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Universidad del Istmo -UNIS-

Facultad de Arquitectura y Diseño


Forhum 10
Arq. Omar Maldonado
Awner Esaú Alarcón Buezo

LA PAZ INTERIOR, CAMINO DE SANTIDAD


Jacques Phillippe

1. Sin mí no podéis hacer nada (Jn 15, 5)


La paz en el corazón es de vital importancia en el desarrollo de la vida cristiana por
lo que es necesario estar plenamente convencidos que todo el bien que podamos
hacer viene de Dios, quien muchas veces nos pone pruebas, fracasos y
humillaciones para convencernos de nuestra impotencia para hacer el bien por
nosotros mismos.

Las palabras de Jesús «Sin mí no podéis hacer nada» hace que nos cuestionemos
¿cómo dejar actuar a Jesús en mí? ¿Cómo permitir que la gracia de Dios opere
libremente en mi vida? Para lo cual debemos descubrirnos a nosotros mismos, a
nuestro corazón para permitiré a Dios actuar en nosotros.

2. Paz interior y fecundidad apostólica


La paz interior a la que se hace referencia es del Evangelio y no tiene nada que ver
con algún tipo de indiferencia o falta de sensibilidad. Se trata de dejar actuar al
Espíritu Santo en nosotros y en el actuar cotidiano ayudar a los demás a responder
preguntas como ¿Cómo comunicar la paz a los otros si carezco de ella? ¿Cómo
habrá paz en las familias, en la sociedad y entre las personas si, en primer lugar, no
hay paz en los corazones?

3. Paz y combate espiritual


La vida cristiana es un combate, una lucha constante. Todo cristiano debe estar
firmemente convencido de que, en ningún caso, su vida espiritual puede ser el
desarrollo tranquilo de una vida insignificante, sin historia, sino que debe ser el
terreno de una lucha constante, y a veces dolorosa, que sólo dará fin con la
muerte: lucha contra el mal, las tentaciones y el pecado que lleva en su interior.
Este combate es inevitable, pero hay que considerarlo como una realidad
extraordinariamente positiva.

4. La paz suele estar en juego a lo largo de la lucha


Cualquiera que sea la violencia de la batalla, el creyente se esforzará por mantener
la paz del corazón para dejar que el Dios de los Ejércitos luche en él. Casi siempre
es la misma paz la que está en juego a lo largo de la lucha, esa misma paz que nos
ayuda.

5. Las razones por las que perdemos la paz son siempre malas razones
Luchar significa con frecuencia oponer unos pensamientos que pueden
reconfortarnos y devolvernos la paz, a los que provienen de nuestro propio
espíritu, de la mentalidad que nos rodea, o incluso en ocasiones del enemigo.

En las situaciones de lucha, el origen importa muy poco, sino que las buenas
intenciones y pensamientos, así como las convicciones sólidas basadas en la fe
fortalecen la inteligencia y el corazón.

6. La buena voluntad, condición necesaria para la paz


Es la facultad que adopta buenos principios y se propone actuar acordemente. Esta
se refiere a Dios y sus buenas intenciones para con toda su creación. Los que le
reciben, aceptan y plan e inclinan sus acciones a ello son los que poseen buena
voluntad.
7. La buena voluntad, condición suficiente para la paz
Con el hecho de tener esa buena voluntad se tiene derecho a tener paz en el
corazón, incluso si aún tenemos defectos y debilidades. Dios nos pide que seamos
hombres de buena voluntad, que nos exige, pero que es bueno y compasivo. Nos
pide que le amemos sobre todas las cosas.

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