, firmemente, que el mejor
mundo, es el que creamos con cada historia que leemos y escribimos.
UNITEC, ricardo_diaz_pan188@live.com.mx
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luz; las tiendas llenas de aparadores, ¿No hay problema? —me dijo un chico
focos, lámparas y maniquíes llamaban la uniformado con una gorra que le queda-
atención para entrar y comprar cosas ba grande.
que realmente no necesito. Abordé las —Ninguno —sonreí y pagué.
escaleras eléctricas al segundo piso Me senté en el lugar más próximo a
donde encontré más establecimientos, esperar mi orden; tallé mis ojos por un
pero no de comida. buen tiempo, tanto que, al abrirlos, los
El dolor de cabeza me llegó sin avi- fosfenos pasaban divertidos por todo el
sar: una fuerte punzada en las sienes lugar. Sentí la boca seca y un dejo ex-
me forzó a cerrar los ojos. El cansancio traño de pasta dental fermentada. Me
no desaparecía, no debí levantarme a arrellané en la silla de plástico, miré al
leer a las cuatro de la madrugada. Un techo, solté un pesado suspiro que tal
piso más arriba estaba mi destino: el vez atravesó las paredes. Saqué mi ce-
área de comida rápida que, increíble- lular del bolsillo, lo desbloqueé sabiendo
mente, estaba vacía; las mesas y las si- que no tenía datos móviles, así que revi-
llas esperaban a ser usadas, pulcras, sé las fotografías; fui seleccionando va-
descansando. Recorrí con la mirada los rias para eliminarlas. En mi inspección,
establecimientos sin llegar a entender mi encontré una imagen de hace tres años
antojo. Los precios no estaban a mi al- que no recordaba que tenía, era un per-
cance, así que simulé que no me gusta- gamino con una inscripción en una len-
ba nada. Estaba a punto de regresar a la gua extraña.
fonda cuando vi una promoción de ham- —¡Orden número uno! —gritó el chico
burguesa y, sin dudarlo, me acerqué al de las hamburguesas.
mostrador para pedirla. Tras bloquear el celular, me levanté
—Se la entregamos en cinco minutos para tomar la charola.
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Lo de siempre
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—¿Cuántos sobres de cátsup le ofrez- pesar de que las letras eran gigantes-
co? — me molesta que hagan ese tipo cas, no entendía nada de lo que decía.
de preguntas, deberían de aventar un Al darle la tercera mordida a mi desa-
buen puño y que el cliente que tome lo yuno, me impresioné al ver que estaba
que crea necesario ¿no crees? por terminarlo. El dolor de cabeza au-
—Diez —espeté. mentó, pero no podía apartar de mi vista
El chico, algo molesto, contó los so- aquellas palabras tan raras. En la panta-
bres antes de dármelos. Me volví a sen- lla apareció un mensaje que me advertía
tar donde mismo, desenvolví una ham- sobre el poco porcentaje de batería; me
burguesa, quité el pan de encima, mordí levanté urgido para pedirle una pluma al
un sobre de cátsup para abrirlo y derra- chico que me había atendido, quien, de
mé todo su contenido en la carne… en mala gana, me la prestó; en una serville-
total vertí tres, tal vez cuatro; puse de ta, apunté lo más rápido que pude aquel
nuevo la tapa del pan y le di una buena conjuro, hechizo, mandamiento o lo que
mordida. Mientras mascaba, saqué de haya sido. Terminé de anotar y me di
nuevo el móvil; traté de hacer memoria cuenta que mi letra se parecía a la del
de la imagen, no sabía de dónde la ha- pergamino… comencé a recordar algu-
bía conseguido, si alguien me la había nas cosas cuando el celular se apagó.
pasado o si era una foto. Leí varias ve- Con una sonrisa en el rostro, arru-
ces el título: Amquorum Comvndos Id- gué la servilleta, terminé mi desayuno,
got, pero no me sonaba a nada. Le di la fui a tirar la basura y a dejar la charola
segunda mordida a la hamburguesa, es- sobre el bote, el chico me miraba atento
ta vez me resultó insípida. Continué le- para que le regresara la pluma.
yendo el manuscrito: Nimvs et enqamt- Me acordé que todo aquello lo había
ges, xek amquorum gnilta et Djonus. A hecho hacía unos años atrás; estuve
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SALAMANCA: CIUDAD UNIVERSITARIA
1 Carlos Santiago Gerónimo. Historiador por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Estudia un
posgrado en Historia Medieval y Moderna en la Universidad de Salamanca, España. Sus trabajos están
enfocados a la relación entre la enseñanza de la historia y el nacionalismo en México.
2 Siglas de la Universidad de Salamanca.
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Salamanca: ciudad universitaria
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Salamanca: ciudad universitaria
El Cielo de Salamanca es una pequeña parte de una pintura mural pintada originalmente so-
bre el techo de la antigua biblioteca histórica de la USAL en el edificio de Escuelas Mayores a
finales del siglo XV. Actualmente se encuentra exhibido en el patio o claustro de Escuelas Me-
nores. Foto: Carlos Santiago, 2022.
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Salamanca: ciudad universitaria
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INVITACIÓN A PUBLICAR Estructura:
E
Los textos remitidos para su publicación
l texto impreso y digital debe en las secciones de Artículos y Colabora-
estar en versión de procesador ciones Especiales deberán estar ordena-
de textos Word, con sus páginas correc- dos de acuerdo al siguiente esquema:
tamente foliadas, en tamaño carta (216 x Título
279 mm), en fuente Arial de tamaño 11, Nombre completo del autor
ras, anexos, etc.), el trabajo no debe so- Resumen en español e inglés con pala-
men de los trabajos será anónimo. texto deberán ser concisos. Los subtítulos
Los manuscritos son evaluados por el primarios, secundarios o terciarios deben
Comité Editorial. Los autores son res- estar claramente jerarquizados, ya sea por
ponsables por el contenido de sus ar- tamaño de letra, números u otro tipo de
tículos, por la veracidad y atribución co- notación.
rrecta de sus citas, y por la debida distri-
bución de autoría entre los coautores. Citas en el texto
Los manuscritos deben ser enviados a la Todas las citas se usaran en el formato
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cesua.org.@gmail.com adjuntando el 1940:20).
archivo del manuscrito y las ilustraciones Aquellas citas que excedan las 30 pala-
correspondientes en formato JPG. bras, van sin comillas y a renglón seguido
85
del texto (hacia arriba y hacia abajo),
sangría en su margen izquierdo.
De las Figuras
Las imágenes se denominarán Fig. 1,
Fig. 2, etc. y deberán estar referidas al
texto, es necesario dar los debidos cré-
ditos y autorías.
Las imágenes deben estar en formato
JPG incluidas en el texto, en el orden
de aparición, se adjuntaran en un archi-
vo por separado a una resolución de 300
dpi.
Toda correspondencia deberá dirigirse a
la Mtra. América Malbrán Porto al Centro
de Estudios Sociales y Universitarios
Americanos S.C.:
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