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AMELÍ (Historias de Cabaret)


Una ex corus line de un cabaret de los años 50, devenida en dueña del cabaret Moulin
Vert.
La actriz muy maquillada, con turbante, grandes aros, bata de seda, debajo vestido de
paillette, pantuflas con plumas. Una mesa, una silla. Caja con fotos. Micrófono de pie.
Otros elementos de utilería algunos colgados de un perchero (mantilla negra, boa de
plumas, capa negra)
La actriz entra bailando con una caja de fotos que apoya en una mesa y busca fotos.
Noche de ronda – Acapulco Tropical
MUSICA: https://www.youtube.com/watch?v=WSL9TutcgAs
Amelí: Tantos recuerdos… si parece que fue ayer nomás cuando brillaba en la
marquesina de aquel cabaret en la calle principal de la ciudad, se llamaba Moulin Vert,
no Moulin Rouge porque Don Jacobo quería diferenciarse del de París y vaya si lo
logró, todo en ese lugar era verde, con el tiempo me enteré que era de ese color porque
la única pintura en oferta que encontró era verde, así que pintó el frente, el interior, las
sillas, mesas, barra, hasta los inodoros, me salvé que me pinte el culo porque yo entré
a trabajar cuando el cabarute ya estaba en su esplendor, cuando me tomó la prueba
para ver si daba como chica del coro, yo tenía apenas veintiún añitos , bueno, eso le
dije para que me haga la audición, aunque en realidad tenía dieciocho recién
cumplidos y no era aun mayor de edad, pero eran tiempos difíciles, yo llegaba del
interior con apenas una valija de cartón llena de esperanzas, un pasaje de ida que
compró mi tío Ernesto para que dejara de avergonzar a la familia en el pueblo ya que yo
tenía una vida licenciosa, bah, eso decían porque desde los quince años tuve cinco
novios y con ninguno me casé, así que llegué, casi virgen, algunas aventurillas ya había
tenido y empecé a buscar trabajo, no quería ser sirvienta como todas las chicas que
llegaban del interior, yo tenía otras expectativas, quería ser rica y famosa, cuando pasé
por ese antro veo una gran marquesina en verde, que anunciaba a la Gran Amelia y un
aviso pegado en la pared que buscaban chicas para el coro, quedé maravillada con
tantas luces, aunque fueran también verdes, así que entré y Don Jacobo me tomó la
prueba, tenía que cantar y bailar, cosas que jamás hice bien en mi vida, pero me
animé…
Musica: https://www.youtube.com/watch?v=NqD8yTFGylw
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Soy lo prohibido – Olga Guillot


Mientras intentaba hacerlo el viejo asqueroso se refregaba la bragueta, pero conseguí
el trabajo en ese espectáculo, inmediatamente me cambié el nombre por el de Amelia
por una cuestión de marketing como dicen ahora, quien iba a saber que esa Amelia de
la marquesina no era yo? si solo decía el nombre y no aparecía la foto. Porque yo me
llamo Rosa del Carmen, por las virgencitas y también admiraba a Amelia Bence la
diosa de los ojos color verde esmeralda, yo no era hermosa como ella, es más,
bastante fulera me hicieron mis viejos, no tenía los ojos de ella y menos aún era actriz,
pero era una chica Divito, tenía 90-60-90 como se exigía en esa época, me mandó al
fondo del escenario, para que pasara más desapercibida, pero como yo de tonta no
tengo nada, al otro día me convertí en su amante, era un viejo baboso y bastante
tacaño, pero era el dueño del cabaret, al tiempo logré que me pagara el alquiler de un
departamentito oscuro en un séptimo piso sin ascensor, así que él no subía nunca a
visitarme, lo nuestro siempre era entre bambalinas y a las apuradas y en ese apuro le
metía la mano en el bolsillo y le afanaba unos cuantos mangos para mis compritas…,
que recuerdos! En ese cabarute era una reina, las chicas sabían que Don Jacobo tenía
cosas conmigo y me respetaban! Pasaron unos meses y fui ahorrando platita, cuando
ya tuve suficiente me fui a la casa de fotografías de la esquina y les pedí que me
sacaran una foto en la puerta del cabaret con la marquesina detrás, le pedí a la primera
vedette, de la cual ya éramos casi amigas, que me preste su tapado de armiño todo
forrado en lamé, como dice el tango, me hice sacar una foto hermosa e hice como
treinta copias que mandé a todos mis ex novios, familiares y vecinos del pueblo con mi
nuevo nombre Amelia, aunque en el cabarute, para evitar confusiones me llamaban
Amelí, y autografiadas para que vean hasta donde había llegado la Rosa del Carmen,
nacida en ese pueblo de morondanga. A mi tío Ernesto, casi le agarra un infarto de la
emoción y andaba con mi foto por todos lados orgulloso de su sobrina, la actriz, mi
mamá la rompió y me enterró en vida por puta y mi viejo le echó la culpa a ella de que
yo haya salido así, al poco tiempo ya ni se acordaban de mí, en fin, cosas de la vida,
pero a mí ni me importó, ya estaba en la gran ciudad dispuesta a triunfar, esa fue la
última vez que supe algo de la familia.
Con Amelia, como ya les conté, nos habíamos hecho casi amigas, me llenaba de
regalos, recuerdo que el primer perfume que tuve en mi vida me lo obsequió ella, Mary
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Stuart y de ella aprendí tantas cosas, ella sí que era hermosa, bailaba, cantaba y
recibía regalos de los hombres que frecuentaban el Molin Vert, pero odiaba las flores y
a los tipos que se las mandaban, en cuanto entraba al camarín, antes de mirar las
flores, leía la tarjetita y la pegaba en el espejo bajo un título que decía “con este fulano
nunca”, acto seguido metía las flores en el inodoro, las mojaba bien y las revoleaba por
la ventana, yo me reía mucho con eso, hasta que un día le dije que no las tire que me
las regale, así que empecé a salir del cabarute con flores, imagínense la cara de mis
vecinos, como cambia la mirada del otro cuando una se hace la famosa, una noche
volvía con un ramo gigante y paso frente a la florería de donde le mandaban las flores
los fulanos, en esa época había solo una, entro y le pregunto al dueño ¿Cuánto cuesta
este ramo? El me mira asombrado por encima de los lentes y me dice tres pesos
señorita, entonces como al descuido abro un poco el tapado que llevaba, le muestro
mis atributos y le digo, “se lo vendo por uno con cincuenta” el tipo me miró sin poder
reaccionar y tartamudeando me dice bueno, a partir de esa noche me tiré al dueño de la
florería y le vendía los ramos que recibía Amelia los cuales el reenviaba un poco
amortiguados al otro día al antro, después de varios meses de ahorrar la platita de las
flores, invité a mi ya amiga a cenar a un lugar de moda, me mira y me dice estás loca y
con qué guita? Con lo que vas a gastar ahí comes un mes, me hice la importante y le
insistí para que vayamos, le dije al “florero” que me haga la reserva por teléfono y
cuando llegamos, el mozo casi se cae de culo al ver a dos hermosas mujeres llenas de
perfume Mary Stuart, tapados de piel y las tetas casi al aire, llamó al dueño que no
sabía cómo hacer para no dejarnos entrar, pero como la reserva la había hecho su
amigo el “florero” no tenía muchas opciones, el pobre no tuvo más remedio que
dejarnos entrar, nos sentamos y pedimos entrada y plato principal, el dueño del lugar
nos mandó una botella de vino tinto de regalo, nosotras no éramos de tomar alcohol,
así que a la segunda copa estábamos bastante alegres, cuando insistí en que pidamos
el postre mi amiga ya estaba tan nerviosa porque no sabía si tenía guita para pagar
semejante cena que recién ahí recién le conté lo del florero y empezó a reírse como
loca y yo también, a los diez minutos estaban los mozos, el dueño y la policía para
sacarnos cagando del lugar, agarramos nuestros abrigos y salimos meándonos de risa
sin pagar un mango, mientras el resto de las mujeres nos miraban con odio y los
hombres con deseo, al otro día el cabaret se llenó de admiradores incluido el dueño de
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restaurante que se convirtió en amante de Amelia, a partir de ese día íbamos a cenar
todas las noches gratis a un reservadito que nos hizo Carlos, así se llamaba, para que
no nos viera el resto de la clientela y de paso, tocar por debajo de la mesa esas
piernas esculturales de Amelia, demás está decirles que con ella nos hicimos
inseparables, yo la quise mucho, era una buena chica pero no era feliz, había sufrido un
desengaño amoroso hacían unos años y no podía superarlo. Recuerdo siempre que
ella cuando se sentía muy triste cantaba…
Se saca la bata y queda con el vestido, se arrima al micrófono y canta.
TE EXTRAÑO (SILVIA RIVERA) - MUSICA. https://www.youtube.com/watch?
v=yM7TgkauMp8
les cuento, ella era cajera de Gath y Chávez cuando conoció un chico de la alta
sociedad, que tenía unas vaquitas en el campo, se pusieron de novios y él le prometió
casorio, le regalo un departamentito de dos ambientes en el centro, la llevó de viaje a
Necochea un verano y era muy generoso, todo marchaba de maravillas hasta que el
pobre no tuvo peor idea que accidentarse en la ruta, perdió una pierna y le amputaron
el que te dije, ella se enteró por los diarios y fue a visitarlo a la clínica, cuando entró, él
estaba más muerto que vivo, lleno de cables por todos lados y al lado de la cama se
encontró con una chica con así una panza, que le contó que era su señora, que se
habían casado hacía un año y que esperaba un hijo, ella salió como si le hubiesen
puesto un cohete en el trasero de la habitación y no paró de llorar por meses.
Después de semejante noticia, como al mes decidió volver a la clínica pero ahí le
dijeron que no le podían dar ninguna información perdió el trabajo en Gath y Chavez y
empezó a revolear la cartera, así fue que un día pasó por el Moulin Vert, entró y se
convirtió en primera vedette del antro, nunca más supo nada de él, mi alma, nunca le
había preguntado donde quedaba el campo y no tenía ninguna información, se hizo
adicta a las brujas y adivinas para saber algo de su enamorado, lo único que conseguía
era que le sacaran la guita y nada más, pasaron unos años donde ella perdió la
esperanza y la alegría, solo se reía de mis ocurrencias, nunca más se enamoró, solo
tenía amantes. Una tarde que estábamos sentadas en el parque ella me miró y me dijo
que me mudara con ella, que se sentía muy sola y que así podíamos ahorrar unos
pesitos, imagínense que me puse feliz, nos queríamos mucho y conocíamos todo una
de la otra, así que a la noche, hablé con Don Jacobo y le dije que me mudaba, pero si
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quería seguir teniendo mis atenciones me tenía que dar lo del alquiler a mí para
ahorrar, él se puso un poco celoso al principio, pero confiaba en mí, que iluso!, solo me
dijo: “hombres ahí nunca!” al otro día a primera hora de la mañana me mudé y nos
fuimos a la Caja de Ahorros, sacamos una libretita a nombre de las dos, todos los
meses comprábamos las estampillas y las íbamos pegando con la lengua, de solo
recordar se me pone pastosa la lengua, así fuimos engordando la libreta, su sueño era
viajar a Paris, como todas las mujeres de esa época y el mío comprar otro
departamento para que vivamos de rentas, siempre fui más realista y ella una
soñadora empedernida, a ella le gustaban los perfumes, los tapados de piel y unos
bombones que vendían en un negocio de la avenida, envueltos en papel dorado, que
después que ella los comía yo agarraba los papelitos con mucho cuidado, los estiraba
sobre la mesa y con la uña los hacía lisitos, lisitos y los guardaba entre las hojas de una
biblia que me había regalado un testigo de Jehová o algo así, después de algunos
años, creo que fueron siete u ocho, no me acuerdo bien, Don Jacobo paró las patas,
literalmente, estaba en el borde del escenario arreglando el cortinado antes del show y
se cayó de espaldas al foso de la orquesta, igual que los dibujitos animados plop!, patas
para arriba y quedó ahí, se armó un quilombo de aquellos, las mujeres corríamos y
gritábamos, los hombres trataban de sacarlo al viejo del pozo, llegó la ambulancia y la
policía, los canas sospechaban de todos y el médico pedía explicaciones de cómo
había caído, al rato llevaron el fiambre a la morgue y la cana a todos a declarar, cuando
nos largaron ya era de madrugada y fuimos al cabarute, entré tipo dueña porque yo
tenía un juego de llaves, pero me pareció extraño que la puerta esté abierta, entramos y
casi me muero ahí mismo, detrás de la barra estaba Don Jacobo, paradito, pero con
40 años menos, pegué un grito y me desmayé, me desperté medio boluda con un
algodón embebido en mi perfume Mary Stuart en la nariz y en brazos de ese
bombonazo, que no era Don Jacobo, sino Jacobito, el hijo del viejo, que tenía mi
cabeza sobre sus piernas, casi me desmayo de nuevo, que hombre! cuando reaccioné
del todo, nos sentamos en los sillones y el empezó primero a agradecernos el cariño
que le teníamos a su padre, ya que él hablaba siempre muy bien de todos nosotros, en
especial de mí, que era su gran amiga y de una ayuda impagable en el negocio, no me
largué la carcajada porque era un momento doloroso, pero vi la cara de las chicas que
se fruncían por no reír y puse mi mejor cara de compungida, también que su madre se
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había ido a vivir a las sierras porque sufría de los bronquios, cosa que el viejo me
había contado, pero que no estaba convencida, porque todos los hombres casados
mienten sobre la mujer, si están separados, si no pasa nada entre ellos desde hacen
años, si está enferma, loca, internada en un manicomio, ustedes saben cómo es, pero
mi hijastro, yo ya lo había adoptado, me lo confirmó, siguió hablando y nos largó que
como él era médico y este negocio no era compatible con su profesión lo mejor era
cerrarlo y ahí las chicas casi lo matan, empezaron a los gritos y a contar las historias
más increíbles que inventaron en cinco minutos, una de ellas dijo que era madre
soltera, novedad absoluta para mí, otra tenía su mamá ciega, otra que mantenía a sus
nueve hermanos porque eran huérfanos, el rengo de la barra que su mujer lo mataba si
se quedaba sin laburo, cosa que no me cabía la menor duda porque la gorda lo hacía
cagar seguidito de pura celosa nomás, después de un rato empezaron las amenazas al
pobre, que cada vez se ponía más pálido, una llegó a decirle que le iba a cortar los
huevos con una navaja, fue entonces que yo intervine, me paré encima de un sillón y le
dije que se callen, que ya íbamos a arreglar las cosas, pero como gente civilizada, que
carajo!, lo primero era lo primero, íbamos a velar a Don Jacobo ahí mismo, lo mandé a
Jacobito que traiga el cajón con el viejo adentro, cuando llegaron lo puse en el centro
del escenario como correspondía a un gran empresario como él y puse la música que a
él le encantaba y que siempre ponía antes de abrir…
Se pone la capa negra. Da vueltas a la mesa siguiendo el ritmo con las manos
MUSICA: ISRAEL MUSICA JUDIA PARA FIESTAS MOTIVOS POPULARES
https://www.youtube.com/watch?
v=qzIs9mBrMlU&list=RDQMUFYtrK5IxDE&start_radio=1
pero antes organicé a las chicas, las mandé a sus casas y que vuelvan de luto
riguroso, incluida mantillas, el mozo y el rengo a servir café y whisky con mucho hielo,
no era cuestión de gastar, no faltó nadie, las chicas que habían trabajado ahí, los
clientes, los amigos, las vecinas del barrio con las que ya éramos como familia, hasta
los chicos fueron a la tarde que se organizó un chocolate con churros, donación de
doña Filo que vivía al frente, una maravilla de velorio, había cientos de coronas, hasta
del Gobernador, también de Sofía, la viuda, que no fue por su enfermedad, y su hijo,
los amigos del bar de la esquina, y la nuestra que era hermosa, enorme de grande con
claveles rojos y blancos porque él era de River, que por supuesto fue una colaboración
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del florero, no se la iba a pagar, además después que llevamos a Don Jacobo,
vinieron los chicos de la florería y se cargaron con todas las coronas de vuelta, para
reutilizarlas, fue la única vez que no le cobré la comisión, no me parecía correcto, a
mediodía arrastré a Jacobito para el fondo, lo senté en una silla y le puse mis
hermosas tetas a la altura de sus ojos mientras le acariciaba el cabello, le decía
cuanto lamentaba la muerte de su papá, que para mí también había sido como un
padre y que había estado pensando mucho, porque como ya se habrán dado cuenta yo
de tonta no tengo un pelo, y se me había ocurrido, para evitarle graves problemas con
el personal por el dinero que iba a gastar en pagar indemnizaciones y comerse no sé
cuántos juicios, que las chicas podían ser muy peligrosas y caerle al hospital o peor
aún a su consultorio para cobrar las deudas y que los hombres eran de pistola fácil,
que me venda el negocio, sin un mango por supuesto, que yo me hacía cargo de todo,
ante su mirada azul profunda y de agradecimiento sin poder reaccionar, quedé como
dueña del Moulin Vert, lo mandé a su casa a que descanse un rato y vuelva más tarde,
cuando volvió como a las dos horas ya estaba el cura de la iglesia de la otra cuadra que
dio un responso y habló maravillas del finadito, ya que lo conocía muy bien puesto que
de vez en cuando iba al cabarute emponchado y con sombrero para que nadie lo
reconozca, después apareció un rabino y ahí caí que Don Jacobo era judío, pero
bueno, mal no le iba a venir que dos eminencias rezaran por él. Después de tenerlo ahí
dos días, me enteré que a los judíos hay que enterrarlos enseguida, aunque Don
Jacobo no era muy religioso que digamos, lo llevamos al cementerio, judío también,
salimos en procesión parecía que se había muerto el presidente.
Se pone mantilla y camina.
Antigua Marcha de los Judíos Orquesta Sinfónica de Cartagena -
Música: https://www.youtube.com/watch?v=jgJjcdafccg
Cuando llegamos al cementerio, a las mujeres no nos dejaron entrar, dicen que es la
tradición, si yo sabía eso lo llevaba al nuestro que no discriminan a nadie, así que nos
perdimos el entierro y nos volvimos caminando a tomar un té en la Real, se imaginan
quince mujeres todas de negro entrando a esa confitería tan paqueta frente de la plaza
principal? Como nos reímos! era la primera vez que salíamos todas juntas de día y nos
veíamos las caras, ahí les conté que yo era la nueva dueña, que no tenía un mango
pero que el Moulin Vert no se cerraba, así que teníamos que ponernos a trabajar
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urgente con la remodelación para dejarlo hermoso (Se saca la mantilla), las chicas a
pedir fiado o colaboración a sus amiguitos, Mafalda, pintura para el frente y darle una
lavada de cara al resto, Dorita llevó a sus dos amantes, uno que se encargó de pintar y
el otro de cambiar la marquesina, obvio que en horarios diferentes para que no se
encontraran y después del trabajo las chicas los metían al fondo y les pagaban, Elva al
lustrador de pisos que lo dejó como un espejo, Marcela, al gitano que puso la
camioneta para traer varias mesas nuevas, donación del novio de la Tana, el rengo y el
mozo cambiaron el telón que había cosido la Aurelia, la modista de todas nosotras, con
tela donada por el intendente bajo juramento de que no digamos nada, Mercedes trajo
a todos sus sobrinos para dejar todo limpito, trabajamos como nunca lo habíamos
hecho en la vida, y Amelia a mi lado como una hermana, la noche de la re inauguración,
no faltó nadie, ni siquiera Jacobito que apareció con un cuadro enorme con marco
dorado y borde de terciopelo verde con la foto del finadito que pusimos detrás de la
barra, fue tan emocionante ver al viejo ahí que todas nos largamos a llorar, el cura no
se animó a venir porque era un lugar pecaminoso y no se podía bendecir, pero me
mandó una nota para que yo la leyera, pero me pareció más adecuado que la lea mi
hijastro, así que se la encajé de prepo y la leyó con tanta emoción que volvimos a llorar,
eso era muy común entre nosotras, llorábamos a los gritos por cualquier cosa, sea triste
o alegre, después de las palabras alusivas, se armó la fiesta, bailamos hasta las seis
de la mañana con las vecinas, sus maridos, los chicos, hasta la mujer del rengo vino y
nos trajo una torta enorme de regalo, una joda hermosa y a la noche siguiente, abrimos
al público que copó las instalaciones, no se podía pedir nada más, éramos jóvenes,
teníamos trabajo, amantes, creo que a ninguna se le pasó por la cabeza casarse y
tener una familia, la única que seguía triste y soñando era mi bella Amelia, que siguió
esperanzada en la vuelta de su gran amor, aunque sea mutilado, yo la embromaba
siempre con eso, “mirá si aparece sin el coso” que vas a hacer? Imagínense como
seguía la conversación, fue pasando el tiempo y Amelia me dijo una noche que ya no
se sentía con las mismas fuerzas para desnudarse todas las noches y que mejor
buscáramos otra vedette, así que bajo su supervisión elegimos otra, la dulce Ivone, que
de dulce no tenía nada, tenía un carácter de mierda, trabajó solo quince días y se peleó
con todas, así que otra vez a buscar hasta que apareció Lilí la endemoniada, esa sí que
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nos hizo ganar una fortuna, se desnudaba sin ningún problema y bailaba hermoso…,
(Se pone la boa de plumas y baila)
Música y baila – Bumps and Grinds
https://www.youtube.com/watch?v=cG-
9WQ0PNTw&list=PLgZsvgQfys4s37k2y_4bLEuN7YzaKDiuf
pero no cantaba por que la pobre era muda, eso nos evitó un montón de quilombos con
las otras chicas, después vino el turno de cambiarlas a ellas y así se me pasó la vida,
regenteando el Moulin Vert, junto a mi gran amiga, hasta que una noche de tanto ser
infeliz, decidió morirse la muy guacha y dejarme sola, sin haber viajado a Paris ni
comprado el departamento porque nunca logramos juntar bastante guita, no les voy a
contar el velorio porque no terminaría nunca, así fue que después de su partida, llamé a
los pocos que quedaban del grupo original, que eran mi familia, y les dije que teníamos
que vender, además las cosas habían cambiado mucho en los últimos años, los
hombres no necesitaban ir al cabarute a ver mujeres desnudas, si gracias a la moda, en
la calle las veían gratis, así que un tiempo después vino a verme uno de los hijos del
rengo me hizo una oferta por el antro y puso un teatro off, como le dicen, algunas
chicas se quedaron un tiempo más con el chico para no volver con sus soledades a sus
casas, otras se jubilaron y yo me vine a casa a descansar… de lunes a jueves porque el
fin de semana soy actriz!
APAGON

https://www.youtube.com/watch?v=51RcsZrURR8
Siempre así – A mi manera

OMAR PIZZORNO – AGOSTO 2019

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