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biografía de Agustín de Iturbide

El político y militar mexicano Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu nació en


Morelia el 27 de setiembre de 1783. Primer emperador del México independiente (1821), su
reino se extendía desde Costa Rica hasta el actual Nuevo México.

Hijo de José Joaquín de Iturbide y Arregui y de María Josefa de Aramburu y Carrillo de


Figueroa, Iturbide ingresó al seminario pero pronto cambió su vocación religiosa por la
carrera militar, ingresando en el regimiento de su ciudad en 1797. En 1805 Iturbide, a sus 22
años, se casó con la noble Doña Ana María Josefa de Huarte y Muñiz, de tan sólo 19.

Como oficial del ejército real español, adquirió notoriedad por la persecución de los primeros
rebeldes entre 1810 y 1816. En 1813 el virrey Félix María Calleja lo ascendió a coronel y le
dio el mando del regimiento de Celaya, para después darle el control militar supremo de la
intendencia de Guanajuato, uno de los principales escenarios de la revoluvión
independentista.

En 1816 fue retirado por el virrey, quien le ordenó responder a varios cargos que incluían el
uso del mando para crear monopolios comerciales, saquear propiedad privada y malversar
fondos. Aunque fue absuelto por mediación del auditor de guerra real, se retiró a sus
propiedades en Michoacán y al año siguiente se estableció en la Ciudad de México.

A fines de 1820, Iturbide, de 37 años de edad, se volvió en contra del régimen español y
proclamó una nueva rebelión. Plasmó su programa en el llamado Plan de Iguala o de las Tres
Garantías, un programa político cercano tanto a los tradicionalistas católicos como a los
liberales, que declaraba la independencia y un régimen monárquico constitucional, cuyo trono
es ofrecido a Fernando VII de España.

El virrey rechazó el Plan y puso a Iturbide fuera de la ley, pero la mayoría de las guarniciones
y de las ciudades le manifestaron su adhesión. Avanzó entonces sobre la capital, obligando
al virrey O'Donojú a celebrar el Tratado de Córdoba, el 24 de agosto, mediante el cual
legalizó el Plan de Iguala, puso fin a la guerra y consumó la Independencia. Iturbide entró
triunfalmente en la capital el 27 de septiembre de 1821.

Consumada la Independencia, Agustín de Iturbide tomó a su cargo la dirección de los


asuntos públicos, nombrando una Junta Gubernativa compuesta de 38 miembros y que
excluyó a los veteranos de la insurgencia. Después fue nombrado Presidente de la Regencia.

El 18 de mayo de 1822 fue proclamado emperador. Esa proclamación fue ratificada por el
Congreso el día 19 de mayo. La coronación del emperador, que tomó el nombre de Agustín
I°, y de su esposa, se realizó el 21 de julio del mismo año. El Imperio fue combatido por los
elementos republicanos y algunos liberales. Durante su reinado creó la Orden de Guadalupe.

El Congreso pronto comenzó a oponerse al emperador. Iturbide lo disolvió y persiguió a


muchos de sus miembros, pero no logró establecer la paz. Al realizarse su jura, el 24 de enero
de 1823, ya había estallado la rebelión, que inició Antonio López de Santa Ana, quien pedía
la reinstalación del Congreso, el reconocimiento de la soberanía de la nación y prohibía se
atentase contra la persona del emperador.

Las presiones que recibió Iturbide por parte de sus opositores políticos en la Ciudad de


México lo hicieron reunir al mismo Congreso que había disuelto antes y abdicar ante él, el 19
de marzo de 1823.

El 29 de marzo marchó a Veracruz y luego a Europa, con su familia. Se estableció primero en 
Italia y luego en Inglaterra.

Mientras tanto, el Congreso lo declaraba traidor y lo ponía fuera de la ley el 28 de abril de


1824, sin embargo, el ex emperador ignoraba esta decisión.

El 4 de mayo salió de Londres para México, instado por algunos de sus partidarios.
Desembarcó en Soto la Marina, Tamaulipas, el 14 de julio. Allí se lo arrestó; el Congreso local
lo sentenció a muerte, y fue ejecutado en el pueblo de Padilla, del mismo Estado, el 19 de julio
de 1824, cuando contaba con 41 años de edad.

Sus restos fueron enterrados en Padilla, hasta que en 1838, bajo la presidencia de Anastasio
Bustamante, se trasladaron a la Ciudad de México y se inhumaron con honores en la Capilla
de San Felipe de Jesús en la Catedral Metropolitana, donde permanecen hasta ahora,
exhibidas en una urna de cristal.

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