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La Ciudad de los Geómetras

La Ciudad de los Geómetras. Vol. 1:


Documentos para una historia inédita de La Plata.

Gabriel Darrigran
Darrigran, Gabriel
La ciudad de los geómetras : documentos para una historia inédita de La Plata /
Gabriel Darrigran ; Ilustrado por Jesús Fernández ; Prólogo de Dévrig Mollès. - 2a
ed. ilustrada. - La Plata : Gabriel Darrigran, 2023. Libro digital, Amazon Kindle

ISBN 978-987-86-3462-3 Obra completa


ISBN 978-987-88-7789-1 Archivo Digital: descarga y online

1. Historia Argentina. 2. Historia de España. 3. Masonería. I. Fernández, Jesús,


ilus. II. Mollès, Dévrig, prólogo. III. Título.
CDD 982.12

historiadelaplata@gmail.com
https://youtu.be/rwIWr1_AkKk
https://www.instagram.com/HistoriaDeLaPlata/

Diseño y edición por Celmira Espeso y Gabriel Darrigran.


Prólogo por Dévrig Mollès.
Ilustraciones por Jesús Fernández, y retratos de los capítulos VI y XI por Juan Bonaro.
Diseño del booktrailer del libro por Juan Martín Fourcaud.

Queda prohibida la reproducción de las ilustraciones sin el consentimiento del autor


de esta obra.

Segunda Edición, 2023


Fecha de Catalogación 09/01/2023
ISBN 978-987-88-7789-1
Queda hecho el depósito que marca la Ley Nº 11.723
© 2023 - Gabriel Darrigran
2020
Año del bicentenario de la provincia de Buenos Aires.
Declarado de interés cultural por el Concejo Deliberante
de la ciudad de La Plata.

Declarado de interés legislativo por la Honorable Cámara de Diputados


de la provincia de Buenos Aires.
Gabriel Darrigran es argentino nacido en La Plata en 1983. Exper-
to Universitario en Investigación y Archivística por la UNED (Espa-
ña), ha colaborado en publicaciones académicas como REHMLAC+ o
ADN 407, en portales de noticias como 0221.com.ar, y en documenta-
les como La Plata contada y La Plata, utopía urbana.

Como investigador y experto en archivística ha podido ingresar a


distintos archivos históricos de Europa y Latinoamérica de difícil acce-
so, por esa razón ha asesorado a escritores, divulgadores y periodistas
sobre cuestiones históricas, políticas y culturales locales.

Es el primer investigador de La Plata en haber accedido a la do-


cumentación de la masonería platense conservada en el Archivo de la
Guerra Civil Española de Salamanca y en el Archivo de la Gran Logia
de la Argentina de Buenos Aires.

Como historiador es autor de los libros: La ciudad de los geómetras.


Vol. 1 (2020), y Ritual Platense (2022), que revelan aspectos descono-
cidos de la capital bonaerense.

En la actualidad es dirigente de distintas entidades de bien público,


que buscan la divulgación de la cultura en todas sus manifestaciones.
COLECCIÓN LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

TOMO 1
La ciudad de los geómetras. Vol. 1

TOMO 2
La ciudad de los geómetras. Vol. 2

TOMO 3
La ciudad de los geómetras. Vol. 3

TOMO 4
La conspiración del arte.

TOMO 5
Los cinco sabios de lo oculto.
TOMO 1
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS Vol. 1

Primera época.
De la pre-historia masónica platense.

Segunda época.
De la implantación de la masonería.

Tercera época. Parte I


De la propagación y diversificación de las logias.

TOMO 2
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS Vol. 2

Tercera época. Parte II


De la propagación y diversificación de las logias.

Cuarta época.
De la masonería azul y del ocaso de las logias.

TOMO 3
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS Vol. 3

Quinta época.
De la reimplantación y la difusión del pasado.

Sexta época.
De las logias en los tiempos de la posverdad.
Tengamos fe en el porvenir, que al fin resplandecerán
la verdad y la justicia a medida que adelante la instrucción
pública. Procuremos instruir a los pueblos, y estad seguros
de que no podrán volver los tiempos en que se torturaba a
Galileo.

Enrique de Santa Olalla, abril de 1889.


AGRADECIMIENTOS

Agradezco al Concejo Deliberante de la ciudad de La Plata por la


inmediata declaración de interés cultural para el municipio, apoyada por
todos los bloques. En especial agradezco a Fermín Mauregui, Macarena
Selvaggio, Claudio Frangul, Raúl Abraham y Guillermo Anderson.

Durante los cinco años que ha durado esta investigación a lo largo


de distintos países, descubrí dentro de asociaciones civiles, institucio-
nes académicas y centros especializados públicos y privados, un grupo
de hombres y mujeres, con un mismo objetivo: la correcta preservación
de los documentos históricos. Ya sea en rincones de edificios monu-
mentales o en modernas instalaciones especializadas, a veces ubicadas
a miles de kilómetros de La Plata e incluso hasta desconociendo la
existencia de esta ciudad, custodian libros y documentos particulares
de sus primeros pobladores. Por el acceso irrestricto a sus más valiosos
tesoros, mi mayor agradecimiento:

Al Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH)


Calle Gibraltar Nº 2. Salamanca. España.

A la Biblioteca Nacional de España


Paseo de Recoletos Nº 20-22. Madrid. España.

Al Archivo Histórico Nacional de España (AHNE)


Calle Serrano Nº 115. Madrid. España.

Al Archivo Histórico Provincial de Málaga


Calle Martínez de la Rosa Nº 8. Málaga. España.

Al Archivo Histórico Municipal de Málaga


Alameda Principal Nº 23. Málaga. España.

Al Archivo del Museo Unicaja de Artes y Costumbres Populares


Plaza Enrique García-Herrera Nº 1. Málaga. España.
A la Biblioteca Nacional de Uruguay
Avenida 18 de Julio Nº 1790. Montevideo. Uruguay.

A la Biblioteca Nacional de Chile


Avenida Libertador Bernardo O’Higgins Nº 651. Santiago. Chile.

Al Archivo de la Gran Logia de la Argentina de Libres


y Aceptados Masones (AGLA)
Calle Teniente General J. D. Perón Nº 1242. Buenos Aires. Argentina.

A la Biblioteca Nacional Mariano Moreno


Calle Agüero Nº 2502. Buenos Aires. Argentina.

Al Archivo General de la Nación (AGN)


Avenida Leandro N. Alem Nº 246. Buenos Aires. Argentina.

A la Biblioteca Nacional de Maestros


Calle Pizzurno Nº 953. Buenos Aires. Argentina.

Al Archivo Histórico de la Universidad de Buenos Aires (AHUBA)


Calle Presidente José E. Uriburu Nº 950. Buenos Aires. Argentina.

Al Centro de Documentación e Investigación de


la Cultura de Izquierdas
Calle Fray Luis Beltrán Nº 125. Buenos Aires. Argentina.

A la Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia


de la República Argentina
Calle Balcarce Nº 139. Buenos Aires. Argentina.

A la Biblioteca y Archivo del Museo Mitre (AMM)


Calle San Martín Nº 336. Buenos Aires. Argentina.

Al Archivo General del Ejército (AGE)


Calle Defensa Nº 628. Buenos Aires. Argentina.
A la Biblioteca de la Universidad Nacional de La Plata (BUNLP)
Plaza Dardo Rocha Nº 137. La Plata. Argentina.

Al Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires


Dr. Ricardo Levene (AHPBA)
Calle 49 Nº 588 2º Piso. La Plata. Argentina.

A la Hemeroteca de la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires


Calle 8 e/ 51 y 53. La Plata. Argentina.

Al Archivo Histórico del Ministerio de Infraestructura (AHMI)


Avenida 7 Nº 1267 1º Piso. La Plata. Argentina.

Al Archivo Civil del Departamento Judicial de La Plata


Avenida 13 e/ 47 y 48 1º Piso. La Plata. Argentina.

Al Registro de la Propiedad de la Provincia de Buenos Aires


(RPPBA)
Calle 44 Nº 477. La Plata. Argentina.

Al Museo Etnográfico y Archivo Histórico Enrique Squirru


Calle Bartolomé J. Ronco Nº 654. Azul. Argentina.

Al Archivo del Complejo Histórico de Chivilcoy


Calle 9 de Julio Nº 177. Chivilcoy. Argentina.

Esta obra se caracteriza por la reproducción de documentos nunca


antes publicados; con tal fin se ha firmado un convenio con el Ministe-
rio de Cultura y Deporte del Reino de España, a través de la Dirección
General de Bellas Artes, que ha otorgado una licencia para la publicación
de los documentos conservados en el Centro Documental de la Memo-
ria Histórica. A raíz de ello agradezco al ministro de cultura y deporte
José Manuel Rodríguez Uribes y al director general de bellas artes Ro-
mán Fernández-Baca Casares. Como segunda fuente de documentación
que se reproduce, se ha obtenido el permiso de la asociación Gran Logia
de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, para la utilización de los
documentos conservados por la misma. Agradezco especialmente a su
presidente, Ángel Jorge Clavero y a su vicepresidente Pablo Lázaro.

A lo largo de las distintas etapas de este trabajo, me han asistido y


prestado su apoyo amigos y colaboradores de distintos ámbitos, por los
cual esta obra va dedicada a ellos. Agradezco la colaboración en la etapa
preliminar del doctor en historia por la Universidad de Estrasburgo Dé-
vrig Mollès; como así también al catedrático en historia de la educación
de la Universidad de Salamanca Bienvenido Martín Fraile. En la etapa
investigativa la valiosa colaboración de Ernesto Liceda, Gustavo Mac
Lean, Patricia Lischinsky, y el asesoramiento de Oscar Alfredo Suárez en
lo relativo al Registro de la Propiedad de la Provincia de Buenos Aires.
En la parte artística a Jesús Fernández, quien con sus ilustraciones ha
logrado reconstruir fielmente momentos del pasado platense, como así
también a Juan José Bonaro. Por último a Esteban Ripa, por sus obser-
vaciones en el borrador de la obra.

Para finalizar, quiero destacar la paciencia y colaboración que han


tenido conmigo el personal del archivo de la Gran Logia de la Argen-
tina, el personal de la sala de investigadores del Centro Documental de
Salamanca, el personal de la sala de investigadores del Archivo Provincial
Levene, y el personal de la hemeroteca de la Biblioteca de la UNLP.

Gabriel Darrigran.
PRÓLOGO

La ciudad de La Plata, que en sus primeros años fue conocida como


la ciudad del progreso por haber sido planificada con el urbanismo de
vanguardia de ese momento, que luego comenzó a ser conocida como
la Atenas de América por el prestigio de su universidad, y más actual-
mente como la ciudad de las diagonales, lejos está de ser una ciudad sin
infancia. Su historia comienza muchas décadas antes de su fundación:
con la aparición del federalismo y las autonomías provinciales que pro-
piciaron el nacimiento de la provincia de Buenos Aires; con las migra-
ciones hacia el Rio de La Plata por los conflictos bélicos europeos; pero
principalmente, con las vivencias personales del Dr. Dardo Rocha, su
principal ideólogo.

Esta obra pone en evidencia que el fundador de La Plata no necesitaba


estar afiliado a una logia masónica y asistir a sus asambleas para contar
con el apoyo de los masones para sus planes políticos; debido a que desde
siempre estuvo estrechamente vinculado con la dirigencia de la masonería.
Su padre había sido uno de los fundadores de los primeros centros masó-
nicos del país; al asumir la gobernación de Buenos Aires, inmediatamente
propuso al Gran Maestre de la masonería como vocal del máximo tribu-
nal provincial; y su abogado particular representó sus intereses durante
años al frente del Supremo Consejo del Grado 33º de Buenos Aires.

La falta de bibliografía seria sobre la historia de las logias de La Plata,


ha generado que aficionados a los misterios e investigadores no especia-
lizados con acceso a los medios de comunicación, vincularan durante
años a la masonería con túneles secretos, la geometría sagrada y códi-
gos ocultos en el propio trazado de la ciudad, llevando al terreno de la
fantasía la verdadera historia de la masonería platense. A esto hay que
sumar que a lo largo del tiempo, sistemáticamente, se ha incorporado a
los cuadros de las logias de la ciudad a todo político ilustre y vecino de
renombre, sin ningún sustento documental.

Hoy, esa bibliografía es utilizada y reutilizada hasta el hartazgo en


conferencias, artículos periodísticos y nueva bibliografía que reproduce
esos errores. Ejemplo de ello son las habituales equivocaciones en las
fechas de fundación de las logias, o las localizaciones erróneas y descono-
cidas de los templos masónicos, que el autor ha podido descubrir a través
de la correspondencia oficial de las logias y del Registro de la Propiedad.

Dos grupos de masones de distinto linaje implantarán la masonería


en 1885, como fieles representantes de los principales sectores poblacio-
nales de la naciente capital: los inmigrantes y el funcionariado bonaeren-
se. Pero, a diferencia de lo que se pensaba, la primera logia masónica de
la ciudad no fue fundada por italianos, sino por vecinos de la comunidad
francesa. Mientras que la segunda, la fundarán empleados de la admi-
nistración provincial a causa de la posibilidad de que el fundador de la
ciudad llegue a la presidencia de la Nación.

Más tarde, los eventos revolucionarios de 1890 y 1893 provocarán la


propagación y diversificación de las logias en la región, trayendo consigo
la Edad de Oro de la masonería platense.

Logias patrocinadas por entidades europeas, centros educativos im-


pulsados por masones, conferencias públicas de librepensadores, y la
aparición de las primeras mujeres en la masonería, son algunos rasgos
distintivos de esta época olvidada de la ciudad.

Esta investigación, sin duda, derribará mitos arraigados en el imagi-


nario colectivo y arrojará luz a más de un misterio, pero será inevitable
que, con la documentación inédita que se presenta, surjan nuevos inte-
rrogantes y se creen nuevas líneas de investigación sobre la historiografía
platense.

Dévrig Mollès.
Director del Archivo de la
Gran Logia de la Argentina
ADVERTENCIA

No faltará el lector especializado que objete, según sus propias convic-


ciones, que no todas las logias que se mencionan son logias masónicas y
que no todos los masones que se mencionan son tales. Por esta razón se
señala que se trata de una obra sobre “historia de la ciudad de La Plata”,
por lo cual el criterio que se ha tenido a la hora de la recopilación, selec-
ción y presentación de la información es el de hacer mención de aquellos
grupos que públicamente se autodenominaban masones y que han inter-
venido activamente en esa ciudad. Se advierte que los hechos narrados
sucedieron hace más de un siglo, donde otras eran las preocupaciones de
los masones, otros eran los enemigos de la masonería y donde la Repúbli-
ca Argentina era un lugar muy distinto a lo que es hoy en día.

Esta obra, al igual que la historia de la masonería platense, se ha divi-


dido en cinco épocas que van desde el período previo a la fundación de
la ciudad de La Plata hasta el fin del siglo XX. La historia de la ciudad
se entrelaza con la biografía de sus pobladores más activos, debido a que
muchos de ellos la utilizaron para desarrollar los mismos emprendimien-
tos que habían llevado adelante a lo largo de sus vidas.

Fundada en Europa y nutrida de distintas fuentes a lo largo de los


últimos 300 años, la francmasonería ha logrado constituir un verdadero
lenguaje propio para comunicarse de forma oral entre sus miembros, y
escrita a través de sus documentos oficiales. Para lograr una mejor com-
prensión de los hechos, en esta obra se ha tratado de atenuar ese lenguaje
masónico a través de sinónimos, notas al pie, un glosario y una detallada
descripción de los documentos presentados, al final del libro.

El autor.
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

GLOSARIO

Asociación, institución u orden masónica: Grupo de logias o talleres


patrocinado por una asociación preexistente, que se constituye bajo los
usos y costumbres de la masonería moderna. Una asociación masóni-
ca que carecía del reconocimiento o patrocinio de otra, era considerada
“irregular”. Estas instituciones, a su vez, fomentan la fundación de nue-
vos talleres dentro de su jurisdicción y se dividen en dos grandes grupos:
los que regulan los tres primeros grados de la masonería y los que regulan
los grados superiores a partir del 4º grado. En esta obra aparecen los si-
guientes: Supremo Consejo y Gran Oriente, Gran Logia Nacional, Gran
Logia de Hamburgo, Gran Logia Bonaerense, Gran Consejo General
Ibérico, Gran Oriente de España, Gran Logia Unida de Inglaterra, Gran
Oriente de Italia, Gran Oriente Nacional de España, Gran Oriente de
Francia, Gran Oriente Nacional, Gran Oriente Nacional del Rito Azul,
Gran Oriente del Rito Nacional Argentino, Gran Oriente Federal Ar-
gentino, y Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.

Batería: Serie de aplausos con el mismo ritmo e intensidad. Existen dis-


tintas baterías según el grado masónico y la ocasión, que recuerdan los
golpes rítmicos de los antiguos picapedreros sobre las piedras.

Capítulo escocista: Nombre que reciben los talleres que administran los
grados capitulares de la masonería y que dependen de las asociaciones lla-
madas Supremo Consejo. En las reuniones de estos grupos solo acceden
determinados maestros masones, y uno de sus fines está relacionado con
la formación de la futura clase dirigente.

Carta Constitutiva: Documento que expide una institución masónica a


una logia, capítulo u otro cuerpo, con el objeto de autorizar su fundación
y funcionamiento. (Ver el Doc. Nº 23 para conocer la Carta Constituti-
va de una logia de La Plata).

Escuadra y compás: Por separado son herramientas simbólicas utiliza-


das en los trabajos de las logias, pero juntas y entrelazadas son el emble-
ma universal de la francmasonería. A su vez, durante el siglo XIX eran

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utilizadas indistintamente la plomada y el nivel entrelazados con otras
herramientas como emblema de la orden masónica. (Ver el Doc. Nº 4).

Grados masónicos: Sucesión de distintas ceremonias y niveles en los


que se van enseñando las doctrinas y fines de la masonería. Su cantidad
depende del rito masónico, existiendo grados simbólicos, capitulares, fi-
losóficos y administrativos. En los talleres de las instituciones Gran Lo-
gia o Gran Oriente, únicamente se administran los simbólicos que son
el grado 1 o de aprendiz masón, el grado 2 o de compañero masón y el
grado 3 o de maestro masón.

Gran Maestre o Gran Maestro: Máxima autoridad de las instituciones


denominadas Gran Logia o Gran Oriente, elegido por los representantes
de las logias de su jurisdicción. Su mandato variaba entre tres y cinco
años dependiendo de la reglamentación vigente. Desde 1886 hasta la re-
forma de la constitución del Supremo Consejo y Gran Oriente en 1896,
solo podían acceder a este cargo los masones que vivieran en la ciudad de
Buenos Aires y poseyeran el grado 33 del rito escocés.

Iniciación: Ceremonia de afiliación a una logia, que se realiza por única


vez a un individuo que solicita ser aceptado en la masonería, bajo un es-
tricto protocolo. Su nombre refiere al carácter iniciático que la masonería
pretende conservar para diferenciarse de otras asociaciones civiles.

Levantamiento y relevantamiento de columnas: Términos simbólicos


para referirse a la fundación y refundación de una logia. Por el contrario,
el termino “abatimiento de columnas” refiere al cierre de un taller.

Logia o taller: Las mínimas unidades funcionales de una asociación


masónica, en donde se reúnen los masones. Encargadas de formar mo-
ralmente a sus integrantes, sus nombres suelen estar relacionados a los
motivos que llevaron a fundarla, y su numeración corresponde al número
del registro de la asociación que las patrocina. Un taller que no era pa-
trocinado por una institución era conocido como logia independiente o
salvaje. A su vez, en la época que trascurren los acontecimientos de esta
obra, existían logias capitulares, que eran aquellas logias que tenían la
autorización para administrar un capítulo escocista. (Ver el Anexo para
conocer las logias platenses que existieron).

Los enemigos de la masonería o los enemigos de la verdad: Frase


ampliamente utilizada en los discursos de los masones del siglo XIX y
los de la primera mitad del siglo XX, que aludía a los regímenes políticos
totalitarios que prohibían la masonería, o específicamente al clero de la
Iglesia católica apostólica romana, no así al de otras confesiones religiosas
cristianas y no cristianas.

Loweton o lobaton: El hijo de un maestro masón. Las ceremonias laicas


de bautismo masónico y de recepción de lowetones se realizaban para
garantizar la protección de una determinada logia, si eventualmente que-
daba huérfano.

Reconocimiento masónico: Apoyo, amparo o favorecimiento que se da


dentro de la masonería. Debido a que las logias y las instituciones ma-
sónicas son previas a las leyes asociativas modernas, adoptaron entre el
siglo XVIII y el XIX usos del Derecho Internacional Consuetudinario.
Al igual que el reconocimiento entre estados, una institución masónica
para existir requiere del reconocimiento o el patrocinio de otra; costum-
bre que se extendió también a la condición de masón, que requiere del
reconocimiento de otros masones para ser efectiva.

Rito masónico: Protocolo que se desarrolla en las asambleas de los ma-


sones. Según el rito que se utiliza, cambian la cantidad de grados masó-
nicos, los símbolos, los colores de la vestimenta, la forma de circulación
de la palabra y la liturgia. Cada rito posee una historia alegórica de su
origen entrelazada con enseñanzas morales.

Solsticio: Evento astronómico y fiesta de origen pagano que se ha per-


petuado a través de los años, al ser celebrada por muchas religiones y
escuelas filosóficas. La francmasonería, al ser una institución fundada en
el hemisferio norte, celebra el solsticio de junio, día del año en que, en ese
hemisferio, hay más horas de luz.
Supremo Consejo y Gran Oriente de la República Argentina: Institu-
ción masónica hegemónica que existió con esta denominación entre las
últimas tres décadas del siglo XIX y las dos primeras del siglo XX. Estaba
constituida por dos grupos con sus propias autoridades y jerarquías, que
a lo largo de su existencia pugnaron por la dirección de la institución a
través de la reforma de su constitución. Su sede de la calle Cangallo –
actual calle Teniente General Domingo Perón Nº 1242–, era y aún es
la sede de la masonería nacional. Su primitivo escudo representaba a los
viajeros y comerciantes masones que, recorriendo el mundo, llegaban a
estas costas en donde eran recibidos por la fraternidad, la cual tuvo su
primera sede frente a la Aduana de Buenos Aires. A lo largo del siglo XX,
a través de pactos y fusiones, evolucionó hasta configurarse en la actual
Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.

Templo: Término alegórico que utilizan los masones para denominar


al lugar físico en el que se reúnen. La decoración de estos lugares de-
pende del rito que se practica y los grados que poseen los asistentes a la
logia. (Ver el Anexo para conocer los templos masónicos platenses que
existieron).

Tenida: Reunión o asamblea de masones dirigida por un presidente, bajo


un rito o protocolo masónico.

Triángulo masónico: Grupo de tres masones con el grado de maestro


que se suele constituir en poblaciones en donde no está presente la ma-
sonería, con el fin de fundar una logia, ya que para fundar una logia se
requieren obligatoriamente siete maestros masones.

Venerable maestro: Máxima autoridad de una logia, elegido entre sus


miembros con el grado de maestro masón. La duración de su mandato es
de un año y solo puede ser elegido por tres años consecutivos.
Primera época
De la pre-historia masónica platense
Capítulo I

Escudo del Supremo Consejo y Gran Oriente


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Para todos los hombres del mundo

A partir de la batalla de Caseros, ocurrida en febrero de 1852, el ejér-


cito de la Confederación Argentina al frente del gobernador de Buenos
Aires Juan Manuel de Rosas, fue derrotado por el Ejército Grande, inte-
grado por fuerzas de Brasil, Uruguay y las provincias de Entre Ríos y Co-
rrientes. La coalición de fuerzas había sido posible por las provincias del
litoral y los militares unitarios exiliados en los países limítrofes, los cuales
se habían coordinado con las potencias extranjeras para derrocar a Rosas.

Desde la llegada al poder del caudillo federal en 1829, se había denun-


ciado y perseguido con la ayuda de la Iglesia a las logias masónicas de la
región, por ser centros de reunión clandestinos de los opositores a Rosas
y a la Confederación. El caudillo creía que prohibiendo la actividad de
las logias, defendía la soberanía del territorio de los extranjeros, por con-
siderar a la masonería una costumbre foránea; por esa misma razón –la
protección de la soberanía–, había restringido el comercio inglés y fran-
cés en el Rio de La Plata.

Pero con el freno al comercio europeo durante décadas también se


había frenado la llegada de los avances científicos del siglo, siendo Argen-
tina un país con una industria retrasada y una educación paupérrima,
que requería una urgente reorganización1.

Los unitarios vencedores constituyeron las bases ideológicas que for-


marían al país con la sanción de la Constitución Nacional de 1853, la
cual fue abalada por todas las provincias, menos por la de Buenos Aires,
no pudiéndose lograr la total unión nacional.

La fuente de inspiración de esa Carta Magna había sido la obra Bases y


Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina,
publicada en Chile por Juan Bautista Alberdi, que manifestaba el anhelo
de europeización de los argentinos que habían tenido que exiliarse du-
rante el gobierno de Rosas. La obra que inspiró a estos hombres remar-
caba que “no debe cerrarse el país a la acción civilizadora de Europa, ya
que en América todo lo que no es europeo es bárbaro” y que “gobernar
1 Solari, Manuel. Historia de la Educación Argentina. Buenos Aires. Año 1987. pp. 115-116

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GABRIEL DARRIGRAN

es poblar”. Es así como se propició constitucionalmente el aumento de la


población a través de la inmigración y sus “hábitos europeos civilizados”2.

Entre estos hábitos europeos se encontraba su educación popular, co-


menzándose una rectificación de la orientación educativa, la cual se man-
tenía intacta desde la época del Virreinato. Se dejó a un lado la enseñanza
de las disciplinas filosóficas y se las reemplazó por el conocimiento de
las ciencias prácticas y aplicadas, que brindaran una utilidad inmediata.
También, se desterró de los planes de estudio el latín y se obligó el apren-
dizaje del francés y del inglés, considerados los idiomas de la libertad, la
industria y el orden. Pero todos estos cambios iniciales fracasaron; falta-
ban maestros y recursos, y el pueblo se mantuvo alejado de las escuelas e
indiferente de todas las cuestiones relacionadas con la enseñanza3.

No fue hasta que el unitario Domingo F. Sarmiento pudo retornar de


su exilio en Chile; que al frente del Departamento de Escuelas, desde 1856,
sintetizó todas las experiencias pedagógicas que había recolectado en sus
viajes por Europa y Norteamérica, y las implementó en la joven República.
Logró que la educación tuviera una renta propia, se preocupó para que las
escuelas tuvieran edificios adecuados y exclusivos para la educación, como
también de mejorar el magisterio y formar una opinión pública favorable
hacia la educación. Por tal motivo fundó la primera publicación pedagógi-
ca del país denominada Anales de la Educación Común.

La influencia extranjera más permanente traída por los educadores


especialmente contratados, fue la de la pedagogía francesa. De Francia se
recibió el principio de la limitación del Estado en las ideas y el principio
de la democratización de la enseñanza, pero fundamentalmente el mode-
lo de Escuela Normal estatal4.

Todo esto llevó a que la educación pública en la provincia de Buenos


Aires fuera la más adelantada en Sudamérica, en tan solo seis años.

2 Ibídem. pp. 113-114

3 Ibídem. p. 116

4 Ibídem. pp. 158-159

30
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Las logias masónicas hasta ese momento habían sido logias indepen-
dientes, o logias que estaban patrocinadas desde la lejanía por asociacio-
nes europeas. A principios de la década del cincuenta, luego que se per-
mitiera su actividad en Argentina, solo existían dos: L’ Amie des Naufra-
gés integrada por franceses y patrocinada por la institución Gran Oriente
de Francia5, y la logia Excelsior integrada por ingleses y patrocinada por
la Gran Logia Unida de Inglaterra.

Dentro de esos hábitos que se buscaron importar desde Europa tam-


bién estaba la institucionalización de las logias. En las últimas décadas,
los unitarios que habían tenido que escapar a otros países, se habían
relacionado con la masonería chilena, brasileña y uruguaya, que ya se
encontraban organizadas y jerarquizadas. Estas instituciones extranjeras
fueron quienes extendieron las primeras autorizaciones para que las lo-
gias argentinas se reúnan formalmente en asociaciones, utilizando provi-
soriamente su reglamentación y constituciones6.

Pero al igual que el pueblo argentino, los masones se encontraban


divididos ideológicamente entre los adherentes a la descentralización fe-
deral y los adherentes a la supremacía porteña. Por eso, fueron fundadas
dos instituciones masónicas antagónicas.

La primera fue en 1857 y se llamó Supremo Consejo y Gran Oriente


de la Confederación Argentina, la cual era presidida por el abogado Mi-
guel Valencia, quien había podido fundar cinco logias en la ciudad de
Buenos Aires. Valencia venía de vivir en el Imperio del Brasil y por sus
relaciones con la masonería de ese país, había logrado obtener el recono-
cimiento7 de la asociación Supremo Consejo del Brasil8.

5 La Amiga de los Náufragos fue fundada en Buenos Aires a los pocos meses de ser
derrocado Rosas y a lo largo de todo el siglo XIX fue un centro masónico que brindó
ayuda a los franceses que arribaron a estas costas.
6 Revista Masónica Americana. Buenos Aires. Tomo I. Años 1872-1873. pp. 30-31

7 Ver en el glosario: Reconocimiento masónico.

8 Ibídem. pp. 394-396

31
GABRIEL DARRIGRAN

La institución brasileña era dirigida por Paulino José Soares de Souza,


noble brasileño con el título nobiliario de vizconde del Uruguay9. El Es-
tado Oriental del Uruguay se había independizado de Brasil en 1825, por
esta razón los masones uruguayos vieron con malos ojos que su antiguo
subyugador tuviera algún tipo de injerencia en el territorio argentino. A
raíz de ello le negaron el reconocimiento a la asociación de Valencia, fo-
mentando la fundación de otra asociación en la ciudad de Buenos Aires10.

En 1858 se funda el Supremo Consejo y Gran Oriente de la Repúbli-


ca Argentina, que era presidido por el abogado José Roque Pérez, quien
había trabajado en el ministerio de relaciones exteriores de Rosas, y para
ese momento era catedrático de Derecho Internacional en la Universidad
de Buenos Aires11. Ésta obtuvo inmediatamente el reconocimiento ma-
sónico del Supremo Consejo del Uruguay.

Cuando en noviembre de 1859 se firmó el Pacto de San José de Flores,


se estableció que la provincia de Buenos Aires era parte integrante de la
Confederación Argentina, que se nacionalizaría su Aduana, y que juraría
la Constitución Nacional de 1853, lográndose de esta manera la tan bus-
cada unión nacional12.

Hasta el momento las negociaciones para unir a las dos instituciones


masónicas rivales habían fracasado porque ninguna quería resignar la
denominación “Confederación Argentina” o “República Argentina” de
sus nombres13. Pero, los masones argentinos viendo que a nivel nacional
se había logrado un pacto de unión, se volcaron hacia una de las dos ins-
tituciones, surgiendo una asociación hegemónica que marcará el ritmo
de la masonería nacional por las siguientes décadas; ésta fue el Supremo
Consejo y Gran Oriente de la República Argentina. Dicha asociación lo-

9 Ibídem. p. 395

10 Ibídem. pp. 419-425

11 Ibídem. p. 290

12 Luna, Félix. Grandes protagonistas de la historia argentina: Dardo Rocha. Buenos Aires.
Año 1999. pp. 26-27
13 Revista Masónica Americana. Buenos Aires. Tomo I. Años 1872-1873. pp. 457-461

32
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

gró reunir a influyentes militares, comerciantes, legisladores, y hombres


de ciencia, que compartían un sistema secreto de fraternidad y solidari-
dad con el objetivo de propender la libertad y la igualdad de la población.

En 1860, en el marco del aniversario del 9 de julio, el gobernador


de Buenos Aires invitó al gobernador de Entre Ríos y al presidente de
la Confederación a los festejos14. Viendo la oportunidad de reforzar la
unión, los masones de Buenos Aires representados por el Gran Maestre
Roque Pérez, organizaron una asamblea masónica el 21 de julio en el
teatro que se encontraba frente a la Plaza de la Victoria.

En esa asamblea, fueron invitados especialmente el presidente de la


Confederación, Santiago Derqui; el gobernador de Entre Ríos, Justo J.
Urquiza; el gobernador de Buenos Aires, Bartolomé Mitre, y Domingo
F. Sarmiento, como hombre influyente en la política y el ejército. Se les
otorgó el grado 33 del rito escocés, el mayor grado masónico que otor-
gaba la institución15, e incorporándose todos ellos a las logias porteñas
Unión del Plata Nº 1 y Confraternidad Argentina Nº 2, juraron ante la
asamblea no volver a cruzar las armas16.

La masonería una vez prohibida en Argentina, mostraba por primera


vez su influencia reuniendo a los hombres más poderosos e incorporán-
dolos a su seno. Sin embargo, ese pacto de caballeros duró poco; el pri-
mero que lo rompió fue Mitre, quien propició la separación de la provin-
cia de Buenos Aires de la Confederación, provocando la batalla de Pavón
de septiembre de 1861. En ese combate el ejército de la provincia de
Buenos Aires venció definitivamente al de la Confederación Argentina.
Esto provocó el fin de la Confederación y posicionó a Buenos Aires como
la potencia dominante en el país, consolidándose las bases ideológicas de
la organización nacional.

14 Luna, Félix. op. cit., pp. 26-27

15 Ver en el glosario: Grados masónicos.

16 Pérez, Roque José. Discurso pronunciado por el ilustre hermano José Roque Pérez, 33.
Buenos Aires. Año 1860. pp. 4-5

33
GABRIEL DARRIGRAN

Al igual que en el orden nacional, donde el poder político se concen-


tró en la ciudad de Buenos Aires, la masonería se estructuró exclusiva-
mente en la capital porteña, diferenciándose de los países americanos y
europeos, en donde la institución se había descentralizado en delegacio-
nes y autoridades provinciales. El lugar elegido para instalar sus oficinas
y el lugar de reunión de las logias que formaban la orden masónica, fue
el 1º y 2º piso del Teatro Colón. Edificio en el que permanecerán por
más de una década17.

Su sede se encontraba frente a la Aduana de Buenos Aires, puerta de


entrada de los masones viajeros y comerciantes, que llegaban a la Repú-
blica Argentina, los cuales aprovechaban para visitar los talleres masóni-
cos, trayendo los saludos de sus respectivas logias.

En las elecciones presidenciales de abril de 1868, es electo Sarmiento


como presidente de la Nación, quien residía en Norteamérica desde 1865,
por ser el ministro plenipotenciario de la Argentina en los Estados Unidos.
Enterados los masones que su representante ante la masonería norteame-
ricana18 accedía a este alto cargo nacional, tomaron la decisión de dar un
paso más allá, poniéndose a la altura de la masonería de otros países.

Por propuesta del Gran Maestre de aquel entonces, el Dr. Daniel Ma-
ría Cazón, se propuso la compra de un terreno para construir la sede
argentina de la masonería. Este proyecto fue aprobado en la asamblea
anual del mes de junio de 1868, siendo financiada la construcción del
edificio por medio de suscripciones voluntarias, donaciones, acciones y la
organización de espectáculos teatrales a beneficio de las obras por parte
de la comisión edificadora19.

A su llegada al país, 15 días antes de asumir la presidencia, los in-


fluyentes integrantes de la logia Constancia Nº 7, organizaron un ban-
17 Este teatro existió frente a la actual Plaza de Mayo entre 1857 y 1888, en el lugar que
hoy ocupa el Banco de la Nación Argentina. La masonería utilizó sus instalaciones hasta
1873 cuando se inauguró su sede en la calle Cangallo.
18 Revista Masónica Americana. Buenos Aires. Tomo I. Años 1872-1873. p. 328

19 Ibídem. p. 319

34
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

quete de recepción para Sarmiento. El evento se desarrolló el 28 de


septiembre de 1868 en el edificio del Teatro Colón. En su discurso,
el presidente de la institución, el Dr. Cazón, afirmó que la masonería
argentina necesitaba cohesión y que el electo presidente podía dársela,
que sus propuestas tendrían autoridad y prestigio, pudiéndose extender
los talleres masónicos por el territorio, y así ayudar a la masonería a
remover los obstáculos de la superstición religiosa. Pero, además afirmó
que, antes se requería fundar el templo sede de la masonería nacional,
el cual sería la base de una reforma moral y social; preguntándole al
agasajado si estaba dispuesto a asociar su nombre al proyecto y prestar
cooperación, debido a que venía de los Estados Unidos en donde había
podido comprobar los templos que allí la masonería levanta 20. A lo que
Sarmiento replicó a través de su discurso:

“Llamado por el voto de los pueblos a desempeñar la


primera magistratura de una República, que es por mayo-
ría del culto católico, necesito tranquilizar a los timoratos
que ven en nuestra institución una amenaza a las creen-
cias religiosas. Si la masonería ha sido instituida para
destruir el culto católico, desde luego declaro que yo no
soy masón. Declaro además que habiendo sido elevado a
los más altos grados de la masonería, conjuntamente con
mis hermanos los generales Mitre y Urquiza, por el voto
unánime del Consejo de venerables hermanos, si tales de-
signios se ocultan, aún a los más altos grados de la maso-
nería, esta es la ocasión de manifestar que, o hemos sido
engañados miserablemente, o no existían tales designios
ni tales propósitos. […] El presidente de la República Ar-
gentina debe ser, por la Constitución, católico apostólico
romano, como el rey de Inglaterra debe ser protestante
católico anglicano. Este requisito impone a ambos go-
biernos sostener el culto respectivo, y proceder lealmen-
te para favorecerlo, en todos sus legítimos objetos. Este
será mi deber y lo llenaré cumplidamente. […] Hechas

20 Ibídem. pp. 321-325

35
GABRIEL DARRIGRAN

estas manifestaciones para que no se crea que disimulo


mis creencias, tengo el deber de anunciar a mis hermanos
que de hoy en adelante me considero desligado de toda
práctica o sujeción a estas sociedades. Llamado a desem-
peñar altas funciones públicas, ningún trato personal ha
de desviarme del cumplimiento de los deberes que me son
impuestos; simple ciudadano, volveré un día a ayudaros
en vuestras filantrópicas tareas […]”21.

El progreso de esta asociación filantrópica a menudo era frustrado


por los religiosos, en especial los jesuitas, que se habían propuesto erra-
dicarla del país alegando que sus objetivos eran destruir la religión. Por
esta razón, lo que menos quería un político argentino era tener al clero
abiertamente en su contra, y la constante amenaza de ser excomulgado
por el Papa Pío IX 22.

La masonería era más tolerada en los países anglosajones, en donde la


religión protestante era la misma que la de sus fundadores ingleses, y en
donde la influencia de la Iglesia de Roma estaba acotada desde el siglo
XVI23. Pero en los países católicos, la institución era duramente atacada
desde los púlpitos de las iglesias, por sus intentos de restringir la influen-
cia de la Iglesia en el Estado, especialmente en todo lo que se relacionara
con la educación.

Los masones consideraban que la educación era la base del progreso, y


que un hombre educado desde la infancia, crecía libre de toda influencia
retrógrada. Pero en Argentina se había entregado gran parte de la educa-
ción de los niños a las instituciones educativas gratuitas dirigidas por los
religiosos católicos, y quien no quisiera esto tenía que inscribir a sus hijos
en colegios privados como los que los masones fundaban24.

21 Ibídem. pp. 325-330

22 Ibídem. Tomo II. Años 1873-1874. p. 839

23 Ibídem. p. 74

24 Ibídem. Tomo I. Años 1872-1873. p. 73

36
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 1:

Certificado del grado 18 del agrimensor Carlos Glade. Año 1868.

37
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 2:
Fragmento del acta de la instalación del agrimensor
Glade como presidente de la logia Germania.

Carlos Glade: Algunos hermanos me dirán, tal vez, que los puntos que voy a tocar
no son materia de disertación para una logia; a esto objetaré. […] Consideremos,
pues hoy, lo que vulgarmente se conoce con el nombre de cielo: esa inmensa
cantidad de soles, tierras, lunas, cantidades que no concibe la imaginación del
hombre. La estrella fija más cercana de la tierra –que es el sol– dista de nosotros
como 28 millones de leguas. Una bala de cañón, llevando la misma velocidad con
que parte, llegaría en 25 años al sol, en 100 años a Júpiter, en otros 100 años más
a Saturno, y necesitaría 600 mil años para llegar a Sirius, que, según parece, es
la estrella fija que después del sol se halla más cerca de nosotros. Esta última dis-
tancia es hipotética, y la razón del hombre no la concibe. […] La luz necesita siete
minutos para recorrer el espacio que hay entre la tierra y el sol, y un rayo de luz
partiendo desde la Vía Láctea necesita 2000 años para llegar a la tierra: aún más,
por los telescopios más grandes se han visto estrellas, cuya luz ha corrido millones
de años para poder ser apreciada en la tierra, de modo que, si hoy desaparece una
estrella se la vería por miles de años todavía; y, al contrario, si hoy aparece una
nueva, tardaría miles de años para ser percibida. Ahora, si el sol es una estrella
fija y tiene como 80 planetas –hasta hoy descubiertos– que constantemente giran
alrededor de ella, no siendo la tierra, como está probado, ni el más grande ni el
más chico, ni el más próximo, ni el más distante del sol: ¿cómo podemos dudar
que sobre los otros planetas haya también seres animados?

Santiago Albarracín: Hermano venerable, me habéis recordado un episodio des-


agradable de mi vida. Visitando el observatorio astronómico de Madrid; su di-
rector me decía: ‘’¿cuándo tendremos observaciones astronómicas de la República
Argentina? Carecemos de datos, los fenómenos astronómicos de esa parte de la
tierra nos son desconocidos, por fin Chile nos ha enviado los suyos’’. Yo, aver-
gonzado, evadía la respuesta, pero me decía a mí mismo: ‘’en cambio de obser-
vatorios, tenemos caudillos, revoluciones y gobiernos que, en vez de mandar en
busca de estos bellos instrumentos y hombres científicos, mandan gruesas sumas
de dinero a los mismos que más tarde quemarán las ideas en folletos de Santa Fe’’.
[…] Lo que os digo es de nuestros días y pasa en nuestro país, a los gobiernos les
falta fondos para educar a los pueblos, pero les sobran rentas que las sacan para
traer a esa mala semilla. Sin embargo, la masonería en su obra pacífica, a nadie
que no sea hermano pide recursos, ella continuará derramando siempre consuelo
al infortunio.

Buenos Aires, 12 de mayo de 1869.

38
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

En el año 1869, un español recién llegado al país llamado Luis Ri-


cardo Fors, llevó esta inquietud masónica a las calles, cuando presentó
en sociedad una novedosa publicación llamada El Progreso: Revista filo-
sófico-social. La revista contaba con la autorización expresa del Supremo
Consejo de Buenos Aires y se autodenominaba “una revista abiertamente
contraria a la secta religiosa de los jesuitas”25.

Se trataba de la primera publicación patrocinada por la masonería


argentina, en donde se criticaba duramente a los religiosos de Buenos
Aires y se los acusaba de retrógrados. A su vez, Fors, publicitaba la fun-
dación de una nueva escuela gratuita de enseñanza racional y laica en
la ciudad, para que se matricularan todos los hijos de masones, la cual
también propuso al gobierno de la provincia de Buenos Aires26.

Esto provocó la reacción del clero contra los masones porteños como
nunca se había visto antes. Los religiosos enviaron a imprimir una tirada
de folletos titulados Los francmasones: lo que son, lo que hacen, lo que quie-
ren, los cuales difamaban a los masones y eran repartidos en las iglesias
de la ciudad.

Finalmente, el 27 de junio de 1869, los presidentes de todas las lo-


gias de Buenos Aires se reunieron y decidieron que se debía contestar a
los religiosos a través de folletos. El Gran Maestre Cazón encargó esta
respuesta directamente a Fors, a través de nuevos folletos que llevaron el
título de Respuesta de los francmasones de Buenos Aires al folleto jesuítico de
monseñor de Segur27.

Las viejas vestiduras de la provincia

Comenzada la década del setenta, la ciudad de Buenos Aires sufrió


la epidemia de fiebre amarilla más importante de su historia, causando
miles de muertos y desplazados. Todos perdieron a un familiar o a un

25 Ibídem. Tomo I. Años 1872-1873. p. 2

26 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1869 Leg. 12 Exp. 889/0

27 La Verdad. La Plata. 8 de marzo de 1896. p. 5

39
GABRIEL DARRIGRAN

conocido en esos meses, dejando una profunda huella en la mente de las


familias porteñas, y condicionando el devenir de los acontecimientos de
las siguientes décadas.

Entre los fallecidos estuvo el propio fundador de la institución masó-


nica José Roque Pérez28, quien presidiendo la comisión popular de auxi-
lio a las víctimas, se había negado a abandonar la ciudad 29.

Para principios de 1873 la masonería era dirigida por el decano de la


Facultad de Medicina Nicanor Albarellos, quien había tenido una desta-
cada actuación humanitaria en la epidemia, estando a punto de finalizar
su segundo mandato al frente del Supremo Consejo y Gran Oriente. El
Gran Maestre desde hacía un tiempo impulsaba la reforma de la consti-
tución de la entidad para equilibrar la influencia de los dos grupos que
formaban la masonería, reformulándola en Grande Oriente30.

Para ese momento, se contaban con 20 logias en todo el país, estan-


do la mayoría de ellas en la ciudad de Buenos Aires. Estas ya no tenían
espacio en el teatro de la Plaza de la Victoria y los masones exigían a
sus autoridades, desde hacía años, la conclusión de las obras de la nueva
sede31. El edificio que se estaba levantando se encontraba en la antigua
calle Cangallo, en el límite oeste de la ciudad, y por esa razón, de ahora
en adelante la asociación será conocida como “la masonería de la calle
Cangallo”.

La elección de autoridades para el trienio 1873-1876 se efectuó la noche


del 21 de mayo de 1873, presentándose para un tercer período Albarellos.
Al anunciarse que el candidato más votado había resultado el actual presi-
dente de la masonería, un grupo de masones con el grado 33 protestaron

28 Revista Masónica Americana. Buenos Aires. Tomo I. Años 1872-1873. p. 289

29 El pintor Juan Manuel Blanes, en su cuadro de 1871 “Un episodio de la fiebre amarilla
en Buenos Aires”, representó uno de los episodios dramáticos de Pérez y Argerich
visitando a las familias afectadas por la enfermedad.
30 Ibídem, pp. 481-487

31 Ibídem, p. 670

40
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

y declararon que no iban a reconocer como Gran Maestre a Albarellos32.

A causa de la ofensa pública fueron suspendidos en sus derechos, y se


le prohibió ingresar a la asociación a todo aquél que se negara a reconocer
al Gran Maestre33. Los insurgentes pertenecían a cinco logias porteñas,
reuniendo a un total de 50 masones, los cuales tomaron la decisión de
fundar una nueva asociación masónica en la ciudad, la cual llevó el nom-
bre de Gran Logia Nacional34.

El líder de los rebeldes era el ex Gran Maestre Daniel María Cazón,


destacando dos masones en el grupo que lo seguía: el alemán Carlos Gla-
de, agrimensor bonaerense, y Manuel H. Langenheim, vocal del máxi-
mo tribunal de justicia provincial.

El alemán había llegado al país con 25 años de edad, a principios de


la década del cincuenta, desde la ciudad prusiana de Stroppeno35. Su in-
fluencia en la administración provincial había crecido a la par que había
crecido su influencia en la masonería, habiendo llegado a ser uno de los
dirigentes del Supremo Consejo y representante en Argentina de una
asociación masónica alemana36.

Mientras que el juez pertenecía a una tradicional familia porteña, su


padre, el contador Manuel José Langenheim había nacido en la banda
oriental en el momento de la revolución de mayo, y su madre Adeodata
Anzoátegui y San Martín, pertenecía a una familia de larga data en
la capital del Virreinato, siendo el padre de ésta el capitán Gabino de
Anzoátegui37.

32 Ibídem, pp. 475-476 y 722-725

33 Entre los suspendidos se encontraba el diputado provincial Leandro N. Alem. (Ibídem,


p. 547)
34 Ibídem, Tomo III. Años 1875-1876. pp. 250-252

35 AHMI. La Plata. Carpeta biográfica Nº 79c.

36 BOGORA. Buenos Aires. Diciembre de 1905. p. 21

37 Massot, Adolfo. Bosquejo de la vida pública y masónica del doctor Manuel H. Langenheim.
La Plata. Año 1892. p. 7

41
GABRIEL DARRIGRAN

Con 41 años de edad era uno de los funcionarios de la administración


de justicia más antiguos del país y uno de los pocos que había realizado
su carrera judicial de forma ininterrumpida pasando por todas las ins-
tancias de la administración38. El Dr. Langenheim, su hermano Ignacio y
su padre pertenecían a la masonería desde hacía décadas y juntos habían
ayudado a fundar las primeras logias del país. Mientras que Manuel José
Langenheim había sido el secretario del Gran Oriente durante la pre-
sidencia de Roque Pérez, Ignacio Langenheim, había sido el secretario
del Supremo Consejo, siendo el responsable de extender los diplomas
que reconocían el grado 33 del rito escocés a Derqui, Urquiza, Mitre y
Sarmiento, entregados en la memorable noche del 21 de julio de 186039.

Por aventurarse en la fundación de una nueva asociación, generando


la primera escisión de la masonería desde la unión de las asociaciones de
1859, se les hizo pagar un alto precio. No solo fueron expulsados de la
institución de la calle Cangallo, sino que también sus nombres fueron
circulados por las instituciones masónicas del extranjero, a las que se les
informó lo ocurrido40.

El principal perjudicado fue Langenheim, ese acto separatista le cos-


tó que lo degradasen en su carrera judicial, pasando de ser uno de los
integrantes del Superior Tribunal de Justicia de Buenos Aires, adonde
había accedido gracias al diputado Dardo Rocha, a ser el juez de la
Cámara de Apelaciones de Mercedes, teniéndose que mudar él y su fa-
milia a esa localidad41. Esto se explicaba por la influencia de Onésimo
Leguizamón, secretario del Supremo Consejo, que era el actual minis-
tro de justicia de la Nación42.

La nueva asociación Gran Logia Nacional, poseía pocas logias y con-


taba con escaso reconocimiento fuera del país, pero había logrado incor-

38 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2726. Correspondencia del 16 de octubre de 1881.

39 AMM. Buenos Aires. Diploma del grado 33 de Bartolomé Mitre del 21 de julio de 1860.

40 Revista Masónica Americana. Buenos Aires. Tomo I. Años 1872-1873. pp. 722-725

41 Massot, Adolfo. op. cit., p. 26

42 Revista Masónica Americana. Buenos Aires. Tomo I. Años 1872-1873. p. 433

42
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

porar a la masonería a políticos de renombre del recién fundado Partido


Autonomista Nacional. Ésta a su vez, era respaldada por el representante
de la masonería inglesa en Argentina, y las logias Excelsior y Star of the
South43. Ya que, la Gran Logia Unida de Inglaterra había visto la opor-
tunidad de que esta nueva asociación fuera la representante en Argentina
de su sistema masónico de los tres grados simbólicos44.

Por esta razón, el Supremo Consejo y Gran Oriente se vio en la obli-


gación de llegar a un entendimiento con los disidentes, y en enero de
1876 firmó un acuerdo con ellos. A partir de ese momento el gobierno y
la administración de la masonería de la calle Cangallo pasó a manos de
un Directorio en el cual estuvieron representados los tres grupos que de
ahora en más constituirían a la masonería nacional45.

Tras la firma del acuerdo y el retorno al Supremo Consejo y Gran


Oriente, disidentes como Carlos Glade, se vieron inmediatamente favo-
recidos. Cuando en 1876 se reorganizó el departamento topográfico de
la provincia en el nuevo departamento de ingenieros, el agrimensor fue
nombrado director de la oficina catastral de la nueva repartición46. A su
vez, el Dr. Langenheim fue trasladado a la capital, y tan solo tres años
más tarde, fue elegido como Gran Maestre del Gran Oriente de Canga-
llo para el período 1879-188247.

Carlos Glade era el representante en Argentina de la Gran Logia de


Hamburgo, estando en continua comunicación con los masones alema-
nes48. Con el apoyo de esta asociación europea, a mediados de 1878, ha-

43 Ibídem, Tomo III. Años 1875-1876. pp. 39-42

44 En el año 1860 se había firmado un tratado de alianza a perpetuidad entre la masonería


argentina y la inglesa. En éste, los masones ingleses reconocían parcialmente al Supremo
Consejo y Gran Oriente, y los argentinos reconocían un distrito masónico inglés con un
delegado a su cargo en la ciudad de Buenos Aires (Ibídem, Tomo II. pp. 448-452).
45 Ibídem, pp. 884-893

46 AHMI. La Plata. Carpeta biográfica Nº 79c.

47 Massot, Adolfo. op. cit., p. 47

48 BOGORA. Buenos Aires. Diciembre de 1905. p. 21

43
GABRIEL DARRIGRAN

bía fundado en la ciudad la logia Deutschland del rito ecléctico alemán49,


que agrupaba a los hombres más distinguidos de la colectividad de esa
Nación. Taller masónico que un año más tarde promovió las obras de
construcción del Hospital Alemán50.

La fundación de este taller, en un principio, no fue bien recibida por


las autoridades de la masonería nacional, por promover un rito masónico
no reconocido, e inmediatamente se prohibió a los masones visitarla51.
Sin embargo, por gestiones realizadas entre Glade, como representante
de la masonería alemana y Langenheim, como representante de la ar-
gentina, se logró que en 1879, ambas asociaciones firmaran un pacto de
reconocimiento y colaboración mutua52.

En el año 1880, ante la iniciativa del presidente Nicolás Avellaneda de


forzar políticamente al municipio porteño a ser la sede del gobierno, la
Legislatura de Buenos Aires se armó y el gobernador Carlos Tejedor for-
mó milicias para levantarse en armas contra el presidente. Así comenzó
la última guerra civil argentina, pero esta vez en las propias calles de la
ciudad de Buenos Aires.

En medio del conflicto armado, el Gran Maestre Langenheim, que


el año anterior había sido destratado por el gobernador al no proponer-
lo para integrar la Suprema Corte53, solicitó autorización al ministro de
guerra y marina de Avellaneda para que una comisión de masones presta-
ra auxilio a las victimas del conflicto. El Cuerpo Masónico de Protección
a los Heridos, conformado por médicos y farmacéuticos de la asociación,
fue autorizado por el presidente Avellaneda e intervino activamente uti-
lizando la sede de la masonería para asistir a las víctimas54. El grupo

49 AGLA. Buenos Aires. AGLA-896. Circular del 18 de febrero de 1879.

50 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1879 Leg. 20 Exp. 1132/0

51 AGLA. Buenos Aires. AGLA-896. Circular del 6 de julio de 1878.

52 Ibídem, Circular del 18 de febrero de 1879.

53 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2726. Correspondencia del 16 de octubre de 1881.

54 RNRA. Buenos Aires. Año 1896. p. 287

44
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

de masones estaba encargado de recoger con camillas a los heridos en


el campo de batalla, para prestarle los primeros auxilios; utilizándose
vehículos identificados con un estandarte blanco con una escuadra y un
compás rojo en el centro55.

Cuando finalizó la lucha armada entre el gobierno nacional y el de la


provincia, Carlos Tejedor fue obligado a renunciar, se disolvió la Legisla-
tura de Buenos Aires y, el 20 de septiembre de 1880, el presidente puso
bajo su jurisdicción el territorio de la Municipalidad de Buenos Aires56,
restableciendo el equilibrio roto por el exceso de poder de la provincia.
De esta manera concluyó el proceso de organización y consolidación del
Estado Nacional, que había comenzado en 1810 y que las guerras civiles
habían dilatado57.

En esta etapa de la vida institucional del país, accedían al poder aque-


llos que tuvieran el ejército más numeroso y los medios para sustentarlo,
pesando más los que triunfaban en las revoluciones que los gobernantes
elegidos por el voto. Por el contrario, los que llegaban al poder por el
voto, lo hacían mediante el fraude y las prebendas electorales, como los
hombres del hegemónico Partido Autonomista Nacional.

Dentro de este partido liberal en los discursos, pero conservador en


las formas, existían dos jóvenes ramificaciones, la de los llamados “pu-
ros” encabezada por el Dr. Leandro N. Alem, acérrimo opositor a la fede-
ralización de la ciudad de Buenos Aires y representante de la intransigen-
cia porteña58, y la de los “republicanos” encabezados por Aristóbulo del
Valle, quienes habían optado por apoyar la entrega de Buenos Aires a la

55 El Día. La Plata. 1 de agosto de 1890. p. 2

56 Martínez, Carlos. Buenos Aires: su naturaleza, sus costumbres, sus hombres. Observaciones de
un viajero desocupado. México. Año 1890. p. 195
57 D’Amico, Carlos. Siete años en el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Buenos Aires.
Año 1895. p. 49
58 El calificativo de “puro” aludía a los objetivos iniciales del partido, que había sido
fundado en 1874 por Alsina y Mitre para mantener la autonomía porteña, evitando la
federalización de Buenos Aires y su Aduana.

45
GABRIEL DARRIGRAN

Nación y las ideas federales del senador Dardo Rocha59. El propio Alem,
en un discurso maratónico en la Cámara de Diputados, había rebatido el
proyecto de ley de cesión del territorio, que el ministro Carlos D’Amico
había fundamentado en nombre del Ejecutivo provincial60.

Hijo de un militar exiliado en Uruguay, por estar comprometido


con la causa antirosista, Dardo Rocha se había convertido en un joven
abogado especializado en Derecho Constitucional. Con una efímera
carrera docente en la Universidad de Buenos Aires61, había pasado por
el Consejo Escolar62, como la mayoría del grupo de jóvenes políticos
que frecuentaba y a quienes no les disgustaba el federalismo. Incluso
su tesis doctoral afirmaba que “A pesar de los antecedentes políticos y
de las condiciones naturales que llaman a la República Argentina al
sistema unitario, la ley federativa es la única compatible con la paz y la
libertad actual”63.

Gracias a sus dotes como hábil negociador, rápidamente se había con-


vertido en el principal operador político del Partido Autonomista, y en el
mejor candidato a gobernador para la provincia de Buenos Aires64.

En las primeras elecciones después de la disolución de la Legisla-


tura, el único partido que se había presentado había sido el Autono-
mista Nacional, quedando representadas las cámaras exclusivamente
por éste65. La facción de los “puros” solo había podido obtener cuatro
bancas en Diputados, dejando a esta facción debilitada en la interna

59 Salvadores, Antonio. Fundación de la Ciudad de La Plata: Documentos éditos e inéditos.


Publicaciones del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires. Tomo VIII. La Plata.
Año 1932. p. VIII
60 D’Amico, Carlos. op. cit., p. 48

61 AHUBA. Buenos Aires. Año 1874. R-048. 52-03-21.

62 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1878. Leg. 23 Exp. 1258/0

63 AHUBA. Buenos Aires. Libro de matrículas. Registro del 27 de abril de 1863.

64 Luna, Félix. op. cit., p. 54

65 Salvadores, Antonio. op. cit., p. XIII

46
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

partidaria que la enfrentaba a los rochistas. Por tal razón, cuando Ro-
cha, en mayo de 1881, asume la gobernación, Alem tuvo que resistir los
embates que intentaron apartarlo del partido por haber sido opositor
a la federalización y al candidato a gobernador66. Este ultimo, en los
meses anteriores, se había convertido en el hombre más importante de
la provincia; ya que, mientras los ejércitos combatían en las calles por-
teñas, Rocha se había ocupado de hacer campaña en toda la provincia,
enviando amigos y partidarios a los pueblos del interior para fundar
clubes políticos67.

El nuevo gobernador, desde el primer momento tuvo en mente alcan-


zar la presidencia de la Nación, ya que las condiciones políticas y econó-
micas estaban a su favor. Su plan consistiría en colocar a sus allegados en
puntos estratégicos de la administración68, y la construcción de puertos,
vías férreas, caminos y una obra monumental para deslumbrar a los bo-
naerenses: una nueva capital para la provincia69. Todo eso lo convirtió
en uno de los políticos más reconocidos del país, distinguiéndose de sus
predecesores como se lo había hecho saber el presidente de la asamblea
legislativa Nicolás Achával, el día de su asunción:

“Dr. Dardo Rocha, en setenta años de vida indepen-


diente, jamás gobernador alguno se recibió del mando bajo
mejores auspicios y con horizonte más extenso. Os reci-
bís del mando de la provincia, dispuesta a tomar todas las
formas que quiera imprimirle vuestra mano hábil. Con la
federalización del municipio, la provincia ha quedado libre
de las viejas vestiduras. Todo hay que hacer de nuevo: desde
el molde que ha de guardar sus más vitales instituciones,
hasta los más pequeños detalles reglamentarios”70.
66 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2723. Correspondencia de Leandro N. Alem.

67 Martínez, Carlos. op. cit., p. 197

68 En 1881 Dardo Rocha nombró como vocal de la Suprema Corte bonaerense al Gran
Maestre Langenheim.
69 Ibídem, p. 200

70 D’Amico, Carlos. op. cit., pp. 197-198

47
GABRIEL DARRIGRAN

Ilustración de Manuel H. Langenheim.

48
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 3:
Sr. Dr. Dardo Rocha.
Mi estimado amigo:

Mañana debe presentar su renuncia de miembro de la Suprema Corte de la pro-


vincia el Sr. Dr. Víctor Martínez, según me lo participa en reserva el Sr. González
Garaño, para que yo solicite de usted ese puesto.

Cuando en 1868, por muerte del Dr. Cárcova, quedó una vacante en el Tribunal
Superior, usted se acordó de éste, su amigo, y manifestando a los senadores que yo
tenía diez años de juez de primera instancia, obtuve que me propusieran primero
en la terna.

Hoy que ocurre en la Corte una vacante, me permito recordarle que soy el miem-
bro más antiguo de la administración de justicia, con excepción del Dr. González
Garaño que tiene seis meses más que yo.

Le recuerdo el desaire que sufrí cuando el nombramiento del mismo Martínez,


debido a la felonía que conmigo cometió el Dr. Tejedor, cambiando a última hora
las propuestas, y me atrevo a esperar que hoy, que está en la facultad de usted ex-
clusivamente hacer ese nombramiento, no seré nuevamente desairado, cuando en
otras ocasiones me ha dado usted pruebas tan inequívocas de su buena voluntad a
mi respecto.

[…] Perdone la franqueza en que le hablo, debido a la persuasión que tengo de que
es usted mi verdadero amigo, y ordene al que lo es siempre de usted.

M. H. Langenheim, Buenos Aires, 16 de octubre de 1881.

49
Capítulo II

Sello del departamento topográfico bonaerense.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Marcas en la tierra

El 15 de marzo de 1882, el agrimensor Carlos Glade viajó de la ciudad


de Buenos Aires a la estancia de la familia Iraola, con la misión de dirigir
la medición de 80 kilómetros cuadrados en el partido de Ensenada para
poder elegir el terreno sobre el cual se ubicaría la nueva capital71, tenien-
do como recomendación especial las Lomas de Tolosa72. En esa enorme
superficie se requirió levantar un mapa preciso con los conocimientos
geodésicos. Con la ayuda de los teodolitos, la cuadrilla que dirigía Glade
tuvo que medir los ángulos horizontales de los puntos más altos de las
lomas –que son los vértices geodésicos–, señalando con estacas las crestas
de las lomas y otros elementos relevantes del territorio73. Más tarde, por
trigonometría calcularon las distancias, y con estos datos construyeron
un mapa de precisión del territorio, que llevó la firma del alemán74.

El diseño de la nueva ciudad había sido encargado el año anterior al


departamento de ingenieros de la provincia de Buenos Aires75, que por
ese entonces se hallaba en la calle Perú Nº 126. Carlos Glade trabajaba
en esta antigua oficina, antes conocida como topográfica, como ofi-
cial técnico desde el año 1856, habiendo obtenido la autorización para
ejercer el oficio de agrimensor en esta repartición provincial en 1862;
su reputación provenía de haber tenido a cargo el dibujo de la obra
cartográfica de la ciudad de Buenos Aires de 1867, último plano oficial
de la antigua capital76.

Por propuesta de profesionales de origen alemán como el propio Gla-


de o Germán Kuhr, el boceto que se había elegido era uno que se inspira-
ba en la ciudad prusiana de Karlsruhe, capital del ducado de Baden. Este
71 De Paula, Alberto. La Ciudad de La Plata. Sus tierras y su arquitectura. La Plata. Año 1987.
p. 109
72 D’Amico, Carlos. op. cit., p. 233

73 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1881. Leg. 18 Exp. 1364/0

74 AHMI. La Plata. Plano 700-28-3. Año 1882.

75 ROPBA. Año 1881. pp. 287-288

76 AHMI. La Plata. Carpeta biográfica Nº 79c.

53
GABRIEL DARRIGRAN

consistía en un perímetro rectangular delimitado por un gran boulevard,


con doce avenidas que se proyectaban como haces de luz desde una plaza
principal hacia la periferia77; al rededor de esta plaza, centro administra-
tivo de la urbe, un sistema de amplias calles en forma de semicírculo la
abrazaban repartiendo los espacios verdes por toda la traza.

La importancia de las calles, avenidas y bulevares con que los ingenie-


ros la habían proyectado, provenía por propio requerimiento de Rocha,
ya que dos hechos históricos habían marcado al gobernador. En primer
lugar, las epidemias de principios de la década del setenta que habían
diezmado a la ciudad de Buenos Aires, amplificándose por la insalu-
bridad de las estrechas calles porteñas. En segundo lugar, el conflicto
armado de 1880, donde se habían obstruido las calles aislando a barrios
enteros, por la construcción de barricadas78. Otro de los requisitos al
departamento de ingenieros había sido el valor artístico de la traza, que
se comprobaría a través de las formas geométricas de los espacios verdes
y sus calles. Inicialmente se había previsto una futura ampliación de la
urbe hacia el Rio de La Plata, en la cual se extenderían los diagonales
hacia el noreste, completándose los semicírculos, que formarían círculos
concéntricos alrededor del centro administrativo de la capital, generán-
dose una traza con simetría bilateral.

Sin embargo, el boceto inspirado en una ciudad alemana contrade-


cía la idea de Rocha de erigir una ciudad única que sea un modelo a
nivel mundial79. Por tal razón, nunca había sido considerado seriamen-
te por la provincia, y el diseño definitivo se mantenía retrasado, a la
espera de que la Legislatura aprobase los presupuestos para el comienzo
de las obras.

Mejor suerte habían tenido los proyectos alemanes para las obras edi-
licias de la capital. En mayo de 1881 se había nombrado una comisión
encargada de establecer un concurso internacional para el diseño de los
edificios públicos de la nueva capital. Esta, era integrada por hombres

77 AHMI. La Plata. Plano 3701-29-3.

78 D’Amico, Carlos. op. cit., p. 199

79 ROPBA. Año 1881. pp. 287-288

54
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

de confianza del gobernador, como el ingeniero Pedro Benoit, de quien


él decía era “descendiente de uno de aquellos fuertes varones de la gene-
ración de acero que sustentara el imperio napoleónico”80. Ellos serían el
jurado que votaría entre todos los diseños presentados antes del día 22
de noviembre de 1881, para construir los edificios de la Legislatura, la
Casa Municipal, la Casa de Justicia, la Casa de Gobierno y el Templo
Católico. Hacia finales de año, se habían remitido al departamento de
ingenieros ocho proyectos de profesionales argentinos, mientras que a
los consulados argentinos, ocho proyectos uruguayos, cinco alemanes,
tres chilenos, uno francés, uno belga y uno inglés81. Para garantizar la
objetividad del jurado, los proyectos concursantes debían ser anónimos;
identificándolos mediante seudónimos o lemas que representaran sim-
bólicamente al proyecto, para que luego del concurso se pudiera develar
quienes eran sus creadores82.

Finalizado el plazo, el 22 de noviembre a las 20:00 se reunió la co-


misión en el despacho del gobernador para la apertura solemne de los
proyectos83. Producto de la publicidad que la comisión había encargado
a periódicos de Berlín, Frankfurt y Colonia, y del trabajo de los agentes
diplomáticos argentinos en Hamburgo, se habían presentado cinco tra-
bajos alemanes que Carlos Glade tuvo que traducir al castellano al ser
contratado especialmente por la comisión 84. Entre estos destacaba uno
que, a mediados de 1881, había ingresado en el consulado de Hambur-
go y que era el único de los veintisiete proyectos que estaba destinado a
la Casa Municipal. El arquitecto anónimo había entregado una carpeta
lacrada con planos y presupuestos para construir la Municipalidad, la
cual había sido identificada por su autor bajo el premonitorio lema “La
Plata”.

80 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2875. Discurso necrológico por Benoit de 1897.

81 Buenos Aires. Documentos referentes a la comisión del concurso para edificios públicos de
la nueva capital de la provincia. Buenos Aires. Año 1882. p. 13
82 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1883. Leg. 7 Exp. 619/1

83 Buenos Aires. op. cit., p. 13

84 Ibídem, p. 82

55
GABRIEL DARRIGRAN

Finalmente, el proyecto “La Plata” recibió la mayor calificación de los


jueces por sus proporciones, estilo arquitectónico y presupuesto85. Se tra-
taba de una obra original del arquitecto alemán Hubert Stier, profesor de
la Escuela Politécnica de Hannover, que lo había nombrado con el mis-
mo nombre con que se conocía en Europa a esta región sudamericana.

En esa misma semana, en la Legislatura bonaerense se discutía el nom-


bre que debía tener la capital; buscándose en vano un nombre que sinte-
tizara el porvenir, los vastos horizontes, el poder comercial y la grandeza
de la futura ciudad. Para ello se había conformado una comisión ad hoc
compuesta por los senadores Hueyo, Achával, Vidal, Cardozo y Hernán-
dez, para analizar las distintas opciones. Luego de discutir acaloradamente
durante días si se la debía llamar con el nombre de un personaje ilustre
como Rivadavia o con un nombre que aludiera a la geografía de la región
como La Ensenada, de pronto, el senador José Hernández, con voz franca
y sonora preguntó: “¿y si la llamamos La Plata?”86. El nombre fue aceptado
inmediatamente y sin discusión, y el 18 de abril de 1882, el propio Her-
nandez como vocero de la comisión informó en el Senado provincial que
el nombre había surgido por inspiración en la geografía patria.

Además de ser uno de los oficiales técnicos más importantes, Carlos


Glade, era el maestro masón de mayor graduación de los francmasones
que había entre los profesionales encargados de las obras de la nueva ca-
pital, ostentando el grado 33 del rito escocés. Esta distinción se le había
conferido en 1870, mientras pertenecía a la logia Germania del Gran
Oriente de Buenos Aires87.

El agrimensor era uno de los personajes más distinguidos de la colonia


alemana, siendo miembro honorario de las dos logias de la región que
agrupaban a los protestantes alemanes88. Estas eran su antigua logia Ger-
mania, auspiciada por la asociación masónica de Buenos Aires, y la logia

85 Ibídem, p. 108

86 El Día. La Plata. 29 de octubre de 1886. p. 1

87 AGLA. Buenos Aires. AGLA-864. Correspondencia del 22 de marzo de 1870.

88 La Acacia. Buenos Aires. 1 de septiembre de 1882. p. 162

56
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Deutschland que había fundado años atrás, auspiciada por la asociación


de Hamburgo. Para el año de la fundación de La Plata, como represen-
tante de la masonería germana, logró fusionar ambas logias, para fundar
la logia Teutonia del rito ecléctico alemán de la Gran Logia de Hambur-
go89, que él mismo se encargó de instalar oficialmente90.

Siendo de religión protestante y un hombre de ciencia91, estaba al tan-


to de los progresos científicos en la geodesia y la astronomía que venían
de Europa, conociendo de primera mano la decisión política de fundar
una ciudad modelo para todo el continente con los avances científicos
del siglo XIX, costara lo que costase.

La variable Sarmiento-Alem

El diseño del Templo Católico de la ciudad se había dejado al jura-


do del concurso internacional, sin embargo, ninguno de los proyectos
había satisfecho las exigencias. Por tal razón, el gobernador le delegó al
ingeniero Benoit la responsabilidad de diseñar una catedral digna de La
Plata92. Esto mismo había ocurrido con el trazado de la propia ciudad;
el proyecto presentado por el departamento de ingenieros no estaba a la
altura de los requisitos que se pedían, y fueron los propios Rocha y Benoit
quienes tomaron las riendas del trazado oficial.

Mientras que Carlos Glade gozaba de la confianza del departamento


de ingenieros y de la masonería porteña, Pedro Benoit, con mayor apoyo
político, gozaba de la confianza del gobernador Rocha y de senadores
como Nicolás Achával, que respaldaban su trabajo en las obras de la nue-
va capital93. Pedro Benoit al igual que Dardo Rocha, habían ingresado en

89 Ibídem, 1 de junio de 1882. p. 130

90 En la fundación de Teutonia participaron prominentes ciudadanos alemanes e hijos de


éstos, como el Dr. Alejandro Korn con tan solo 22 años, quien será el secretario de la logia
durante varios períodos (La Acacia. 15-8-82. p. 153 y 7-1885 p. 141).
91 AHPBA. La Plata. Sección B. Año 1863. C: 3, A: 2, Nº 8-96.

92 El Día. La Plata. 1 de abril de 1885. p. 2

93 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2779. Correspondencia del 14 de junio de 1889.

57
GABRIEL DARRIGRAN

la masonería de jóvenes. Benoit se había incorporado a la logia Consuelo


del Infortunio Nº 3 en octubre de 185894, llegando a ser el segundo vigi-
lante de su logia en 186295, última actividad que se le conocía en la fra-
ternidad, ya que dejó de asistir a las reuniones por residir en Merlo96. Por
el contrario, Rocha ingresó a la masonería de joven sin llegar a destacarse
en la institución, a diferencia de su padre Juan, que en 1857 había sido
uno de los fundadores de la logia Constancia Nº 797. Ambos desde hacía
años se mantenían alejados de la institución sin pertenecer a ninguna
logia masónica. Sin embargo, una serie de hechos destacables ocurridos
en el mes de abril de 1882 hará que ambos fijen sus miradas nuevamente
en la asociación masónica de Buenos Aires.

Desde el 10 de abril se estaba llevando a cabo, en la Facultad de De-


recho de Buenos Aires, el primer congreso pedagógico internacional, al
que asistían los personajes más distinguidos de la educación y la política
argentina. La comisión organizadora había elegido por unanimidad como
presidente honorifico a Domingo F. Sarmiento, debido a su trayectoria en
la Dirección General de Escuelas98. El evento, que debió haber sido inau-
gurado por Roca, fue inaugurado por el ministro de relaciones exteriores
Victorino de la Plaza, por estar de viaje el presidente por el norte del país99.

En su mayoría, el congreso estaba conformado por funcionarios del


gobierno nacional, del Consejo de Educación, los directores de los cole-
gios nacionales y de las escuelas normales, además de profesores y maes-
tros de todo el país100; a estos se les sumaron representantes de distintos
países latinoamericanos y Estados Unidos.

94 AGLA. Buenos Aires. AGLA-1055. Acta del 26 de octubre de 1858.

95 Ibídem, AGLA-867. Correspondencia del 30 de diciembre de 1862.

96 A pesar de ello, Benoit figuró en la logia con el oficio de hospitalario hasta 1869, año
en el que se decide disolver el taller.
97 Ibídem, AGLA-1840. Acta del 18 de septiembre de 1858.

98 El Nacional. Buenos Aires. 18 de abril de 1882. p. 1

99 Ibídem, 10 de abril de 1882. p. 1

100 Ibídem, 13 de abril de 1882. p. 1

58
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Los disertantes estaban divididos entre los que consideraban que la


educación común debía ser laica, conocidos peyorativamente como los
librepensadores, y los que creían que la educación común debía ser con
una orientación católica101. Desde el primer día, las sesiones transcurrie-
ron con acalorados discursos sobre la laicidad o la religiosidad que debía
tener la educación de los niños argentinos. Pero, la tensión entre libre-
pensadores y católicos llegó a tal punto que, el 15 de abril, en medio de la
disertación de Leandro N. Alem, un grupo de educadores liderados por
Juan Manuel Estrada renunció formalmente al congreso, “en homenaje
a dios”. Esto generó un escandalo en el auditorio, produciéndose gritos e
insultos, entre ellos los de Alem, que les dijo: “¡Váyanse, siempre constará
que han venido a disolver el congreso!”102.

Inmediatamente se desató en la prensa una ola de descalificaciones al


congreso pedagógico y de agravios a Sarmiento103, que, como presidente
honorifico, había roto su imparcialidad, condenando a los congresistas
que habían renunciado, y pronunciándose a favor de la educación lai-
ca104. Estos ataques fueron repelidos a través de artículos periodísticos de
masones y solicitadas de grupos de maestros y preceptores, como la que
lideró el inspector general de escuelas Enrique M. de Santa Olalla, que
manifestaba su apoyo incondicional al expresidente105.

Al día siguiente de haber comenzado el congreso pedagógico, en la logia


Obediencia a la Ley Nº 13, se había presentado una solicitud de afiliación
firmada por el político retirado Domingo F. Sarmiento; el viejo educador
después de 14 años de estar alejado volvería a formar parte de una logia
masónica. El taller acordó que se gestione su incorporación lo antes posible
y que en la tenida siguiente se le tome el juramento de afiliación106.

101 Ibídem, 21 de abril de 1882. p. 1

102 El monitor de la educación común. Buenos Aires. Nº 42. Año 1883. p. 60

103 El Nacional. Buenos Aires. 24 de abril de 1882. p. 1

104 Ibídem, 19 de abril de 1882. p. 1

105 Ibídem, 26 de abril de 1882. p. 1

106 AGLA. Buenos Aires. AGLA-1943. Acta del 11 de abril de 1882.

59
GABRIEL DARRIGRAN

En 1876 se había logrado unir a los distintos grupos que formaban la


masonería nacional a través de un Directorio; sin embargo, se esperaba
una ruptura inminente con el grupo Gran Logia Nacional. Para evitar-
la, algunos habían buscado la figura de Sarmiento, que se había visto
realzada en las últimas semanas por su actuación en la organización del
congreso pedagógico. Por otra parte, Obediencia a la Ley era la logia del
presidente saliente de la masonería, Langenheim, y ahora pretendía ser la
del próximo Gran Maestre.

La noche del martes 18 de abril, se reunió nuevamente la logia en uno


de los templos de la sede porteña de la masonería. La asamblea estaba pre-
sidida por el médico Martin Beruti, que abrió los trabajos del taller una
vez que estuvieron sentados todos los integrantes. Bajo el estricto ritual se
le dio entrada al recinto a Sarmiento, y se lo dirigió hacia el sitial del presi-
dente para que prestara el solemne juramento de afiliación. Finalizados los
trabajos y una vez que estuvo concedida la palabra, Agustín Matienzo que
había asistido de visita, manifestó que la masonería requería más de estas
afiliaciones ya que “en la época presente el jesuitismo presenta un aspec-
to de gran dominación, procurando dominar la instrucción para arraigar
más y más sus raíces tan perjudiciales para los pueblos”107. El expresidente
de la Nación expresó que entraba nuevamente en el seno de la masonería
para trabajar con vigor y que se encontraba decidido a hacer por ella todo
lo que esté a su alcance; pero suplicó a los presentes que guarden silencio,
advirtiéndoles que no se escribiera ni se divulgara sobre su entrada nueva-
mente a la institución. El venerable maestro, le respondió que en la noche
de mañana la asociación elegiría al nuevo Directorio, y que la mayoría de
los afiliados habían pensado en él para ocupar el cargo de Gran Maestro108.

El miércoles 19 de abril, ante una asamblea en el palacio Canga-


llo presidida por Leandro N. Alem, se reunió el Colegio Electoral del
Gran Oriente con 60 delegados de logias del país, para elegir a las nue-
vas autoridades109. Fue entonces cuando en su gran mayoría fue votado

107 Ibídem, Acta del 18 de abril de 1882.

108 Ídem.

109 La Acacia. Buenos Aires. Abril de 1882. p. 73

60
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

el general Domingo F. Sarmiento como presidente, y el Dr. Leandro


N. Alem como vicepresidente de la masonería argentina por el período
1882-1885110.

Sarmiento, que había ingresado en esa fraternidad en tiempos donde


los masones eran más reservados y sus símbolos eran protegidos con
recelo de los ojos de los no iniciados, desaprobaba que las logias se
exhibieran públicamente. A tal punto que al asumir en su cargo decre-
tó la prohibición de que los masones desfilaran por las calles con sus
estandartes y arreos masónicos en las procesiones públicas de Buenos
Aires por la reciente muerte de Giuseppe Garibaldi111. A su vez, para
evitar el ataque de los clericales, prohibió expresamente publicar en la
prensa cualquier referencia a él y a sus discursos como presidente del
Gran Oriente112.

Como viejo unitario, detestaba la idea del Dr. Rocha de que la pro-
vincia tuviera una flamante capital con un puerto propio que compitiera
con el de Buenos Aires. Intuyendo las futuras aspiraciones políticas del
gobernador, lo hizo saber a la semana de ser electo Gran Maestro desde
el periódico El Nacional, publicación que habitualmente utilizaba para
transmitir sus ideas:

“[…] La naturaleza y la sociedad obedecen en su desa-


rrollo a leyes naturales, que no deben violarse, so pena de
recibir terribles castigos. […] El Escorial cerca de Madrid
era una capital administrativa: hoy es un sepulcro como
una de las pirámides de Egipto. Versalles y el Escorial
fueron simples errores de reyes. Como es hoy error de un
hombre, acaso de un círculo, nos importaría poco creer
que es de una época, la capital con puerto en la Ensena-
da. […] ¿Por qué no se va la Legislatura de la provincia
de Buenos Aires a dictar leyes para la provincia de Bue-

110 Ibídem, Mayo de 1882. pp. 81-82

111 Ibídem, 15 de julio de 1882. p. 179

112 Ibídem, 15 de agosto de 1882. p. 152

61
GABRIEL DARRIGRAN

nos Aires al territorio de su jurisdicción, a pisar el suelo


sagrado de la patria, a San José de Flores siquiera, donde
hay un teatro que se adapta a Palacio de la Asamblea,
vecindario, edificios, y un templo para pedir a dios los
ilumine, al lanzar a un pueblo en la aventura de pagar las
consecuencias de la precipitación y falta de derecho de los
que hoy legislan?”113.

Como si se buscara repeler las embestidas del Gran Maestre electo, al


día siguiente en el mismo periódico, se comienza a publicar una serie de ar-
tículos bajo el título “La nueva capital de la provincia”, donde se proponían
una serie de ideas de como debía ser la nueva ciudad114. Buscando llamar la
atención de las autoridades bonaerenses, el arquitecto Juan Martín Burgos
había solicitado al director de El Nacional que su estudio urbanístico, pre-
sentado en la Sociedad Científica Argentina, sea difundido115.

Mientras era publicada la serie de artículos, el 28 de abril lo presentó


oficialmente ante el gobierno de Rocha, adjuntando un plano para que
sea tomado en cuenta. Este consistía en un perímetro cuadrado delimi-
tado por un gran boulevard que lo rodeaba y donde se repartían los es-
pacios verdes simétricamente cada cierta cantidad de cuadras; la trama
cuadriculada estaba cortada por dos grandes diagonales que nacían de
los vértices y se cruzaban en el centro geométrico donde se encontraba
una plaza principal; a su vez, un sistema de diagonales dibujaba un
gran rombo interno.

Al llegar a manos del ministro de gobierno Carlos D’Amico, quien


ya conocía a Burgos por haber diseñado el edificio de la Escuela de
Agronomía y Veterinaria que se estaba construyendo en Santa Catali-
na116, escribió sobre el expediente “téngase presente” y se lo entregó al

113 El Nacional. Buenos Aires. 26 de abril de 1882. p. 1

114 Ibídem, 27, 28 y 29 de abril de 1882.

115 Anales de la Sociedad Científica Argentina. Buenos Aires. Tomo III. Primer semestre de
1882. pp. 97-111
116 El Nacional. Buenos Aires. 10 de febrero de 1882. p. 1

62
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

gobernador117. El ministro D’Amico, como hombre de extrema con-


fianza, había sido colocado en esa importante cartera por Rocha seis
meses antes de su llegada a la gobernación, para que no se perdiera
tiempo y se tuvieran redactados todos los decretos y leyes de organiza-
ción y fundación de la ciudad: “Rocha tuvo la inspiración de ingeniero,
y nosotros, fuimos los arquitectos, los maestros albañiles, los peones.
Ningún peón puso en esa obra tantos ladrillos como yo, ninguna frente
dejó caer tano sudor como la mía en la ardua labor”118.

De forma reservada, Rocha y Benoit se abocaron a realizar una traza


artística inspirados en las recomendaciones de Burgos119, descartando
definitivamente el trazado rectangular de influencia germana. En este
preciso momento de rectificación urbana, se decide colocar avenidas
complementarias al diseño de Burgos, que dibujaban en la trama for-
mas geométricas, entre ellas el emblema de la francmasonería, asocia-
ción que estaba siendo dirigida por dos detractores del gobernador.
Dardo Rocha, el año anterior, había colocado estratégicamente en la
Corte provincial al anterior Gran Maestre de la masonería, y ahora les
enviaba una ofrenda de paz a Sarmiento y a Alem, quienes eran respe-
tables actores políticos a nivel nacional necesarios para sus planes120.

Finalmente, el 31 de mayo el departamento de ingenieros presentó


a consideración de D’Amico el diseño que especialmente se les había

117 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1882. Leg. 5 Exp. 255

118 D’Amico, Carlos. op. cit., pp. 225-227

119 Tanto Juan Martín como su hermano Bernabé Burgos pertenecían a la logia Confra-
ternidad Argentina (AGLA-1384. Actas del 16-6-65 y 30-10-75) y ambos se vieron bene-
ficiados durante 1883, cuando Juan Martín Burgos obtuvo un puesto de profesor en la
Facultad de Ciencias Fisicomatemáticas y su hermano fue nombrado por Rocha, juez de
paz e intendente comisionado de San Martín (AHUBA. R-066. 64-01-09).
120 La presencia del emblema de la masonería, también se puede interpretar como una
forma de cortar con las molestas críticas de Sarmiento. El incordio que producía su in-
tromisión en asuntos políticos, se evidencia cuando ese mismo año Napoleón Uriburu
notificó a Rocha que algunos ya habían perdido la paciencia y que desde el ejército se le
había escrito una nota de intimación a Sarmiento: “[…] Parece que es una mentira que se
ha querido largar para que el viejo se asuste, para no ocuparse de política en su periódi-
co”. (AGN. Sala 7. Leg. 2739. Correspondencia del 7 de octubre de 1882).

63
GABRIEL DARRIGRAN

solicitado121, con evidencias de haber sido trazado improvisadamente,


dividido en 30 secciones y manteniendo la forma rectangular122. El 5
de junio, el gobernador lo aprueba a través de un decreto, pero ordena
conservar y anexar a la ciudad el bosque de eucaliptos de la vieja es-
tancia de los Iraola123, convirtiendo a la ciudad en una urbe de planta
cuadrada dividida en 36 secciones.

La ciudad cuadrada, con 36 secciones y con el bosque de eucaliptos por


requerimiento de Rocha, obligó a rediseñar el trazado presentado el 31 de
mayo. En la readaptación de septiembre124, desaparecen las improvisacio-
nes y se perfeccionaron las formas geométricas que conformaban los sím-
bolos masónicos, como la escuadra, que se vio ampliada hacia el noreste
por la aparición de las seis secciones nuevas; y el nivel, que se vio estilizado
por el cambio de forma que sufrió el gran parque –ahora conocido como
San Martín–, que pasó de ser un rectángulo a ser un octágono.

A partir de este momento, una conspiración de silencio rodeó a todos


los intervinientes en el trazado, fruto del oportunismo político, y éstos
nunca revelaron públicamente el papel desempeñado en el diseño de La
Plata. Hasta el propio Sarmiento desistió de su postura pesimista, afir-
mando una vez conocido el inédito plano oficial: “no le auguro ni bien ni
mal”125.

Aprobado el nuevo diseño que se utilizaría, el 29 de julio partió hacia


la localidad de Tolosa una comisión de ingenieros encargada de comenzar
a trazar la ciudad sobre el terreno y a dividirlo en solares, quintas y cha-
cras126. Esta comisión estaba a cargo del ingeniero Germán Kuhr; sin em-
bargo, éste terminó renunciando a favor de Carlos Glade, quien presidió

121 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1882. Leg. 10 Exp. 459

122 AHMI. La Plata. Plano 806-30-2. Año 1882.

123 ROPBA. Año 1882. p. 557

124 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1882. Leg. 12 Exp. 512

125 El Nacional. Buenos Aires. 21 de noviembre de 1882. p. 1

126 Ibídem, 28 de julio de 1882. p. 1

64
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

la oficina de delineaciones hasta la finalización de los trabajos en 1884127.

Trabajando sin descanso se tuvo que abrir paso a filo de machete a


través de los cardales para tirar las líneas de las futuras calles, para el sis-
tema reticulado que había propuesto Burgos en su estudio128. Los viejos
agrimensores estaban acostumbrados a utilizar en las trazas del terreno el
método radial basado en la utilización de múltiples medidas de ángulos y
distancias; sin embargo, para La Plata se utilizó el método conocido como
“de intersecciones directa”, teniendo como eje la calle 51129. En ambos ca-
sos el conocimiento técnico de la trigonometría era esencial. Sin embargo,
los terrenos sobre los que se estaba asentando la ciudad estaban sembrados
de maíz; los arados de los propietarios originales de las tierras y los cercos
que delimitaban las parcelas que se habían expropiado dificultaban la pre-
cisión de las mediciones. A esto había que sumarle la existencia de cañadas
y tupidas malezas que se tenían que rodear dificultando las demarcaciones.
A raíz de ello, la oficina de delineamiento de Glade constató, tiempo des-
pués, imprecisiones que provocaron la rectificación de la traza sección por
sección130, retrasando el día de la fundación del domingo 11 de septiem-
bre131 hasta el domingo 19 de noviembre132.

127 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1882. Leg. 12 Exp. 513

128 Anales de la Sociedad Científica Argentina. Buenos Aires. Tomo III. Primer semestre de
1882. p. 100
129 El Argentino. La Plata. 19 de noviembre de 1932. p. 4

130 AHPBA. La Plata. Obras Públicas. Año 1886. Exp. G Nº 32

131 El Nacional. Buenos Aires. 28 de julio de 1882. p. 1

132 Salvadores, Antonio. op. cit., p. 943

65
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 4:

Principales emblemas de la masonería: la escuadra y el compás, y la plomada y el nivel.

66
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 5:

Señor Dr. D. Dardo Rocha.


Mi querido amigo:

Aprovecho el viaje de su cuñada Corina para remitirle una colección de vistas de La


Plata iguales a las que deben figurar en la Exposición de París.

Supongo que en la fecha que usted lea esta carta habrá visto los planos de la planta
de los edificios públicos, las vistas perspectivas de la Catedral, el registro gráfico y
el plano en relieve; respecto de este último, tuve que luchar mucho contra opiniones
que no querían se mande, pues exponían que no era obra de importancia artística
para ser expuesta, pero al fin conseguí se remitiese. Ojalá el jury le encuentre algo
bueno para que queden más tranquilas las opiniones de los Señores de La Plata.

Le recomiendo se fije en el plano catastral que se ha mandado firmado por D.


Carlos Glade, quien tuvo la idea de afearlo invirtiendo el Norte de modo que queda
el Parque en un costado, este mismo con su antigua traza de la estancia de Iraola,
y lo que es más chocante la unión de muchas manzanas que se tolera de estar así
dentro de la traza. Hay que agregar a esos defectos la supresión de uno de los gran-
des plazas-parques. Le aseguro que tuve verdadero sentimiento cuando vi ese plano
desfigurado, me acordé de usted y lo que trabajamos y discutimos para arribar a la
traza que hasta hoy es alabada; pero yo nada puedo hacer, hoy no valgo nada soy
achavalista.

También tengo que decirle que a mí no se me tiene por autor de ese plano, es Rodri-
go Botet y hasta se ha publicado que él lo hizo por órdenes suyas […].

Pedro Benoit, La Plata, 14 de junio de 1889.

67
Capítulo III

Escudo del Banco Constructor de La Plata.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Constructores, matemáticos y geómetras

Por la mañana del domingo 19 de noviembre, comenzaron a partir de


la Estación Central de Buenos Aires los trenes que se habían preparado
para transportar a los invitados oficiales y a todo aquel que quisiera pre-
senciar la histórica fundación133. Una vez que se llegaba a Tolosa se debía
hacer trasbordo a vagones especiales tirados por caballos, ubicados en
una vía provisoria instalada para llegar al lugar del acto134.

Todos los bulevares que conducían al lugar de la ceremonia –un


total de 700 metros– estaban adornados con banderas y gallardetes135.
En medio del campo, se había dispuesto un recinto de madera en forma
de herradura delimitado por barandales, con tres grandes palcos lujosa-
mente decorados con banderas. En el centro del recinto, coincidiendo
con el centro de lo que sería la Plaza Principal de la ciudad, se había
colocado un trípode con una polea para descender la piedra fundamen-
tal. Desde el día anterior, se encontraba preparada una excavación de
cuatro metros de largo, tres de ancho y tres de profundidad; metro y
medio al noroeste del punto central de lo que sería el centro geométrico
según la traza de la ciudad136.

La ceremonia estuvo presidida por el gobernador, en la que el minis-


tro de relaciones exteriores y otras autoridades pronunciaron discursos
históricos. El gobierno de la ciudad de Buenos Aires, había donado
una urna de cristal para que sea enterrada con la piedra en el corazón
de la ciudad; en ella se guardó el acta firmada por los presentes, la
Constitución argentina y la bonaerense, periódicos locales, cartas de
vecinos, monedas y medallas de asociaciones civiles. Entre estas últi-

133 El Argentino. La Plata. 19 de noviembre de 1932. Las fiestas de la fundación tuvieron


aspectos pintorescos.
134 Ídem.

135 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1882. Leg. 15 Exp. 706

136 Achával, Nicolás. Memoria presentada por el ministro secretario en el Departamento de


Gobierno Dr. D. Nicolás Achával a la Honorable Legislatura de la provincia (Años 1883-1884).
La Plata. Año 1885. p. 25

71
GABRIEL DARRIGRAN

mas se encontraban dieciseis distintivos masónicos137, como la medalla


conmemorativa de la logia L’ Amie des Naufragés, primera logia del
pais fundada por masones extranjeros en 1852138, a la cual pertenecía
el secretario de la Legación francesa presente en la ceremonia139; la me-
dalla conmemorativa de la logia Progress, logia fundada por ingleses a
la que pertenecían Wallace y Jorge Bell140, integrantes de la distinguida
familia que en 1879 había comprado la Estancia Grande, actual City
Bell; la medalla conmemorativa de la logia Abraham Lincoln de la lo-
calidad correntina de Mercedes, a la que pertenecía Juan Ignacio Ro-
cha141, sobrino del gobernador, quien había viajado para la ocasión142; y
la medalla conmemorativa de la logia Caritá, logia fundada por italia-
nos, a la cual estaba afiliado Rafael Hernández, el hermano del creador
del Martín Fierro.

El ingeniero Pedro Benoit personalmente se había ocupado de bus-


car a los plateros y orfebres adecuados para los elementos simbólicos y
conmemorativos relacionados a la fiesta de fundación. Había encarga-
do al orfebre Nicolás Ramos más de 5800 medallas y escudos para en-
tregar a los invitados143 y, para las medallas conmemorativas que debían
ser depositadas en la excavación, al masón Rosario Grande144, el orfebre
predilecto de las logias porteñas para acuñar sus distintivos, el cual fue
el responsable de entregarle a Benoit las medallas de las logias que se
depositaron en la urna145.

137 Ibídem. pp. 29-30

138 BOGORA. Buenos Aires. Febrero de 1906. p. 31

139 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1882. Leg. 15 Exp. 706

140 La Acacia. Buenos Aires. 1 de febrero de 1882. p. 29

141 AGLA. Buenos Aires. AGLA-885. Correspondencia de 1879.

142 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1882. Leg. 15 Exp. 706

143 AHPBA. La Plata. Contaduría de la provincia. Año 1883. 33-1-3-45.

144 Ibídem. 33-1-2-27.

145 El escudo extraoficial de la ciudad apareció por primera vez en las medallas y escudos
conmemorativos que Benoit había encargado, y luego fue utilizado en el sello de la oficina
de tierras entre los años 1883 y 1884.

72
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Una vez lacrada, fue colocada en una caja de plomo, cuya tapa fue
soldada; a su vez esta caja fue puesta dentro de una caja de piedra prove-
niente de las canteras de Azul, con forma de paralelepípedo rectangular
de 115 cm de largo, 70 cm de ancho y 70 cm de alto, que fue tapada con
una plancha de mármol de Carrara que llevaba la inscripción “Esta caja
contiene el acta de inauguración de la ciudad de La Plata, capital de la
provincia de Buenos Aires”, que Victorino de la Plaza, representante en-
viado por el presidente de la Nación, se encargó de sellar con una mezcla
de cal y arena que esparció con una cuchara de albañil de plata. La caja
de piedra, que semejaba ser la primera piedra de las obras de la ciudad,
fue levantada con la polea y depositada en la fosa especialmente escavada,
mientras todos los presentes cantaban el himno nacional, y se efectuaban
disparos, aplausos y ovaciones. Inmediatamente los siete maestros ma-
yores de obra más antiguos con que contaba la provincia, dirigidos por
Benoit, procedieron a construir un arco macizo de ladrillos cubriendo la
cripta subterránea, ante la atenta mirada del público146.

Una de las primeras cuestiones que se trataron de resolver durante el


año 1882, había sido la referida al primer núcleo de población, que en
primer lugar estaría formado con los empleados públicos provinciales y
en segundo lugar por los obreros y comerciantes que se asentarían. Para
ello se sancionó una ley de ventajas para la población, que establecía que
todos los individuos que comenzaran la construcción de casas a partir de
la colocación de la piedra fundamental, y establecieran su domicilio en la
ciudad, podrían elegir libremente la ubicación de sus lotes, no pagarían
impuestos por cinco años, sus nombres aparecerían en el acta fundacio-
nal y las medallas conmemorativas, y entrarían en un sorteo por 1 millón
de pesos anuales durante diez años147.

Desde el primer momento estuvieron todos los créditos necesarios


para que los pobladores compraran tierras y construyan sus hogares. Esto
solo pudo ser posible gracias a la Sociedad Anónima de Edificación que
creó la provincia y al Banco Constructor de La Plata de capitales priva-

146 Achával, Nicolás. op. cit., p. 27

147 Salvadores, Antonio. op. cit., pp. LVIII-LIX

73
GABRIEL DARRIGRAN

dos, que activaron las obras edilicias148. Pero las obras de la ciudad no se
limitaban a los edificios públicos y a los domicilios de los particulares, el
plan fundacional incluía un ambicioso proyecto para un puerto en la en-
senada lo que daría trabajo a miles de obreros durante los próximos años.

En las obras de la ciudad fueron escasos los profesionales con forma-


ción universitaria; los que intervinieron lo hicieron por su prestigio y sus
habilidades en el terreno. Esto sucedía porque recién en 1869 se había
graduado la primera promoción de agrimensores en la universidad de
Buenos Aires, y en 1870 la primera de ingenieros. No fue hasta 1883 que
la provincia reglamentó la obtención de los títulos149, cuando formal-
mente se habilitó a profesionales como Rafael Hernández, Carlos Glade
y Pedro Benoit como agrimensores oficiales150.

Desde el arquitecto que dirigía y el ingeniero que concebía, hasta el


operario que ejecutaba, todos debían estudiar los cuerpos, analizar sus
propiedades y discutir las ventajas e inconvenientes en el caso práctico.
Las operaciones aritméticas eran realizadas a través de gabinetes de ma-
temáticos del departamento de ingenieros que, utilizando ábacos y tablas
matemáticas, trabajaban con el único propósito de resolver los proble-
mas que eran presentados por los profesionales técnicos. Pero no solo
éstos últimos requerían de los conocimientos aritméticos para resolver
problemas; a falta de elementos prefabricados, el trabajo de los distintos
oficios de la construcción era íntegramente artesanal y se debían conocer
los principios de la geometría y la aplicación de ésta a casos prácticos. El
conocimiento de las matemáticas industriales y el dibujo técnico para al-
gunos sectores de la clase obrera era fundamental. Todo comenzaba con
la enseñanza de las matemáticas en las escuelas primarias, que Sarmiento
se había encargado de fomentar, en donde se formaba a los futuros profe-
sionales de la ingeniería, pero también a los futuros obreros y artesanos.

148 La entidad bancaria había sido fundada en 1881 por Carlos M. Schweitzer, un
adinerado masón de origen húngaro que se encontraba afiliado a la logia Obediencia a la
Ley Nº 13 (La Acacia. 5-1887 p. 48).
149 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1883. Leg. 9 Exp. 787

150 Achával, Nicolás. op. cit., p. 98

74
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

En la provincia de Buenos Aires existía un servidor público, que, bus-


cando una enseñanza más racional y no tan direccionada a las labores
prácticas de la vida cotidiana, consideraba a la geometría benéfica no solo
para los niños que se convertirían en obreros, sino también para las mu-
jeres, cuya formación en matemáticas era remplazada por conocimientos
más acordes a su función en el hogar, como la costura151. Se trataba del
inspector general de escuelas Enrique de Santa Olalla, que debido a su
importancia dentro de la administración provincial también había sido
invitado a la colocación de la piedra fundamental de La Plata152.

El inspector de 63 años de edad, fue uno de los funcionarios que


estuvo obligado a trasladarse a la flamante capital153, junto a su mujer
Carolina Casas y los hijos de ésta. Su primera vivienda en la ciudad fue
la casa de madera Nº 40 que la provincia entregaba a los empleados que
se mudaban a La Plata154; ubicada en calle 59 y diagonal 73, a metros de
donde se encontraba provisoriamente la Dirección General de Escuelas,
de la cual formaba parte155.

Santa Olalla vivió en esa casilla por un año hasta que terminó de
construir su casa en el terreno que había comprado al fisco de la provin-
cia en septiembre de 1883156. Su nuevo hogar, y el último de sus largos
años de mudanzas, estaba ubicado en la esquina de calle 55 y 14, elegido
especialmente por su cercanía con el edificio del Consejo de Educación
que se estaba construyendo a cien metros sobre la avenida 13. En el mo-
mento de mudarse a esa casa y trasladar su biblioteca particular de Bue-
nos Aires a La Plata, ésta se convirtió en la biblioteca privada más grande
de la ciudad en los primeros años de la misma. La ausencia de edificación
permitía que desde su casa se pudieran ver las incipientes obras de la
Catedral, el lote vacío perteneciente al Dr. Dardo Rocha y el barrial de
151 El Día. La Plata. 18 de febrero de 1886. p. 1

152 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1882. Leg. 15 Exp. 706

153 Rodríguez Freire y Neira. Guía General de La Plata. Buenos Aires. Año 1885. p. 16c

154 El Día. La Plata. 6 de julio de 1885. p. 1

155 Rodríguez Freire y Neira. op. cit., p. 16c

156 RPPBA. La Plata. Año 1884. Registro Nº 850. Santa Olalla, Enrique.

75
GABRIEL DARRIGRAN

la Plaza Principal; para esta última, será convocado especialmente por el


ministro de obras públicas Manuel Gonnet, para integrar la comisión de
vecinos que se encargarían del ornato de este espacio público157.

Doc. Nº 6:

Caricatura de Domingo F. Sarmiento y Dardo Rocha. Año 1885.

Ya retirado de la función pública, Sarmiento se había encargado de


impulsar la celebración del congreso pedagógico internacional. La Di-
rección de Escuelas, teniendo que enviar un delegado que representara
a la provincia, nombró a Enrique de Santa Olalla como delegado por
Buenos Aires158, el cual estuvo encargado de disertar sobre “el medio

157 ROPBA. Año 1886. p. 41

158 Santa Olalla, Enrique. Disertación sobre el tema 5º señalado por decreto del Gobierno
Nacional. ¿Cuál sería el medio más eficaz para difundir la educación común en la campaña?
Buenos Aires. Año 1882. p. 3

76
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

más eficaz para difundir la educación común en la campaña”159. Fue a


raíz de las repercusiones que tuvo el congreso de 1882 que el inspector
organizó a fines de 1883 el primer congreso pedagógico seccional bo-
naerense, el cual propuso al gobernador Dardo Rocha en homenaje a
su gobierno constitucional y a sus esfuerzos a favor de la educación160,
ya que ambos se conocían desde que Rocha había presidido el Consejo
Escolar de la capital161.

Llevado a delante por los preceptores y maestros de las escuelas bo-


naerenses, el congreso se realizó en el pueblo de Pergamino a lo largo de
tres jornadas162, teniendo como patrono del evento al ministro Carlos
D’Amico. Pero, existiendo el antecedente de 1882, se estableció la pro-
hibición de mencionar asuntos religiosos o políticos en las disertaciones.
Por propuesta de Santa Olalla, que había visto la oportunidad de plan-
tear formalmente la necesidad de profundizar la enseñanza de las mate-
máticas en las escuelas primarias, uno de los cuatro temas a debatir en el
evento pedagógico fue: “la conveniencia de la enseñanza de la geometría
y como debe ser enseñada a las niñas esta ciencia”163.

La disertación en el congreso de 1882 y el tema propuesto en el con-


greso de 1883, formaban parte de un proyecto pedagógico secreto del
educador, que recién podrá implementar en la ciudad de La Plata en la
década del noventa, utilizando la estructura de la masonería.

Los amigos de Dardo Rocha

El gobernador había decretado que la administración pública provin-


cial dejara de funcionar en Buenos Aires el 14 de abril de 1884; estando
obligados los funcionarios bonaerenses a mudarse a La Plata, se ordenó
que el 15 de abril, día en que oficialmente los poderes públicos comen-

159 Ídem.

160 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2889. Correspondencia del 12 de diciembre de 1883.

161 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1878. Leg. 23 Exp. 1258/0

162 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2889. Reglamento del Congreso Seccional.

163 Ídem.

77
GABRIEL DARRIGRAN

zarían a trabajar en la nueva capital, sea un día festivo164. El traslado de


las oficinas ya había comenzado a mediados de marzo, ya que se habían
construido suficientes casillas prefabricadas para alojar a los primeros
empleados públicos y sus familias165. Es en este momento cuando cientos
de nuevos vecinos comenzaron a llegar a la ciudad.

El 15 de abril la ciudad celebró su consagración como capital, con ban-


deras, bombas de estruendo y hasta malabaristas en las calles. El gober-
nador Rocha y los principales funcionarios de la administración, estando
en sus dos últimas semanas de gobierno, se reunieron en el Ministerio de
Hacienda y después de entonar las estrofas del himno nacional, declararon
solemnemente instalados los Poderes públicos. Luego se invitó a los em-
pleados a tomar posesión de las oficinas, y al mismo tiempo los municipios
de la provincia fueron notificados telegráficamente del histórico evento166.
En ese momento, la ciudad solo se encontraba poblada en diez de sus trein-
ta y seis secciones, por unos 12.000 habitantes167, urbanizándose principal-
mente entre las calles 1 y la 13, y teniendo como centro neurálgico, no la
Plaza Principal sino la Legislatura. Los parques y plazas secundarias eran
grandes arboledas con pastizales que habían quedado intactos desde el mo-
mento del trabajo de desmonte y que a falta de nombres eran identificados
según la forma geometría que poseían168, abundando los descampados y
montes que fueron siendo talados con el tiempo.

Esa mañana, por el diagonal 80 desfilaron con sus uniformes de


gala 200 Guardias Nacionales con sus jefes a la cabeza, detrás de ellos
dos compañías del batallón de guardia cárceles y por último, marcha-
ron empuñando las herramientas de trabajo, cual si fueran armas, los
albañiles de las obras oficiales de la ciudad. Al mediodía se sirvió el
banquete oficial y popular en el comedor improvisado de los galpones
del ferrocarril, que estaban decorados con banderas argentinas y los es-

164 Salvadores, Antonio. op. cit., p. XCIII

165 Ídem.

166 Ibídem. p. XCIV-XCV

167 Rodríguez Freire y Neira. op. cit., p. 30

168 Ibídem. p. 243 y 332

78
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

cudos de todas las provincias. En la pared del frente se exhibía un mapa


de la ciudad de Buenos Aires, para demostrar que, a los diecisiete meses
de fundada, La Plata tenía un desarrollo superior a la ciudad porteña
en sus dos siglos de vida169.

Otro de los funcionarios que estuvo obligado a trasladarse fue el Dr.


Manuel H. Langenheim, que luego de haber presenciado la colocación
de la piedra fundamental había adquirido varios lotes a metros de ella,
en la calle 53 entre 11 y 12170. El ex presidente de la masonería se había
convertido en el primer funcionario de la administración de justicia que
había fijado su residencia y la de su familia en La Plata171.

Llevaba casado más de 30 años con la distinguida señora Josefa Esca-


lada y López Camelo, con quien había tenido cuatro hijos. Sin embargo,
una serie de desafortunados sucesos le habían acaecido en los últimos
dos años. Paulatinamente había visto desmembrarse su familia, cuando
primero falleció su padre en 1882, y luego, en marzo de 1883, su hijo
menor Rómulo. Por último, a los seis meses de haber llegado a La Plata,
el 15 de agosto de 1884, su esposa falleció mientras se encontraba en su
domicilio de Buenos Aires172; quedando solo con su hijo mayor César de
26 años, Sara de 23 y María de 11173.

No obstante, esos acontecimientos no pudieron doblegarlo. Gracias al


Dr. Dardo Rocha, que lo había colocado en el máximo tribunal bonae-
rense, era el primer presidente de la Suprema Corte en la nueva capital174;
estando al frente de la comisión que controlaba la construcción de la Casa
de Justicia de calle 13, que sería la sede del alto cuerpo de justicia. A partir

169 Salvadores, Antonio. op. cit., p. XCIV-XCV

170 Langenheim Manuel H. Testamentaria. Leg. 59. Juzgado Nº 22. Sec. 4. Año: 1932. La Plata.

171 Su nieta Sara Rezával y Langenheim vivirá en esa casa de calle 53 Nº 834 entre 11 y 12
gran parte del siglo XX, hasta que parte de la propiedad fue expropiada y se construyó la
Torre Gubernativa II, frente a Plaza Moreno.
172 La Acacia. Buenos Aires. Agosto de 1884. p. 128

173 AGN. Buenos Aires. Sucesiones. Leg. 5638. Escalada, Josefa.

174 La Acacia. Buenos Aires. Junio de 1887. p. 54

79
GABRIEL DARRIGRAN

de ese momento participará en las distintas comisiones de organización de


la ciudad, colaborando a la par con Rocha y sin dejar de tener presente uno
de sus objetivos estratégicos: implantar la masonería en La Plata.

Dardo Rocha fue gobernador hasta mayo de 1884; cuando la ciudad


cumplía dieciocho meses y ya era alabada como la ciudad modelo de Sud-
américa. El éxito de Rocha al frente de la provincia era evidente, y eso lo
había convertido en el enemigo número uno del presidente de la República
Julio A. Roca, que sospechaba de sus aspiraciones presidencialistas.

Esos logros habían sido gracias a sus colaboradores más cercanos


como Pedro Benoit, en el departamento de ingenieros; Juan Dillon, en
la contaduría de la provincia y Faustino Jorge al frente del Ferrocarril
del Oeste. Este último había sido el jefe de la oficina de estadística de la
provincia, y tras la llegada de Rocha a la gobernación había sido puesto
estratégicamente al frente del Ferrocarril del Oeste como parte del plan
de expansión de las vías férreas. Como hombre de su confianza, fundada
la nueva capital, el Dr. Rocha lo eligió como su ministro de gobierno y
hacienda, y finalizado el gobierno del fundador de La Plata, fue colocado
en otro lugar estratégico175.

El partido político hegemónico, tenía sus propias costumbres y entre


ellas estaba la de no permitir que ningún presidente o gobernador tuviera
un segundo mandato, pasaran los años que pasaran. Teniendo en cuenta
esta prerrogativa política, de forma estratégica Rocha propuso al Partido
Autonomista que su sucesor en la gobernación fuera su viejo amigo Car-
los D’Amico, propuesta bien recibida por el partido provincial. Ambos
políticos se conocían desde hacía más de 30 años, ya que habían sido
compañeros de estudio en la Universidad de Buenos Aires y se habían
graduado de doctor en jurisprudencia con dos semanas de diferencia176.
Juntos habían entrado a la política al mismo tiempo, juntos habían pla-
nificado la ciudad de La Plata, y ahora se traspasarían el mando de la
máxima magistratura bonaerense.
175 Faustino Jorge, de ahora en más y durante los siguientes 20 años, será un fiel operador
político de Rocha, y un hombre clave en el devenir de la masonería platense.
176 AHUBA. Buenos Aires. Año 1863. R-016. 13-1-42.

80
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 7:

Caricatura de Carlos D’Amico, Dardo Rocha y el presidente


del Ferrocarril del Oeste Faustino Jorge. Año 1882.

81
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 8:

Sr. Dr. Don Dardo Rocha.


Mi querido Dr. Rocha.

Deseaba hablar con usted hoy y no creyendo que se hubiera quedado en “La Plata”,
no fui.

El Dr. D’Amico me ofreció el miércoles espontáneamente el puesto de vocal de la


Corte; como yo no había pensado en semejante cosa, le manifesté mi agradecimien-
to y le pedí un par de días para reflexionar y contestarle. Después de mirar el asunto
en todas sus faces he creído que pueda aceptarlo, pero nada he resuelto esperando
consultar con usted.

Quisiera conocer su opinión que sería decisiva ya que, como le he dicho tantas
veces, ante todo quiero servir a sus intereses políticos, que son los míos y los de
nuestros amigos. Si usted creyera que no debiera aceptar, no aceptaré, pero si por
el contrario no ve en ello inconveniente le contestaré al Dr. D’Amico de confor-
midad.

Como usted conoce la exactitud del gobernador le estimaré me haga un telegrama


manifestándome su opinión en términos que solo yo comprenda. Esta ultima indi-
cación, discúlpela por más que lo crea innecesaria e impertinente.

Le saluda su afectísimo amigo.

Faustino Jorge, La Plata, 21 de agosto de 1884.

82
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El 16 de marzo de 1885, el Dr. Aristóbulo del Valle, gran orador del


Partido Autonomista, había convocado a una reunión política en su do-
micilio antes de su viaje a Europa. Habiendo invitado a más de 400 co-
rreligionarios, su intención era la de fundar un centro político, dejando en
claro cuál era su candidato para las próximas elecciones presidenciales. Fue
entonces cuando se proclamó al Dr. Rocha candidato a presidente de la
República por primera vez, ante la ovación de los presentes, que termina-
ron dirigiéndose al domicilio porteño del exgobernador para felicitarlo177.

Rápidamente la noticia llegó a La Plata, donde vecinos y amigos, orga-


nizados por el cura vicario Benjamín Carranza, le dirigieron un telegrama
de felicitación firmado por más de 200 adherentes: “Los vecinos de la ciu-
dad de La Plata cuya fundación se debe a sus nobles esfuerzos y eminente
patriotismo presentan a usted sus felicitaciones por la proclamación de su
nombre en la reunión celebrada anoche en casa del doctor del Valle”178.

Los amigos de Rocha en toda la provincia se organizaron para fundar


centros parroquiales, clubes políticos y grupos de presión en las principa-
les poblaciones bonaerenses. Los objetivos de estos grupos eran apoyar la
nueva candidatura, evitar el fraude, y contrarrestar a los “candidatos por
imposición” del gobierno nacional179. Destacada participación tuvo en
esos meses el cura vicario Carranza, gran amigo del exgobernador, que
activamente militaba desde el atrio de San Ponciano ante sus fieles sobre
los beneficios que traería al país si llegaba a ser presidente180.

De esta manera se activó el plan para llegar a la presidencia de la


Nación que Rocha había ideado, y por el que se encontraba trabajando
desde mayo de 1881. Para ese momento, era de público conocimiento
que el presidente era un tenaz enemigo de su candidatura181. A través de
periódicos como La Nación, se realizaban operaciones políticas, que eran

177 El Día. La Plata. 18 de marzo de 1885. p. 1

178 Ídem.

179 Ibídem. 28 de marzo de 1885. p. 2

180 Ibídem. 12 de junio de 1886. p. 1

181 Ibídem. 13 de mayo de 1885. p. 1

83
GABRIEL DARRIGRAN

contrarrestadas por periódicos platenses como El Día182. Sin embargo,


ya era un hecho que Roca impondría a la fuerza como próximo presi-
dente a su concuñado Miguel Juárez Celman, hecho que los amigos del
exgobernador se resistían a aceptar: “Los juaristas en La Plata no encon-
trarán partidarios, porque en este templo que el Dr. Rocha ha levantado
para su gloria, todos sabemos rendir tributo a las altas virtudes cívicas de
los que como él se distinguen en su incesante afán por el bien público”183.

Sin embargo, alentado por la opinión pública, sus amigos, sus par-
tidarios y principalmente por Carlos D’Amico, el Dr. Rocha tenía un
“plan B” si el presidente imponía a la fuerza a su candidato184. El plan
secreto, que solo era conocido en su totalidad por el gobernador y por
el comisario de policía porteño Máximo Paz185, consistía en liderar una
revolución armada para derrocar a Julio A. Roca186.

El exgobernador había nombrado un comité revolucionario secreto


constituido por sus hombres de confianza, entre los que se encontraban
Máximo Paz, Manuel Campos, Juan Dillon y Manuel Langenheim en-
tre otros187. Los conjurados tenían 3000 hombres a sueldo en la ciudad
de Buenos Aires, distribuidos entre guardia cárceles, policías y cadetes,
que obedecerían sus órdenes188; a estos, se les sumarían los civiles de los
clubes políticos y parroquiales de toda la provincia, que dirigían estraté-
gicamente los amigos de Dardo Rocha189.

182 Ibídem. 20 de mayo de 1885. p. 1

183 Ibídem. 17 de junio de 1885. p. 1

184 Martínez, Carlos. op. cit., p. 206

185 Ibídem. p. 195

186 Este plan fue revelado por D’Amico en el año 1890 cuando, bajo el seudónimo de
Carlos Martínez, edita un libro sobre la provincia de Buenos Aires. Su testimonio coincide
con los rumores de la prensa de la época. Pero lo más relevante es que el plan contaba
con dos fases: una primera revolución popular, seguida de una segunda revolución de
funcionarios y militares amigos de Rocha.
187 Ibídem. p. 207

188 Ibídem. p. 202

189 Ibídem. p. 203

84
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

La gesta consistía en que los tres millares de hombres se levantarían en


armas y encarcelarían al presidente Roca, a su vicepresidente Madero y al
ministro de guerra Pellegrini. En ese momento el gobernador D’Amico
entraría a la ciudad con las fuerzas provinciales, para tomar el Parque
de Artillería de Buenos Aires y así consolidar la revolución. Todo estaba
preparado y listo, solo faltaba que Rocha y D’Amico designaran el día
que la revolución estallaría; sin embargo, nunca lo hicieron. La razón
había sido, el saber que había un espía del presidente en el comité revolu-
cionario, quién filtraba a la prensa información; éste era Máximo Paz190.

190 Producto de las filtraciones de Paz, a principios de 1885 los periódicos porteños
alertaban que la ciudad de La Plata se estaba aprovisionando para invadir a la ciudad de
Buenos Aires y dar un Golpe de Estado contra las autoridades de la República (El Día.
28-1-85. p. 1).

85
Segunda época
De la implantación de la masonería.
Capítulo IV

Escudo de la ciudad de La Plata de 1884.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Le Pioneer

A principios de la década del setenta se había desarrollado en Europa


un conflicto bélico entre el Reino de Prusia y el segundo imperio francés
de Napoleón III. Tras la derrota del ejército galo, su capital se resistió a
ser tomada y fue sitiada entre los meses de septiembre de 1870 y enero de
1871. El asedio culminó con la entrada triunfal en París de los prusianos
y su inmediata retirada, estableciéndose una nueva Asamblea Nacional y
un gobierno provisional en Versalles.

Pero los parisinos se negaron a rendirse y milicias de ciudadanos to-


maron la administración de la ciudad instaurando un gobierno repu-
blicano y socialista. En estos sucesos revolucionarios en la Comuna de
París, había intervenido activamente un boticario de 37 años llamado
Hipólito Girgois, que en la guerra había perdido las dos farmacias que
poseía a las afueras de la capital y todo el patrimonio de su familia191. El
comunero había sido ayudante preparador del Hospital Saint Louis, don-
de había adquirido conocimientos en cirugía y homeopatía que le habían
sido útiles en el ejército192.

Para sostener a su familia había tomado la decisión de migrar a Suda-


mérica, ya que le habían hablado de un proyecto agrícola en una colonia
de franceses en Argentina. Girgois había ingresado a la masonería en el
año 1867, en la logia La Rose du Parfait Silence de París y, a través de ella
había podido entrar en contacto con compatriotas que se encontraban
afiliados a la logia L’ Amie des Naufragés de Buenos Aires, quienes lo
recibirían a su llegada.

Habiendo arribado al puerto de Buenos Aires a mediados de 1872, con


lo imprescindible para sobrevivir y una carta de recomendación del presi-
dente de su logia, su primera residencia fue el asilo de los inmigrantes de

191 Cortijo Esteban. Masonería y teosofía en Iberoamérica: Argentina, México y Brasil. En


Ferrer Benimeli J.A. (coord.) La masonería española entre Europa y América: VI Symposium
Internacional de Historia de la Masonería Española. Zaragoza. Año 1995. p. 379
192 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1884. Leg. 5 Exp. 491/0

91
GABRIEL DARRIGRAN

la antigua calle Corrientes193. Sin embargo, se vio obligado a abandonar


la ciudad rápidamente por la epidemia de fiebre amarilla que azotaba a la
capital desde hacía meses. Había oído hablar de una próspera ciudad con
ferrocarril en el interior de la provincia, donde había una colonia agrícola
donde poder integrarse, y se dirigió a ella; esta era Chivilcoy.

El pueblo contaba con una considerable comunidad de franceses que


se nucleaban en torno a una flamante asociación de socorros mutuos, en
la que se incorporó en octubre de 1873.

Sin completarlos, Girgois había cursado estudios de farmacología en


la Escuela de París y había dedicado gran parte de su vida a este oficio194.
Por ello, al establecerse inaugura la segunda farmacia de la población, la
Droguería del Indio, que era abastecida por las mejores casas de París195,
convirtiéndose en una mezcla de médico, boticario y manosanta; se hacia
llamar Dr. Girgois.

Aunque se había afiliado a la logia porteña de franceses Egalité Huma-


nité, nunca dejó de estar en contacto con L’ Amie des Naufragés, la cual
le había facilitado la llegada al país, siendo un estrecho colaborador de este
taller en el interior de la provincia. Una vez que se incorporó a la institu-
ción masónica de la calle Cangallo, se ocupó de fomentar la implantación
de talleres de esa asociación en el territorio bonaerense. En 1877 colaboró
con los fundadores de la logia Luz del Oeste de Chivilcoy, integrada por los
hombres más distinguidos del pueblo como el escribano Carlos Fajardo;
donde llegó a ser el secretario. Un año más tarde ayudó a los vecinos de la
localidad de Bragado para fundar la logia General San Martín, la que tuvo
el honor de convertirse en la primera en llevar el nombre del Libertador de
América, y en la cual fue nombrado miembro honorario196.
193 Este hotel para inmigrantes existió entre los años 1857 y 1873, estando ubicado sobre
la vieja calle Corrientes, en las inmediaciones de la Aduana de Buenos Aires, actual Casa
de Gobierno.
194 Ídem.

195 Periseé, Luis y Barrancos, Sebastián. Almanaque El Primer Chivilcoyano para el año 1880.
Chivilcoy. Año 1879. p. 148
196 Cortijo Esteban. op. cit., p. 380

92
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Por su experiencia como cirujano en el ejército de su país y los con-


tinuos pedidos de colaboración que recibía la botica por parte del fortín
local, decide alistarse al ejército argentino, ya que, como aficionado na-
turalista, podría estudiar más a fondo la naturaleza y los hombres que
habitaban estas tierras.

Cuando en enero de 1878 Julio A. Roca es nombrado ministro de


guerra y marina, propuso un proyecto de ley para ocupar todo el te-
rritorio que dominaban los pueblos originarios, realizando una serie de
incursiones militares. Con el apoyo político del presidente Avellaneda, se
decidió desplazar la frontera controlada por el Estado Argentino hasta los
ríos Negro y Neuquén, avanzando sobre territorio indígena como nunca
se había hecho antes. Mientras se preparaba la expedición de Roca al sur,
en el límite oeste de la provincia de Buenos Aires, los jefes de frontera
tuvieron que ir preparando el terreno enfrentándose a las tribus para es-
tablecer asentamientos. Hipólito Girgois llegó a la población de Guaminí
en abril de 1878, fue designado cirujano de esa división y quedó bajo las
órdenes del teniente coronel Marcelino E. Freyre, el que dos años antes
había fundado el campamento Guaminí en medio de la nada.

Los coroneles Freyre y Godoy eran los que más estimaban al teniente
primero Girgois, por la importancia que tenía un cirujano en el campa-
mento, base de las expediciones hacia el oeste197. Durante los últimos dos
años se habían construido ranchos, cuarteles, caballerizas, galpones para
las provisiones y hasta una plaza para reunir a las tropas, no superando
los quinientos habitantes. Entre los militares solo había un masón, el
comandante Luis Cerro que pertenecía a la logia porteña Regeneración,
con quien vio la posibilidad de fundar una logia masónica. Para ello, el
21 de abril de 1878 envió una carta a la asociación masónica de Buenos
Aires solicitando autorización para iniciar en la masonería a cinco mili-
tares, a un farmacéutico y a un comerciante de la zona, entre los que se
encontraban el coronel Marcelino Freyre, de 31 años, y el coronel En-
rique Godoy, de 28198. El Gran Maestre le aprobó la solicitud en mayo
y, excepcionalmente por encontrarse en los confines de la provincia, le
197 Ibídem. p.379

198 AGLA. Buenos Aires. AGLA-896. Correspondencia del 21 de abril de 1878.

93
GABRIEL DARRIGRAN

otorgó el poder de comunicarles en una única ceremonia los tres prime-


ros grados masónicos, para así fundar el taller que presidiría él; al que
llamó Luz del Desierto199.

Cuando en abril de 1879 se lanzó el ataque final hacia Rio Negro


con el ministro Roca a la cabeza, las tropas de Guaminí tuvieron que
movilizarse. El Dr. Girgois, que quería volver con su familia, a través de
sus hermanos de logia gestionó su baja del ejército. El masón Luis Cerro
envió un telegrama al comandante general de armas en Buenos Aires
afirmando que el cirujano de esa división padecía enajenación mental,
y el 2 de mayo de 1879 se le proporcionó la baja del ejército argentino,
quedando liberado para volver a Chivilcoy200.

Cuando en el año 1882 el gobernador designó a Carlos Fajardo como


juez de paz de La Plata, el Dr. Girgois vio la oportunidad de influir de
alguna manera en ese joven municipio. En abril de 1883 transportó su
droguería a La Plata, ubicándola al lado de la casa del médico Méndez en
calle 1 entre 34 y 35201, por ser el punto de unión de la vieja población de
Tolosa con la nueva ciudad. En ese momento, los primeros pobladores te-
nían en claro que no vivían en una ciudad llana; las lomas de la ensenada
en la que había sido asentada –hoy imperceptibles–, eran fácilmente re-
conocibles desde distintos puntos, y desde los segundos pisos de las casas
se podían apreciar los surcos en la tierra que delimitaban las desérticas
manzanas de la periferia.

El francés de 49 años había establecido la primera farmacia de la ca-


pital bonaerense, denominándola Botica y Droguería del Indio, ponién-
dose a total disposición de la comisión municipal202 . La Botica del Indio
se jactaba de tener “un surtido de drogas de ambos mundos” y de estar
abierta de día y de noche203 y en la que también se había establecido una
199 Ibídem. Correspondencia del 2 de julio de 1878.

200 AGE. Buenos Aires. Legajo Personal Nº 5302 de Hipólito Gergois (sic).

201 Rodríguez Freire y Neira. op. cit., p. 10

202 Aunque ya había una botica en Ensenada desde el año 1859 y una en Tolosa desde
1875, la del Dr. Girgois de 1883, fue la primera en la ciudad después de su fundación.
203 La Plata: Diario de la tarde. La Plata. 15 de diciembre de 1884. p. 4

94
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

confitería francesa, donde se podían conseguir manjares de aquel país204.


Al ser el único farmacéutico, se le encargó la distribución de remedios a
los pobres de la ciudad según las disposiciones de la comisión municipal
de higiene205. Sin embargo, en noviembre de ese año, llegó a la ciudad el
boticario diplomado Calisto Cerri e instaló en la misma vereda la segun-
da farmacia, acusando a Girgois de no tener acreditaciones y ser un con-
fitero farsante206. Esto provocó que decidiera trasladar su establecimiento
para reorganizarlo y ponerlo a la altura de los de Capital Federal, a su
domicilio de calle 4 y 45, dejando en calle 1 solamente la confitería 207.

En su nuevo local se abocó a realizar trabajos de taxidermia, logran-


do constituir una gran colección de aves embalsamadas. Con el fin de
aumentar su práctica en la materia, en abril de 1884, dirigió una carta
a las autoridades bonaerenses, proponiéndose como embalsamador ad
honorem del Museo de La Plata, solicitud que fue bien recibida por el
gobernador e inmediatamente aprobada 208.

Estando los franceses de la ciudad desorganizados y habiendo perte-


necido a la Asociación Francesa de Socorros Mutuos de Chivilcoy, du-
rante 1884, se decidió a establecer la primera asociación francesa de La
Plata, con el patrocinio de la sociedad que protegía a los inmigrantes
franceses de Buenos Aires209. La asociación finalmente se llamó Sociedad
Francesa de Socorros Mutuos 14 Juillet, e Hipólito Girgois fue elegido
como su primer presidente.

La primera iniciativa de este grupo fue organizarse para editar una


publicación matutina de intereses generales con el objetivo de atraer a
la población francesa a la nueva ciudad 210. Con este fin, se convocó a

204 Rodríguez Freire y Neira. op. cit., p. 10

205 La Plata: Diario de la tarde. La Plata. 12 de enero de 1885. p. 2

206 Ibídem. 2 de marzo de 1884. p. 2

207 Ibídem. 14 de enero de 1885. p. 3

208 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1884. Leg. 5 Exp. 491/0

209 El Día. La Plata. 14 de enero de 1885. p. 2

210 La Plata: Diario de la tarde. La Plata. 16 de noviembre de 1884. p. 1

95
GABRIEL DARRIGRAN

través de la prensa a toda la comunidad francesa para una reunión en


los salones del Sr. Etienne Chauvin, el domingo 18 de enero de 1885211.
La reunión se realizó en diagonal 80 y 47, haciéndose saber la funda-
ción de una publicación extranjera dedicada al fomento y defensa de los
intereses de la colonia francesa, la cual llevaría el nombre de La France
y sería redactada por el Sr. Fernand Choplin. La idea fue aprobada por
unanimidad y todos los presentes se comprometieron a contribuir con
todas sus fuerzas al buen éxito de tan nobles y útiles propósitos212. La
segunda reunión se efectuó el 25 de enero en el mismo lugar; en ella se
decidió que tendría imprenta propia costeándose a través de acciones,
y se conformó una comisión dirigida por Girgois para su adquisición
e instalación213. Finalmente, se decidió que se llamaría Le Commerce;
contando con el importante apoyo de dos ingenieros; el francés Arnold
Nillus y el hijo de francés Pedro Benoit 214.

En los primeros dos años desde su llegada, reprodujo en La Plata todo


aquello en lo que había intervenido en Chivilcoy. Había fundado la prime-
ra botica, que colaboraba filantrópicamente con la Municipalidad, y había
fundado la primera asociación francesa, que organizó a esa colonia; solo
faltándole una cosa: implantar la primera logia masónica. Por esa razón
convocó a una reunión reservada a distintos vecinos cuya pertenencia a la
francmasonería era de público conocimiento. La reunión se llevó a cabo en
la casa del farmacéutico el domingo 26 de abril de 1885, en calle 45 entre
4 y 5, donde también estaba ubicada su botica215. Asistieron en su mayoría
masones franceses e italianos, los cuales tomaron tres resoluciones: en pri-
mer lugar, se convocaría a una reunión formal para la noche del próximo
jueves con la intención de fundar una logia masónica provisoria y elegir sus
autoridades; en segundo lugar, se enviarían cuarenta y dos invitaciones a
masones platenses, notificándoles ese evento216. Por último y en tercer lu-

211 El Día. La Plata. 9 enero de 1885. p. 4

212 Ibídem. 20 de enero de 1885. pp. 1-2

213 Ibídem. 29 de enero de 1885. p. 1

214 Ibídem. 2 de febrero de 1885. p. 2

215 AGLA. Buenos Aires. AGLA-2477. Acta del 26 y 30 de abril de 1885.

216 Ídem.

96
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

gar, se publicaría un anuncio en el diario vespertino La Plata convocando


a todos los masones a fundar la primera logia217.

El jueves 30 de abril, nuevamente en la casa del boticario y bajo un


estricto protocolo masónico, se llevó a cabo la primera reunión de este es-
tilo en la flamante urbe con diecisiete francmasones. A través de las invi-
taciones especiales y la prensa, a la tenida masónica asistieron fundamen-
talmente vecinos franceses, italianos, algunos argentinos y un uruguayo,
con los variados oficios de pintor, albañil, sastre y panadero, encontrán-
dose entre los presentes el ingeniero Arnold Nillus y el Dr. Manuel H.
Langenheim, quien no había podido resistirse ante tal invitación218.

El francés, quien presidía la asamblea, abrió los trabajos según el ri-


tual, e inmediatamente el Dr. Langenheim pidió la palabra para mani-
festar que sería conveniente aplazar los trabajos hasta que pudieran reu-
nirse todos los masones que vivían en la ciudad, ya que podían ignorar
este evento219. El presidente de la asamblea alegó que se habían invitado
formalmente a cuarenta y dos masones, y si no habían asistido más era
porque no estaban interesados. Por este motivo no existía inconveniente
alguno para suspender los trabajos, habiendo suficientes maestros maso-
nes como para conformar una logia 220.

La propuesta del alto magistrado de aplazar la fundación del taller


masónico fue puesta a consideración a través de una votación secre-
ta, la cual fue rechazada por dieciséis votos contra uno. Seguidamente
se pasó a elegir la denominación de la logia, siendo el más votado el
nombre que propuso el Dr. Girgois “Luz y Verdad”; el cual ya había
intervenido en la fundación de dos talleres con nombres similares: Luz
del Oeste de Chivilcoy y Luz del Desierto de Guaminí. En la reunión
también se decidió comenzar a buscar un local para celebrar las tenidas
masónicas, solicitar formalmente autorización a la asociación masónica

217 La Plata: Diario de la tarde. La Plata. 28 de abril de 1885. p. 1

218 AGLA. Buenos Aires. AGLA-2477. Acta del 26 y 30 de abril de 1885.

219 Ídem.

220 Ídem.

97
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 9:

El documento más antiguo conservado de Luz y Verdad Nº 79.

98
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

de la calle Cangallo, y comenzar a ahorrar para pagar los derechos que


se exigía para fundar un taller221; solicitud que Girgois envió a Buenos
Aires el 4 de mayo, primer día hábil del mes222.

La carrera para fundar la primera logia

La verdadera intención del Dr. Langenheim, queriendo demorar la


fundación de la logia de Girgois, era ser él quien fundara el primer ta-
ller masónico de la capital, eligiendo a vecinos de renombre. El veterano
magistrado no solo buscaba fundar una logia, sino también un capítulo
escocista donde se otorgarían los grados superiores de la masonería. Por
tal razón la logia no podía estar integrada por cualquier masón, debiendo
ser seleccionados entre lo mejor de la prominente población223. Decidido
a fundar la primera logia masónica como parte de un plan mayor, acudió
a otro vocal de la Suprema Corte bonaerense con vínculos políticos; el
Dr. Faustino Jorge, exministro de gobierno de Rocha y su abogado en
pleitos menores224. El joven magistrado, había sido designado en la Corte
por el gobernador D’Amico con el permiso de Rocha; éste, como amigo
y hombre de confianza del fundador de La Plata, solía, durante sus viajes
al exterior, aportarle ideas para la urbe que aún solo existía en su mente:
“Con las calles sumamente angostas en lo que llaman el centro de la ciu-
dad –de Rio de Janeiro– mucho me acordé de sus proyectos para la nueva
capital, pues ningún viajero dejará de hacer la crítica que yo hoy hago a
los fundadores si, dentro de 100 años, aquella ciudad no tiene calles que
se adelanten a lo que debemos esperar que sea”225.

En ese preciso momento el Dr. Jorge se encontraba abocado a orga-


nizar los grupos rochistas en la provincia para la candidatura presiden-

221 Ídem.

222 Ibídem. Correspondencia del 3 de mayo de 1885.

223 Langenheim había postergado la fundación de una logia en la ciudad por la muerte
de su esposa del año anterior. La logia y su capítulo funcionarían como una cantera de
funcionarios para un futuro gobierno nacional del Dr. Rocha, ya que los más allegados al
exgobernador conocían sus planes secretos (Ver en el glosario: Capítulo escocista).
224 La Plata: Diario de la tarde. La Plata. 9 de mayo de 1885. p. 1

225 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2725. Correspondencia del 6 de septiembre de 1881.

99
GABRIEL DARRIGRAN

cial226, y no dudó ni un instante en invitar a la futura logia a correligiona-


rios como Juan Dillon, y a amigos que tenía en común con Rocha, como
Pedro Benoit y Carlos Fajardo. Por el contrario, el Dr. Langenheim invi-
tó a varios miembros de su antigua logia Obediencia a la Ley227 y, a través
del agrimensor Carlos Glade, convocó a los masones del departamento
de ingenieros que habían estado desde siempre presentes en la ciudad.

En la carrera contra reloj por fundar la primera logia, la reunión ma-


sónica de los funcionarios y amigos del exgobernador se llevó a cabo
cinco días después que la reunión de la logia Luz y Verdad, el martes 5
de mayo de 1885 en el domicilio del juez de calle 53. En ella se decidió
que la logia provisoria y su capítulo se llamarían “La Plata”, y que el pre-
sidente que los dirigiría sería Langenheim228.

Desde el mes de mayo, una comisión de masones encabezada por los


dos jueces se encargó del armado del templo masónico donde funcionaría
la logia La Plata, realizando los trabajos necesarios para la consagración ofi-
cial del local por parte de las autoridades de la asociación229. El lugar elegi-
do había sido un local rentado ubicado en la calle 47 y 7, que se habían pre-
ocupado por decorar lujosamente, con estricta sujeción al ritual escocés230.
El templo contaba con bancos de madera rústicos con capacidad para 150
personas, y el ambiente estaba embellecido con abundantes lámparas de
petróleo. Además, dos columnas cinceladas color bronce franqueaban la
puerta de entrada al salón; al otro extremo de la sala, el sitial del venerable
maestro de la logia estaba coronado con un elegante dosel de seda roja. Las
paredes se hallaban decoradas artísticamente y contaban con numerosos
cuadros con inscripciones de los grandes principios de la francmasonería.
Finalmente, el techo estaba pintado a semejanza del firmamento, decorado
con numerosas estrellas231.
226 El Día. La Plata. 26 de marzo de 1885. p. 2

227 AGLA. Buenos Aires. AGLA-1943. Acta del 12 de abril de 1885.

228 Ibídem. Acta del 7 de octubre de 1887.

229 La Plata: Diario de la tarde. La Plata. 9 de mayo de 1885. p. 1

230 El Día. La Plata. 17 de agosto de 1885. p. 1

231 La Acacia. Buenos Aires. Septiembre de 1885. p. 135

100
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Por otro lado, la instalación oficial de la logia Luz y Verdad, se reali-


zaría el jueves 9 de julio de 1885 en el local que alquilaban a 150 metros
de donde estaría la otra logia, en calle 47 entre 5 y 6, habiéndose elegido
esta fecha por la gran concurrencia que se esperaba en la ciudad. Ese día
las principales calles estarían embanderadas por el aniversario del día la
independencia, en la plaza de la Legislatura una compañía acrobática
daría un espectáculo gratuito al atardecer, y por la noche se esperaba una
gran cantidad de fuegos artificiales232. Finalizado el espectáculo pirotéc-
nico, en el Teatro Apolo habría una función de gala a la que concurriría
el gobernador y sus ministros.

A su vez, ese día el flamante Centro Industrial y Agrícola de La Plata,


que nucleaba a los productores de la región, inauguraría una gran exposi-
ción de productos elaborados en la ciudad por sus socios, entre los que se
encontraban todos los industriales y artesanos de La Plata.

En la exposición que se llevaría a cabo en el gran galpón donado por la


provincia en la calle 4 entre 51 y 53, entre otros vecinos estaba el francés
Girgois, que expondría aves embalsamadas y productos químicos elabo-
rados en el laboratorio de su botica, siendo uno de los coordinadores de
la muestra que duraría meses233. El centro había sido fundado semanas
antes, siendo apadrinado por Langenheim. Su escudo era el mismo que
había sido elegido por Benoit en 1882, el cual era utilizado por estableci-
mientos públicos y privados234.

Sin embargo, los eventos del 9 de julio de 1885 no salieron como se


habían planificado. Ese día, debido a una copiosa lluvia, se suspendieron
todos los festejos patrios en los espacios públicos. La comisión directiva
del centro agrícola porteño tuvo que volverse por el temporal, retrasán-
dose la inauguración de la exposición hasta el día 13 de ese mes235. A su
232 El Día. La Plata. 9 de julio de 1885. p. 1

233 Ídem.

234 En 1884 el primer comercio en utilizarlo fue el corralón y ferretería de calle 1 y 37 de


José Eduardo Cisneros, fundador de la primera asociación española de socorros mutuos.
Posteriormente, en 1887, lo utilizará el Club Gimnasia y Esgrima en el sello de su acta
fundacional.
235 Ibídem. 11 de julio de 1885. pp. 1-2

101
GABRIEL DARRIGRAN

vez, todos los fuegos artificiales que se exhibirían frente a la Legislatura


y que se almacenaban en el Ministerio de Gobierno, se arruinaron por el
agua, que colapsó los techos del edificio236.

Al atardecer, en el momento de realizarse la consagración del templo


de Luz y Verdad, por las autoridades de la calle Cangallo, se desencadenó
la mayor tormenta eléctrica que se había visto en la ciudad. A pesar de
que la ceremonia tuvo que realizarse a la luz de las velas y ante una espec-
tacular tormenta, la primera logia de la ciudad fue oficialmente instala-
da. Esa misma semana el diario El Día resaltó la importancia de esa fun-
dación para la ciudad de La Plata: “De todas las sociedades que marchan
a la vanguardia del progreso es sin duda alguna la masonería una de las
primeras. La nueva capital de la provincia, cuyos rápidos progresos son
la admiración de todo el mundo, necesitaba un centro donde los muchos
hijos de esta gran familia aquí establecidos se agrupasen”237.

Finalmente, el domingo 16 de agosto de 1885 fue el día designado


para la ceremonia oficial de consagración del templo e instalación de
autoridades de la logia La Plata, a la cual asistieron 400 masones pla-
tenses y de la Capital Federal, abarrotando las instalaciones. Una vez
que Langenheim, como presidente de la asamblea, abrió los trabajos, se
dio entrada a las comisiones que representaban a las logias visitantes;
estas eran Obediencia a la Ley, Regeneración, Unione Italiana, Égalité
Humanité, Moralidad, Hijos de Hiram, Primera Argentina, como así
también la flamante logia Luz y Verdad 238, que había sido instalada en
la ciudad hacía semanas239.

A continuación, comenzó el protocolo de instalación de autoridades.


Los miembros de la logia La Plata se colocaron en el centro del salón
236 Ibídem. 10 de julio de 1885. p. 2

237 Ibídem. 12 de julio de 1885. p. 2

238 La Acacia. Buenos Aires. Septiembre de 1885. p. 135

239 La carrera por fundar una logia en la ciudad finalmente la ganó Luz y Verdad, que
envió una solicitud a Buenos Aires, en la que se pedía una Carta Constitutiva, el 4 de
mayo. La asociación autorizó la solicitud el 12 de junio; siendo la ceremonia de instalación
y consagración de su templo el 9 de julio de 1885. Luz y Verdad fue registrada bajo el Nº
79 de la asociación, mientras que la logia La Plata con el Nº 80.

102
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

formando un pasillo frente a la puerta de entrada y, levantando sus es-


padas simbólicas, formaron una especie de bóveda, la cual tuvieron que
recorrer al entrar al recinto las autoridades de la asociación. Estas eran la
comisión instaladora que venía a consagrar el templo y a investir a las au-
toridades de la logia. El presidente de la comisión instaladora, el militar
retirado Pedro A. Cáceres, ocupó la silla del presidente y ordenó que las
autoridades del nuevo taller Manuel Langenheim, Felipe A. Becker y Pe-
dro Benoit, abandonaran el salón, depositando en la puerta sus espadas
y sus malletes simbólicos240.

Seguidamente consagró el flamante templo masónico –ceremonia lai-


ca que se realizaba cuando se inauguraba un local– e hizo llamar a sus
tres autoridades para que presten juramento ante la asamblea. Luego le
siguieron prestando juramento el resto de afiliados, estando entre estos
César, el hijo mayor de Langenheim, y el agrimensor Carlos Glade241.

El juez de la Suprema Corte, se ubicó en el sitial del venerable maestro


y leyó un telegrama enviado por el Dr. Faustino Jorge, que había sido
distinguido como el orador de la logia, pero que por razones de salud
no había podido asistir242. Seguidamente pronunció un largo discurso
agradeciendo la presencia de los asistentes:

“[…] Solicito del modo más eficaz el amor fraternal de


los hermanos visitantes que nos honran con su presencia,
y muy particularmente el de los obreros todos de la respe-
table logia Luz y Verdad que trabaja con nosotros en este
valle en bien de su naciente población, difundiendo entre
ella los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad”243.

240 Ídem.

241 Entre los fundadores se encontraba el contador Saturnino Perdriel, tesorero de la


logia, quien será el primer presidente del Club Gimnasia y Esgrima, y que provenía de la
logia Unión del Plata (Revista Masónica Americana. Año 1873. pp. 148-149).
242 El Día. La Plata. 17 de agosto de 1885. p. 1

243 La Acacia. Buenos Aires. Septiembre de 1885. p. 136

103
GABRIEL DARRIGRAN

Concluida la reunión masónica, el presidente invitó a los presentes


a dirigirse al salón contiguo donde los esperaba un lunch, para llevar a
cabo los brindis reglamentarios. Luego del aperitivo, los masones de altos
grados se reunieron nuevamente en el templo para dar comienzo a la ce-
remonia de fundación del capítulo provincial La Plata, que conformarían
los masones platenses con grados superiores. Este grupo más reservado,
de carácter aristocrático y con costumbres caballerescas medievales244,
estaría a cargo de otorgar los grados superiores del rito escocés a los ma-
sones bonaerenses, ya que la provincia había perdido su capítulo provin-
cial en el momento de la disputa por la federalización de Buenos Aires245.

El diseño del blasón de la logia capitular se había inspirado claramen-


te en el escudo de la ciudad que había aparecido por primera vez en las
medallas y escudos encargadas por Benoit en 1882, y que ya era conside-
rado un símbolo de identidad platense.
Doc. Nº 10:

En el centro, el primer templo masónico de Luz y Verdad Nº 79.

244 BPGCGI. Madrid. 14 de abril de 1894. p. 2

245 La Acacia. Buenos Aires. Septiembre de 1885. p. 137

104
Capítulo V

Escudo de la logia Luz y Verdad Nº 79.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Un proyecto en común

La logia Luz y Verdad, desde antes de ser instalada oficialmente, se


mostró más activa que su hermana La Plata Nº 80; habiendo incorpora-
do a la fraternidad a treinta y cinco vecinos entre junio y octubre246. En
las primeras elecciones formales celebradas el 24 de junio de 1885 había
sido elegido para presidirla, Hipólito Girgois, quien luego de haber fun-
dado distintas logias en la provincia, había logrado erigir el primer taller
masónico de La Plata 247.

Una vez que estuvieron organizados, acordaron reunirse dos veces


por semana y se comprometieron a llevar a cabo tres proyectos antes de
que finalizara el año: en primer lugar, prestarían un servicio gratuito a
los vecinos de la ciudad, en segundo lugar, dirigirían su primera obra
filantrópica a los afectados por el cólera en España, y, en tercer lugar,
construirían un local más adecuado para sus reuniones. Para el primer
proyecto se pusieron en contacto con el inspector Enrique de Santa Ola-
lla, para que los asesore en la fundación de una escuela gratuita para
niños248, lo que le valió al pedagogo ser nombrado miembro honorario
de la flamante logia. Para la segunda iniciativa, comenzaron una colecta
para las victimas del cólera en España, enviando una circular a todas las
logias, invitándolas a participar de esta obra filantrópica 249. Finalmente,
para el tercer proyecto, dirigieron una solicitud formal al Poder Ejecutivo
bonaerense para que los autorice a comprar a un precio especial ocho lo-
tes en las secciones Nº 4 y Nº 15 de la ciudad, que habían sido declarados
caducos al no ser ocupados por sus propietarios en tiempo y forma según
las leyes de ventajas de la población250.

246 AGLA. Buenos Aires. AGLA-1943. Actas del 26 de junio, 28 de julio, 15 de septiembre y
27 de octubre de 1885.
247 A diferencia de lo que se pensaba, la primera logia masónica de la ciudad no fue
fundada por italianos, sino por vecinos de la comunidad francesa que se agrupaban en
torno a la Sociedad de Socorros Mutuos 14 Juillet.
248 El Día. La Plata. 23 de agosto de 1885. p. 2

249 La Acacia. Buenos Aires. Septiembre de 1885. p. 138

250 El Día. La Plata. 23 de agosto de 1885. p. 1

107
GABRIEL DARRIGRAN

108
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

109
GABRIEL DARRIGRAN

El martes 18 de noviembre, Dardo Rocha y su familia llegaron en


el tren de las 10 de la mañana desde la ciudad de Buenos Aires, por las
fiestas del tercer aniversario de la fundación de la ciudad251. Estas consis-
tirían en un Te Deum en la capilla de San Ponciano y un almuerzo en el
chalet oficial del gobernador252.

El director de las obras públicas de la ciudad, Pedro Benoit, recién


había terminado de proyectar la Catedral inspirándose en los principales
templos europeos, la cual se ubicaría frente a la Plaza Principal sobre el
eje que cruzaba el centro geométrico de sudoeste a noreste. Ese mismo
día, con el objetivo de replantear este edificio monumental según al pro-
yecto de Benoit, se procedió en un acto privado a trazar el eje del edificio
ajustándolo al eje de la ciudad. En el descampado se encontraban presen-
tes el fundador de la ciudad, el ministro de obras públicas, el vicepresi-
dente del departamento de ingenieros, el director de las obras públicas,
el jefe de la oficina de delineaciones, y el canónigo de San Ponciano253.
El funcionario del departamento de ingenieros procedió a trazar el eje
de la obra a lo largo de los cien metros que abarcaría el edificio de forma
perpendicular a la calle 14; finalizada la traza, el ministro de obras públi-
cas de la provincia invitó a Dardo Rocha a abrir él mismo los cimientos
dando la primera palada, finalizando de esta manera el acto254.

Más tarde, en las inmediaciones de la Plaza Principal, el Dr. Rocha,


el cura Carranza, el gobernador D’Amico y los doctores Langenheim y
Jorge se reunieron para visitar las obras públicas de la ciudad. Cuando el
grupo rodeó el perímetro de la plaza para visitar las obras particulares de
las propiedades de Langenheim en la calle 53 y 12, y de D’Amico en la
calle 53 y 14, cruzaron frente al terreno del Dr. Rocha en 14 y 50, donde,
desde hacía dos días una cuadrilla se encontraba escavando los cimientos
de la futura casona255. Estas obras, que evidenciaban estar más retrasadas

251 Ibídem. 19 de noviembres de 1885. p. 1

252 Ibídem. 20 de noviembre de 1885. p. 1

253 Salvadores, Antonio. op. cit., p. LXXXIV

254 Ídem.

255 El Día. La Plata. 14 de diciembre de 1885. p. 1

110
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

que la casa del gobernador y del juez de la Suprema Corte, provocaron


sonrisas entre sus amigos.

El Dr. Rocha les prometió que la casa, que le había diseñado Pedro
Benoit, estaría lista para fin de año y que el día de año nuevo los invi-
taría a una comida en ella. El maestro constructor Fernando Serdeña se
había comprometido a que entregaría, para ser habitada antes de fin de
año, la propiedad de 60 metros de frente. Para mediados de diciembre
las obras de albañilería ya se encontraban finalizadas y restaban las de
carpintería y de ornato256. Durante ese periodo los trabajos tuvieron que
detenerse varios días debido a tres temporales que azotaron la ciudad; sin
embargo, para cuando Rocha volvió a La Plata el 27 de diciembre257, ya
se encontraba finalizada. Aunque aún no se podía habitar por la hume-
dad, estaba pintada, decorada y amueblada para recibir a los comensales
invitados por su dueño 40 días antes258. La familia quedó tan satisfecha
que encargó a Serdeña las obras de una nueva casa en calle 47 y 6 para la
esposa de Rocha 259.

En el almuerzo de año nuevo, frente a sus amigos, el candidato a


presidente anotició la estrategia a tomar en las elecciones de abril. El
exgobernador había decidido dar un paso al costado, para fortalecer al
candidato del grupo de partidos independientes que se enfrentaría a Mi-
guel Juárez Celman260.

Mientras tanto, los habitantes de la ciudad comenzaban a sufrir los


primeros inconvenientes de estar alejados de los grandes núcleos de po-
blación y del puerto de Buenos Aires. Una vez que habían concluido las
principales obras de infraestructura y el fervor comercial de los primeros
años se había calmado, se redujo el lucro desmedido y el dinero público
que se utilizaba de incentivo desapareció. Fue entonces cuando la can-

256 Ídem.

257 Ibídem. 27 de diciembre de 1885. p. 1

258 Ibídem. 31 de diciembre de 1885. p. 2

259 Ibídem. 15 de enero de 1886. p. 1

260 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2863. Telegrama del 31 de diciembre de 1885.

111
GABRIEL DARRIGRAN

tidad de comercios se redujo para adaptarse a la población real y se en-


careció la vida de las familias. La ciudad rápidamente se convirtió en la
más cara del país, con un precio de la carne exorbitante, alquileres caros
y con elementos de primera necesidad por las nubes. La Plata comenzó a
ser llamada la ciudad de los ricos, porque solo las familias más adineradas
podían vivir cómodamente en ella, el resto debían alejarse a 15 o 20 cua-
dras de la Plaza de la Legislatura, a barrios de la periferia, intransitables
los días lluviosos261.

Dentro de los primeros pobladores que habían arribado, a mediados


de 1885 había llegado a la ciudad un grupo de frailes franciscanos dirigi-
dos por el fray Alexandre J. Brid. De forma inmediata, habían obtenido
del gobierno provincial la donación de una manzana entera para que
pudieran edificar una iglesia, un convento y una escuela en calle 12 entre
68 y 69, quedando exentos de pagar impuestos en todas las gestiones
de dicha obra 262. En marzo de 1886, luego de haber pedido limosnas a
los fieles durante meses para comenzar las obras263, el fray Brid solicitó
al ministro de obras públicas que el gobierno realizara una donación de
ladrillos para comenzar el trabajo de una vez por todas. Ante este pedido,
el gobernador les donó 100.000 ladrillos de los depósitos de la ciudad que
estaban destinados a los edificios públicos264. Al mes siguiente el fraile
presentó los planos de obra, solicitando autorización para poder extraer
arena de un bañado existente en el parque público lindante, comprome-
tiéndose a dejar el terreno nivelado265. Finalmente, se dirigió al Consejo
Escolar pidiendo ayuda para instalar una escuela anexa al convento, lo-
grando que la Dirección de Escuelas donara una casilla de madera y le
pagara a uno de los religiosos por desempeñar el trabajo de maestro en
dicho establecimiento266.

261 El Día. La Plata. 4 de septiembre de 1887. p. 1

262 AHPBA. La Plata. Obras Públicas. Año 1886. Exp. B Nº 46.

263 El Día. La Plata. 11 de septiembre de 1885. p. 4

264 AHPBA. La Plata. Obras Públicas. Año 1886. Exp. B Nº 35.

265 Ibídem. Exp. B Nº 46.

266 El Día. La Plata. 2 de agosto de 1886. p. 1.

112
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

A raíz de estos hechos, desde la prensa se comenzó a denunciar los


abusos de los franciscanos con el erario público, generándose gran ma-
lestar entre los vecinos que veían como los políticos no hacían nada por
el encarecimiento de la comida en la ciudad. Pero, la indignación de los
platenses llegó a su punto máximo cuando se supo que Alexandre Brid
había propuesto en la Legislatura que la provincia corriera con los gastos
totales de las obras del convento, y un grupo de senadores había plasma-
do su propuesta en un proyecto de ley267.

Desde el año anterior se estaba celebrando en la ciudad una con-


vención constituyente para reformar la constitución de la provincia de
Buenos Aires268. Viendo lo que ocurría, el constituyente Belín Sarmien-
to, director de la biblioteca provincial y nieto del expresidente, presentó
un proyecto para evitar este tipo de abusos. El proyecto consistía en
incluir un artículo en la constitución que prohibiera que ambas cá-
maras legislativas pudieran destinar fondos para beneficiar a la Iglesia
o a cualquier religión. Sin embargo, la iniciativa fue rechazada por la
mayoría al ser opuesta a la Constitución Nacional, que declara que el
Gobierno tiene que sostener el culto católico; afirmándose que: “de esta
manera nunca tendríamos la Catedral proyectada, ni siquiera la capilla
de San Ponciano”269.

Gracias al lobby realizado en ciertos sectores de la política bonaerense,


el 26 de octubre, la Cámara de Senadores le dio media sanción al proyec-
to de ley que destinaba una subvención de $20.000 al convento, obtenida
con los votos de siete senadores más el del vicegobernador Cardoso270.
Sin embargo, Brid sabía que para que su proyecto se convirtiera en ley
provincial, se requería la media sanción de la Cámara de Diputados:

“Dr. Dardo Rocha, usted habrá visto por los periódi-


cos la oposición que han hecho con mi solicitud, aunque

267 Ibídem. 24 de octubre de 1886. p. 2

268 Ibídem. 9 de junio de 1885. p. 1

269 Ibídem. 3 de mayo de 1886. p. 1

270 Ibídem. 27 de octubre de 1886. p. 1

113
GABRIEL DARRIGRAN

espero tener mayoría mañana en la Cámara de Diputa-


dos, no es difícil que me corran; ponga, pues, mi aprecia-
ble doctor, toda su influencia para que salga bien […]”271.

La noticia del convento pagado por los habitantes de “la ciudad del
progreso” rápidamente se propagó llegando a los oídos de los librepen-
sadores de todo el país, como así también a los de Europa, a través de la
publicación madrileña Las Dominicales del Libre Pensamiento: “En la ciu-
dad donde los palacios se destinan a escuelas, están completamente fuera
de su sitio los conventos. Nada tienen que hacer en La Plata los frailes,
porque lo que allí hay que hacer no es rezar, sino trabajar”272.

Ante los abusos de los políticos y los religiosos, los masones de la ciu-
dad no pudieron ignorar lo que sucedía y por primera vez las dos logias
que existían se pusieron de acuerdo en un proyecto común: impedir que
se utilice dinero público para establecer el convento. Los masones consi-
deraban que una ciudad como La Plata, que poseía los principales avan-
ces del siglo, como la luz eléctrica, no podía promover la instalación de
una orden religiosa y la construcción de claustros y capillas para rezar a la
luz de las velas. Por ello, acordaron utilizar el derecho constitucional de
petición, para dirigir una solicitud firmada por los habitantes de la pro-
vincia a la Cámara de Diputados para que rechace la iniciativa. La logia
Luz y Verdad formó una comisión para recolectar firmas de adhesión en
la ciudad, solicitando permiso a la asociación masónica de Buenos Aires
para que se distribuya entre todas las logias de la provincia una circular
informativa 273. Por otro lado, la logia de los funcionarios conformó una
comisión compuesta por Langenheim, Miranda Naón, Drago y Niño,
para entrevistarse con los ministros de gobierno y de hacienda. Esta re-
unión con los funcionarios provinciales se realizó el 29 de octubre; la
comisión se presentó en representación de los vecinos y las asociaciones
liberales de la ciudad con el fin de que el Poder Ejecutivo combatie-
ra la “iniciativa Brid”. Los ministros les informaron que el gobernador

271 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2768. Correspondencia del 28 de octubre de 1886.

272 Las Dominicales del Libre Pensamiento. Madrid. 4 de diciembre de 1886. pp. 3-4

273 AGLA. Buenos Aires. AGLA-1943. Acta del 2 de noviembre de 1886

114
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

D’Amico no estaba de acuerdo con el proyecto, pero no por razones re-


ligiosas, sino presupuestarias, ya que como se podría comprobar dentro
de unos días, el cuarto aniversario de la ciudad sería el más paupérrimo
hasta el momento274.

Producto de esta reunión, solo diecinueve diputados se presentaron en


la cámara el día del debate para tratar el asunto del convento; no habien-
do quorum para tratarlo, la sesión tuvo que ser levantada y los diputados
que apoyaban a los religiosos, como Pedro Goyena, inútilmente pidieron
que se multara a los ausentes sin aviso275.

Las comisiones de los dos talleres masónicos se reunieron el 25 de no-


viembre, en la casa del periodista de La Nación, José María Niño, frente
al actual Rectorado. Luz y Verdad presentó las firmas de más de 8.000
bonaerenses que apoyaban la iniciativa, y la logia La Plata presentó el
escrito que se entregaría al presidente de la Cámara de Diputados276. Sin
embargo, tomaron la decisión de no entregarlo aún, y que la logia que
presidía Hipólito Girgois guardara la documentación, a la espera de que
los legisladores volvieran a intentar aprobar la ley.

Et lux in tenebris lucet

Luego de meses de arduo trabajo, la logia Luz y Verdad culminó sus


actividades del año 1886 con la compra de un terreno de 600 m² en
calle 2 entre 46 y 47277, y la conformación de un centro de beneficencia
al que denominaron Unión Cosmopolita. El grupo filantrópico, que
también estaba constituido por damas, inmediatamente se puso a dis-
posición de la Municipalidad para ayudar a los afectados por el cólera

274 El Día. La Plata. 30 de octubre de 1886. p. 1

275 Ídem.

276 Ibídem. 24 de noviembre de 1886. p. 2

277 La elección del terreno fue por parte del gobierno provincial, por la solicitud formal
que habían realizado el año anterior. Al momento de registrarlo en el Registro de la
Propiedad, se lo puso a nombre de Hipólito Girgois debido a que la logia carecía de
personería jurídica, y se buscó que se lo haga bajo un número de registro significativo
con simetría capicúa como el Nº 17971.

115
GABRIEL DARRIGRAN

que azotaba a la ciudad en esos meses de verano, para, una vez superada
la epidemia, asistir a los niños pobres facilitándoles instrucción y asis-
tencia médica 278.

Ya comenzado el nuevo año y habiéndose visto los resultados posi-


tivos obtenidos por la intervención de la masonería en la política local,
en su primera reunión de enero, el taller del francés Girgois tomó la
decisión de comenzar a recolectar firmas en los distintos partidos bo-
naerenses. Su objetivo era presentar en la Legislatura una petición para
que la provincia estableciera registros civiles en todo su territorio, como
ya había hecho la Capital Federal, haciendo llegar este proyecto a todas
las logias bonaerenses y a los hombres progresistas de todos los parti-
dos. La finalidad última era sacarle a la Iglesia la administración de los
registros de nacimiento, matrimonio y defunción, que administraban
desde la época del Virreinato279.

A principios del mes de junio de 1887, los franciscanos volvieron a


insistir con su proyecto en la Legislatura, pero esta vez a través de una
decena de vecinas devotas que comenzaron a visitar los domicilios de los
diputados para sondear la opinión de los políticos acerca de la subvención
a los franciscanos280. Esta noticia causó alarma en Luz y Verdad, que
rápidamente coordinó con la logia La Plata sacar a la luz las firmas reco-
lectadas. Girgois se dirigió al presidente de la Cámara de Diputados y,
en nombre de los hombres progresistas de la provincia, entregó el escrito
de rechazo al convento avalado por 10.000 ciudadanos, entre los que se
encontraban los más selectos y distinguidos vecinos de esa capital281. Los
diputados le prometieron que el proyecto de ley, que requería de su media
sanción, sería analizado previamente por la comisión de peticiones, que
evaluaría los pros y los contras de la subvención282.

278 Ibídem. 30 de diciembre de 1886. p. 1

279 AGLA. Buenos Aires. AGLA-895. Correspondencia del 25 de febrero de 1887.

280 El Día. La Plata. 4 de junio de 1887. p. 1

281 Ibídem. 5 de junio de 1887. p. 1

282 Ibídem. 30 de septiembre de 1887. p.1

116
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El 23 de septiembre había sido la ultima reunión de la logia antes del


fin de semana, dejando el local de calle 47 entre 5 y 6 solo hasta el mar-
tes 27 de la semana siguiente. Ese día, al acercarse para preparar el salón
para la tenida masónica que celebrarían, observaron como la cerradura
de la puerta principal se encontraba forzada e inmediatamente fueron a
buscar a Girgois283.

Al ingresar al vestíbulo, se encontraron una pila de objetos comple-


tamente carbonizados que iban desde cortinas y sillas, hasta libros con
datos de afiliados y balances de tesorería. Al entrar al salón principal, las
dos cortinas que daban paso al templo se encontraban quemadas, al igual
que el papel tapiz que recubría las paredes de la habitación, que había sido
arrancado y tirado al piso. También se encontraban tirados y habían sido
destruidos los cuadros alegóricos de los tres grados y otros con emblemas
filosóficos, junto a las esterillas de todas las sillas que habían sido quema-
das con una vela. En el extremo de la sala donde se ubican las autoridades,
habían quemado el dosel que adornaba el sitial del presidente y habían
arrancado de la pared el emblema de la francmasonería, conformado por
una escuadra y un compás entrelazados de metal dorado. Habían vaciado
los cajones del escritorio del venerable maestro y del secretario, prendiendo
fuego los diplomas de los afiliados que aun no habían sido entregados,
junto a los libros de actas de las asambleas. Y hasta habían destruido con el
fuego el estandarte de la logia, que poseía los colores patrios, una escuadra,
un compás, una estrella de cinco puntas y el lema Libertad, Igualdad, Fra-
ternidad, solo quedando integra y visible la palabra Luz de su nombre284.

Cuando los integrantes del taller salieron al patio, pudieron compro-


bar que faltaba la piedra de más de 20 kilos que tenían preparada para
que fuera la piedra fundamental del futuro templo que construirían en
calle 2. Pero también que el pozo ciego del terreno se encontraba repleto
de elementos utilizados en las tenidas como candelabros, cortinas y dos
pequeñas columnas simbólicas285.

283 AGLA. Buenos Aires. AGLA-895. Correspondencia del 15 de noviembre de 1887.

284 El Teósofo. La Plata. 2 de octubre de 1887. p. 2

285 AGLA. Buenos Aires. AGLA-895. Correspondencia del 15 de noviembre de 1887.

117
GABRIEL DARRIGRAN

Ese día, vieron reducidas a cenizas gran parte del patrimonio reunido
a lo largo de sus dos años de existencia, siendo conscientes que el atentado
que habían sufrido estaba estrechamente relacionado con sus iniciativas
laicistas en la Legislatura, y que los fanáticos religiosos se encontraban a
escasos metros de ellos. Entre los destrozos encontraron un sutil mensaje:
todas las espadas de los miembros de la logia habían sido expuestas al fuego
e intencionalmente retorcidas, dejándolas como tirabuzones286. Esto era así
debido a que el sábado 24 y domingo 25, por su cuenta dos afiliados de
la logia capitular La Plata, con estrechos vínculos con el clero y la política
local, habían ingresado furtivamente al local de Luz y Verdad, con el fin de
destruir el mobiliario y quemar sus símbolos masónicos para persuadirlos
de no intervenir más en la política provincial287. Hipólito Girgois, se limitó
a culpar públicamente a “fanáticos religiosos anónimos”, pero en la prensa
dejó ver, entre líneas, quienes habían cometido los actos delictivos: “Todos
han podido darse cuenta exacta del inteligente refinamiento en la destruc-
ción, hasta en sus menores detalles, acto que tiene que haber sido organiza-
do y presidido por personas de una ilustración más que regular”288.

La noticia del ataque de los fanáticos religiosos rápidamente movilizó


a los vecinos platenses que se acercaron al venerable maestro de Luz y
Verdad, proponiéndole que se celebre un concierto vocal e instrumental
para recaudar fondos y recuperar lo perdido289. Los hechos vandálicos
conmovieron a gran parte de la opinión pública de los librepensadores
argentinos y del extranjero; sin embargo, las sospechas hacia la otra logia
fueron ignoradas y el comisario de La Plata hizo caso omiso a los recla-
mos sobre los pocos avances en la investigación290.

La logia La Plata Nº 80 jamás admitió culpa alguna, y nunca se debe-


ló quienes habían sido los autores materiales e intelectuales, generándose
un distanciamiento entre ambos talleres.

286 El Día. La Plata. 28 de septiembre de 1887. p. 1

287 AGLA. Buenos Aires. AGLA-895. Correspondencia del 15 de noviembre de 1887.

288 El Día. La Plata. 1 de octubre de 1887. p. 1

289 Ibídem. 30 de septiembre de 1887. p. 1

290 AGLA. Buenos Aires. AGLA-895. Correspondencia del 15 de noviembre de 1887.

118
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Finalmente, el 30 de septiembre, a los tres días de haber encontrado


destruido el local, la comisión de peticiones de la Cámara de Diputados
se expidió en contra del proyecto del convento de los franciscanos, acon-
sejando que debía ser reemplazado por un proyecto de ley que destinara
$25.000 a ensanchar la iglesia parroquial de San Ponciano según lo que
indicaba el plano original de Pedro Benoit, y que el vicario Benjamín
Carranza –puntero político de Rocha–, se dedicara a controlar todo lo
relativo a las obras de ese templo. Para muchos vecinos, ese nuevo pro-
yecto se trató de una estrategia de los clericales de la ciudad para ganar
la pulseada, destinando una subvención mayor a los religiosos y a los
devotos de La Plata 291.

Como respuesta al atentado sufrido, los integrantes del taller to-


maron la decisión de editar, cada quince días, una publicación que se
tituló Luz y Verdad, destinada a combatir el fanatismo y difundir los
valores masónicos292, la cual no solo era repartida gratuitamente en la
ciudad, sino también era enviada al exterior293. La segunda medida to-
mada fue poner en marcha la construcción del templo masónico en el
terreno que habían comprado en 1886. Para ello el presidente de la lo-
gia solicitó a su nombre un préstamo al Banco Hipotecario para cons-
truir un templo desde sus cimientos294. La forma en que pagarían el
préstamo sería la celebración anual de una fiesta con un bazar; por esta
razón, circuló entre todas las logias una solicitud pidiendo la donación
de objetos y enseres295. Por último, realizaron un acto de provocación a
los religiosos de la ciudad como nunca se había visto antes. A través de
sus contactos en el diario El Día hicieron publicar en la primera plana,
a tres columnas, un escrito del poeta y periodista español Salvador
Rueda titulado “La Iniciación”, en el cual describía las impresiones que
había tenido en su iniciación masónica de una logia de Andalucía 296 ,
291 El Día. La Plata. 1 de octubre de 1887. p. 1

292 Ibídem. 10 de octubre de 1887. p. 1

293 BPGCGI. Madrid. 15 de abril de 1890. p. 11

294 RPPBA. La Plata. Año 1886. Registro Nº 17971. Girgois, Hipólito.

295 AGLA. Buenos Aires. AGLA-895. Correspondencia del 5 de febrero de 1888.

296 Ver en el glosario: Iniciación.

119
GABRIEL DARRIGRAN

dejando para la posteridad el primer artículo de este estilo en la prensa


de la región:

“Una vez sentí irresistibles deseos de ser masón, sin sa-


ber a punto fijo porque causa. Ahora lo comprendo todo;
lo que me guiaba a entrar en la orden era el afán de lo
desconocido y las leyendas lúgubres que oía referir acerca
de la misteriosa asociación […]”297.

Para el 30 de octubre los cimientos del edificio ya se encontraban


al ras del suelo y se decidió que la colocación de la piedra fundamental
se realizaría en un acto público el domingo 4 de diciembre de 1887. A
tal efecto enviaron invitaciones a todas las logias y a distintas asociacio-
nes platenses. La reunión fue convocada en su templo de calle 47 a las
14:00, allí se presentaron más de quince comisiones de talleres porteños,
que con los librepensadores de la ciudad sumaron más de 200 masones.
Antes de salir hacia el lugar de la ceremonia inaugural se leyeron los tele-
gramas de felicitación de dos logias del interior del país que lamentaban
no haber podido asistir, para luego colocarse una escarapela blanca en el
pecho para ser bien identificados en la calle298.

Luego, se desplazaron caminando las cuatro cuadras que separaban


el antiguo del nuevo local. Se produjo una gran sorpresa cuando, al
llegar a la esquina de calle 2 y 46, se encontraron un local rectangular
de 20 metros por 8 metros próximo a concluirse, al que solo faltaba
techar y que había sido construido en un terreno de 15 metros de frente
por 40 de fondo. A su vez, en la calle los esperaban cuatro asociaciones
platenses representadas por sus presidentes y secretarios, periodistas lo-
cales y grupos de vecinos de distintos barrios, junto a las familias de
los masones de La Plata y Capital Federal, entre las que se encontraban
100 señoras y señoritas299.

297 El Día. La Plata. 25 de noviembre de 1887. p. 1

298 La Acacia. Buenos Aires. Diciembre de 1887. p. 106

299 Ídem.

120
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El lugar de la ceremonia estaba adornado con las banderas de distintas


naciones, ocupando un lugar preferencial el estandarte quemado de la lo-
gia, que había sido testigo del atentado, el cual había desencadenado ese
evento. En la cabecera del local rectangular se ubicaron los presidentes
de las comisiones y las asociaciones platenses, mientras que el público se
colocó en ambos laterales. El acto fue abierto por el Dr. Agustín Ma-
tienzo, delegado de la asociación masónica especialmente enviado. El
secretario procedió a leer el acta de la fundación labrada en pergamino,
la que rápidamente pasó a ser firmada por los integrantes de la logia y
por las damas presentes. Seguidamente, los afiliados a Luz y Verdad se
colocaron en medio del salón formando un pasillo, por el cual 20 hijos
e hijas de masones transportaron a su lugar la piedra fundacional que
llevaba grabada el nombre de la logia y el año 1887300.

El Dr. Matienzo desempeñó el papel de maestro constructor asistido


por Hipólito Girgois, que custodiaba los elementos de trabajo. Luego que
el delegado usara una plomada, un nivel y una escuadra sobre la piedra,
se derramó sobre ella pequeñas vasijas de trigo, sal, vino y aceite. Segui-
damente, en una urna que quedaría tapada por la piedra, se depositó el
acta fundacional, periódicos de ese día, monedas y medallas del siglo.
En el momento que Girgois depositó algunas medallas conmemorativas
de la instalación de los poderes provinciales del año 1884, recordó a los
presentes que el fundador de La Plata era masón y pidió un aplauso “por
el entusiasta fundador de la ciudad modelo de Sudamérica”301.

Prosiguieron los discursos de todas las autoridades de las corporacio-


nes presentes, para que luego las señoras recorrieran el local recolectando
dinero para beneficencia, que sería destinado a la asociación Unión Cos-
mopolita que patrocinaba la logia desde hacía un año. El venerable maes-
tro finalizó el acto a las 18:30 agradeciendo la concurrencia, que llegó a
más de 300 personas, e invitó a todos a volver el día de la consagración
oficial del templo, cuando el edificio estuviera concluido302.

300 Ídem.

301 Ídem.

302 Ídem.

121
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 11:

Invitación de la logia Luz y Verdad. Año 1887.

122
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 12:

Circular de la logia Luz y Verdad. Año 1888.

123
Capítulo VI

Escudo de la logia La Plata Nº 80.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Un discípulo de Comte en la ciudad

Las tropas de Napoleón I habían permanecido ocupando España


entre 1808 y 1814. En ese período se apresó al rey Fernando VII, se
desterró a la monarquía católica, se desencadenó la emancipación de las
colonias americanas desde el Virreinato del Rio de La Plata, y se aceleró
la aparición de la primera constitución liberal para España, redactada
en Cádiz en 1812. Sin embargo, retirados los franceses, retornó la mo-
narquía absolutista de mano de Fernando VII, se reinstauró la Santa
Inquisición y se abolió la constitución, persiguiéndose a los liberales de
la península.

Entre los muchos liberales militantes del sur de España, se encontraba


el malagueño Francisco M. de Santa Olalla, que había sido educado en
Francia, al pertenecer a una familia de alto poder adquisitivo vinculada
al comercio303. En los círculos liberales y masónicos de Londres, había
conocido al político y militar José María Torrijos, exiliado en Inglaterra
por sus continuos pronunciamientos contra la Corona española.

El militar, con una red de influencias en todo el sur de España, lo


había implicado en las tramas conspirativas que buscaban derrocar a Fer-
nando VII y restablecer la constitución de Cádiz. Para el año 1831, el
general Torrijos junto a sus hombres de confianza planearon una cons-
piración en contra del rey, pero, traicionados por el gobernador de Má-
laga, el general y algunos de sus hombres fueron arrestados y fusilados
en las playas malagueñas304. Resultando fallida esa conjura y habiendo
comprometido la seguridad de su familia, Francisco de Santa Olalla se
vio obligado a exiliarse con su familia a París305. Su hijo mayor Enrique,
testigo del fusilamiento y las persecuciones posteriores, quedará marcado
para el resto de su vida: “aquel bautismo de sangre me hizo abrazar el

303 AMUACPM. Legado Díaz de Escovar. Málaga. Documento Nº 32-6.2

304 El general español Torrijos, hoy considerado un héroe liberal en la ciudad de Málaga,
contribuyó con su muerte a debilitar el régimen absolutista y facilitó el camino de la
revolución liberal en España.
305 Ídem.

127
GABRIEL DARRIGRAN

liberalismo que por intuición comprendí, con la conducta exaltada que


conservo hasta la fecha”306.

Enrique de Santa Olalla había permanecido con sus padres en Francia


durante 16 años, obteniendo el bachillerato en letras en la Facultad de
Filosofía de París307. En esa capital recibió clases particulares de matemá-
ticas de Aguste Comte, intelectual francés al que seguirá el resto de su
vida a través de sus obras y del cual se jactaba de ser su discípulo308. En-
tre 1844 y 1847 trabajó como profesor particular de castellano y mate-
máticas, dirigió una clase nocturna de contabilidad comercial, y trabajó
llevando los libros de contabilidad de la casa de comercio parisina de los
señores Oller, Chatard & Pattey309.

Pero en febrero de 1848 tendrá lugar en París una insurrección po-


pular que fue conocida como la “Revolución Francesa de 1848”, que
provocará la abdicación del rey Luis Felipe I de Francia, dando paso a la
Segunda República. La insurrección la habían llevado a cabo estudian-
tes y obreros parisinos, algunos de ellos alumnos de Santa Olalla que se
vieron forzados a tomar las armas. Debido al endurecimiento de las leyes
del país galo después de las revueltas, el joven profesor se vio obligado a
trasladarse con su padre a Londres, donde permaneció un año y medio
impartiendo clases particulares de castellano y francés310.

Teniendo la oportunidad de recorrer el mundo por los negocios fami-


liares, en 1850 viajó al continente americano por primera vez311, dedicán-
dose al comercio y a la enseñanza. Las crónicas uruguayas atestiguaron
que, en mayo de 1851, de viaje hacia Chile, arribó por primera vez a las
costas orientales del Rio de La Plata, que recién se abrían al comercio
después de cinco años de bloqueo anglo-francés:
306 Ídem.

307 Ídem.

308 La República Española. Buenos Aires. 27 de agosto de 1903. p. 2

309 BPGCGI. Madrid. 28 de julio de 1893. p. 7

310 Ídem.

311 Ídem.

128
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Retrato de Enrique M. de Santa Olalla.

129
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 13:

Sr. D. Manuel Muñoz Jiménez


Muy Sr. mío y apreciado comprovinciano y correligionario.
Salud y República democrática.

[…] Nací el año 1820, día 29 de junio. Fui bautizado en la parroquia de los Már-
tires. Mi casa paterna estaba en la plaza de La Constitución, contigua por el lado
izquierdo a la imprenta y librería de D. Luis de Carreras, excelente caballero de una
moralidad intachable y amigo consecuente de mi padre, queríanse ambos entraña-
blemente. A la izquierda de la casa del citado Carreras estaba la escribanía publica
de D. Francisco Bueno, honradísimo sujeto. A la derecha de mi casa estaba conti-
gua la de una bordadora de oro, muy primorosa; seguía otra casita de poco frente
donde había un cerrajero, y enseguida la casa grande que ocupaba el obispo D. José
Bonel y Orbe, el sacerdote más virtuoso, caritativo y liberal, a quien se podía querer
por su prudencia y tolerancia. Mi padre que era liberal exaltado por principios, que
fue educado en Francia, perseguido a muerte por Fernando VII (el salvaje de inol-
vidable recordación), estimaba mucho al obispo.

[…] Todas las casas de que le he hablado, no existen más, porque fueron derribadas
para hacer la vía de Larios, que yo no conozco, pues he pasado mi vida desde la edad
de nueve años en países extranjeros, habiéndome educado en París donde permane-
cí desde el 21 de diciembre de 1831, diez días después de ser fusilado el general D.
José María Torrijos con su gente, a quienes vi caer muertos, abriendo en mi corazón
el más cruel dolor. Aquel bautismo de sangre me hizo abrazar el liberalismo que por
intuición comprendí, con la conducta exaltada que conservo hasta la fecha. Lloré
con lágrimas de fuego aquella catástrofe, viendo a mi padre llorar como una mujer,
y desde entonces lloro como siempre la muerte del general, de quien decía mi padre:
“aquel sacrificio era la infamia de Dios”. Tal era el pesar que amargaba la existencia
de mi pobre padre que había sido, en Málaga, el agente secreto del general.

[…] Mi padre me lo refirió en carta reservada, escrita por su puño en vísperas de su


muerte, cuya carta recibí en Chile, encargándome que volviera yo a España a cuidar
de la familia, y ordenándome que rompiera la carta después de leerla, lo que hice
por obedecer su mandato, sin volver a la península, yo, porque me encontraba ya
casado con familia; pero en cambio me traje la familia a América. Mis tres herma-
nas supervivientes, una de ellas casada, mi mamá, y el cuñado. Todos han muerto.

El hecho que más arriba me refiero es el siguiente: Habiendo llegado el general To-
rrijos a Gibraltar en el año 1830, se alojó en la casa de una tía mía, hermana de mi
padre, que vivía en la calle de cuatro cantos, y desde allí nombró el general a mi padre
su agente secreto en Málaga para preparar la conspiración.

130
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Se le ocurrió a mi padre esta idea: Estando mi casa contigua con la imprenta de Ca-
rreras, mi padre propuso a este buen amigo que le cediera un cuarto de su casa con
pared medianera con la nuestra, a lo que accedió gustoso. Se le abrieron disimulada-
mente tragaluz por una y otra casa, y respiraderos por el techo. Se tapió bien la puerta
por el lado de la imprenta, que era un edificio viejo y como por el lado de mi casa no
había más que la pared divisoria que daba al patio, allí se cavó un pozo, figurando una
letrina con una compuerta en el piso, y por el pozo escavado se abrió un forado que
servía de comunicación para entrar por aquel portillo al impase, como le llamaban
ellos por irrisión.

Allí dentro lo pasaba de día el general, y tenia de noche el general sus conciliábu-
los con las personas más comprometidas en el complot, para lo cual se cerraba la
puerta de la calle desde temprano, y nadie sospechaba nada, mandando a los niños
a acostar tempranito.

Una vez que sospechaban haber visto desembarcar al general por la playa, lo bus-
caron por todas partes. Registraron mi casa dos veces, y como no encontraron ni
papeles ni nada que comprometiera, porque en eso era mi padre muy previsor, no
dieron con el escondite y se llevaron un chasco. Pues si lo hubieran descubierto lo
hubieran ahorcado con muchísimo gusto, como es de suponer. […] En esas rebus-
cas por encontrar al general, mi padre lo salvó una vez, vistiéndolo con ropa usada
de mamá, haciéndolas girones y vistiéndolo de mujer, así se lo pudo llevar hasta una
goleta inglesa que lo esperaba, zarpando enseguida para Gibraltar.

Ahora que soy un viejo masón no tengo inconveniente de que estos acontecimien-
tos, que tantos sustos costaron, se supieran y quedaran consignados para la historia
de nuestro desgraciado general y sus compañeros de infortunio […]. A mi querido
amigo Pedro Gómez le escribiré particularmente, pidiéndole algunos datos sobre
libros antiguos que se me quemaron en un incendio que me consumió la biblioteca,
que he podido reponer en parte.

Enrique M. de Sta. Olalla, La Plata, 19 de mayo de 1904.

131
GABRIEL DARRIGRAN

“[…] El joven profesor Santa Olalla de viaje por el Pa-


cifico, tocó en este puerto y un solo día que le fue permi-
tido bajar a tierra visitó nuestra universidad. A bordo del
buque escribió y dirigió el articulo siguiente pidiéndonos
su publicación: […] Por mi parte –afirma Santa Olalla–
no puedo menos que felicitar sinceramente al gobierno
por el interés que manifiesta para satisfacer una de las
necesidades de todo país culto, cual es la de la instrucción
pública. Un gobierno que, en medio de las calamidades
de una guerra desastrosa, se ocupa en contribuir al fo-
mento de la enseñanza, da pruebas de su ilustración y
amor al país que gobierna, por lo tanto, hallará siempre
simpatías entre los hombres del saber humano”312.

Durante los quince años que vivió en el país trasandino, se ganó la


fama de ser un gran hombre de letras y un gran orador313. Aprovechan-
do sus emprendimientos comerciales en Valparaíso para recorrer todo el
continente, llegó a visitar los Estados Unidos, Cuba, Ecuador, Perú, y
Brasil; visitas que aprovechaba para conocer el sistema educativo del país
y sus establecimientos pedagógicos314.

En la ciudad portuaria donde se había radicado y donde había fundado


establecimientos educativos privados, conoció a Domingo F. Sarmiento,
con quien entabló una relación de amistad que duró décadas315. Mientras
que Sarmiento en 1858 publicaba el periódico Anales de la Educación
Común, primer periódico sobre educación en Argentina; Santa Olalla,
desde Valparaíso, publicaba el semanario Enciclopedia de la Infancia ilus-
trado por él, que llegaba a las principales ciudades de Latinoamérica316 y
que era considerado el primer exponente de la prensa juvenil de Chile.
312 La Mariposa: Periódico Semanal de Literatura y Variedades. Montevideo. 4 de mayo de
1851. p. 76
313 AHNE. Madrid. M_Exteriores_H_1353. Nº 100. Correspondencia del 10 de agosto de 1893.

314 BPGCGI. Madrid. 28 de julio de 1893. p. 7

315 La Plata: Diario de la tarde. La Plata. 10 de agosto de 1909. p. 3

316 Enciclopedia de la infancia. Valparaíso. 1 de junio de 1857. p. 4

132
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Durante esos años, su padre que se encontraba enfermo, le pidió que


regrese a España para cuidar de su familia. Sin embargo, al ya haberse
casado con la señorita Manuela Lois, con quien había tenido dos hijas,
decide trasladar a su madre y sus hermanas a Chile. Mientras sus her-
manas dirigieron el Colegio Español de Señoritas, él dirigió la Escuela
Normal Mercantil, bajo la firma Sta. Olalla & Ca, la que se jactaba de ser
“el único establecimiento de esa clase en Hispano-América para cursar la
carrera científico-comercial”317.

Para 1865, necesitando el gobierno argentino fomentar la educación


pública con un plantel de profesores idóneos, Santa Olalla, que por aquel
entonces era el director del Colegio del Salvador de Santiago de Chile318,
es contratado especialmente por su experiencia y sus diplomas obtenidos
en España, Francia y Chile.

Al trasladarse con su mujer y sus hijas a Buenos Aires, en junio de ese


año, es llamado a cubrir el cargo de secretario del Consejo de Instruc-
ción Pública provincial, debido a la vacante que había dejado Pastor S.
Obligado, quien estaba combatiendo en la Guerra de la Triple Alianza319.
Por propuesta suya, la provincia funda la primera Escuela Normal para la
enseñanza de maestros y preceptores del país320, en la cual es nombrado
subdirector, y en donde se encargaba de dictar las clases de cosmografía
y geometría321. Sin embargo, funcionará pocos meses, ya que Marcos
Sastre, quien era el director, renunciará en septiembre de 1865, alegando
que Santa Olalla le había dicho: “yo no me someto a las disposiciones de
un director que me es inferior en conocimientos”322.

317 Ibídem, 13 de junio de 1857. p. 12

318 Santa Olalla, Enrique. Tesoro de fabulistas españoles. Santiago de Chile. Año 1864. p. 1

319 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1865 Leg. 4 Exp. 412/0

320 A pesar de que la historia reconoce a la Escuela Normal de Paraná de 1871, ser la
primera escuela especializada en educación de maestros, la primera fundada en Argentina
fue la escuela promovida por Santa Olalla, que debido a los pocos meses que funcionó fue
olvidada.
321 Anales de la Educación Común. Buenos Aires. Vol. 8. Agosto de 1869. p. 34

322 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1865 Leg. 5 Exp. 545/0

133
GABRIEL DARRIGRAN

En abril del año siguiente es nombrado director de la Escuela Modelo


Catedral al Norte, prometiendo que establecería la enseñanza primaria
superior gratuita de forma ad honorem323. En este establecimiento funda,
con la autorización de Nicolás Avellaneda, una escuela nocturna de ma-
temáticas aplicadas a las artes. Destinada a jóvenes artesanos, la escuela
fue fundada el 21 de septiembre de 1866 y funcionó gratuitamente du-
rante décadas324.

En 1867, el Consejo de Instrucción Pública le encomienda redac-


tar el primer periódico oficial de la provincia de Buenos Aires en
materia educativa, La Escuela Primaria325 , para luego llevar adelante
su proyecto personal de redactar el periódico de instrucción primaria
La Enseñanza, que fue subvencionado por el gobierno y que se dis-
tribuyó entre 1869 y 1870. En esta publicación, lo asistieron sus dos
jóvenes hijas, las que afirmaban que su educación se había realizado
exclusivamente leyendo los libros de la biblioteca de su padre y que al
momento de lanzarse a la vida periodística él las había guiado avalan-
do sus escritos326.

Trasportada desde Brasil, donde era una endemia, a principios de la


década del setenta la fiebre amarilla había llegado a las estrechas calles de
la ciudad de Buenos Aires, tomando por sorpresa a las autoridades. Con
el transcurso del tiempo la enfermedad provocó miles de muertos, entre
nacionales y extranjeros, produciendo un gran desplazamiento de la po-
blación. Producto de este flagelo, Santa Olalla, se vio obligado a cerrar
su escuela de matemáticas para artesanos, debido al peligro que represen-
taba la concentración de personas en lugares cerrados327. En esta primera
epidemia de 1870, el educador perdió a la madre de sus hijas Manuela

323 Ibídem, Año 1866 Leg. 4 Exp. 275/0

324 Ibídem, Leg. 7 Exp. 576/0

325 Ibídem, Año 1902. Leg. 10 Exp. 1170/0

326 Batticuore, Graciela. La Mujer Romántica. Lectoras, autoras y escritores en la Argentina:


1830-1870. Buenos Aires. Año 2005. p. 141
327 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1902. Leg. 10 Exp. 1170/0

134
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Lois328, al no haber huido de la ciudad a tiempo. Prosiguió su hija mayor


Hortensia que, altamente expuesta por su trabajo como preceptora del
Colegio de La Piedad, murió con tan solo 19 años329.

Cuando Sarmiento dejó la presidencia de la Nación en 1874 y re-


gresó a dirigir el Departamento General de Escuelas, hizo contratar
a Santa Olalla como inspector general330, quien ya se había ganado la
fama de ser una eminencia en gramática por su trabajo Lecciones de
Gramática Filosófica de la Lengua Castellana, en la que teorizaba sobre
los vínculos entre la gramática y las matemáticas331. Como inspector
visitaba las escuelas de la provincia llevando consigo una valija con
libros de pedagogía, muchos de ellos escritos por él, que vendía a los
maestros de las escuelas que inspeccionaba; cosa que Sarmiento solo le
permitía a hacer él332. Llegándose a rumorear que el pedagogo español
y Sarmiento, estando a solas, afirmaban que eran los únicos educadores
que sabían de gramática en el país333.

Para el año 1878, ya se había casado en segundas nupcias y vivía en


el antiguo pueblo de San José de Flores, donde era el preceptor de la
escuela pública de esa localidad. Contando ya con 58 años, fue formal-
mente invitado a unirse a la logia Libertad Nº 48. En la fraternidad,
el inspector logró moderar su carácter y encontró un medio eficaz para
difundir la educación; viajando por la provincia, visitando sus escuelas y
aprovechando a dar conferencias en las logias masónicas de los recóndi-
tos parajes bonaerenses334.

328 Santa Olalla E. M. – Casas de Santa Olalla S. C. Sucesión. Leg. 132. Juzgado Nº 4. Sec.
12. Año: 1928. La Plata.
329 Santa Olalla, Hortensia. Acta de Defunción Nº 348. Año 1874. Buenos Aires.

330 AHPBA. Fundación de escuelas públicas en la Provincia de Buenos Aires durante el


gobierno escolar de Sarmiento (1856-1861 1875-1881). La Plata. Año 1939. p. 713
331 Enciclopedia de la infancia. Valparaíso. 15 de agosto de 1857. p. 46

332 El Mosquito. Buenos Aires. 25 de marzo de 1877. p. 1 y 4

333 Ibídem, 15 de abril de 1877. p. 1

334 La Acacia. Buenos Aires. Junio de 1889. p. 223

135
GABRIEL DARRIGRAN

Tan solo existiendo dos escuelas estatales de instrucción primaria en


la ciudad de La Plata, una de niñas y otra de niños, el discípulo de Com-
te, “deseoso de esparcir la luz de la civilización por todas partes”335, a los
pocos meses de llegar a la ciudad solicitó al Consejo de Educación un
local para establecer una escuela dominical gratuita. La escuela funcionó
en una casilla de madera en la esquina de calle 10 y 47, donde convocó a
los presidentes de todas las asociaciones platenses con la intención de que
éstos les enviaran a aquellos socios que eran analfabetos; contando, hacia
finales de año, con 20 alumnos de todas las edades336.

Pero no solo se conformó con la alfabetización de los vecinos; con el


patrocinio de la Dirección General de Escuelas, como ya lo había realiza-
do en Valparaíso y Buenos Aires, fundó en su domicilio de calle 55 y 14,
una escuela profesional de subpreceptores y ayudantes, que fue pionera
en la enseñanza de este estilo en la ciudad337.

“[…] Yo amo mi profesión con ese sentimiento pro-


fundo, inextinguible, que hace del magisterio un verda-
dero sacerdocio; así como el país que es hoy mi patria
adoptiva, donde he formado mi hogar, mi familia, y a la
cual consagro con ardor mis débiles fuerzas; por lo que
no puedo menos que mirar con verdadero dolor la dege-
neración que experimenta la profesión de maestro de pri-
mera enseñanza […] y que no suceda, por ejemplo, lo que
estamos presenciando en esta capital, donde a falta de
peritos constructores se han improvisado maestros mayo-
res de obra […], y estos mismos son los que están ahora
formando la mayoría del gremio, lo que traerá como con-
secuencia inevitable, que muchas de las casas particulares
que se levantan al lado de los palacios del gobierno, estén
amenazadas de venirse abajo en poco tiempo”338.

335 La Plata: Diario de la tarde. La Plata. 15 de diciembre de 1884. p. 1

336 Ídem.

337 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1902. Leg. 10 Exp. 1170/0

338 El Día. La Plata. 28 de enero de 1885. p. 1

136
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

No obstante, Don Enrique no era el único educador de su familia.


Su joven esposa, Carolina, argentina de padres españoles, con quien se
había casado en segundas nupcias, también era maestra de instrucción
primaria y una ferviente colaboradora en publicaciones liberales, bajo el
seudónimo “Sofía”. Con ella fundará en su domicilio un colegio de ense-
ñanza primaria y secundaria de señoritas, con el nombre de “Liceo de La
Plata”. Con un programa similar a los colegios nacionales y la enseñanza
obligatoria del inglés y el francés, era publicitado como “un lugar donde
se enseña y se aprende en tres meses lo que no se obtiene en un año en
otros establecimientos educativos”339.

Durante los primeros meses del gobierno de Carlos D’Amico, debido


a la necesidad de tener una escuela de enseñanza secundaria en La Plata,
el Congreso de la Nación había aprobado la creación de un Colegio Na-
cional, como el instalado en la Capital Federal o las provincias del norte.
Sin embargo, el presidente Julio A. Roca, pretendiendo desarticular las
aspiraciones políticas de Rocha, había planificado una ofensiva contra la
ciudad que el político bonaerense había fundado. A través de su ministro
de instrucción pública Eduardo Wilde y la prensa oficialista, se difundió
el rumor de que La Plata aun se encontraba despoblada y que solo exis-
tían dos estudiantes en condiciones de acceder a la educación secundaria;
suspendiéndose la fundación del colegio por razones presupuestarias340.

Para subsanar esta injusticia, inmediatamente la Legislatura provin-


cial aprobó la creación de un Colegio Provincial, que fue inaugurado
en febrero de 1885341. Con bastante improvisación, los exámenes de
ingreso comenzaron en marzo, los primeros cursos se realizaron en un
local provisorio342, y se tuvo que convocar a los vecinos más distingui-
dos para que colaboren, entre ellos, el ingeniero Rafael Hernández, el
naturalista Carlos Spegazzini y el intendente de La Plata Marcelino O.

339 La Capital. La Plata. 2 de Julio de 1888. p. 1

340 El Día. La Plata. 23 de mayo de 1885. p. 1

341 Colegio Provincial. Reglamento del Colegio Provincial de La Plata. Buenos Aires. Año
1885. p. 3
342 Ibídem. p. 21

137
GABRIEL DARRIGRAN

Aravena, que estuvo a cargo de la asignatura geometría en los cuatro


años de enseñanza 343.

El ministro de gobierno Nicolás Achával, que había sido el director


general de escuelas, conocía muy bien a Santa Olalla; por esta razón,
a pedido suyo se creó un curso sobre sistema métrico decimal para los
alumnos del colegio, y un curso libre nocturno de contabilidad como
el que había tenido en París. Las cursadas fueron inauguradas el 2 de
abril, llevándose a cabo tres veces por semana 344 y estando dirigidas
a los obreros que por la noche querían instruirse en la enseñanza co-
mercial, llegando a tener a cargo hasta 20 alumnos en el primer año.
Sin embargo, cuando a mediados de 1886 las obras del edificio que
ocuparía el colegio en calle 1 finalizaron y todas las clases fueron tras-
ladadas a este barrio, a pedido de Santa Olalla las clases nocturnas de
contabilidad se cancelaron, por la imposibilidad de llegar a este barrio
por la noche345.

Buscando llevar a todos los rincones de la ciudad la educación, a


principios de 1886, dirigió una nota al Ministerio de Gobierno propo-
niéndose como voluntario para establecer gratuitamente una escuela
dominical en la Cárcel de La Plata, que estuviera orientada a los presos
que carecieran de educación primaria 346. Este mismo proyecto ya lo ha-
bía llevado a cabo a los dos años de haber llegado al país, en la Cárcel
Central de Buenos Aires, proponiéndoselo a Nicolás Avellaneda y con-
tando con el apoyo del Superior Tribunal de Justicia 347. Sin embargo,
a pesar de haber sido visto con agrado por el gobernador D’Amico, fue
desestimado por el Consejo de Educación. A pesar de esto, no se rindió
y recurrió al magistrado Manuel H. Langenheim, quien gestionó la
apertura de la escuela dominical en el Palacio de Justicia de la avenida
13. En ella se enseñaba a los detenidos un programa de estudios míni-

343 El Día. La Plata. 22 de marzo de 1885. p. 2

344 Ibídem. 2 de abril de 1886. p. 2

345 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1886. Leg. 13 Exp. 902

346 Ibídem. Leg. 3 Exp. 286/0

347 Ibídem. Año 1867. Leg. 1 Exp. 71

138
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

mos de lectura, escritura, aritmética, sistema métrico decimal, geogra-


fía nacional e instrucción cívica 348.

Al haber caído la candidatura presidencial de Dardo Rocha, los planes


del presidente de la logia La Plata habían cambiado, para hacer del taller
una fraternidad de juristas y el centro de una extensa red de hombres
influyentes de la capital provincial; por lo cual pasaron a ser conocidos
como la logia de los funcionarios judiciales349. Esto no fue inconveniente
para que invitara al taller al veterano inspector de escuelas Santa Olalla,
que dirigía la escuela del Palacio de Justicia.

Al incorporarse a fines de 1886, el discípulo de Comte fue elegi-


do para reemplazar al secretario del taller, encargándose de la parte
administrativa 350. Sin embargo, a pesar de contar con 45 afiliados, se
encontró con una logia adormecida, que celebraba pocas reuniones al
año y con una escasa asistencia de sus integrantes351. Esto se debía a las
múltiples obligaciones de su presidente en la Corte y en las comisiones
vecinales que dirigía para organizar la ciudad, pero, principalmente,
porque Langenheim había sido designado para presidir la asociación
masónica Supremo Consejo.

Cambio de vientos políticos

En septiembre de 1886, había fallecido en Buenos Aires el Dr. Onési-


mo Leguizamón, ex integrante de la Corte Suprema de la Nación; en su
honor, la logia de los judiciales había realizado una ceremonia masónica
fúnebre en su memoria. El acto se había efectuado con solemnidad y
gran pompa, instalándose un catafalco con un ataúd vacío en el templo
de calle 47 y 7, simbolizando la presencia del difunto magistrado, y es-
tando presente para solemnizar el evento la orquesta del Teatro Apolo,

348 Ibídem. Año 1886. Leg. 3 Exp. 286/0

349 La Acacia. Buenos Aires. Mayo de 1888. p. 75

350 Ver el Doc. Nº 31 en el Anexo para conocer las elecciones de la logia de 1886.

351 Ídem.

139
GABRIEL DARRIGRAN

con la soprano Eulalia Fernández y el tenor Ambrosi352. Habían realiza-


do la primera ceremonia de este estilo en la ciudad sin imaginarse que,
pocos meses más tarde, lo tendrían que volver a realizar para uno de sus
asociados más importantes.

Cinco meses después, el escribano Felipe A. Becker, una de las tres


autoridades que habían fundado el taller, emprendió un viaje por Eu-
ropa junto a su familia, con el fin de que sus cinco hijos pudieran es-
tudiar en Suiza 353. Pero a los pocos meses de haber partido, este masón
acreedor de una considerable fortuna, falleció en Marsella en medio de
un viaje de negocios, con tan solo 42 años354. Notificados por su viuda,
la logia realizó una gran ceremonia fúnebre como la del año anterior;
la convocatoria fue para la noche del 29 de abril a la cual asistieron las
familias de los integrantes del taller, decidiéndose que una comisión
recibiera la urna y la escoltara del puerto de Buenos Aires hasta el ce-
menterio de La Recoleta 355. Inmediatamente se pusieron en contacto
con José Gras, cónsul de Uruguay en Barcelona, para informarle de lo
ocurrido; a su vez, el diplomático contactó con Dardo Rocha, que en
ese momento se encontraba con su familia en Europa, el cual realizó
las gestiones necesarias para que sus restos sean embarcados en el vapor
La France rumbo al Rio de La Plata 356.

El barco donde viajaba la viuda y sus hijos con la urna llegó el 25 de


noviembre a las 16:00 de la tarde al puerto de Buenos Aires, donde los
esperaba una multitud, en la que se encontraban las principales logias de
la capital y el taller de La Plata. Los restos mortales fueron trasportados
por las autoridades de la masonería del muelle hasta el carruaje, que se
encontraba decorado con múltiples coronas de las asociaciones masóni-
cas de Francia, España, Italia y Argentina. El cortejo fúnebre se dirigió
hacia el cementerio de La Recoleta, donde estaba el panteón privado de la

352 El Día. La Plata. 12 de septiembre de 1886. p. 2

353 La Acacia. Buenos Aires. Abril de 1887. p. 39

354 AGLA. Buenos Aires. AGLA-894. Correspondencia del 7 de octubre de 1887.

355 Ibídem. Correspondencia del 7 de noviembre de 1887.

356 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2778. Correspondencia del 27 de julio de 1888.

140
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

logia Obediencia a la Ley, de donde provenían muchos de los fundadores


de La Plata Nº 80357.

Finalmente, en las elecciones presidenciales de 1886, había ganado


por fraude el candidato oficialista Miguel Juárez Celman, que era con-
cuñado de Roca. El gobernador Carlos D’Amico, temiendo que su can-
didato a sucederlo perdiera las elecciones de 1887, y que se generara un
cambio político en la provincia, tomó la mala decisión de ejecutar el
plan revolucionario que había ideado con Dardo Rocha años atrás. Para
noviembre de 1886 la provincia ya había comenzado a comprar fusiles
Remington y ya se habían movilizado hombres en los pueblos del interior
para levantarse en armas, y así tomar los lugares estratégicos de los nú-
cleos urbanos358. Sin embargo, el fundador de La Plata Nº 80 Faustino
Jorge, que contaba con informantes dentro del gobierno, temiendo que
se rompiera la tregua entre la provincia y la Nación, se propuso impedir
la sublevación alertando a su amigo:

“Mi querido Dr. Rocha esa entrevista tenida esta no-


che o mañana miércoles, podría aun evitar muchas des-
gracias, que me temo, dada la aptitud que asume la lucha.
Usted puede, quizás poniendo de por medio la amistad,
salvar a la provincia de una situación angustiosa y asegu-
rar el éxito de nuestros esfuerzos. […] Si los procederes
de D’Amico lo afectaran solo a usted, podría excusar ese
amargo trance, pero recuerde que es al grupo de sus bue-
nos y leales amigos a quien nos va a afectar la derrota”359.

El Dr. Rocha pudo persuadir a su antiguo compañero de universidad


de no levantarse en armas contra la Nación; sin embargo, los temores de
D’Amico se concretaron cuando llegaron las elecciones provinciales de
1887 y nuevamente ganó por el fraude un candidato elegido por Julio
A. Roca. Éste fue Máximo Paz, que, como recompensa a sus trabajos de

357 La Acacia. Buenos Aires. Diciembre de 1887. p. 110

358 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2770. Correspondencia del 30 de noviembre de 1886.

359 Ídem.

141
GABRIEL DARRIGRAN

espionaje en el comité revolucionario rochista de 1885, había sido elegido


para liderar la provincia360. Al asumir Paz, finalizaron las aspiraciones
políticas para ambos exgobernadores, como también para sus más alle-
gados, que fueron víctimas del revanchismo político.

A falta de leyes jubilatorias, los empleados públicos de la provincia


debían solicitar directamente a la Legislatura que fuese tratado su caso de
forma particular, y debatido en el recinto. Esto generó una avalancha de
solicitudes de retiro de funcionarios relacionados a Rocha y a D’Amico,
ante el temor de que la nueva facción gobernante copara también el Po-
der Legislativo. Fue en este contexto que Dardo Rocha tomó la decisión
de alejarse y viajar con su familia por un año nuevamente a Europa, y que
Carlos D’Amico fuera imputado por malversación de fondos, viéndose
obligado a exiliarse361.

El cambio en la provincia produjo que se removieran empleados vincu-


lados a la fundación, como Pedro Benoit que era el jefe del departamento
de ingenieros y el director ejecutivo de obras de la ciudad, marcando el
fin del proyecto de La Plata como lo habían ideado sus fundadores: “los
que de alguna manera contribuimos a la fundación de la ciudad dejamos
en ella todo lo que teníamos y, en inmensa mayoría, hemos tenido que
abandonarla perseguidos injustamente”362.

Esto afectó gravemente a los integrantes de la logia de los funciona-


rios, donde había más de un amigo de Rocha y más de un conjurado.
En el caso de Faustino Jorge, el gobernador Máximo Paz, lo rodeó
de tales compañeros en la Corte que se vio obligado a renunciar a su
puesto363, mientras que a Manuel Langenheim, directamente lo forzó a
jubilarse después de haber estado en la justicia 30 años364. A ellos le si-
guieron otros empleados públicos de la logia que se vieron afectados por

360 Martínez, Carlos. op. cit., pp. 210-211

361 Ibídem. pp. 213-214

362 D’Amico, Carlos. op. cit., p. 228

363 Martínez, Carlos. op. cit., p. 239

364 Ibídem. p. 239

142
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

el cambio de vientos políticos y que habían trabajado en la provincia de


Buenos Aires durante décadas. En septiembre de 1887, Marcelino O.
Aravena, intendente ad honorem de La Plata solicitó su jubilación; días
más tarde lo hizo el inspector Santa Olalla 365, y cuatro meses después,
en el mismo trámite parlamentario, lo hicieron Pedro Benoit y Carlos
Glade366. El caso del ingeniero Vicente Isnardi fue más escandaloso; al
negarse a renunciar como se lo solicitaban, el gobernador lo hizo des-
alojar del departamento de ingenieros por la fuerza pública 367.

Debido a sus dotes en la oratoria, Santa Olalla fue elegido el orador


de la logia, teniendo como responsabilidad la observancia de los regla-
mentos de la institución y el pronunciamiento de los discursos de las
reuniones más relevantes del año368. Una vez jubilado y con más tiempo
para sus emprendimientos personales, se propuso despertar a la logia,
que se encontraba adormecida desde su fundación y desmoralizada por
la persecución que sufrían algunos de sus integrantes.

A principios de 1888 propuso el proyecto de que se auspicie el em-


plazamiento de una escuela de matemáticas y contabilidad mercantil.
La escuela para adultos funcionó en el propio local de la logia los días
domingos y feriados a las 16:00, y estuvo enfocada hacia la formación
gratuita de los vecinos369. De forma paralela, también funcionó una
escuela mixta dominical para niños que, como la anterior, fue dirigida
por Don Enrique.

A su vez le fue encomendada la redacción de los reglamentos internos,


ya que desde la fundación no se contaba con ellos. A tal fin solicitó, a
través de la publicación porteña La Acacia, que todas las logias que ya

365 Legislatura de la provincia de Buenos Aires. Libro de sesiones de la Cámara de Diputados


de la provincia de Buenos Aires. La Plata. Sesión del 14 de septiembre de 1887. p. 44
366 El Día. La Plata. 27 de enero de 1888. p. 1

367 Ibídem. 30 de diciembre de 1887. p. 1

368 AGLA. Buenos Aires. AGLA-894. Acta del 7 de octubre de 1887.

369 La Acacia. Buenos Aires. Marzo de 1888. p. 41

143
GABRIEL DARRIGRAN

contaran con reglamentación le enviasen un ejemplar a su domicilio370.


Como aporte personal, este hombre de letras, hizo incorporar un artícu-
lo que obligaba a los masones a donar un libro a la biblioteca, cuando a
estos se les otorgaba el grado de maestro masón.

Por propuesta suya, se constituyó una biblioteca privada, dirigida


desde un principio por el pedagogo, al ser nombrado bibliotecario:
“para que los hermanos puedan satisfacer uno de los más elevados fines
de la institución, pues el masón de nuestra época tiene por necesidad
elevar su nivel intelectual sobre los alcances comunes del mundo pro-
fano”371. Al mismo tiempo, publicó la obra Bibliografía Masónica, un
gran catálogo para orientar a las logias en la creación de sus propias
bibliotecas, obra que se vendía por ¢50 en la librería del masón de Luz
y Verdad Domingo A. Romeo, ubicada en calle 7 entre 57 y 58, y que
el autor había dedicado al senador y Gran Maestre Valentín Fernández
Blanco372.

Utilizando sus relaciones en los pueblos del interior de la provincia,


que había recorrido durante años, Don Enrique junto a su esposa Caro-
lina, propusieron a la logia la creación de una asociación confederada de
mujeres que sirviera de auxiliar de la masonería en las obras filantrópi-
cas. Fue denominada Asociación Hermanas de los Pobres, y pretendía
competir con las obras de caridad religiosa del grupo Hijas de la Cari-
dad. Ésta buscaba poseer una delegación en cada pueblo de la provincia
de Buenos Aires que tuviera una logia masónica y estar organizada por
las esposas, hijas y hermanas de los masones373. Como recompensa a los
valiosos trabajos del educador que desempeñó desde su incorporación,
la logia capitular solicitó que se le otorgara el grado 30 del rito escocés,
fundamentándolo con este proyecto bonaerense374.

370 Ibídem. Febrero de 1888. p. 29

371 Ibídem. Abril de 1889. pp. 105-109

372 Ibídem. Marzo de 1889. pp. 92-93

373 Ibídem. Septiembre de 1888. p. 131

374 Ibídem. Junio de 1889. p. 223

144
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

La inauguración se realizó en simultáneo en distintos partidos. En


La Plata su sede estuvo en el Teatro Olimpo375, siendo elegida como su
primera presidenta la esposa del masón Esteban Molla Catalán. El acto
inaugural se realizó en el referido teatro, el 6 de enero de 1888, comen-
zando con la entonación del himno nacional y el acompañamiento de un
piano tocado por la Sra. Leoncia De Martín.

El Dr. Langenheim abrió las conferencias con un discurso que finali-


zó con la lectura de los telegramas llegados desde las localidades de Ajó,
Tres Arroyos, Lavalle, Tandil y Luján, que confirmaban la inauguración
de esas sedes. Luego Santa Olalla pronunció un discurso sobre la evolución
de la masonería y su relación con la dignificación de la mujer, trazando a
grandes rasgos los esfuerzos de la masonería por combatir el despotismo de
los tiranos en todos los países y épocas. El médico Molla Catalán expuso
sobre las enfermedades de los niños y el cuidado que tienen que tener las
madres con ellos. Le siguió el masón De Martín, que hizo alusiones a la
instrucción de la mujer para ejercer la caridad de forma independiente.
Luego del discurso del presidente de la logia porteña Tolerancia, cerró el
acto Langenheim, invitando a las señoras presentes a asistir el próximo
domingo a la gran fiesta de instalación de nuevas autoridades del taller376.

El educador conocía de primera mano el estado en el que vivían los


presos de la ciudad por la actividad educativa que prestaba en esas depen-
dencias. Aprovechando la disponibilidad del Teatro Olimpo, ofrecido por
sus administradores, planteó la posibilidad de realizar dos obras teatrales
con el fin de recaudar fondos para dos grandes actos filantrópicos377.

En primer lugar, se trataba de auxiliar a los presos de la ciudad que se


encontraban viviendo en condiciones deplorables. A tal efecto, se confor-
mó una comisión para llevar a los reclusos del departamento de policía

375 El Politeama Olimpo fundado en 1886, actualmente es el Teatro Coliseo Podestá, y


originalmente abarcaba hasta la esquina de calle 10 y 47. Su foyer fue utilizado por las
logias de la ciudad para sus reuniones informales hasta finales del siglo XIX, debido a que
los empresarios que lo administraban eran miembros de la masonería.
376 El Día. La Plata. 7 de enero de 1888. p.1

377 La Acacia. Buenos Aires. Abril de 1889. pp. 105-109

145
GABRIEL DARRIGRAN

por una parte, y de la Cárcel de La Plata por otra, vestimenta, frazadas y


colchones; auxiliándose a un total de 400 presos y llegándose a decir: “es
una obra ésta que honra a la masonería, al mismo tiempo que al pueblo
de La Plata, que ha contribuido generosa y espontáneamente a hacer más
completa la cruzada humanitaria de aquella institución”378.

La segunda obra de filantropía propuesta por el orador de la logia, se


relacionaba con el movimiento patriótico que desde hacía algunos meses
existía en la capital bonaerense. Según la Ley de Reclutamiento, los jó-
venes de la provincia que salieran sorteados debían realizar tres años de
servicio militar; con el fin de salvarlos, los platenses habían creado un
fondo común para liberar a los jóvenes que no podían pagar “personeros”
que los reemplazaran:

“Señores Don Guillermo G. Jenuski y Vicente R. Jor-


dán: Aceptando vuestro generoso ofrecimiento, la logia
capitular La Plata que tengo el honor de presidir, ha re-
suelto organizar bajo sus auspicios una fiesta, para que
con su producido coadyuvar al loable pensamiento de
librar del servicio activo de las armas, por medio de per-
soneros, a varios guardias nacionales de la provincia. La
población de La Plata ha de responder con su óbolo a tan
magnánimo fin, y vuestro noble ofrecimiento, de verda-
deros masones, tendrá simpática repercusión, devolvien-
do a padres desolados los hijos, que una ley dura, pero ne-
cesaria arrancó de sus hogares. En nombre de la logia La
Plata os doy las gracias; siéndome agradable comunicaros
que una comisión de hermanos del taller ha sido nombra-
da para correr con todo lo relativo al beneficio” 379.

378 Ibídem. Septiembre de 1888. p. 137

379 La Capital. La Plata. 16 de octubre de 1888. p. 1

146
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 14:

En el centro, el primer templo masónico de La Plata Nº 80.

147
Capítulo VII

Escudo de la Universidad Provincial propuesto por Rocha.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

La fraternidad más importante del país

Injustamente forzados a alejarse de la vida judicial, en mayo de 1888,


los doctores Langenheim y Jorge se coordinaron para viajar a Europa con
sus familias. A Jorge, que se alejaría por más de un año380, le fue conferi-
do honoríficamente el grado 18 del rito escocés; su maratónico viaje por
el viejo continente, tendría como meta la inauguración de la Exposición
Universal de París, donde lo esperaría su amigo Dardo Rocha381. Por el
contrario, por sus esfuerzos a favor del taller, la logia de los judiciales
distinguió a Langenheim como venerable ad vitam, ante su eventual au-
sencia de seis meses.

Para cubrir su cargo fue designado como presidente el escribano Emi-


lio del Valle382, quien tomó todas las medidas posibles para levantar el
espíritu de la logia383. Durante su presidencia se llegó a las sesenta y ocho
reuniones anuales y se multiplicó exponencialmente el ingreso de veci-
nos, en su mayoría empleados del Poder Judicial; afirmando la prensa:
“al paso que marcha la primera logia del valle de La Plata, dentro de
poco no habrá magistrado ni curial que no pertenezca a dicho taller, del
cual forman parte jueces y notarios ilustrados que se honran con llevar
el título de masón”384.

A raíz del aumento de asociados se vieron obligados a ampliar el salón


principal del local de calle 47 donde realizaban sus reuniones; se sustitu-
yen las viejas lámparas de petróleo por una nueva iluminación a gas; se
renueva la decoración del local y se colocan sillas de Viena, mientras se
preparaba un templo nuevo facilitado por uno de sus afiliados385.

380 Ibídem. 22 de mayo de 1888. p. 1

381 AGLA. Buenos Aires. AGLA-894. Correspondencia del 4 de mayo de 1888.

382 El nuevo venerable maestro de La Plata Nº 80, pertenecía al Partido Autonomista,


estaba emparentado con Aristóbulo del Valle, y era el abogado de Julio Campos, hermano
del general revolucionario Manuel J. Campos (El Día. 7-8-85 p.1).
383 La Acacia. Buenos Aires. Mayo de 1888. p. 75

384 Ídem.

385 Ibídem. Noviembre de 1888. p. 166

151
GABRIEL DARRIGRAN

En su paso por España, Faustino Jorge había ordenado la confección


del estandarte masónico que representaría al taller y con la intención de
donarlo a su logia lo había enviado en una encomienda a La Plata, para
que sea formalmente presentado386. El estandarte era una reproducción
fiel del blasón elegido en la instalación de la logia, que representaba los
ideales fundacionales: al frente, en medio de un bañado, un pelícano
alimentando a sus crías, emblema del máximo grado que confería el ca-
pítulo de la logia. Por detrás, se observaba la costa con las lomas de la
ensenada divididas por un canal navegable que representaba el puerto
que se estaba construyendo. A ambos lados, dos símbolos: una cruz y el
emblema de la francmasonería, una escuadra y un compás entrelazados.
Finalmente, por detrás de todo aquello, un sol naciente surgía del medio
del Rio de La Plata.

La fiesta de consagración del estandarte se realizó en el mes de abril


de 1889, asistiendo numerosas familias y casi la totalidad de los asocia-
dos. Siendo la nota de color de aquel día la presencia de un gran número
de señoras y señoritas en una ceremonia masónica, quienes fueron obse-
quiadas con ramos de flores387. Una vez que todos estuvieron reunidos en
el local de la calle 47, se cerraron las puertas del templo y el presidente de
la logia, desde su sitial, ordenó que la flamante insignia junto al maestro
de ceremonias y los padrinos, se ubicaran al otro extremo del salón, junto
a la puerta de entrada. La madrina de la ceremonia fue la hija del Dr.
Langenheim388 y el padrino el sobrino del Dr. Jorge; ambos tomaron las
puntas de los cordones del estandarte y siguiendo al maestro de ceremo-
nias dieron tres vueltas al salón, ante la atenta mirada de los presentes.
Cuando la comitiva llegó al sitial del presidente, el maestro de ceremo-
nias lo proclamó consagrado y lo presentó ante la logia. Finalizada la
ceremonia, Santa Olalla, como orador, estuvo encargado de pronunciar
el discurso final referido a la nueva adquisición.

386 Ibídem. Abril de 1889. pp. 105-109

387 Ídem.

388 Cuatro décadas más tarde, su hija Sara Langenheim de Rezával será la presidenta de
la comisión de damas encargadas de organizar los festejos sociales del cincuentenario de
la ciudad de La Plata.

152
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

153
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 15:

Fragmento del discurso del orador de La Plata Nº 80


en la ceremonia de consagración de su estandarte:

“[…] Como coronación de tan activas tareas, viene a ocupar un lugar hasta ahora
vacío, este precioso estandarte del que carecíamos, cuya consagración ha sido ce-
lebrada en esta magna solemnidad. El estandarte, hermanos míos, como vosotros
sabéis, es la enseña que guía a los guerreros al combate. Es imposible explicar la
influencia que esta insignia ejerce en el espíritu de los que fijan su mirada en él,
como símbolo sagrado de los principios que encarna. ¡Cuantas veces se ha visto en
los campos de batalla llevar la peor parte un ejército en una acción casi perdida, y
al ondear el pabellón, exhortando a los soldados redoblarse, como por encanto el
valor de los combatientes, antes desmayados, se convierten con súbito entusiasmo,
de vencidos en vencedores!

Así debemos ver nosotros en esta insignia sagrada el emblema de nuestros princi-
pios, que reclaman sin descanso la realización de nuestros altos fines. Sí hermanos
míos, veamos en este precioso elemento de guerra el símbolo de la ilustración contra
la barbarie; de la verdad contra la mentira; de la justicia, contra el dolor y el cinis-
mo; de la caridad contra el egoísmo; y, por último, que su brillante color mantenga
viva en nuestro corazón la fe masónica que anima nuestro espíritu para realizar
nuestros grandes propósitos, siendo uno de los más importantes –la emancipación
intelectual de la mujer– que hasta ahora le ha sido negada por los enemigos de la
masonería.

Agrupémonos todos como un solo hombre, formando en torno de nuestro her-


moso estandarte una muralla de pechos fuertes, como saben hacerlo en todos los
tiempos los masones, como una sola voluntad, firme e inquebrantable, como ha
demostrado hasta ahora nuestro tesón para conquistar las libertades destruyendo
la tiranía, y rasgando con mano irresistible el velo de la ignorancia […]”.

La Plata, abril de 1889.

154
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Semanas más tarde, se llevó a cabo una de las celebraciones más im-
portantes para los masones, la cena de solsticio de junio389. El evento se
realizó el lunes 24 en los salones superiores del Café de París ubicado en
calle 7 entre 49 y 50390. Más de cien comensales vinculados a la justicia,
las letras, las ciencias, el comercio y la industria se sentaron en una gran
mesa con forma de herradura, vestidos de etiqueta y con sus insignias
masónicas. El salón estaba elegantemente decorado con juegos florales,
banderas, gallardetes y el flamante estandarte; para solemnizar el mo-
mento, una orquesta bien dirigida había sido contratada para la ocasión.
El banquete estuvo presidido por el venerable maestro, quien dirigió los
brindis rituales y pronunció el discurso final, para que luego circulara la
palabra. Entre las ideas propuestas a favor de la masonería, uno de los
presentes propuso que se contratara a los actores Patti y Massini para una
obra en el Olimpo y así terminar de construir el nuevo templo; la cual
fue bien recibida, designándose una comisión para ello. Finalmente, el
producto restante de la suscripción al banquete solsticial fue entregado al
presidente del taller para que sea utilizado en obras benéficas391.

Para 1889, esta fraternidad platense ya se había hecho de una conside-


rable fama en la región y en el país, ya que se había convertido en la más
numerosa de la República Argentina. Se habían llegado a tener alrededor
de 200 afiliados, y una lista de espera de vecinos que aguardaban ansiosos
su incorporación392: “En poco tiempo más nuestra logia reunirá en su seno
todo lo que hay de más distinguido en la culta sociedad de esta capital”393.

Pero lo que realmente les enorgullecía era que habían llegado a la


prensa europea. La publicación española Cádiz Masónico informaba que
había recibido en su redacción la visita de Langenheim, su venerable
maestro ad vitam que se encontraba realizando importantes gestiones

389 Ver en el glosario: Solsticio.

390 El Día. La Plata. 5 de junio de 1885. p. 2

391 La Acacia. Buenos Aires. Mayo de 1889. p. 169

392 Ibídem. Octubre de 1889. p. 333

393 Ibídem. Abril de 1889. pp. 105-109

155
GABRIEL DARRIGRAN

para la masonería de su país394, y la publicación francesa Chaîne d’union


informaba del sorprendente progreso del taller masónico sudamericano:

“[…] En el valle de La Plata, capital de la provincia de


Buenos Aires, la logia de ese nombre procede en cada te-
nida a doce iniciaciones, término medio. Un hecho, entre
otros, dará una idea del rápido acrecentamiento de este
centro masónico. En el banquete que ha tenido lugar con
ocasión del último solsticio de invierno, el cual correspon-
de al solsticio de verano en nuestro hemisferio, ha sido re-
suelto que se procediera a la construcción de un templo
masónico en el valle de La Plata. El terreno ha sido donado
generosamente por hermanos del cuadro habitantes de di-
cha ciudad. Los gastos generales de construcción pasarán
de $100.000, es decir, cerca de medio millón de Francos.
Nuestros sinceros aplausos, a tan benemérita logia capitu-
lar como a sus tan dignísimos hermanos” 395.

Gracias a la fama internacional que el taller había logrado obtener,


recibieron una inesperada visita. La señora Gabriela Romeral, veterana
actriz española cuya compañía teatral estaba de paso por el teatro del ma-
són Vicente Jordán, golpeó a las puertas con la intención de participar de
los trabajos masónicos de la reconocida logia. Presentándose y entregan-
do su documentación masónica que la identificaba como una hermana
masona iniciada en la logia Legalidad Española, la señora aprovechaba su
gira por Latinoamérica para visitar los talleres de las distintas ciudades. A
pesar de estar prohibido que una mujer participara de una asamblea ma-
sónica con hombres, la asociación de la calle Cangallo, excepcionalmen-
te, extendía autorizaciones a las logias que lo solicitaran; es por eso que
debido a la insólita visitante y al empeño que manifestaba por participar,
Langenheim envió la documentación a Buenos Aires para comprobar su
autenticidad y, una vez verificada, fue oficialmente invitada a participar
de una de las asambleas396.
394 Ibídem. Enero de 1889. p. 21

395 Ibídem. Noviembre de 1889. p. 361

396 AGLA. Buenos Aires. AGLA-894. Correspondencia del 4 de febrero de 1889.

156
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

La cuadratura del círculo

Cuando fue fundada La Plata con lo más avanzado de los progre-


sos técnicos, se pensó en adoptar para la designación de sus calles un
sistema que presentara mayores ventajas que las nomenclaturas que se
utilizaban en las principales ciudades argentinas. La numeración de
éstas permitía la fácil ubicación y daba por consiguiente el rumbo y la
distancia exacta de un punto a otro; por lo tanto, se procedió a numerar
las calles, bulevares y diagonales. Sin embargo, por descuido se pusie-
ron números sin mucha lógica, quedando calles sin numerar, designán-
dose la calle 115 al lado de la 1, o numerando los grandes y pequeños
diagonales azarosamente397.

Sin un método específico, los vecinos tuvieron que memorizar los


números de las calles como se hacía con el viejo sistema de nombres,
generándose confusiones. Fue a causa de este mal comienzo que, por
decreto del gobernador de agosto de 1884 y abril de 1885, se decidió sus-
tituir con nombres la numeración de las calles, aumentando la confusión
en vez de disminuirla. La ciudad pasó a tener algunas calles y diagonales
con números y otras con nombres de provincias, nombres de hombres
ilustres y fechas históricas.

Durante el año 1887, se había incorporado a la logia La Plata el masón


de origen chileno Marcelino O. Aravena, quien al momento de afiliarse
ostentaba el cargo de intendente comisionado de La Plata. Este puesto
en la primigenia Municipalidad platense se lo había conseguido el Dr.
Rocha, a quien llamaba cariñosamente “mi distinguido discípulo”398, de-
bido a que el exgobernador de joven había estudiado en el Colegio Euro-
peo que él dirigía en Buenos Aires. A su vez, Aravena conocía muy bien
al padre de Rocha desde el año 1858, cuando el profesor había ingresado
a su logia Constancia399.

397 El Día. La Plata. 9 de enero de 1888. p. 1

398 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2768. Correspondencia del 27 de Enero de 1886.

399 AGLA. Buenos Aires. AGLA-1840. Acta del 23 de octubre de 1858.

157
GABRIEL DARRIGRAN

El viejo profesor del fundador de La Plata era agrimensor, y contaba


con 30 años de experiencia como catedrático de matemáticas en la Uni-
versidad de Buenos Aires400. Con un gran prestigio en el ámbito acadé-
mico, en 1868 había sido convocado por el gobierno para formar parte de
la comisión argentina que intentó resolver el antiguo problema matemá-
tico de geometría llamado “la cuadratura del círculo”, dentro del marco
de un concurso internacional de científicos abocados a este problema401.
Por ello había sido invitado en 1885 para impartir el curso de geometría
en el Colegio Provincial de La Plata, el cual dirigió hasta que el estable-
cimiento educativo se nacionalizó.

Al asumir su cargo al frente de la Municipalidad, el matemático se


propuso resolver el problema del enredo de la numeración platense, para
facilitar la orientación de los vecinos. Para ello llegó a la conclusión de
que no se debía cambiar más la denominación de las calles, sino la nu-
meración de las viviendas. Aravena se encargó personalmente, desde la
oficina técnica, de corregir los descuidos y establecer un nuevo sistema de
numeración de casas: utilizando la simetría de la ciudad, el matemático
estableció que en las calles que iban del noroeste al sudeste, las casas de la
derecha se numeraran con los números impares del 1 al 1949, y a las ca-
sas de la izquierda con los números pares del 2 al 1950. Por el contrario,
en las calles que iban del noreste al sudoeste, las casas de la derecha con
números impares del 1 al 1799, y las casas de la izquierda con números
pares del 2 al 1800, correspondiéndole a cada vereda 49 números402. De
esta forma, a través de un cálculo matemático se podía determinar a qué
altura de la calle quedaba una determinada casa, y así tener un sistema
de numeración que estuviera en armonía con la simetría de la traza, cuyo
plano levantado con sujeción a las reglas de la geometría exigía, para la
numeración de sus calles y viviendas, una designación con arreglo a las
reglas de la aritmética403.

400 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1887. Leg. 11 Exp. 952/1

401 AHUBA. Buenos Aires. Año 1868. R-033 A9-02-35.

402 El Día. La Plata. 8 de octubre de 1887. p. 1

403 Ibídem. 9 de enero de 1888. p. 1

158
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El intendente, había ubicado a su hijo Lucio como celador del Cole-


gio Provincial –ahora nacionalizado– y a su hijo mayor Marcelino como
senador bonaerense404. Este ultimo, en el año 1888 había cobrado rele-
vancia a nivel nacional al ser el médico que participó en la investigación
de un crimen que había conmocionado al país405, siendo nombrado, a
raíz de ello, presidente del Consejo de Higiene. A su vez, el médico Mar-
celino Aravena era el director de la Compañía Nacional de Impresio-
nes Tipo-Litográficas406. Esta sociedad porteña tenía como accionistas
a distintos vecinos que compartían una misma afición; la propaganda.
El propio Aravena hijo, era el propietario de la publicación platense La
Ilustración Nacional; Aravena padre, era dueño del matutino Diario de
La Plata; Dámaso E. Uriburu del periódico local La Idea; y Rafael Her-
nández, propietario de El Progreso407.

El profesor Marcelino O. Aravena y Rafael Hernández, habían traba-


jado juntos en el viejo Colegio Provincial y ambos coincidían en que la
provincia había quedado rezagada en materia educativa desde la federali-
zación de la ciudad de Buenos Aires, cuando el 18 de enero de 1881 tuvo
que entregar la universidad408. Mientras que el profesor de matemáticas,
tenía el proyecto personal de establecer en la ciudad un instituto pro-
vincial de enseñanza a la altura de los de Europa409; Hernández, por su
parte, tenía el proyecto de fundar una universidad provincial, la tercera
del país, que contuviese las facultades de Derecho, Medicina, Ciencias
Fisicomatemáticas, y Química y Farmacia.

404 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1886. Leg. 4 Exp. 363/0

405 En junio de 1888, el cura párroco de la localidad de Olavarría había asesinado


cruelmente a su esposa e hija, a quienes mantenía en secreto. Por esta razón el comisario
Adolfo Massot, de la logia de los funcionarios, y el médico del hospital Melchor Romero,
el Dr. Aravena, viajaron a recabar los primeros datos y a trasladar al asesino a La Plata.
406 La Ilustración Nacional. La Plata. 13 de abril de 1889. p. 1

407 El Argentino. La Plata. 19 de noviembre de 1923. Suplemento. Medio siglo de papel


impreso.
408 D’Amico, Carlos. op. cit., p. 50

409 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1894. Leg. 7 Exp. 635/0

159
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 16:

Arriba, el matemático Marcelino Orrego Aravena y


su hijo el médico Marcelino Aravena.
Abajo, Rafael Hernández, Emilio J. Carranza y el Gran Maestre
Valentín Fernández Blanco.

Esta última iniciativa logró obtener el respaldo de la familia Aravena


y de los masones de la logia La Plata que querían que sus hijos accedieran
a los estudios universitarios, quienes ayudaron a allanar el camino del
proyecto a la Legislatura. A su vez estos dos masones recibieron el apoyo
oficial del Gran Oriente de Buenos Aires, incorporándose al proyecto su
máxima autoridad, el senador Valentín Fernández Blanco.

El proyecto de ley de la Universidad Provincial requirió que la ciuda-


danía apoyara la iniciativa; con tal objetivo, el 7 de junio de 1889 Lucio
Aravena, Benjamín del Castillo y P. Miranda Naón, hijos de integrantes

160
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

de La Plata Nº 80, junto a otros jóvenes del Colegio Nacional, convo-


caron a través de la prensa a los estudiantes platenses a una reunión en
el Teatro Apolo en calle 54 entre 4 y 5410. El 12 de junio se llevó a cabo
la reunión a la cual asistieron estudiantes del Colegio Nacional, el Ins-
tituto Argentino y la Sociedad Literaria; quienes redactaron una nota
al gobernador Máximo Paz. Finalizado el acto, alrededor de 150 estu-
diantes junto a una banda de música se desplazaron hasta el domicilio
del senador Hernández en la esquina de calle 49 y 9, para ovacionarlo, y
fue el propio senador quien desde un balcón de su residencia pronunció
un discurso épico sobre la necesidad imperiosa de una universidad en La
Plata411. Como parte del plan, los apoyos populares fueron reproducidos
en la prensa local, demostrando el interés que suscitaba entre los vecinos
esta iniciativa, y así presionar a los legisladores. Sin embargo, esta vez, los
masones se enfrentarían a un problema matemático más que complica-
do; las finanzas de la provincia.

Para ese momento, Máximo Paz ya había cumplido dos años al frente
de la provincia de Buenos Aires. Desde el momento en que asumió, se
había empecinado en eliminar toda obra que recordara a sus predeceso-
res, alegando que habían vaciado las arcas provinciales. Una de sus pri-
meras decisiones fue vender, con todos sus muebles, el chalet de madera
de calle 1 y 49, que servía de residencia oficial de los gobernadores412.
Esta casona importada desde Estados Unidos, había sido adquirida por
Rocha y habitada por D’Amico con su familia. A su vez, como medida
de ahorro, mandó a desinstalar la torre metálica de treinta y seis metros
de altura que iluminaba la plaza de la Legislatura, instalada por el fun-
dador de la ciudad y que contaba con focos que alumbraban a todo el
barrio, pudiendo ser vista desde el Rio de La Plata413. Se habían vendido
casas populares pertenecientes a la provincia que Rocha había mandado a
construir en los primeros años, para fomentar la llegada de población414;
410 El Día. La Plata. 8 de junio de 1889. p.1

411 Ibídem. 13 de junio de 1889. p. 1

412 Martínez, Carlos. op. cit., p. 247

413 Ídem.

414 Ibídem. p. 248

161
GABRIEL DARRIGRAN

también había vendido e hipotecado los terrenos lindantes al puerto de


La Plata, que, según el plan fundacional, estaban destinados a pagar el
empréstito que se había adquirido para construir el puerto415. Con res-
pecto a la traza de la ciudad, el gobernador mostró poco respeto hacia
ella abriendo una calle en medio del Parque Principal, que, según los
fundadores, destruyó y afeó el espacio público416. Además, en su gestión,
en los barrios de la periferia, se dejaron de seguir los parámetros utiliza-
dos en las calles y manzanas. A esto se le sumó que, para la Exposición
Universal de París, donde se presentaría a la ciudad ante el mundo, se
había enviado un plano catastral con la traza desfigurada borrando la
simetría con que se la había distinguido417.

En el actual partido de Lomas de Zamora, existían unas tierras pú-


blicas conocidas como la estancia de Santa Catalina, donde funcionaba
la única Escuela de Agronomía y Veterinaria desde 1883 y cuyo edifi-
cio monumental había sido diseñado por el arquitecto Juan M. Burgos
en 1881418. El gobernador Paz, desde el año 1887 pretendía vender esas
tierras al Gobierno Nacional419, sin éxito. Por esta razón, buscando ma-
tar dos pájaros de un tiro, en paralelo a la iniciativa de Hernández, se
presentó un proyecto de ley para crear una Facultad de Agronomía y
Veterinaria en la ciudad, independiente de la Universidad Provincial que
se pretendía. El proyecto provenía directamente del gobernador Paz y
entró en consideración del Poder Legislativo el 4 de junio de 1889420,
dos días antes que el de los masones. El proyecto consistía en trasladar la
Escuela de Agronomía y Veterinaria de Santa Catalina a La Plata, con el
correspondiente remate público de sus tierras y sus edificios, elevándo-
lo de instituto provincial a facultad. Este proyecto terminará tomando
mayor velocidad parlamentaria que el de la universidad de Hernández,

415 Ibídem. p. 260

416 Ibídem. p. 247

417 AGN. Buenos. Aires. Sala 7. Leg. 2779. Correspondencia del 14 de junio de 1889.

418 El Nacional. Buenos Aires. 10 de febrero de 1882. p. 1

419 El Día. La Plata. 16 de septiembre de 1887. p. 1

420 Legislatura de la provincia de Buenos Aires. Libro de sesiones de la Cámara de Senadores


de la provincia de Buenos Aires. La Plata. Sesión del 4 de junio de 1889. p. 45

162
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

siendo aprobado por ambas cámaras y llegando rápidamente a manos del


gobernador, quien lo promulgó el 12 de noviembre de 1889.

Por el contrario, el proyecto de la Universidad Provincial, que había


sido presentado en la Legislatura dos días más tarde, llevó la firma de
cuatro senadores masones: el ingeniero Rafael Hernández, el abogado
Valentín Fernández Blanco, el médico Marcelino Aravena y el director
general de escuelas Emilio J. Carranza. Con el apoyo de la ciudadanía,
que la prensa se había encargado estratégicamente de difundir durante
las últimas semanas, la Cámara de Senadores se vio obligada a aprobarlo
por unanimidad421. Ya en la Cámara de Diputados, el proyecto de los
masones, aprobado por los senadores, se postergó hasta las sesiones ex-
traordinarias del 20 y 27 de diciembre de 1889, donde fue sancionada
la ley provincial con el sugestivo número de 2.333 que creó la Univer-
sidad422 . Finalmente, el gobernador Paz la promulgó el 2 de enero de
1890. Inmediatamente el empresario Pérez Carrera, uno de los dueños
del Frontón Provincial, ofreció a las autoridades el Palacio D’Amico423,
ubicado frente a la Plaza Principal, como sede de la nueva universidad:

“[…] Tomando conocimiento de que el Poder Ejecuti-


vo ha resuelto establecer una universidad en esta capital,
para su instalación venimos a proponer en arrendamiento
el gran palacio dependencia de la empresa, esto frente a
la Plaza Principal y boulevard 53, por la suma de ocho-
cientos pesos moneda nacional mensuales, concediendo
contrato hasta el día 15 de abril del año 1894”424.

421 Ibídem. Sesión del 6 de agosto de 1889. p. 166

422 La correlación de las leyes provinciales tuvo que ser alterada para que la ley de la
universidad tuviera una numeración masónicamente significativa como lo es el triple
tres.
423 Casona construida por el gobernador Carlos D’Amico entre los años 1884 y 1887 para
ser su residencia habitual, y que por la crisis económica tuvo que ser vendida hacia 1890.
Comprada inicialmente por un grupo de empresarios dueños del Frontón Provincial,
hacia el año 1907 fue comprada en un remate público por el obispo Juan Terrero, y
actualmente es conocido como el Palacio Arzobispal, sede del Arzobispado de La Plata.
424 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1892. Leg. 14 Exp. 1234/0

163
GABRIEL DARRIGRAN

Solo se requería que el gobernador dictara un decreto reglamentario


para la Ley 2.333 para, dentro de otras cosas, establecer el edificio donde
funcionaría el Rectorado, pero este decreto nunca fue redactado por Paz,
y, alegando razones presupuestarias, la Universidad de La Plata fue olvi-
dada. Sin embargo, la Facultad de Agronomía y Veterinaria llegó a buen
puerto a través de la Ley 2.287, y fue fundada. Esto se explicaba por la
posibilidad de vender las tierras de Santa Catalina y porque al gobierno
le interesaba más las rentas que generaría el campo, que la formacion de
médicos y abogados425.

Una vez que se había hecho pública la noticia de que la Universidad no


comenzaría a funcionar como la ley preveía, un grupo de vecinos cuyos hi-
jos habían finalizado los estudios preparatorios, dirigió infructuosamente
a las autoridades una propuesta para crear una Facultad de Derecho provi-
soria. Entre éstos se encontraban los masones Emilio J. Carranza, Adolfo
Miranda Naón y Dámaso E. Uriburu:

“[…] Comprendemos que el estado crítico de las fi-


nanzas no permite al Excelentísimo Gobierno poner en
ejecución la ley que creó la Universidad en esta ciudad;
pero vemos posible la creación de cursos de los tres pri-
meros años de Derecho […] y que el mismo cuerpo de
catedráticos de estos mismos cursos formara el Consejo
de la Facultad Provincial de Derecho, por vía de ensayo,
para la verdadera que vendrá después: la provincia no es-
tará siempre en estado angustioso como ahora”426.

425 Revista de la Universidad. La Plata. Enero 1966-julio 1967. p. 447

426 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1893. Leg. 8 Exp. 749/0

164
Capítulo VIII

Sello de la tesorería del Supremo Consejo y Gran Oriente.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

La crisis del progreso

El ex inspector de escuelas, al igual que su familia, siempre había estado


vinculado al comercio internacional. A través de los países en los que había
trabajado logró consolidar una verdadera red de amistades y contactos, en
especial en el viejo continente. Por intermedio de éstos, había logrado abrir
una discreta agencia de importación en su propio domicilio por la que,
desde la ciudad de París, se podían traer los elementos masónicos necesa-
rios para el trabajo en las logias427. Es a través de esta agencia por la cual
comienza a importar al puerto de La Plata libros y periódicos de Europa,
difíciles de conseguir, y por la cual las logias de la ciudad encargaban diplo-
mas, medallas y bandas de una calidad que no se conseguía en Argentina.

Los trabajos académicos del ex inspector eran conocidos en España;


a raíz de ello, la Asociación Económica de Amigos del País de Sevilla
lo había nombrado socio corresponsal en consideración a sus trabajos
científicos sobre la lengua castellana. A través de sus amigos en la capi-
tal francesa, donde había estudiado de joven, había enviado a imprimir
en el mejor taller tipográfico su último trabajo428. Este era una obra de
filología que pretendía que estuviera lista para ser presentada en la Ex-
posición Universal de París de 1889, ya que la provincia de Buenos Aires
había preparado una sección especial en el pabellón argentino, para que,
además de presentar al mundo a la ciudad de La Plata, también se expu-
sieran obras científicas y literarias de producción bonaerense.

Con motivo del centenario de la Revolución Francesa, el gobierno de


esa República, había citado en París a todos los gobiernos, para exponer
los mejores productos de sus naciones. En paralelo, las más diversas aso-
ciaciones científicas, artísticas y culturales también habían convocado
distintos congresos internacionales, como la Federación del Librepensa-
miento. Aprovechando la presentación de su obra en esa ciudad, a media-
dos de 1889, Santa Olalla viajó a Francia junto a su mujer para asistir al
congreso internacional de librepensadores. Éste se celebró entre el 15 al

427 La Acacia. Buenos Aires. Marzo de 1889. p. 78

428 Ibídem. Noviembre de 1888. p. 168

167
GABRIEL DARRIGRAN

22 de septiembre en la sede de la Unión Francesa de Cámaras Sindicales;


convirtiéndose, ambos, en los únicos representantes de los librepensado-
res de La Plata en el evento429.
Tras acaloradas discusiones durante las jornadas, quedó asentado que
el librepensamiento es: “una coalición de elementos filosófico-raciona-
les, contrarios a las religiones positivas, enemigos del clericalismo, que
afirman el laicismo de la vida como medio necesario, y el método de
observación como procedimiento de estudio”430. A su vez se decidió que
la celebración del siguiente congreso internacional sería en la ciudad de
Madrid, donde el librepensamiento necesitaba reforzarse431.
Fue allí donde el activo integrante de la logia se puso en contacto por
primera vez con distintas asociaciones liberales, y conoció a distinguidos
masones europeos con quienes se mantendrá en contacto, volviendo de
Europa con libros y folletos, pero principalmente con ideas nuevas para
los vecinos de la ciudad432. A tal punto que fue invitado por el diario El
Día a escribir sobre el tema:
“Así como el cristianismo acabó por medio de su filo-
sofía y doctrinas moralizadoras con las abominables cos-
tumbres de los gentiles, ensanchando la esfera de acción
de la mujer, dándole mayores derechos y mayor estima-
ción, de la misma manera, el Librepensamiento, escuela
más moderna, más progresiva que el primitivo cristianis-
mo y mucho más por consiguiente que el cristianismo
adulterado de hoy, acabará de abrir a la mujer las puertas
del mundo hasta hoy vedado para ella, haciéndola igual
al hombre en todas sus manifestaciones, concediéndole
iguales derechos y dándole los mismos medios para de-
fender su derecho, su justicia y su razón”433.

429 CDMH. Salamanca. MASONERIA_A, 669, libro copiador, p. 54

430 La Dominicales del Libre Pensamiento. Madrid. 5 de octubre de 1889. p. 1

431 Ídem.

432 CDMH. Salamanca. MASONERIA_A, 669, libro copiador, p. 54

433 El Día. La Plata. 25 de septiembre de 1890. p. 1

168
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 17:

Primer ejemplar de la publicación de la logia La Plata.

169
GABRIEL DARRIGRAN

Hacia el final de la década del ochenta, eran enviadas como canje a las
redacciones alrededor de ciento noventa publicaciones especializadas en
masonería de distintas logias y asociaciones afines, en forma de boletines
oficiales, periódicos informativos u opúsculos propagandísticos. Las publi-
caciones argentinas eran enviadas por correo marítimo a Europa con una
demora de 20 días, y lo mismo sucedía con las publicaciones europeas que
llegaban a estas costas. No obstante, la institución masónica hegemónica
argentina carecía de un boletín oficial informativo desde enero de 1877,
y las logias de la provincia se mantenían aisladas de cualquier noticia o
decisión de la capital434. Con el fin de subsanar esto, el orador de la logia
de los judiciales, junto a su esposa, en enero de 1890 comenzó a editar un
periódico quincenal llamado El Argentino Masónico: Órgano Independiente
de la Masonería en América Latina, que como su portada afirmaba, era dis-
tribuido desde la ciudad de La Plata a toda Latinoamérica y algunos países
de Europa, encontrándose su administración en las oficinas de la imprenta
y litografía de los Sres. Montes y Pouzol de esta capital, y que desde el prin-
cipio fue conocida como la revista oficial de la logia435.

Su nombre recordaba al diario porteño El Argentino, dedicado a di-


fundir el programa de la Unión Cívica, que se estaba gestando en ese
momento. Se trataba de una publicación ilustrada de ocho páginas, de
difusión de la historia de la masonería, el libre pensamiento y que tam-
bién replicaba noticias de otras publicaciones masónicas nacionales y ex-
tranjeras436. Cada ejemplar dedicaba su portada a una personalidad pla-
tense, publicando su biografía y las tareas que había realizado en la joven
capital hasta ese momento. También contaba con una sección donde se
planteaban problemas de aritmética, algebra y geometría, con la inten-
ción de estimular a los lectores. Sin embargo, era un mal momento para
los nuevos emprendimientos.

Cuando en las elecciones de abril de 1886, Miguel Juárez Celman


había llegado a la presidencia de la Nación mediante fraude, había lle-

434 BOCLU. La Plata. Diciembre de 1891. p. 61

435 La Acacia. Buenos Aires. Enero de 1890. p. 92

436 Ídem.

170
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

vado a cabo una política económica liberal sin intervención del Estado,
privatizando los servicios públicos, dando lugar a grandes negociados y
generalizando la corrupción estatal. En medio de un contexto con alta
inflación y una caída en los precios de las exportaciones, descendieron
los ingresos fiscales basados en derechos aduaneros, provocando que los
inversores se rehusaran a suscribir nuevas emisiones de bonos.

El país entró en una gran crisis, que se hizo insostenible a comien-


zos de la década del noventa, al generalizarse la desocupación y al ha-
cerse imposible pagar la deuda externa. Durante el primer trimestre de
1890, golpeó duramente a La Plata, paralizándose todos los negocios e
industrias. A la febril actividad de compra y venta de tierras sobrevino la
más desesperante calma437. Súbitamente, en las avenidas, se observó un
aumento de la mendicidad, hasta casi no permitir el paso de los tran-
seúntes438. Todo ello, combinado con la paralización total de las obras
públicas y privadas, provocó que se llegara a plantearse si había sido un
error la construcción de una suntuosa ciudad en medio del desierto.

Mientras la economía se derrumbaba, en Buenos Aires se comenzó a


gestar una conspiración contra el gobierno de Juárez Celman, inspirada
por un artículo en el diario La Nación del año anterior, donde se denun-
ciaba la ausencia de principios morales del presidente. Los conjurados
eran jóvenes estudiantes que desde el año anterior se manifestaban en
contra del gobierno, políticos como Mitre y Alem, y hasta miembros de
la propia oligarquía que no habían accedido a los negocios que acapara-
ban los juaristas. Todos ellos desde la prensa agitaban la opinión publica
en contra de las autoridades, preparando la caída del régimen.

Finalmente, estos grupos heterogéneos, unidos por un mismo obje-


tivo, el domingo 13 de abril de 1890 terminaron fundando un partido
popular, la Unión Cívica. El acto había finalizado con una gran marcha
hacia Plaza de Mayo encabezada por Bartolomé Mitre, Leandro Alem,
Aristóbulo del Valle, Vicente Fidel López, Manuel Gorostiaga y Manuel

437 El Día. La Plata. 10 de marzo de 1890. p. 1

438 Ibídem. 16 de marzo de 1890. p. 1

171
GABRIEL DARRIGRAN

Estrada439. Esta marcha se había convertido en el primer acto político de


masas de la historia, golpeando duramente al gobierno y provocando la
renuncia de algunos de sus ministros.

Un mes más tarde, el 14 de mayo, los jóvenes independientes de La


Plata tuvieron su propio mitin cívico en el Teatro Olimpo. Organizado
desde el comité radical que funcionaba provisoriamente en calle 7 entre
47 y 48, en el evento que había sido abierto por José María Niño, inte-
grante de La Plata Nº 80 y corresponsal de La Nación, se estableció la
comisión directiva de la Unión Cívica La Plata440. Como secretarios de
esta, fueron elegidos los masones Juan Guezales y Ángel Ferrando, quien
también era el secretario de la logia La Plata; como tesorero, al masón
Ricardo Rezaval; además de que entre los vocales de la comisión directiva
se encontraba el propio venerable maestro de la logia Felipe González y
los masones Guillermo Pintos, José Niño, Máximo Piñeiro, Magloire
Monjeatiz, Agustín López Camelo, Regino Letchós, Federico Islas, Pe-
dro Bernatet y Diego Villafañe.

Inevitablemente, los problemas económicos terminaron llegando a los


talleres masónicos, generándose deserciones a lo largo de toda la provin-
cia y haciendo que la mitad de las logias se independice de la institución
de la calle Cangallo, para evitar el pago de las tasas que se les pedían
para mantener sus auspicios. A esto se le sumó la desaparición de las
logias de las localidades de Ranchos, Lobos, Chivilcoy, Mercedes, Junín,
Chacabuco, Arrecifes, Lincoln, San Fernando, San Pedro, Las Heras,
Tres Arroyos, 9 de Julio, Las Flores, San José de Flores, ante la mirada
indiferente de la asociación masónica de Buenos Aires441.

La logia de los judiciales, que era la más numerosa de la República,


fue la más afectada, reduciendo sus afiliados drásticamente442, soliendo

439 Ibídem. 14 de abril de 1890. p.1

440 Ibídem. 15 de mayo de 1890. p. 1

441 BOCLU. La Plata. Diciembre de 1891. p. 61

442 AGLA. Buenos Aires. AGLA-894. Memoria 1891-1892.

172
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

afirmar el Dr. Langenheim: “por el camino que van las cosas, uno de
estos días mandaré a empeñar todas mis medallas”443.

En marzo de 1890, el venerable maestro Emilio del Valle había pre-


sentado su renuncia como presidente del taller para poder atender sus
negocios444; viéndose obligados a realizar una reestructuración y a convo-
car, por la prensa, a todos los asociados para realizar nuevas elecciones445.
Para evitar seguir pagando el alquiler del local de calle 47, desde el año
anterior se encontraban construyendo un nuevo templo masónico en un
terreno propiedad del Dr. Faustino Jorge, en calle 53 y 8, a espaldas de la
Legislatura. Este nuevo local fue inaugurado el miércoles 23 de abril en
una ceremonia con las familias de los masones; su decoración había sida
donada íntegramente por el Dr. Langenheim, procurando que sea la más
lujosa de Argentina y según las prescripciones del rito escocés446. Esto
sirvió para dar un poco de alivio al taller cuyos miembros eran víctimas
de los recortes en el sector del funcionariado bonaerense:

“Los que suscriben miembros activos y cotizantes de


la augusta y respetable logia capitular La Plata, agracia-
dos con aumentos de grados, ante esta alta oficina se pre-
sentan exponiendo: Que en virtud de la difícil situación
económica que atraviesa el país y que afecta a todas las
clases de la sociedad, venimos a pedir la exoneración de
derechos para la colación de los grados recibidos, porque
de lo contrario implicaría para nosotros un verdadero sa-
crificio, una carga excesiva y extraordinaria que gravitaría
sobre las necesidades de cada hogar”447.

Para aumentar la tensión entre los masones de la ciudad, de forma


inesperada, la semana que se celebraba el aniversario de la Revolución
443 Massot, Adolfo. op. cit., p. 24

444 El Día. La Plata. 14 de marzo de 1890. p. 1

445 Ibídem. 12 de marzo de 1890. p. 1

446 Ibídem. 23 de abril de 1890. p. 1

447 AGLA. Buenos Aires. AGLA-894. Correspondencia del 30 de marzo de 1891.

173
GABRIEL DARRIGRAN

Francesa el diario El Día publicó la sugestiva noticia de que era inmi-


nente la aparición de una nueva asociación masónica que rivalizaría con
la de Buenos Aires: “según versiones de última hora serán dos los nuevos
poderes masónicos que se establecerán, los que vienen dispuestos y pre-
parados para iniciar una campaña hostil y tenaz en contra de las actuales
autoridades de la orden; si esto resulta verdadero, tendremos tres poten-
cias masónicas en la República Argentina”448.

El ambiente de rebeldía que existía contra las autoridades nacionales


había inspirado a algunos masones de la provincia a realizar su propia
revolución. Los conjurados que se mantenían anónimos, a través de ese
artículo en el periódico de mayor tirada de la provincia, buscaban agitar
la opinión pública de los masones bonaerenses, aprovechando la coyun-
tura política y los acontecimientos que se estaban preparando.

El Supremo Consejo y Gran Oriente habia reformado, en agosto de


1886, su constitucion de 1874, y en concordancia al “espíritu político de la
época”, se había sancionado una constitución pétrea de corte conservador,
que concentraba todo el poder en un reducido grupo de la ciudad de Bue-
nos Aires449. Producto de las tensiones que producía esta normativa, el año
anterior se había llevado ante las máximas autoridades de la masonería un
anteproyecto para reformarla450, que resultó descartado porque la propia
constitución no habilitaba su reforma, sino hasta el año 1901. Su impulsor
había sido el propio secretario del Supremo Consejo Louis de Fonteynes
que, ante su insistencia desde su periódico La Acacia, sufrió grandes presio-
nes para dejar de editarlo, terminando apartado de la masonería451.

La logia La Plata, como la más influyente del país, previendo una


inminente ruptura en la asociación de Cangallo, desde su capítulo deci-
448 El Día. La Plata. 12 de julio de 1890. p. 1

449 La nueva constitución obligaba a que los candidatos a presidir el grupo Gran Oriente
vivieran en la ciudad de Buenos Aires y poseyeran el grado 33 del rito escocés, distinción
que solo otorgaba el Supremo Consejo, lo que dejaba este cargo habilitado a muy pocos
masones y bajo la voluntad de ese segundo grupo.
450 BOCLU. La Plata. Diciembre de 1891. p. 62

451 BPGCGI. Madrid. 28 de Noviembre de 1894. p. 22

174
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

dió tomar cartas en el asunto. La solución a la crisis por la que pasaba la


masonería argentina estaba en descentralizar su poder, dotando a cada
provincia de autoridades masónicas autonómicas, como ya existían en
otros países452, preparándose para ser ellos los primeros que proclamaran
la creación de la delegación bonaerense de la asociación453.

Tiempo de intrépidos

A través de los contactos de la logia en el comité platense de la Unión


Cívica, accedieron a la información privilegiada de que los cívicos lleva-
rían a cabo una revolución en los próximos días. De forma inmediata, el
Dr. Langenheim –presidente del subcomité de la Cruz Roja– convocó a
los masones de la ciudad para que estuvieran preparados ante un even-
tual conflicto armado. Al igual que lo había hecho diez años atrás en
la revolución de 1880, había decidido organizar una vez más el Cuerpo
Masónico de Protección a los Heridos, pero esta vez en La Plata.

El cuerpo de socorristas estaba integrado por todos los masones


que se inscribieron, repartidos en cuatro grupos de voluntarios, más
un quinto integrado por médicos y farmacéuticos. Sus autoridades las
conformaban un jefe honorario, un primer jefe, un segundo jefe, y un
secretario general454.

Durante esos días de invierno de gran tensión, se mantuvieron acuar-


telados día y noche en el local de calle 53 y 8, a la espera del estallido
revolucionario. El templo de la logia se había convertido en un hospital
con camas individuales para recibir a los heridos que se recogieran en las
calles. Con el fin de ganarse la confianza de los dos bandos del conflicto
armado y tener libre acceso a los heridos, los socorristas habían prestado
el solemne juramento de guardar silencio acerca de lo que verían u oirían
en el campo de batalla, encontrándose correctamente identificados con
452 El Día. La Plata. 12 de octubre de 1890. p. 1

453 Lo que pretendían era que se reconozca oficialmente el “Oriente provincial de Buenos
Aires”, convirtiendo de esta manera a la masonería en federal y descentralizándola de la
ciudad de Buenos Aires; algo que su constitución no permitía.
454 Ibídem. 1 de agosto de 1890. pp. 1-2

175
GABRIEL DARRIGRAN

un chaleco blanco que llevaba una escuadra y un compás rojo en el cen-


tro, y un lazo blanco en el brazo izquierdo455.

Finalmente, el sábado 26 de julio, la Unión Cívica consideró que ya


era momento de actuar, y con apoyo de civiles y algunas facciones del
ejército, se levantaron en armas al mando del general Manuel J. Campos.

El Dr. Leandro N. Alem, responsable de dirigir un batallón de


civiles, tomó el parque de artillería –en la actual plaza Lavalle de Bue-
nos Aires–, donde se encontraba la mayor parte del armamento de la
ciudad. Más tarde se dirigieron a ese punto 1300 soldados rebeldes y
2500 civiles, mientras se sublevaban distintos buques de la armada en
la boca del riachuelo y frente a las costas, que más tarde comenzaron
a bombardear la capital456. Campos, en vez de atacar las posiciones del
gobierno y tomar la Casa de Gobierno, ordenó quedarse dentro del
parque de artillería y defender esa posición457. Mientras se decretaba el
estado de sitio y quedaba al mando el vicepresidente Pellegrini, se dio
la orden oficial de que el auxilio a los heridos solo fuera para las tropas
leales al gobierno458.

Desde que llegaron las primeras noticias del estallido revolucionario,


en La Plata se interrumpió totalmente el comercio, cerrando sus puertas
todos los locales comerciales. Por la noche, las calles mostraron un esce-
nario desolador, solo eran caminadas por las patrullas y ni siquiera eran
transitadas por los carruajes459. Al día siguiente, Aristóbulo del Valle se
entrevistó con el vicepresidente y se acordó una tregua por 24 horas para
sepultar a los muertos460.

455 Ídem.

456 Ídem.

457 La historiografía moderna acepta que Julio A. Roca pactó con Manuel Campos, a
espaldas de la Unión Cívica, limitar la revolución de modo que solo sirviera para presionar
a Juárez Celman.
458 Ídem.

459 Ídem.

460 Ídem.

176
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Aprovechando el alto el fuego, la logia La Plata presentó ante el Mi-


nisterio de Gobierno bonaerense un escrito poniendo a disposición de
éste el cuerpo de auxilio platense que había organizado461. Sin poder di-
simular su malestar por la masonería porteña, que no había estado a la
altura, como en el año 1880, cuando era dirigida por Langenheim:

“[…] En un lance tan desgraciado como el del 26 de


julio último, las autoridades masónicas, no solo no han
sabido sentir su acción como cuerpo de auxilio a los he-
ridos, sino que han demostrado no estar preparadas para
necesidades de esta naturaleza, careciendo de angarillas,
ambulancias y demás elementos para prestar socorro a los
desgraciados; sin hospital de sangre para asistir y curar a
los masones que no cuenten con recursos propios para ser
atendidos en su propio hogar”462.

El martes 29, la ciudad amaneció agitada; aunque pareciera increí-


ble, los vecinos podían oír a lo lejos los cañones que los cívicos dispara-
ban en Buenos Aires a más de 50 kilómetros. Por la tarde estaba con-
vocada la Unión Cívica en su local de calle 7, adonde había concurrido
una multitud que aguardaba expectante. Gracias a mediadores como
Dardo Rocha, los revolucionarios firmaron ese mismo día la capitu-
lación. La revolución estaba vencida pero el gobierno estaba muerto,
y una semana más tarde de la rendición el presidente Juárez Celman
presentó su renuncia463.

Hasta ese momento las logias bonaerenses se habían mantenido en


silencio, pero desde el corazón de la provincia de Buenos Aires, con fecha
6 de octubre de 1890, la antigua logia Estrella del Sud de la localidad
de Azul, tomó una osada decisión, dirigiendo una proclama a todos los
talleres de la asociación:

461 Ídem.

462 Los Hijos del Progreso. Barracas al Sud. 15 de Febrero de 1891. p. 53

463 Barroetaveña, Francisco. Reseña Histórica de la Unión Cívica. Buenos Aires. Año. 1890.
p. XLV

177
GABRIEL DARRIGRAN

“[…] Hace tiempo que no tenemos comunicaciones


oficiales del Gran Oriente. Han transcurrido ya más de
dos años que los masones de este taller no reciben los
diplomas del grado 3, no obstante haberse satisfecho de-
bidamente los metales a la Gran Tesorería. No estamos
dispuestos a ser por más tiempo elementos pasivos del en-
granaje masónico, para todo lo que no es más que pagar y
pagar. ¡Sí la Capital Federal hace oídos sordos, solicitare-
mos ayuda fraternal a los hermanos de La Plata, la ciudad
del progreso!” 464.

La circular concientizó a muchos de que se debía actuar lo antes


posible; a tal efecto desde La Plata se enviaron telegramas a distintas lo-
calidades bonaerenses convocando una reunión de venerables maestros
en esa capital para el 9 de noviembre de 1890465. Tan solo pocos días
antes de la inauguración del Teatro Argentino de La Plata, última gran
obra edilicia inaugurada en medio de la debacle económica, se llevó a
cabo este cónclave en otro importante teatro platense con las autorida-
des de las logias de Bragado, San Antonio de Areco, 9 de Julio, Zárate,
Las Flores y Giles; también estuvieron representados por poder los pre-
sidentes de los talleres de Azul, Olavarría y Lavalle; a su vez hicieron
acto de presencia cuatro masones de altos grados de las logias platenses
Luz y Verdad, La Plata, y la recién fundada Stretta Uguaglianza, estan-
do especialmente invitado el Dr. Faustino Jorge, que había pedido su
baja de la institución hacía semanas466.

El lugar elegido fue el vestíbulo principal del Teatro Olimpo de calle


10 y 47, cedido por su dueño para la ocasión. Allí debatieron sobre la
crisis que transitaba el país, la deserción de ilustres miembros y el avance
del clericalismo en la sociedad. En el acta firmada por los venerables her-
manos se asentaron las conclusiones a las que se habían llegado: se crearía
una Confederación de Logias para agrupar a los talleres independientes

464 BOCLU. La Plata. Diciembre de 1891. p. 63

465 Ídem.

466 Ídem.

178
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

que existieran en la provincia, con un gobierno provisorio integrado por


los presidentes de las logias presentes, y se haría todo lo posible para lo-
grar la reforma de la constitución de la asociación porteña sobre las bases
del sistema federal467.

La revolución cívico-militar había logrado tres meses antes la renun-


cia de la máxima autoridad de la República, y esto estaba presente en
la mente de los concurrentes, que estaban convencidos de que obraban
correctamente:

“[…] Entre nosotros mismos hemos visto reciente-


mente los abusos que cometía un gobierno antipatriótico,
que, en sus desaciertos y avaricias, arruinaba al país. Si no
hubiera sido por la insurrección de los cívicos ¿creéis que-
ridos hermanos que los Juárez y los Cárcanos hubieran
dejado el poder si el pueblo se lo hubiera pedido humil-
demente, alegando las más justas razones?” 468.

En la reunión también se decidió que la sede estaría en la ciudad


de La Plata, quedando constituida una comisión para organizar los
detalles del gobierno de la Confederación. Las autoridades provisorias
terminaron delegando sus facultades a una Delegación General, que
comenzó a trabajar para la creación de una asociación que se denomi-
naría Gran Logia Bonaerense y que inicialmente estaría conformada
por 290 masones469.

Los masones que venían agitando la opinión pública a través de la


prensa, habían tomado la idea del capítulo de la logia La Plata y la habían
materializado a través de esa Confederación. A raíz de esto, la logia de
los funcionarios judiciales convocó a una reunión extraordinaria para
el 14 de noviembre, en la cual se debatió que postura adoptar, debido a

467 Ídem.

468 Los Hijos del Progreso. Barracas al Sud. 7 de enero de 1891. p. 14

469 Las Dominicales del Libre Pensamiento. Madrid. 5 de agosto de 1892. pp. 3-4

179
GABRIEL DARRIGRAN

que entre los confederados había miembros de ese taller470. Manuel H.


Langenheim, como presidente del Supremo Consejo, no podía permitir
que del seno de su taller surgiera una nueva asociación masónica y, el 24
de diciembre, en una tradicional cena ritual del capítulo de la logia él
mismo propuso impulsar la reforma de la constitución de la masonería
para evitar la inminente ruptura471.

470 El Día. La Plata. 14 de noviembre de 1890. p. 2

471 Ibídem. 25 de diciembre de 1890. p. 2

180
Tercera época. Parte I
De la propagación y diversificación de las logias.
Capítulo IX

Sello del secretario de relaciones exteriores.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

La Confederación de Logias Unidas

Entre los principales conjurados que pretendían reunir a las logias bo-
naerenses y federarlas bajo una nueva asociación masónica denominada
Gran Logia Bonaerense, se encontraba el Dr. Faustino Jorge, que perfila-
ba a ser su primer Gran Maestre. Otro de los vecinos que se adscribieron
al proyecto, fue el Dr. Dámaso E. Uriburu, defensor de pobres y ausentes
de la ciudad, que meses antes había sido uno de los que había dirigido
al gobierno una nota para la creación de una Facultad de Derecho pro-
visoria472. Entre ellos se encontraba Enrique de Santa Olalla que venía
planeando este proyecto en secreto desde hacía años. Al momento de
alejarse de La Plata Nº 80, el pedagogo contaba con el grado 30 del rito
escocés, era el orador adjunto, el bibliotecario, integraba la comisión de
filantropía y, en la región, era miembro honorario de trece logias, entre
ellas, Luz y Verdad y Stretta Uguaglianza473.

Manuel H. Langenheim, buscando que los confederados se reincor-


poren a la calle Cangallo y así impedir que de la logia que había fundado
se generara una escisión en la masonería –al igual que él la había pro-
vocado con Carlos Glade en 1873–, acordó una asamblea para el 19 de
enero de 1891. La reunión fue convocada en el foyer del Teatro Olimpo,
en donde asistieron las tres logias de la ciudad pertenecientes al Supremo
Consejo y Gran Oriente.

Esta asamblea decidió constituir una comisión encabezada por el ex


juez que analizara la situación y se encargara de elaborar una petición
formal a la cúpula de la masonería para la inmediata convocatoria de una
convención constituyente que reformara la constitución bajo el sistema
federal. El acta de la reunión fue firmada por 70 masones platenses y los
debates sobre el asunto se extendieron hasta el mes de junio474. Ese mes
la comisión envió una circular a todas las logias argentinas y extranje-
ras en territorio nacional comunicando las conclusiones a las que había

472 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1893. Leg. 8 Exp. 749/0

473 La Acacia. Buenos Aires. Julio de 1889. p. 223

474 La Verdad. La Plata. 8 de junio de 1896. p. 6

185
GABRIEL DARRIGRAN

arribado475. Sin embargo, a pesar de esto y de las misivas enviadas el año


anterior, las autoridades de Buenos Aires hicieron oídos sordos y, por el
contrario, crearon el cargo de “inspector constitucional”, con la función
de aconsejar a los talleres para que no infringieran las leyes masónicas476.

En un último intento de desarticular a los masones de la Gran Logia


de La Plata, Langenheim persuadió a su amigo Faustino Jorge para que
retorne al Gran Oriente, y le otorgó el grado 30 del rito escocés477, de-
jándolo a un paso de ser elegible para el cargo de Gran Maestre. El Dr.
Jorge voluntariamente declinó participar de la nueva asociación y volvió
a la logia La Plata Nº 80478.

Finalmente, la delegación de la Confederación de Logias Unidas dis-


puso que las logias conformaran una convención constituyente para re-
dactar su propia constitución. La asamblea quedó instalada en el mes
de abril y sus trabajos se desarrollaron hasta octubre de ese mismo año.
Incluso una de las logias del interior de la provincia tuvo que mantener a
sueldo a su representante en La Plata, los meses que demoró la laboriosa
tarea de redacción y revisión479.

La convención estaba integrada por: Dámaso E. Uriburu, como pre-


sidente; Sebastián Ausina y Arturo Domínguez, como vicepresidentes;
Enrique M. de Santa Olalla y Julián de Vargas, como secretarios; y Ho-
norio Daveréde, Francisco Roesly, Rafael Rúa, José Mensa, Félix Chiolo,
Agustín López Camelo, Carlos Vignoli, Rafael Pardo, Ángel Valenia,
Ramón A. Díaz, Pedro Camaña, Manuel Dorrego, Francisco Rodemet y
L. Giovanelli, como vocales.

Los talleres independientes aceptaron por unanimidad la constitución


e inmediatamente debieron realizar elecciones internas para designar re-

475 AGLA. Buenos Aires. AGLA-6573. Circular del 30 de junio de 1891.

476 Ibídem. AGLA-1. p. 922

477 Revista Masónica. Buenos Aires. 15 de marzo de 1894. pp. 86-87

478 AGLA. Buenos Aires. AGLA-1. p. 463

479 Ídem.

186
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 18:

Circular de la comisión para reformar la constitución de la masonería.

187
GABRIEL DARRIGRAN

presentantes en la cámara legislativa. Esa cámara de representantes se


reunió el 1 de diciembre de 1891 en la sede platense, que eran los salones
y oficinas del Liceo que administraba Carolina de Santa Olalla en su
domicilio de la calle 55. Reunidos en el templo masónico especialmente
instalado, se eligió para estar al frente de la Gran Logia Bonaerense al de-
fensor oficial de pobres y ausentes, Dámaso Uriburu, que, a través de un
decreto, promulgó la constitución480. La elección de Uriburu como Gran
Maestre se debió a que su familia se encontraba entre las familias más
distinguidas de la ciudad, y a la relevancia que había adquirido ese año su
primo, el embajador argentino en Chile José Evaristo Uriburu, al dar asi-
lo al presidente Balmaceda durante una revolución en esa República481.

Ese mismo día, en los jardines de la casa de calle 55 y 14, mientras se


entonaba el himno nacional, fue enterrada una piedra cúbica a modo de
piedra fundamental. Esta, era un obsequio de la logia Estrella del Sud,
extraído del corazón de la provincia, las canteras de Azul.

Los fundadores la declararon como “provincial” para que sea base de los
grupos autónomos provinciales que conformarían una futura institución
masónica federal, emulando a las provincias que habían constituido a la
Confederación Argentina. También, a través de su carta magna reforzaron
los derechos individuales y colectivos de los asociados en detrimento de
las autoridades, descentralizando sus atribuciones. Los vínculos con otras
asociaciones del extranjero fueron una de sus prioridades fundacionales,
eligiendo como emblema para los documentos oficiales dos hemisferios
terrestres del cual surgían dos brazos que se estrechan las manos.

Orgullosos del trabajo realizado, distribuyeron ejemplares de su cons-


titución masónica a distintas asociaciones fuera de Argentina. Dentro de
la campaña para lograr reconocimiento internacional y hacer conocida a
la Gran Logia platense, el secretario general Santa Olalla envió una misi-
va al funcionario del Ayuntamiento de Valencia Aurelio Blasco Grajales
con una copia de la flamante ley:

480 Ídem.

481 El Día. La Plata. 22 de septiembre de 1891. p. 1

188
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

“Os recomendamos querido hermano la lectura atenta


de este documento, para que podáis apreciar el espíritu
liberal que ha inspirado a los masones miembros de la
convención constituyente al redactar esta magna carta
basada en el sentimiento democrático que predomina en
esta República […]”482 .

Para reforzar los vínculos internacionales se dotó a la asociación de


una oficina de asuntos internacionales en su sede. Sus primeros secre-
tarios de relaciones exteriores fueron el abogado y diplomático Honorio
Daveréde, y el diplomático de origen francés Enrique Rigaux; este últi-
mo, fue el responsable de que la logia venezolana Independencia y Unión
de Puerto Cabello, y la logia uruguaya Emancipación de Montevideo, se
incorporaran a la Confederación, otorgándole proyección internacional.

Por otra parte, uno de los primeros actos oficiales de Uriburu, fue en-
viarle una comunicación al español Ramón Chies, director de Las Domi-
nicales del Libre Pensamiento y uno de los organizadores del congreso uni-
versal de librepensadores de 1892, adhiriendo a los ideales que proclamaba
el comité organizador de este evento internacional a celebrarse en Madrid.

El congreso se realizaría del 12 al 19 de octubre, coincidiendo con el


400 aniversario del descubrimiento de América, al que los organizadores
calificaban como “el triunfo de la ciencia positiva sobre la quimérica
ciencia teológica”. En la comunicación, el Gran Maestre informó que
la flamante institución participaría del congreso internacional a través
de su representante oficial en Europa, Don Esteban L. Miniet, quien ya
poseía poderes con tal fin483.

Finalmente, en octubre, la asociación platense participó del evento


que tan solo pudo sesionar tres jornadas, debido a que el gobierno con-
servador de España hizo que la policía lo interrumpiera y procesara a los
participantes.

482 Ver el Doc. Nº 33 en el Anexo para conocer el documento original.

483 La Dominicales del Libre Pensamiento. Madrid. 6 de agosto de 1892. pp. 3-4

189
GABRIEL DARRIGRAN

Como una institución masónica no podía formarse sin que otra preexis-
tente la reconozca como tal, tan solo tres meses después de su constitución,
el 29 de Febrero de 1892, el Gran Consejo General Ibérico y su Gran Logia
Simbólica Española, la había reconocido públicamente y había establecido
relaciones. Ambas asociaciones nombraron garantes de amistad para re-
dactar un pacto, que no se materializará hasta el siguiente año. Por la parte
argentina, el Gran Maestre Dámaso Uriburu y por la parte española, el
Gran Maestre Enrique Pérez de Guzmán, marqués de Santa Marta.

El acuerdo firmado por ambas asociaciones fue de mutua convenien-


cia, que, por una parte, otorgó el reconocimiento requerido a los masones
platenses y, por otra parte, el Gran Consejo Ibérico pudo establecerse ofi-
cialmente en la región a través de una delegación para toda Sudamérica
ubicada en el local de la Gran Logia Bonaerense.

Como nunca se volverá a repetir, la masonería platense logró adquirir


relevancia internacional, al tener representantes en Europa y una asocia-
ción masónica extranjera con sede en La Plata.

Mientras ocurrían estos hechos en La Plata, en marzo de 1892, un


grupo de vecinos de Ensenada que se encontraban afiliados a la logia
Stretta Uguaglianza, había tomado la decisión de solicitar autorización a
la masonería de la calle Cangallo, para fundar un triángulo masónico484.
Las razones eran las grandes distancias que tenían que recorrer para asis-
tir a su logia y la falta de maestros masones en Ensenada. El triángulo
fue denominado Hijos del Universo y rápidamente logró constituirse en
logia al llegar al número de siete maestros masones. La nueva fraternidad
llevaba el nombre de logia Hijos del Universo, la cual se convertirá en un
centro masónico clave en la segunda década del siglo XX485.

A la par, en el mes de marzo, el Dr. Faustino Jorge, afiliado a la logia


La Plata, fue distinguido con el grado 33 del rito escocés, siendo electo
como nuevo Gran Maestre de la masonería nacional.

484 Ver en el glosario: Triángulo masónico.

485 AGLA. Buenos Aires. AGLA-877. Correspondencia del 19 marzo de 1892.

190
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El primer gran funeral

Por decreto del gobernador Julio A. Costa del 30 de mayo de 1890 se


había clausurado la Escuela de Agronomía y Veterinaria de Santa Catali-
na, y se había dado traslado a la Legislatura el proyecto de presupuestos
para la nueva Facultad de Agronomía y Veterinaria486. La única facultad
platense se localizaría en medio de la nada en uno de los laterales del
bosque de eucaliptos; siendo su primer decano Torcuato de Alvear. Para
fines de 1890 el desolado edificio prácticamente se encontraba termina-
do, siendo visitado únicamente por palomas487.

En los últimos días del mes de enero del nuevo año, el ministro de
obras públicas incorpora como profesores de la Facultad a Rafael Her-
nández, Marcelino O. Aravena y a Lisandro Olmos; sin embargo, tan
solo tres meses más tarde, presionado por el gobernador, el ministro dic-
tó una resolución en la que se despedía a la totalidad del plantel de pro-
fesores por razones presupuestarias488.

Los catedráticos, para evitar el cierre de la institución, propusieron


que se les redujera el sueldo, pero el gobernador, que estaba empecinado
en cerrarla, hizo caso omiso. Ante esta situación el senador Hernández y
el diputado Olivera se vieron obligados a presentar de urgencia un pro-
yecto de ley para salvarla mediante la reducción de los salarios489, sumado
a un proyecto para que se le rentaran las tierras de Santa Catalina a una
asociación, y que con ese dinero se sostuviera económicamente490.

Un grupo de estudiantes de la Facultad del bosque, viendo los grandes


esfuerzos de Rafael Hernández, lo visitaron en su domicilio y le propu-
sieron que fuese el decano. Sin embargo, el senador sabía que ese puesto
tenía que ser ocupado por alguien con más influencia en el Partido Au-
486 El Día. La Plata. 31 de mayo de 1890. p. 1

487 Ibídem. 21 de diciembre de 1890. p. 1

488 Ibídem. 19 de mayo de 1891. p. 1

489 Ídem.

490 Ibídem. 27 de junio de 1891. p. 1

191
GABRIEL DARRIGRAN

tonomista, para resistir las presiones y evitar que cerrara el único estable-
cimiento universitario bonaerense491.

Para ese momento de crisis, el Dr. Langenheim, jubilado del Po-


der Judicial, había vuelto a ejercer su profesión instalando un estudio
jurídico en su domicilio frente a la Municipalidad492. En los últimos
meses del mandato de Máximo Paz, las persecuciones a los rochistas
aminoraron y Langenheim había vuelto a ser considerado por el parti-
do hegemónico. En 1889 lo habían colocado en el primer lugar de su
lista para ocupar el Consejo Escolar de La Plata, y de esta manera había
podido acceder por la voluntad popular, siendo elegido entre sus pares,
presidente del Consejo.

Al tener la capital provincial pocos años de existencia, el personal


docente de sus escuelas carecía de los conocimientos pedagógicos ne-
cesarios. La mayor parte de ellos no poseía el título que acreditara su
idoneidad, dificultando el progreso que debía tener la educación común,
que reunía a más de tres mil alumnos platenses. Por otra parte, existían
treinta escuelas que funcionaban en inmuebles alquilados a particulares
y en casillas de madera poco adecuadas, lo que contrastaba con los osten-
tosos palacios gubernamentales.

Para solucionar el primer problema, el presidente del Consejo había


organizado la primera selección oficial de personal docente; lo cual, en
un principio, provocó gran resistencia. Los maestros que habían dirigido
escuelas durante años y que carecían de diplomas, creían tener derechos
adquiridos por sus servicios. A estos se les sumaron los que habían sido
nombrados por recomendación de los políticos de turno. Sin embargo,
todos ellos habían sido persuadidos por el Dr. Langenheim a favor de
beneficiar a los niños y jóvenes de la ciudad.

Durante el gobierno de Máximo Paz se habían comenzado a construir


por toda la ciudad escuelas acordes a los palacios oficiales. Las obras

491 Ibídem. 31 de diciembre de 1891. p. 1

492 Ibídem. 6 de enero de 1892. p. 1

192
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

habían sido coordinadas por el director general de escuelas Emilio Ca-


rranza, quien luego presentaría el proyecto de ley para la Universidad
Provincial. Pero fue Langenheim, como presidente del Consejo Escolar
quien inauguró los edificios escolares y llevó adelante la tarea de mudan-
za y puesta en funcionamiento de las instituciones educativas –que hoy
siguen en pie–, solucionando de esta manera el problema edilicio493.

A su vez, consciente del estado económico de la provincia, frecuen-


temente pedía ayudas a amigos y conocidos para todo acto escolar con-
memorativo, pero principalmente para sostener el nivel de la educación
elemental que él pretendía, prefiriendo la educación laica a la religiosa494.

Sin embargo, desde la revolución fallida del año anterior habían


aparecido nuevos actores sociales. Para las elecciones del domingo 14
de junio de 1891, el Partido Autonomista provincial pretendía llevar
al Consejo Escolar de La Plata a cinco consejeros encabezados por el
Dr. Langenheim495. Pero el resultado final de las elecciones hizo que
al Consejo accediera un docente vinculado al movimiento de los cívi-
cos: este era Don Edelmiro Calvo496 . Los dos consejeros por el Partido
Autonomista, Langenheim y Ferrando mocionaron para que Calvo no
ingresara, alegando que era profesor del Colegio Nacional y la ley le
prohibía tener dos sueldos, uno de la Nación y otro de la Municipali-
dad. Mientras que Manuel Gascón, Irineo Collado y el propio Calvo se
opusieron a esa moción. La inesperada conformación del Consejo hizo
que el exmagistrado perdiera la presidencia del mismo y se desatara un
conflicto de intereses497.

Los cinco consejeros dirigieron la controversia a la Municipalidad,


la cual no se quiso expedir al respecto. Fue cuando el Dr. Langenheim,

493 Massot, Adolfo. op. cit., pp. 38-39

494 El Día. La Plata. 7 de junio de 1891. p. 1

495 Ídem.

496 Calvo, un año antes, había sido invitado especialmente a disertar en el templo de La
Plata Nº 80 (Ibídem. 2-9-1890. p.1)
497 Ibídem. 15 de enero de 1892. p. 1

193
GABRIEL DARRIGRAN

creyendo que iba a ser respaldado, recurrió a la Suprema Corte bonae-


rense pidiendo la nulidad del nombramiento, ante la violación de la ley
electoral498. Sin embargo, la Corte se encontraba con una conformación
distinta a como la había dejado, y resolvió a favor de Edelmiro Calvo.

Es así como, abochornado, renunció al Consejo Escolar y, a través


de su partido, logró ser incorporado al Consejo de la Facultad de Agro-
nomía y Veterinaria, junto a otros dos integrantes de la logia La Plata,
Aravena y el Dr. Miranda Naón499. Como decano, fue electo el propio
Langenheim, y como vicedecano el matemático Aravena500. De esta ma-
nera el Consejo de la Facultad quedó integrado en su mayoría por maso-
nes dispuestos a resistir los embates para cerrarla.

Pero el flamante decano se encontraba atribulado por múltiples pro-


blemas, como no haber podido frenar la fundación de una nueva aso-
ciación masónica nacida del propio seno de su logia, por no haber sido
respaldado por sus pares de la Suprema Corte, y por las presiones políti-
cas para desfinanciar la Facultad. Preocupaciones que estaban haciendo
mella en su salud.

La mañana del martes 5 de abril de 1892, mientras presidía una se-


sión del Consejo de la Facultad, comenzó con dificultades en el habla
que prosiguieron con una parálisis motriz parcial501. Inmediatamente fue
trasladado en su carruaje, y al cruzar ante la comandancia de calle 1 y
60 el cochero alertó a la guardia para que se telegrafiara que un médico
fuera de urgencia a su domicilio frente a la Municipalidad. El médico
que lo atendió fue el integrante de su logia Jorge Gorostiaga, quien lo
diagnosticó de congestión cerebral –hoy considerado un accidente cere-
brovascular–, sin ningún tratamiento posible en esa época502.

498 Ibídem. 22 de enero de 1892. p. 1

499 Ibídem. 21 de febrero de 1892. p. 1

500 Revista de la Facultad de Agronomía y Veterinaria. La Plata. Agosto de 1903. p. 76

501 Massot, Adolfo. op. cit., p. 73

502 Langenheim, Manuel. Acta de Defunción Nº 263. Año 1892. La Plata.

194
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

“Toda la sociedad de La Plata está en suspenso ante


la gravísima enfermedad que amenaza la existencia del
distinguido jurisconsulto Dr. Manuel H. Langenheim.
El hogar del noble enfermo sigue asediado por las nu-
merosas relaciones que van a conocer el estado de su
salud, demostrando verdadero anhelo. Hasta la hora en
que escribimos, no ha disminuido la intensidad del mal
que aqueja al Dr. Langenheim; esperamos, y como noso-
tros toda la sociedad más selecta de La Plata, que pase la
amarga copa que aflige al distinguido enfermo”503.

El jueves 7 de abril de 1892, la ciudad amaneció desolada y con un


aire de profunda tristeza. Todas las banderas de los edificios públicos se
encontraban a media asta, se había decretado asueto en la administración
pública, y las escuelas e instituciones educativas permanecían cerradas.
Durante la madrugada del día anterior había fallecido el decano de la Fa-
cultad, dándose aviso a través de la división Telégrafos de Ferro-Carriles
de la provincia, a las principales instituciones de la Capital Federal para
que estuvieran presentes en el funeral de ese distinguido ciudadano.

El cuerpo fue velado en su domicilio de calle 53 entre 11 y 12 durante


toda la mañana, asistiendo numerosos amigos y familiares. Conmovido
por la muerte de su amigo, el Gran Maestre electo Faustino Jorge, ade-
lantó el pago de todos los gastos del funeral, desde el acondicionamiento
de la casa, hasta el cortejo fúnebre que lo trasladaría a su última morada;
gastos que le serían restituidos por la institución masónica504.

En la Estación, el secretario de la logia La Plata y los masones de altos


grados Molla Catalán, Jordán y Vez y Lozada, se encargaron de recibir
a los dirigentes del Supremo Consejo y Gran Oriente. A su llegada cru-
zaron la plaza de la Legislatura hasta el templo de la logia para prepa-
rase para marchar en columna hasta la casa mortuoria. Había muerto
la máxima autoridad del Supremo Consejo y los masones le rendirían

503 El Día. La Plata. 5 de abril de 1892. p. 1

504 AGLA. Buenos Aires. AGLA-1. Libro copiador. p. 908

195
GABRIEL DARRIGRAN

196
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

197
GABRIEL DARRIGRAN

las exequias correspondientes. Al frente una banda de música entonaba


acordes fúnebres, le seguían las autoridades de la institución masónica
de Buenos Aires, y por detrás todos los integrantes de la logia con su ve-
nerable maestro. En ese orden recorrieron los 350 metros por la avenida
53 que los separaban de la zona de la Municipalidad donde el féretro ya
había sido sacado a la calle505.

Las inmediaciones de la casa estaban abarrotadas de vecinos y visitan-


tes de Buenos Aires, pudiéndose observar a las familias más distinguidas.
El cortejo se puso en marcha a las 13:30 desde la esquina de calle 12 y
53 en dirección a la esquina de 14 y 54. Las escuelas de La Plata habían
concurrido desde temprano ubicándose a ambos lados de la calle 53 –
que por aquel entonces atravesaba la Plaza Principal– ocupando varias
cuadras. Las maestras y maestros vestían de negro dando solemnidad al
acto, mientras que los alumnos arrojaban al paso del ataúd ramos de flo-
res. Aunque cinco mil personas habían acudido a despedir al eminente
vecino, un profundo silencio reinaba en las inmediaciones de la Munici-
palidad, distinguiéndose entre ellos los masones que llevaban en el ojal
un pequeño gajo de acacia para identificarse.

Al frente del cortejo iba la carroza tirada por cuatro caballos, luego el
ataúd con los restos mortales llevado a pulso por los deudos y miembros
de su logia, les seguía la banda de música cuyo clarinetista llevaba el rit-
mo de la procesión, por detrás los afiliados de La Plata Nº 80, el ministro
de gobierno de la provincia y todos los integrantes de la Suprema Corte.
Estos eran seguidos por todo el personal de las oficinas de los tribunales,
las señoras de la sociedad de beneficencia y la sociedad de niños pobres
que el difunto había fundado506.

Luego de cruzar la plaza, fue colocado en la carroza y los integrantes


del extenso cortejo tomaron los carruajes que esperaban en las calles ale-
dañas. Más de 360 vehículos comenzaron a desfilar por el diagonal 74 en
dirección a la necrópolis platense.

505 Massot, Adolfo. op. cit., pp. 54-55

506 Ibídem. pp. 52-53

198
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Alrededor de mil personas habían abarrotado las calles internas del


cementerio, ubicándose en el espacio entre el pórtico de entrada y el
sepulcro de Langenheim; el cual se encontraba a pocos metros de la en-
trada, en un lugar preferencial.

Entre los asistentes, se podían distinguir a numerosas comisiones de lo-


gias porteñas fundadas por Langenheim, un cuadro de dieciocho masones
con el grado de caballero rosacruz elegantemente vestidos, las altas autori-
dades del Supremo Consejo y Gran Oriente, y la totalidad de los miembros
de su taller masónico, junto a los de Stretta Uguaglianza y Luz y Verdad507.

El primero en pronunciar su panegírico fue el ingeniero Rafael Her-


nández, elegido para hablar en representación de la Facultad de Agrono-
mía y Veterinaria:

“[…] Más allá, un grupo de fraternizados caballeros,


industriales, jornaleros y comerciantes, que traen en su
mano un ramo de acacia, cuyo atributo misterioso solo
conocen los masones maestros. Y aquí, todos los alum-
nos de nuestra Facultad provincial, que saben cuánto ha
hecho Langenheim, cuánto se ha desvelado, cuánto ha
trabajado para salvar en la crisis económica que nos abru-
ma, esa institución que les abre a todos ellos una carrera
honrosa, que les allana el camino de la vida, que les pre-
para su felicidad personal, que fomenta las ciencias natu-
rales y que sirve eficazmente a los intereses genuinos de
su patria. […] ¡Así escuchan nuestros oídos, que cual un
lamento unísono, en fúnebre armonía hiende los aires,
al doblar las campanas del templo católico, con la triple
batería de las logias masónicas, el batir apagado de los
tambores, las plegarias del creyente, la veneración del in-
crédulo, las lágrimas de las madres, el adiós de los amigos
y las bendiciones del pueblo!”508.

507 Ibídem. pp. 53-54

508 Ibídem. pp. 60-61

199
GABRIEL DARRIGRAN

Los oradores que lo prosiguieron recordaron que en la epidemia de có-


lera que azotó a la ciudad en 1886, al Dr. Langenheim se lo podía encon-
trar en todas partes y a toda hora, hasta haciendo de enfermero; que ha-
bía recibido una carta de Domingo F. Sarmiento, poco tiempo antes de
morir, en la que lo felicitaba por sus esfuerzos a favor de la educación509;
que en la francmasonería procuraba estudiar si los vínculos fraternales no
serían más eficaces si se implementaran desde la educación elemental; y
que el que muere como él realmente no muere, pasa a la posteridad, a la
historia, y vive siempre en la memoria de los pueblos510.

Por último, antes de introducir el féretro en el improvisado panteón,


el juez Sebastián Panelo, en representación de la logia de los funciona-
rios, pronunció su discurso. A continuación, hizo que todos los masones
presentes se colocaran la mano izquierda sobre el corazón y realizaran la
tradicional batería fúnebre511. El Dr. Panelo afirmó que como cualquier
trozo de tierra puede ser factible de ser un templo masónico y el herma-
no fallecido es parte de la gran cadena que se extiende por la faz de la
tierra, solicitó a todos los miembros de la logia que, en torno al féretro,
se tomen de las manos –como solo los masones saben hacerlo–, y unidos
le rindieran tributo.

En los días que siguieron, la noticia llegó a todos los rincones en don-
de existía una logia, e incluso las asociaciones masónicas de distintas
naciones comunicaron sus condolencias a la masonería argentina. Mien-
tras que la prensa se encargó de resaltar que su fallecimiento en La Plata
había sido todo un acontecimiento: “Más que un entierro, aquello fue
una apoteosis” 512

En las semanas siguientes, la Facultad de Agronomía y Veterinaria


fue dirigida por Marcelino O. Aravena, hasta el mes de julio que asumió
como nuevo decano Rafael Hernández. La muerte de Langenheim en el

509 Ibídem. p. 73

510 Ibídem. p. 79

511 Ver en el glosario: Batería.

512 Ibídem. p. 81

200
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

cargo y el reconocimiento de sus esfuerzos por parte de los vecinos ayudó


a dilatar el tiempo del cierre de la Facultad del bosque hasta 1893, año en
que un conflicto bélico local borrará definitivamente la idea de clausurar
la única institución científica de la provincia513.

513 Inmediatamente, el integrante de La Plata Nº 80 Adolfo Massot publicó la biografía


masónica de Langenheim con el apoyo económico de muchos políticos locales como el
Dr. Rocha, y los representantes de todas las logias de La Plata, la cual fue enviada al
gobierno y a las principales bibliotecas.

201
Capítulo X

Sello de la logia de Maestros.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

La logia de los divulgadores científicos

Para ese momento, la provincia carecía de una escuela normal para


la formación de maestros, y los aspirantes al magisterio de La Plata
estaban obligados a formarse solos o pagándoles a caros maestros parti-
culares, lo que hacía que la educación elemental variara según el maes-
tro que la impartía514.

Desde el Consejo Escolar, el Dr. Langenheim había intentado solucio-


nar esto a través de conferencias teórico-prácticas dirigidas a los maestros
los sábados por la tarde en la amplia aula de exámenes de la Dirección
General de Escuelas de calle 13, pero era insuficiente515.

Por esta razón, Rafael Hernández, como miembro del Consejo de


Educación, había presentado el 24 de abril de 1891 un proyecto para
fundar una escuela preparatoria gratuita de maestros, el cual rápidamen-
te había sido aprobado516.

El consejero sabía muy bien que la fundación de escuelas normales


para la formación de maestros había sido la base de la educación argenti-
na desde mediados de siglo, debiendo su nombre al objetivo inicial de es-
tas instituciones de establecer las normas de enseñanza para los estudian-
tes de pedagogía517. La institución propuesta dependería de la Dirección
General, sus clases estarían dirigidas a todo el personal de enseñanza y a
aquellos ciudadanos que acreditaran querer acceder al magisterio, siendo
totalmente gratuita518.

514 El Día. La Plata. 26 de abril de 1891. p. 1

515 Ídem.

516 Ibídem. 29 de abril de 1891. p. 1

517 Darrigran Algaba, Gabriel. La Gran Logia Bonaerense y su preocupación por la educación:
Una de las fuentes del rito nacional español. Revista de Estudios Históricos de la Masonería
Latinoamericana y Caribeña. Vol. 9 Nº 1. San José. Año 2017. p. 43
518 El Día. La Plata. 25 de abril de 1891. p. 1

205
GABRIEL DARRIGRAN

Sin embargo, Hernández nunca había podido desarrollar esa inicia-


tiva pedagógica, ya que a mediados de 1891 había tenido que renunciar
al Consejo por haber sido electo senador provincial por el partido hege-
mónico. Sin nadie que luchara por ella, en medio de la austeridad eco-
nómica impuesta por la crisis, la escuela gratuita para maestros cayó en
el olvido como lo había hecho tiempo atrás la Universidad de La Plata519.

Don Enrique de Santa Olalla, secretario de la flamante Gran Logia


de La Plata, había fundado a lo largo de su vida muchas escuelas para
preceptores y maestros, la última de ellas en esa ciudad. A esto se le su-
maba que había visto cómo la logia La Plata se había vuelto un centro
de especulación política, dejando a un lado la formación intelectual de
sus miembros520. A raíz de ello, constituyó una comisión de educadores
para establecer las bases de los programas oficiales que tendrían que
seguir las logias de la nueva institución, en materia educativa521.

Esta minúscula sociedad secreta estaba integrada por docentes y fun-


cionarios vinculados a la educación. Entre ellos se encontraba Pío Cap-
devila, inspector nacional de escuelas, Manuel Riafrecha, empleado de
la Dirección General de Escuelas de la provincia, José Belmaña, profesor
de música, y Francisco Rodemet, dueño del Colegio Francés Richelieu
de La Plata.

Teniendo en cuenta el proyecto trunco de Hernández, organizó al


grupo de educadores cómo un taller masónico que emulaba ser una es-
cuela normal para maestros masones vinculados a la educación, denomi-
nándolo logia Federal de Maestros522 .

En esta nueva logia, que funcionaba en la sede de la Gran Logia Bo-


naerense, se generaban los cuestionarios de examen de los distintos gra-
519 Ibídem. 3 de mayo de 1891. p. 1

520 Los Hijos del Progreso. Barracas al Sur. Febrero de 1891. pp. 53-54

521 BOCLU. La Plata. Diciembre de 1891. p. 62

522 La logia de Maestros recordaba a la efímera logia Docente que en homenaje al congreso
pedagógico se había fundado en Buenos Aires en 1882.

206
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 19:

Invitación a una conferencia en la logia de Maestros. Año 1893.

207
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 20:
GEOMETRÍA
Palabra de origen griego compuesta de los vocablos “geo”, tierra y “metría”, medición. Esta
ciencia en su origen oscura e imperfecta, como casi todas las ciencias en su principio, empe-
zó por medidas y operaciones básicas y desde este estado se ha elevado poco a poco al grado
de exactitud y sublimidad en que la vemos hoy.
En cuanto al nacimiento de esta ciencia se cree generalmente que tuvo lugar en Egipto
donde según todas las probabilidades parece ha sido la cuna de todos los conocimientos
humanos, o hablando con más propiedad, es entre todos los países antiguos el que se ha
entregado al cultivo de las ciencias desde los tiempos más remotos. Según los historiadores
antiguos Heródoto y Estrabón, no pudiendo reconocer los egipcios los límites de sus po-
sesiones rurales que se confundían por las frecuentes inundaciones del Nilo, inventaron el
arte de medir y dividir las tierras, a fin de distinguir cada pertenencia. […] Desde que los
hombres empezaron a poseer tierras y a vivir bajo distintas leyes, no deben haber perma-
necido mucho tiempo sin hacer sobre el terreno operaciones para dividirlo y medirlo, tanto
en su longitud y latitud como en su totalidad o en parte, y este es el verdadero origen que
se trasluce de la Geometría.
De Egipto pasó a Grecia, no faltando quien asegure que fue introducida por el sabio
Thales, quien no contentándose con enseñar a los griegos lo que había aprendido con los
egipcios, enriqueció las ciencias con muchos trabajos suyos. Después de Thales siguió
Pitágoras cultivando la Geometría con feliz éxito y a este sabio matemático es a quien se le
atribuye la famosa proposición: “En todo triangulo rectángulo el cuadrado de la hipote-
nusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos”. Se cuenta que Pitágoras quedó tan
satisfecho de su descubrimiento que en celebración de tal acontecimiento sacrificó cien
bueyes a las Musas. Los filósofos posteriores a Pitágoras y las escuelas que ellos formaron,
continuaron cultivando el estudio de la Geometría. Plutarco dice que Anaxágoras de
Clazomene se ocupó del problema de la cuadratura del círculo en la misma prisión donde
estaba encerrado y que escribió una obra sobre esta materia. El filósofo Anaxágoras había
sido acusado de impío por haber dicho que el sol era una masa de hierro candente y la
luna una roca que refleja la luz del sol, y habría perecido sin duda, si no hubiera sido por
Pericles que le salvó la vida.
Con este ejemplo se verá, si es permitido decirlo de paso, que los filósofos han sido en todo
tiempo perseguidos por la cruel ignorancia de los tiranos, por el solo delito de descubrir la
verdad. Verdades que han traído felicidad al linaje humano, echando por tierra infinidad
de patrañas con que tenían embrutecidos a los pueblos sin permitirles pensar. Así el hombre
no era libre de poner en juego las facultades con que el Ser Supremo lo había dotado, porque
los sacerdotes griegos hacían de todo un artículo de fe religiosa para impedir que el pueblo
comprendiera sus infames manejos.
Platón que, hacía grandes elogios de la habilidad de Anaxágoras en la Geometría, era por
su parte acreedor de otras tantas. Se sabe que él dio una solución más simple al problema
de la duplicidad del cubo. Se sabe también que ese gran filósofo llamaba a Dios el Geó-
metra Eterno y que consideraba el conocimiento de la Geometría tan necesario como el
estudio de la filosofía, que habría escrito en la puerta de su aula estas memorables pala-
bras: “No se permite entrar a ninguno que desconozca la Geometría”.
Enrique M. de Sta. Olalla, Valparaíso, junio de 1857.

208
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

dos para distribuir en los talleres. De cara a la sociedad, la logia dirigía


una escuela de educación técnica gratuita para vecinos ajenos a la ma-
sonería, donde se impartían matemáticas industriales a los obreros que
se inscribieran, siendo utilizada como una cantera de aspirantes a ser
invitados a la fraternidad523.

Para los aspirantes ya seleccionados, se había propiciado la fundación


de una segunda logia. Esta era exclusivamente para masones que po-
seyeran el primer y segundo grado de la masonería, quienes serían los
futuros ciudadanos modelo, por eso se la nombró como logia Porvenir.
Funcionaba sobre la calle 1, frente a los talleres del ferrocarril, a metros
de la primera iglesia de Tolosa, estratégicamente ubicada en uno de los
barrios obreros de la capital.

Una vez que los candidatos eran propuestos ante la logia y aceptados,
debían asistir durante un tiempo a una escuela dominical preparatoria,
dependiente de la logia de Maestros, donde se los instruía en aritmética,
geometría, historia, geografía, filosofía y legislación para lograr superar
el examen de ingreso que se requería en Porvenir para acceder al primer
grado masónico524.

Porvenir y la Federal de Maestros, como logias afincadas en la capi-


tal de la provincia ganadera más importante del país, no pudieron estar
exentas de las costumbres de la región; a raíz de ello, inauguraron una
nueva tradición: una vez al año los presidentes de las logias realizaban
una peculiar ceremonia masónica, emulando una de las costumbres de
los librepensadores más exaltados525.

El asado de promiscuación, era una fiesta obligatoria los viernes de


ayuno de la Semana Santa. Reunido el taller formalmente la noche del
viernes, el venerable maestro debía cocinar un cordero a la parrilla consa-

523 Revista Masónica. Buenos Aires. 20 de marzo de 1896. p. 91

524 Santa Olalla, Enrique. El Instructor del Rito Ecléctico. La Plata. Año 1894. p. 26

525 Las Dominicales del Libre Pensamiento. Madrid. 8 de marzo de 1885. p. 3

209
GABRIEL DARRIGRAN

grándolo “A la salud de la humanidad”526, mientras que el orador instruía


a los miembros de la logia sobre los orígenes históricos de las bulas cató-
licas de carne y su relación con la financiación de los ejércitos en las Cru-
zadas de la Edad Media527. La fiesta finalizaba con una cena fraternal en
la que se degustaba el cordero y se recolectaban recursos para auxiliar a
los más pobres de la ciudad528.

“Nosotros no hacemos ostentación de repartir dinero en


abundancia, ni de dar banquetes, porque nuestro rito profe-
sa el estoicismo y no permite gastar dinero a lo Lúculo pu-
diéndole dar mejor destino. En cambio, damos instrucción
y vemos con placer que ésta se aprovecha, llenando así uno
de los fines de la masonería moderna”529.

La mejor forma de divulgar el conocimiento científico era a través de


la celebración de conferencias, las cuales se habían puesto de moda en la
ciudad. Celebradas en amplios salones, los espectadores eran agasajados
con los acordes de un piano, mientras bebían té o refrescos.

Las logias La Plata y Stretta Uguaglianza habían sido las pioneras


en realizar conferencias públicas en sus templos. La primera exposición
abierta al público había sido en septiembre de 1890 cuando la logia de los
funcionarios judiciales había organizado un “té masónico con conferen-
cia”, en el que el disertante había sido Edelmiro Calvo530. Durante todo
el año 1891, La Plata Nº 80 celebró una serie de conferencias, cuya con-
ferencia inaugural, titulada “Separación de la Iglesia y el Estado”, había
estado a cargo de Fabián Panelo531. A la par, Stretta Uguaglianza había
526 Santa Olalla. El Instructor…, op. cit., p. 143

527 Hasta bien entrado el siglo XX, era común que los fieles católicos más acaudalados
pudieran comer carne durante el ayuno de Semana Santa, ya que la Iglesia contemplaba
la venta de una dispensa llamada “bula de la Santa Cruzada”, que era destinada a las arcas
de las parroquias y obispados.
528 Santa Olalla. El Instructor…, op. cit., p. 144

529 Revista Masónica. Buenos Aires. 20 de Marzo de 1896. p. 91

530 El Día. La Plata. 2 de septiembre de 1890. p. 1

531 Ibídem. 11 de junio de 1891. p. 1

210
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

dado una serie de conferencias dirigidas por el aprendiz Vicente Picarelli


sobre “Libertad de conciencia” y “La mano oculta de la masonería”. Esta
ultima, se realizó la noche del 3 de septiembre de 1891 en el local de calle
53 y 8 especialmente cedido por la logia capitular532.

Por esta razón, en el estatuto de la logia de Maestros se había estableci-


do la obligación de que sus integrantes realizaran conferencias científicas
de carácter público y privado533. Por ejemplo, en ocasión de uno de los
solsticios de invierno se desarrolló una conferencia pública ante vecinos,
en la cual se demostró en una pizarra la relación de la eclíptica terrestre
con el zodíaco, pudiendo comprobarse matemáticamente cómo se pro-
ducen los equinoccios y los solsticios534.

Pero siempre quedó en la mente de los integrantes del taller la anécdo-


ta de la conferencia inaugural. Esta la había llevado a cabo Santa Olalla
en marzo de 1892 en la sede de la asociación, y a ella fueron invitados
vecinos de todos los ámbitos de la sociedad, entre los que se encontraba el
senador Rafael Hernández, mente inspiradora del proyecto pedagógico.
La conferencia fue sobre la influencia de la Iglesia y cómo se engañan a
los fieles con las falsas creencias sobre el alma. Cuando finalizó la expo-
sición y se pasó a las preguntas por parte del público, Hernández pidió
“derecho a réplica a través de una nueva conferencia”. Es así como la
segunda conferencia en esa logia se efectuó en el mes de mayo, llegando
a ser publicitada en los periódicos locales. Impartida por Rafael Hernán-
dez, la disertación se tituló “La existencia de dios y el alma”, temática
que contradecía los fines racionalistas de la logia, pero que nadie pudo
negarle al destacado político535.

Tiempo de intrépidos II

En diciembre de 1892 finalizó el mandato de Dámaso Uriburu al fren-


te de la Gran Logia Bonaerense, quien había optado por no ser reelecto

532 Ibídem. 4 de septiembre de 1891. p.1

533 AGLA. Buenos Aires. AGLA-6573. Correspondencia del 24 de agosto de 1893

534 Revista Masónica. Buenos Aires. 1 de julio de 1894. pp. 202-203.

535 El Día. La Plata. 22 de mayo de 1892. p. 1

211
GABRIEL DARRIGRAN

ya que había sido llamado por su primo, el vicepresidente de la República


José Evaristo Uriburu, para colaborar con el gobierno. Lo sucedió en el
cargo Enrique de Santa Olalla, mientras que Uriburu pasó a dirigir otros
proyectos y a presidir el tribunal disciplinario de la asociación.

Al asumir Santa Olalla la asociación masónica de La Plata experimen-


tará un rápido crecimiento, avanzando sobre el territorio bonaerense me-
diante la fundación de logias en los distintos pueblos que como inspector
general había recorrido durante años.

Mientras que en la capital de la provincia los ciudadanos desconocían


que se estaba gestando una nueva revolución, la cual pondrá en jaque por
primera vez a las autoridades.

Caído el régimen juarista en el año 1890, muchos creyeron que los


males del pasado no se repetirían y que se estaba ante un cambio per-
durable. Sin embargo, el nuevo gobierno nacional, que seguía contro-
lado por el Partido Autonomista, prosiguió con algunas costumbres
políticas del pasado; a esto se le sumó el desprestigio de los gobiernos
de San Luis, Santa Fe y el de la aristocracia bonaerense que gobernaba
desde la ciudad de La Plata. Esto provocó que sectores de la ciudada-
nía comenzaran a impacientarse, renaciendo el espíritu revolucionario,
que fue canalizado nuevamente a través de los cívicos que terminaron
levantándose en armas536.

Hacia fines de julio de 1893, los gobernadores de San Luis y Santa


Fe, ya habían sido derrocados y los sediciosos habían ocupado las princi-
pales poblaciones de la provincia de Buenos Aires, solamente faltándoles
llegar a la capital bonaerense. En La Plata esta situación era vivida con
ansiedad, extremándose la seguridad en plazas y calles. Familias enteras
abandonaban sus casas, amedrentadas por las noticias de la prensa, pe-
leándose por subir a los trenes con dirección a Buenos Aires537.

536 AHN. Madrid. M_EXTERIORES_H_1353. Nº 100. Correspondencia del 10 de agosto


de 1893.
537 Fors, Luis Ricardo. 1893: Levantamiento, revolución y desarme de la provincia de Buenos
Aires. Buenos Aires. Año 1895. p. 21

212
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El gobernador Julio A. Costa, que dirigía la provincia desde mayo de


1890, permanecía día y noche en la Casa de Gobierno, que se había con-
vertido en un búnker. En sus techos se habían instalado dos poderosos
largavistas procedentes del observatorio astronómico, para vigilar todo
el noroeste de la ciudad, que era por donde se creía que avanzarían las
fuerzas yrigoyenistas538.

La máxima autoridad política bonaerense se negaba a pedir ayuda


a la Nación, ya que una intervención federal implicaría reorganizar los
tres poderes provinciales, lo que sería el fin de la oligarquía gobernante
y de su régimen539; por este motivo se vio obligado a tomar medidas
extraordinarias para defender la capital. Durante esos días, comisiones
armadas sacaban a los empleados públicos de sus domicilios para que
defendiesen la ciudad desde las barricadas que se habían improvisado
en las principales calles y avenidas; algunos eran obligados a acudir
por las noches armados al Centro Adolfo Alsina de calle 54 entre 6 y
7, para realizar tareas de vigilancia. La Estación del ferrocarril, la Mu-
nicipalidad, el Club Hípico y distintos domicilios fueron tomados por
las fuerzas de seguridad540. Se colocaron cañones en sitios estratégicos;
uno en Tolosa, otro en la Jefatura de Policía sobre la calle 1, uno más
en el dock central y un cuarto en la plaza de la Legislatura apuntado
hacia el diagonal 80541, llegándose al colmo cuando se dio la orden de
dinamitar el puente férreo que cruzaba el arroyo El Gato para evitar
la llegada en tren de los revolucionarios542. De esta manera la ciudad
quedó incomunicada y desabastecida. La Plata no recibía ni periódicos
ni correspondencia de Buenos Aires y viceversa, que sumada a la inter-
vención de las oficinas telegráficas produjo una gran incertidumbre en
la región543.

538 Ibídem. p. 313

539 Ibídem. p. 112

540 Ibídem. p. 21

541 Ibídem. p. 113

542 Ibídem. p. 32

543 El Día. La Plata. 4 de agosto de 1893. p. 1

213
GABRIEL DARRIGRAN

Pero, entre los vecinos ya había rebeldes; uno de los grupos de cons-
piradores platenses más importante fue el que dirigía el integrante de la
logia La Plata Juan M. Guezales544, que agrupaba a numerosos vecinos
afines a la causa. El 29 de julio, cuando se reunió clandestinamente la
junta revolucionaria platense, el encargado de transportar las armas ma-
nifestó que se encontraban en camino y que se colocarían en puntos
estratégicos para ser recogidas en el momento del estallido. La junta de-
cidió que el grupo del escribano Guezales tendría la misión de tomar los
talleres del ferrocarril de Tolosa, ubicados sobre la calle 1, con el objetivo
de sabotear las vías para que no pudieran salir refuerzos545. Se acordó que
en una vivienda ubicada en calle 36 y 115, se guardarían las armas que
se usarían para tomar los talleres y que serían entregadas solo a aquellos
que, golpeando a la puerta, pronunciaran la palabra secreta “cívico”.

Sin embargo, la noche del asalto, el grupo de conjurados no pudo en-


contrar la casa, y tuvo que dirigirse nuevamente al centro de operaciones
que tenía el escribano en la confitería Fablet. Enterado Guezales de que
las armas no aparecían, se dirigió con sus dos hermanos de logia, Ciriaco
del Valle y Máximo Piñeiro, a buscar el depósito de armas y tomar los ta-
lleres546. Pero no encontrando nada y, dándose cuenta de que habían sido
traicionados, se dirigieron a las oficinas de La Prensa, donde se encontra-
ba el masón Roque Carabajal. Allí permanecieron desconcertados hasta
la mañana siguiente, cuando la policía los arrestó. El grupo de masones
revolucionarios, junto a otros vecinos radicales, fueron tratados como
traidores y encarcelados en calabozos sucios por orden del gobernador547.

Los primeros enfrentamientos armados entre los rebeldes y las fuerzas


de seguridad de la ciudad se dieron en la localidad de Ringuelet, a tan
solo dos kilómetros de La Plata. Desde Buenos Aires, el 5 de agosto, el
Dr. Dardo Rocha comenzó a impulsar la idea de que todos los exgober-
nadores de la provincia se reunieran con Julio A. Costa, para pedirle la

544 Guezales llegará a ser el presidente de La Plata Nº 80 en el año 1898.

545 Fors. 1893…, op. cit., p. 124

546 Ibídem. p. 125

547 Ibídem. p. 126

214
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

renuncia y así evitar derramamiento de sangre en la ciudad548. Sin embar-


go, no fue necesario, ya que, ante la presión de las batallas a escasos kiló-
metros, el 6 de agosto el gobernador decidió huir. A las 8:00, un coche lo
llevó hasta la intersección de calle 1 y diagonal 80 donde, con una comi-
tiva, se subió al tren que iba a la estación Dock de Ensenada. Allí, con su
familia, abordó un vapor en dirección a Montevideo, abandonando a sus
hombres de confianza, que se enteraron tiempo después de su ausencia.

Al renunciar el gobernador, se pactó el desarme de los revolucionarios,


que ya se encontraban apostados en Tolosa. El 9 de agosto las tropas
entraron a la ciudad desfilando por la calle 13, en dirección a la plaza de
la Legislatura, donde dejarían las armas, mientras eran arengados por los
vecinos que les agradecían sus heroicos actos549.

Al igual que había hecho tres años atrás, la logia La Plata se encargó
de organizar a los masones. A través de la prensa, había convocado a to-
dos los talleres a una reunión en su local de calle 53 y 8 para conformar
preventivamente el Cuerpo Masónico de Protección a los Heridos, cuyo
presidente terminó siendo el Sr. Desiderio Álvarez550.

Una vez finalizada la conmoción, y con el objetivo de ordenar la ad-


ministración, el ingeniero jubilado Pedro Benoit asumió como presidente
de la comisión municipal.

Durante los días de Estado de Sitio, debido a la prohibición de re-


unirse sin previo aviso, las asambleas masónicas habían sido suspendi-
das551; pero, finalizada la revolución y vuelta la normalidad a la ciudad,
se pudieron reestablecer. La primera fue la logia Federal de Maestros, que
convocó a una conferencia para el 27 de agosto dedicada a “Los misterios
de la masonería”552. Sin embargo, algo había cambiado en el humor de los

548 Ibídem. p. 318

549 Ibídem. p. 328

550 El Día. La Plata. 22 de agosto de 1893. p. 2

551 Fors. 1893…, op. cit., p. 313

552 AGLA. Buenos Aires. AGLA-6573. Correspondencia del 24 de agosto de 1893.

215
GABRIEL DARRIGRAN

asociados a la Gran Logia; la obsesión de Santa Olalla por la geometría


y la rigurosidad que exigía en los trabajos masónicos terminaron impa-
cientando a algunos miembros de la logia de Maestros, que, sumado a
los hechos revolucionarios vividos, provocarán la aparición de un nuevo
taller en La Plata.

216
Capítulo XI

Escudo de la Facultad Científica de La Plata.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

La facultad masónica

La nueva ley de educación de 1884 planteaba una escuela pública


aconfesional y gratuita. Ante tal manifestación de progreso, la masonería
argentina había asumido la responsabilidad de ilustrar al pueblo ante el
supuesto avance del clericalismo sobre la educación. En una ciudad como
La Plata, símbolo de la ciencia positiva y la fe en el progreso indefinido,
estas políticas educativas tomaron gran impulso y se manifestaron a tra-
vés de proyectos filantrópicos en donde la enseñanza técnica, la gratui-
dad y el laicismo eran sus bases programáticas553.

El propio Dámaso Uriburu, primer Gran Maestre de la Gran Logia,


había sido uno de los vecinos que se había dirigido al gobierno para pro-
poner una Facultad de Derecho provisoria ante la paralización de la Uni-
versidad de La Plata, y ahora estaba impulsando otro tipo de instituto
educativo, que terminará presidiendo honorariamente554.

Desde la logia de Maestros, los educadores consideraron que el sistema


filosófico indicado por el cubano Vicente de Castro Bermúdez, autor del
libro Educación Elemental Masónica, era el más adecuado para aplicar en
esa asociación. Se proponía que la masonería debía tener la misma pro-
gresión gradual que la educación pública dividiéndola en preparatoria,
elemental y superior. Mientras que la escuela dominical preparatoria para
aspirantes y la logia Porvenir cubrían las dos primeras instancias, hacía
falta fundar un centro educativo para cubrir la educación superior. Por
eso se propusieron fundar un centro de estudios masónicos superiores.

Al finalizar la educación preparatoria y elemental, en la que se lle-


gaba al grado de maestro masón, si se decidía continuar los estudios se
ingresaba en la Facultad Científica. Recién el 10 de noviembre de 1894,
tres años más tarde de la fundación de la Gran Logia de La Plata, pudo
comenzar a funcionar plenamente esta facultad, cuando en simultaneo
logró tener masones cursando en todos sus años académicos555.
553 Darrigran Algaba, Gabriel. op. cit., p. 44

554 AHPBA. La Plata. Ministerio de Gobierno. Año 1893. Leg. 8 Exp. 749/0

555 BPGCGI . Madrid. 28 de enero de 1895. pp. 4-5.

219
GABRIEL DARRIGRAN

La facultad era disimulada tras el Liceo de La Plata para señoritas que


dirigía Carolina de Santa Olalla. El local en el que funcionaba, en calle
55 y 14, había sido construido bajo estrictas especificaciones de higiene
y comodidad para desarrollar la actividad educativa556. Contaba con dos
aulas, un salón para conferencias y un recinto en el que funcionaba una
escuela de dibujo y geometría, en la que se podía leer en un cartel la frase
“Prohibida la entrada a quien desconoce la Geometría”.

Los alumnos tenían a su alcance una vasta biblioteca en donde se


exhibía una valiosa colección numismática, y un museo con elementos
de tres reinos de la naturaleza, junto a curiosidades de todo el mundo
destinadas a la educación positiva. Se había acordado no reparar en gas-
tos para cumplir con las exigencias de las materias del programa, por esa
razón el mobiliario y los elementos para la enseñanza habían sido impor-
tados desde Francia, siendo el instituto educativo privado más moderno
de la ciudad557.

En las aulas, había colgado un reloj para controlar el comienzo de


las clases a la hora establecida. En el caso de que los estudiantes llegaran
tarde, el protocolo indicaba que el profesor debía resaltar esto, diciendo:
“Los buenos obreros deben tener presente las obligaciones que contraen
cuando prestan su solemne compromiso, bajo su palabra de honor. La se-
riedad en el cumplimiento es una de las principales virtudes del caballero
masón, procurando separarse siempre de las informalidades y vicios del
mundo profano”558.

Aunque las principales asignaturas que se cursaban eran la geometría,


el dibujo, la aritmética y la trigonometría, también se estudiaba moral, a
través de los autores Smith, D´Holbach y Spencer; filosofía, a través de
Comte, Strauss, Schopenhauer y Laromiguiére; además de física, historia
y legislación. Mientras, las preguntas de los distintos exámenes debían ser
contestadas a través del estudio de las religiones, leyendo a autores como

556 El Día. La Plata. 15 de marzo de 1888. p. 1

557 Ídem.

558 Santa Olalla. El Instructor…, op. cit., p. 32

220
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 21:

Diploma de doctor en ciencia de la Facultad Científica.

221
GABRIEL DARRIGRAN

Voltaire, Renan, Julio Simón; y de libros como Las Ruinas de Palmira de


Volney, El Origen de los Cultos de Dupuy, El Citador de Pigault-Lebrun,
La Religión Natural de Jean Meslier, El Tratado de los Tres Impostores de
autor desconocido y La Historia de las Religiones del masón franco-argen-
tino Alejo Peyret.

Muchos de los libros que se estudiaban estaban prohibidos por la Igle-


sia, pudiéndose encontrar a autores del materialismo, del panteísmo y del
socialismo, así como algunos de los primeros sociólogos e historiadores
de las religiones, quienes iniciaron el estudio científico del cristianismo,
lo cual hizo de ellos y sus obras un terreno de batalla entre el clericalismo
y el librepensamiento internacional559.

Dentro de su bibliografía recomendada se encontraba la lectura de los


periódicos españoles Las Dominicales del Libre Pensamiento y La Antor-
cha Valentina, que llegaban quincenalmente desde Europa y estaban a
disposición del alumnado560. Todo esto era condensado en los programas
oficiales de los distintos grados y en los cuestionarios de exámenes para
superar las pruebas orales.

El primer año académico de esta facultad era conocido como el grado


del triángulo perfecto. Luego de estudiar las artes y las ciencias básicas,
el alumno se graduaba en bachiller en ciencia masónica y pasaba al año
siguiente. El segundo año era el grado del cuadrilátero perfecto, donde se
estudiaba fundamentalmente filosofía e historia y en donde el estudiante
se graduaba de profesor en ciencia masónica, y pasaba al último año. En
el tercer año académico o grado del icoságono perfecto, el masón se reci-
bía de doctor en ciencia masónica.

Para llegar a doctorarse, además de poseer los conocimientos teóricos


de todas las asignaturas del último año, se debían tener los conocimien-
tos técnicos como para construir con lápiz, regla y compás sobre el papel
un polígono regular de 20 lados o vértices, llamado icoságono o isode-

559 Darrigran Algaba, Gabriel. op. cit., p. 45

560 Casas de Santa Olalla, Carolina. Respuestas a los cuestionarios de exámenes de los tres
grados simbólicos cursados en la logia Porvenir. La Plata. Año 1896. p. 82

222
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

cágono. Según esta casa de estudios, esta figura geométrica compleja


representaba a un hombre perfecto que había enaltecido su razón a través
de la luz de la ciencia. Es por esto que el escudo de la Facultad Científica
era una estrella de 20 puntas construida trazando trece diagonales de
cada uno de los vértices del icoságono, conteniendo en su centro la letra
“G” en alusión a la geometría.

Se había diseñado un sistema que requería un alto grado de exigencia


intelectual. Esto era demostrado mediante rigurosos exámenes orales en
los que los estudiantes se defendían contestando sobre las principales
artes y ciencias liberales. Los ascensos solo se podían obtener probando
una moralidad intachable y probando poseer los conocimientos exigidos
en el programa oficial, siendo necesaria la aprobación unánime de una
mesa examinadora constituida por integrantes de la logia de Maestros561.
Para acceder a los exámenes finales, debía presentarse una tesis o trabajo
de investigación inédito ante una comisión examinadora562.

Como toda nueva institución que quisiera destacarse del resto, la


Facultad buscó un relato épico para construirse una identidad propia
que justificara sus esfuerzos a favor de la formación de la población y
sirva de incentivo a los alumnos. Es por ello que en la logia de Maestros
se llegó a la conclusión de que se debían escuchar los reclamos de los
masones que desde hacía años pedían una masonería más moderna,
suprimiendo viejas costumbres que recordaban a las del clero563. Para
ello sería necesario el establecimiento de un nuevo protocolo de trabajo
interno, un rito masónico secular y progresista para las logias de esa
institución564 . Debía ser un producto de la ciudad racional donde iba
a nacer y un emblema del progreso y el auge de la ciencia positiva, con
fines exclusivamente pedagógicos.

561 Ibídem. p. 37

562 Ibídem. p. 111

563 Rodríguez Lettieri, María Elena. La masonería española en la República Argentina (1890-
1930). La masonería española en la época de Sagasta. Coordinado por José Antonio Ferrer
Benimeli. Zaragoza. Año 2006. p. 754
564 Ver en el glosario: Rito masónico.

223
GABRIEL DARRIGRAN

A través de la comunidad alemana, la logia accedió a textos masónicos


del siglo XVIII, que no eran muy conocidos en la región; entre ellos El
Instructor del Rito Ecléctico del barón Adolph Knigge565, en el que se con-
taba una leyenda que usaron como inspiración para su proyecto.

Cuando en la logia de los divulgadores científicos se impartió una


conferencia titulada “Estudio comparativo de los ritos masónicos”566, se
explicó a los asistentes que cuando la masonería había pasado de Ingla-
terra al continente europeo, extendiéndose por Francia y Alemania, úni-
camente se conocían tres grados: el de aprendiz, el de compañero y el de
maestro masón. Los masones se ceñían estrictamente al protocolo que les
entregaba la asociación Gran Logia de Londres, a la que respetaban como
única autoridad. Pero a mediados del siglo XVIII, comenzó a divulgarse
la existencia de grados masónicos superiores que hasta el momento eran
desconocidos. A raíz de la aparición de estos nuevos grados, se comenzó
a difundir en Europa que la masonería era una continuación de la extinta
Orden de los Templarios567. Con el tiempo se estableció en las logias del
Viejo Mundo un sistema masónico que para algunos desvirtuó la tradi-
ción inglesa de que la masonería provenía de los humildes constructores
de catedrales. Estos masones, principalmente franceses y alemanes, cre-
yéndose sucesores de los caballeros templarios, introdujeron en las logias
símbolos monárquicos y la idea de que existía un vínculo medieval entre
la masonería y la Iglesia de Roma, a través de su brazo armado568.

Utilizando como fuente bibliográfica el diccionario masónico de Luis


Ricardo Fors, quien recién había establecido su hogar en la ciudad569,
afirmaban que hacia fines del siglo XVIII un grupo pensó seriamente en
poner fin a estas ideas esparcidas en Europa y en especial en Alemania,
depurando a la institución de todo elemento monárquico y jesuítico, para

565 Casas de Santa Olalla, Carolina. op. cit., p. 153

566 La Tarde. La Plata. 4 de agosto de 1894. p. 1

567 Fors, Luis Ricardo y Otros. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Tomo II. La
Habana. Año 1883. pp. 1136-1137
568 Revista Masónica Americana. Buenos Aires. Tomo I. Años 1872-1873. pp. 106-111

569 Casas de Santa Olalla, Carolina. op. cit., p. 153

224
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

retomar las antiguas prácticas de los tres grados ingleses y el simbolismo


de la construcción. El movimiento reformista lo había encabezado un
noble ilustrado, el barón de Knigge570, que había creído que el medio más
eficaz para conseguirlo era fundar un nuevo rito masónico despojado de
todo elemento místico, dejando los tres primeros grados intactos571. El
nuevo sistema racionalista alemán permitiría que cada logia seleccionara
los conocimientos que más les conviniesen, fusionándolos con los grados
masónicos. Según Santa Olalla, este sistema ecléctico se institucionalizó
en 1793 bajo el nombre de Alianza Ecléctica de Frankfurt572, y cuando
llegó a Latinoamérica, traído por los protestantes alemanes, fue conocido
como rito ecléctico alemán.

La leyenda contaba que lo que había impulsado al protestante Adol-


ph Knigge a preocuparse por la masonería de su país, era el hecho de
ser miembro de una sociedad secreta denominada Los Perfectibilistas,
fundada en 1776 por el profesor Adam Weishaupt, que popularmente
fue conocida como Los Iluminados de Baviera573. El grupo tenía el plan
secreto de fundar una nueva sociedad laica infiltrándose en los distintos
estamentos de la sociedad, por eso rápidamente fueron prohibidos y per-
seguidos en su país hasta su desaparición. Sin embargo, desde ese mo-
mento, el desaparecido grupo fue utilizado por la Iglesia y la monarquía
absolutista como un instrumento para denostar el avance del liberalismo
en Europa, llegando a afirmarse que los éxitos de Napoleón I se debían a
su pertenencia a la sociedad secreta de Weishaupt y Knigge, que utilizaba
su red de infiltrados para lograr el éxito en el campo de batalla574.

Estas imaginarias proezas que se le atribuyeron al barón de Knigge y


a su trabajo durante décadas, fue la base del prestigio del rito ecléctico.

570 Adolph Knigge fue un gran promotor de los derechos del hombre en Alemania,
su libro De cómo tratar con las personas es considerado un emblema del pensamiento
ilustrado de su época. En esta leyenda masónica alemana era un personaje antagónico a
Federico II de Prusia y su reforma masónica.
571 Fors. Diccionario…, op. cit., pp. 1136-1137

572 Santa Olalla. El Instructor…, op. cit., Portada.

573 Fors. Diccionario…, op. cit., p. 1134

574 Diario Político de Mallorca. Mallorca. 4 de agosto de 1808. p. 205

225
GABRIEL DARRIGRAN

Hacia fines del siglo XIX éste era utilizado en las asociaciones Gran Lo-
gia de Hamburgo y Gran Logia de Cádiz575, mientras que en Argentina
era utilizado por las logias de protestantes alemanes. Ejemplo de esto eran
Deutschland y Teutonia que el agrimensor Carlos Glade había fundado y
que, para ese año, se habían reconvertido en la logia porteña Federico III576.

Este rito masónico alemán elegido para las logias de la nueva aso-
ciación bonaerense que voluntariamente quisieran utilizarlo, fue rebau-
tizado como rito ecléctico científico, coincidiendo con el centenario
de su fundación en 1893. Al estar inspirado en la escuela filosófica del
eclecticismo, prescribía la fusión de los grados masónicos escoceses con
conocimientos técnicos útiles577. Por lo tanto, en una ciudad donde una
gran parte de su población masculina estaba conformada por artesanos y
obreros de la construcción carentes de instrucción técnica, se eligieron a
las matemáticas para fusionarlas con los grados de la masonería: “De esta
manera la masonería ecléctica funda sus misterios en los conocimientos
de la geometría, cuya ciencia se aprende gradualmente, estudiando las
nociones generales de figurabilidad, en el orden que establece la sucesión
de cada figura geométrica”578.

Es así como la historia simbólica del rito ecléctico científico fue en-
señada en la Facultad Científica de La Plata como un aliciente motiva-
cional, y en las logias de esa asociación como una alegoría moral sobre
aquellos iluminados alemanes que habían luchado por un mundo laico.
Así lo hacía saber el periodista Adolfo Vázquez Gómez desde Montevi-
deo: “Se enseña en América lo que antes no se conocía, el rito científico
ecléctico que, con el tiempo, cuando sea más conocido, ha de ser el único
que se profese en las logias de mayor valía”579.
575 Santa Olalla. El Instructor…, op. cit., p. 12

576 BPGCGI. Madrid. 14 de julio de 1894. p. 3.

577 El nuevo rito masónico tenía el mismo contenido y enseñanzas morales que el rito
escocés antiguo y aceptado utilizado en la mayoría de las logias, pero, para que le fuera
útil a los obreros se enseñaban en cada grado conocimientos en geometría, aritmética y
trigonometría.
578 Santa Olalla. El Instructor…, op. cit., p. 24

579 El Intransigente. Montevideo. 18 de Diciembre de 1894. p. 3

226
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Sofía, la primera feminista

La aparición de la mujer en la masonería argentina había coincidido


con el comienzo de la última década del siglo XIX. Muy escasas señoras
y señoritas de la alta sociedad, que no empleaban su tiempo en las labores
del hogar, eran incorporadas a logias masculinas honoríficamente. Estas,
casi siempre, hijas y esposas de dirigentes de la masonería porteña, no
teniendo ninguna injerencia en la administración de los talleres580.

En la agenda de los librepensadores existía desde hacía mucho tiempo


un objetivo no cumplido: la emancipación intelectual de la mujer de la
Iglesia, para que ellas mismas lucharan por sus derechos. Los masones más
liberales proponían incluir al sexo femenino en la masonería a través de
“logias de adopción de señoras” y, así, tenerlas como aliadas en su lucha.
Pero la verdad era que las propias mujeres, influenciadas por la educación
católica, se resistían a salir de sus rutinas hogareñas. La Plata decimonó-
nica será un ejemplo de cómo los masones fracasarán en este objetivo, no
logrando ningún resultado concreto hasta entrado el siglo XX.

Carolina Casas de Santa Olalla, había nacido en la ciudad de Buenos


Aires en el año 1845; sus padres, José Casas y Úrsula Laborde581, eran dos
inmigrantes españoles que la habían educado según el antiguo régimen,
como se entendía por esos tiempos a los deberes religiosos582. Por eso ella
siempre afirmaba que de niña, obedeciendo a la ignorancia de su época,
la habían conducido por el camino del misticismo, rezando el rosario por
la noche, al levantarse, antes y después de cada comida, como también
a las doce del mediodía, por ser el momento en que el sol comienza a
declinar su rumbo583.

Moldeada como una muchacha crédula y temerosa, creyente de la


existencia del infierno, el purgatorio y el cielo584, las prácticas de la Iglesia
580 Rodríguez Lettieri, María Elena. op. cit., pp. 760-762

581 Casas de Santa Olalla, Carolina Simona. Acta de Defunción Nº 124. Año 1912. La Plata.

582 Casas de Santa Olalla, Carolina. op. cit., p. 12

583 Ibídem. pp. 12-14

584 Ibídem. p. 8

227
GABRIEL DARRIGRAN

la habían hastiado: “Así dejé de ser católica, aprendiendo a ser racional,


separándome por mi voluntad de las prácticas del paganismo católico y
protestando por haber sido bautizada cuando no estaba en edad de dar
consentimiento”585.

Había sido educada para que se imaginara un único futuro como


mujer casada dedicada a las labores del hogar y al cuidado de los hijos,
sin tener conciencia de las obligaciones que conllevaba la maternidad y el
matrimonio, al tener que amoldarse a las opiniones del jefe de familia586.

Carolina se había casado a los 16 años con un joven maestro español,


cuatro años mayor que ella, que vivía en el pueblo de Luján. Su esposo
Francisco Ribot había sido el primero que la había ayudado a cursar estu-
dios pedagógicos para que lo acompañara en su empleo como subpreceptor
de la Escuela Nº 1 de Luján. Ella se encargaba de la enseñanza primaria de
las niñas, habiéndose mudado a una casilla en los terrenos de la escuela587.

Sin embargo, la vida le tenía preparado otro destino. En el año 1871,


mientras su esposo jugaba a la pelota con los estudiantes en el patio de
la escuela, fallece súbitamente con tan solo 30 años de edad588, dejándola
sola con dos hijos de 2 y 4 años.

Viuda y con dos hijos, el inspector general de escuelas que visitaba su


establecimiento se solidarizó con ella. Don Enrique de Santa Olalla, que
había enviudado hacía un año y se encontraba criando a sus dos hijas de 16
y 17 años de edad, en el antiguo pueblo de San José de Flores, le propuso
matrimonio y se casó con ella en 1873589. Su nuevo marido, que le llevaba
25 años de diferencia, fue quien fomentó su talento en la enseñanza y la
divulgación del conocimiento a través de su vasta biblioteca privada.
585 Ibídem. p. 133

586 Ibídem. pp. 13-14

587 Santa Olalla E. M. – Casas de Santa Olalla S. C. Sucesión. La Plata. Año: 1928. Leg. 132.
Juzgado Nº 4. Sec. 12
588 Ídem.

589 Santa Olalla – Casas Laborde. Acta de Matrimonio Nº 339 Libro Nº 3. Año 1873. San
José de Flores.

228
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Retrato de Carolina Casas Laborde.

229
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 22:

Portada del libro de Carolina Casas.

230
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Mientras él dirigió la escuela pública de San José de Flores, ella


dirigió un Liceo para señoritas de enseñanza secundaria, que habían
establecido en su domicilio. Al igual que había hecho con sus hijas, el
pedagogo la motivó a formar parte del periodismo colaborando para
distintas revistas y periódicos sobre temas de teología, filosofía e histo-
ria. Es así como dedicada a la educación superior y a la divulgación, se
abocó al estudio de las ciencias naturales y la investigación de la moral.
Accedió a libros prohibidos por la Iglesia que le abrieron los ojos, pero,
lo que más conocimientos le aportó como librepensadora, fue el estu-
dio de la filosofía590. Por esta razón se decidió a adoptar el seudónimo
“Sofía” para sus artículos.

Cuando se mudó a la ciudad de La Plata, acompañando a su esposo,


lo hizo con sus hijos, Francisco de 15 años y León de 17591. La nueva
capital, que nacía de la nada y en donde todo estaba por hacerse, posibi-
litó que se concretaran los proyectos personales de Santa Olalla, en los
que ella intervino activamente: la escuela profesional de subpreceptores
y ayudantes, la sede de la asociación Hermanas de los Pobres promovida
por la logia La Plata, y el Liceo La Plata de enseñanza secundaria feme-
nina. Este último establecimiento fue inaugurado el 1 de abril de 1888,
era dirigido por la propia Carolina y contaba con un diverso plantel de
profesores abocados a la educación liberal592.

Cuando su compañero viajó a la Exposición Universal de 1889, ella


lo acompañó, convirtiéndose en la primera mujer de La Plata en asistir a
un congreso internacional de librepensamiento. Al regresar, fue contac-
tada por múltiples revistas y periódicos liberales de Argentina y Uruguay,
siendo especialmente invitada por el padre de José Ingenieros, a colabo-
rar en su publicación Revista Masónica, bajo su seudónimo593.

590 Casas de Santa Olalla, Carolina. op. cit., pp. 130-131

591 León Ribot terminará casándose con Mercedes Spegazzini, una de las hijas del
naturalista Carlos Spegazzini. (RPPBA. Año 1919. Registro Nº 165)
592 El Día. La Plata. 15 de marzo de 1888. p. 1

593 Revista Masónica. Buenos Aires. 15 enero 1894. pp. 20-21

231
GABRIEL DARRIGRAN

Hasta ese momento no existían mujeres en las logias platenses, los


únicos antecedentes habían sido los de la logia Stretta Uguaglianza que,
de forma esporádica, habían iniciado en la masonería a un par de esposas
de afiliados, sin ningún objetivo concreto más que el honorífico.

Carolina, había sido pionera en impartir conferencias públicas desde


el espacio que le facilitaba la logia de Maestros; sin embargo, aún le fal-
taba dar un gran paso. Recién en el mes de febrero de 1894 se decidió a
superar los exámenes de ingreso de la Gran Logia Bonaerense, pero su
iniciación se retrasó porque otras dos mujeres de masones no estaban
preparadas aún. Finalmente, en junio de ese año fue iniciada en la logia
Porvenir594, convirtiéndose ese taller en el primero en admitir mujeres. El
objetivo de incorporar señoras en la logia Porvenir, era el de convertirla
en la primera logia femenina de la ciudad. Sin embargo, a pesar de los
esfuerzos, este sueño nunca se logró materializar, por los miedos y prejui-
cios que dominaban a este segmento de la población.

Entregada a la enseñanza dentro de la fraternidad, edita la publica-


ción Respuestas a los cuestionarios de exámenes, de los tres grados simbólicos
cursados en la logia Porvenir, una guía de estudio para superar las pruebas
históricas, matemáticas y morales que se exigían.

A principios de 1894, el militante de la Unión Cívica y dirigente del


Gran Oriente de Buenos Aires, Tomás Puig Lómez, renuncia por la im-
posibilidad de reformar la constitución de la masonería, celosamente
protegida por los hombres del Partido Autonomista Nacional que inte-
graban la institución hacía décadas: “Veo que existen dos escuelas: la una
joven robusta, estudiosa y con ideas democráticas; la otra débil, indecisa
y encasillada en sus antigüedades”595.

Al renunciar Puig Lómez se produce una escisión en la masonería y


se organiza la fundación de una nueva asociación en la ciudad de Bue-
nos Aires, denominada Gran Oriente Nacional. En reconocimiento a la

594 Casas de Santa Olalla, Carolina. op. cit., p. 59

595 AGLA. Buenos Aires. AGLA-82. Acta del Supremo Consejo. p. 256

232
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

fecha de la escisión, la nueva asociación fundó la logia 8 de Marzo inte-


grada exclusivamente por librepensadoras596.

Por su fama en la prensa liberal, Carolina fue nombrada socia ho-


noraria de la logia 8 de Marzo, integrada por destacadas mujeres como
la señora Maipina de la Barra, una feminista que viajaba por el mundo
dando conferencias a favor de los derechos de la mujer y que era conocida
por ser ahijada del general San Martín597; la señora Cecilia Sánchez de
Mavillard, destacada intelectual de la alta sociedad y esposa de una de
las autoridades de la masonería de Cangallo598; como también la señora
Margarita Práxedes Muñoz, doctora en medicina y gran oradora, que
solía dar conferencias científicas599.

En este período, la divulgadora platense comienza a escribir para el


periódico El Intransigente de Montevideo, propiedad de Adolfo Váz-
quez Gómez, delegado de la Gran Logia platense en Uruguay. Su pri-
mera colaboración fue una carta abierta al presidente de esa República,
que en ese preciso momento estaba llevando a cabo una política de
seguridad en base a ejecuciones de delincuentes en las cárceles600. Su
segundo artículo estuvo destinado a la escritora y librepensadora Espe-
ranza Pérez, que colaboraba en la publicación Las Dominicales del Libre
Pensamiento601. Este último artículo, llamó la atención del director del
periódico madrileño, quien llamándola “Sofía, la noble dama america-
na” la invitó a colaborar en su semanario602.

596 En el año 1899 esta logia de señoras pasará a llamarse Luz del Progreso y se convertirá
en una logia mixta por la falta de asistencia de mujeres (Revista Masónica. 5-1899. p. 40)
597 La Acacia. Buenos Aires. Abril de 1888. p. 80

598 Cecilia Sánchez había sido autorizada por el Supremo Consejo para afiliarse en una
logia porteña, por esta razón en el año 1892, la logia Hijos del Universo de Ensenada la
nombró su delegada en la asamblea anual de la institución (AGLA-877. 19-6-92).
599 Rodríguez Lettieri, María Elena. op. cit., p. 760-761

600 El Intransigente. Montevideo. 17 de enero de 1895. p. 2

601 Ibídem. 20 de enero de 1895. pp. 2-3

602 Las Dominicales del Libre Pensamiento. Madrid. 8 de marzo de 1895. p. 3

233
GABRIEL DARRIGRAN

“Yo he nacido en este hermoso suelo americano, donde


se respira la vivificante atmósfera de libertad, pero aunque
soy argentina, se impone en mi mente y me enorgullece el
recuerdo de que mis padres y esposos han llevado en sus
venas sangre española, por lo que no puedo ser indiferen-
te […] En la obra redentora de la instrucción popular en
España, pueden contribuir mucho las logias masónicas,
sabiéndose que los templos de esa egregia institución, no
deben ser otra cosa que escuelas de instrucción mutua, en
todos los grados del saber”603.

Su aparición en la publicación de librepensamiento más importante


de habla hispana, le posibilitó escribir para otras publicaciones extranje-
ras, en donde informaba de los avances de la logia Porvenir604. La libre-
pensadora platense consideraba que las facultades intelectuales de la mu-
jer se desperdiciaban por falta de instrucción605, y tanto en sus artículos
como desde su logia, buscaba infundir valor a las mujeres, con el objetivo
de que dejaran de cumplir el papel que desempeñaban en la sociedad606.
Con este mismo fin, y con la colaboración de los miembros de Porvenir,
comenzó a redactar la revista literaria La Tolosana, dirigida a las mujeres
de la clase obrera platense607.

Sus artículos y exposiciones públicas en contra del orden establecido


y a favor del sexo femenino, sin duda le prepararon el terreno a otras li-
brepensadoras, abriéndoles las puertas de la opinión pública platense a las
luchadoras que llegarán en la primera década del nuevo siglo.

603 Ibídem. 7 de junio de 1895. p. 3

604 BPGCGI. Madrid. 5 de septiembre de 1895. pp. 7-8

605 Casas de Santa Olalla, Carolina. op. cit., p. 15

606 Casas de Santa Olalla, Carolina. op. cit., pp. 7-8

607 Navarro Viola, Jorge. Anuario de la prensa argentina 1896. Buenos Aires. Año 1897. p. 290

234
Capítulo XII

Sello de la logia Renacimiento Nº 328.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

La logia de los españoles

Durante el segundo año de existencia de la logia Federal de Maestros,


había sido electo como su presidente el vecino de origen español José
Belmaña, uno de los empleados públicos de Rentas que había sido obli-
gado a tomar las armas para defender la capital en la revolución de 1893.
El español, que había llegado al país a mediados de siglo, era profesor
de piano y canto, y un gran divulgador de la educación musical608. En
1886 el propio Dardo Rocha lo había colocado al frente de la oficina de
Rentas de Balcarce, siendo un aliado estratégico para sus planes políticos
en el interior de la provincia609. Había llegado a la ciudad con su familia
en 1888 desde esa localidad, donde habían descubierto, en los Cinco
Cerros, yacimientos de hierro y yeso, que denunciaron para cobrar la
recompensa que la ley les reconocía610.

Finalizada la revolución cívica y aún con una ciudad en Estado de Sitio,


el presidente de la logia, consideró que era hora de alejarse de la Gran Logia
Bonaerense y de su rito ecléctico, y junto a afiliados de la logia Porvenir
abandonaron la asociación, con la intención de fundar un nuevo taller.

El grupo escindido estaba compuesto mayoritariamente por vecinos


de nacionalidad española que pertenecían a la logia Porvenir, todos obre-
ros y empleados de comercio. Para fundar el nuevo taller pidieron ayuda
a la logia de italianos Stretta Uguaglianza, que trabajaba en la ciudad
bajo el patrocinio de la asociación europea Gran Oriente de Roma. Esta
les facilitó el local que alquilaban en calle 55 entre 5 y 6.

En su primer reunió, que se llevó a cabo la noche del 28 de marzo


de 1894, los quince masones fundadores “resolvieron en esa memorable
noche constituirse en logia y ponerse bajo la obediencia de un oriente
que respondiera a sus aspiraciones”611, eligiendo el nombre de logia Hu-
608 Gesualdo, Vicente. Historia de la música en Argentina: 1852-1900. Buenos Aires. Año
1961. p. 533
609 AGN. Buenos Aires. Sala 7. Leg. 2818. Correspondencia de septiembre de 1902.

610 El Día. La Plata. 23 de septiembre de 1887. p. 1

611 CDMH. Salamanca. MASONERIA_A, 346. Correspondencia del 5 de enero de 1895.

237
GABRIEL DARRIGRAN

manidad, en homenaje a la logia Humanidad Nº 251 que funcionaba


en la ciudad de Barcelona612. Obedeciendo a una costumbre masónica
española, cada fundador eligió un seudónimo o nombre simbólico para
ser identificado: los que eligieron su ciudad natal se nombraron como
Barcelona, Gerona, Madrid o Pontevedra, y los que eligieron una perso-
nalidad española, utilizaron nombres como Murillo o Méndez Núñez.
La logia había sido pionera en traer esta costumbre a la ciudad, pero la
razón de utilizar seudónimos provenía de la necesidad de ocultar sus
identidades. Esto se debía a las persecuciones que los masones españoles
habían sufrido durante décadas, primero por la Inquisición, después por
la monarquía absolutista, y luego por los políticos conservadores de su
patria, a los que no les convenían los que pensaban libremente.

El taller independiente de los españoles deseaba ser reconocido por


una institución masónica que utilizara el rito escocés, pero no quería
los auspicios de la asociación de la calle Cangallo por los incidentes de
1891. A raíz de ello, contactaron con Sebastián Ausina, delegado del
Gran Oriente Nacional de España en la República Argentina, que hacía
pocos meses había fundado su primera logia en Buenos Aires por las
buenas relaciones que mantenía la española y la de la calle Cangallo. Por
otro lado, esta institución era la única reconocida en el país ibérico como
regular por la tradicional masonería inglesa613.

La solicitud formal fue enviada a España en abril de 1894, siendo


aprobada en el mes de septiembre614. El Gran Oriente Nacional los au-
torizó a fundar una logia capitular, como lo era La Plata Nº 80. Sin
embargo, debido a que en la ciudad de Barcelona ya existía una logia con
este nombre patrocinada por esta asociación, se les exigió que la llamaran
con otra denominación. Finalmente, el nombre de la logia elegido fue
Renacimiento615.
612 Revista Masónica. Buenos Aires. 1 de febrero de 1895. p. 39

613 BOGONE. Madrid. 15 de abril de 1894. p. 1

614 Ibídem. 15 de septiembre de 1894. p. 6

615 El Museo Dardo Rocha de La Plata conserva la medalla acuñada por la logia capitular
Renacimiento Nº 328 (Museo y Archivo Dardo Rocha. La Plata a través de sus medallas.
Bs. As. Año 1982. p. 30).

238
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 23:

Carta Constitutiva de la logia Renacimiento Nº 328.

239
GABRIEL DARRIGRAN

La ceremonia oficial de instalación se llevó a cabo un día antes que


el aniversario de la ciudad, el domingo 18 de noviembre de 1894 a las
16:00, en el templo de Stretta Uguaglianza de calle 55. La comisión ins-
taladora fue presidida por José Belmaña, que estuvo a cargo de entregarle
el mando de la logia al hermano “Madrid”. Al evento asistieron sesenta
y cuatro visitantes de logias de la ciudad y Buenos Aires616, entre ellos
quince masones de grados superiores de Luz y Verdad Nº 79 y La Plata
Nº 80. En la asamblea masónica fue recibido con honores el señor Tito
Luciani, representante de la masonería italiana en Argentina, quien le
auguró un brillante porvenir al taller. Entre los asistentes, se encontraba
el gran amigo de Belmaña y periodista porteño Salvador Ingenieros617,
que estaba cubriendo el evento para su publicación Revista Masónica.
Finalizada la ceremonia, Belmaña pronunció un discurso donde recordó
los motivos que llevaron a fundar la nueva logia:

“[…] La existencia de la logia Humanidad, hoy Rena-


cimiento, es un hecho imperecedero que la historia de la
francmasonería lo transmitirá conjuntamente con los nom-
bres de los hermanos que tienen el orgullo de ser sus funda-
dores. […] La logia Humanidad nació de una chispa revo-
lucionaria ocasionada por el despotismo del gobierno. Sepa-
rándose de una autoridad absorbente, ha tenido que luchar
y vencer dificultades de todas clases, para salir triunfante en
la lucha y alcanzar la victoria que hoy festejamos”618.

Al finalizar el año, ya contaba con treinta y cinco afiliados, habían


realizado cuarenta y cuatro reuniones, y su primer acto filantrópico lo
habían destinado a recolectar fondos para las víctimas del terremoto
que había azotado a la provincia de San Juan, el más importante en su
historia. Con ese fin, dirigieron una nota a todas las logias de La Plata
y gestionaron una función benéfica en el Teatro Olimpo619.
616 Revista Masónica. Buenos Aires. 15 de noviembre del 1894. p. 351

617 Salvador Ingenieros era un reconocido periodista de origen italiano, padre de José
Ingenieros y representante de la masonería uruguaya en la República Argentina.
618 Ibídem. 15 de diciembre de 1894. pp. 377-379

619 Ibídem. 15 de noviembre de 1894. p. 351

240
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El español Belmaña, que había elegido el nombre “Barcelona” para


ser identificado, durante el año 1890 había viajado a Europa para visitar
a su familia, y durante esta visita había conocido a Eduardo Caballero
de Puga, secretario del Gran Oriente Nacional. Gracias a este contacto
que mantenía en España, durante las primeras semanas de 1895 fue de-
signado delegado de esa institución española en Argentina. A partir de
ese momento su trabajo consistió en representar a las autoridades de la
asociación europea, asistir a las logias que patrocinaba en Argentina, y ser
el intermediario entre la masonería argentina y la española620.

En 1895, el gobierno le reconoció a la logia Stretta Uguaglianza perso-


nería jurídica bajo el nombre de Sociedad Masónica Stretta Uguaglianza
y, en mayo de ese año, se convirtió en el primer taller platense que com-
pró un lote como asociación legalmente reconocida621. El suntuoso lote
adquirido para construir un gran templo masónico estaba ubicado frente
a Plaza Italia, tenía forma de “pentágono”, y estaba en la manzana que
se encontraba entre el diagonal 77 y la calle 43. Ese mismo año, Renaci-
miento se muda y comienza a realizar sus reuniones en el local que será
conocido, entre los masones, como el templo de Plaza Italia.

La logia de los españoles quería diferenciarse de los otros cinco talleres


que funcionaban en la ciudad; por esta razón se propusieron ser los pri-
meros en fundar y patrocinar una logia de adopción de señoras, un taller
exclusivamente para mujeres, como los que existían en Europa o como
el que funcionaba en Buenos Aires: “Establezcamos conferencias donde
concurran señoras, busquemos temas adecuados para ir ganando poco
a poco estos útiles auxiliares, y esperemos que dentro de poco tiempo
ellas mismas pidan ser iniciadas en la gran sociedad, para compartir con
nosotros, la gloria de haber vencido a los enemigos de la verdad”622.

Durante todo el año 1895 se dedicaron a realizar eventos abiertos para


integrar a los vecinos de la ciudad. A los que asistían familias enteras. En

620 Ibídem. 1 de mayo de 1895. p. 144

621 RPPBA. La Plata. Año 1895. Registro Nº 6963. Sociedad Masónica Stretta Uguaglianza.

622 Revista Masónica. Buenos Aires. 15 de diciembre de 1894. pp. 377-379

241
GABRIEL DARRIGRAN

el mes de junio realizaron una ceremonia de adopción de lowetones 623,


en donde diecinueve hijos de masones fueron incorporados a la logia
honoríficamente, para asegurarles asistencia y protección. Una vez fi-
nalizada, los niños fueron obsequiados con diplomas que acreditaban
su pertenencia a Renacimiento. La reunión, que contaba con numero-
sas señoras y señoritas, fue presidida por José Belmaña; encontrándose
en el puesto del secretario Agustín López Camelo de la logia de los
judiciales, que trabajaba de corresponsal para la revista liberal de Sal-
vador Ingenieros624.

Durante el mes de octubre realizaron una tenida fúnebre por la muer-


te del español Roque Pérez de La Plata Nº 80, que había fallecido en un
viaje de negocios en Rio de Janeiro. Con la presencia de los deudos, en
medio de las columnas del local, un catafalco con un ataúd simbolizaba
la presencia del difunto al que se le rendía homenaje, estando el templo
de Plaza Italia adornado con grandes crespones negros625. Tres días más
tarde, el domingo 13 de octubre, celebraron una nueva fiesta de adop-
ción para tres hijos de masones. Debido a que algunos asociados estaban
vinculados con logias uruguayas, contaron con la asistencia de talleres
visitantes de la banda oriental y muchos hijos de masones que habían
viajado para visitar el taller platense. En concordancia con la ceremonia,
el local fue engalanado con ricos adornos de flores y follaje, y colgando
de las paredes había elegantes telas y tapices que formaban un todo ar-
mónico626. Durante el lunch y los brindis, Belmaña explicó la historia de
la masonería en sus tres grandes períodos y el niño Oscar Chiolo brindó
por la prosperidad de la logia Renacimiento, por la masonería en general
y por la de la República Oriental del Uruguay, de donde provenía627.

623 Ver en el glosario: Loweton.

624 CDMH. Salamanca. MASONERIA_A, 346. Acta del 16 de junio de 1895.

625 Revista Masónica. Buenos Aires. 1 de noviembre de 1895. pp. 326-327

626 Ídem.

627 Oscar Chiolo, se convertirá en un conocido músico de cámara, profesor y violinista de


Uruguay, en la primera mitad del siglo XX.

242
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

En noviembre, el taller que cumplía un año, organizó una conferen-


cia pública que logró una extraordinaria concurrencia; encontrándose
presente el distinguido Luis Ricardo Fors, flamante vecino de La Plata.
Los conferencistas eran los hermanos Bercetche, Herreros y Pena, los
cuales disertaron sobre el tema “La influencia del clericalismo en la so-
ciedad”. Al finalizar, las damas fueron obsequiadas con ramos de flores y
un abundante lunch628. Ese año, sus trabajos finalizaron con una nueva
conferencia el domingo 29 de diciembre, llevada a cabo por el empleado
de la secretaría de la Cámara de Diputados, Firmo Bercetche.

Ya entrado en su segundo año, comenzó a materializarse todo lo que


se habían propuesto hacer en el momento de la fundación. Habiéndose
planteado fundar la primera logia de adopción de señoras con el nombre
de Fe y Esperanza, el 10 de febrero de 1896, iniciaron en la masonería a
la señora María de Buzzoli, la primera de las vecinas que tenían a la espe-
ra629. Dos semanas más tarde, el domingo 1 de marzo, luego de trabajar
provisoriamente durante seis meses, fue instalado el capítulo de la logia
que llevaba el nombre de Evolución y que otorgaría hasta el grado 18 del
rito escocés. La comisión instaladora estuvo integrada por el presidente
del capítulo Stretta Uguaglianza, el presidente del capítulo La Plata y José
Belmaña, como delegado de la asociación, contando con la asistencia del
Dr. Luis R. Fors. Para presidir esta alta cámara fue designado Eduardo
Herreros, que dedicó su discurso a hablar sobre la clase de trabajos que
estaban encomendados dentro de estos capítulos630.

A comienzos de año, Enrique Ferrandiz, primer venerable maes-


tro de la logia, había emprendido un viaje de ocho meses a la ciudad
de Barcelona631, donde se encontraba su antigua logia Humanidad Nº
251, ubicada en un suntuoso edificio de tres plantas en el centro de la
ciudad, en el cual se editaba el periódico Barcelona Masónica por inicia-
tiva de esa logia. Durante su estancia, Ferrandiz se encargó de gestionar

628 Revista Masónica. Buenos Aires. 1 de diciembre de 1895. pp. 356-357

629 Ibídem. 20 de febrero de 1896. p. 59

630 Ibídem. 5 de marzo de 1896. p. 74

631 Ibídem. 20 de enero de 1896. p. 28

243
GABRIEL DARRIGRAN

un tratado de hermanamiento entre el taller barcelonés y el platense,


lográndose una fluida comunicación entre ambos632.

En ese preciso momento, en Barcelona se produjo un atentado anar-


quista a la procesión de Corpus Cristi que conmocionó la opinión publi-
ca española y produjo una serie de arrestos y persecuciones políticas. Es-
paña era gobernada por el Partido Conservador, al frente de su fundador,
Antonio Cánovas del Castillo. Con estrechos lazos con la Iglesia, como
presidente del Consejo de Ministros dirigía el país con puño de hierro,
tanto en la península ibérica como en las ultimas colonias españolas;
Cuba y Filipinas.

En las islas Filipinas, las políticas conservadoras y la represión desen-


cadenada desde la península intensificaron la lucha de los grupos separa-
tistas, entre los que se encontraba la logia Patria de la ciudad de Manila.
Rápidamente el gobierno español, asesorado por la Iglesia, acusó a las
autoridades del Gran Oriente Nacional de España de fomentar la pro-
paganda separatista a través de esa logia filipina. En octubre de 1896, el
Gran Maestre Pantoja y el secretario Caballero de Puga fueron arrestados
en Madrid, comenzando una gran persecución y aislamiento hacia las
asociaciones masónicas633.

Interviniéndoles la correspondencia y prohibiéndoles publicar sus pe-


riódicos en España, los talleres de esa asociación en Argentina quedaron
incomunicados, quedando José Belmaña como única fuente de informa-
ción634. A mediados de 1897, los integrantes de la logia Renacimiento,
viendo que la institución que los patrocinaba se encontraba intervenida
por el gobierno español, decidieron desafiliarse y trabajar de forma inde-
pendiente en la ciudad635.
632 Ibídem. 5 de julio de 1896. pp. 199-200

633 Ibídem. 5 de octubre de 1896. p. 324

634 Su paso por la logia Renacimiento y los cargos que ocupó al frente de la fraternidad
le costarán que décadas más tarde el gobierno español, al frente del general Franco,
lo impute por su pertenencia a la francmasonería (Ver el Doc. Nº 32 en el Anexo para
conocer su ficha de antecedentes).
635 Revista Masónica. Buenos Aires. 5 de Agosto de 1897. p. 240

244
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 24:

Fotografía de José Belmaña. Año 1895.

245
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 25:

Poderoso hermano Gran Comendador del Gran Oriente Nacional:


Salud, Fuerza y Unión.

[…] El día que nuestra patria se pueda desprender de este desgraciado fanatismo y
que el catolicismo deje de gobernar y regir los destinos de la Nación, y que el rey
y la reina dejen de influenciarse por el Papa; entonces España volverá a ocupar el
primer puesto entre las naciones civilizadas y dejarán de pintarla con el rosario en la
mano. Este es el trabajo primordial que debe emprender la francmasonería y tratar
de conquistar a la mujer, que es el arma terrible con que nos combaten; el día que
la francmasonería tenga a su lado a la mujer podrá cantar victoria, pues el enemigo
quedará sin armas con que luchar.

Algo parecido está pasando por los valles de La Plata, el jesuitismo está tomando
un vuelo grandísimo, apoderándose sobre todo de la educación, formando en cada
manzana un colegio, formando círculos de obreros católicos, congregaciones de Hi-
jas de María y de todas las vírgenes y santos habidos y por haber, engatusando como
lo saben hacer a los pobres de espíritu con promesas de protección; y haciendo una
campaña terrible a la francmasonería hasta en el púlpito y en folletos que reparten
gratis en la misma iglesia.

¿Me preguntáis que hace la masonería argentina en vista del avance y progreso del
jesuitismo, y con más razón, siendo las primeras autoridades de la Nación podero-
sos hermanos guardo 33? Permiten que la administración de justicia esté en manos
de ellos y el que no es católico pierde el pleito por más razón que tenga, o no se lo
despachan, pues hay pleitos que están hace 10, 15, 20 años. La masonería argentina
no se ocupa más que de hacer política y hacer la guerra a la masonería de otros
orientes.

[…] A pesar que este país es tan cosmopolita, la mayoría de los extranjeros solo
piensa en el modo más rápido de hacer fortuna, y si entran en la masonería es solo
para el propósito de sacar provecho de ella. […] Es una lucha tremenda la que hay
que sostener y sufrir, muchos disgustos y desengaños he tenido que sufrir que, la
verdad, estaba decidido a dejar todos los trabajos y descansar. Pero el amor y la fe
en la institución me han hecho emprender la campaña y en estos momentos estoy
tramitando el expediente para relevantar las columnas de la logia Renacimiento Nº
328, cuyo pedido confío poderos remitir antes de fin de mes; como así mismo, unos
cuantos pedidos de diplomas para la logia Libertad Nº 296. Una vez instalada la
Renacimiento se empezarán los trabajos –en La Plata– para la logia “Fe y Esperan-
za” de adopción de señoras, este es mi sueño dorado, quitarles a los cuervos todas
las Hijas de María posibles.

José Belmaña, La Plata, 7 de junio de 1899.

246
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El caballero de la triste figura

Tras la muerte del rey Fernando VII en 1833, le había sucedido en


el trono de España su hija Isabel. Su reinado se había caracterizado por
dejar atrás la etapa absolutista y ceder más poder al parlamento, pero
siempre poniendo trabas a la participación de los ciudadanos.

Entre las familias de clase alta del noreste de la península, en la villa


de Pineda, de la provincia de Barcelona, se encontraba una familia de
influyentes médicos y abogados vinculados comercialmente con el duque
de Medinaceli. El hijo mayor de esa familia burguesa, Luis Ricardo Fors,
había estudiado en la Universidad de Barcelona, graduándose de aboga-
do con tan solo 20 años en 1863636.

Luego de un fugaz paso por la relatoría de la ciudad condal, el joven


Fors, viajó a Madrid a visitar al duque de Medinaceli, y a través de las
gestiones de su padre con el noble, éste le consiguió una plaza de profe-
sor en la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia. Rápidamente
fraternizó con los más liberales de la capital madrileña, a tal punto que,
la madrugada del 22 de julio de 1866, en medio de un motín contra
la reina en los cuarteles de Madrid, se escapó de la casa del duque y se
incorporó a una barraca para participar de la revolución. Un año más
tarde, utilizando todo su dinero, se trasladó a Cádiz donde consiguió que
el capitán de un velero que zarpaba hacia Sudamérica, lo llevara bajo la
promesa de pagarle a la llegada637.

Arribó a la ciudad de Montevideo el 27 de abril de 1867 y rápida-


mente consiguió empleo en el periódico local La Tribuna, donde comen-
zó a hacerse conocido por sus artículos liberales. Seguidamente fundó
el Comité Democrático Ibérico, para apoyar a los liberales españoles y
uruguayos, lo que le valió que el representante del gobierno español en
ese país se quejara ante el ministro de estado de España, y éste al duque
que lo había apadrinado. En 1868 comenzó a publicar el boletín propa-

636 Fors. Diccionario…, op. cit., p. 309

637 Ibídem. p. 310

247
GABRIEL DARRIGRAN

gandístico del comité, el diario internacional El progreso; que lo puso en


contacto con grupos revolucionarios italianos y con activistas como Giu-
seppe Mazzini. Esta actividad le provocó a él y a sus compañeros que los
conservadores de la ciudad los persiguiesen y atentaran contra el comité.

Por medio de su actividad periodística y la fama que había logrado


entre los librepensadores, a fines de 1868 es invitado a formar parte de la
logia capitular Caridad. Al mismo tiempo, se casó con la joven uruguaya
Joaquina Silva del Villar, de familia de políticos montevideana de clase
alta, con la que tendrá dos hijos638.

Al comenzar una crisis económica, se muda con su familia a Buenos


Aires donde funda El Progreso: Revista filosófico-social la primera en su
estilo en reproducir noticias de la asociación masónica porteña, y dis-
cursos de eminentes masones, la cual fue inaugurada con una campaña
contra los jesuitas que, según Fors, habían invadido la ciudad. Esto
provocó la reacción del clero a través de los folletos Los francmasones: lo
que son, lo que hacen, lo que quieren, y la inmediata respuesta encarga-
da a Fors por las autoridades de la masonería en los folletos Respuesta
de los francmasones de Buenos Aires al folleto jesuítico de monseñor de
Segur 639. La encomienda exitosamente cumplida ocasionó que, en re-
conocimiento a su labor, le concedieran el grado 18 del rito escocés
antiguo y aceptado640.

Ganándose gran renombre entre los librepensadores argentinos, fue


nombrado miembro honorario de las logias Caridad y Obediencia a la
Ley y, el 10 de julio de 1870, la asociación masónica de Buenos Aires lo
nombró secretario de la comisión edificadora del palacio que la masone-
ría recién comenzaba a levantar en la calle Cangallo, la cual también era
integrada por Carlos Glade y Manuel H. Langenheim641.

638 Ibídem. p. 311

639 La Verdad. La Plata. 8 de marzo de 1896. p. 5

640 BUNLP. La Plata. Signatura: 433-Fd. p. 15

641 Fors. Diccionario…, op. cit., p. 312

248
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Sin embargo, debido a su actividad en la prensa, los clericales de la


ciudad lo denunciaron por delitos de imprenta, y exigieron a las autori-
dades que sea apresado. Viéndose acorralado, decidió huir del país y re-
fugiarse en el Paraguay, donde recién terminaba la guerra y en donde solo
los más intrépidos se atrevían a dirigirse. En 1870, comienza a redactar el
periódico El Pueblo, el único que se publicaba en Asunción, y al observar
que no había garantías de seguridad ni orden público, abrió un estudio
jurídico y fundó una asociación de protección de extranjeros. Desde esta
asociación expedía, por motu proprio y sin ninguna autorización del go-
bierno español, certificados de nacionalidad española a sus compatriotas,
a tal punto que el encargado de negocios de España en Argentina, se ter-
minó quejando a su gobierno por esta actividad ilegítima. Sin embargo,
por el estado en que había quedado el gobierno del Paraguay, y el desam-
paro en el que habían quedado los extranjeros en ese país, se decidió que
Fors representara los intereses españoles en esa región, entrando de esa
manera en el mundo de la diplomacia642.

Dentro de la falta de orden que reinaba en la posguerra paraguaya, en


septiembre de 1870, un gran número de inmigrantes italianos irritados
por ofensas publicadas hacia su país en el periódico La Regeneración,
incendiaron su redacción y mataron a sus periodistas. Las fuerzas argen-
tinas, brasileras y paraguayas de la guarnición lograron atrapar a más
de 200 vándalos, los cuales fueron encarcelados para posteriormente ser
fusilados. Debido a esta situación y en medio de una gran agitación so-
cial, el representante de Italia en Argentina se trasladó al Paraguay para
negociar con las autoridades; llegándose al acuerdo que el Dr. Fors sea
nombrado juez especial de la causa. La noticia recorrió ambas orillas del
Rio de La Plata y en diciembre de 1870, el español publicó en su perió-
dico la sentencia que dictó, poniendo fin al asunto sin derramamiento de
sangre y con la libertad de todos los italianos.

Enterada la masonería italiana de este acto humanitario, tomó la


decisión de recompensarlo entregándole el diploma del grado 30 del
rito escocés, por los servicios relevantes prestados a la humanidad y a

642 AHN. Madrid. M_Exteriores_H_1349. Nº 48. Correspondencia del 9 de junio de 1870.

249
GABRIEL DARRIGRAN

la orden643. A su vez, el gobierno paraguayo, le propuso que integrara


la comisión para organizar y hacer las estadísticas de las escribanías y
archivos del país644.

Al año siguiente, decide emprender viaje hacia Europa, y luego de


una breve estancia en Rio de Janeiro, arriba a Madrid en agosto de 1871.
Trabajó como corresponsal para distintos periódicos de Madrid, Portu-
gal y París, y, en 1873, se incorporó como funcionario del gobierno de la
Primera República Española, que había logrado derrocar momentánea-
mente a la monarquía. El año 1878 lo encontró en La Habana, donde
fue designado director de la biblioteca del Instituto Técnico y Literario,
siendo uno de los principales promotores del Partido Autonomista, al ser
un admirador del movimiento independentista cubano, el cual apoyó
desde su periódico El Autonomista español. Dicha actividad desafiante le
valió que se le cerrara toda posibilidad futura de un empleo público en
su patria, y la persecución de las autoridades españolas en la isla, que lo
obligaron a retornar a la península en 1881645.

Regresando a la ciudad condal con 38 años, junto al periodista Ros-


send Arús y otros intelectuales, colaboró en la redacción y organización
del Diccionario Enciclopédico de la Masonería publicado en Europa y La-
tinoamérica en 1883, obra inédita que se popularizó en todas las logias,
y que lo consagró como un personaje mítico entre los librepensadores, al
incluir su biografía.

En 1888 retorna a Montevideo, lugar de origen de su familia, don-


de prosiguió con la publicación El Progreso que había abandonado ha-
cía décadas. Inmediatamente fue designado por el gobierno de ese país
como secretario general de los ferrocarriles del Estado. Sin embargo, al
ver actuar en la revolución 1890 al movimiento popular cívico argentino,

643 BUNLP. La Plata. Signatura: 433-Fd. pp. 15-16

644 Fors. Diccionario…, op. cit., p. 312

645 Fernández, Stella Maris. Luis Ricardo Fors Polígrafo y Bibliotecario. Buenos Aires. Año
2005. pp. 22-23

250
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

consideró que era hora de volver a Argentina, entrando a trabajar en El


Argentino, órgano de difusión de la Unión Cívica646.

Pero no fue hasta el invierno de 1893 que tuvo la oportunidad de


participar en una revolución popular en esta República, para rememo-
rar viejos tiempos. Mientras que los revolucionarios se acercaban len-
tamente a la capital bonaerense desafiando a sus autoridades, el 29 de
julio Fors llegó a la localidad de San Nicolás con un grupo de cívicos,
que se hospedaron en distintos hoteles, mientras que él se alojó en una
sucursal de la fábrica de su hijo647. A este grupo se le sumaron cívicos
locales, llegando a la cantidad de 60 hombres –escasos para cumplir
exitosamente la misión–, que presentaron batalla a la policía de la ciu-
dad, con Fors fusil en mano.

Llegó a la ciudad de La Plata a principios de 1895, bajo la intendencia


de Alberto Ugalde, yerno del exgobernador D’Amico. Con 52 años de
edad, instaló su domicilio en calle 54 Nº 858 entre 12 y 13, en donde
también abrió un estudio jurídico vinculado al consulado español local.
A pesar de haber pasado décadas en distintos países latinoamericanos y
europeos, los masones platenses conocían su trayectoria en el periodis-
mo, las letras y la oratoria; su hazaña contra los jesuitas de Buenos Aires,
que le había costado el exilio y, principalmente, su colaboración en el
Diccionario Enciclopédico de la Masonería, que todas las logias poseían en
sus bibliotecas. A raíz de ello, desde su llegada fue invitado a visitar los
distintos talleres y a participar de las conferencias que se organizaban.

El abogado se había mudado a la capital de la provincia con el obje-


tivo de ingresar en la administración bonaerense, pero solo la logia más
influyente de la provincia podía allanarle ese camino. A los pocos meses
de radicarse, un giro inesperado del destino lo acercó a ese objetivo, pero
no sin antes pagar un alto precio.

646 Fernández, Stella Maris. op. cit., p. 25

647 Fors. 1893…, op. cit., p. 44

251
GABRIEL DARRIGRAN

Su único hijo varón, Luis Fors y Silva, era abogado y propietario de


la fábrica de tabaco a vapor La Competencia que había sido fundada en
Buenos Aires en el año 1893, gracias a los contactos de su padre en Cuba.
Sin embargo, el joven de 25 años, afligido por el mal de amores, el 29 de
enero de 1896 tomó la decisión de suicidarse con un revólver en una cén-
trica calle porteña648. Luego de notificar telegráficamente a sus padres,
el cuerpo fue trasladado a La Plata en el primer tren del día 30, siendo
velado por la noche en la casa de la familia. Al día siguiente, por la tarde,
fue sepultado en el cementerio municipal en presencia de su familia y
de la totalidad de los masones de la ciudad, que acudieron a consolar al
eminente librepensador649.

Tres días más tarde, Ángel R. Ferrando, venerable maestro de la lo-


gia La Plata, le remitió una carta dándole las condolencias de su taller y
ofreciéndose para lo que necesitara650. El cervantista español, viendo la
oportunidad de incorporarse a la logia más influyente, en su respuesta de
agradecimiento, formalmente solicitó el ingreso a esa fraternidad:

“La obra de piedad con que los masones de La Plata


han rivalizado para mitigar los dolores con que la fatali-
dad ha querido atribular los últimos días de mi existencia
y torturar el corazón de mi santa esposa, me obligan a
llamar a las puertas de vuestro templo, para expresaros
en la forma más expresiva y solemne que me es posible,
los votos de eterno reconocimiento, que, en mi desolado
hogar, se elevan a vosotros en representación de todos los
masones platenses”651.

648 El Día. La Plata. 31 de enero de 1896. p. 2

649 La Verdad. La Plata. 3 de febrero de 1896. p. 2

650 Ídem.

651 Ibídem. 7 de febrero de 1896. p. 2

252
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 26:

Fotografía de Luis R. Fors.

253
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 27:

Al venerable maestro y hermanos todos de la distinguida y augusta logia capitular


Armonía del oriente de Mercedes.

Caros y respetables hermanos:

[…] En cuanto a mi grado 33, he aquí su historia: Hallándome en Barcelona duran-


te el año 1878 y mientras desempeñaba el cargo de abogado consultor del Consula-
do General de Italia, en aquella ciudad, el cónsul general de entonces, el hermano
Arnoldo Demarino, sufrió un quebranto terrible de fortuna con motivo de haber
tomado parte en operaciones de bolsa que produjeron el pánico y la crisis en aquel
mercado.

No debo hacer aquí mención de actos que pertenecen a la vida particular del re-
ferido cónsul; hasta consignar que su situación llegó a tal extremo que se vieron
comprometidos los fondos del Consulado y la reputación de aquel funcionario. La
amistad que yo le profesaba y la desgracia que amenazaba a su familia no me per-
mitieron vacilar. Hice todo el sacrificio que mis fuerzas me permitieron, con la in-
fluencia de mis numerosas relaciones en aquella ciudad y con los recursos que pude
disponer, salvé al amigo y al hermano, y el cónsul general de Italia en Barcelona
pudo salir decorosamente de la tremenda crisis y dar cuenta honrosa a su gobierno
del ejercicio de sus funciones.

Poco después me despedí del hermano Demarino para trasladarme a La Habana,


no sin que, en la despedida, me reiterara la gratitud y la de toda su familia con
lagrimas en los ojos, prometiéndome al abrazarme, que no tardaría en recibir la
recompensa del bien que le había hecho.

Bastantes meses después de mi llegada a Cuba, se me presentó el poderoso herma-


no Francisco Cepeda comunicándome que para premiar mis actos humanitarios
con el cónsul general de Italia en Barcelona hermano Arnoldo Demarino, el Gran
Oriente de aquella nación me concedía el grado 33, cuyo diploma tenía encargo de
entregarme y cuyo grado me colaría en el triangulo de hermanos correspondientes,
a falta de Supremo Consejo instalado en el país.

Efectivamente, el día siguiente los hermanos Francisco Cepeda, director de la Re-


vista Económica de La Habana, José Antonio Cortina, abogado, y Arsenio Buxó,
comisionista, me colaron el grado de gran inspector general y me entregaron el
breve que de Europa fue remitido al primero, para recompensa de mi conducta
humanitaria y benéfica […].

Luis R. Fors, Montevideo, 25 de enero de 1889.

254
Capítulo XIII

Escudo de la secretaría de la logia La Plata.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El affaire de las logias hermanas

Para el año 1896, la logia La Plata contaba con 90 afiliados, que para
sus reuniones seguían utilizando el local de la esquina de calle 53 y 8.
Tras la muerte del Dr. Langenheim, el capítulo provincial La Plata pasó
a ser capítulo departamental, la logia perdió algo de brillo y ya no po-
dían afirmar que era un lugar exclusivo para funcionarios de justicia. Sin
embargo, seguían siendo la más influyente de la provincia y uno de los
talleres predilectos para las autoridades de la masonería. Esto era así por-
que uno de sus fundadores, el Dr. Faustino Jorge, era el actual presidente
del Supremo Consejo.

La fraternidad más importante de la provincia,


desde 1894 era dirigida por el martillero y procu-
rador Ángel Ferrando, vecino platense desde 1883.
Tanto Ángel como Ignacio Ferrando habían sido los
martilleros públicos de la etapa fundacional más im-
portantes. Ángel había comenzado en 1885 siendo el
inspector de plazas y luego había logrado ser el ins-
pector general del municipio652. Gran patrocinador
de la candidatura de Rocha a la presidencia, como
hombre de confianza del Dr. Langenheim, había sido el secretario de la
comisión que presidió el juez para asistir a las víctimas del cólera de 1887,
secretario del primer comité de la Unión Cívica, además del secretario de
la logia La Plata, su capítulo, y del cuerpo masónico de socorristas653. Ha-
biendo consagrado su carrera política en 1893 cuando logró una banca
de diputado bonaerense, desde donde emprendió una campaña para que
se legisle sobre la navegación de los canales del delta de Tigre654.

Consideraba que los masones de la ciudad tenían que dejar de escon-


derse en sus templos para mostrarse en público, exponiendo en la socie-

652 El Día. La Plata. 28 de febrero de 1885. p. 1

653 En el Museo Dardo Rocha se conserva la medalla que le fuera entregada a Ángel R.
Ferrando como recompensa a sus trabajos en la secretaría de la logia La Plata Nº 80.
(Museo y Archivo Dardo Rocha. La Plata a través de sus medallas. Bs. As. Año 1982. p. 8).
654 El Día. La Plata. 27 julio de 1893. p. 1

257
GABRIEL DARRIGRAN

dad sus actos filantrópicos. Por esta razón, exigía que los afiliados a su
logia exhibieran en público la medalla del taller, por lo menos el día de
las reuniones, si realmente estaban orgullosos de pertenecer a la principal
logia de la provincia.

Luego de haber reformado la constitución de la asociación, hacia me-


diados del año 1896 había sido elegido para presidir el Gran Oriente
de Buenos Aires, el general Rudecindo Roca hermano del expresidente
Julio A. Roca. A su vez, el Supremo Consejo era presidido por Faustino
Jorge, quien seguía siendo amigo y abogado personal del exgobernador
Rocha655. Todo esto hacía que la masonería nacional fuera dirigida por
dos hombres del Partido Autonomista Nacional, pero de facciones histó-
ricamente enfrentadas: el roquismo y el rochismo656.

El Gran Maestre Roca gozaba de alta estima entre los liberales y li-
brepensadores argentinos que aún recordaban la primera presidencia de
su hermano en la que se habían interrumpido las relaciones con la San-
ta Sede, e impulsado las leyes de registro civil, de matrimonio civil y
de educación laica. Pero principalmente por haber expulsado del país
al nuncio apostólico, monseñor Luigi Mattera, que se había propuesto
combatir las políticas laicistas en las escuelas normales y la llegada de
maestras de Estados Unidos 657.

A esto había que sumarle que, al asumir, el Dr. Jorge le había concedi-
do honoríficamente el grado 30 del rito escocés, el cual el Gran Maestre
le había devuelto amablemente, generando tensiones entre los dos grupos
que formaban la orden masónica:

“[…] Los grados simbólicos y filosóficos, no tienen por


objeto romper nuestra igualdad absoluta: constituimos
una democracia secular, igualitaria a la par que caballero-

655 AGN. Buenos Aires. Sala 7 Leg. 2807. Correspondencia del 2 de junio de 1898.

656 Mientras que los masones vinculados a la Unión Cívica, como Tomás Puig Lómez,
se habían separado en 1894 para fundar en Buenos Aires su propia asociación bajo el
nombre de Gran Oriente Nacional.
657 Revista Masónica. Buenos Aires. Mayo de 1899. p. 58

258
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

sa; no ideal, sino militante y viva. Los cargos y los grados


en el simbolismo y en la filosofía masónica, solo significan
que la orden a quien más concede exige más. […] En el
honroso grado de maestro masón, grado 3º, debo y quie-
ro permanecer mientras me halle en este alto puesto. Con
tanta más razón, cuando considero que es tan necesario a
la buena marcha de la institución, la perfecta y absoluta
autonomía de cada uno de sus poderes”658.

Decidido a unir a la masonería argentina, el popular Gran Maestre,


se puso en campaña para que los masones del Gran Oriente Nacional del
cívico Puig Lómez se reincorporen al Supremo Consejo y Gran Orien-
te; cosa que logró en septiembre de 1897, al proponerles un pacto de
unión659. A esto le siguió la refundación de antiguas logias que habían
desaparecido a lo largo de toda la provincia; generándose una renovación
como no se veía desde hacía décadas en la masonería660.

Fue entonces cuando Ángel Ferrando, desde su logia y patrocinado por


el grupo opositor al Gran Maestre Roca, se decidió a demostrar su influen-
cia en la capital de la provincia, uniendo a todas las logias bajo una misma
asociación, pero sin importarle los medios para llegar a tal fin.

La masonería platense transcurría por su décimo aniversario y del ca-


pítulo de la logia La Plata había surgido la idea de unir a las logias bajo un
mismo techo, edificando un gran templo para la capital. Para tal fin se
abrió una suscripción en el Banco de Italia y Rio de La Plata, iniciándola
con un generoso aporte de Faustino Jorge661. El martillero se encargó de
sufragar los gastos ocasionados por la mudanza, y ofreció en alquiler su
vasta propiedad sobre la avenida 7 entre las calles 55 y 56, para que sea
remodelada y se edificara el templo que uniría a la masonería. Aunque,
en realidad, se trataba de una estrategia para que los masones que perte-
necieran a logias de asociaciones extranjeras, como la Renacimiento y la
658 Ibídem. 5 de octubre de 1896. pp. 315-316

659 Ibídem. 20 de septiembre de 1897. p. 321

660 Ibídem. Julio de 1898. pp. 190-191.

661 La Verdad. La Plata. 3 de febrero de 1896. p. 2

259
GABRIEL DARRIGRAN

Stretta Uguaglianza, optaran por incorporarse a la masonería de la calle


Cangallo, y así estar todas patrocinadas por una única institución.

La mudanza del templo de calle 53 al nuevo, fue aprobada el 8 de


abril, designándose una comisión para instalar el nuevo lugar de trabajo
y las oficinas del taller. El maestro mayor de obra Salvador Mauri fue
propuesto para encargarse de los trabajos de albañilería, Alejandro Spre-
afico los trabajos de carpintería, Pedro Solá, los de yesería y pintura, y fi-
nalmente los de jardinería fueron encargados al jardinero inglés Privat662.

La finca tenía un gran portón sobre la avenida, por el que se accedía


a un jardín de quince metros de extensión. A ambos lados del camino de
acceso, se habían plantado acacias sobre el césped e instalado canteros con
plantas y flores. Al entrar al edificio, se accedía a un salón central, prepa-
rado para las conferencias públicas y en donde se instalaría una cantina,
billares y mesas de ajedrez, el cual era llamado “el casino masónico”663. El
inmueble contaba con dos recintos laterales preparados para que dos talle-
res distintos pudieran reunirse al mismo tiempo, los cuales fueron puestos
a disposición de Luz y Verdad664. En el templo principal, en el lado en el
que se sentaba el presidente de la logia, se había construido una tarima.
Esta se elevaba unos centímetros sobre el suelo del local y había sido deco-
rada con lujosos tallados de madera, que Ferrando había conseguido tras la
venta de la mansión del exgobernador Julio A. Costa665.

El Dr. Fors había sido aceptado en la logia el 5 de febrero de 1896 y


al día siguiente se había enviado a Buenos Aires su solicitud de admisión
para que sea incorporado al Supremo Consejo y Gran Oriente, solicitud
que fue recepcionada por un joven Joaquín V. González, que era el mi-
nistro del interior de la institución666. Inmediatamente, Ángel Ferrando,

662 Ibídem. 18 de mayo de 1896. p. 8

663 Ibídem. 11 de mayo de 1896. p. 7

664 Revista Masónica. Buenos Aires. 5 de agosto de 1897. p. 14

665 La Verdad. La Plata. 8 junio de 1896. p. 8

666 AGLA. Buenos Aires. AGLA-915. Correspondencia del 11 de agosto de 1896.

260
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

quien dirigía el periódico La Verdad, lo invitó a participar de su publica-


ción masónica, en la que terminó escribiendo una serie de artículos sobre
el épico episodio de los religiosos de Buenos Aires de 1869667.

Desde su llegada a La Plata, intentó hacer lo que siempre había hecho


en todas las ciudades en las que había residido: fomentar las ideas libera-
les, hasta dentro de los propios círculos liberales.

Uno de los temas que más preocupaba a Fors era la situación de la


mujer en la sociedad. Por esta razón en la tenida masónica del 15 de abril,
propuso a su nueva logia un plan para dar participación a las mujeres en
los trabajos de la masonería platense. El proyecto fue consultado a las
autoridades de Buenos Aires y, una vez autorizado, pasó a ser implemen-
tado a través del capítulo de la logia La Plata668.

Otra de las preocupaciones era el avance de la religión en la educa-


ción. Por esa razón, se decidió a organizar a los librepensadores platenses
a través de una asociación liberal. En el mes de agosto, apareció en los
periódicos una invitación para fundar una nueva asociación; a esta lla-
mada acudieron veintiún vecinos –muchos decepcionados por el absten-
cionismo de la Unión Cívica– que conformaron la asamblea fundacional
de la Asociación La Liga Liberal, la cual tendría una publicación para la
difusión de sus ideas con el mismo nombre669.

Como presidente, fue designado Fors, como vicepresidente el Dr. Juan


Ángel Martínez, profesor de la Facultad de Derecho de La Plata, y como
tesorero el agrimensor jubilado Carlos Glade. A su vez, entre los socios y
colaboradores se encontraban los librepensadores Enrique de Santa Ola-
lla, Carolina Casas, el presidente de Renacimiento Eduardo Herreros, y
el de Stretta Uguaglianza Ángel De Virgilio, entre muchos otros670.

667 La Verdad. La Plata. 2 de marzo de 1896. p. 3

668 Ibídem. 20 abril de 1896. p. 6

669 Ibídem. 24 de agosto de 1896. p. 7

670 Revista Masónica. Buenos Aires. 22 de abril de 1897. p. 125

261
GABRIEL DARRIGRAN

262
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

263
GABRIEL DARRIGRAN

Luego de meses de espera para que la asociación de Buenos Aires autori-


zara la incorporación de Fors en la logia La Plata, en octubre se les notificó
que no se podía afiliar por irregularidades en los documentos presentados
que acreditaban su grado 33671. Habiéndosele negado el ingreso, el español
inmediatamente buscó incorporarse al Gran Oriente de Francia en Ar-
gentina, solicitando unirse a su logia más antigua en la región L’ Amie des
Naufragés, la cual realizó una ceremonia de afiliación para la ocasión672.

Como consecuencia del plan para la unificación de los masones pla-


tenses, ya el año anterior la logia de Ferrando había dirigido una carta al
presidente de Luz y Verdad, advirtiéndole que no volviera a admitir como
visitantes a lo masones de las logias Renacimiento y Stretta Uguaglianza,
por ser masones ingratos a la República al estar bajo los auspicios de aso-
ciaciones extranjeras en territorio nacional673.

Para ese momento la logia Luz y Verdad se reunía en el local alquilado


de calle 43 entre 5 y 6, y su venerable maestro era el carpintero inglés
Benjamín J. Baker674, quien había rechazado utilizar el suntuoso local de
la avenida 7.

En este contexto, el sábado 21 de noviembre de 1896, Luz y Verdad


organizó una ceremonia de iniciación de dos vecinos en su templo. Al
evento, además de acudir todos sus miembros, asistieron comisiones de
los talleres de los españoles, los italianos y de la logia La Plata. Entre los
visitantes se encontraba el Dr. Fors, el cual había sido especialmente invi-
tado por el venerable maestro Baker a presidir la asamblea masónica, por
el honor que significaba para la logia que este masón dirigiera la ceremo-
nia. Pero, al ver que el español se encontraba sentado en el sitial del vene-
rable maestro, la comisión de visitantes de la logia La Plata se retiró del
671 La Verdad. La Plata. 20 octubre de 1896. p. 7

672 Revista Masónica. Buenos Aires. 20 de noviembre de 1896. p. 347

673 La Verdad. La Plata. 12 de octubre de 1896. p. 5

674 Fallecido Baker, en diciembre de 1906 el taller recibe desde Inglaterra una carta de
su viuda solicitando ayuda económica. Para asistirla, la logia se pone en contacto con el
distrito masónico inglés de Buenos Aires, conformando una comisión ad hoc. (AGLA-
946. 30-12-07)

264
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

local por considerar que se estaban cometiendo serias irregularidades675.

El escándalo pasó a mayores cuando Ángel Ferrando presentó una


denuncia ante las autoridades de la masonería por el hecho de haber
permitido que un masón perteneciente a una jurisdicción extranjera di-
rigiera una ceremonia de iniciación. Seguidamente propuso que su logia
se declarara en “entredicho” con Luz y Verdad, cortando toda comuni-
cación676, y publicando los hechos ocurridos en La Verdad. Luego colocó
la publicación en la puerta de la logia en dos tableros de madera pintados
de negro para que lo pudieran leer los transeúntes de la avenida 7677. Ante
esto, Luis R. Fors afirmó: “El anhelo vehemente de ganarse una banda
blanca hace cometer actos poco dignos de nuestra institución”678.

El escándalo de las logias hermanas se extendió a lo largo de los meses


a través de La Verdad de Ferrando y La Liga Liberal de Fors, desde donde
se descalificaban mutuamente. Por una parte, Ferrando lo acusaba de ser
un masón irregular, que había traído el desquicio a las logias de la ciu-
dad. El español, por otra parte, lo acusaba de que todos los proyectos de
la logia, publicitados en La Verdad, eran una farsa: la construcción de un
templo masónico mediante suscripciones, la construcción de un panteón
para la logia en una parcela donada por la Municipalidad, y la creación
de una casa de empeño para otorgar préstamos a los masones679.

El vaticinio de Sarmiento

El primer paso para la unión de las logias sería persuadir a la mayor


cantidad de masones de las logias italianas Stretta Uguaglianza y Eroi di
Mentana de Ensenada, para que dejaran su asociación europea, y en un
segundo paso buscar a todos aquellos afiliados que habían abandonado
Stretta Uguaglianza a lo largo de los años y así fundar una nueva logia.

675 La Verdad. La Plata. 23 de noviembre de 1896. p. 7

676 Revista Masónica. Buenos Aires. 20 de diciembre de 1896. p. 364

677 Ibídem. 5 de febrero de 1897. p. 60

678 La Liga Liberal. La Plata. 14 de octubre de 1897. p. 2

679 Revista Masónica. Buenos Aires. 5 de diciembre de 1897. pp. 376-377

265
GABRIEL DARRIGRAN

La logia Stretta Uguaglianza había trabajado de forma independiente


en Buenos Aires hasta 1885, pero al mudarse a la nueva capital de la
provincia algunos de sus fundadores, fue reubicada680. Refundada el 25
de julio de 1887 en La Plata, se reunió de forma esporádica hasta 1889,
cuando solicitaron ser patrocinados por al Gran Oriente de Buenos Ai-
res681. Desde ese momento se convirtieron en el punto de atracción de
todos los librepensadores italianos de la ciudad.

En medio de la crisis de 1890, junto a Luz y Verdad que había per-


dido su templo, se habían trasladado a un local en calle 43 entre 5 y
6682, y dos años más tarde a calle 55 entre 5 y 6, por las quejas de los
afiliados que se tenían que desplazar hasta lo que consideraban la peri-
feria de la ciudad683.

En julio de 1892, había asumido como venerable maestro el contador


Miguel Ángel De Virgilio, hombre cercano al Comité Masónico Italiano
de Buenos Aires, que era una mezcla de delegación consular italiana y
delegación de la masonería de ese país. El comité masónico era presidi-
do por el ingeniero Tito Luciani, representante de la asociación europea
en Argentina, quien sostuvo en la presidencia de la logia platense a De
Virgilio durante años. Debido a los contactos que poseía, en 1893, De
Virgilio buscó para su logia el patrocinio del Gran Oriente de Roma, el
cual convirtió al taller en una logia capitular.

Los integrantes de la importante logia italiana, en los últimos años


habían logrado propagar la masonería en la región fundando la logia An-
nita Garibaldi en 1894 en Magdalena684, y la Eroi di Mentana en 1895
en Ensenada685.

680 AGLA. Buenos Aires. AGLA-895. Correspondencia del 20 de marzo de 1886.

681 La Acacia. Buenos Aires. Enero de 1889. p. 9

682 AGLA. Buenos Aires. AGLA-895. Correspondencia del 10 mayo de 1890.

683 Ibídem. Correspondencia del 3 mayo de 1892.

684 Revista Masónica. Buenos Aires. 1 de octubre de 1894. p. 305

685 Eroi di Mentana originalmente se llamaría Figli dell’ Uguaglianza en homenaje a su


logia madre (Ibídem. 1 de Mayo de 1895. p. 143).

266
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El problema al que se enfrentaba Ferrando para incorporarlos a la


masonería argentina era la personería jurídica que la provincia le había
reconocido en el año 1895 a Stretta Uguaglianza, y la propiedad que ha-
bían adquirido frente a Plaza Italia bajo el nombre de Sociedad Masónica
Stretta Uguaglianza. Por lo tanto, su local se encontraba protegido por
las leyes civiles.

Para modificar los estatutos en lo referido al Gran Oriente de Roma,


el martillero tuvo que dividir al consejo que administraba la entidad, for-
zando una escisión en la logia. Las dos facciones, con posturas inconci-
liables, terminaron dirimiendo la controversia en los tribunales platenses,
siendo el propio Ferrando el abogado que litigó a favor de aquellos que
querían incorporarse al Gran Oriente de la calle Cangallo686.

Mientras tanto, se le cambió la cerradura a la puerta de acceso al tem-


plo de Plaza Italia para impedir que pudiera ingresar la logia de los espa-
ñoles que trabajaba de forma independiente, alquilando el lugar. Cuando
se quedaron en la calle, el venerable maestro de Renacimiento, evitando
mayores escándalos, se dirigió a los juzgados y entregó las llaves del tem-
plo masónico al juez de la causa687.

Los perdedores del litigio, entre los que se encontraba el venerable


maestro Miguel A. De Virgilio, fueron expulsados de la sociedad por
violar los estatutos688, y terminaron fundando un taller con la misma de-
nominación, que se reunía en la Zapatería Nacional de avenida 7 entre
48 y 49 patrocinado por la masonería italiana689.

Seguidamente, se buscó a todos los exintegrantes de Stretta Ugua-


glianza que habían renunciado a lo largo de los años por diferencias con
De Virgilio, y se los invitó a una reunión en el templo de La Plata Nº
80. La asamblea se efectuó el 11 de septiembre de 1897, llegándose a la

686 La Liga Liberal. La Plata. 14 de octubre de 1897. p. 3

687 Ídem.

688 La Verdad. La Plata. Junio de 1897. pp. 7 y 9

689 Revista Masónica. Buenos Aires. Julio-Agosto de 1897. p. 246

267
GABRIEL DARRIGRAN

conclusión de que se debía fundar una nueva logia, la cual se reuniría en


el templo de Plaza Italia, haciéndose cargo de la mitad de los gastos690.

El 14 de septiembre, Ferrando envió a Buenos Aires una carta don-


de afirmaba que un número considerable de masones se hallaban “en
sueño”, debido a los problemas que traía la dirección anterior de la logia
italiana, y que tenían la intención de “levantar columnas” de un nuevo
taller con el titulo distintivo de Democracia Nº 146691. La autorización
fue expedida en menos de una semana, llevándose a cabo la instalación
de Democracia el martes 21 de septiembre de 1897 en el templo de la
avenida 7, y siendo elegido para dirigirla Vicente Manteri, director de la
usina de gas de esa capital692. Su estandarte llevaba los nombres de los tres
políticos históricamente relacionados a la unificación y la democracia
representativa italiana: Cavour, Mazzini y Garibaldi.

Por último, para lograr la unión tan buscada, la logia capitular levan-
tó la declaración de “entredicho” que mantenía desde hacía dos años con
su hermana Luz y Verdad, haciendo circular en la prensa esta noticia, y
obteniendo las felicitaciones oficiales del Gran Maestre Roca693.

Para consolidar esa unión, las logias Eroi di Mentana, Democracia,


Stretta Uguaglianza, Luz y Verdad y La Plata organizaron una gran fies-
ta el día del solsticio de invierno. La noche del 24 de junio de 1898, en el
salón principal del local de la avenida 7, se realizó una ceremonia pública
en la que se instalaron las autoridades de las cinco logias, ante la pre-
sencia de numerosos invitados especiales como Faustino Jorge y Carlos
Glade. A continuación, se realizó por primera vez ante la mirada de los
vecinos una ceremonia de bautismo masónico de hijos de masones de los
talleres participantes694.

690 La Verdad. La Plata. 28 de septiembre de 1897. pp. 15-16

691 AGLA. Buenos Aires. AGLA-901. Correspondencia del 14 de septiembre de 1897.

692 Ibídem. Correspondencia del 3 de diciembre de 1897.

693 Ibídem. AGLA-915. Correspondencia del 18 de junio de 1898.

694 Ibídem. Correspondencia del 24 de junio de 1898.

268
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Finalizada la ceremonia laica, los más de 300 invitados pasaron a las


múltiples salas secundarias en las que les esperaba una cena para celebrar
el evento astronómico predilecto de los masones. Al concluir el tradicional
ágape, se preparó el salón principal de la casa para realizar un baile, que
terminó extendiéndose hasta las 3:00 de la mañana del día siguiente695.

Todo parecía ir en su curso, sin embargo, la política profana trastocó


los planes de los influyentes masones bonaerenses. En las elecciones del
10 de abril de 1898, el general Julio A. Roca había logrado volver a la
presidencia de la Nación. Esto aumentó la influencia del Gran Maestre
Rudecindo Roca y fortaleció enormemente al Gran Oriente en detrimen-
to del Supremo Consejo, debilitando a la logia capitular La Plata y las
aspiraciones de Ángel Ferrando.

Por otra parte, en esas elecciones, también había accedido al poder la


Unión Cívica, a través de su candidato a gobernador por Buenos Aires,
Bernardo de Irigoyen. Llegando los cívicos a la administración bonaeren-
se, convocaron al Dr. Luis Ricardo Fors para que sea el director interino
de la Biblioteca Pública de la Provincia de Buenos Aires, cumpliendo así
con el anhelo del erudito masón.

La logia La Plata continuó realizando eventos para mantener a los


talleres de la ciudad unidos, y el capítulo que dirigía Ferrando siguió
intentando trazar el rumbo de la masonería platense en los meses que
siguieron696.

Como en el año 1897 el gobierno de la provincia les había otorgado


personería jurídica con el nombre Sociedad Logia Masónica de La Plata,
en 1899 adquirieron una propiedad frente a Plaza Dardo Rocha para
reunirse697. Imitando a la logia Stretta Uguaglianza, que había comprado
una propiedad frente a Plaza Italia, ellos la habían adquirido en un lugar
simétricamente opuesto en el trazado. El lote tenía forma de “pentágo-

695 Ibídem. Correspondencia del 7 de julio de 1898.

696 Ibídem. Correspondencia del 26 de julio de 1899.

697 RPPBA. La Plata. Año 1899. Registro Nº 21179b. Sociedad Logia Masónica de La Plata.

269
GABRIEL DARRIGRAN

no”, con un frente de 30 metros sobre la Plaza Rocha, 20 metros sobre


el diagonal 78, y 15 metros sobre calle 60, estando la finca rodeada por
un jardín y todo su perímetro delimitado con un muro de escasa altura.

Sin embargo, ensimismados y creyéndose contar con el respaldo su-


ficiente, llegaron al límite de desafiar al Gran Oriente de Buenos Aires,
desconociendo la autoridad del Gran Maestre698. Finalmente, los diri-
gentes de la masonería, estando el Dr. Jorge de viaje por Europa, in-
tervinieron el capítulo de la logia y lo declararon sesante por reiteradas
irregularidades699. Esto significó un golpe mortal a La Plata Nº 80 que
se convirtió en una logia simbólica como el resto. Ante esto, muchos afi-
liados comenzaron a abandonarla, teniéndose que poner como venerable
maestro a Carlos Glade para mitigar el descrédito700.

Hasta ese momento las logias de la ciudad habían crecido en número


y se habían diversificado, superando distintas crisis económicas, siempre
acarreando los problemas habituales de no tener un local propio. Pero
la crisis que transitaba la ciudad a principios del siglo XX, era un mal
exclusivo de esa capital, el cual había logrado repercutir en el interior de
estas peculiares fraternidades.

La capital provincial se encontraba demasiado cerca de la capital fe-


deral y la gente prefería el bullicio de las avenidas porteñas, que la tran-
quilidad de las majestuosas calles platenses. Hasta el momento, había
sido inútil que el gobierno provincial obligara a sus empleados a residir
en La Plata, ya que los funcionarios alquilaban una casa para certificar
su residencia, y por la tarde tomaban el tren a Buenos Aires donde es-
taban sus verdaderos hogares701. Esto producía que la ciudad se encon-
trara despoblada, afectando la vida social, y siendo descripta como una
ciudad muerta. De esta manera se comenzaba a cumplir el vaticinio de
Sarmiento, que en 1882 había considerado un error fundar una ciudad

698 AGLA. Buenos Aires. AGLA-904. Correspondencia del 22 de marzo de 1900.

699 Revista Masónica. Buenos Aires. Julio de 1900. p. 175

700 AGLA. Buenos Aires. AGLA-915. Correspondencia del 12 de octubre de 1899.

701 Blasco Ibáñez, Vicente. La Argentina y sus grandezas. Madrid. Año 1910. pp. 531-532

270
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

administrativa al estilo de El Escorial y Versalles702.

Luego de dos años de trabajar para ello, el domingo 15 de octubre de


1899, el español José Belmaña había logrado relevantar la logia Renaci-
miento con nuevos integrantes. Esto se debía a que las autoridades del
Gran Oriente Nacional de España, que habían sido apresadas por el go-
bierno conservador, habían sido absueltas en octubre de 1897 y se habían
restablecido las comunicaciones703.

Los miembros de la logia quisieron festejar el día de su relevantamien-


to con un acto filantrópico, convocando a través del periódico a las fami-
lias más humildes de la ciudad para que pasaran por la mañana al templo
de Plaza Italia a recibir raciones de pan, carne y otros alimentos704. Por
la tarde, junto a todas las logias, se efectuó la ceremonia de instalación,
en la cual se le entregó el mando del taller al profesor José Domicelli;
finalizando el evento con un almuerzo fraternal705.

Sin embargo, debido a la crisis que se transitaba, pocos meses más


tarde Belmaña se muda a la localidad de San Vicente sin poder concre-
tar su sueño dorado: fundar una logia femenina en La Plata706. Con la
intención de fortalecerse, Renacimiento tomó la decisión de solicitar los
auspicios de la masonería de la calle Cangallo para poder fusionarse con
la logia Democracia Nº 146, la cual contaba con pocos afiliados y estaba
a punto de abatir columnas707. A ellos se le sumaron los masones de la
logia Renacimiento que había sido fundada en 1894 y que seguían tra-
bajando de forma independiente desde 1897. La tenida de afiliación de
los ex miembros de Renacimiento se realizó el 21 de marzo del año 1900
en el templo que Democracia tenía en la calle 57 y 15, donde funcionaba
la sucursal de la mueblería Almacén del Pino de José Galli, quien les fa-
702 El Nacional. Buenos Aires. 26 de abril de 1882. p. 1

703 Revista Masónica. Buenos Aires. 5 de abril de 1898. p. 131

704 Ibídem. Noviembre-Diciembre de 1899. p. 237

705 Ídem.

706 Ibídem. Agosto-Septiembre de 1900. p. 105

707 AGLA. Buenos Aires. AGLA-904. Correspondencia del 22 de marzo de 1900.

271
GABRIEL DARRIGRAN

cilitaba un lugar contiguo708. Finalmente, la renovada logia Democracia


quedó constituida por cuarenta y tres afiliados, que eligieron al profesor
Domicelli como venerable maestro.

La masonería platense parecía estar llegando a un punto de agota-


miento, debido a que a sus templos no concurría el suficiente número
de masones como para realizar asambleas, y mucho menos conferencias
públicas. El tiempo de las logias como centros progresistas de difusión
cultural había concluido.

Por el contrario, la Biblioteca de la provincia de Buenos Aires, dirigida


por el Dr. Luis Ricardo Fors, se había convertido en un faro de cultura y
el centro de atracción de los librepensadores más reconocidos de Argen-
tina y el mundo.

Ubicada en el 2º piso de la Legislatura bonaerense, la biblioteca se ha-


bía visto renovada desde el primer momento que el español se hizo cargo
de ella. Había intervenido en los aspectos relacionados con el edificio,
la conservación, la preservación y enriquecimiento de su fondo biblio-
gráfico, procesos técnicos, difusión de las tareas realizadas por medio
de un boletín, creación de nuevas secciones, amplitud de los horarios de
atención al público, extensión cultural, etc.709. Pero fueron las conferen-
cias dominicales que organizaba en los salones de la biblioteca, las que
le otorgaron prestigio nacional. Exposiciones semanales en donde Juan
Vucetich presentaba su innovador sistema dactilográfico, Tomás Puig
Lómez exponía sobre las instituciones de la República, Rafael Hernández
sobre la industria bonaerense, y el propio Fors sobre la obra de Miguel de
Cervantes710, reunían a los vecinos más distinguidos y animaba la vida
intelectual de la capital.

“Allí se reúne lo más selecto y más importante y culto


de la sociedad platense, desde el primer magistrado de la
provincia hasta el más modesto de los hombres de estu-

708 Ibídem. Correspondencia del 4 de abril de 1900.

709 Fernández, Stella Maris. op. cit., p. 28

710 Ibídem. pp. 143-149

272
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

dio. El señor gobernador y sus ministros, los más cons-


picuos representantes del Poder Judicial, los legisladores
de ambas cámaras, los altos funcionarios de la adminis-
tración en todas sus ramas, los técnicos de varias repar-
ticiones, el foro, las letras y, en suma, todos los hombres
de labor y de buena voluntad, acuden los domingos a la
biblioteca dando prestigio y brillantez a los actos públicos
que allí se verifican”711.

Para junio de 1902 la logia La Plata había dejado de reunirse, sin


poder conseguir quorum recién hasta marzo de 1904. En un último in-
tento por salvarla, se habían reunido los pocos afiliados que quedaban
y habían nombrado nuevamente como presidente al octogenario Carlos
Glade, último miembro fundador que quedaba712. Sin embargo, cuando
el alemán intentó convocarlos para ordenar el taller, nadie se presentó,
confirmándose que La Plata Nº 80 había dejado de existir.

Para ese momento, Luz y Verdad se encontraba en receso hacía algu-


nos meses por no poder afrontar los gastos del local que alquilaba en calle
46 entre 2 y 3713. Es por eso que, al acercarse su vigésimo aniversario,
algunos integrantes vieron la oportunidad de reflotarla y evitar que su-
friera el mismo destino que su hermana La Plata Nº 80, logrando reunir
veintinueve masones a los que se les unió Glade.

Habiendo concluido el tiempo de las logias multitudinarias, todo in-


dicaba que con el nuevo siglo los talleres masónicos de la ciudad desapa-
recerían. Sin embargo, un evento ocurrido en la ciudad de Buenos Aires,
poco tiempo atrás, sin quererlo traerá oxígeno a la masonería platense y
prolongará su vida dos décadas más. Pero esa ya es otra historia, la de la
cuarta época de la masonería platense.

711 Boletín de la Biblioteca Pública de la Provincia de Buenos Aires. La Plata. Septiembre de


1900. p. 4
712 AGLA. Buenos Aires. AGLA-915. Correspondencia del 4 de marzo 1904.

713 Ibídem. Correspondencia del 16 de octubre de 1904.

273
GABRIEL DARRIGRAN

Doc. Nº 28:

Promesa del presidente de Renacimiento Nº 328 José Domicelli.

274
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 29:

Carta del presidente de La Plata Nº 80. Año 1904.

275
Anexo

Sello del Registro de la Propiedad.


LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Logias de La Plata, Ensenada y Berisso entre 1885 - 1985

Logia Inicio Fin Asociación / Obediencia masónica

1 Luz y Verdad 1885 1916 Supremo Consejo y Gran Oriente


2 La Plata I 1885 1905 Supremo Consejo y Gran Oriente
3 Stretta Uguaglianza I 1887 1914 S. C. y G. O. - Gran Oriente de Italia
4 Federal de Maestros 1891 1905 Gran Logia Bonaerense I
5 Porvenir 1891 1905 Gran Logia Bonaerense I
6 Hijos del Universo 1892 1940 S. C. y G. O. - Gran Oriente Federal Argentino
7 Humanidad/Renacimiento I 1894 1897 Gran Oriente Nacional de España
8 Eroi di Mentana 1895 1910 Gran Oriente de Italia - S. C. y G. O.
9 Renacimiento II 1897 1900 Independiente - S. C. y G. O.
10 Stretta Uguaglianza II 1897 1904 Gran Oriente de Italia
11 Democracia 1897 1907 Supremo Consejo y Gran Oriente
12 Renacimiento III 1899 1900 Gran Oriente Nacional de España - S. C. y G. O.
13 Mariano Moreno 1903 1905 Gran Oriente del Rito Azul
14 1º de Mayo 1904 1911 G. O. del Rito Azul - S. C. y G. O.
15 Triunfo y Justicia 1905 1911 G. O. del Rito Azul - S. C. y G. O.
16 19 de Noviembre 1905 1914 G. O. del Rito Azul
17 Sol de Mayo 1905 1914 G. O. del Rito Azul - S. C. y G. O.
18 Perseverancia 1905 1906 G. O. del Rito Azul
19 Hermanos Siempre Fieles  1905 1906 Gran Oriente del Rito Nacional Argentino
20 Hermanas del Plata  1905 1908 Gran Oriente del Rito Nacional Argentino
21 Alfredo Dreyfus 1907 1915 G. O. del Rito Azul
22 Ruiz Zorrilla 1907 1914 G. O. del Rito Azul
23 Guillermo Oberdán  1908 1914 G. O. del Rito Azul - S. C. y G. O.
24 Bernardino Rivadavia 1909 1911 G. O. del Rito Azul
25 Resurgimiento 1921 1925 Gran Logia Bonaerense II - S. C. y G. O.
26 La Plata II 1974 1990 Gran Logia de la Argentina de L. y A. M.

279
GABRIEL DARRIGRAN

Templos masónicos de La Plata entre 1885 - 1900

Calle 1 numeración antigua 135 e/ 34 y 35. Alquilado a particular


[Logia Porvenir entre 1893-1900]

Suceso destacado: A partir de marzo de 1894, los días domingos comen-


zó a funcionar una escuela gratuita que impartía cursos de dibujo técnico
y matemáticas industriales a los obreros del barrio.

Calle 7 e/ 48 y 49. Propiedad de la Fábrica Nacional de Calzado [Logia


Stretta Uguaglianza II entre 1898-1899]

El lujoso local de la zapatería había sido inaugurado el 29 de julio de


1891 y era facilitado a la logia escindida por unos de sus afiliados.

Doc. Nº 30:

Cuadro que se encontraba en el templo de la calle 7 e/ 55 y 56.

280
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Calle 7 Nº 1116-1120 e/ 55 y 56. Propiedad del masón Ángel Rómulo


Ferrando [Logia La Plata I, Stretta Uguaglianza I y Democracia entre
1897-1902]
El local estaba ubicado en la sección Nº 14, manzana “F”, lote Nº 3 y
parte del Nº 6, con una superficie total de 900 m². Su dirección original
era calle 7 Nº 1116-1118. Ángel R. Ferrando era el propietario de tres
cuartas partes de los lotes de esa vereda. Finalmente, el local fue demo-
lido, inaugurándose en 1915 el Teatro San Martín, el cual fue alquilado
a un grupo de empresarios. En 1927, el propio Ferrando presenta en las
oficinas municipales un proyecto de ampliación para construir el Cine
Select, que alquilará hasta su fallecimiento en 1932. En la actualidad la
propiedad es ocupada por un templo evangelista.
Sucesos destacados: El 11 de septiembre de 1897 es fundada la logia De-
mocracia, y el 21 de septiembre es instalada. El 24 de junio de 1898 en
ocasión del solsticio de invierno se realiza el primer bautismo masónico
de carácter público.
Calle 8 numeración antigua 785 e/ 47 y 48. Alquilado a particular
[Logia Stretta Uguaglianza I, y Renacimiento I entre 1891-1894]
Calle 43 numeración antigua 521 e/ 5 y 6. Alquilado a particular [Lo-
gia Stretta Uguaglianza I, y Luz y Verdad entre 1890 y 1900]
Suceso destacado: El 21 de noviembre de 1896 el Dr. Fors dirige una
iniciación masónica de Luz y Verdad que desencadena el affaire de las
logias hermanas.
Calle 46 Nº 360 e/ 2 y 3. Propiedad del masón Hipólito Girgois / Al-
quilado a particular [Logia Luz y Verdad, 19 de Noviembre, Triunfo y
Justicia, Sol de Mayo, Guillermo Oberdán, Eroi di Mentana y Stretta
Uguaglianza I entre 1886-1889 y 1900-1915]
El 21 de agosto de 1886, el presidente de Luz y Verdad compra por
$3000 m/n el lote Nº 19 de 600 m², de la manzana “EE”, sección Nº 15,
que tenía un frente de 20 metros por 40 metros de fondo. Se trata de la
primera propiedad adquirida por una logia, cuya dirección actual es calle
2 Nº 711-717 entre 46 y 47. El lote había sido comprado originalmente

281
GABRIEL DARRIGRAN

por el vecino Juan Bottaro, quien lo había adquirido a través de las leyes
de incentivo de la población, pero al no cumplir con los requisitos tuvo
que devolverlo a la provincia.

En octubre de 1887 se comienza a construir el templo en el centro del


lote, que terminó teniendo 20 metros de largo, solventando los gastos
mediante un préstamo en el Banco Hipotecario de la provincia. Con el
permiso del propietario del lote Nº 20, que estaba vacío, se accedía al
templo por calle 46. La finca terminó siendo embargada en la crisis de
1890 y permaneció en manos del banco hasta 1900, cuando es adquirida
por el hacendado Francisco Magnano.

En el año 1900, una década más tarde de perder el lote Nº 19, deciden
alquilarle a Juan y Francisco Magnano esa propiedad, que para ese mo-
mento tenía la dirección calle 46 Nº 360 entre 2 y 3.

Los Magnano eran propietarios de un cuarto de manzana y habían ad-


quirido varios lotes entre julio de 1899 y febrero de 1902 al banco y a los
herederos de su ex socio José Luis Irazú. El lugar que se alquilaba estaba
en la sección Nº 15, manzana “EE”, en parte de los lotes Nº 19 y 20,
tenía un frente de 15 metros por 31 de fondo y contaba con un amplio
patio delantero.

Se convirtió en un importante centro de reunión de logias durante la


primera década del siglo XX, que era conocido como el Templo de Luz
y Verdad. Finalmente, el 13 de julio de 1923 la familia Magnano, me-
diante un contrato de compraventa a pagar a cinco años, se lo transmite
a la entidad The General Conference Corporation of Seventh-day Ad-
ventists. En la actualidad es un templo protestante propiedad de la Aso-
ciación Argentina de los Adventistas del Séptimo Día.

Suceso destacado: El 4 de diciembre de 1887 se colocó la piedra funda-


mental del templo ante vecinos y la prensa local (Los sucesos del siglo XX
se encuentran en el Vol. 2 de esta obra).

Calle 47 Nº 530 e/ 5 y 6. Alquilado a particular [Logia Luz y Verdad


entre 1885-1887]

282
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

El local estaba ubicado en la sección Nº 15, manzana “J”, lotes Nº 7 y


9. Se trata del primer local en el que trabajó una logia masónica, el cual
fue quemado en el año 1887. En el año 1914 la propiedad pasa a manos
de la Sociedad Conferencia de Señoras de San Vicente de Paúl, pero en
1955 es declarada de utilidad pública y expropiada por la ley provincial
Nº 11.048 para construir el actual Instituto de Previsión Social.

Sucesos destacados: El 9 de julio de 1885 es instalada oficialmente Luz


y Verdad, primera logia masónica. El 6 de junio de 1887 una comisión
presidida por Girgois sale del templo en dirección a la Legislatura para
presentar una petición a los diputados. El 24 de septiembre de 1887 el
local es destruido por vándalos anónimos, como represalia por haber
interferido en la política bonaerense.

Calle 47 Nº 749 esq. 7. Alquilado a particular [Logia La Plata I entre


1885-1890]

El local estaba ubicado en la sección Nº 4, manzana “UU”, lote Nº 15.


El lugar había sido especialmente acondicionado como templo masó-
nico, y cuando se mudaron en 1890, se convirtió en una entidad ban-
caria. Esto contradice la creencia popular de que la logia se reunía en
la sede del Banco Constructor de La Plata. En la actualidad funciona
un local comercial y frente a éste, en la ochava que forma el jardín del
Rectorado de la UNLP, una placa da testimonio de la presencia actual
de la masonería.

Sucesos destacados: El 16 de agosto de 1885 es instalada oficialmente La


Plata Nº 80, siendo sus autoridades el juez Langenheim, el ingeniero Be-
noit y el escribano Becker. El 10 septiembre de 1886 se realiza la primera
ceremonia masónica fúnebre por el deceso del juez de la Corte Suprema
Onésimo Leguizamón. Durante los días domingos del año 1888 funcio-
nó una escuela de matemáticas y contabilidad, y una escuela mixta para
niños, promovidas por la logia. En febrero de 1889 la actriz española Ga-
briela Romeral es admitida para presenciar una asamblea masónica. En
abril de 1889, en una reunión con familiares es presentado el estandarte
oficial de la logia traído desde Europa.

283
GABRIEL DARRIGRAN

Calle 53 Nº 654-656 esq. 8. Propiedad del masón Faustino Jorge [Lo-


gia La Plata I entre 1890-1897]

La propiedad estaba ubicada en la sección Nº 3, manzana “NN”, lote


Nº 12. Su dirección original era calle 53 Nº 652 y calle 8 Nº 1001. El
edificio fue demolido en el siglo XX, y en la actualidad es ocupado por
un local comercial y casas particulares. Aunque la creencia popular afir-
ma que la logia se encontraba en la esquina de la Secretaría de Derechos
Humanos, se trata de un error.

Sucesos destacados: En el mes de julio de 1890 el templo es acondicio-


nado como hospital ante los sucesos revolucionarios de Buenos Aires,
siendo el centro de operaciones de un cuerpo masónico de socorristas. En
septiembre de 1890 se efectuó la primera conferencia abierta al público y
anunciada en el periódico, por parte de una logia.

Calle 55 numeración antigua 536A e/ 5 y 6. Alquilado a particular


[Logia Stretta Uguaglianza I y Renacimiento I entre 1892-1895]

Sucesos destacados: El 28 de marzo de 1894 se funda la logia Humani-


dad y el 18 de noviembre de 1894 se instala Renacimiento.

Calle 55 Nº 942-946 e/ 13 y 14. Propiedad del masón Enrique de Santa


Olalla. [Logia Federal de Maestros, Porvenir, Hermanos Siempre Fieles y
Hermanas del Plata entre 1891-1909]

La propiedad estaba ubicada en la sección Nº 1, manzana “XX”, lotes


Nº 3, 4 y 6, con un frente de cuarenta metros por la calle 55 y cuarenta
metros por la calle 14. Había sido comprada por Santa Olalla en 1883
desde Buenos Aires al fisco de la provincia. La finca contaba con una
vivienda en la esquina de calle 55 y 14 y un local sobre calle 55 que había
sido construido con las especificaciones de la época para que funcionara
una institución educativa. Su dirección actual es calle 55 Nº 942-946 y
calle 14 Nº 1102-1118, manteniéndose en pie solo la ochava.

284
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Sucesos destacados: El 1 de diciembre de 1891 es fundada la Gran Logia


Bonaerense. El 22 de mayo de 1892 el senador Rafael Hernández realiza
una conferencia sobre la existencia de dios y el alma. En el mes de marzo
de 1893 es fundada la Facultad Científica.

Calle 57 Nº 997 e/ 14 y 15. Propiedad del masón José Galli [Logia De-
mocracia y Sol de Mayo entre 1900-1904]

El lote era el Nº 1 de la manzana “NN”, sección 1. En la esquina de 57


y 15 funcionaba la sucursal de la mueblería Almacén del Pino de Galli,
presidente de Democracia Nº 146, y el templo se ubicaba en un lateral
por calle 57. En la actualidad el frente del lugar donde se reunían se en-
cuentra intacto.

Suceso destacado: (Los sucesos del siglo XX se encuentran en el Vol. 2


de esta obra).

Diag. 74 esq. 10. Alquilado a particular [Logia Stretta Uguaglianza I, y


Luz y Verdad entre 1888-1889]

Se desconoce la ubicación exacta del lugar en que se reunían, no pu-


diéndose descartar que fuese un lugar vinculado con el Teatro Olimpo,
actual Coliseo Podestá.

Diag. 77 Nº 673 esq. Plaza Italia. Propiedad de la Sociedad Masónica


Stretta Uguaglianza [Logia Stretta Uguaglianza I y II, Renacimiento I,
II y III, Democracia, Mariano Moreno, Triunfo y Justicia, Sol de Mayo,
19 de Noviembre y Guillermo Oberdán entre 1895-1915]

El lote de la logia era el Nº 3 de la manzana “HH”, sección 12, tenien-


do una superficie de 1200 m², y su dirección original era Diag. 77 Nº
667. El lote tenía forma de pentágono, con un frente de cincuenta me-
tros sobre la Plaza Italia y cincuenta metros sobre el diagonal 77. Com-

285
GABRIEL DARRIGRAN

prado en 1895 por iniciativa de Ángel De Virgilio como presidente de


la Sociedad al señor Arzeno Casado, en 1906 comenzó a ser loteado
para cubrir deudas. En su mayoría son comprados por el vecino Enri-
que Abella, hermano de la feminista María Abella de Ramírez, quien
en 1913 se los transmitió a su hijo, el concejal y director de la asistencia
pública Enrique Abella. En la actualidad en el espacio que ocupaba la
propiedad se encuentra una estación de servicios y la Asociación Pro
Rehabilitación Infantil La Plata. Esta última ocupa ese inmueble gra-
cias a Enrique y Jorge Abella Muguenza, distinguidos filántropos y
médicos platenses.

Sucesos destacados: El 10 de febrero de 1896 es iniciada en la masonería


la señora María de Buzzoli con el objetivo de fundar una logia de muje-
res. El 1 de marzo de 1896 es fundado el capítulo escocista Evolución. El
15 de octubre de 1899 es refundada la logia Renacimiento y se realiza un
acto filantrópico para los pobres de la ciudad. (Los sucesos del siglo XX
se encuentran en el Vol. 2 de esta obra).

Plaza Dardo Rocha Nº 105-123 e/ 60 y Diag. 78. Propiedad de la


Sociedad Logia Masónica de La Plata [Logia La Plata I entre 1899-1922]

El lote de la logia era el Nº 4 de la manzana “QQ”, sección 11, teniendo


una superficie de 600 m², y siendo su dirección original Plaza Dardo
Rocha Nº 634. La propiedad fue adquirida por el presidente de la Socie-
dad, Ángel R. Ferrando en agosto de 1899 a Augusto P. Portes y Gastón
Nogués, representantes de la sucesión de Celina Legios. A pesar de que
La Plata Nº 80 ya no existía, Ferrando siguió administrando su perso-
nería jurídica durante dos décadas, y el 22 de septiembre de 1922 com-
pró la propiedad al último presidente de la Sociedad, Eleuterio Regino
Mendoza –quien también era su socio– con un pacto de retroventa a tres
años, sin intereses ni compensación. La propiedad perteneció a Ferrando
hasta su muerte en 1932 y a sus hijos hasta la segunda mitad del siglo. En
la actualidad se encuentra ocupado por un taller y locales comerciales,
estando a escasos metros de la Biblioteca de la UNLP.

286
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Afiliados de la logia Luz y Verdad Nº 79 en 1885


Nº Ingreso Nombre y Apellido Profesión Nacionalidad
1 1885* Hipólito Girgois Drogista Francés
2 1885* Pascual Airomi Herrero Italiano
3 1885* Pedro Alagna Panadero Italiano
4 1885* Esteban Bianco Albañil Italiano
5 1885* Alberto Conosciuto Comercio Italiano
6 1885* José Delmás Carpintero Chileno
7 1885* Juan Guchurrat Comercio Francés
8 1885* Jorge Maull Comercio Inglés
9 1885* Francisco Millet Comercio Francés
10 1885* Antonio Ortelli Albañil Italiano
11 1885* Luis Perissé Empleado Francés
12 1885* Teodoro Rorbye Sastre Suizo
13 1885* Narciso Specos Pintor Italiano
14 1885* Felipe Perichón y García Inspector Uruguayo
15 1885* Abdrés Ciganda Comercio Español
16 1885* Domingo A. Romeo Librero Italiano
17 1885* Carlos Rappi
18 1885* Tomás Mayor
19 1885* Aurelio Castro
20 1885* Moisés Paggi
21 1885* Carlos Torreta
22 1885* José Matignone
23 1885* José Candido
24 1885* Benvenuto Piazza
25 1885* Fortunatto Massa
26 1885* Manuel Guerrero
27 1885* José Guerrero
28 1885 Pedro Abadie Comerciante Francés
29 1885 Julio Abbate Carpintero Italiano
30 1885 Benito Arévalo Peluquero Argentino
31 1885 Antonio Arros Comercio Francés
32 1885 Bartolomé Bolla Comercio Italiano
33 1885 Pedro Brieux Empleado Francés
34 1885 José Figueroa Emp. Correos Argentino
35 1885 Rafael Galli Talabartero Italiano
36 1885 Aníbal Gallo Comercio Italiano
37 1885 Pedro Jacobsen Fabricante Carrozas Dinamarqués
38 1885 José Jaén Carpintero Español
39 1885 Félix Lara Rematador Italiano
40 1885 Emilio Maggi Comercio Italiano
41 1885 Carlos Marelli Comercio Italiano
42 1885 Pedro Mosto Negociante Italiano
43 1885 Agustín Muñoz Cabrera Insp. de Rentas Argentino
44 1885 Pedro Noceda Comercio Italiano
45 1885 Juan Olsen Pintor Dinamarqués
46 1885 Pedro Parodi Comercio Italiano
47 1885 Pedro C. Payró Médico Argentino
48 1885 Juan Podestá Comerciante Italiano
49 1885 Serafín Raffetto Comerciante Italiano
50 1885 Miguel Sormani Carpintero Italiano
51 1885 Miguel Szelagonshi Sastre Polaco
52 1885 Carlos Stahlfest Empleado Dinamarqués
53 1885 Bautista Tentori Carpintero Italiano
54 1885 Carlos Trousseville Carpintero Francés
55 1885 Mauricio Voyer Empleado Francés
* Fundador de la logia.

287
GABRIEL DARRIGRAN

Afiliados de la logia La Plata Nº 80 en 1885

Nº Ingreso Nombre y apellido Profesión Nacionalidad Presidente

1 1885*1 Manuel H. Langenheim*2 Juez Argentino 1885-1887 / ad vitam


2 1885*1 Faustino J. Jorge*2 Juez Argentino
3 1885*1 Emilio del Valle Abogado Argentino 1887-1889 / 1890
4 1885*1 Felipe A. Becker Escribano Argentino
5 1885*1 César S. Langenheim*2 Escribano Argentino 1897 Interino
6 1885*1 Carlos A. Fajardo Juez de Paz Argentino
7 1885*1 Diego J. Villafañe Escribano Argentino
8 1885*1 Juan A. Carbonell Procurador Uruguayo
9 1885*1 Saturnino Perdriel Contador Argentino
10 1885*1 Pedro Benoit Ingeniero Argentino
11 1885*1 Arnold L. Nillus Ingeniero Francés
12 1885*1 Vicente Isnardi Ingeniero Argentino
13 1885*1 Carlos Glade*3 Agrimensor Alemán 1899-1901 / 1904 Int.
14 1885*1 José Porret Constructor Argentino
15 1885*1 José María Giménez Comercio Argentino
16 1885*1 Desiderio Álvarez Comercio Uruguayo 1891-1892
17 1885*1 Idelfonso Medina Comercio Español
18 1885 Arturo Mom Escribano Argentino
19 1885 Pedro Bernatet Escribano Argentino
20 1885 Juan Dillon (hijo) Contador Argentino
21 1885 Adolfo Miranda Naón Juez Argentino
22 1885 Edward T. Puleston Corredor Inglés
23 1885 Julián Barraquero Abogado Argentino
24 1885 Vicente R. Jordán Emp. teatral Español 1891 Int. / 1893-1894
25 1885 José María Niño Periodista Argentino
*1 Fundador de la logia.
*2 Gran Maestre de la masonería nacional.
*3 Representante en Argentina de una asociación masónica extranjera.

Fundadores de la logia Stretta Uguaglianza Nº 76 en 1889

Nº Ingreso Nombre y apellido Observaciones

1 1887-89 Gerónimo Montali Fundador de 1º de Mayo, y Triunfo y Justicia


2 1887-89 Pío Rossi
3 1887-89 Juan Migliora
4 1887-89 Carlos Vignoli
5 1887-89 José M. Sánchez
6 1887-89 Fernando Tomasini
7 1887-89 Luis Schezzini

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LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 31:

El documento más antiguo que se conserva de La Plata Nº 80.

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GABRIEL DARRIGRAN

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LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

291
GABRIEL DARRIGRAN

292
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Cuerpo Masónico Protección a los Heridos en 1890

Estado Mayor – Jefe honorífico: Manuel Langenheim; Primer jefe: Eduar-


do Ves y Losada; Segundo jefe: Félix Chiolo; Secretario general: Ángel R.
Ferrando.

1º grupo de socorristas – Primer comandante: Joaquín Sesé; Segundo


comandante: Juan Graci; Cabos: Alberto G. Dillon, Isidro Solá, Mateo
Rismondi y Luis de Causandier.

2º grupo de socorristas – Primer comandante: Carlos Scechi; Segundo


comandante: Emmanuel Bouquet; Cabos: Carlos Basillo Rodrigo, Juan A.
Carbonell, Vicente R. Jordán, Esteban Ferrari, José Ragognetti y Santiago
Ferrario.

3º grupo de socorristas – Primer comandante: Antonio Orselli; Segundo


comandante: Aquiles del Broco; Cabos: Julio Marchessotti, Julio Pérsico, Ju-
lio Mainini, Virgilio Manzoni, Constante Cremanini y Alberto Conoscinto.

4º grupo de socorristas – Primer comandante: Carmelo Carcio; Segundo


comandante: Guillermo Ghirelli; Cabos: Antonio de Santo, Pascual Al-
vanni, Francisco Banvicino, Domingo Picardi, Ernesto Bellini y Gerónimo
Montali.

Cuerpo médico – Jorge B. Gorostiaga, Esteban Molla Catalán, Ro-


berto Alexander, Felipe Cía, Pililiano S. Boado, Arturo Domínguez,
Alejandro Bavoli, Pedro C. Payró, Pedro Camaña y Ángel Valania.

Fundadores de la logia Hijos del Universo Nº 113 en 1892

Nº Ingreso Nombre y apellido Observaciones

1 1892 Vicente Picarelli Fundador del Triángulo H. del Universo


2 1892 Francisco Espósito Fundador del Triángulo H. del Universo
3 1892 Julio Gianni Fundador del Triángulo H. del Universo
4 1892 Vicente Calzetta Fundador de Bernardino Rivadavia
5 1892 José Volpe
6 1892 Pedro Belmondo
7 1892 Juan Simonassi

293
GABRIEL DARRIGRAN

Fundadores de la logia Renacimiento Nº 328 en 1894

Nº Nombre y apellido Nom. Simbólico Profesión Observaciones

1 José Belmaña Barcelona Tasador Fundador Fed. de Maestros


2 Carlos Vignoli Vulcano Herrero
3 Juan Gironella Gerona Comercio
4 Dalmiro Taborda Quinteros Empleado
5 Mariano Sampayo Méndez Núñez Comercio
6 Antonio de Cuenca Murillo Pintor
7 Víctor Widner Paysandú Empleado
8 Jesús Gonzales Cordero Pontevedra Empleado
9 Juan M. García Radical Empleado
10 Luis Schiaffino Cosenza Relojero
11 José Castells Gracia Carpintero
12 Atilio Verzura Génova Empleado
13 Pedro Borja Viriato Comercio
14 José Barbero Montevideo Empleado
15 Enrique Ferrandiz Madrid Peluquero
16 Tomás Yrague Pamplona Comercio

Fundadores de la logia Eroi di Mentana Nº 414 en 1895

Nº Ingreso Nombre y apellido Nacionalidad

1 1895 Luigi Pocai Italiano


2 1895 Giuseppe Comaschi Italiano
3 1895 Giuseppe Nobile Italiano
4 1895 Eduardo Pichio Italiano
5 1895 Césare Paglianini Italiano
6 1895 Antonio Tagliabne Italiano
7 1895 Giovanni Larson Alemán
8 1895 Paolo Aguaviva Italiano
9 1895 Giuseppe Chiaverta Italiano
10 1895 Salvatore Tesorieri Italiano
11 1895 Reginaldo Canaletti Italiano
12 1895 Giovanni Delug Italiano
13 1895 Vizenso Gronda Italiano

294
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Fundadores de la logia Democracia Nº 146 en 1897

Nº Ingreso Nombre y apellido

1 1897 Vicente Manteri


2 1897 Enrique Raimondi
3 1897 Eduardo Blotto
4 1897 Primo Mainetti
5 1897 José Ferrario
6 1897 Luis Ponsetti
7 1897 Luis Isabella
8 1897 José Maróstica
9 1897 Antonio Gardella
10 1897 Carlos Palenzona
11 1897 Alfonso Capetto
12 1897 Juan Drago
13 1897 Juan Berteletti
14 1897 Felipe Durán
15 1897 Félix Giraudo

Principales adherentes a la Gran Logia Bonaerense 1891 - 1926

Amar, Elías: Nacido en 1875 y de profesión procu-


rador, fue un importante miembro de la colectividad
sirio-libanesa. Fue dueño de La Gaceta Árabe, primera
publicación en castellano de esta colectividad, distri-
buida entre la década del veinte y del treinta. Con el
nombre simbólico Gambetta, había obtenido el grado
33 en Brasil, donde fundó distintas logias. También for-
mó parte del Gran Consejo General Ibérico de Isidro
Villarino (GCGI). En Argentina fundó las logias Juventud Siria y Estrella
del Líbano, que primero trabajaron bajo los auspicios de la masonería de
la calle Cangallo y luego de la asociación masónica fundada por Francis-
co Gicca. Intervino activamente en la refundación de la Gran Logia Bo-
naerense durante la segunda década del siglo XX, llegando a ser su Gran
295
GABRIEL DARRIGRAN

Maestre. Durante su presidencia, en 1921, autorizó la fundación de la logia


Resurgimiento de La Plata, que al año siguiente pidió los auspicios del Su-
premo Consejo y Gran Oriente.

Belmaña, José: De origen español, era profesor de mú-


sica y canto. En Buenos Aires fundó la escuela noctur-
na Orfeón Argentino en 1864, y en Córdoba el primer
conservatorio en 1871. Como compositor, en 1864 pu-
blicó el Álbum Musical que contenía la polka-mazurka
La Bella Argentina, de su autoría. Se mudó a la capital
bonaerense en el año 1888 desde la ciudad de Balcarce.
En La Plata trabajó como valuador de la Dirección de
Rentas. En 1893 fue uno de los socios fundadores de la sociedad de socorro
mutuo Unión Española. En la Gran Logia desempeñó el cargo de vicepre-
sidente de la cámara legislativa y venerable maestro de la logia Federal de
Maestros. Una vez fuera de esta asociación fundó la logia Humanidad, que
luego se llamó Renacimiento. Por su amistad con Eduardo Caballero de
Puga, secretario del Gran Oriente Nacional Español, fue designado delega-
do de esa institución europea en Argentina entre los años 1895 y 1903. En
el año 1900 se mudó al pueblo de San Vicente donde fundó la logia Fideli-
dad Nº 345. Tras su muerte, fue imputado por el Tribunal Especial para la
Represión de la Masonería y el Comunismo del régimen franquista, bajo el
delito de “pertenencia a la masonería” (Ver el Doc. Nº 32).

Blanco Grajales, Aurelio: Nacido en España en 1846,


fue abogado, periodista y político republicano. Durante
muchos años presidió la logia Puritana Nº 1, teniendo
como nombre simbólico Danton. Fundó los periódicos
La Revolución y La Antorcha Valentina, y en 1895 fue
electo diputado provincial de Valencia. En 1892 la Gran
Logia de La Plata le remitió una copia de su constitución
como prueba de la libertad que la masonería tenía en la
República Argentina (Ver el Doc. Nº 33). Fue miembro honorario de la
asociación platense y de la Facultad Científica, mientras era funcionario
del Ayuntamiento de Valencia. Murió en 1939 al finalizar la guerra civil
española, siendo enterrado en una fosa común.

296
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 32:

Solicitud de antecedentes masónicos de José Belmaña. Año 1958.

297
GABRIEL DARRIGRAN

Burguete, Salvador: Político republicano español relacionado al librepen-


samiento y a las asociaciones anticlericales denominadas Giordano Bruno.
Junto al distinguido político Vicente Blasco Ibáñez militó en el Partido
Republicano de Valencia, y junto a Blanco Grajales integró la logia Purita-
na Nº 1. Fue nombrado miembro honorario de la Gran Logia Bonaerense
en 1895 por haber sido excomulgado por el cardenal Sancha, debido a su
militancia anticlerical.

Capdevila Maella, Pío: De profesión telegrafista, desempeñó durante al-


gunos años el cargo de inspector nacional de escuelas. En la institución
platense formó parte de la logia Federal de Maestros, presidió el Supremo
Consejo Ecléctico y fue inspector general de la delegación sudamericana en
La Plata del GCGI.

Casas Laborde, Carolina Simona: Nacida en Buenos


Aires en el año 1845, hija de los españoles José Casas
y Úrsula Laborde. Fue colaboradora con el seudónimo
“Sofía” para múltiples revistas y periódicos, entre ellos:
Las Dominicales del Libre Pensamiento de Madrid; La
Libertad y El Intransigente de Montevideo; La Concien-
cia Libre de Paysandú; El Argentino Masónico, La Liga
Liberal, La Tolosana y Nosotras de La Plata, y El Fascio
Masónico, El Oriente, Revista Masónica y Regeneración de Buenos Aires.
Considerada la primera feminista platense, fue en 1889 la primera vecina
en asistir a un congreso internacional de librepensadores en Europa. Formó
parte de la logia 8 de Marzo de Buenos Aires y de la logia Porvenir de
La Plata, convirtiéndose en la primera mujer platense en dirigir un taller
masónico. Finalmente falleció en esa ciudad el 3 de junio de 1912, tres años
más tarde que su esposo.

Castellanos, Ricardo: (1881-1945). Poeta, escritor y periodista, pertene-


ció a distintos centros progresistas como Acción Laica y el Ateneo Liberal
Argentino. Con 30 años fue iniciado en la logia 19 de Noviembre del Rito
Azul, en la que llegó a ser su secretario. Ya viviendo en Buenos Aires, fue
uno de los fundadores de la Gran Logia Nacional Argentina, institución en
la que obtuvo el grado 33, para luego afiliarse al taller Lazo de Unión de la

298
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Gran Logia Bonaerense, en el cual adoptó el nombre simbólico Francisco


de Miranda. Fue dirigente del Gran Oriente Federal Argentino, y en 1933
dirigente de la Gran Logia de la calle Cangallo. También fue delegado en
Argentina del Gran Oriente de México.

Castro, Domingo: Comerciante platense, fue uno de los compiladores del


censo general de la provincia del año 1895. Desempeñó el cargo de secre-
tario canciller de la asociación y secretario de la delegación en La Plata del
GCGI.

Daveréde, Honorio: Abogado y diplomático. Mientras era el presidente de


la logia Estrella del Desierto de Lavalle en 1888, fue uno de los terratenien-
tes fundadores de la colonia agrícola que se convirtió en la localidad bo-
naerense Juan Bautista Alberdi. Durante la segunda presidencia del general
Julio A. Roca fue el cónsul argentino en Paraguay. En la asociación de La
Plata fue su primer secretario de relaciones exteriores.

Dorrego, Manuel: De profesión procurador, fue colaborador en la publi-


cación platense La Ilustración Nacional, junto al Dr. Uriburu. Formó parte
de la asamblea constituyente de la Confederación de Logias en 1891, inte-
gró la logia Federal de Maestros, el Tribunal de Justicia de la Gran Logia
y la delegación en La Plata del GCGI. A su vez formó parte del capítulo
Evolución de la logia platense Renacimiento.

Fonteynes, Louis: De familia de origen francés, desde


1882 trabajó para el periódico La Prensa de Buenos Ai-
res, fue director de la revista La Acacia: Revista general
de la masonería en la América del Sud, que se publicó
entre 1880 y 1891; director de El Heraldo de Almirante
Brown y de La Unión de Lomas de Zamora fundado en
1899. Su padre había pertenecido a la logia L’ Amie des
Naufragés, fundada en 1852 y auspiciada por el Oriente
de Francia, donde había sido adoptado como loweton, y posteriormente,
iniciado en 1873. Desde su incorporación fue un activo militante en la
prensa, teniendo la idea de que la masonería debía publicitarse a través de
ese medio, lo que le costó más de un problema. En 1885 llegó a ser el ve-

299
GABRIEL DARRIGRAN

nerable maestro de la logia Egalitè Humaniè. Fue secretario del Supremo


Consejo de la calle Cangallo, donde obtuvo el grado 32, para luego ser
uno de los fundadores de la Gran Logia Bonaerense. En esta institución
desempeñó el cargo de inspector general de logias y formó parte de la Gran
Cámara Areopágica Argentina Nº 1 de La Plata del GCGI, donde obtuvo
el grado 33. En diciembre de 1894, recibió la Gran Estrella del Mérito,
condecoración del GCGI. Durante el siglo XX, será empleado de correos y
telégrafos, y dirigirá un estudio jurídico-comercial en Lomas de Zamora.
Finalmente falleció en 1923.

Fors, Luis Ricardo: (1843-1916). Nacido en España y de


profesión abogado, vivirá en Francia, Italia, Cuba, Para-
guay, Uruguay y Argentina. En La Plata fue el abogado
del viceconsulado español, fue fundador de la asociación
y el periódico La Liga Liberal, y fue el director de la Bi-
blioteca Provincial entre 1898 y 1907. En esta última
creará las lecturas dominicales dirigidas a los vecinos de la
ciudad, que luego se convirtieron en conferencias donde
exponían reconocidos intelectuales de la época. Miembro honorario de dis-
tintas logias argentinas, fue un gran crítico de los masones platenses, quienes
lo hostigaron por sus ideas reformistas. Miembro honorario de la Gran Logia
Bonaerense y de su Facultad Científica, hacia finales del siglo XIX se asoció
con Santa Olalla y Puig Lómez para impulsar un “rito simbólico argentino”
en las logias de la región. En 1911 se radica en Quilmes, manteniendo su lu-
gar de trabajo en La Plata. Gracias a las adquisiciones realizadas en su gestión
y a donaciones realizadas por su parte, hoy en día, la Biblioteca de la UNLP
cuenta con una de las colecciones cervantinas más importantes del mundo, y
es la segunda biblioteca pública argentina en volumen bibliográfico y heme-
rográfico masónico, después de la Biblioteca Nacional.

García Vieyra, Gregorio: Durante su participación en esta asociación ma-


sónica, era el interventor del telégrafo de la provincia de Buenos Aires. En
el año 1909 fue vicepresidente del Monte de Piedad Municipal, en 1912
director del Ferrocarril Provincial y en 1917 presidente del Consejo Delibe-
rante de La Plata. Formó parte de la logia Federal de Maestros y llegó a ser
presidente del Tribunal de Justicia de la asociación.

300
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Guitarte, Manuel: Escribano público de Olavarría. Durante su presiden-


cia, en 1893, la logia Obreros del Sur de Olavarría se incorporó a la Gran
Logia Bonaerense, permaneciendo hasta el año 1900. Fue miembro del
Supremo Consejo de La Plata y de la delegación sudamericana del GCGI.
En la asociación llegó a ser inspector general de logias en el interior de la
provincia de Buenos Aires; desde este cargo, en 1895, fundó la logia Abne-
gación de la localidad de Coronel Suárez, la cual estuvo bajo el patrocinio
de esta institución hasta 1897.

Hartkopf, J. Brün: De origen alemán, fue litógrafo del taller de impresio-


nes del Museo Provincial de La Plata desde el año 1891. En 1895 fue electo
venerable maestro de la logia Federal de Maestros. Formó parte del Supre-
mo Consejo y fue el tesorero general de la Gran Logia y de la delegación
del rito del GCGI.

Jorge, Faustino J.: (1846-1908). De profesión abogado,


y de familia portuguesa, desde muy joven estuvo vincu-
lado a la política. Fue en 1873 diputado provincial; hasta
1881 jefe de la oficina de estadística de la provincia, y
hasta 1883 presidente del Ferrocarril Oeste. Fue uno de
los jurados del concurso internacional que eligió los pro-
yectos para los edificios públicos de La Plata. Entre 1883
y 1884, fue ministro de gobierno y hacienda de Rocha.
Con 38 años es nombrado por el gobernador D’Amico vocal de la Suprema
Corte bonaerense, la cual llegará a presidir en 1887. Fue iniciado en la maso-
nería en la logia Caridad en el año 1868. Participó de la fundación de centros
como el Instituto Geográfico Argentino, el Patronato de la Infancia, y en
1885 fue uno de los fundadores de la logia La Plata Nº 80. Al pedir su retiro
del Supremo Consejo y Gran Oriente en 1891, fue uno de los ideólogos de
la Gran Logia Bonaerense, hasta que fue persuadido de volver a la masonería
de la calle Cangallo. En 1892 se le otorgó el grado 33 del rito escocés y fue
electo Gran Maestre por un quinquenio; pero, por razones de salud termi-
nó renunciando en marzo de 1894. Será la máxima autoridad del Supremo
Consejo durante varios períodos, desde donde protegió los intereses del Dr.
Rocha en los círculos liberales. En 1901 volvió a ser electo Gran Maestre del
Gran Oriente, cargo al que accederá su hijo Enrique doce años más tarde.

301
GABRIEL DARRIGRAN

Gravemente enfermo de diabetes, en noviembre de 1907, redactó su testa-


mento en presencia de Dardo Rocha y, en mayo de 1908, solicitó se le prac-
ticara un procedimiento eutanásico. Su carroza fúnebre recorrió las calles de
Buenos Aires hasta el cementerio de La Recoleta decorada con los emblemas
de la masonería, seguida por múltiples comisiones de logias y los niños del
Patronato de la Infancia sosteniendo una corona con la leyenda “A nuestro
protector”. Entre los asistentes al cementerio, destacó el fundador de La Plata,
quien pronunció un discurso resaltando la antigua y estrecha amistad que
los unía. En la actualidad una calle de la localidad de Tigre lleva su nombre
homenajeando a su antiguo vecino.

Martínez, Félix: Comerciante de la localidad de Bragado, presidió la logia


General San Martín que años antes había fundado Hipólito Girgois. For-
mó parte del Supremo Consejo de La Plata, como también de la delegación
del GCGI. Bajo su presidencia, la referida logia envió una extensa carta
al español Salvador Burgete, en apoyo a su excomunión. Actualmente esa
carta se encuentra en el Centro Documental de la Memoria Histórica de
Salamanca, en el dosier con el título “Conspiraciones contra la Iglesia”
confeccionado por el régimen franquista.

Mendiharat, J. B.: Obrero platense de origen francés, iniciado en la logia


Porvenir en junio de 1894. Junto a Carolina Casas de Santa Olalla, en
1896 participará de la revista literaria La Tolosana, dirigida a la clase obrera
platense.

Moisá, Fermín: Fundador de El Centenario, primer periódico de la locali-


dad de General Madariaga y dueño de El Argentino, la primera imprenta
de esa localidad. Fue el segundo vigilante de la logia Libre Pensamiento de
Chascomús que se fundó en 1893 con el patrocinio de la asociación platen-
se; a su vez, formó parte de los legisladores de la Gran Logia Bonaerense.

Molins, Miguel: Citado algunas veces como Molina, no se poseen abun-


dantes datos sobre el tercer Gran Maestre de esta asociación. En 1893 fue
uno de los socios fundadores de la sociedad de socorro mutuo Unión Espa-
ñola de La Plata, junto a José Belmaña. Fue miembro del Poder Legislativo
de la asociación, fue fundador y segundo vigilante de la logia Isidro Villa-

302
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Doc. Nº 33:

El documento más antiguo que se conserva de la Gran Logia Bonaerense.

303
GABRIEL DARRIGRAN

304
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

rino de Buenos Aires, para luego, en 1895, ser su presidente. Junto a Santa
Olalla publicó el periódico titulado La Masonería del Porvenir en 1897.

Moser Giner, José: De familia de origen sirio y nacido


en la ciudad española de Alcoy en junio de 1864, de jo-
ven había sido hermano lego de un convento, estando
encargado de tareas manuales y asuntos seculares. Con
múltiples oficios, llegó a trabajar de comisionista, fundi-
dor y electricista. Con el nombre simbólico Garibaldi, fue
iniciado en 1885 en la logia Constante Alona de la ciudad
de Alicante, perteneciendo a más de cinco logias. Para el
año 1893 ya contaba con el grado 33 y era el delegado de la región de Valencia
del GCGI. Se encontraba casado con la librepensadora y masona Trinidad
Ribelles, con quien tuvo tres hijos: Hiram, Acacia y Trinidad Progreso, todos
ellos iniciados en la logia española Radical Nº 221. En febrero de 1910, junto
a su familia, llegó a la República Argentina. Aquí formará parte de la Liga
del Libre Pensamiento junto a su hija Acacia, quien llegó
a ser una reconocida librepensadora, y a Eugenio Pérez
Choza, estando a cargo de la organización del congreso
panamericano de esta asociación liberal. Fue el delega-
do para Sudamérica del Rito Nacional Español de Isidro
Villarino. Con Elías Amar formó parte de los masones
grado 33 que refundaron la Gran Logia de La Plata tras
la muerte de Santa Olalla. En 1921 con su hijo Hiram y
otros masones de la colectividad siria, constituyó la logia Lazo de Unión Nº
1 de Sáenz Peña. Como secretario de la asociación platense autorizó la funda-
ción de la logia Resurgimiento de La Plata en 1921. En el año 1928 fue electo
Gran Segundo Vigilante de la masonería de la calle Cangallo.

Muñoz, Margarita Práxedes: Nacida en Lima en el


año 1848, fue escritora, filósofa positivista, novelista,
la primera mujer en recibirse de “Bachiller en Ciencias”
del Perú y una de las primeras mujeres en estudiar me-
dicina en Latinoamérica. Al llegar a Argentina se con-
vierte en una de las referentes intelectuales de los perua-
nos en el exilio. En Buenos Aires, perteneció a la logia

305
GABRIEL DARRIGRAN

de adopción de señoras 8 de Marzo junto con Carolina de Santa Olalla.


Asidua conferencista en logias masónicas, en noviembre de 1896, Enrique
de Santa Olalla la nombra obrera honorífica de la asociación masónica pla-
tense. Según sus biógrafos, mantuvo correspondencias durante años con el
pedagogo. Fallece en Buenos Aires en 1909.

Orfali, Miguel: Nacido en 1891, era empresario e importador textil de


las ciudades de Buenos Aires y Rosario. Había ingresado en la masonería
en Egipto, habiendo trabajado en logias de Inglaterra y Estados Unidos.
Poseía el grado 33 y el nombre simbólico Saladino. Perteneció a la Gran
Logia Bonaerense durante el siglo XX, estando afiliado a la logia Lazo de
Unión Nº 1.

Panizza, Luis: De profesión educador, llegó a ser integrante del Supremo


Consejo de La Plata y presidente de la logia Perseverancia de la localidad
bonaerense de Pigüé.

Pérez Choza, Eugenio: Periodista y contador públi-


co, nació en La Coruña en 1858. Llegó a la República
Argentina en 1894, luego de vivir en distintos países la-
tinoamericanos. Colaboró en revistas argentinas como
Cadena de Unión, Esotérica y La Acacia, y fue director
de periódicos de propaganda liberal y anticlerical como
La Unión Liberal, La Fe, Evolución, El Azote y La Can-
tárida, pero fue su publicación El Infierno la que le
provocó la excomunión por el arzobispo de Buenos Aires. Con el nombre
simbólico Hércules, tuvo un rápido ascenso en la masonería española. En
1893 el Gran Consejo Ibérico le concederá los grados 33, 90 y 95 de su
rito, luego de colaborar en la fundación de un banco masónico. Fue un
importante miembro de la Gran Logia Bonaerense con el grado 33 del rito
científico ecléctico, en 1893 es nombrado su representante en Uruguay y
Paraguay. En abril de 1894 funda en Buenos Aires la logia Isidro Villarino,
en homenaje a este republicano español. Posteriormente fue representante
en Argentina del Gran Oriente Nacional Español hasta su incorporación a
la masonería de la calle Cangallo. En 1913, el Supremo Consejo le concedió
el grado 33 del rito escocés. En 1918 se separa para fundar la asociación

306
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Supremo Consejo de la República Argentina del Rito Escocés Antiguo y


Aceptado; ese mismo año, tuvo un papel destacado apoyando, en nombre
de la masonería, a los estudiantes de Córdoba, que propiciaron la reforma
universitaria. Finalmente fallece en Buenos Aires en 1931.

Prebendé, Bernardo: Comerciante de origen francés, vinculado a la políti-


ca de la localidad de Olavarría. Fue uno de los colaboradores del Dr. Dardo
Rocha en el interior de la provincia. En la capital bonaerense fue miembro
del Supremo Consejo y de la delegación en La Plata del rito del GCGI.

Pouyssegur, Aquiles: Gerente del Banco de Comercio, presidente del veló-


dromo General Rivas de Azul y fundador del Partido Popular de esa misma
localidad. Fue venerable maestro honorífico de la logia Estrella del Sud;
durante su presidencia en ese taller, se difundió la proclama que desencade-
nó una reunión de venerables maestros en la ciudad de La Plata y sentó las
bases de la Confederación de Logias Unidas.

Puig Lómez, Tomás: (1862-1920). Abogado y perio-


dista de profesión, llegó a ser un reconocido miembro
de la Unión Cívica y un distinguido vecino de La Plata.
En esta ciudad fue el titular del juzgado de 1º instancia
en lo civil y comercial, y junto a otros intelectuales, par-
ticipó de las memorables conferencias que organizaba
el director de la Biblioteca Provincial. En 1907 será el
presidente de la Universidad Popular de La Plata, en la
cual el Dr. Rocha impartía clases de Derecho Constitucional. Formó parte
de las autoridades de la asociación del Rito Azul y fue miembro honorario
de la logia 19 de Noviembre. No integró la Gran Logia Bonaerense, sin
embargo, mientras presidía el Gran Oriente Nacional que había fundado
en 1895, firmó un pacto de amistad con la asociación, adhiriéndose sus
logias honoríficamente a la Confederación de Logias de La Plata. Fallecerá
en 1920 después de ser el ministro de gobierno de la provincia.

Riafrecha, Manuel: Contador de la Dirección General de Escuelas de la


provincia. Fue uno de los vecinos que en mayo de 1894 solicitó formal-
mente al gobierno provincial la apertura de la Universidad de La Plata.

307
GABRIEL DARRIGRAN

Participó de la Liga Liberal de Luis R. Fors. Perteneció a la logia Federal


de Maestros y fue el secretario de relaciones exteriores de la delegación
platense del GCGI.

Rigaux, Enrique A.: Diplomático de origen francés. Miembro de la logia L’


Amie des Naufragés de Buenos Aires, bajo el patrocinio del Gran Oriente de
Francia. En este taller era el encargado de las relaciones internacionales sien-
do garante de amistad entre distintas logias latinoamericanas. Fue el respon-
sable de que la logia uruguaya Emancipación y la venezolana Independencia
y Unión se incorporaran a la Confederación de Logias Unidas en 1891. En
Buenos Aires fue el orador de la logia Acacia, el venerable maestro de la logia
Villarino-Acacia, y en La Plata fue el secretario de relaciones exteriores de la
Gran Logia y de la delegación del GCGI. Durante el siglo XX fue el venera-
ble maestro de L’ Amie des Naufragés durante diez años consecutivos.

Rodemet, Francisco: Nacido en 1840 en Francia, fue fundador y director


desde el año 1886 del Colegio Francés Ríchelieu de La Plata, inaugurado
con ayuda del gobierno francés, y situado en calle 55 entre 4 y 5, anterior-
mente conocido como Colegio Franco-Inglés de Daoust & Rowe. Ingresa a
la masonería en la logia La Plata en 1888, siendo uno de los constituyentes
que en 1891 sanciona la constitución de la Gran Logia Bonaerense. Falle-
ció en La Plata en marzo de 1897, mientras ocupaba el cargo de Soberano
Comendador del rito ecléctico.

Sanvaya, George: Nacido en el año 1887, fue médico y escritor. Llegó a ser
presidente del Partido Liberal Sirio en Argentina. Con el nombre simbólico
Omar, perteneció a la Gran Logia Bonaerense durante el siglo XX, estando
afiliado a la logia Lazo de Unión.

Santa Olalla, Enrique Martín: Nació en Málaga el 29


de junio de 1820, siendo hijo de Francisco M. de San-
ta Olalla y Clara Sevilla. Se formó en Francia, al tener
que emigrar forzadamente a los 9 años, en donde llegó
a ser discípulo de Auguste Comte. Antes de llegar a la
República Argentina en 1865, vivió en Inglaterra, Cuba,
Estados Unidos, Ecuador, Perú y Chile. Fue socio de

308
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

distintas corporaciones científicas, literarias y políticas, entre las que se


destacan la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Sevilla, la
Academia de Profesores de Instrucción Pública de Málaga y la Socie-
dad Geográfica Argentina. Especialista en la fundación de escuelas para
maestros, fue un reconocido educador de instrucción primaria, publi-
cista, matemático y librepensador, que con el seudónimo de “Galileo”
participaba en múltiples publicaciones liberales. Además, como experto
en metodología pedagógica, su método particular de lectura, conocido
como método silábico de Santa Olalla, era utilizado en los primeros gra-
dos de las escuelas bonaerenses a través de carillas y carteles. En abril de
1882 la Dirección General de Escuelas de la provincia lo nombró su de-
legado y miembro exponente en el congreso pedagógico de Buenos Aires,
y en 1883 se encargó de organizar el primer congreso pedagógico de la
provincia de Buenos Aires. Llegó a la ciudad de La Plata en 1884, cuando
los poderes públicos se trasladaron a la ciudad. Había sido iniciado en
la logia Libertad Nº 48 de San José de Flores en julio de 1878, donde
desempeñó el oficio de orador durante cinco años consecutivos. En 1886
se afilió a la logia La Plata Nº 80, en la que fue el secretario y luego el
orador, además de ser el bibliotecario del taller. En esta logia le fue con-
cedido el grado 18 del rito escocés en 1887, luego el grado 25 en 1888 y
finalmente el grado 30 en 1889. En el año 1891, junto a otros masones de
la provincia fundó la Confederación de Logias Unidas que constituye la
Gran Logia Bonaerense, en la que será en 1891 Gran Secretario Canciller,
en 1893 Gran Maestro y en 1896 Gran Maestro Honorífico ad vitam.
Por su amistad con el español Isidro Villarino del Villar, llegó a ser repre-
sentante en el territorio sudamericano del Gran Consejo General Ibérico
del rito de Memphis y Mizraim. En julio de 1903 por su iniciativa se ins-
tala el Comité Provincial del Partido Republicano Español, que presidirá
algún tiempo. Finalmente falleció en su domicilio el 9 de agosto de 1909
a los 89 años de edad. La prensa y las logias locales, el día de su muerte lo
recordaron como un hombre de ideales republicanos y un gran amigo de
Sarmiento que dedicó toda su existencia a la educación.

Supervielle Etchehon, Julio: De origen francés, fue padre del poeta uru-
guayo de igual nombre. Junto a su hermano fundó entre 1880 y 1883 un
reconocido banco en Uruguay que actualmente lleva su nombre. En 1893

309
GABRIEL DARRIGRAN

fue el primer tesorero de la logia Libre Pensamiento de Chascomús mien-


tras integraba el Poder Legislativo de la Gran Logia de La Plata.

Solá, Isidro: De origen español, era litógrafo y propietario de la sucursal


platense de la librería Hispano-Americana, pionera en la ciudad. Junto a su
hermano Joaquín eran los propietarios de una reconocida fábrica de libros
y taller de imprenta platense. Fue secretario y organizador de la primera ro-
mería cosmopolita en enero de 1885, como también del Centro Industrial
y Agrícola. Ingresó a la masonería en la logia La Plata Nº 80 en 1888, per-
teneció a la logia Federal de Maestros y llegó a ser presidente de la Cámara
de Representantes de la Gran Logia.

Tettamanti, Félix J.: Empresario y procurador platense que había nacido


en Cañuelas en 1860. Estuvo presente el día de la colocación de la piedra
fundamental de La Plata, para luego residir a metros de ella en la calle
50 Nº 865. Como amigo del poeta Almafuerte, éste le dedicó los “Siete
sonetos medicinales”, cuando se encontraba en una mala racha. Su nieto
Alberto, se convirtió en el año 1979 en el septuagésimo octavo intendente
de La Plata. En la Gran Logia formó parte del Supremo Consejo Ecléctico,
y en 1911 se afilió a la logia 19 de Noviembre del Rito Azul.

Uriburu, Dámaso Eduardo: Abogado y diplomático


nacido en Bolivia en 1843, cuando su padre, el diplomá-
tico porteño José E. Uriburu, se exilió en ese país por las
luchas entre unitarios y federales. Su padre era hermano
de Evaristo Uriburu, padre del presidente constitucional
del siglo XIX y abuelo del presidente de facto del siglo
XX. Se recibió de abogado en la Universidad de Chu-
quisaca ejerciendo el periodismo y la función pública
en aquel país. Ya radicado en Argentina, fue diplomático del gobierno de
Nicolás Avellaneda en Perú y Bolivia durante la Guerra del Pacífico; razón
por la cual publicará el libro Guerra del Pacífico: Episodios 1879-1881. En la
ciudad de La Plata colaboró en el diario El Día y La Ilustración Nacional, y
fue el director del periódico La Idea que se distribuyó a partir de 1889. Fue
juez y estuvo al frente de la Asesoría de Menores y Defensoría de Pobres
de esta ciudad. Amigo y colaborador del científico naturalista Florentino

310
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Ameghino, en marzo de 1891, fue uno de los vecinos que pidió al gobierno
la apertura de una Facultad de Derecho provisoria, para luego colaborar en
la fundación de la Gran Logia Bonaerense. En esta asociación fue el primer
Gran Maestre y el primer rector de su Facultad Científica, para luego presi-
dir el tribunal de justicia de la institución. Finalmente abandonó la asocia-
ción en 1897, cuando se muda a Buenos Aires, afiliándose a la masonería de
la calle Cangallo en la logia Confraternidad Argentina Nº 2.

Vázquez Gómez, Adolfo: Periodista y escritor republi-


cano nacido en La Coruña en el año 1869. Mientras en
1889 presidía la Juventud Republicana en su ciudad, fue
proscripto en España por sus ideas. Vivió en Portugal,
Francia y Cuba donde participó en distintas publica-
ciones. Al viajar a América del Sur, en 1892 funda las
publicaciones El Heraldo Español y El Pabellón Español
de Buenos Aires y al año siguiente El Intransigente de
Montevideo. Fue miembro del Supremo Consejo Ecléctico de La Plata y
delegado en Uruguay de la Gran Logia Bonaerense. Fue delegado en Uru-
guay del Gran Oriente Ibérico hasta que abandonó esta institución en 1897
por afiliarse a la masonería de la calle Cangallo, en donde obtuvo el grado
33. Pasó gran parte de su vida en Uruguay, donde en 1904 fue proscripto
por el gobierno al participar de un intento de revolución. En Buenos Aires
se hizo cargo de la cátedra de historia de la Liga de Educación Racionalista.
Entre una de las ponencias de su cátedra estuvo La Historia de la Masone-
ría, como también el libro La Masonería: su pasado, su presente y su futuro
de 1922. Finalmente fallece en Uruguay en 1950.

Villarino del Villar, Isidro: Reconocido periodista y


republicano nacido en Madrid. Como comandante del
batallón de voluntarios francos de Ramón Nouvilas, en
agosto de 1878, se había sublevado ante las autoridades
del gobierno español, en el período conocido como “la
restauración borbónica”, siendo doblemente condecora-
do al mérito militar. Ingresó a la masonería en el Gran
Oriente de España en 1872, obtuvo el grado 33 en 1883
y fundó tres años más tarde la Gran Logia Simbólica Española del rito de

311
GABRIEL DARRIGRAN

Memphis y Mizraim. Era conocido como un personaje extravagante en


los círculos masónicos y esotéricos de la época por la singularidad del rito
masónico que impulsaba, y la constitución de logias poco ortodoxas. Llegó
a ser el Gran Maestre y Soberano Comendador de la Gran Logia Simbólica
y Gran Consejo Ibérico hasta su deceso. Fue miembro honorífico de la
Facultad Científica y el representante en Europa del rito científico eclécti-
co. Con ayuda de Santa Olalla fundó el rito nacional español. Finalmente
fallece en España en 1914.

312
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

DOCUMENTOS

Capítulo I.

Ilustración: Manuel H. Langenheim portando una banda masónica blanca


correspondiente al grado 33 del rito escocés antiguo y aceptado. En su pecho
lleva las medallas de las logias Obediencia a la Ley Nº 13 y La Plata Nº 80.

Doc. Nº 1: Archivo de la Gran Logia Argentina. AGLA-7577. Certificado


expedido en Buenos Aires el 13 de noviembre de 1868. El Gran Oriente de la
República Argentina certifica que Carlos Glade, que pertenece a la logia Ger-
mania, está en posesión del grado 18 del rito escocés antiguo y aceptado. Firma
como Gran Maestre y Gran Comendador, el Dr. Daniel María Cazón, y como
Gran Secretario General del Santo Imperio, Ignacio Langenheim.

Doc. Nº 2: Acta de instalación de autoridades de la logia Germania en la re-


vista El Progreso: Revista filosófico-social del 23 de mayo de 1869 y publicada en
Buenos Aires por Luis Ricardo Fors. En su discurso sobre la astronomía, Carlos
Glade cita la obra del astrónomo francés Camille Flammarion. Por otra parte,
el militar unitario Albarracín, con la expresión “quemarán las ideas en folletos
de Santa Fe”, se refiere al Congreso Constituyente de Santa Fe de 1853, en el
que Buenos Aires no participó y se organizó como un Estado independiente
separado de la Confederación Argentina.

Doc. Nº 3: Archivo General de la Nación. Sala 7. Leg. 2726. Correspondencia


de Manuel H. Langenheim fechada en Buenos Aires el 16 de octubre de 1881 y
dirigida a Dardo Rocha. En la carta, el Gran Maestre de la masonería nacional,
le pide al gobernador que lo nombre vocal de la Suprema Corte bonaerense.

Capítulo II.

Doc. Nº 4: Composición del autor en base al plano de La Plata de 1882 foto-


grafiado por Tomás Bradley, el sello oficial de la logia Luz y Verdad, y un nivel
ornamentado muy común en los membretes de la correspondencia de las logias
de la época.

El plano parcial muestra que, en la parte noreste de la traza, las diagonales 73,
74, 79 y 80 dibujan una “escuadra” con su ángulo de 90º, mientras que las

313
GABRIEL DARRIGRAN

diagonales 77 y 78, un “compás” abierto a 80º. Luego, en la parte sudoeste, la


existencia de un “nivel egipcio” delimitado por las diagonales 73, 74 y la aveni-
da 25. Esta herramienta de la construcción, formada por un triángulo equiláte-
ro de cuyo vértice superior pende una plomada, es emulada en el plano por las
avenidas antes mencionadas y por un gran parque octogonal que representaría
esa pieza metálica cilíndrica.

Aunque en esta obra se esgrimen razones estrictamente políticas, no es desca-


bellado conjeturar que el Dr. Rocha quisiera homenajear el pasado masónico
de su padre colocando los símbolos de esa institución en su máxima obra. Solo
cabe recordar que –según el investigador José María Rey– la fundación de la
ciudad estuvo planeada en un primer momento para el 23 de octubre, cum-
pleaños de su esposa. Que, ante los retrasos en la demarcación, la fecha final
fue el 19 de noviembre, cumpleaños de su segundo hijo. Que, la primera iglesia
de la ciudad fue erigida en homenaje a su hijo fallecido Ponciano Rocha, y que
nombró a la estación del ferrocarril y al Hospital Melchor Romero por un ami-
go que había combatido con él en la Guerra de la Triple Alianza.

A su vez, se puede evidenciar que los masones de la fundación veían en el


trazado de la ciudad lo que siguen viendo hoy en día, los símbolos de la franc-
masonería. Los diversos locales de las tres primeras logias, hasta 1900 se locali-
zaban dentro del área de la “escuadra” o sobre los diagonales que dibujaban el
“compás”; regla que no fue cumplida en el lote adquirido por Luz y Verdad en
1886, por haber sido elegido por el gobierno provincial.

Logia Luz y Verdad: Calle 47 e/ 5 y 6; Diag. 74 esq. 10; y Calle 43 e/ 5 y 6.

Logia La Plata: Calle 47 esq. 7; Calle 53 esq. 8; Av. 7 e/ 55 y 56; y Diag. 78


esq. Plaza Rocha.

Logia Stretta Uguaglianza: Calle 8 e/ 47 y 48; Diag. 74 esq. 10; Calle 43 e/ 5 y


6; Calle 55 e/ 5 y 6; Av. 7 e/ 48 y 49; y Diag. 77 esq. Plaza Italia.

Doc. Nº 5: Archivo General de la Nación. Sala 7. Leg. 2779. Corresponden-


cia de Pedro Benoit fechada en La Plata el 14 de junio de 1889 y dirigida a
Dardo Rocha que se encontraba en París. La carta devela la intervención de
Benoit y Rocha en el trazado de La Plata, debido a las quejas que le mani-
fiesta por las alteraciones en su obra. En la misiva, Benoit confiesa “yo nada

314
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

puedo hacer, hoy no valgo nada soy achavalista”. Con el término “achavalis-
ta” se refiere a partidario de Nicolás Achával, quien era el candidato del go-
bernador Carlos D’Amico para sucederle, pero al perder ante Máximo Paz en
las elecciones de 1887, D’Amico y su gente fueron eliminados de la política.
Un hombre como Benoit, que había sido designado director ejecutivo de las
obras de la capital por los caídos en desgracia, había sido apartado de la vida
pública y se había visto obligado a jubilarse. Por otra parte Benoit se lamenta
que en la prensa se escriba que él no es el autor del trazado, sino el español
José Rodrigo Botet, quien años atrás había presentado el proyecto “Ciudad
Atlántica, capital de la Provincia de Bs. As.” para que sea tenido en cuenta
por las autoridades bonaerenses.

Capítulo III.

Doc. Nº 6: Tapa de la publicación El Mosquito del domingo 1 de noviembre


de 1885. El Dr. Dardo Rocha le muestra la ciudad de La Plata a Domingo
F. Sarmiento, quien la visitaba por segunda vez, quedando sorprendido por
el avance de las obras. La caricatura pretende resaltar cómo la ciudad se ideó
en la propia cabeza de Rocha y como éste intenta ponerse a la altura del ex-
presidente.

Doc. Nº 7: Tapa de la publicación El Mosquito del domingo 3 de septiembre


de 1882. Se puede ver al gobernador Dardo Rocha, a su ministro de gobierno
Carlos D’Amico y al presidente del Ferrocarril Oeste Faustino Jorge, brindan-
do ante una locomotora, por la llegada de las obras ferroviarias a la localidad
de Pergamino. El gobernador había realizado la promesa de campaña que por
cada día de su gobierno realizaría un kilómetro de vías férreas. La caricatura
intenta mostrar el arduo trabajo de estos tres políticos, con sus mangas arre-
mangadas y empuñando herramientas de trabajo.

Doc. Nº 8: Archivo General de la Nación. Sala 7. Leg. 2753. Correspondencia


de Faustino Jorge fechada en La Plata el 21 de agosto de 1884 y dirigida a Dardo
Rocha. En la carta, el amigo personal de Rocha le pide autorización para aceptar
el cargo de vocal en la Suprema Corte que le ofrece el gobernador D’Amico.

Capítulo IV.

Doc. Nº 9: Archivo de la Gran Logia Argentina. AGLA-2477. Corresponden-

315
GABRIEL DARRIGRAN

cia del 3 de mayo de 1885 dirigida al Supremo Consejo y Gran Oriente. El


grupo de vecinos fundadores de Luz y Verdad solicita incorporarse a la institu-
ción y que sus trabajos sean regularizados. Se trata de la carta más antigua que
se conserva de una logia platense, a la cual se le adjunta el acta fundacional con
los nombres de los fundadores, la votación del nombre que utilizarán y el rito
que emplearán.

La regularización solicitada en el documento, debe entenderse como una ins-


tancia administrativa por la que pasaban todas las logias y que duraba aproxi-
madamente dos años. Esta consistía en la fundación de una logia provisoria, la
instalación formal de sus autoridades y la extensión de su Carta Constitutiva.
Aunque la leyenda urbana afirma que este taller fue fundado 10 días después
de la colocación de la piedra fundacional de la ciudad, solo se trata de un error
en el libro de registro de logias de la institución. Allí se afirma que se le exten-
dió la Carta Constitutiva a Luz y Verdad Nº 79 el 29 de noviembre de 1882,
cuando debería decir “29 de noviembre de 1887”, día en que también se le
extendió la Carta Constitutiva a La Plata Nº 80.

Doc. Nº 10: Fotografía del primer local que alquiló la logia Luz y Verdad Nº
79 en el libro La Ciudad de La Plata. Sus tierras y su arquitectura de Alberto
De Paula. En el documento gráfico, en primer plano, está la calle 6 y los jardi-
nes traseros del actual Banco Provincia, alcanzándose a ver en el horizonte el
bosque de eucaliptus. En el centro de la imagen, sobre la calle 47, se observa el
local de la logia con una gran puerta en forma de arco y cuatro ventanales, hoy
ocupado por el Instituto de Previsión Social.

Capítulo V.

Ilustración: El cura de San Ponciano Benjamín Carranza, el fundador de la


ciudad Dardo Rocha, el gobernador Carlos D’Amico, y los jueces de la Supre-
ma Corte Manuel Langenheim y Faustino Jorge, frente al terreno de Rocha en
calle 50 entre 13 y 14. Noviembre de 1885.

Doc. Nº 11: Archivo de la Gran Logia Argentina. AGLA-895. Carta impresa


de la logia Luz y Verdad fechada en La Plata el 7 de noviembre de 1887 y diri-
gida al presidente del Supremo Consejo. En la misma se invita a la colocación
de la piedra fundamental de su nuevo templo en la ciudad de La Plata.

Doc. Nº 12: Archivo de la Gran Logia Argentina. AGLA-895. Circular im-

316
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

presa de la logia Luz y Verdad fechada en La Plata el 5 de febrero de 1888 y


dirigida al presidente del Gran Oriente. En la misma se solicita la donación de
objetos para amortizar el préstamo que se solicitó al Banco Hipotecario.

Capítulo VI.

Doc. Nº 13: Archivo del Museo Unicaja de Artes y Costumbres Populares de


Málaga. Legado Díaz de Escovar. Documento Nº 32-6.2. Correspondencia de
Enrique de Santa Olalla fechada en La Plata el 19 de mayo de 1904 y dirigida al
corresponsal en Argentina del periódico malagueño El Popular. La carta de este
masón platense se conserva en el archivo español antes mencionado, debido al
valor histórico que poseen los datos que aporta sobre el general español Torri-
jos, hoy considerado un héroe liberal en la ciudad de Málaga. Con su muerte,
este general contribuyó a debilitar el régimen absolutista y facilitó el camino de
la revolución liberal en España. En 1887 el gobierno español encargó al pintor
Antonio Gisbert que inmortalizara su tragedia en el cuadro “Fusilamiento de
Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga”, conservado en el Museo
del Prado de Madrid.

Doc. Nº 14: Fotografía del primer local que alquiló la logia La Plata Nº 80
en el libro La Ciudad de La Plata. Sus tierras y su arquitectura de Alberto De
Paula. En el documento gráfico, en primer plano, está la calle 7 transitada por
carros y caballos, observándose al fondo el viejo Teatro Argentino. En el centro
de la imagen, con andamios, se puede apreciar el local de la logia en la esquina
derecha de la calle 47 y 7.

Capítulo VII.

Ilustración: Los padrinos de la ceremonia de consagración del estandarte de la


logia La Plata y el propio estandarte traído de España. Abril de 1889.

Doc. Nº 15: Discurso de consagración del estandarte de la logia La Plata en la


publicación La Acacia de abril de 1889. La alocución fue realizada por el orador
de la logia en el templo de calle 47 y 7. El epígrafe de esta obra también fue
extraído de este discurso.

Doc. Nº 16: Composición del autor basada en los retratos de Marcelino O.


Aravena, Marcelino Aravena hijo y Valentín Fernández Blanco obtenidos de
la publicación platense La Ilustración Nacional de los años 1888 y 1889, y los

317
GABRIEL DARRIGRAN

retratos de Rafael Hernández y Emilio J. Carranza obtenidos de los inventarios


Nº 5139-A y Nº 76392-A del Archivo General de la Nación.

Capítulo VIII.

Doc. Nº 17: Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Uruguay. Tapa de la


publicación El Argentino Masónico: Órgano Independiente de la Masonería en
América Latina de enero de 1890. La revista platense dirigida por Enrique de
Santa Olalla y vinculada a la logia La Plata Nº 80, era editada en la imprenta
Montes & Pouzol, y circuló durante un año hasta que en 1891 fue reemplazada
por el Boletín Oficial de la Confederación de Lojias Unidas.

Capítulo IX.

Ilustración: Cortejo fúnebre de Manuel Langenheim cruzando la actual Plaza


Moreno de la ciudad. Abril de 1892.

Doc. Nº 18: Archivo de la Gran Logia Argentina. AGLA-6573. Circular


enviada por los integrantes de una comisión conformada por las logias Luz y
Verdad, La Plata y Stretta Uguaglianza, destinada a la reforma de la consti-
tución de la asociación, fechada en La Plata el 30 de junio de 1891. El docu-
mento se conserva en el fondo documental de la logia L’ Amie des Naufragés,
debido a que fue enviada tanto a las logias nacionales como a las extranjeras
en territorio nacional.

Capítulo X.

Doc. Nº 19: Archivo de la Gran Logia Argentina. AGLA-6573. Carta fechada


en La Plata el 24 de agosto de 1893, invitando a una conferencia sobre “Los
misterios de la masonería” en la logia Federal de Maestros. La invitación está
dirigida al muy querido hermano venerable de la logia L’ Amie des Naufragés
y demás miembros de dicho augusto taller. Es de destacar que la conferencia se
realizó en medio del Estado de Sitio impuesto después de la revolución cívica
de 1893.

Doc. Nº 20: Artículo redactado por Enrique de Santa Olalla sobre la historia
de la geometría en la revista chilena Enciclopedia de la Infancia del 13 de junio
de 1857. Esta revista editada desde Valparaíso, actualmente es considerada el
primer exponente de la prensa juvenil de Chile.

318
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

Capítulo XI.

Doc. Nº 21: España. Ministerio de Cultura y Deporte. Centro Documental


de la Memoria Histórica. SE-MASONERIA_A, 142, EXP. 20. Diploma de
la Facultad Científica de La Plata extendido por Dámaso E. Uriburu, en el
que se reconoce el título de Doctor en Ciencia a Joaquín Sesé. El documento
se encuentra archivado en el expediente personal de Victoriano García en el
Centro Documental de Salamanca.

Doc. Nº 22: Biblioteca Nacional de Uruguay. Signatura: C.164.489. Portada


de la 2º edición del libro Respuestas a los cuestionarios de exámenes de los tres
grados simbólicos cursados en la logia Porvenir publicado en 1896 por Carolina
Casas. Probablemente el libro se encuentra en Uruguay debido a la logia Eman-
cipación de Montevideo patrocinada por la Gran Logia Bonaerense, y por la
influencia de Carolina Casas en la prensa liberal uruguaya.

Capítulo XII.

Doc. Nº 23: Archivo de la Gran Logia Argentina. AGLA-901. Carta Constitu-


tiva de la logia Renacimiento Nº 328, expedida en Madrid el 10 de septiembre
de 1894 por el Gran Oriente Nacional de España. El documento se encuentra
archivado con la documentación de la logia Democracia Nº 146, debido a la
fusión de ambos talleres en el año 1900. Se trata de la única Carta Constitutiva
que se conserva de una logia platense del siglo XIX.

Doc. Nº 24: España. Ministerio de Cultura y Deporte. Centro Documental de


la Memoria Histórica. SE-MASONERIA_B, FOTO. 9A. Fotografía del vecino
José Belmaña, tomada por la Casa Maróstica Hermanos de calle 54 entre 6 y
7. En su parte posterior se encuentra dedicada al ilustre y poderoso hermano
Eduardo C. de Puga, en La Plata el 16 de febrero de 1895. La fotografía formaba
parte de la documentación incautada al masón Eduardo Caballero de Puga por
la Delegación Nacional de Servicios Documentales del gobierno de Francisco
Franco, y que luego fue archivada en el expediente personal de Belmaña.

Doc. Nº 25: España. Ministerio de Cultura y Deporte. Centro Documental


de la Memoria Histórica. SE-MASONERIA_B, 106. Correspondencia de José
Belmaña fechada en La Plata el 7 de junio de 1899 y dirigida al Gran Comen-
dador del Gran Oriente Nacional de España. La carta se encuentra archivada

319
GABRIEL DARRIGRAN

en el expediente personal de José Belmaña, abierto por la Delegación Nacional


de Servicios Documentales.

Doc. Nº 26: Fotografía de Luis Ricardo Fors, en su libro Espíritu del Quijote
publicado en Buenos Aires en 1916. Se observa al autor de pie posando al estilo
de Napoleón Bonaparte.

Doc. Nº 27: Biblioteca de la Universidad Nacional de La Plata. Signatura:


433-Fd. Correspondencia de Luis Ricardo Fors fechada en Montevideo el 25
de enero de 1889 y dirigida a la logia Armonía de Mercedes (Uruguay). En la
misma Fors explica cómo ha obtenido sus grados masónicos a lo largo de sus
travesías por Europa y América. Se trata de una copia mecanografiada de la
carta original que se encuentra en la biblioteca mal clasificada bajo el nombre
“A L. G. D. G. A. D. U.”. La carta pudo haber llegado a la biblioteca entre los
libros de masonería que el exdirector donó a la misma durante su gestión.

Capítulo XIII.

Ilustración: Ceremonia de iniciación en la logia Luz y Verdad presidida por


Luis R. Fors. Noviembre de 1896.

Doc. Nº 28: España. Ministerio de Cultura y Deporte. Centro Documental


de la Memoria Histórica. SE-MASONERIA_A, 346, EXP. 4, doc. 6. Escrito
del vecino José Domicelli fechado en La Plata el 24 de junio de 1899 en el que,
como presidente de la logia Renacimiento, promete observar fielmente la cons-
titución del Gran Oriente Nacional de España. El documento se encuentra en
el expediente de la logia Renacimiento que la Delegación Nacional de Servicios
Documentales del franquismo abrió a dicha logia platense.

Doc. Nº 29: Archivo de la Gran Logia Argentina. AGLA-925. Carta impresa


de Carlos Glade dirigida de forma personal a cada uno de los miembros de la
logia La Plata Nº 80, fechada en La Plata en marzo de 1904. En el documento
se hace mención al terreno que el taller poseía frente a la Plaza Dardo Rocha. El
documento constituye una de las últimas cartas que se conservan entre la logia
y la asociación de la calle Cangallo.

Anexo:
Doc. Nº 30: Fotografía del cuadro al óleo ubicado en el local de avenida 7 de

320
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

la logia La Plata en la publicación Revista Masónica de Julio-Agosto de 1902.


El gran cuadro alegórico se encontraba en el gabinete de reflexiones de la logia.
En el centro de la imagen, se observa el lema “Foco de vida” con un sol radiante
por el que desciende verticalmente hacia el mundo una cadena con la leyenda
“Energía universal”. En el mundo se observan barcos navegando por el océano
Atlántico, y por debajo de éste una esfinge con la leyenda “Soy la vida y devoro
a los que no descubren mi secreto”. En la parte izquierda de la imagen se en-
cuentran una alegoría de la ciencia, una de la justicia y una del trabajo, con el
lema “Ciencia, Justicia y Trabajo: Indisoluble fraternidad de la vida nacional”.
En la parte derecha de la imagen, de entre la oscuridad aparece un genio que
ilumina al mundo con una antorcha. El cuadro alegórico tiene grandes simili-
tudes con el que se encuentra en el templo principal de la sede de la Gran Logia
de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.

Doc. Nº 31: Archivo de la Gran Logia Argentina. AGLA-894. Acta de la cá-


mara eleccionaria del 1 de octubre de 1886 de la logia La Plata. Se trata del
documento más antiguo que se conserva de esta logia, en donde se puede ob-
servar cómo Langenheim es electo presidente por dieciocho votos contra uno
que recibe Pedro Benoit.

Doc. Nº 32: España. Ministerio de Cultura y Deporte. Centro Documental de


la Memoria Histórica. SE-MASONERIA_B, C0106, EXP.14, doc. 2. Solicitud
de antecedentes masónicos fechada en el año 1958 y archivado en el expediente
personal de José Belmaña. En el documento se deja constancia de su domicilio en
La Plata en calle 16 Nº 966 y de su nombre simbólico “Barcelona”. El documen-
to está firmado por el director de la Dirección General de Seguridad Eduardo
Comín Colomer, quien fue un policía e historiador español, redactor de obras de
temática anticomunista y antimasónica de la época franquista.

Doc. Nº 33: España. Ministerio de Cultura y Deporte. Centro Documental


de la Memoria Histórica. SE-MASONERIA_A, 267, EXP. 4. Corresponden-
cia fechada en La Plata el 1 de febrero de 1892 y dirigida al español Aurelio
Blanco Grajales. Se trata del documento de la Gran Logia Bonaerense más
antiguo, conservado en el expediente que el franquismo abrió a esa asociación
masónica de La Plata.

321
LA CIUDAD DE LOS GEÓMETRAS

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Revista de la Universidad. La Plata. Años 1966-1967.

327
Mucho se ha escrito sobre la historia de La Plata, pero, en el bicentenario de la provincia
de Buenos Aires, esta obra realiza un aporte historiográfico inédito a través de los
documentos privados de los ciudadanos que ingresaban a los grupos más misteriosos
y desconocidos que han estado presentes desde los albores de la República.
La organización de los primeros centros masónicos platenses coincide con hechos
políticos relevantes: la candidatura de Dardo Rocha a la presidencia, la Revolución
del Parque o las tensiones entre roquistas y rochistas, son solo algunos de los ejemplos.
La presencia en la ciudad de una logia con estrechos vínculos con el Poder Judicial,
con el objeto de agrupar a abogados y jueces en un mismo espacio de socialización,
está directamente relacionada al proyecto de ley para fundar una universidad y,
posteriormente, salvaguardar el único establecimiento universitario provincial.
Y en medio de todo ello, una constante: se puede evidenciar que, tanto sea como
símbolo de orden moral, como ciencia útil para los obreros de la construcción, o como
instrumento pedagógico para enaltecer la razón humana, la masonería utilizó a la
Geometría en beneficio de la población de La Plata desde el principio.

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