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ArtículosFísicaMecánica Clásica

Carlos Carbajosa Fernández -


Julio 17, 2021
Tiempo de lectura: 7 minutos

Introducción
En el anterior capítulo de la serie, se realizó un análisis de los términos que
intervienen en la Segunda Ley de Newton, realizando una clasificación de las
fuerzas, e introduciendo de forma somera el concepto de tensor de tensiones.
En este capítulo, se extenderán estos conceptos para hallar las ecuaciones de
cantidad de movimiento tanto en forma integral como en forma diferencial.

Términos de la ecuación
Inercia
Como ya se vio en el capítulo anterior, la Segunda Ley de Newton exige que
la suma de fuerzas que actúan sobre un sistema es igual a la masa total del
sistema multiplicada por el vector aceleración del centro de masas del sistema
(es decir, la derivada de la cantidad de movimiento total del sistema), siempre
y cuando la masa del sistema permanezca constante.

La cantidad de movimiento total de un volumen fluido es:

Donde la integral se extiende a todo el volumen de control, y se suponen


conocidos los campos tanto de velocidad como de densidad (en caso de que
ésta sea constante, puede sacarse fuera de la integral). Finalmente, su
variación resulta ser:

Fuerzas
Como ya se vio, las fuerzas que actúan sobre el sistema pueden clasificarse
en: fuerzas de contacto (también denominadas fuerzas superficiales) y fuerzas
de largo alcance (también conocidas como fuerzas volumétricas).

Fuerzas de largo alcance


Las fuerzas de largo alcance son fuerzas que se ejercen a distancia, sin
necesidad de un contacto estrecho para ser ejercidas, y que afectan a todo el
sistema de forma directa. Forman parte de estas fuerzas la gravitatoria y las de
inercia. Para un sistema no inercial genérico, en el que se está analizando el
volumen fluido, y del que se conoce la velocidad angular,   respecto de un
sistema inercial determinado, así como la aceleración de su origen,  , la
fuerza volumétrica por unidad de masa resulta ser:

Ha de entenderse que tanto  , como   son, respectivamente, distancias y


velocidades de objetos medidos en el sistema no inercial, mientras que   es el
campo gravitatorio que mide este sistema (aunque en general dependerá de la
posición, en la Tierra tiende a tomarse constante).

El resto de fuerzas que intervienen en la ecuación son, respectivamente y en


orden de izquierda a derecha, la de arrastre, fuerza centrífuga, azimutal y la
fuerza de Coriolis. Además, en aquellos casos en los que la fuerza total
volumétrica sea conservativa (la gravitatoria, la de arrastre y la centrífuga
siempre lo son), puede expresarse  , donde   es el potencial del
que deriva la fuerza, y   es el operador ‘nabla’.

Con todo lo dicho, puede escribirse la suma de fuerzas volumétricas que


actúan sobre el volumen fluido como:

Fuerzas de contacto
Finalmente, las fuerzas de contacto son aquellas que están aplicadas sobre la
superficie (o frontera) del sistema en cuestión. Al proyectar el tensor de
esfuerzos (o de tensiones) sobre un versor normal en un punto a una
superficie, se obtiene la fuerza por unidad de superficie que actúa sobre ese
punto. Por ello, si se sumasen todos los vectores de fuerza por unidad de
superficie aplicados sobre cada punto en toda la superficie el volumen fluido,
se obtendría la fuerza de contacto total que actúa sobre el sistema, esto es:

En este caso, no se ha hablado sobre el modo de proyectar un tensor (si no se


dice nada, se entenderá que el tensor es de orden 2, por lo que puede
representarse en un sistema de referencia determinado mediante una matriz, y
proyectar el tensor equivale a realizar un producto de una matriz por un vector
columna).
Ecuación de cantidad de
movimiento en forma
integral
Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, se llega a la formulación
de la Segunda Ley de Newton para un volumen fluido:

No obstante, de cara a otorgar una mayor generalidad a la ecuación, se hará


uso del Teorema del Transporte de Reynolds, de modo que la ecuación sea
aplicada a un volumen de control genérico y elegido de forma arbitraria (o
mejor dicho, elegido del modo más conveniente posible). Aplicando dicho
teorema, se obtiene la ecuación definitiva:

En esta expresión, los términos con subíndice   hacen referencia al volumen


de control, siendo  ,   y   el volumen de control, la superficie que lo
encierra y su velocidad, respectivamente. La velocidad sólo aparece en las
integrales de superficie, por lo que hace referencia a la velocidad de sus
superficies, en caso de que estas sean móviles en el sistema de referencia
escogido.

Ecuación de cantidad de
movimiento en forma
diferencial
Finalmente, se expondrá la ecuación en forma diferencial. Para ello, se
considerará un volumen de control fijo en el sistema considerado, con lo que
dejará de haber dependencias con el tiempo y, además, la velocidad  .
Con ello, las ecuaciones quedan:
Además, puede emplearse el Teorema de la Divergencia de Gauss para
transformar las integrales de superficie en integrales volumétricas,
obteniéndose:

Al ser todas las integrales de volumen y estar extendidas al mismo recinto,


pueden agruparse los integrandos, de modo que como ha de cumplirse la
ecuación para cualquier volumen de control, es equivalente a que se cumpla la
ecuación

Existen diversas formas de esta ecuación, no obstante, haciendo uso de


la ecuación de continuidad hallada anteriormente en la serie, se obtiene la
forma más común de la ecuación:

Conclusiones
Con las dos ecuaciones que se han presentado hasta el momento (continuidad
y cantidad de movimiento) basta para resolver una gran cantidad de problemas
desacoplados. Recordemos que la ecuación de cantidad de movimiento, al ser
vectorial, son tres ecuaciones escalares, que sumadas a la de continuidad
suman cuatro. Las incógnitas habituales son los campos de velocidades, de
densidad y la energía. No obstante, si hay desacoplamiento entre las
ecuaciones de energía y de cantidad de movimiento, con las cuatro ecuaciones
que se tienen basta para aquellos casos en los que se conozca la densidad y se
quieran conocer el campo de velocidad (tres incógnitas) y de presión (una
incógnita más).

En los siguientes dos capítulos se hallará la ecuación de la energía, y se


cerrará el formalismo matemático exponiendo la necesidad e importancia de
condiciones iniciales y de contorno, así como de una ecuación de estado en
algunos casos. Con todo ello ( condiciones iniciales y de contorno, ecuación
de continuidad, de energía y las tres de cantidad de movimiento y una
ecuación de estado) el problema estaría cerrado. No obstante, quedaría
formular ciertas leyes empíricas, como la de Fourier que permitan relacionar
el flujo de calor con el gradiente del campo de temperaturas, por ejemplo.

Espero que estéis disfrutando la serie tanto como yo, dejad comentarios con
vuestras impresiones, dudas y cualquier sugerencia. También estaba pensando
en hacer videos con problemas sencillos para completar la teoría cuando
finalice la serie, si os gusta la idea dejadlo en los comentarios y, ¡¡¡hasta la
próxima!!!

Autor
Carlos Carbajosa Fernández

Estudiante de Ingeniería Aeroespacial (UPM)

Madrid

Bibliografía:
 Liñán, A., Rodríguez, M., & Higuera, F. (2019). Apuntes de
mecánica de fluidos (1st ed.). Madrid: Publicaciones ETSIAE.
 [Imágenes]: https://pixabay.com/es/

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