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LOS RATONES VAN AL INFIERNO - Gonzalo Arango.

RUBEN DARIO AREVALO DIAZ.

(La obra da comienzo resaltando los decorados dentro de la cual se especifican


ciertas características como lo son los decorados.

UNO: Para el Niño Sin Pies y La Madre, un cauto suntuoso lleno. De enormes
juguetes mecánicos que doblan la estatura del Niño Sin Pies: cohetes, aviones,
cápsulas espaciales, trenes eléctricos, etc.

DOS: Para La Madre y Dios, un hermoso jardincito florido en primavera. Surcan el


aire mariposas, Libélulas, y aves del Paraíso. El cielo es puro y azul.

TRES: Para El Herrero un tallercito sórdido, sombrío, abigarrado de chatarras


mohosas y hollín. Hay. Una forja encendida, un yunque. En los rincones, nidos de
basura donde duermen sus hijos. Es, para decirlo todo de una vez, el reino de la
miseria.)

La obra comienza con un narrador que nos dice haber conocido a un niñito sin
pies que todo lo que quería era un ratoncito. Y odiaba a los gatos por ser los
mortales enemigos de los ratones, y aunque nunca había visto a un ratón estos
eran agiles y se escondían en rinconcitos, y tanta admiración tenía que en sus
sueños cuando el ratoncito iba a morir imagina que estos tenían alas para escapar
de un gato color tigre y así fue pues al tener alas este voló hasta el cielo.

Así él pensaba que los ratones en el cielo estarían a salvo ya que los gatos no
podían volar, es más ni siquiera podrían entrar puesto que tiene garras filudas.

Así pues al llegar la madre esta le ve entristecido y le pregunta

MADRE-¿Qué te pasa, niño mío, estás asustado?

NIÑO SIN PIES-Mamá, quiero un ratoncito.


Así pues al escuchar esta petición pregunta que para que quiere un ratón, y el
niño responde que para poder jugar y volar como ellos lo hacen, aunque la madre
le insiste en que ellos no tiene alas él dice:

NIÑO SIN PIES: Si los tienen, yo los vi.

MADRE: esas son mentiras tuyas.

Que si este seguía mintiendo no iría al cielo, así mismo el niño pregunta de si en el
cielo hay ratones, y ella responde que no, dado que los ratones no pueden ir al
cielo, negándose a la petición.

MADRE: porque son feos y huelen mal, los ratones van al infierno.

NIÑO SIN PIES: Entonces quiero ir al infierno (quiero ir al infierno terrible de los
ratones)

En es momento también le surge una duda, del porque él no tiene pies, a lo cual
responde que son designios de dios y que sus hermanos ángeles tampoco los
tienen.

Así la madre manda al niño adormir, pero no sin antes decirle que está bien que si
eso lo hace feliz ella conseguirá un ratón, buscara en el jardín, pero mientras él
debe dormir.

Para el segundo cuadro aparece Dios en dialogo con la madre.

Este es el jardinero de un hermoso jardín lleno de flores, Al verla rebuscar en


medio de sus plantas dios pregunta

DIOS: ¿qué es lo que buscas alma mía?

La madre no lo reconoce, sin embargo menciona que busca algo que aún no
encuentra, que aunque es hermoso y se pregunta si el paraíso también estará
lleno de flores y colores y olores, a lo que dios responde que así es, como una
eterna primavera.

A lo que la madre desconsolada responde que cuando piensa en lo que busca se


pone mortalmente triste puesto que aquello que busca se parece más bien al
diablo, dio se sorprende y así mismo pregunta de cómo encontrar algo como el
diablo en un lugar tan puro, entonces ella responde que no busca al espíritu malo,
sino a ¡un Horrible Ratón!

A lo que dios responde que aunque es bueno que no sea lo que él creía, los
ratones son también cosas del infierno por ende dado que el lleva mil años en su
jardín, nunca ha visto uno, pero también pregunta del porque necesita un ratón, a
lo que responde que ese ratón es la única forma de ver feliz a su hijo.

Dios le recomienda que aunque sea noble la causa ahí nunca lo encontrar, así que
le recomienda que vaya a la ciudad y los busque en los basureros, desagües de
fábricas entre la podredumbre. A lo que ella acepta donde los hombres sufren,
odian, maldicen y lloran de la desesperación.

Después de un dialogo respecto al amor de dios por el hombre y que en aquellos


que sufren, y lloran, dios también se encontraba en su corazón y de su sacrificio
para abrir las puertas no del cielo sino de la tierra que estaban cerradas por los
poderosos imperios, le da una rosa para su hijo, para después hacerle entender
que él es el jardinero de almas, y muy cercano era de dios, que si fracasa en su
búsqueda en la ciudad, vuelva y el vera que pueda hacer dios para solucionarlo.

PARA EL TERCER CUADRO

La madre vuelve a la habitación del niño sin pies con la rosa dad por el jardinero
para el niño y ve al niño que sigue infeliz por no tener un ratón y llora
desconsoladamente

La madre le pide que por favor no llore, que ella morirá si lo ve llorar, a lo que el
niño responde que no le importa que ella muera si no le da un ratón, la madre le
dice que intentara conseguir uno y le da la rosa que había enviado el jardinero de
dios, a lo que el responde lanzándola y diciendo que las flores huelen a perfume y
eso no le gustaba. A lo que la madre le menciona que esa flor la crio el jardinero
de dios en el paraíso expresamente para el que si la bota de esa manera dios se
enojara, a lo que menciona que no le da miedo y que es muy muy muy infeliz.

Su madre entristecida sale en dirección a los barrios bajos de la ciudad a buscar el


ratón. Que revolverá los cielos y la tierra de ser necesario por conseguir un ratón
y hacer feliz a su hijo.

CUARTO CUADRO.

La madre se dirigió a la ciudad con la ilusión de encontrar un ratón y llega a donde


un desdichado herrero que golpeaba el metal con su martillo, mientras se dirigía
ahí veía la inmundicia de casas destruidas, hechas con latas viejas y pedazos de
cartón.

La madre se abrió camino entre la miseria y tuvo la ilusión de que en ese infierno
encontraría lo que ella busca, mientras los desdichados la siguen entre muecas y
murmullos ella llega donde el herrero pidiendo ayuda, pues piensa que estos se la
comería, a lo que el herrero responde que no tema, pues no se la comería, que
ellos comen hasta ratones, pero no gente, ella le pide al herrero que por favor ellos
no la toquen pues le da asco, y menciona que ellos pueden ayudar en lo que fue
a buscar, así el herrero les dice a la chusma que entre risas y gritos estaba viendo
a la señora,

HERRERO: silencio, la señora quiere hablar.

AL EMPEZAR el discurso al señora les pide por favor le ayuden a lo que todos
responden que si, al escuchar la afirmación les menciona que aquel que lo logre le
dará MIL PESOS. Y todos celebrar que les daría mil pesos.

A lo que ella menciona que les será muy fácil de hacerlo, solamente deben
encontrar un ratón y llevárselo, en ese momento todos se vieron desconsolados,
con un suspiro de desaliento muchos maldecían enojados, y otros simplemente
salieron a sus casas con la esperanza de que el milagro de encontrar un ratón, el
herrero les mando a callar y les dijo que ya escucharon a la señora y que se vayan
a buscar un ratón, mientras le explicaba a la señora el porqué de las maldiciones e
insultos

(La chusma desfila desilusionada. El último de los mendigos, muy sucio y ha-
raposo, se sacude los pantalones, mira su interior obscenamente).

El mugroso se buscaba entre sus pantalones, por cosa de milagro encontrar un


ratón y volverse millonario, al no caer nada el herrero lo echa.

La señora y el herrero dialogan y ella pregunta de si lo encontraran cuestión que el


herrero duda, ella le pregunta del porque él no va a buscarlo que le gustaría que él
se gane los mil pesos.

El menciona que ellos son bobos pero que él no lo es, mientras ellos buscan él
trabaja, y que no encontraría un ratón aunque quisiera salir y ganarse los mil
pesos, porque ahí no hay ratones, no hay ratones porque en ese lugar hasta los
ratones se murieron de hambre, ya que los ratones comen las sobras de ellos,
peor como ahí hasta ellos se morían de hambre los ratones también se murieron
de hambre.

Y tampoco están en las alcantarillas porque esas se las comieron en navidad y


que por esa razón no queda ninguna.

Ocurre una reflexión en este punto, pues le señor se imagina que siendo el un
ratón, podría hacer feliz a sus hijos, pues con ese dinero podrían ellos comprar
una casa, vivir felices, sin hambre y los niños jugarían entre flores.

Por ello después de que la mujer y le herrero tuvieran una conversación sobre el
amor de dios hacia los pobres y que el herrero replicara diciendo que si fuera asi,
ellos no sufrirían tanto el herrero dice:

HERRERO: DIOS, PORQUE ME HICISTE HOMBRE Y NO RATON.


Al finalizar el capítulo la mujer intentar darle unas monedas a lo que el hombre
responde, si encuentras a Dios dile que no necesito limos, sino justicia.

QUINTO CUADRO.

La madre sale de la ciudad y entra nuevamente en el jardín de dios, y reza y


suplica que en su infinito poder le haga el milagro de hacer aparecer un ratoncito,
a lo que aparece dios con una flor mientras dice: me quiere no me quiere me
quiere, no me quiere, y le pregunta de si al final no había podido encontrar un
ratón, ella responde que no y que los seré de ahí Vivian en la más profunda
miseria a lo que se sorprende dios y pregunta que hicieron con la riqueza que el
dejo a los hombres para que puedan subsistir. Sin embargo no podía concederle
un ratón porque su hijo no lo quiere, ella desesperada le dice que por favor lo
perdone, que solo es un niño y que no sabe de sus palabras, entonces dios le dice
que si ella quería podía darle los cielos, las estrellas, el mar o la bella luna, el sol o
un ángel, así pues ella le decía lo hermoso que era su universo y que haría lo
posible por intentar hacer que el niño cambie de deseo, que si esa no era la
solución la única forma de conseguir un ratón siendo aún peor que la muerte o aun
peor que ir al infierno era, convirtiéndose ella misma en un ratón.

SEXTO CUADRO.

La madre se encuentra con el niño en su cama y lo saluda de beso diciéndole


amor mío que no encontró un ratón pero tenía algo mil veces mejor, el sol para
jugar con él y hacerlo brillar hasta en el fondo de las aguas, a lo que el niño
responde que no, que aquello que deseaba era un ratón, entonces la madre le
dice: entonces te doy la luna, que brilla de dos colores, por un lado como el oro y
por otro es roja como las manzanas y así en sus sueños tendrá el color de la luna,
sin embargo el niño responde que no, que aquello que deseaba era un ratón.

Entonces vida mía dice la madre, te doy las estrellas que son de mil colores por
ende podría dárselas en ramilletes, blancos, rojos, azules y de mil colores, y el
niño responde, ¡Odio las estrellas!
La madre descompensada intenta hacerle ver al niño que en el mundo hay mucho
dolor y sufrimiento, a lo que el niño responde que se alegra de que sufran, que
ojala sufran más y más.

La madre le dice que para calmar el dolor ellos ven las estrellas porque piensan
que así los ve dios, que ella le dará los ojitos de dios si el desea, pero no un ratón,
a lo que simplemente responde.

¡NO QUIERO! No quiero estrellas, ni ojitos de dios. Quiero un ratón. (…) no quiero
el mar quiero un ratón, un miserable ratón.

La madre le dice que si así ella fiera un ratón el estaría feliz, que si siendo un ratón
él la amaría a lo que el niño responde:

NIÑO SIN PIES: La amaría más que todo en el mundo, la amaría sobre todas las
cosas... Ah... si mi madre fuera un ratón. . . ¡qué bella sería!

La madre se acerca y lo acaricia separándose el con repugnancia, y diciéndole te


amo alma mía, a lo que él responde déjame, tú no eres mi madre, yo no tengo
madre.

Luego se aleja de él mirándolo con ojos de amor pero a la vez triste hacia el jardín
de dios.

SEPTIMO CUADRO.

Ella se dirige al jardín de dios y le pide que la convierta en ratón a lo que dios con
tristeza acepta y conjura un arcoíris envolviendo a la madre entre colores y
convirtiéndola en ratón a la orden de dios, entre las flores de su jardín salto un
ratoncito con alas impaciente por llegar a donde el niño sin pies

OCTAVO CUADRO.
El niño sin pies escucho un zumbido como un aleteo de pequeñas alas, miro que
llegaba un pequeño ratoncito la cual estrecho entre brazos y pronunciando
Ratoncito mío, ratoncito mío, ¡MAMÁ!

Así la madre vio la felicidad en los ojos de su hijo y con gran amor quería expresar

¿Me quieres ahora hijo mío?

¿Eres feliz?

Pero no pudo decir nada, porque desgraciadamente para la mamá del niño sin
pies, los ratones no hablan.

FIN.

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