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Sistema Religioso
Por favor lee primero nuestro artículo 'Vivir en Comunidad Cristiana', para
entender la base bíblica de lo que significa vivir en una comunidad cristiana.
Este es el amor que Jesú s nos enseñ ó a tener el uno por el otro. ¿Pero cuá l iglesia
has encontrado donde las personas verdaderamente ponen su vida por sus
hermanos? La verdad es que, en muchos de los casos, ni siquiera saben de la vida
del otro, ya que de lunes a sá bado cada uno hace lo suyo. Algunos se pueden llegar
a reunir un miércoles o jueves por la noche para estudiar la biblia, pero en el día a
día de la vida cada uno se las arregla a solas como puede.
Cuando uno vive en comunidad cristiana siete días a la semana con otros
hermanos y hermanas, entrega literalmente su vida (tiempo) por el otro. Como
cada persona ya ha renunciado a todas sus posesiones (Lucas 18:22, Lucas
14:33), todas las cosas que ahora tiene no le pertenecen a esa persona sino a Dios,
bajo la administració n de la comunidad cristiana. Como resultado, no hay ningú n
necesitado entre los miembros (Hechos 4:32-35).
En una comunidad cristiana tenemos el mismo sentir unos con otros y trabajamos
uná nimes para glorificar a Jesú s (Romanos 15:5-6, 1 Pedro 3:8), mientras que en
el sistema religioso cada uno busca su propia gloria y compite por posiciones de
importancia. Esto se ve claramente cuando los líderes (y aquellos que aspiran a
ser líderes) toman títulos de respeto como "Pastor", "Reverendo", "Maestro",
"Padre", etc. en vez de fomentar un ambiente donde todos se reconozcan como
hermanos y hermanas (Mateo 23:8-12).
A menudo, por medio de sus doctrinas religiosas, los líderes del sistema religioso
agregan a sus fieles cargas difíciles de llevar, pero no levantan ni un dedo para
ayudarlos con tal carga (Lucas 11:46). Si los líderes mismos no está n dispuestos a
ayudar a los miembros de la iglesia, menos aú n lo estará n los miembros entre sí.
Uno no siente la responsabilidad de tener que meterse en una situació n
complicada por el otro, ya que el otro tampoco lo haría por uno.
En una comunidad cristiana nos exhortamos el uno al otro TODOS LOS DÍAS, y no
dejamos de congregarnos (Colosenses 3:16, Romanos 15:14, Hebreos
3:13; Hebreos 10:25). Trabajamos juntos, comemos juntos, jugamos juntos.
Disfrutamos verdaderamente de la compañ ía de los demá s. Nuestros mejores
amigos son los hermanos y hermanas que viven con nosotros (Lucas 8:21). En
cambio, en el sistema religioso la exhortació n viene por medio de una revista, o un
sermó n del pastor. Si un miembro trata de exhortar al otro, muchas veces se
responde con un "¿quién eres tú para decirme a mí tal cosa?" La gente, a menudo,
se reú ne en la iglesia no porque ahí estén sus mejores amigos con quien comparten
todo lo que tienen, ni porque se predica la verdad, sino por el temor a ir al infierno
si no son fieles, porque han ido a esa iglesia desde chicos, porque les gusta la
mú sica, los sermones son entretenidos, o es la iglesia má s cercana a su casa.
En una comunidad cristiana nos sometemos el uno al otro (Efesios 5:21, 1 Pedro
5:5), renunciando el "yo" en pos del "nosotros". En el sistema religioso es muy
difícil aprender a destrozar tu orgullo. (Lee el artículo "El Orgullo" para má s
informació n.) En el sistema religioso no tienes que someterte a otra persona salvo,
quizá s, al pastor. Y si te tienes que someter al pastor, suele ser sobre algú n
pensamiento de doctrina teoló gica que tienes que aceptar intelectualmente. Sin
embargo, en tu vida diaria puedes hacer lo que quieras, siempre que el pró ximo
sá bado o domingo vuelvas a la reunió n, ¡y no te olvides de traer el diezmo y la
ofrenda!
En cambio, en el sistema religioso, si una persona no se lleva bien con la otra, el día
de congregarse ésta puede sentarse en otra parte de la iglesia, cambiar al otro culto
del día, y evitar a la persona sin que afecte a la reunió n en lo má s mínimo. A
menudo se murmura y se chismea sobre las faltas de los demá s y no se resuelven
los problemas entre los miembros. Si se confiesan pecados, suele ser solamente al
sacerdote o pastor y es fá cil tener una "vida secreta" en la cual uno vive en pecado
sin que los demá s lo sepan.
Si verdaderamente eres una persona que quiere seguir a Cristo, encuentra por lo
menos una o dos personas que también quieran seguir a Jesú s y tener unidad
contigo, aunque sea solamente tu esposa o esposo. Pero tampoco te limites a dos o
tres, si es que conoces a má s cristianos. Y ya que está s leyendo este artículo, aquí
nos ofrecemos a nosotros mismos como una comunidad cristiana dispuesta a
trabajar junto contigo en obedecer a Jesú s, si es lo que verdaderamente quieres.
¿Qué te parece?