Café convaleciente con Randall Thompson (21 de abril de 1899 – 9 de julio de 1984).

“El señor, que nos dio la vida, nos dio la libertad al mismo tiempo” (T. Jefferson)

Hace unos días se cumplían 32 años del fallecimiento de Randall Thompson, un tipo alegre,
ingenioso, amante del buen vivir y de la música coral, mucho, de hecho, hasta los años 60 era
el compositor de música coral que más discos vendía. Luego aparecieron Lauridsen, Whitacre,
y más recientemente Ola Gjeilo, que continuaron en la línea de hacer música agradable pero
sin riesgos para los coros de aficionados. Su gran mérito consiste en extender la afición al
mundo coral a través de sus obras sencillas y resultonas.

Su obra más popular es el “Aleluya” que escribió en sólo cinco días de julio de 1940 para la
inauguración del nuevo Centro de Música de Berkshire en Tanglewood. Por cierto que la
partitura no le llegó al coro hasta sólo media hora antes del comienzo del acto de
inauguración. Cuando el director vio la partitura dijo “bueno, al menos la letra no va a ser un
problema” 

Sus obras son más divertidas de cantar que de escuchar, pero no me desagrada esta cantata
profana “El testamento de la libertad”, estrenada en 1943 (en versión con piano) para
conmemorar el 200 aniversario del nacimiento de Jefferson, sobre textos del propio
presidente. Debido al éxito la orquestó después y se interpretó durante los funerales de
Roosvelt en 1945. Es una obra efectista, casi cinematográfica, elegante. No llega a ser una
americanada, pero casi. Algún compositor llegó a decir que le recordaba a un niño jugando a la
guerra con un soldado de juguete. Evidentemente no se la tomó como una obra mayor, sino
como un pequeño divertimento patriótico que ofrece media hora de relajada quietud frente a
los problemas.

Vamos, ideal para tomar un café sin preocupaciones. Por ejemplo.

Feliz martes y feliz semana.

https://www.youtube.com/watch?v=13xndBKJsUk

https://www.youtube.com/watch?v=u1MMFPKzyD4

Últimas palabras de David

https://www.youtube.com/watch?v=g084jVxU-t0