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RESUMEN DE LA VISITA AL

MUSEO DE AERONAÚTICA Y
ASTRONÁUTICA
Contenido

INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 2
RESUMEN DE LA VISITA ................................................................................. 2
Hangar 1 ..................................................................................................... 3
Hangar 2 ..................................................................................................... 8
Hangar 3 ..................................................................................................... 8
Hangar 4 ..................................................................................................... 9
Hangar 5 ................................................................................................... 10
CONCLUSIÓN ............................................................................................... 10

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INTRODUCCIÓN
El Museo de Aeronáutica y Astronáutica de Madrid, también conocido como Museo del Aire,
tiene como principal objetivo la adquisición, conservación y exposición de todo tipo de material
aeronáutico perteneciente a la Historia de la Aviación Española, desde helicópteros y aviones de
diferentes tamaños y épocas hasta una amplia variedad de motores y algunos misiles.Sin embargo,
cabe destacar que el museo también posee otras piezas que no forman parte de la historia española,
como el helicóptero Mil Mi-2, de la guerra de Afganistán, donado al museo en el año 2000.
Todas estas piezas se encuentran distribuidas a lo largo de siete hangares, cinco de ellos abiertos
al público, así como en una zona exterior donde encontramos también material militar no
aeronáutico, como algunos camiones y tanques

Helicóptero Mil Mi-2 “ICONA 89”, situado a la


entrada del museo

RESUMEN DE LA VISITA
Al inicio de la visita, antes de llegar al Hangar 1, encontramos a mano derecha una selección de
helicópteros y monumentos entre los que cabe destacar la estatua de Leonardo Torres Quevedo,
científico e ingeniero pionero de la aeronáutica española con su idea del dirigible semirrígido,
destacando el modelo Astra-Torres, muy utilizado durante la Primera Guerra Mundial.
También cabe destacar el monumento del comandante García Morato, aviador de la Guerra Civil
considerado el máximo as de la aviación española; así como la placa en honor a los caídos del
Aeroclub.

Estatua de Torres Quevedo Monumento a los caídos del Aero Club

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Hangar 1
Así pues, tal y como se muestra en los planos del museo, una vez sobrepasados los helicópteros
y monumentos llegamos al primer hangar, el más grande y de mayor interés para la historia de la
aviación, pues en él se exponen las aeronaves más notables por su valor histórico, incluyendo los
tiempos de la aerostación, la guerra de Marruecos y los Grandes Vuelos.
En primer lugar, nada más entrar al hangar, se
encuentra una pequeña sala dedicada a la
aerostación, es decir, a las primeras aeronaves más
ligeras que el aire. En esta sala encontramos una
réplica del cuadro del pintor Antonio Carnicero,
“Ascensión de un Globo Montgolfier en Aranjuez”.
Como sabemos, el cuadro representa la que fue la
primera ascensión de un globo tripulado, que tuvo
lugar en Aranjuez, estuvo protagonizada por el
francés Charles Bouché el 6 de junio de 1784 y que
terminaría tras accidentarse la aeronave contra el
suelo.
Además de esto, también observamos distintas maquetas de los primeros aerostatos españoles. El
primero de ellos es el tren Aerostático Yon (Figura 1), el que fue el primer aerostato para uso
militar en España, introducido en 1889 compuesto, además del globo, por un generador de
hidrógeno, un torno de maniobra y vehículos de transporte. También destaca la maqueta del
Dirigible España (Figura 2), adquirido por el Ministerio de Guerra en 1909 que acabó siendo
sustituido por otros modelos, como el Astra-Torres de Torres Quevedo.

Figura 1 Figura 2

Una vez superada esta primera sala damos paso a los verdaderos pioneros de la aviación, pasando
por un espacio dedicado a los primeros modelos de avión en España y en el mundo, fabricados a
partir de tela y madera.
En primer lugar, nos encontramos con el avión que
protagonizó el primer vuelo motorizado de la
historia el 17 diciembre de 1903 en Carolina del
Norte. Se trata del Flyer I, diseñado por de los
hermanos Wright, dos ingenieros fabricantes de
bicicletas. Así pues, cabe destacar que en el museo
también está expuesta la bicicleta museo también
está expuesta la bicicleta y el túnel de viento que
utilizaron los Wright para sus experimentos
mientras diseñaban su histórica aeronave.

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Bicicleta y túnel de viento usados por los hermanos Wrigth en sus experimentos

Para el diseño de esta primera aeronave motorizada


los Wright tuvieron cierta inspiración en los
planeadores de Otto Lilienthal y es por eso que en el
museo también podemos observar un de estos
predecesores al vuelo motorizado:

En segundo lugar, entre los elementos más destacados de esta segunda sala y en representación
de los pioneros de la aviación española encontramos el Vilanova-Acedo, el avión español más
antiguo que se conserva en el museo. Esta aeronave estuvo muy inspirada en el Bleriot XI, el que
sería el primero en cruzar el canal de la mancha dirigido por su creador, Louis Bleriot. Así pues,
el Vilanova-Acedo presenta muchas similitudes con el modelo de Bleriot, como por ejemplo la
característica curvatura del ala. Sin embargo, también se observan algunas diferencias, como la
forma de la cola de la aeronave que paso de tener forma cuadrada (Bleriot XI), a la forma
triangular del Vilanova-Acedo

Vista del Vilanova-Acedo desde distintos ángulos (Museo del Aire)

Por último, otro de los elementos más destacados de


esta sala y es la maqueta del Avión Fernández Prototipo
Nº2, patentado por Antonio Fernández Santillana, el
que fue el primer constructor y piloto español de un
avión que voló con éxito y primera víctima mortal de la
aviación española. Tras el primero de sus prototipos,
construido a partir de un Wright Flyer I y un motor
Levasseur, Fernández Santillana patentó una segunda
aeronave, también inspirada en la de los Wright, pero

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esta vez con un sistema de mandos de diseño propio y tren de aterrizaje, como podemos observar
en la imagen.

Tras terminar esta sala y pasando por un túnel ambientado en la Guerra de Marruecos llegamos a
la tercera sala, en la que observamos algunos de los modelos de avión más reconocidos de la
época anterior a 1926 y utilizados en España, algunos de ellos durante la Guerra de Marruecos.
Estos modelos son:

MORANE SALUNIER G. Se trata de un


monoplano deportivo francés fabricado
con madera entelada y pensado para
ser ágil y ligero. Llega a España en 1913
y durante la Guerra de Marruecos fue
utilizado en misiones de
reconocimiento con el objetivo de que
pasase lo más desapercibido posible.

FOKKER C.III. Es un avión biplano


biplaza de reconocimiento
fabricado por Fokker en 1922. El
aeroplano cuenta con un motor
Hispano Suizo de 220 CV. Algunos
ejemplares llagaron a España para
utilizarse como aviones de
Escuela.

DE HAVILLAND DH-4. Es un biplano


diseñador por el ingeniero aeronáutico
británico Geoffrey de Havilland para la
compañía Airco. Este aeroplano es
considerado como el mejor
bombardero de los aliados en la I
Guerra Mundial y por lo que se
fabricaron miles de unidades. A España
llegaron 45 ejemplares, que
protagonizaron los primeros
bombardeos nocturnos de la Aviación
Española durante la Guerra de
Marruecos.

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AVRO 504. Es un avión biplaza británico
diseñado por Alliot Verdon Roe (AVRO).
Su fuselaje es de madera recubierta con
tela y su parte delantera, donde se sitúa
el motor, va forrada además de
contrachapado. Este aeroplano fue
utilizado como caza nocturno y para
entrenar nuevos pilotos. A España se
entregaron 50 unidades que se
utilizaron para entrenar pilotos, como
podemos apreciar por el esquí situado
bajo la hélice, pensado para que los
pilotos en aprendizaje no rozasen esta
con el suelo. Este avión se mantuvo en
vuelo hasta 1938.

BRISTOL F-2B. Es un aeroplano británico


fabricado en 1916 característico por su
velocidad y robustez, cualidades que lo
convirtieron en uno de los cazas más
eficaces y reconocidos. En 1921 llegaron
algunos ejemplares a España que actuaron
en la zona de Melilla y tomaron un papel
importante en el desembarco de
Alhucemas (1925). El comandante García
Morato fue uno de los pilotos de este avión,
quien llevó a cabo labores de
reconocimiento y ataque, el conocido como
“Vuelo a la española”. En 1931 este avión
fue dado de baja.

Como último elemento de esta


sala destaca el MOTOR HISPANO
SUIZO TIPO 42. Se trata de un
motor de 8 cilindros en V de 90
grados y 300 CV, utilizado, entre
otros modelos, para el avión
Bristol F2B Fighter.

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Abandonamos esta sala para acceder a un espacio dedicado a los aeroplanos diseñados entre 1926-
1936, antes de la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. Cabe destacar, de los cuatro aviones
expuestos, el FARMAN 402, con un diseño que se aprecia más moderno que el de los aviones
anteriores. Se trata de un monoplano diseñado en 1933 con un motor Lorraine, situado en la parte
delantera sin ningún tipo de cubierta para protegerlo. Durante la guerra civil al menos tres
ejemplares de este aeroplano fueron utilizados por el ejército republicano para labores de escuela
y traslado de heridos.

Finalmente, llegamos a la Sala de los grandes Vuelos, la última sala del primer hangar.
El primer aeroplano que nos llama la
atención por su enorme tamaño es el
característico hidroavión Dornier J
Wal “Plus Ultra”. Este hidroavión de
diseño alemán estaba dotado de 2
motores Napier de 450 CV. Es
conocido por ser el primer avión en
cruzar el Atlántico Sur, desde el
puerto de Palos de la Frontera en
Huelva, España, hasta la ciudad de
Buenos Aires, en Argentina, en 1926
recorriendo más de 10000 km.
El segundo avión destacado en esta sala en el
Breguet XIX, un bombardero y avión de
reconocimiento de construido por la compañía
francesa Breguet Aviation. Este biplano estaba
dotado de un motor Hispano Suiza de 600 CV que
le daba un alcance de 8000 km. Por ello, fue el
protagonista en otro de los grandes viajes realizados
a través del atlántico en 1929, travesía que se inició
en Sevilla hasta llegar a Rio de Janeiro, Brasil, desde donde continuó el viaje por toda
Iberoamérica alcanzando un total de 27000 km de vuelo.

Para finalizar con el Hangar 1, y como curiosidad de esta


última sala cabe destacar el PM-1, un vehículo destinado a
la puesta en marcha de motores de aviación y construido a
partir de un Ford T de 1920.

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Hangar 2
En el hangar 2, menos centrado en la historia de la aviación, se expone una variedad de motores
de distintos diseños y aeroplanos de menor tamaño.

Hangar 2. Vista general.

Hangar 3
De vuelta a las aeronaves históricas, en el hangar observamos más de 20 aviones, algunos de ellos
de gran valor para la historia de la aviación. Así pues, entre los numerosos aeroplanos expuestos
en este hangar, cabe destacar dos modelos:
El primero de ellos es el reconocible triplano
Fokker Dr.I, pilotado por el alemán Manfred
Von Richthofen “Barón Rojo”, conocido por ser
uno de los mejores piloto de caza de la I Guerra
Mundial, cosechando alrededor de 80 victorias
en combates aéreos.
Respecto a las características del avión, sus tres
partes de alas le proporcionaban una muy buena
sustentación y maniobrabilidad, pero, con un
motor rotativo Clerget de 110 CV, su gran
resistencia aerodinámica afectaba
considerablemente a rapidez, teniendo una
velocidad máxima de 185 km/h.
El segundo aeroplano más destacado en esta sala podría ser el Polikarpov I-16 “Mosca”, un avión
soviético diseñado por Nikolai Polikarpov en 1933. La principal característica que lo hace tan
destacado es su potentísimo motor de 725 CV, lo que, sumado a su diseño, con la cabina de

pilotaje situada prácticamente en la cola del avión, le proporcionaban a este avión una gran
agilidad y maniobrabilidad con una exagerada velocidad máxima de 455 km/h. Respecto a la
historia de la aeronave, varios ejemplares de este modelo fueron utilizados en la Guerra Civil
Española, teniendo un papel decisivo en batallas como Guadalajara 1937.

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Hangar 4
Este cuarto hangar está dedicado principalmente al ingeniero español Juan de la Cierva, el que
fue uno de los mayores inventores de la historia de la aviación mundial con el autogiro. Este
invento consiste en una aeronave de ala giratoria, es decir, que vuela como los aviones con la
diferencia de que su ala es un rotor que gira debido al viento que lo atraviesa, y no debido a la
acción de un motor, como sucede en los helicópteros. Por ello, se considera que este invento es
un híbrido entre el aeroplano y el helicóptero. En el hangar encontramos varios de sus
aeromodelos, incluido el C.19, el que fue uno de los diseños más exitosos y producidos del
ingeniero.
Juan de la Cierva pretendía inventar la aeronave más segura. Por ello, el ingeniero presentó en El
Retiro este aeromodelo con una hélice de 5 palas movida por gomas y un fuselaje simple hecho a
partir de una varilla de madera de balsa.

En 1920 Juan de la Cierva construía el primer autogiro, el C-1, un monoplaza con doble rotor
contra rotatorio. El ensayo del C-1 se realizó en Getafe el mismo año de su construcción, pero
tras una avería del motor este acabó inutilizado. A pesar de que fue un fracaso, este modelo resultó
de gran utilidad para el desarrollo de nuevos autogiros.

En 1923, después de cinco prototipos anteriores, se desarrolló el autogiro C-6, construido a partir
del fuselaje de un Avro-504. Los primeros vuelos se realizaron en marzo de 1924, siendo este el
primer modelo en conseguir volar una distancia significativa, alcanzando una velocidad máxima
de 100 km/h. impulsado por un motor Le Rhone de 110 CV.

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Finalmente, el último autogiro destacado de Juan de la Cierva que encontramos en el museo es el
C-19. Tras el éxito que tuvo el Autogiro C-6 en todo el mundo, el ingeniero aceptó una oferta
británica para crear “Cierva Autogiro Company” y seguir desarrollando así este invento. Los dos
modelos más importantes desarrollados por esta empresa fueron el C-19 y el C-30, siendo el
primero el que encontramos expuesto en el museo y uno de los autogiros que tuvo más éxito y
más fabricados y utilizados por todo el mundo.

Hangar 5
Para finalizar llegamos al hangar 5, situado en la esquina opuesta a la entrada al museo. En este
hangar encontramos aeronaves de diferente tipo, tamaño y época, por lo que podríamos decir que
se trata del hangar con la exposición más variada de todos.

Ala delta De Havilland-89 “Dragon Rapide” (1934)

Ultraligero Wizard T38B Rutan 61 “Long-Ez” de ala canard (1979)

CONCLUSIÓN
El museo de Aeronáutica y Astronáutica de Madrid, con sus cinco hangares de extensión, es una
excelente oportunidad para aprender más sobre este mundo que nos apasiona. Comenzando por
los primeros aerostatos; posteriormente conociendo el primer vuelo motorizado, con el Flyer I de
los hermanos Wright; hasta llegar a los aviones más modernos, expuestos en el exterior; el Museo
del Aire nos muestra toda la evolución de la historia de la aviación, tanto en España como en el
mundo.

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