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¡B ienvenid o!

¡Estamos juntos para experimentar al Señor! Cada encuentro será para que lo experimen-
temos, para que disfrutemos de Él y de Su amor.
Pongamos toda nuestra atención en Él, ¡en disfrutarlo y tocarlo a Él!

 ¿Listos?
 
1. EL ALTAR:
Si es la primera vez que estás en el equipo, lee la explicación del ejercicio:
 
El Altar representa la Cruz del Señor, es su fuego que quema y le da fin a todo lo nuestro, lo
que nos oprime, nos gobierna, nos ata, etc. Jesús dijo que, si la semilla cae a tierra y muere,
da mucho fruto. Nosotros somos esa semilla.
Pídele al Señor que te muestre qué cosas de tu vida debes dejar hoy en el Altar: pensamien-
tos, ideas, conductas, recuerdos, etc.
El Espíritu Santo te mostrará qué cosas dejar hoy en el Altar y, a medida que te lo muestre,
no luches con ello, solo déjalas en el Altar para su muerte.
 

VAYAMOS AL EJERCICIO:

Comparte durante 5 minutos (no más así todos pueden compartir) cómo fue tu
semana y, luego de compartir en voz alta, deja en la Cruz lo que Él te indique.
Pídele al Señor que te muestre qué dejar hoy en el Altar para su fin y, cuando lo
tengas, hazlo con este modelo de oración:
 
Oración del Altar: Llevar a la Cruz
“Señor hoy quiero dejar en el Altar para su fin ...................................”.
Renuncio a ello, declaro que no tiene más poder sobre mi vida y que ya no soy go-
bernado por esto. Lo entrego en la Cruz para su muerte. Nada de mí, todo de Ti.
Nada de otros, todo de Ti. Nada de cosas, todo de Ti. Me declaro libre, bendecido
y lleno de vida. ¡Amén!
 

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 2. “LOS 3 TIPOS DE LENGUAJES”:
Todos nosotros tenemos que hablarle a Él, de Él. Hay 3 lenguajes:
Vamos a decirle en voz alta alguno de estos lenguajes, ya sea leyendo lo que está aquí o con
frases que salgan de lo profundo de nuestro corazón.
Podemos también pedirle al Señor una palabra nueva que nunca le hayamos dicho de
alguno de los 3 lenguajes:
 
VAYAMOS AL EJERCICIO:

a. El lenguaje del AMOR: Es decirle cuánto lo amamos


“Señor, Te amo”.
“Tú eres maravilloso y dulce”.
“Eres hermoso”.
“No hay nadie como Tú, lleno de belleza”.

b. El lenguaje del PODER: Es decirle cuán grande es Él


“Tú eres poderoso y grande”.
“Tú eres sabio sin medida”.
“Tu gloria llena mi vida”.
“Grandioso y sublime sobre todos y todo”.
 
c. El lenguaje de la NECESIDAD: Es decirle cuánto lo necesitamos
“Señor, Te anhelo”.
“Te necesito”.
“Tengo hambre de Ti”.
“Mi alma tiene sed de Ti, mi carne Te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua”.
“Como el ciervo busca por las aguas, así clama por Ti, Dios, mi alma”.
“Quebrantada está mi alma anhelando Tus ordenanzas en todo tiempo”.
“En la noche Te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro de mí Te busca con
diligencia”.
“¿A quién tengo yo en los cielos, sino a Ti? Y fuera de Ti, nada deseo en la Tierra”.
 
 

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3. ORAR LA PALABRA:
La Biblia es la Palabra de Dios. A través de Esta, Él nos habla, nos da Su Voz. Al abrirla, no
leemos un libro, sino que contactamos a una Persona: Su Autor.
Aquí tenemos varios versículos; los leeremos muy, pero muy despacio, hasta que una pala-
bra nos impacte (esta es la carga, es decir, la Palabra que Dios quiere que ores de manera es-
pontánea). Esa Palabra que nos impacta la repetimos y la repetimos, y oramos lentamente
Por ejemplo: si leemos Efesios 2:4: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran
amor ...” repetimos amor, amor, amor... “Señor, Tu amor es infinito...”, “Yo disfruto de Tu
amor...”, “Mi día estará lleno de Tu amor...”. Subrayamos la palabra “amor” en la Biblia;
nos detenemos, y no leemos más. Y esta palabra la vamos a meditar durante todo el día.

VAYAMOS AL EJERCICIO:

• Ef. 2:10: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

• Ef. 3:20-21: Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abun-
dantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a
él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos.
Amén.

• Ef. 4:22-23: En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que
está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente.

• Ef.: 4:29: Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena
para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

• Ef. 4:31-32:  Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia,
y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos
a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

• Fil. 1:21: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

• Fil. 2:13: Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su
buena voluntad.

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• Fil. 3:12:  No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver
si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

• Fil. 3:20: Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo.

• Fil. 4:19: Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria
en Cristo Jesús.

En tu casa orá cada día tu Biblia buscando la carga. Comenzá a hacerlo desde Efesios.

4. LAS CRISIS Y LAS LECCIONES APRENDIDAS POR


EXPERIENCIA:
Todos pasamos por crisis, sean grandes o pequeñas. Necesitamos saber cómo se las vencen
en las aguas profundas.

a. Comparte tu crisis solo en una frase


No sirve de mucho contar durante varios minutos lo que nos sucede, solo trae un aumento
de angustia y activa nuestra alma y la de los que nos oyen. ¡Dios sabe la crisis! Solo alcanza
con decirla con una frase, como hizo, por ejemplo, Pablo: “Quita este aguijón”, o: “Esta
leve y momentánea tribulación”. O nuestro Señor: “Pasa de mí esta copa”.

Así acostúmbrate a decir:


“Una deuda económica”, “Una pelea con mi hija”, “Un problema en el trabajo”, “Una
injusticia laboral”, etc.

¿Podrías nombrar así una crisis que estás atravesando?


“.............................................................................................................................................
.............................................................................................................................................
.............................................................................................................................................”
 
b. Pasar rápidamente a ver qué estamos aprendiendo de Cristo
¿Cómo el Espíritu Santo está usando esa crisis para enseñarnos qué específicamente de
Cristo? ¿En qué se está perfeccionando mi intimidad con Cristo a partir de esa crisis?

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¡Este “túnel” (crisis) está dándonos una experiencia con Él!, ¡algo de Él se está forjando en
nosotros! Miremos a Pablo: “Bástate mi gracia”. Cristo Gracia estaba siendo experimenta-
do y formado en la intimidad de Pablo con el Señor.
No te apresures a responder esto, pregúntale al Señor: ¿Qué de Cristo estoy aprendiendo
nuevo? ¿O experimentando de Él? ¿Cuál es la lección?
 
Ejemplo:
• Mi crisis es una discusión con mi hijo: estoy aprendiendo que “Él es mi descanso”.
• Mi crisis es una injusticia en mi trabajo: estoy aprendiendo que “solo dependo de
Él para todo”.
 
Entonces, una vez que vemos lo que de Él está creciendo en nosotros, eso es lo que debe-
mos orar todo el día. Así, entonces, la prueba será tarde o temprano vencida y la lección,
la experiencia de Cristo, quedará en nosotros de por vida. Ya no es una enseñanza que oí,
sino una experiencia que tuve con Él.
Vamos a decirlo: ¡Si ves que te estás extendiendo al contar, detente! ¡Recuerda que es solo
una frase específica!

VAYAMOS AL EJERCICIO:

Mi crisis: “.....................................................................................................................
.....................................................................................................................................”
Lo que estoy aprendiendo de Cristo es que Cristo es “................................................
.....................................................................................................................................”
 

5. EJERCICIO “COMPARTIR MI TESTIMONIO”:


Cada integrante compartirá un testimonio donde le soltamos la “carga” (una palabra de
Dios para alguien) y que vimos respuesta de Su poder. Recuerda hacerlo de manera bre-
ve. Así todos pueden compartir y el ejercicio fluye de manera dinámica entre todos.
 

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Cuando compartas tu testimonio es importante que Cristo sea exaltado. No es lo mismo
decir “pagué mis deudas”, o “tengo trabajo”, que decir: “Cristo maravilloso me prosperó”,
o “Cristo maravilloso me dio un trabajo”. Siempre exáltalo más a Él que lo que Él hizo.

 6. EJERCICIO “COMPARTIR EL LIBRO DE VIDA PROFUNDA”:


Si estás por primera vez, el líder te regalará el libro que estamos utilizando todos en cada
equipo para que puedas leerlo y orar cada día.
Durante 15 minutos leeremos y compartiremos el libro con el que estamos trabajando
todos los Equipos Presencia.
 

7. EJERCICIO DE LA SEMANA (Si da el tiempo):


Cada semana, el día viernes enviamos un ejercicio nuevo, pídele a tu líder que te lo envíe o
descárgalo de nuestras redes sociales: Instagram: @presenciaok o Facebook: @presenciad-
dios. Si lo hiciste, comparte cómo fue la experiencia.

Recu erda

¡Cada día buscarlo a Él!


¡Cada semana estar conectado al equipo!
¡Cada domingo estar dentro del Cuerpo de Cristo congregado!
¡Cada día invitar a alguien que se sume al equipo!

¡Que Cristo crezca!

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