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Colegio Círculo Infantil de Pestalozzi

Practica Final de Formación Humana

Wilberli Chal Fosten #5 y Franchesca Esp. Manzueta #26.

I. Buscar un texto cristiano donde se promueva el


desarrollo personal y comunitario. Argumentar sobre
esas ideas.

Visión cristiana del desarrollo

14. El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico,


debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre.
Con gran exactitud ha subrayado un eminente experto: «Nosotros no aceptamos
la separación de la economía de lo humano, el desarrollo de las civilizaciones en
que está inscrito. Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada
agrupación de hombres, hasta la humanidad entera» [14].

Vocación al desarrollo

15. En los designios de Dios, cada hombre está llamado a promover su propio
progreso, porque la vida de todo hombre es una vocación dada por Dios para
una misión concreta. Desde su nacimiento, ha sido dado a todos como en
germen, un conjunto de aptitudes y de cualidades para hacerlas fructificar; su
floración, fruto de la educación recibida en el propio ambiente y del esfuerzo
personal, permitirá a cada uno orientarse hacia el destino que le ha sido
propuesto por el Creador. Dotado de inteligencia y de libertad, el hombre es
responsable de su crecimiento, lo mismo que de su salvación. Ayudado, y a
veces estorbado, por los que lo educan y lo rodean, cada uno permanece
siempre, sean los que sean los influjos que sobre él se ejercen, el artífice
principal de su éxito o de su fracaso: por sólo el esfuerzo de su inteligencia y de
su voluntad, cada hombre puede crecer en humanidad, valer más, ser más.

Deber personal

16. Por otra parte este crecimiento no es facultativo. De la misma manera que la
creación entera está ordenada a su Creador, la criatura espiritual está obligada a
orientar espontáneamente su vida hacia Dios, verdad primera y bien soberano.
Resulta así que el crecimiento humano constituye como un resumen de nuestros
deberes. Más aun, esta armonía de la naturaleza, enriquecida por el esfuerzo
personal y responsable, está llamada a superarse a sí misma. Por su inserción
en el Cristo vivo, el hombre tiene el camino abierto hacia un progreso nuevo,
hacia un humanismo trascendental que le da su mayor plenitud; tal es la
finalidad suprema del desarrollo personal.

Deber comunitario

17. Pero cada uno de los hombres es miembro de la sociedad, pertenece a la


humanidad entera. Y no es solamente este o aquel hombre sino que todos los
hombres están llamados a este desarrollo pleno. Las civilizaciones nacen,
crecen y mueren. Pero como las olas del mar en el flujo de la marea van
avanzando, cada una un poco más, en la arena de la playa, de la misma manera
la humanidad avanza por el camino de la historia. Herederos de generaciones
pasadas y beneficiándonos del trabajo de nuestros contemporáneos, estamos
obligados para con todos y no podemos desinteresarnos de los que vendrán a
aumentar todavía más el círculo de la familia humana. La solidaridad universal,
que es un hecho y un beneficio para todos, es también un deber.

Escala de valores

18. Este crecimiento personal y comunitario se vería comprometido si se alterase la


verdadera escala de valores. Es legítimo el deseo de lo necesario, y el trabajar
para conseguirlo es un deber: «El que no quiere trabajar, que no coma» (2Tes 3,
10). Pero la adquisición de los bienes temporales puede conducir a la codicia, al
deseo de tener cada vez más y a la tentación de acrecentar el propio poder. La
avaricia de las personas, de las familias y de las naciones puede apoderarse lo
mismo de los más desprovistos que de los más ricos, y suscitar en los unos y en
los otros un materialismo sofocante.

Creciente ambivalencia

19. Así pues, el tener más, lo mismo para los pueblos que para las personas, no es
el fin último. Todo crecimiento es ambivalente. Necesario para permitir que el
hombre sea más hombre, lo encierra como en una prisión, desde el momento
que se convierte en el bien supremo, que impide mirar más allá. Entonces los
corazones se endurecen y los espíritus se cierran; los hombres ya no se unen
por amistad, sino por interés, que pronto les hace oponerse unos a otros y
desunirse. La búsqueda exclusiva del poseer se convierte en un obstáculo para
el crecimiento del ser y se opone a su verdadera grandeza; para las naciones
como para las personas, la avaricia es la forma más evidente de un
subdesarrollo moral.

Hacia una condición más humana

20. Si para llevar a cabo el desarrollo se necesitan técnicos, cada vez en mayor
número, para este mismo desarrollo se exige más todavía pensadores de
reflexión profunda que busquen un humanismo nuevo, el cual permita al hombre
moderno hallarse a sí mismo, asumiendo los valores superiores del amor, de la
amistad, de la oración y de la contemplación[15]. Así podrá realizar en toda su
plenitud el verdadero desarrollo, que es el paso, para cada uno y para todos, de
condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas.

Ideal al que hay que tender

21. Menos humanas: las carencias materiales de los que están privados del
mínimum vital y las carencias morales de los que están mutilados por el
egoísmo. Menos humanas: las estructuras opresoras, que provienen del abuso
del tener o del abuso del poder, de la explotación de los trabajadores o de la
injusticia de las transacciones. Más humanas: el remontarse de la miseria a la
posesión de lo necesario, la victoria sobre las calamidades sociales, la
ampliación de los conocimientos, la adquisición de la cultura. Más humanas
también: el aumento en la consideración de la dignidad de los demás, la
orientación hacia el espíritu de pobreza (cf. Mt 5, 3), la cooperación en el bien
común, la voluntad de paz. Más humanas todavía: el reconocimiento, por parte
del hombre, de los valores supremos, y de Dios, que de ellos es la fuente y el fin.
Más humanas, por fin y especialmente: la fe, don de Dios acogido por la buena
voluntad de los hombres, y la unidad en la caridad de Cristo, que nos llama a
todos a participar, como hijos, en la vida del Dios vivo, Padre de todos los
hombres.

VI Papa Pablo. (26 de marzo de 1967). Carta Encíclica Populorum Progressio.

Vaticano, Italia.

II. Identificar los aportes del cristianismo a favor de la


dignidad humana y el desarrollo social.
El cristianismo trajo consigo una nueva cosmovisión: se concibe de nuevo
modo lo que es el ser humano, A Dios y el mundo. La propia persona se
concibe como digna, como radicalmente distinta a las cosas, a los demás como
prójimos, como hermanos, al mundo como creación amorosa y a Dios como
Padre.

Uno de los principales hitos de la aportación cristiana a la antropología


consiste, por un lado, en una nueva concepción del ser humano, que será
concebido como persona. De ahí que mejor que hablar de humanismo cristiano
habría que hablar de personalismo.

En segundo lugar, surge como tal el concepto de persona en el contexto de la


teología. Teología y antropología cristiana son inseparables. Sin este referente
cristiano fontanal, el concepto de persona no se entendería (y no se ha
entendido), como lo prueba una modernidad que ha reducido el estudio de la
persona a mera egología y la posmodernidad que aboga por una disolución de
lo personal. De hecho, creemos que no ha habido especulación sobre el
concepto de persona fuera del contexto judeo-cristiano (con la excepción de la
filosofía árabe en Al-Ándalus).En este artículo, nosotros nos situaremos en la
descripción fenomenológica de quién es la persona y ponderaremos los datos
que, sobre la persona, ofrece la cosmovisión cristiana, pero situados siempre
en una perspectiva filosófica (que, evidentemente, tiene como telón de fondo, la
aportación de la teología). Además, iremos mostrando como la propuesta
antropológica amigoniana coincide y apunta en el mismo sentido.

El respeto a la dignidad es siempre uno de los factores de influencia más


importantes el cristianismo en la sociedad; defender siempre la igualdad y el
respeto Vida y amor. Esas son las cosas que han contribuido efectivamente al
desarrollo sociedad, porque la Iglesia, como madre y maestra, educa no sólo
en la enseñanza, sino también enseña a sus seguidores sobre el Magisterio
humano como religión, sino también como entidad social.

III. Identificar y argumentar sobre las características de la


persona y mensaje de Jesús en los evangelios y en
otros escritos del nuevo testamento.
Proclamación como Cristo.

(Lucas 9: 18-20)

En el nuevo Testamento Jesús le pregunta a sus discípulos, "Según el


parecer de la gente, ¿quién soy yo? " ellos contestaron «Unos dicen que eres
Juan Bautista, otros que Elías, y otros alguno de los profetas antiguos que ha
resucitado.»
Entonces él les pregunto: « Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Pedro
respondió: «Tu eres el Cristo de Dios.» Jesús les hizo la advertencia: « No se
lo digan a nadie.»

Dios les dice que sean prudentes con la verdad ya que el hijo de Dios debe
sufrir para volver a renacer.

Transfiguración de Jesús.

(Mateo 17: 1–9)

Jesús junto a Pedro, Santiago y su hermano Juan fueron a un monte alto.


Frente a ellos cambia su apariencia completamente: su cara brillaba como el
sol y su ropa se volvió blanca como la luz. Enseguida vieron a Moisés y Elías
hablando con Jesús.

De pronto una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz que salía
dijo: « ¡Este es mi Hijo, el Amado; este es mi Elegido, escúchenlo! »

Al oír la voz se echaron al suelo, llenos de miedo. Pero Jesús se acercó, los
tocos les dijo: « Levántense, no tengan miedo. » Ellos levantaron los ojos,
pero ya no vieron a nadie más que Jesús.

Este es uno de los hechos del mensaje de Jesús más importantes, es una
prueba de lo que está por venir de su presencia en el cielo y su glorificación
en el reino.

Tener fe en Jesucristo

(Juan 3:16-17)

« ¡Así amo a Dios al mundo! Le dio a su Único Hijo, para que quien cree en él
no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él!»

Tener fe en Jesucristo te bendecirá en esta vida y cuando el venga por


nosotros.

IV. ¿Por qué consideras que la persona y el mensaje de


Jesucristo es una fuente inspiradora y motivadora,
para una mejor sociedad?

Porque Jesús tenía todas las posibilidades, para vivir mejor, ser un rey, y no
tener que codearse con los pecadores, pobres y enfermos, mas no lo hizo, él
sabía con qué propósito fue enviado a la tierra y siempre respetó eso, siempre
respetó su vocación.

Tenía una comunicación directa con nuestro Padre y nunca la usó para pedir
algo a favor de él, siempre velaba por el bien de su prójimo, fue muy
hospitalario y ayudaba en todo lo que podía, además de que fue muy valiente y
se interpuso en muchas problemáticas de los otros, con la intención de que
sean respetados.

Por esto y más, creo que Jesús es la ejemplificación perfecta de cómo


debemos ser, de cómo debemos intentar actuar, pues a pesar de que muchos
lo menospreciaban él siguió en pie. En él, en sus vivencias e historias, hay
muchos mensajes que, si tratamos de descifrarlos, para luego ponerlos en
práctica, podremos basar nuestras vidas en la roca, y no en la arena.

V. Argumentar sobre las características del mesianismo que


llevo a cabo Jesús.

Mesías es un vocablo que deriva del hebreo “mashiah”, que significa “ungido”,
en el sentido de aquel que ha recibido una unción sagrada. El origen del
mesianismo se remonta a los textos del Antiguo Testamento.

Jesucristo, se encargó de profetizar, de llevar el mensaje de Dios a todos los


lugares posibles para que así más y más personas pudieran reconocer que
existe un Dios, y que a pesar de todos sus pecados podían ser perdonados y
salvados. Este no fue un recorrido fácil, pues muchos dudaban de que Jesús
fuera el Mesías que se había profetizado anteriormente, ya que lo visualizaban
de una manera muy diferente.

VI. Relacionar la vivencia de los cristianos de hoy en día con el


mesianismo de Jesús.

Los cristianos, inspirados por las vivencias de Jesús tratan de imitar sus
acciones, y esto va muy relacionado con el tema de la vocación, pues muchos
cristianos se desenvuelven en el área que fueron llamados, y de esa manera
proyectan su fe, proyectan el amor de Jesús.

Se cree que los cristianos, por seguir el camino de Jesús, no pueden cometer
errores, que deben ser perfectos, y no es así, pues, a pesar de que Dios nos
creó a su imagen y semejanza, somos pecadores y cometemos errores,
tenemos el libre albedrío, la capacidad de poder elegir el camino que creemos
que es más conveniente.

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