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a) Aspectos culturales:
Se oponen lo liberal (universalizante)/ revolucionario (latinoamericanista)
b) Internacionalización de la narrativa hispanoamericana:
• Conciencia del aislamiento nacional, politización de la literatura
(Congreso de Intelectuales de la Universidad de Concepción, Chile, en
1962).
• La internacionalización se produce en el ámbito continental y
transcontinental.
• Importancia de algunas revistas: Mundo Nuevo, Libre/ Casa de las
Américas.
• La relación con Cuba es de ilusión y posterior desilusión. De hecho el
final del boom suele relacionarse con el alejamiento de muchos de esos
escritores respecto de la revolución, a raíz de casos como el de Padilla en
1971.
• (Rama) En otro orden de cosas, hay que tener en cuenta el fenómeno de
la sociedad de consumo. Tiene relación con las capitales culturales:
México, Buenos Aires, Sao Paulo, Barcelona “donde la tardía y confusa
información sobre la novela latinoamericana proporciono una primera
imagen de la arbitrariedad que caracterizaría al boom: el conocimiento de
Mario Vargas Llosa fue anterior al de Julio Cortázar y el de éste anterior
al de Jorge Luis Borges”. Por eso, hay que tener cuidado con el
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“aplanamiento sincrónico” que provoca el desconocimiento de la historia
cultural latinoamericana”.
• Factores de expansión: traducciones > globalización.
• El éxito no sólo se debe a un criterio estético, sino político y económico.
c) Las esquivas definiciones
• La definición del boom no es fácil. La palabra proviene remotamente de la vida
militar, como onomatopeya de explosión, pero tiene sus orígenes en la
terminología del marketing moderno: alza brusca de ventas, en este caso de
libros, que ya se había producido en Hispanoamérica con anterioridad en el caso
de los “magazines” de actualidad, que en los sesenta trasladaron el modelo
europeo y norteamericano. En ellos se incluyen también a los libros.
• Es importante ver la opinión de los escritores del boom, la reacción de sus
protagonistas, voluntarios o no, a un fenómeno sociológico enteramente nuevo
en el continente, como la demanda masiva de obras literarias. El debate público
más amplio tuvo lugar en el “Coloquio del Libro” en Caracas en julio de 1972,
por invitación de la editorial oficial Monte Ávila. También hay polémicas
anteriores.
• Mario Vargas Llosa:
Lo que se llama boom y que nadie sabe exactamente qué es –yo particularmente
no lo sé-, es un conjunto de escritores, tampoco se sabe quiénes, pues cada uno
tiene su propia lista, que adquirieron de manera más o menos simultánea en el
tiempo, cierta difusión, cierto reconocimiento por parte del público y de la
crítica. Esto puede llamarse, tal vez, un accidente histórico.
Ahora bien, no se trató, en ningún momento, de un movimiento literario
vinculado por un ideario estético, político o moral. Como tal, ese fenómeno ya
pasó. Y se advierte ya distancia respecto a esos autores, así como cierta
continuidad en sus obras, pero es un hecho, por ejemplo, que un Cortázar o un
fuentes tienen pocas cosas en común y muchas otras en divergencias.
Los editores aprovecharon muchísimo esta situación, pero esta también
contribuyó a que se difundiera la literatura latinoamericana, lo cual constituye un
resultado en fin de cuentas bastante positivo. Lo que ocurrió a nivel de la
difusión de las obras ha servido de estímulo a muchos escritores jóvenes, les ha
llevado a escribir, les ha probado que en América Latina existe la posibilidad de
publicar, de conseguir una audiencia que trascienda las fronteras nacionales e,
incluso, las de la lengua. El hecho es que hoy se escriben muchas más novelas
que hace algunos años. No afirmo que la causa haya sido exclusivamente la de
que un grupo de escritores obtuviera mucho éxito y una gran audiencia, pero,
sin duda, esa realidad ha contribuido a dar mayor seguridad y a estimular las
vocaciones jóvenes.
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Esta definición enfoca el tema desde el ángulo de la creación individual, dejando a
un lado el social y económico. No hay que olvidar el desarrollo de los medios de
comunicación: televisión, publicidad, nuevo cine y el desarrollo urbano.
• Julio Cortázar (Coloquio, París, 1972):
…eso que tan mal se ha dado en llamar el boom de la literatura latinoamericana,
me parece un formidable apoyo a la causa presente y futura del socialismo, es
decir, a la marcha del socialismo y a su triunfo que yo considero inevitable y en
un plazo no demasiado largo. Finalmente: ¿qué es el boom sino la más
extraordinaria toma de conciencia por parte del pueblo latinoamericano de una
parte de su propia identidad? ¿qué es esa toma de conciencia sino una
importantísima parte de la desalienación? (…) Aparece, entonces, en estos
últimos quince años, el hecho incontrovertible, innegable, de lo que se conoce
como boom (es lamentable que para definirlo se hayan servido de una palabra
inglesa). En el fondo, todos los que por resentimiento literario (que son muchos)
o por una visión con anteojeras de la política de izquierda, califican el boom de
maniobra editorial, olvidan que el boom (ya me estoy empezando a cansar de
repetirlo) no lo hicieron los editores sino los lectores, y ¿quiénes son los
lectores, sino el pueblo de América Latina? Desgraciadamente no todo el
pueblo, pero no caigamos en utopías fáciles. Lo que importa es que haya
sectores que se hayan dilatado vertiginosamente y que hayan obrado el milagro
increíble por el cual un escritor de América Latina, que en los años 30 hubiera
difundido con tremenda dificultad una edición de 2000 ejemplares (los primeros
libros de Borges se vendieron a 500 ejemplares) de golpe se convierte en autor
popular con novelas como Cien años de soledad o La casa verde o cualquiera de
las novelas que estamos leyendo y que ya se están traduciendo al mundo entero.
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conjunción espectacular. En un período de apenas seis años, entre 1962 y 1968,
yo leí: La muerte de Artemio Cruz, La ciudad y los perros, La casa verde, El
astillero, Paradiso, Rayuela, Sobre héroes y tumbas, Cien años de soledad y
otras, por entonces recién publicadas. De pronto había irrumpido una docena de
novelas que eran por lo menos notables, poblando un espacio antes desierto.
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• A principios de los 60 algunos editoriales hispanoamericanas empiezan a
publicar autores contemporáneos y a darles cierta difusión, pero tampoco tienen
casi repercusión.
• La situación empieza a cambiar desde Europa (donde viven la mayoría de
autores del boom en los 60: Barcelona, París) y en concreto desde editoriales
españolas (Seix-Barral). Mediante la concesión de premios y la atención en
revistas especializadas (Ínsula, Cuadernos Hispanoamericanos, La Estafeta
Literaria, Papeles de Son Armadans, Índice), la narrativa hispanoamericana
contemporánea empieza a hacerse visible internacionalmente.
• Posteriormente, México y Buenos Aires serán centros importantes (en México se
publica Cambio de piel, 1967, de Fuentes, para salvar censura española; en
Buenos Aires, Cien años de soledad).
• El proceso comienza a partir del premio “Biblioteca Breve” a La ciudad y los
perros (1962, publ. 1963), pero antes había habido ya atisbos. La Colección
Biblioteca Breve de Seix-Barral había sido fundada en 1956; en 1958 comienza
a convocar su premio.
• La amistad entre autores y entre éstos y editores y agentes literarios, la ideología
común (apoyo a Cuba) y la presencia de un nuevo mercado de lectores influyó
en la consolidación de esa literatura, además de la calidad de sus obras.
c) El final del boom: además del cambio en las posiciones ideológicas, cuentan
otros factores:
• Importancia ruptura Seix-Barral y repercusión (fin 1970)
Normalización” de la situación narrativa en España-Hispanoamérica:
• La literatura hispanoamericana forma parte ya entonces del catálogo de casi
todas las editoriales.
• Su impacto se extiende pero es menos intenso; la oferta se diversifica
• La subversión lingüística y el énfasis imaginativo de la LH formaban ya parte de
las expectativas del público.
• Se va diluyendo el interés por el experimentalismo formal.
• Nuevas propuestas: 1973 supone un cambio con la publicación de Pantaleón y
las visitadoras: giro humorístico que decepciona a la mayoría de la crítica
(Conte) aunque otros ven nuevas líneas (Castellet, relacionado con Seix-Barral).
Entre 1974 y 1975 se publican otras obras importantes que demuestran la
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continuidad del interés: El otoño del patriarca (Plaza y Janés), Cambio de piel
(ed. española) y Terra Nostra (Seix Barral), Abaddón el exterminador (Alianza)
El boom se convierte en noción de referencia para la historia de la narrativa
hispanoamericana.
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• Carlos Fuentes (1928-): La región más transparente (1958: atención a la
realidad urbana; la post-revolución “traicionada”; lo mítico); La muerte de
Artemio Cruz (1962, estructura rigurosa; motivos míticos; indagación sobre un
arquetipo. Nuevo juicio a la revolución); Cambio de piel (1967
Experimentalismo. Fiesta, viaje. Analogías simbólicas); Terra Nostra (1975.
Ambiciosa reescritura de mitos e historia)
• Gabriel García Márquez (1928–): La hojarasca (1955); El coronel no tiene
quien le escriba (1961); La mala hora (1966); Los funerales de la Mamá
Grande (cuentos, 1962). Son aproximaciones al mundo de CAS; Cien años de
soledad (1967); El otoño del patriarca (1975)
• Mario Vargas Llosa (1936–): La ciudad y los perros (1963); La casa verde
(1966); Conversación en La Catedral (1969); Pantaleón y las visitadoras (1973)
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• Guillermo Cabrera Infante (1929–): [Cuentos] Así en la paz como en la guerra
(1960); Vista del amanecer en el trópico (1974); [Novelas]: Tres tristes tigres
(1967) y La Habana para un infante difunto (1978).
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a) Formas
- Ángel Rama habla de “tecnificación”.
- Shaw: Las mayores innovaciones formales pueden resumirse en los siguientes
factores:
• Abandono de la estructura lineal: repercute en la creación de dos tipos de obras:
a) Obra de estructura muy visible: respuesta artística a la desintegración caótica
de la realidad (Vargas Llosa) / b) Obras de diseño oculto, fragmentarismo,
ambigüedad: reflejo de la desintegración (Donoso)
• Abandono de los espacios realistas
• Desaparición del narrador omnisciente: perspectivismo
• Interés por el lenguaje, no como estilo, sino como vía hacia lo “real”. Novela
como “estructura verbal” (Asturias, Fuentes, Cortázar).
• Énfasis en la ficcionalidad.