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PARALENGUAJE

Este tipo de comunicación, que complementa a las palabras, es lo que se denomina como
paralenguaje o lenguaje no verbal e implica aspectos como las pausas, los acentos, los
silencios, las expresiones y el tono empleado en una conversación o discurso.

Esto influye en el modo en el que las personas reciben el mensaje, por lo que, al utilizarlo
de forma adecuada, lo convierte en una herramienta sumamente útil en el ámbito
empresarial

¿Qué es el paralenguaje?
Cuando nos comunicamos, lo hacemos a través de tres elementos que se interrelacionan:

● La comunicación verbal: las palabras.


● El paralenguaje: todo aquello relacionado con la forma en la que enunciamos lo que
decimos.
● La kinésica: la manera de movernos al hablar o el lenguaje corporal.

En este sentido, el paralenguaje se compone de distintos elementos que producen


diferentes efectos en la comunicación. Por un lado, tenemos a los modificadores fónicos y
las cualidades del sonido, como el tono, el timbre o la intensidad, que aportan información
sobre el proceso comunicativo. Así, una misma frase puede interpretarse de manera tan
disímil como un cumplido o un sarcasmo.

Además, existen otros sonidos ligados a lo emocional y lo fisiológico, como los suspiros, los
sollozos, la risa o el carraspeo. Estos, al igual que los elementos cuasi-léxicos, como las
onomatopeyas e interjecciones, se suelen combinar con elementos kinésicos y manifiestan
sensaciones del hablante. En algunos casos, se suelen usar en la práctica para enfatizar,
denotar incomodidad, impaciencia o desagrado.

Por último, hay también un valor paralingüístico en lo que no se dice. Las pausas y los
silencios se utilizan para dar lugar a alguna pregunta, ofrecer espacio al intercambio
comunicativo o indicar un cambio de turno en la interacción, entre otras posibilidades.

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