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PROTECCIÓN CIVIL
ante el riesgo de
MAREMOTOS
Edición Comentada
MINISTERIO MINISTERIO
DE TRANSPORTES, MOVILIDAD DE L INTERIOR
Y AGENDA URBANA
INSTITUTO
GEOGRÁFICO
NACIONAL
PLAN ESTATAL DE
PROTECCIÓN CIVIL
ante el riesgo de
MAREMOTOS
Edición Comentada
MINISTERIO MINISTERIO
DE TRANSPORTES, MOVILIDAD DE L INTERIOR
Y AGENDA URBANA
INSTITUTO
GEOGRÁFICO
NACIONAL
Título:
Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo de maremotos. Edición comentada
Autor
© Instituto Geográfico Nacional (IGN), 2021:
Juan Vicente Cantavella Nadal
Beatriz Gaite Castrillo
Carlos González González
Fernando Naveiras García
Elena Ros Bernabeu
Publica
© de esta edición O. A. Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG) del MITMA, 2021
© de esta edición Ministerio del Interior - Centro de Publicaciones, 2021.
NIPO NIPO
O. A. Centro Nacional de Información Geográfica (MITMA) Ministerio del Interior - Centro de Publicaciones
Papel: 798-22-016-7 Digital: 798-21-017-8 Papel: 126-22-001-8 Digital: 126-21-016-2
Los derechos de la edición son del O. A. Centro Nacional de Información Geográfica (MITMA) y del Centro de Publicaciones del
Ministerio del Interior, en coedición. Se agradece que la difusión electrónica masiva de la edición digital se realice a través de
un enlace al apartado correspondiente de las páginas web oficiales.
En esta publicación se ha utilizado papel certificado de acuerdo con los criterios medioambientales de la contratación
pública vigente.
3. Tsunamis en el mundo.....................................................................................................- 27 -
Bibliografía ............................................................................................................................ - 51 -
Anexo 1 ....................................................................................................................................- 53 -
Anexo 2 .................................................................................................................................... 77
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Prólogo
La ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, incluye entre los riesgos que
deben ser objeto de planificación el de maremotos. Esta previsión legal culminó el pasado 18 de mayo
de 2021 con la aprobación por el Consejo de Ministros del I Plan Estatal de Protección Civil ante el
Riesgo de Maremotos.
La aprobación del I Plan Estatal de Maremotos tiene una enorme significación por la existencia en
nuestro país de más de 7.000 km de costas marítimas, con varias zonas en las que el riesgo de
maremotos aconseja adoptar las adecuadas medidas de prevención y respuesta. El Plan llega, además,
en un momento especialmente oportuno tras la declaración por Nacionales Unidas de la Década de los
Océanos 2021-2030, y se enmarca en el decidido impulso del Gobierno al Sistema Nacional de
Protección Civil.
El Plan Estatal de Maremotos, por otra parte, es el primer plan especial elaborado tras la aprobación
del Plan Estatal General de Emergencias (PLEGEM), que tuvo lugar el 15 de diciembre de 2020, en
el que se integra y cuyo texto se incluye también en esta publicación.
En tanto que plan de última generación, este I Plan Estatal de Maremotos cuenta entre sus órganos con
una Comisión Técnica en la que se integran todos aquellos organismos españoles de carácter técnico-
científico que son relevantes en esta materia, reforzándose la incorporación de la Ciencia a las misiones
de protección civil.
Con la publicación de este Plan esperamos facilitar el conocimiento de las medidas de protección en
las zonas costeras, en las que se concentra cada vez más un mayor porcentaje de la población, y
contribuir a la construcción de una sociedad mejor preparada frente a las emergencias y las catástrofes.
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Un riesgo que no podemos desdeñar
Los tsunamis constituyen un fenómeno natural cuyo riesgo, a pesar de su infrecuencia en nuestras
costas, nos mantiene alerta de sus posibles consecuencias.
Precisamente, en los últimos años, hemos sido testigos de las consecuencias derivadas de
devastadores tsunamis en diversas partes del mundo, que nos han sobrecogido: en 2004 en el
océano Índico, en 2011 en Japón, e incluso más recientemente, en 2018, los ocurridos en la isla
de Célebes y en el archipiélago de Krakatoa. Justo unos pocos días atrás de redactar estas líneas
la descomunal erupción del volcán Hunga Tonga, en el Pacífico Sur, produjo un tsunami que ha
afectado a toda la costa del océano Pacífico.
Por ello, la preparación de este I Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos es,
sin duda, un importante hito con el que nuestro país se dota de herramientas para combatir este
riesgo. Hito que debemos agradecer al tesón de la Dirección General de Protección Civil y
Emergencias, con la satisfacción de la colaboración y compromiso que con la elaboración y
desarrollo del Plan, ha mantenido y mantendrá el Instituto Geográfico Nacional a través de su
Red Sísmica Nacional, como “el órgano encargado de detectar, valorar e informar, en primera
instancia, aquellos fenómenos que, por sus características, pudieran producir maremotos”,
misión para la que, en su seno, se ha creado el Centro Nacional de Alerta de Maremotos.
La obra, cuyo objetivo es dar a conocer con profusión este plan dentro de su contexto, comienza
con una detallada explicación física del fenómeno y una revisión de los sistemas de alerta, con
especial atención al creado en España. A continuación, se revisan los tsunamis ocurridos en todo
el mundo, haciendo especial mención a los tsunamis históricos que tuvieron lugar en nuestro país.
Por último, se describe cómo se desarrolla en España la protección frente a maremotos, englobada
dentro del sistema nacional de protección civil. Como anexos se incluyen los textos del propio
Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos, y del Plan Estatal General de
Emergencias de Protección Civil, indispensable para entender el primero.
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1. Introducción a los tsunamis
Figura 1. Vista aérea de los daños producidos en Otsuchi (Japón) por el terremoto y tsunami de 2011 de
Tohoku. Fuente: U.S. Navy.
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1.2 ¿Por qué se producen?
Un tsunami o maremoto puede ser provocado por cualquier causa que genere un desplazamiento
de la capa de agua debido a la intrusión o movimiento de material en el océano. Así, la mayor parte de
los tsunamis a nivel mundial están causados por terremotos en el fondo del mar o cercanos a la costa.
En menor medida se producen por deslizamientos costeros o submarinos y erupciones volcánicas. En
frecuentes ocasiones estas tres causas se combinan, por ejemplo, un terremoto que dispara un
deslizamiento o una erupción volcánica asociada a un deslizamiento por colapso del edificio volcánico.
Los tsunamis más destructivos han sido generados por terremotos como el de Tohoku en 2011,
Sumatra-Andamán en 2004, Chile en 1960 o Lisboa en 1755. El tsunami conocido que llegó a la mayor
altitud sobre el nivel del mar (530 metros) ocurrió en 1958 en Alaska y se produjo por un deslizamiento
de ladera en la bahía de Lituya, disparada por un terremoto de magnitud 7,8. En 1963 otro
deslizamiento de ladera, pero esta vez en la presa de Vajont en Italia, produjo un tsunami que sobrepasó
el muro de la presa y destruyó diversas poblaciones valle abajo causando unas 2.000 víctimas.
Respecto a los tsunamis generados por volcanes, se han producido casos en diferentes regiones
volcánicas, siendo algunos de ellos muy catastróficos. Un ejemplo son las erupciones del Krakatoa en
Indonesia en 1883 que generaron varios tsunamis, el mayor, con olas de 30 metros, produjo 34.417
víctimas y alcanzó las costas de Sudamérica. En 2018 este volcán entró en erupción y produjo un
tsunami que provocó la muerte de 437 personas. Más modestos, pero con inundaciones de 300 metros
y fatales consecuencias, son los tsunamis generados por las erupciones a lo largo de los años en la isla
Estrómboli en Italia.
Además de procesos sismotectónicos, varios procesos atmosféricos, como la acción del viento o
los cambios de presión, también pueden provocar oscilaciones del nivel del mar de gran longitud de
onda, conocidas como meteotsunamis. En ocasiones, este fenómeno puede verse amplificado por la
geometría de la costa y generar grandes amplitudes. Los meteotsunamis son frecuentes y se observan
regularmente, sobre todo en verano. En las islas Baleares reciben el nombre local de rissagas, siendo
especialmente conocidas las de la bahía de Ciutadella en Menorca por alcanzar alturas de hasta 4
metros que generan grandes daños en embarcaciones y estructuras costeras.
Por último, la caída de asteroides de gran tamaño en las masas de agua de la Tierra también podría
generar tsunamis, si bien este origen es menos probable que los anteriores.
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Figura 2. Esquema del inicio, propagación y llegada a la costa e inundación de un tsunami o maremoto.
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Figura 3. Causas más comunes de generación de un tsunami.
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La causa más frecuente de generación de tsunamis son los terremotos, siendo estos los
responsables de al menos el 80% de los tsunamis. Los terremotos ocurren principalmente en las zonas
cercanas a los bordes de placas litosféricas. Estos se producen en todas las cuencas oceánicas del
mundo, pero no todos generan tsunamis. Los parámetros que influyen más decisivamente en la
generación de tsunamis son el tamaño del terremoto (descrito por la magnitud y que está íntimamente
relacionada con el tamaño de la falla que rompe y el desplazamiento en esta), su profundidad y el tipo
de ruptura. También influye el espesor de la capa de agua, ya que cuanto mayor sea el volumen de
agua que desplaza, mayor será el tsunami.
En cuanto al tamaño del terremoto, se necesita una magnitud mínima para que genere un tsunami,
esto es, para que libere la suficiente cantidad de energía capaz de desplazar el volumen de agua
necesario. Del mismo modo que, cuando tiramos una piedra a un estanque, cuanto mayor sea la piedra,
mayores ondas se generan en el agua y estas alcanzan distancias más lejanas. Esta magnitud mínima
dependerá del conjunto de factores anteriormente mencionados (profundidad, tipo de ruptura de falla
y espesor de la capa de agua). En general se estima que un terremoto con magnitud momento (Mw)
mayor que 6 ya tiene energía suficiente para generar un tsunami.
En concreto, la profundidad del terremoto es un factor determinante en la generación de un
tsunami. A mayor profundidad del terremoto, menor será el tsunami generado, considerándose que a
partir de 100 kilómetros de profundidad los terremotos no producen tsunamis.
Respecto al tipo de ruptura del terremoto, esta tiene que tener un movimiento vertical que desplace
la capa de agua. Así, los terremotos con movimiento únicamente horizontal, es decir, los de mecanismo
de falla de desgarre o cizalla puros, no suelen generar tsunamis. No obstante, hay que considerar que
en su movimiento pueden desplazar relieves significativos del fondo oceánico, que a su vez movilizan
la capa de agua con suficiente energía como para generar tsunami. Por otro lado, este tipo de terremotos
también puede provocar deslizamientos de tierra submarinos que generen un tsunami. Un caso reciente
es el del terremoto de Palu en 2018 que, por su gran magnitud (Mw 7,5) y tipo de ruptura (cizalla),
originó un tsunami sorprendentemente destructivo con alturas máximas de 10 metros y más de 4.000
víctimas.
Por último, si la generación del tsunami es en una capa de agua poco profunda (costera o un lago),
la masa de agua alterada será menor y resultará en la creación de un tsunami más pequeño. Sin embargo,
este tipo de tsunamis cercanos a la costa pueden ser dañinos por dos motivos. Primero, por el poco
tiempo transcurrido desde que se siente el terremoto hasta que el tsunami llega a la costa, y en segundo
lugar, porque el corto trayecto no permite que su energía se atenúe lo suficiente.
Además, cabe mencionar dos tipos de terremotos que por las características de su ruptura generan
un tsunami mayor que el esperado. Por un lado, los terremotos cuya ruptura y liberación de energía es
lenta, para los cuales se suele subestimar inicialmente su magnitud. Estos terremotos se denominan
terremotos tsunamis, ya que son capaces de generar un tsunami mayor de lo esperado al percibirse
como terremotos más pequeños de lo que en realidad son. Un claro ejemplo de terremoto tsunami es
el terremoto lento de Nicaragua en 1992 con magnitud Mw 7,6 que generó un tsunami con olas de 4 a
10 metros que destruyeron la costa. Por otro lado, los terremotos que rompen materiales con bajo
coeficiente de fricción, como, por ejemplo, materiales poco consolidados o con contenido de fluidos,
son capaces de generar un mayor tsunami debido a que para una misma magnitud, su área de ruptura
y deslizamiento en la falla es más grande.
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1.3 Propagación
Una vez generado el tsunami, este se propaga por el océano en todas las direcciones, atravesándolo
y llegando a zonas costeras. Si estas oscilaciones tienen energía suficiente, pueden atravesar toda la
cuenca oceánica y afectar a costas lejanas. Cuanto más lejos se encuentre una persona de la zona de
generación, más tiempo tardará en llegar a su ubicación. Así, el tsunami del océano Índico de 2004
que alcanzó la isla de Sumatra en pocos minutos, llegó a la India en 2 horas y a Brasil en más de 22
horas.
Figura 4. Tiempos de viaje y alturas máximas del tsunami generado por el terremoto del océano Índico el
26 de diciembre de 2004 (Mw 9,1).
Teniendo esto en cuenta, en las costas de España, el efecto de un tsunami que se origine cerca de
estas será casi inmediato. En cambio, un tsunami regional, por ejemplo, generado al suroeste del cabo
de San Vicente, llegará a la costa de Cádiz en unos 40 minutos, el mismo tiempo que tarda en llegar
un tsunami generado en Argelia a las islas Baleares. Por el contrario, los tsunamis más lejanos,
llamados teletsunamis, tardarán más tiempo en afectar a nuestras costas. Si un tsunami comienza en
el sur de Italia, este tardará en llegar a las islas Baleares poco más de 2 horas, si se origina en las islas
Azores, llegará a las islas Canarias y Galicia en aproximadamente 2 horas y media, y si proviene de
las islas del Caribe, llegará en 6 horas a Canarias y en casi 8 horas a las costas de Huelva y Cádiz.
Un efecto importante en el tsunami es la variación de su altura según el relieve del fondo oceánico.
Las máximas alturas se producen cerca del epicentro del terremoto y en las zonas menos profundas,
como ocurre en las zonas costeras.
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1.4 Llegada a la costa
Al alcanzar aguas someras, la velocidad del tsunami disminuye, las crestas de sus olas se
aproximan y su altura aumenta.
El tsunami viaja más lento cuanto menor es la profundidad del agua. En alta mar el tsunami se
desplaza aproximadamente a la velocidad de crucero de un avión (900 km/h) y se ralentiza conforme
se acerca a la costa, hasta avanzar a la velocidad de una bicicleta (30 km/h).
La distancia entre olas del tsunami en alta mar es de entre 20 y 300 km y cerca de la costa se
reduce a decenas de kilómetros. Así, las oscilaciones del tsunami suelen alcanzar la costa
repetidamente en intervalos regulares que pueden variar de 5 a 60 minutos. Estas oscilaciones pueden
durar desde varias horas hasta días, dependiendo del tamaño del tsunami.
Un gran tsunami que en alta mar tenga una altura de ola de un metro, puede llegar a tener decenas
de metros en aguas someras. Esto hace que en general un tsunami pase inadvertido y no provoque
daños a los barcos que están en alta mar y, en cambio, llegue a alcanzar grandes alturas (8 metros como
las olas que arrasaron Cádiz en 1755) causando graves daños en la costa. Dado que las olas de un
tsunami son perceptibles como una fuerte marejada en mar abierto, en caso de alerta de tsunami
conviene no regresar al puerto. Por ejemplo, en el tsunami de Messina de 1908, los barcos situados a
varios kilómetros de distancia de la costa percibieron una sacudida fuerte del mar, mientras que la
costa fue inundada y destrozada por el tsunami con alturas de 11,7 metros en Sicilia. Esto mismo
ocurrió en el tsunami de Sanriku en 1896 en el que hubo 28.000 fallecidos.
Figura 5. Transformación del tsunami al aproximarse a aguas poco profundas: disminuye su velocidad de
cientos de km/h en alta mar a decenas de km/h, aumenta su altura y disminuye la distancia entre sus
crestas.
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1.5 Inundación
El impacto del tsunami en la costa va a depender de la distancia a la que se haya generado, la
energía que transporte, el relieve submarino por el que viaje y, por supuesto, la forma y orografía
costera.
En la costa el peligro que supone un tsunami es triple: por un lado, la súbita inundación, en segundo
lugar, las fuertes corrientes que genera y, por último, el acarreo de objetos que hace más peligroso
sobrevivir a la corriente.
A veces, una señal previa a la inundación súbita es que el agua de la orilla retrocede y deja al
descubierto el fondo del océano, pero esto no siempre ocurre. La velocidad de avance del tsunami
puede ser mayor que la de una persona corriendo, así que es importante ponerse a salvo en cuanto se
perciba que un tsunami puede llegar a la costa. En relación con la morfología de la costa, las áreas
costeras de baja altura se verán más afectadas por la inundación del tsunami ya que este puede penetrar
más distancia tierra adentro que en zonas altas o con acantilados. Además, el tsunami puede avanzar
corriente arriba por las desembocaduras de los ríos inundando zonas más altas. En el caso de alcanzar
una isla, el tsunami puede circundar su costa, con lo que puede ser igual de peligroso en costas que no
están situadas frente al origen del tsunami.
Los tsunamis pueden ocasionar cambios rápidos del nivel del agua y corrientes peligrosas e
impredecibles en puertos y ensenadas. En las áreas costeras pueden llegar a alcanzar una altura de 10
metros o más, aunque se han llegado a registrar 524 metros en un caso extremo. Además pueden tener
repercusiones, como crecidas instantáneas o fuerte marejada.
Puesto que la fuerza de los tsunamis es a veces descomunal, sus olas pueden empujar tierra adentro
grandes rocas de varias toneladas de peso, así como barcos y otros restos, que pueden destruir casas y
edificios. Todos esos objetos pueden ser empujados por el agua con gran violencia y causar lesiones,
a veces mortales, en las personas. Frecuentemente, la primera ola no es la mayor de todas y el peligro
puede persistir durante varias horas tras la primera llegada.
La intensidad del tsunami se puede medir a partir del valor de run-up o altura máxima alcanzada
por el tsunami tierra adentro, o bien a partir de la altura del tsunami cerca de la costa, que se suele
medir con mareógrafos. Los valores de inundación, run-up y altura máxima del tsunami son locales y
pueden variar de un lugar costero a otro, según sea el relieve del fondo oceánico y la forma de la costa.
Figura 6. Esquema de las características del movimiento del agua en la propagación de un tsunami cerca
de la costa y parámetros que definen el impacto de un tsunami: altura máxima, inundación horizontal, línea
de inundación y run-up. La altura máxima del tsunami puede estar en cualquier lugar entre la costa y la
línea de inundación.
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1.6 Diferencia entre tsunami y ola de viento
El maremoto o tsunami es muy diferente a las olas comunes generadas por el viento. En un tsunami
se mueve toda la columna de agua, no sólo la parte más superficial como ocurre en las olas generadas
por el viento. Esto hace que el tsunami tenga mayor energía que una ola común. De hecho, la altura
del tsunami puede ser menor que la de las olas de viento y, sin embargo, los efectos del tsunami son
mucho mayores a causa de la energía que transporta. En el tsunami se mueve toda la columna de agua,
no rompe, sino que inunda, arrastra objetos, genera corrientes y sufre efectos de amplificación y
resonancia en puertos y bahías. En resumen, una altura de tsunami menor que la de una ola común no
implica menor potencial de afectación.
Figura 7. Esquema de las características y sus diferencias entre una ola común producida por el viento y
un tsunami o maremoto.
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2. Sistemas de alerta de tsunami
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Figura 8. Daños producidos en la costa de Sumatra por el tsunami de 2011. Foto realizada por Philip A.
McDaniel, U.S Navy.
Con la creación de los distintos centros de alerta en estos mares se consigue tener un sistema de
alertas global. Una característica de los sistemas intergubernamentales de alertas del Índico y del
Mediterráneo es la introducción de los sistemas regionales de alerta, cuya función es la de emitir la
información necesaria a todos los posibles países afectados por un tsunami. Dentro del
ICG/NEAMTWS, además de los diversos centros de alerta nacionales, existen 5 centros de alerta
regionales gestionados por Portugal, Francia, Italia, Grecia y Turquía. Estos centros emiten mensajes
de alerta de tsunamis al resto de países que integran el ICG/NEAMTWS.
Los sistemas de alerta de tsunami están basados principalmente en redes de sismómetros y
estaciones de medición del nivel del mar que envían datos en tiempo real a los centros de alerta
nacionales y regionales. El análisis de estas observaciones permite a los centros confirmar o revocar
una alerta o aviso de tsunami. Durante los últimos años se han desarrollado nuevos métodos para
confirmar la generación de tsunamis, por ejemplo, en 1995 la Agencia Oceánica y Atmosférica
Nacional de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) desarrolló un nuevo sistema de
detección en alta mar utilizando unas boyas de información y evaluación de tsunamis en el fondo
marino, denominadas DART por su acrónimo inglés. Estas boyas reciben los datos de un sensor de
presión instalado en el fondo marino el cual es capaz de detectar incluso un pequeño tsunami que pase
sobre él. Otro novedoso sistema de detección que está desarrollando Japón se basa en colocar
estaciones sísmicas en el fondo del mar unidas mediante cables de fibra óptica.
Cuando se detecta un tsunami potencialmente destructivo, las autoridades nacionales de cada país
han de decidir si procede emitir una alerta pública de tsunami y una orden de evacuación.
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2.2 Sistema de alerta de tsunami en España
En 2013 se aprueba la proposición no de Ley sobre la integración operativa de España en el
ICG/NEAMTWS, en la que el Congreso de los Diputados insta al Gobierno a que encomiende al
Instituto Geográfico Nacional (IGN) la implementación de una Red Nacional de Alerta de Tsunamis
con la colaboración de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, del Ente Público
Puertos del Estado y de aquellas instituciones que dispongan de competencias o instalaciones
susceptibles de integrarse en dicha red. Más tarde, mediante el Real Decreto 1053/2015, de 20 de
noviembre, se aprueba la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil ante el Riesgo de
Maremotos. Esta directriz establece que formarán parte del Sistema Nacional de Maremotos, la Red
Sísmica Nacional, dependiente del IGN, y otras instituciones colaboradoras, entre las que destacan el
Ente Público Puertos del Estado y el Instituto Español de Oceanografía por sus redes de mareógrafos
y datos batimétricos. En concreto, la Red Sísmica Nacional “será el órgano encargado de detectar,
valorar e informar, en primera instancia, acerca de aquellos fenómenos que, por sus características,
pudieran producir maremotos”. El Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos,
aprobado en Consejo de Ministros el 18 de mayo de 2021, establece un protocolo de avisos sobre
fenómenos susceptibles de generar maremotos elaborado por el IGN en colaboración con la Dirección
General de Protección Civil y Emergencias.
La Red Sísmica Nacional, siguiendo la experiencia de otros centros de alerta del IGC/NEAMTWS,
basa sus alertas en la información sísmica.
La red de alerta de tsunamis ha definido unas zonas costeras para caracterizar en cada evento
sísmico el nivel de alerta, estos niveles son los utilizados internacionalmente en el IGC/NEAMTWS:
Tipo de
Ola de tsunami Efectos en la costa
mensaje
Altura de la ola de tsunami estimada
Alerta de tsunami Inundación costera
superior a 0,5 m o run-up superior a 1 m
Corrientes, macareos, recesión,
Altura de la ola de tsunami estimada entre
Aviso de tsunami daños en puertos, pequeñas
0,2 m y 0,5 m o run-up inferior a 1 m
inundaciones en playas
Además de estos dos niveles, se utilizan mensajes de información para avisar a los destinatarios
de la ocurrencia de un gran terremoto en el área de interés, pero para el cual se estima que no existe
amenaza de tsunami.
En el momento en que la Red Sísmica Nacional detecta un terremoto, lo localiza a partir del cálculo
de las coordenadas de su hipocentro o foco y del tiempo en que se ha originado, y le asigna un valor
de magnitud que caracteriza el tamaño del terremoto. Estos parámetros se introducen en las matrices
de decisión para obtener el nivel de alerta existente en los distintos tramos de la costa y emitir el tipo
de mensaje correspondiente. Además se utilizan bases de datos de simulaciones numéricas para
estimar la altura máxima de ola y el tiempo de llegada de la primera ola a los puntos de pronóstico
establecidos. Por último, simulaciones en tiempo real y medidas del nivel del mar ayudan a refinar la
alerta por tsunami en el transcurso del tiempo. El fin de la alerta vendrá dado por un mensaje de
cancelación.
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Figura 9. Esquema del sistema de alerta de tsunamis.
2.2.2 Cálculo del nivel de alerta y tiempos de llegada en función de una base de escenarios
precalculados
Para tener una estimación rápida del tsunami generado por un terremoto, se utiliza una base de
datos que alberga los resultados de simulaciones numéricas precalculadas. En estas simulaciones se
modeliza la propagación de la ola, calculando la altura de ola y el tiempo de llegada en un conjunto
de puntos distribuidos por la costa, denominados puntos de pronóstico. Este proceso se repite para
miles de fuentes sísmicas posibles almacenando todos los resultados en una base de datos. Cuando
sucede un terremoto se elige la simulación más apropiada y se utilizan sus resultados como estimación
de los efectos del posible tsunami. El Instituto Geográfico Nacional dispone de varias bases de datos
con miles de escenarios precalculados. En la Figura 10 se muestra uno de ellos.
Si el resultado de estos dos procedimientos es que el terremoto tiene potencial de generar un
tsunami o que, aunque no lo tenga podría caber esa posibilidad, se generará un mensaje de alerta de
tsunami, prácticamente en el mismo instante en que se ha detectado el terremoto. Este mensaje podrá
ser de “aviso” o “alerta”, si se estima que hay peligro de tsunami; o de “información” en caso contrario.
La estructura de estos mensajes se explica en detalle en el Anexo 1.
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2.2.3 Realización de simulaciones de tsunami en tiempo real
Con el desarrollo de la capacidad computacional de las tarjetas gráficas se abre la posibilidad de
realizar una simulación numérica de propagación de tsunami en tan solo unos pocos minutos.
Actualmente, cuando la Red Sísmica Nacional localiza un terremoto capaz de generar un tsunami, se
lanza una simulación de propagación del tsunami y, en un tiempo inferior a 5 minutos, se obtienen los
tiempos de llegada y alturas de ola en los puntos de pronóstico. En la Figura 11 se muestra el resultado
de una de estas simulaciones.
Figura 10. Detalle de la serie temporal simulada de un mareógrafo situado en un punto cercano a Cádiz
para un terremoto de magnitud 8,3 al SW del cabo de San Vicente. Base de datos creada por el Instituto
de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria.
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Figura 11. Resultados de la simulación del tsunami causado por el terremoto de Lisboa de 1755 utilizando
el modelo Tsunami-HySEA desarrollado por el grupo de investigación EDANYA de la Universidad de Málaga.
Las etiquetas indican la altura de ola alcanzada en diferentes puntos de la costa española.
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Figura 12. Mapa con los mareógrafos utilizados en el Sistema de Alerta de Tsunamis implementado en el
IGN.
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3. Tsunamis en el mundo
Como se ha expuesto en el Capítulo 1, los tsunamis pueden deberse a varias causas, siendo las
más habituales los terremotos, los deslizamientos y los volcanes. En la Figura 13 se muestra una
clasificación del catálogo en función de la causa que provoca el tsunami. Se observa que la mayor
parte de los mismos, alrededor del 74%, han sido provocados por un terremoto, incluso en muchos
casos del 26% restante, un terremoto ha contribuido a producir ese tsunami junto con otras causas
asociadas, como por ejemplo un deslizamiento o una erupción volcánica. Por otro lado, se desconoce
la causa que originó casi el 10% de los tsunamis catalogados.
En la Figura 14 se muestra un mapa mundial con la localización de las fuentes de los tsunamis
registrados en dicho catálogo. Estas fuentes son principalmente terremotos de gran magnitud y se
encuentran sobre todo en los bordes de placa con zonas de subducción.
Por otro lado, la Figura 15 recoge las localizaciones costeras donde se ha observado la llegada de
un tsunami. De este modo se observa que cada tsunami del catálogo está asociado a uno o varios de
estos emplazamientos costeros, marcados en la figura con un símbolo semitransparente para que se
pueda observar dónde hay una mayor acumulación de puntos o, lo que es lo mismo, qué lugares están
más frecuentemente expuestos a la llegada de un tsunami.
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Figura 14. Fuentes de los tsunamis a nivel global según NGDC/WDS (2021), catalogados como ciertos o
muy probables, clasificadas en función del tipo de fuente.
En la Figura 16 se muestra el número de tsunamis por año desde el 2000 a.C., año del primer
registro de esta base de datos. En ella se observa claramente como el número de tsunamis recogidos
es drásticamente mayor en los últimos 200 años aproximadamente. Es de suponer que la frecuencia y
distribución de maremotos a lo largo de la historia no ha variado, pero que con el paso del tiempo solo
han perdurado aquellos eventos especialmente intensos o relevantes.
Figura 15. Emplazamientos costeros donde se ha observado un tsunami según NGDC/WDS (2021).
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Figura 16. Número de tsunamis por año desde el año 2000 a.C. y la ampliación de la ventana temporal
desde el año 1800 según NGDC/WDS (2021).
Figura 17. Número de tsunamis en función del número de víctimas que han provocado según NGDC/WDS
(2021).
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Máx. altura
Fecha Causa Localización de la fuente Víctimas
de ola (m)
Terremoto y
17/07/1998 Papúa Nueva Guinea 15 1.636
deslizamiento
Terremoto y
28/09/2018 Isla de Célebes, Indonesia 10 4.340
deslizamiento
Volcán y
22/12/2018 Krakatoa, Indonesia 85 437
deslizamiento
Tabla 1. Tsunamis con mayor número de víctimas desde 1970 según NGDC/WDS (2021).
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4. Tsunamis en España
Figura 18. Número de tsunamis en las costas españolas recopilados en la base de datos del IGN.
Figura 19. Número de tsunamis por año desde 1522 recopilados en la base de datos de tsunamis en las
costas españolas.
Las Figuras 20 y 21 muestran sobre un mapa las fuentes que han ocasionado tsunamis en las costas
españolas y aquellos lugares costeros donde se han registrado tsunamis. Se observa que los epicentros
de los terremotos que han generado tsunamis en las costas españolas se sitúan principalmente en el
borde de las placas euroasiática y nubia (africana), tanto en el océano Atlántico como en el mar
Mediterráneo, y que la costa atlántica de Cádiz es la región más afectada.
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Figura 20. Fuentes de los tsunamis en las costas españolas clasificadas en función de su origen.
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Descripción de los tsunamis en las costas españolas
A continuación, describimos aquellos tsunamis históricos que, con probabilidad razonable, han
afectado las costas españolas (Tabla 2). Además de estos, diversos autores mantienen, en base a
estudios geológicos, la existencia de otros tsunamis importantes que con anterioridad han afectado a
las costas españolas. En este sentido Lario et al. (2011) recopila varias investigaciones concluyendo
que al menos 5 tsunamis habrían afectado significativamente al suroeste de la península ibérica en los
últimos 7.000 años con anterioridad al de 1755.
Suroeste península
01/11/1755 Terremoto 13 38 4
ibérica
Suroeste península
31/03/1761 Terremoto 5 2
ibérica
Terremoto /
09/09/1954 Norte de Argelia 0,2 4 4
Deslizamiento
Suroeste península
28/02/1969 Terremoto 0,5 9 4
ibérica
Tabla 2. Resumen de los tsunamis históricos recogidos en el catálogo de tsunamis en las costas españolas.
22 de septiembre de 1522
El 22 de septiembre de 1522 ocurrió un gran terremoto con intensidad máxima VIII-IX que
produjo la caída de la mayor parte de las casas de Almería y Ugijar (Granada) y unas 1.000 víctimas.
Aunque algunos autores sitúan el epicentro en tierra, otros lo sitúan en el mar de Alborán. En todo
caso, hay documentos que señalan la existencia de un tsunami asociado al terremoto, como el acta del
22 de septiembre del Cabildo eclesiástico de Almería donde se describe un gran terremoto con alusión
a un tsunami: “...La ciudad se sumergió en su mayor parte, bajo las ondas del Mediterráneo.” y una
talla en madera realizada en 1523 que ilustra el evento donde aparecen personas ahogándose, barcos
hundiéndose y daños en las construcciones del muelle. Otros autores muestran evidencias de este
tsunami en el registro sedimentario del cabo de Gata en Almería.
- 33 -
9 de octubre de 1680
El 9 de octubre de 1680 se produjo un gran terremoto que alcanzó una intensidad de VIII-IX en la
ciudad de Málaga (donde un 50% de las casas quedaron inhabitables) y en otras localidades como
Mijas o Benalmádena. En total se contabilizan unas 70 víctimas mortales.
La mayoría de los autores sitúan el epicentro en tierra al noroeste de Málaga, pero existen
documentos contemporáneos que mencionan que tras el terremoto hubo alteraciones en el mar y que
las embarcaciones del Puerto de Málaga se elevaron 5 metros con gran estruendo.
1 de noviembre de 1755
El 1 de noviembre de 1755 ocurrió un gran terremoto al suroeste de la península ibérica de una
magnitud estimada de 8,5. Al terremoto le siguió un tsunami que afectó principalmente a las costas
portuguesas, españolas y marroquíes, alcanzando olas de más de 10 metros en el golfo de Cádiz y
llegando a lugares tan apartados como Las Palmas de Gran Canaria o Santander. Se estima que solo
en España hubo más de 1.000 muertes debidas al tsunami.
En la Tabla 3 se recogen algunos de los lugares donde está documentada la llegada del tsunami en
las costas españolas (Campos Romero, 1992; Martínez Solares, 2001):
Tabla 3. Efectos en España del tsunami de noviembre de 1755 (continúa en la siguente página).
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Localidad Efecto del tsunami de 1755
Se adentró y retiró el mar más de 20 metros. Este movimiento se mantuvo
Marbella (Málaga)
durante 24 horas.
Toledo Se enturbian y elevan las aguas del río Tajo.
El mar subió de repente hasta la pleamar por tres veces volviéndose a
Pontevedra
retirar otras tantas.
Muchas e irregulares oscilaciones del mar con cortos periodos, llegando a
experimentar bajadas y subidas del nivel del mar de 1-2 metros
Corcubión (A Coruña)
aproximadamente. Choque de las embarcaciones amarradas.
Movimientos hasta la noche.
A Coruña El mar creció y menguó cuatro veces en menos de una hora.
La ría se encrespó violentamente y por todo el resto del día estuvo en un
Betanzos (A Coruña)
constante flujo y reflujo. Bajó y subió por tres veces el mar.
Viveiro (Lugo) El mar subió y retrocedió por tres veces.
El agua de la ría se retiró algo más de lo que suele quedar en bajamar y
Santander (Cantabria)
subió pronto tres veces.
Bilbao (Vizcaya) Movimiento de las aguas en el río Nervión. Alboroto del mar.
Lanzarote (Las Palmas) Unas salinas se arruinaron.
Las Palmas de Gran
En el Puerto de la Luz inundó una ermita. Se repitió tres veces.
Canaria
Santa Cruz de Tenerife Se elevaron las aguas, pero no todos lo percibieron.
31 de marzo de 1761
El 31 de marzo de 1761 ocurre un gran terremoto al suroeste de la península ibérica produciendo
intensidades de VII. Este evento originó un tsunami que alcanzó Portugal, España, Irlanda, Reino
Unido e incluso las Antillas Menores. En las costas españolas los efectos del tsunami fueron pequeños,
observándose en Ayamonte, Cádiz, Puerto de Santa María y por algunos barcos cerca del cabo Fisterra.
9 de octubre de 1790
Un terremoto al noroeste de Argelia, cerca de Orán, donde alcanzó intensidades de IX-X, provoca
un tsunami que llega a las ciudades españolas de Almería y Cartagena.
13 de enero de 1804
Un terremoto en el mar de Alborán, cerca de la costa occidental de Almería, provoca intensidades
de VII-VIII y parece que genera un pequeño tsunami que induce la retirada del mar en la costa cercana
a Motril o a Adra.
21 de agosto de 1856
Un terremoto en el noreste de Argelia con intensidad máxima de VIII, produce un pequeño tsunami
que llega al puerto de Mahón en Menorca, donde aumenta el nivel del mar y provoca algunos daños
en las embarcaciones.
9 de septiembre de 1954
El 9 de septiembre de 1954 tuvo lugar un terremoto cerca de la costa de Argelia, con epicentro
unos 30 kilómetros tierra adentro y magnitud de 6,7. A continuación, se desencadenó un tsunami que
- 35 -
fue registrado en los mareógrafos de Alicante, Málaga, Algeciras y Ceuta, con una amplitud máxima
de 33 centímetros en el mareógrafo de Málaga. El terremoto produjo un deslizamiento submarino que
generó una corriente turbidítica dañando seriamente 5 cables submarinos situados hasta 100
kilómetros de distancia de la costa de Argelia. No obstante, existe cierta discrepancia acerca de la
influencia de este deslizamiento en la generación del tsunami.
28 de febrero de 1969
Un terremoto de magnitud 7,8, a unos 200 kilómetros al suroeste del cabo de San Vicente, generó
un pequeño tsunami que se propagó hasta Portugal peninsular e islas Azores, Marruecos- donde se
registró su máxima amplitud, de unos 60 centímetros-, España peninsular e islas Canarias. En España
las amplitudes de la ola registradas por los mareógrafos fueron de pocos centímetros.
17 de julio de 1969
Se registra una clara alteración del nivel del mar en los mareógrafos portugueses de Angra
(Terceira, islas Azores), Cascais y Lagos, y en los mareógrafos españoles de Santa Cruz de Tenerife y
de Arrecife (Lanzarote). Siendo la amplitud máxima medida en el mareógrafo de Santa Cruz de
Tenerife de unos 20 centímetros. Sin embargo, no existe una causa conocida que pueda relacionarse
con este evento.
26 de mayo de 1975
Un terremoto de magnitud 7,8 en la falla de Gloria, unos 800 kilómetros al oeste de la península
ibérica, produce un pequeño tsunami cuya altura máxima de 30 centímetros fue registrada en Lagos.
En España se registró en varios mareógrafos alcanzando una altura máxima de 10 centímetros en
Cádiz.
10 de octubre de 1980
El 10 de octubre de 1980 se produce un terremoto de magnitud 7,3 con epicentro en El Asnam
(Argelia), muy cercano al del 9 de septiembre 1954, también tierra adentro. Este terremoto produjo un
tsunami que fue registrado en los mareógrafos del sureste peninsular alcanzando la máxima altura en
Alicante y Cartagena, siendo esta de unos 30 centímetros. También en este caso se ha propuesto, sin
un claro consenso, la influencia de un desprendimiento submarino en la generación del tsunami. En
todo caso, parece ser que el deslizamiento fue de menor entidad que el de 1954.
21 de mayo de 2003
Un terremoto de magnitud 6,8 con epicentro en Boumerdès, en la costa de Argelia, produjo un
tsunami que se propagó por todo el Mediterráneo occidental. Las mayores amplitudes se registraron
en las islas Baleares alcanzando alturas de ola de alrededor de un metro, al menos en Ibiza y en
Mallorca; aunque algunas fuentes informan de observaciones no instrumentales de unos 2 metros.
Hubo cuantiosos daños a embarcaciones en puertos de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, siendo
por ejemplo en Mallorca de alrededor de 150 las embarcaciones dañadas. En la península ibérica se
registró en toda la costa mediterránea, donde se midieron amplitudes de ola de hasta 45 centímetros
en el puerto de Alicante, 32 centímetros en Valencia o 22 centímetros en Barcelona.
- 36 -
5. Protección frente a maremotos en España:
El sistema nacional de Protección Civil
5.1 Introducción
Aunque los maremotos son fenómenos poco frecuentes, pueden ser extremadamente peligrosos y
mortales. Según Naciones Unidas, en los últimos 100 años, 58 maremotos se han cobrado más de
260.000 vidas, un promedio de 4.600 pérdidas humanas por desastre, superando cualquier otro riesgo
natural.
Apenas tres semanas después del maremoto del océano Indico, el más mortífero del que se tiene
conocimiento, la comunidad internacional aprobó en Kobe (Japón) el Marco de Acción de Hyogo para
2005-2015 de las Naciones Unidas, el primer acuerdo mundial de gran alcance sobre la reducción del
riesgo de desastres, sentando, además, las bases para el sistema de alerta maremotos en el océano
Índico, que cuenta con decenas de estaciones de vigilancia sismológica y del nivel del mar y difunde
las alertas a los centros nacionales de información de maremotos.
El creciente incremento de la población en las zonas costeras, unido al aumento del turismo en las
regiones propensas a los maremotos, ha incrementado la exposición a este riesgo, por lo que su
reducción es un factor clave para disminuir sustancialmente la letalidad de los desastres en el mundo,
objetivo primordial del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030.
España no es ajena al riesgo de maremotos. Si bien la probabilidad de ocurrencia es baja en
comparación con otros riesgos (incendios forestales, inundaciones, etc.) no debemos olvidar los
episodios históricos, muy especialmente el terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755 y posterior
maremoto, que afectó terriblemente a nuestro territorio ocasionando numerosas víctimas y daños
materiales.
Nuestro país tampoco es ajeno a las directrices sobre la reducción del riesgo de desastres de las
Naciones Unidas y lleva más de 30 años trabajando en su gestión integral, política que ha culminado
con la reciente aprobación del primer Plan Estatal de Maremotos.
El desarrollo de la protección civil moderna se inicia en España con la aprobación de la primera
Ley de Protección Civil, que tuvo lugar en 1985, y que sentó las bases para el desarrollo de una
completa organización de esta política de seguridad pública.
En 2015 se aprobó la vigente ley del Sistema Nacional de Protección Civil, llamada a organizar la
protección de las personas, sus bienes, el medio ambiente y el patrimonio histórico-artístico y cultural
en el horizonte de los próximos años, en los que habrá de consolidarse definitivamente el Mecanismo
Europeo de Protección Civil.
Los maremotos suponen en España un riesgo de baja probabilidad de ocurrencia, pero de alto
impacto, por lo que su estudio -incluido el análisis de riesgos- forma parte esencial de la planificación
de la respuesta que deba preverse, de acuerdo con los objetivos de la Unión Europea para el desarrollo
de futuras capacidades que complementen las ya existentes en cada Estado miembro.
- 37 -
Figura 22. El Mecanismo Europeo de Protección Civil incluye entre sus medidas de prevención analizar la
capacidad de gestión de los desastres, incluyendo amenazas de baja probabilidad y alto impacto. Fuente:
Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCE) / Comisión Europea.
- 38 -
Como parte de la política de seguridad pública, la protección civil es una competencia atribuida al
Ministerio del Interior, siendo el titular de este Departamento la máxima autoridad del Estado en la
materia.
El Sistema Nacional de Protección Civil requiere por su complejidad -derivada tanto de la
participación de multitud de actores como por la concurrencia de diferentes Administraciones
Públicas- una coordinación que asegure su funcionamiento armónico y facilite, con la necesaria
flexibilidad, la respuesta eficaz a cualquier situación de riesgo.
Figura 23. Esquema del Sistema Nacional de Protección Civil. Fuente: DGPCE.
Todos los Departamentos Ministeriales forman parte del Consejo Nacional de Protección Civil y
de la Conferencia Sectorial constituida como órgano central de coordinación, de la que también forman
parte las Corporaciones Locales.
Algunas instituciones tienen un papel primordial en el Sistema Nacional de Protección Civil, como
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el Instituto Geográfico Nacional, las Confederaciones
Hidrográficas, la Agencia Estatal de Meteorología, el Instituto Geológico y Minero de España, el
Instituto Español de Oceanografía y otros organismos públicos de investigación.
Los planes de última generación, como es el caso del plan de maremotos, incorporan un Comité
Científico para poder gestionar las catástrofes partiendo de un análisis científico de las amenazas que
las causan.
- 39 -
5.3 El ciclo de la Protección Civil
Las actuaciones de Protección Civil se agrupan en seis fases esenciales:
Figura 24. Niveles de Planificación del Sistema Nacional de Protección Civil. Fuente: DGPCE.
5.3.1 Anticipación
Incluye la identificación de los riesgos y su análisis, y es una fase fundamental para reducir los
riesgos derivados de las emergencias y catástrofes. En esta fase, la elaboración de mapas de riesgos y
la zonificación del territorio son herramientas esenciales en la planificación de protección civil.
5.3.2 Prevención
Comprende el estudio y la adopción de las medidas necesarias para reducir los riesgos, con
medidas como:
- 40 -
Figura 25. Mapa de peligrosidad de Maremotos en las costas españolas. Fuente: DGPCE.
5.3.3 Planificación
Es la organización previa de la respuesta a cada tipo de emergencia, estableciéndose los protocolos
de actuación, los órganos de dirección y los medios movilizables, con la previsión de una respuesta
integral.
La planificación de protección civil en España se realiza de acuerdo con los requisitos comunes a
todos los planes establecidos en la Norma Básica de Protección Civil, que prevé la aprobación de
Directrices Básicas de Planificación -la correspondiente al riesgo de maremotos fue aprobada por el
Real Decreto 1053/2015, de 20 de noviembre- cuando son varias las Administraciones Públicas las
- 41 -
que deben aprobar los planes sobre un riesgo determinado; con la finalidad de que todos ellos sean
integrables y respondan a un modelo homogéneo.
El Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos fue aprobado el 18 de mayo de
2021 y las Comunidades Autónomas deberán elaborar sus respectivos planes.
Además del Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos, el Sistema Nacional
de Protección Civil dispone de los siguientes Planes Estatales:
Plan Básico de Emergencia Nuclear, aprobado por los Reales Decretos 1546/2004, de 25 de junio,
y 1428/2009, de 11 de septiembre.
Plan de Emergencia Nuclear del Nivel Central de Respuesta y Apoyo, aprobado por Orden del
Ministerio del Interior 1695/2005, de 27 de mayo.
Plan de Emergencia Nuclear Exterior a las Centrales Nucleares de Ascó y Vandellós (Tarragona),
aprobado por Acuerdo del Consejo de Ministros de 16 de octubre de 2009.
Plan de Emergencia Nuclear Exterior a las Centrales Nucleares de José Cabrera y Trillo
(Guadalajara), aprobado por Acuerdo del Consejo de Ministros de 16 de octubre de 2009.
Plan de Emergencia Nuclear Exterior a la Central Nuclear de Cofrentes (Valencia), aprobado por
Acuerdo del Consejo de Ministros de 16 de octubre de 2009.
Plan de Emergencia Nuclear Exterior a la Central Nuclear de Almaraz (Cáceres), aprobado por
Acuerdo de Consejo de Ministros de 16 de octubre de 2009.
Plan de Emergencia Nuclear Exterior a la Central Nuclear de Santa María de Garoña (Burgos),
aprobado por Acuerdo de Consejo de Ministros de 16 de octubre de 2009.
Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo sísmico, aprobado por Acuerdo del Consejo de
Ministros de 26 de marzo de 2010.
Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo de inundaciones, aprobado por Acuerdo del Consejo
de Ministros de 29 de julio de 2011.
Plan Estatal de protección civil ante el riesgo químico, aprobado por el Real Decreto 1070/2012,
de 13 de julio.
Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo volcánico, aprobado por Acuerdo de Consejo de
Ministros de 25 de enero de 2013.
Plan Estatal de Protección Civil para emergencias por incendios forestales, aprobado por Acuerdo
del Consejo de Ministros de 24 de octubre de 2014.
Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo radiológico, aprobado por el Real Decreto
1054/2015, de 20 de noviembre.
Plan Estatal general de emergencias de protección civil, aprobado por Acuerdo del Consejo de
Ministros de 15 de diciembre de 2020.
- 42 -
5.3.4 Intervención
Es la fase que se desarrolla cuando se ha declarado una emergencia, comprendiendo, como primera
medida, la constitución de los órganos de dirección de la misma y el despliegue de las unidades de
intervención, así como la organización integral de las medidas de protección. Es la fase más conocida
del ciclo de protección civil.
5.3.5 Recuperación
Se inicia en cuanto lo permite la fase de intervención, y consiste en el restablecimiento de la
normalidad previa a la situación de emergencia, lo que normalmente implica acciones de ayuda
económica y reposición de infraestructuras y servicios públicos.
5.3.6 Evaluación
Es la última fase del ciclo de las emergencias de protección civil, consiste en analizar críticamente
el conjunto del proceso, para adaptar todas las fases anteriores a los conocimientos obtenidos de la
gestión de cada situación de emergencia.
- 43 -
ANTES DEL MAREMOTO
Familiarizarse con las rutas de evacuación, las zonas de seguridad y los puntos de
concentración establecidos por las autoridades municipales
DURANTE EL MAREMOTO
Mantener la calma
- 44 -
Figura 26. Señalización utilizada por la Protección Civil de Chile en los municipios con plan ante maremotos.
Fuente: Manual de Maremotos, de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad
Pública de Chile.
Figura 27. Flujograma de actuaciones recomendado por la Protección Civil de Chile en caso de posible
maremoto. Fuente: Manual de Maremotos, de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior
y Seguridad Pública de Chile.
- 45 -
5.5 Escenarios de riesgos
Una de las últimas tendencias en análisis de riesgos es reinterpretar los datos preexistentes desde
la perspectiva de las consecuencias, como establecen las directrices de la Comisión Europea sobre la
gestión de riesgos de catástrofes, y cuyos resultados puedan representarse gráficamente en una matriz
de riesgo con valores de impacto y probabilidad.
Figura 29. La integración de todos los planes y su coordinación, permiten el desarrollo de un Sistema
Nacional de Protección Civil eficaz. Fuente: DGPCE.
- 46 -
El Plan Estatal ante el Riesgo de Maremotos, finalmente, fue aprobado por el Gobierno el 18 de
mayo de 2021 (Anexo 1), incorporándose como un anexo al Plan Estatal General de Emergencias
(PLEGEM) (Anexo 2).
1 Asegurar una respuesta eficaz en caso de que suceda un maremoto en cualquier lugar de
las costas españolas que ocasione una emergencia de interés nacional.
Uno de los órganos con mayor relevancia del Plan Estatal es el Comité Estatal de Coordinación y
Dirección (CECOD), ya que es el órgano de integración y participación de las Administraciones
Públicas y organismos implicados en la gestión de las emergencias, y tiene la función de coordinar las
actuaciones de cada una de ellas, movilizando las capacidades operativas necesarias para la respuesta
a la emergencia.
El CECOD queda definido en el PLEGEM y estará integrado por las personas titulares de la
Subsecretaría del Interior y de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCE),
además de por los representantes de los siguientes órganos:
- 47 -
ORGAMISMOS CON REPRESENTACIÓN EN EL PLEGEM
Ministerio de Defensa
- 48 -
Para la implantación del Plan Estatal, es necesario priorizar una serie de tareas que se deben
desarrollar, entre otras:
3) La elaboración de una guía técnica para las CCAA y entidades locales que les
permita elaborar sus planes de Protección civil ante el riesgo de maremotos.
La implantación y mantenimiento del Plan Estatal debe tener también los siguientes objetivos:
Una buena implantación del plan garantiza una buena gestión de las emergencias que puedan
ocurrir. Los pasos para conseguirla deben comenzar con la verificación del funcionamiento tanto de
los sistemas de alerta como de los recursos especializados asignados al plan.
Es fundamental realizar una labor de difusión de la existencia del Plan a los órganos implicados,
así como los principales integrantes de los distintos comités, equipos o grupos operativos. Esta primera
difusión debe ir acompañada de una posterior formación específica en las tareas propias del plan.
Por supuesto, otra fase de la implantación debe incluir la información a los medios de
comunicación y la información y formación a los ciudadanos cuando sea necesario.
Los ciudadanos de las zonas más propensas a este riesgo deben conocer las medidas de
autoprotección, que pueden salvar vidas, así como los planes locales, las rutas de evacuación
establecidas en los mismos y comprender las medidas que las autoridades les puedan solicitar, desde
la evacuación al confinamiento.
- 49 -
Figura 31. Los paneles con las rutas de evacuación son esenciales en las zonas costeras para una buena
implantación de los planes.
- 50 -
Bibliografía
- Bernard, E., & Titov, V. (2015). Evolution of tsunami warning systems and
products. Philosophical Transactions of the Royal Society A: Mathematical, Physical and
Engineering Sciences, 373(2053), 20140371. http://dx.doi.org/10.1098/rsta.2014.0371
- Comisión Europea (2019). Comunicación de la Comisión. Informe relativo a las directrices sobre
la gestión de riesgos de catástrofes en virtud del artículo 6, apartado 1, letra d), de la Decisión
1313/2013/UE (Diario Oficial de la Unión Europea 20.12.2019 - 2019/C 428/07).
- Imamura, F., & Abe, I. (2009). History and challenge of Tsunami warning systems in
Japan. Journal of Disaster Research, 4(4), 595-599.
- Lario, J., Zazo, C., Goy, J. L., Silva, P. G., Bardaji, T., Cabero, A., & Dabrio, C. J. (2011).
Holocene palaeotsunami catalogue of SW Iberia. Quaternary International, 242(1), 196-200.
https://doi.org/10.1016/j.quaint.2011.01.036
- Martínez-Solares, J.M. (2001). Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre
de 1755). Monografía número 19. Instituto Geográfico Nacional. Madrid. 756 pp.
- Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de Chile
(ONEMI) (Santiago, 2014). Mesa técnica interinstitucional de recomendaciones para la
preparación y respuesta ante tsunamis. Recomendaciones para la preparación y respuesta ante
tsunamis. p.31. https://www.onemi.gov.cl/
- 51 -
ANEXO 1
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61423
I. DISPOSICIONES GENERALES
ANEXO
incorporación como anexos del mismo de los planes especiales aprobados con
anterioridad y los que se aprueben posteriormente.
Este Plan Estatal de Maremotos establece un sistema de alerta ante maremotos, con
la finalidad de avisar acerca de la inminencia de dicha amenaza a las autoridades de
protección civil y a los servicios públicos de emergencia, así como a los ciudadanos que
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61424
puedan verse afectados, con atención especial a las personas más vulnerables, de tal
manera que por dichas autoridades pueda disponerse lo necesario para asegurar una
rápida respuesta y por parte de la población puedan adoptarse las medidas de
autoprotección que en cada caso resulten adecuadas.
Con la elaboración de este Plan, se avanza en la consolidación del Sistema Nacional
de Protección Civil como instrumento integrador de todas las capacidades nacionales en
la gestión de emergencias y catástrofes, completando el círculo de seguridad humana a
la que atiende la seguridad pública.
El Plan ha sido elaborado con la participación de la Comisión Técnica sobre el
Riesgo de Maremotos prevista en el punto 3.3 de la Directriz Básica, ha sido sometido al
trámite de información pública, e informado favorablemente por el Consejo Nacional de
Protección Civil.
En su virtud, a propuesta del Ministro del Interior, el Consejo de Ministros, en su
reunión del día 18 de mayo de 2021,
ACUERDA
Primero. Aprobación del Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos.
Cuarto. Efectos.
Este acuerdo y el plan estatal que por él se aprueba producirán efectos a partir de su
publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
ANEXO
Índice:
Verificable en https://www.boe.es
1. Objeto y ámbito.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61425
2. Sistemas de información.
3. Organización.
4. Operatividad.
5. Integración.
6. Implantación, mantenimiento y evaluación.
Índice de anexos:
1. Objeto y ámbito
potencialmente afectada.
d) Prevé la organización, en colaboración con las Comunidades Autónomas y
Ciudades de Ceuta y Melilla, de los correspondientes programas de información
preventiva y reactiva a la población a nivel nacional, que permita, mediante el
- 57 -
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61426
El ámbito territorial de aplicación del presente Plan está constituido por las
Comunidades Autónomas costeras, así como las Ciudades de Ceuta y Melilla, y
preferentemente, aquellas en las que, de acuerdo con el análisis de peligrosidad que se
incluye en el anexo I, presentan un mayor riesgo, con valores de altura de ola superiores
a 0,50 metros: Andalucía, Islas Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Islas
Baleares, Región de Murcia, Ceuta y Melilla.
2. Sistemas de información
El Sistema de Información de Maremotos (SIM) tiene por finalidad conocer los datos
más relevantes acerca de los maremotos que hayan tenido alguna incidencia sobre la
población y los bienes en el territorio español.
El SIM forma parte de la Red Nacional de Información sobre Protección Civil
(RENAIN).
El Sistema Nacional de Alerta por Maremotos (SINAM) está constituido por los
medios, la organización y los procedimientos necesarios para establecer un sistema
único y coordinado para todo el Sistema Nacional de Protección Civil, que permita
detectar precozmente la generación de maremotos que puedan afectar a las costas
españolas, y transmitir, en el tiempo más corto posible, la información a los órganos
competentes en materia de protección civil de los ámbitos territoriales potencialmente
afectados, con el objeto de que puedan adoptar las medidas de prevención y de
protección de personas y bienes que en cada caso correspondan, y alertar a la población
residente en las áreas de riesgo, para que puedan poner en práctica las medidas de
autoprotección previamente establecidas, así como a aquellas entidades, especialmente
a las que presten servicios públicos, que puedan estar afectadas por este riesgo.
El SINAM forma parte de la Red de Alerta Nacional, e integra los siguientes
dispositivos de información y alerta:
detección marina de las Administraciones Públicas que, cumpliendo con los requisitos
técnicos mínimos que se establezcan, puedan proporcionar datos que faciliten la toma
cve: BOE-A-2021-8361
- 58 -
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61427
3. Organización
Los órganos del Plan Estatal de Maremotos son los determinados en el Plan Estatal
General de Emergencias (PLEGEM), con las especificidades que se establecen a
continuación.
dirección del Plan Estatal y, en su caso, de los Planes de las Comunidades Autónomas.
cve: BOE-A-2021-8361
4. Operatividad
- 59 -
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61428
5. Integración
6.3 Evaluación.
Índice de anexos
ANEXO I
- 60 -
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61429
ANEXO II
Índice:
cve: BOE-A-2021-8361
- 61 -
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61430
Apéndice A.
Apéndice B.
3. Procedimiento de aviso
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61431
a) Alerta o rojo («watch»): Altura de la ola del maremoto mayor de 0,5 metros o
altura vertical máxima en tierra mayor de 1 metro. El maremoto producirá inundación en
la costa.
b) Aviso o amarillo («advisory»): Altura de la ola del maremoto entre 0,2 y 0,5
metros o altura vertical máxima en tierra entre 0,5 y 1 metro.
c) Información o verde («information»): No hay riesgo de maremoto o si existe
tendrá alturas de ola menores de 0,2 metros o una altura vertical máxima en tierra menor
de 0,5 metros.
- 63 -
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61432
El cuerpo del mensaje varía para cada uno de los tipos. En el caso de los mensajes
de aviso/alerta, se ha dividido la costa española en 37 tramos (apéndice B), a cada uno
Verificable en https://www.boe.es
de los cuales se le asigna uno de los niveles de alerta expuestos en el apartado 6.1, así
como una estimación aproximada de la hora de llegada de la primera ola del maremoto a
cada uno de los tramos de costa con niveles de alerta o aviso.
cve: BOE-A-2021-8361
De ese modo, este tipo de mensajes contienen un mapa de España en el que a cada
tramo de costa definido en el apéndice B se le asigna un color (verde, amarillo o rojo) en
función del nivel de alerta en ese tramo.
Asimismo, el mensaje incluye un listado con cada uno de los tramos con nivel de
alerta o aviso y la hora estimada de llegada de la primera ola.
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En el caso de que existan observaciones del nivel del mar debidas al maremoto,
estas se incluirán en los mensajes en un listado con la localidad costera donde se haya
realizado la observación, la fecha y hora de la observación y la altura de la ola en ese
momento.
Se muestran a continuación ejemplos de este tipo de mensajes:
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Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61434
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Apéndice A
– Atlántico Próximo (AP): Zona entre las latitudes 20°N y 60°N la longitud 30°W y la
costa de África y Europa.
– Atlántico Lejano (AL): Zona entre las latitudes 10°N y 70°N, la costa de
Norteamérica y Caribe y la longitud 30°W.
Esta matriz se utiliza para la zona comprendida entre el meridiano de longitud 8°W,
las costas de África y Europa y el Estrecho de Gibraltar.
Verificable en https://www.boe.es
cve: BOE-A-2021-8361
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Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61439
– Mediterráneo Occidental (MW): Zona entre las costas de España, Francia, oeste
de Italia, canal de Sicilia, Túnez, Argelia y Marruecos.
– Mediterráneo Oriental (ME): Zona entre las costas de Eslovenia, Croacia, Bosnia,
Montenegro, Albania, Grecia, Turquía, Siria, Líbano, Israel, Egipto, Libia, Túnez y canal
de Sicilia. Verificable en https://www.boe.es
cve: BOE-A-2021-8361
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Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61440
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Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61441
Mapa con las distintas zonas definidas para las matrices de decisión.
Apéndice B
Tramos de costa definidos para los avisos de maremoto de la Red Sísmica Nacional.
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Núm. 120 Jueves 20 de mayo de 2021 Sec. I. Pág. 61442
Verificable en https://www.boe.es
cve: BOE-A-2021-8361
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ANEXO 2
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I. DISPOSICIONES GENERALES
ANEXO
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Artículo único. Aprobación del Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil
(PLEGEM).
ÍNDICE
1. Disposiciones generales.
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5.1.4.1 Funciones.
5.1.4.2 Comités de Dirección Territoriales.
5.1.4.3 Comités de Dirección Autonómicos.
5.1.4.4 Comités de Dirección Provinciales.
5.1.4.5 Funciones de los Comités de Dirección Territoriales.
Verificable en https://www.boe.es
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8. Medidas de protección.
8.6 Evacuación.
8.7 Albergue.
8.8 Medidas de autoprotección.
cve: BOE-A-2020-16349
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Núm. 328 Jueves 17 de diciembre de 2020 Sec. I. Pág. 115709
10.1 Implantación.
10.2 Mantenimiento.
10.3 Evaluación.
10.4 Programas de información y capacitación.
10.5 Ejercicios y simulacros.
10.6 Actualización y revisiones del Plan.
1. Disposiciones generales
Además, podrá ser activado con ocasión de graves emergencias y catástrofes que
ocurran fuera del territorio nacional con la finalidad de prestar asistencia y apoyo a otros
cve: BOE-A-2020-16349
países, bien en el marco del Mecanismo Europeo de Protección Civil, bien en el contexto
de otros instrumentos de cooperación internacional bilaterales o multilaterales.
1.2 Fundamento jurídico y marco legal. El PLEGEM se fundamenta en el
artículo 149.1.29.ª de la Constitución, en la Ley 17/2015, de 9 de agosto, del Sistema
Nacional de Protección Civil, y en la Norma Básica de Protección Civil, así como en las
demás leyes de aplicación a la protección civil.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 328 Jueves 17 de diciembre de 2020 Sec. I. Pág. 115710
1.4.1 En el nivel central. En el nivel central, son órganos competentes del PLEGEM
el Ministerio del Interior y el Comité Estatal de Coordinación y Dirección (CECOD).
El Ministerio del Interior, como titular de la competencia de protección civil, participa
en todas las fases del PLEGEM, de acuerdo con las atribuciones conferidas por la
ley 17/20015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, las demás que
sean de aplicación, y las normas reglamentarias y de estructura.
La persona titular del Ministerio del Interior ejerce la Dirección del PLEGEM en todas
sus fases, y especialmente en las emergencias de interés nacional. Presidirá el Comité
Estatal de Coordinación y Dirección (CECOD) en las activaciones del PLEGEM en la
fase de apoyo a otros Sistemas Nacionales.
La Subsecretaría del Interior es el órgano superior del Departamento en el que se
encuadran las funciones de protección civil y emergencias. Su titular, asistirá
permanentemente a la persona titular del Ministerio del Interior en el ejercicio de sus
funciones como máxima autoridad nacional en materia de protección civil y emergencias,
y podrá dirigir el PLEGEM, por delegación, en su fase de preemergencia.
Le corresponderá, igualmente, la presidencia del Comité Estatal de Coordinación y
Dirección (CECOD) en las fases de preemergencia y emergencia de interés nacional, y
la vicepresidencia en las activaciones del PLEGEM en la fase de apoyo a otros Sistemas
Nacionales.
La Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCE) es el centro
directivo del Ministerio del Interior encargado de proveer asistencia inmediata a la
persona titular del Departamento, y a la persona titular de la Subsecretaría del Interior,
en el ejercicio de sus funciones de dirección del PLEGEM, así como el órgano
responsable de las funciones de gestión, mantenimiento, implantación y evaluación del
Plan.
La persona titular de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias
(DGPCE) podrá dirigir el PLEGEM, por delegación, en la fase de preemergencia, y
Verificable en https://www.boe.es
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2.1.1 Red de Alerta Nacional (RAN). La Red de Alerta Nacional (RAN) es el sistema
de comunicación de avisos de emergencia a las autoridades competentes de protección
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civil, con la finalidad de que los servicios públicos esenciales y los ciudadanos estén
informados ante cualquier amenaza de emergencia.
La Red de Alerta Nacional (RAN), gestionada por la Dirección General de Protección
Civil y Emergencias (DGPCE) a través del Centro Nacional de Seguimiento y
Coordinación de Emergencias (CENEM), recopilará las informaciones relevantes sobre
situaciones que puedan dar lugar a emergencias de protección civil.
Los organismos de las Administraciones Públicas que puedan contribuir a la
detección, seguimiento y previsión de amenazas de peligro inminente para personas y
bienes, deberán comunicar al Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación de
Emergencias (CENEM) estas situaciones.
La Red de Alerta Nacional (RAN) utilizará redes de datos públicas y privadas, según
disponibilidad, para la transmisión de los mensajes de aviso y alerta, incluida la
posibilidad de despliegue de redes dedicadas.
Para la transmisión de avisos a la población podrán utilizarse sistemas basados en
las redes de telefonía móvil que permitan su envío de forma directa a los ciudadanos que
se encuentren en las zonas afectadas.
Los órganos de coordinación de emergencias de las Comunidades Autónomas y
Ciudades de Ceuta y Melilla son el cauce ordinario para la información de las
emergencias de protección civil al Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación de
Emergencias (CENEM), así como la transmisión de la alerta a las autoridades que
correspondan, y a los ciudadanos, organismos y empresas.
La activación por las Comunidades Autónomas y Ciudades de Ceuta y Melilla de sus
Planes de Protección Civil en las situaciones operativas 1 y 2 es, en todo caso, un aviso
de emergencia de notificación obligatoria al Centro Nacional de Seguimiento y
Coordinación de Emergencias (CENEM).
El Ministerio del Interior aprobará los protocolos de funcionamiento de la Red de
Alerta Nacional (RAN), previo informe del Consejo Nacional de Protección Civil.
2.1.2 Red Nacional de Información (RENAIN). La Red Nacional de Información
(RENAIN) es un instrumento de anticipación de riesgos para facilitar una respuesta
eficaz ante cualquier situación de emergencia o catástrofe.
La Red Nacional de Información (RENAIN), gestionada por el Centro Nacional de
Seguimiento y Coordinación de Emergencias (CENEM):
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adecuada cobertura de todo el territorio nacional mediante esta red, desplegando para
ello estaciones repetidoras y emisoras directoras situadas en las Delegaciones y
Subdelegaciones del Gobierno.
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Las capacidades del Sistema Nacional de Protección Civil son los medios y recursos
de las Administraciones Públicas, y de los ciudadanos y personas jurídicas, susceptibles
de ser utilizados para la respuesta a las emergencias y catástrofes.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
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emergencias y catástrofes.
4.5 Movilización de capacidades del Sistema Nacional de Protección Civil.
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5.1.1 Dirección del plan. La dirección del PLEGEM corresponde al Ministerio del
Interior en todas sus fases y situaciones operativas.
En las emergencias de interés nacional, la dirección del PLEGEM corresponde, en
todo caso, a la persona titular del Ministerio del Interior.
En las demás fases y situaciones operativas, la dirección del PLEGEM corresponde,
por delegación, a la persona titular de la Subsecretaría del Interior o a la persona titular
de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCE).
5.1.2 Comité Estatal de Coordinación y Dirección (CECOD). El Comité Estatal de
Coordinación y Dirección (CECOD) es el órgano de integración y participación de las
Administraciones Públicas y organismos implicados en la gestión de las emergencias
que activen el PLEGEM, y tiene la función de coordinar las actuaciones de cada una de
ellas mediante la activación del Mecanismo Nacional de Respuesta, a través del cual se
movilizarán las capacidades operativas necesarias para la respuesta a la emergencia.
El Comité Estatal de Coordinación y Dirección (CECOD) estará integrado por las
personas titulares de la Subsecretaría del Interior y de la Dirección General de
Protección Civil y Emergencias (DGPCE), y además por representantes de los siguientes
órganos:
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ser requeridas por la Dirección del PLEGEM o por la Dirección de los Planes de otras
Administraciones Públicas.
c) Analizar la conveniencia de la adopción de medidas extraordinarias previstas por
la legislación vigente.
d) Preparar y evaluar las campañas de interés nacional.
e) Analizar y evaluar, con periodicidad anual, los resultados de la aplicación del
PLEGEM.
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a) Grupo de intervención.
b) Grupo de reconocimiento de daños y restablecimiento de infraestructuras.
c) Grupo de evacuación y rescate.
d) Grupo de seguridad.
e) Grupo de forense.
f) Grupo sanitario.
g) Grupo de albergue, abastecimiento y asistencia social.
h) Grupo de apoyo logístico.
i) Grupo de intervención psicosocial.
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6.1 Definición de las fases del PLEGEM. La operatividad del PLEGEM contempla
las siguientes fases:
Emergencias (DGPCE), como centro directivo gestor del PLEGEM, y su Centro Nacional
de Seguimiento y Coordinación de Emergencias (CENEM), funcionan ordinariamente en
modo de alerta y seguimiento permanente, en conexión, igualmente permanente, con los
Centros de Emergencias de las Comunidades y Ciudades Autónomas, de la
Administración General del Estado y de los demás que se determinen en el Plan
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Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, así como y en las
demás disposiciones legales y reglamentarias de aplicación.
Sin perjuicio de las facultades Ministerio del Interior, las unidades de las Fuerzas
Armadas que actúen en cualquiera de las actuaciones derivadas de este PLEGEM lo
harán encuadradas y dirigidas por sus mandos naturales.
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7.1 Activación derivada de la Ley Orgánica 4/1981. Cuando los Reales Decretos
que declaren los estados de alarma, excepción o sitio, incorporen la activación del
Sistema Nacional de Protección Civil, el PLEGEM se activará en la fase de emergencia
de interés nacional si la aplicación de la Ley Orgánica 4/1981 tiene como causa una
emergencia o catástrofe de protección civil, y en la fase de apoyo en los demás
supuestos.
La Dirección del PLEGEM en estas situaciones corresponderá en todo caso a la
persona titular del Ministerio del Interior, que determinará, en función de la naturaleza de
la causa de la activación, la composición del Comité Estatal de Coordinación.
En estas situaciones, la organización y los procedimientos de actuación previstos en
el PLEGEM son puestos a disposición de la Autoridad competente para enfrentar la
situación declarada.
La declaración de esta fase de apoyo es compatible con la declaración de una
emergencia de protección civil de interés nacional, cuando concurran circunstancias de
tal naturaleza, distintas de las que hubieren ocasionado la declaración del estado de
alarma, excepción o sitio.
7.2 Activación derivada de la Ley de Seguridad Nacional. En las situaciones de
interés para la seguridad nacional que prevean la activación del Sistema Nacional de
Protección Civil, se estará a lo dispuesto en el correspondiente Real Decreto.
El PLEGEM se activará en su fase de apoyo a otros Sistemas Nacionales,
correspondiendo su dirección a la persona titular del Ministerio del Interior.
En esta situación, la organización y los procedimientos de actuación previstos en el
PLEGEM son puestos a disposición de la Autoridad competente para enfrentar la
situación declarada.
La declaración de esta fase de apoyo es compatible con la declaración de una
emergencia de protección civil de interés nacional, cuando concurran circunstancias de
tal naturaleza, distintas de las que hubieren ocasionado la declaración de la situación de
interés para la seguridad nacional.
7.3 Otras activaciones. El PLEGEM podrá ser activado en su fase de apoyo, en
otras situaciones que afecten gravemente al funcionamiento de algún servicio esencial o
crítico para la comunidad, de conformidad con lo establecido en normas de rango legal
que así lo prevean.
La Dirección del PLEGEM en esta situación corresponderá al Ministerio del Interior,
que determinará, en función de la naturaleza de la causa de la activación, la composición
del Comité Estatal de Coordinación y Dirección (CECOD).
En esta situación, la organización y los procedimientos de actuación previstos en el
PLEGEM son puestos a disposición de la Autoridad competente para enfrentar la
situación declarada.
7.4 Activación derivada de emergencias y catástrofes en el exterior. El PLEGEM
puede ser activado como consecuencia de emergencias y catástrofes que tengan lugar
fuera del territorio nacional, bien en el marco de la Unión Europa, bien en función de
compromisos adquiridos de forma bilateral o multilateral mediante la suscripción de los
correspondientes Convenios o Tratados Internacionales, o de cualquier otra forma en
que se decida prestar ayuda o asistencia en este tipo de situaciones.
La activación será decidida por el Ministerio del Interior, que determinará la fase y la
situación operativa correspondiente, de acuerdo con la naturaleza de la emergencia o
catástrofe, su dimensión, implicaciones, posible evolución y afectación a intereses
nacionales o de carácter humanitario.
Verificable en https://www.boe.es
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 328 Jueves 17 de diciembre de 2020 Sec. I. Pág. 115728
8. Medidas de protección
sus domicilios o en otros edificios que se determinen, así como en las medidas
complementarias de seguridad que deban adoptarse en los mismos para su protección.
El Grupo de Seguridad que intervenga en cada zona de la emergencia o catástrofe
determinará las medidas concretas de confinamiento, que serán igualmente objeto de la
más amplia información pública posible.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 328 Jueves 17 de diciembre de 2020 Sec. I. Pág. 115729
emergencia o catástrofe.
Los titulares de centros, establecimientos y dependencias en los que se realicen
actividades que puedan originar una emergencia de protección civil, están obligados a
cve: BOE-A-2020-16349
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 328 Jueves 17 de diciembre de 2020 Sec. I. Pág. 115730
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 328 Jueves 17 de diciembre de 2020 Sec. I. Pág. 115731
Melilla.
9.5 Integración de otros planes. La integración en el PLEGEM de otros planes
estatales tendrá lugar de acuerdo con la normativa propia de estos, y se realizará
prioritariamente mediante la participación en el Comité Estatal de Coordinación y
Dirección (CECOD), así como mediante la aplicación común del marco orgánico-
funcional de este Plan General.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 328 Jueves 17 de diciembre de 2020 Sec. I. Pág. 115732
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Núm. 328 Jueves 17 de diciembre de 2020 Sec. I. Pág. 115733
11.8 Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo sísmico, aprobado por Acuerdo
del Consejo de Ministros de 26 de marzo de 2009.
11.9 Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo de inundaciones, aprobado por
Acuerdo del Consejo de Ministros de 29 de julio de 2011.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 328 Jueves 17 de diciembre de 2020 Sec. I. Pág. 115734
11.10 Plan Estatal de protección civil ante el riesgo químico, aprobado por el Real
Decreto 1070/2012, de 13 de julio.
11.11 Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo volcánico, aprobado por
Acuerdo de Consejo de Ministros de 25 de enero de 2013.
11.12 Plan Estatal de Protección Civil para emergencias por incendios forestales,
aprobado por Acuerdo del Consejo de Ministros de 24 de octubre de 2014.
11.13 Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo radiológico, aprobado por el
Real Decreto 1054/2015, de 20 de noviembre.
Verificable en https://www.boe.es
cve: BOE-A-2020-16349
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Los maremotos o tsunamis son fenómenos naturales que ocurren con poca frecuencia pero que tienen un poten-
cial de provocar grandes daños que no se puede desdeñar. Por ello, España, con su gran extensión de costas, ha
de estar preparada para afrontar este riesgo.
El 18 de mayo de 2021 el Consejo de Ministros aprobó el I Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de
Maremotos, incorporándolo al Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil, como un anexo. Este plan
establece un sistema de alerta ante maremotos cuya finalidad es avisar, en el caso de la inminencia de dicha
amenaza, a las autoridades de protección civil y servicios públicos de emergencia, así como a los ciudadanos que
se hallen en lugares cercanos.
En esta edición comentada se pretende dar a conocer este plan dentro de su contexto. Por ello, se atienden aspec-
tos generales como la creación y propagación de los tsunamis y sus efectos cuando llegan a la costa; los sistemas
de alerta de tsunami y la incidencia de este fenómeno, tanto mundialmente como en nuestro país. Así mismo, se
describe el plan dentro del Sistema Nacional de Protección Civil y su aplicación al caso de los maremotos.
MINISTERIO MINISTERIO
DE TRANSPORTES, MOVILIDAD DE L INTERIOR
Y AGENDA URBANA
INSTITUTO
GEOGRÁFICO
NACIONAL