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Territorio de D'Arken

Las vicisitudes del Reino de D'Arken han llenado los libros de Historia de grandes gestas, y de muchísimas páginas
negras. Podéis leer al respecto, por ejemplo, en Historia Humana, Cronología Humana, y Los Arym.
D'Arken ha sido, desde siempre, un punto de referencia inevitable en la política internacional de Oniria. La riqueza de
sus tierras, el poder de sus gentes (los fascinantes y misteriosos Arym, naturalmente predispuestos para la magia,
siempre combativos, siempre tan orgullosos de su estirpe) lo han convertido en una potencia que muchas veces ha
decidido la línea de la Historia, y, por supuesto, en un premio sumamente apetecible para propios y extraños.
Incluso ahora, invadido desde el exterior, escindido por el fantasma de la guerra civil, sin una guía clara ni un futuro
seguro, D'Arken ha sabido, de un modo u otro, salir adelante, y no precisamente debilitado.
Su capital actual es Meykle, la Hermosa, y tradicionalmente fue un Reino. Sin embargo, durante los últimos quinientos
años, y en virtud del llamado Pacto de Tournemassy, se convirtió en un simple Condado, regido por un Conde
supeditado al Imperio de Katanya.
En todas las épocas y fórmulas, el gobernante de D'Arken ha sido desde siempre asesorado por el llamado Consejo de
los Veinte, formado por los gobernantes de los distintos territorios. Recibe ese nombre también por tradición, pese a que
el número real ha variado a través de los años.

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