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Hemorragia capilar: limpiar con una solución antiséptica y recubrir con

una gasa estéril.

Hemorragia venosa: descubrir la herida y apretar con una compresa,


manteniendo elevado el miembro herido

Hemorragia arterial: requiere actuar rápidamente. Si se produce en una


extremidad, se intentará mantenerla levantada, dejando la herida al des-
cubierto y comprimiéndola. Se podrá practicar un tomiquete (Figura 3)
que se reserva para casos extremos, como última medida y solo se podrá
quitar en el hospital aunque la hemorragia haya cesado.

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