ANÁLISIS

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CIEN AÑOS DE SOLEDAD

El coronel Aureliano Buendía, recordaba una tarde en que su padre lo había

llevado a conocer el hielo. Macondo era una aldea pequeña, con casas hechas de
barro al lado de un rio, a la cual llegaban anualmente en el mes de Marzo varios
gitanos, para mostrarles las últimas invenciones del momento, ya que eran
tiempos en los q el mundo era tan reciente q algunas cosas no tenían nombre, y
para referirse a ellas se debía señalarlas con el dedo. Dichos gitanos, la primera
vez llevaron un imán. Un gitano corpulento de manos de gorrión y con barba
montarás llamado Melquíades, hizo la demostración con el imán, les explico sus
usos y paso por un lado de todas las casas del pueblo, y la gente, al ver q hasta
los objetos perdidos hacía ya un largo tiempo aparecían de los lugares en los q se
los había buscado, se espantaron. José Arcadio Buendía, un señor el cual contaba
con una gran imaginación, pensó que aquél invento serviría para desenterrar el
oro de la tierra, pero Melquíades, q era un gitano honrado, le previno q no le
serviría para eso, pero José Arcadio Buendía no prestó atención y cambió su mulo
y una partida de chivos por el par de lingotes. Exploró toda la región en busca de
su oro, pero lo único q consiguió fue una vieja armadura.

Al siguiente año volvieron los gitanos, esta vez, con un catalejo y una lupa
enorme. Sentaron a una gitana a un extremo de la aldea y el catalejo lo instalaron
en la entrada de la carpa, los aldeanos pagaban para ver a través del catalejo.
Luego, un día de ardiente sol, pusieron un montón de hierba seca en medio del
lugar y lo prendieron en fuego con la lupa por medio del sol. José Arcadio
Buendía, que había quedado decepcionado por el fracaso de sus imanes, pensó q
la lupa podría ser usada como un arma de guerra. Melquíades quiso persuadirlo,
pero una vez más José Arcadio Buendía, no quiso escuchar, cambió sus dos
imanes y tres piezas de dinero colonial por la lupa. Úrsula Iguarán, su esposa,
lloraba por lo q su esposo hacía, ya q el dinero eran los ahorros de toda una vida
de privaciones de su padre. José no sintió ni el más mínimo remordimiento y se
puso a experimentar. Solo para demostrar la efectividad de su invento de guerra,
se expuso a sí mismo, la lupa le provocó quemaduras q luego se convertirían en
úlceras. Continuó experimentando hasta obtener un manual de gran claridad. Lo
envió a las autoridades junto con dibujos explicativos con un mensajero q atravesó
pantanos y demás problemas para poder llegar, ya q era prácticamente imposible
hacer un viaje hasta la capital. Esperó años la respuesta del gobierno, pero en
medio de su cansancio por esperar, se lamentó ante Melquíades del fracaso de su
iniciativa.