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VIA CRUCIS
✠
ORACIÓN ANTE EL ALTAR MAYOR
V AMOS a recorrer, oh Jesú s, en unió n con María, la madre de los dolores, la vía dolorosa por la que
tú has pasado para consumar nuestra redenció n en el calvario. Llene esta meditació n de los
principales misterios de tu pasió n nuestras almas de dolor por nuestros pecados y de reconocimiento
por tu gran amor para con nosotros.
C
ONFÍTEOR Deo omnipoté nti, beá tæ
Maríæ, semper Vírgini, beá to Michaéli
archá ngelo, Y O, pecador, confieso a Dios todopoderoso, a
Santa María siempre Virgen, a San Miguel
Arcá ngel, a San Juan Baptista, a los Santos
beá to Joá nni Baptístæ, sanctis apó stolis Petro
Apó stoles Pedro y Pablo, a todos los Santos, y a
et Paulo, ó mnibus Sanctis, et tibi pater: quia
Vos, Padre, que he pecado mucho de
peccá vi nimis cogitatió ne, verbo et ó pere: mea
pensamiento, palabra y obra: por mi culpa, por
culpa, mea culpa, mea má xima culpa. Ídeo
mi culpa, por mi gran culpa. Por tanto, ruego a
precor beá tam Maríam semper Vírginem,
Santa María siempre Virgen, a San Miguel
beá tum Michaé lem archá ngelum, beá tum
Arcá ngel, a San Juan Bautista, a los Santos
Joá nnem Baptístam, sanctos apó stolos Petrum
Apó stoles Pedro y Pablo, a todos los Santos, y a
et Paulum, omnes sanctos, et te, pater: orá re
Vos, Padre, que roguéis por mí a Dios nuestro
pro me ad Dó minum Deum nostrum.
Señ or.
P
ER signum ✠ Crucis de inimícis ✠ nostris
líbera nos, ✠ Deus noster. In ✠ nó mine P OR la señ al ✠ de la Cruz de nuestros ✠
enemigos líbranos, ✠ Dios nuestro. En el ✠
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.
Santo. Amé n.
AD INITIO AL INICIO
III‐II
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III‐III
ONSIDÉ RA quó modo Jesus Christus, jam
C C
ONSIDERA có mo Jesú s, después de haber sido
flagellá tus et spinis coroná tus, injú ste azotado y coronado de espinos, fue
tandem a Pilá to ad mortem crucis injustamente sentenciado por Pilato a morir
condemnétur. crucificado.
O
H adorado Jesú s mío: fueron mis pecados,
O
adorá nde Jesu, non Pilá tus, sed iníqua mea má s bien que Pilato, los que os sentenciaron
vita te ad mortem condemná vit. Per a muerte. Por los méritos de este doloroso
méritum laboriosíssimi hujus itiné ris, quod ad paso, os suplico me asistá is en el camino que va
Calváriæ montem instítuis, precor te, ut me recorriendo mi alma para la eternidad. Os amo,
semper in via, qua á nima mea in æternitá tem ¡Oh, Jesú s, amor mío! más que a mí mismo, y me
tendit, benígne comitéris. Amo te, o Jesu, mi arrepiento de todo corazó n de haberos ofendido;
Amor, magis quam meípsum, et ex íntimo corde no permitá is que vuelva a separarme de Vos otra
pǽ nitet me quod tibi displícui. Ne sinas me vez; haced que os ame siempre y disponed de mí
íterum a te separári. Da mihi perpétuum como os agrade.
amó rem tui, et dein fac de me quídquid tibi
placú erit. Quod tibi plá citum est, hoc idem mihi
est accéptum.
Padre nuestro, etc.
Pater noster, Ave María, etc.
etc. Ave Maria, Gloria al Padre, etc.
etc. Gloria Patri,
etc. Ten piedad, Señ or, de nosotros. Ten piedad.
Descansen en paz, por la misericordia de Dios,
Miseré re nostri, Dó mine. Miseré re nostri.
las almas de los fieles. Amén.
Fidélium á nimæ per misericó rdiam Dei
requiéscant in pace. Amen.
S L
TABAT Mater doloró sa A Madre piadosa estaba
Juxta Crucem lacrimó sa, junto a la cruz y lloraba,
Dum pendébat Fílius. mientras el Hijo pendía.
III‐V
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III‐VI
quó modo Jesus Christus, portans
ONSIDÉ RA
C C
ONSIDERA có mo Jesú s, andando este camino
hú meris crucem, fú erit inter eú ndum, con la cruz a cuestas, iba pensando en ti y
memor tui, offeré ndo pro te ætérno Patri ofreciendo a su Padre, por tu salvació n, la
mortem, quam erat obitú rus. muerte que iba a padecer.
A
MABILÍSSIME Jesu, ampléctor omnes res
O
H amabilísimo Jesú s mío: abrazo todas las
advé rsas, quas mihi usque ad ó bitum tribulaciones que me tenéis destinadas
tolerá ndas præfixísti, et, per durum illum, hasta la muerte, y os ruego, por los méritos de
quem in portá nda tua cruce pertulísti, labó rem, la pena que sufristeis llevando vuestra Cruz,
precor te, ut vires mihi subminístres, quibus me deis fuerza para llevar la mía con perfecta
ego quó que crucem meam, ǽ quo ac patié nti paciencia y resignació n. Os amo, ¡Oh Jesú s,
á nimo, portá re vá leam. Amo te, o Jesu, mi amor mío!, má s que a mí mismo, y me arrepiento
Amor, pǽ nitet me quod tibi displícui. Ne sinas de todo corazó n de haberos ofendido; no
me íterum a te separá ri. Da mihi perpé tuum permitá is que vuelva a separarme de Vos otra
amó rem tui, et dein fac de me quídquid tibi vez; haced que os ame siempre y disponed de
placú erit.
mí
como os agrade.
Pater noster,
etc. Ave Maria, Padre nuestro, etc.
etc. Gloria Patri, Ave María, etc.
etc. Gloria al Padre, etc.
Miseré re nostri, Dó mine. Miseré re nostri. Ten piedad, Señ or, de nosotros. Ten piedad.
Fidélium á nimæ per misericó rdiam Dei Descansen en paz, por la misericordia de Dios,
requiéscant in pace. Amen. las almas de los fieles. Amén.
V
EN, Espíritu de la Verdad, abraza nuestro
bondad y la honestidad. El corazó n del hombre corazó n y atrá elo hacia ti. «Conserva sano
es un microcosmos. En él se deciden los grandes su
retos de la humanidad, se resuelven o se paladar interior, para que pueda gustar y beber
acentú an sus conflictos. Pero la opció n es la sabiduría, la justicia, la verdad, la eternidad».
siempre la misma:
III‐VII
tomar o perder la verdad que libera.
III‐VIII
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III‐X
crucis ó nere premébatur, et immisericó rditer a peso sobre sus hombros y los soldados le
milítibus propellébatur, accídit ut plú ries inter empujaban; de modo que muchas veces
eú ndum humi procú mberet. desfalleció y cayó en este camino.
O O
quam tristis et afflícta H, cuá n triste y afligida
Fuit illa benedícta se vio la Madre
escogida,
Mater Unigéniti!
de tantos tormentos llena.
III‐XII
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III‐XIV
MANTÍSIME Jesu, per acérbum doló rem,
A A
MANTÍSIMO Jesú smío: por la pena que
quem in hoc occú rsu expértus es, redde me,
experimentasteis en este encuentro,
precor, sanctíssimæ Matri tuæ vere devó tum. Tu
concededme la gracia de ser verdadero devoto de
vero, perdó lens mea Regína, intercé de pro me, et
vuestra Santísima Madre. Y Vos, mi afligida
obtíne mihi talem cruciá tum Fílii tui memó riam,
Reina, que fuisteis abrumada de dolor,
ut mens mea in pia illó rum contemplatió ne
alcanzadme con vuestra intercesió n una
perpétuo detineá tur. Amo te, o Jesu, mi Amor;
continua y amorosa memoria de la Pasió n de
pǽ nitet me quod tibi displícui. Ne sinas me
vuestro Hijo. Os amo, ¡Oh Jesú s, amor mío!, má s
íterum in te peccá re. Da mihi perpétuum
que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazó n
amó rem tui, et dein fac de me quídquid tibi
placú erit. de haberos ofendido; no permitá is que vuelva a
separarme de Vos otra vez; haced que os ame
siempre y disponed de mí como os agrade.
Pater noster,
etc. Ave Maria, Padre nuestro, etc.
etc. Gloria Patri, Ave María, etc.
etc. Gloria al Padre, etc.
Miseré re nostri, Dó mine. Miserére nostri. Ten piedad, Señ or, de nosotros. Ten piedad.
Fidélium á nimæ per misericó rdiam Dei Descansen en paz, por la misericordia de Dios,
requiéscant in pace. Amen. las almas de los fieles. Amén.
III‐XV
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C C
ONSIDÉ RA quó modo Judǽ i, vidéntes ONSIDERA có mo los judíos, al ver que
Jesum ad quémlibet passum á nimam Jesú s iba desfalleciendo cada vez má s,
propemó dum temieron
præ lassitú dine efflá ntem, et timéntes ex á ltera que se les muriese en el camino y, como deseaban
parte ne, quem crucis supplício afféctum verle morir de la muerte infame de la Cruz,
volé bant, in via morerétur, compéllant obligaron a Simó n el Cirineo a que le ayudase a
Simó nem Cyrenǽ um ad bajulá ndam llevar la Cruz.
crucem post
III‐XVI
Dó minum.
III‐XVII
dulcíssime Jesu, nolo sicut Cyrenǽ us,
O
H dulcísimo Jesú s mío: no quiero rehusar la
repudiá re crucem, libé nter eam amplé ctor
in mé que recípio, ampléctor speciá tim quam
mihi præfinísti mortem cum ó mnibus, quos
O Cruz, como lo hizo el Cirineo, antes bien la
acepto y la abrazo; acepto en particular la
muerte que tengá is destinada para mí, con
hæc secum addú ctura est, doló ribus. Conjú ngo todas las penas que la han de acompañ ar, la
eam cum morte tua, sicque conjú nctam eam in uno a la vuestra, y os la ofrezco. Vos habéis
sacrifícium tibi ó ffero. Tu amó re mei mortuus es; querido morir por mi amor, yo quiero morir por
volo ego quó que mori amó re tui, ea mente ut rem el vuestro y por daros gusto; ayudadme con
tibi gratam fá ciam. Tu vero adjú va me tua vuestra gracia. Os amo, ¡oh Jesú s, amor mío!
grá tia. Amo te, o Jesu, mi Amor, pǽ nitet me má s que a mí mismo, y me arrepiento de todo
quod tibi displícui. Ne sinas me íterum tibi corazó n de haberos ofendido; no permitá is
displícere. Da mihi perpé tuum amó rem tui, et que vuelva a separarme de Vos otra vez;
dein fac de me quídquid tibi placú erit. haced que os ame siempre y
disponed de mí como os agrade.
Pater noster,
etc. Ave Maria,
Padre nuestro, etc.
etc. Gloria Patri,
Ave María, etc.
etc.
Gloria al Padre, etc.
Miseré re nostri, Dó mine. Miseré re nostri.
Ten piedad, Señ or, de nosotros. Ten piedad.
Fidélium á nimæ per misericó rdiam Dei
Descansen en paz, por la misericordia de Dios,
requiéscant in pace. Amen.
las almas de los fieles. Amén.
Q Y
UIS est homo, qui non fleret, ¿cuá l hombre no llorara
Matrem Christi si vidéret si a la Madre contemplara
In tanto supplício? de Cristo en tanto dolor?
S
IMÓ N de Cirene es un hombre retratado por los
evangelistas con una particular precisió n en el
nombre y la proveniencia, la parentela y la
H UMILDE Jesú s, cuando la vida nos propone
un cá liz amargo y difícil de beber, nuestra
naturaleza se cierra, recalcitrante, no osa
actividad; es un hombre fotografiado en un lugar dejarse atraer por la locura de ese amor má s
y en un tiempo determinado, obligado de algú n grande que convierte la renuncia en alegría, la
modo a llevar una cruz que no es suya. En obediencia en libertad, el sacrificio en grandeza
realidad, Simó n de Cirene es cada uno de del corazó n.
nosotros. Recibe el madero de la cruz de Jesú s,
como un día hemos recibido y acogido su signo en
V
EN,Espíritu de la Verdad, haznos obedientes
el santo bautismo. La vida del discípulo de Jesú s a la visita de la cruz, dó ciles a su signo que
es esta obediencia al signo de la cruz, en un nos abraza totalmente: «cuerpo y alma, mente y
gesto cada vez más marcado por la libertad del voluntad, inteligencia y sentimientos, lo que
amor. Es el reflejo de la obediencia del maestro. hacemos y dejamos de hacer», y que agranda todo
Es el pleno abandono a dejarse instruir, como él, a la medida del amor.
por la geometría del amor, por las mismas
dimensiones de la cruz: «la anchura de las
buenas obras; la longitud de la perseverancia en
la adversidad; la altura de la expectació n de los
III‐XVIII
que esperan y miran hacia arriba; la
profundidad de la raíz de la
gracia divina, que se hunde en la gratuidad».
III‐XIX
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III‐XX
mi Jesu, formó sa erat antea Fá cies tua;
O O
H Jesú s mío: en otro tiempo vuestro rostro
verum hac in via non á mplius formó sa era hermosísimo; más en este doloroso viaje,
appá ret, sed est vulné ribus et cruó re omníno las heridas y la sangre han cambiado en fealdad
defó rmis. Hei mihi! Quam formó sa quó que erat su hermosura. ¡Ah Señ or mío! También mi alma
á nima mea, cum grá tiam tuam per Baptísmum quedó hermosa a vuestros ojos cuando recibí la
recepísset: peccá ndo eam postea defó rmem gracia del bautismo, mas yo la he desfigurado
reddídi. Tu solus, mi Redémptor, prístinam después con mis pecados. Vos só lo, ¡oh Redentor
venustá tem ei restítuere vales; quod ut fá cias, mío!, podéis restituirle su belleza pasada:
per tuæ Passió nis mé ritum te precor. Amo te hacedlo por los méritos de vuestra Pasió n. Os
Jesu, mi Amor; pǽ nitet me quod tibi displícui; ne amo, ¡oh Jesú s, amor mío!, má s que a mí mismo,
sinas me íterum tibi displícere. Da mihi y me arrepiento de todo corazó n de haberos
perpé tuum amó rem tui, et dein fac de me ofendido; no permitá is que vuelva a separarme
quídquid tibi placú erit.
de Vos otra vez; haced que os ame siempre y
disponed de mí como os agrade.
Pater noster,
Padre nuestro, etc.
etc. Ave Maria,
Ave María, etc.
etc. Gloria Patri,
Gloria al Padre, etc.
etc.
Ten piedad, Señ or, de nosotros. Ten piedad.
Miseré re nostri, Dó mine. Miseré re nostri.
Descansen en paz, por la misericordia de Dios,
Fidélium á nimæ per misericó rdiam Dei
las almas de los fieles. Amén.
requiéscant in pace. Amen.
Q Y
UISnon posset contristá ri, ¿quién no se entristeciera,
Christi Matrem contemplá ri piadosa Madre, si os viera
Doléntem cum Fílio? sujeta a tanto rigor?
A
lo largo del Camino de la Cruz, la piedad
popular señ ala el gesto de una mujer, denso
de veneració n y delicadeza, casi un rastro del
H UMILDEJesú s, nuestra mirada es incapaz de
ir más allá: más allá de la indigencia, para
reconocer tu presencia, más allá de la sombra
perfume de Betania: Veró nica enjuga el rostro del pecado, para descubrir el sol de tu
de Jesú s. En ese rostro, desfigurado por el dolor, misericordia, más allá de las arrugas de la
Veró nica reconoce el rostro transfigurado por la Iglesia, para contemplar el rostro de la Madre.
gloria; en el semblante del Siervo sufriente, ella
ve al má s bello de los hombres. É sta es la mirada
V
EN,
Espíritu de la Verdad, derrama en
que provoca el gesto gratuito de la ternura y nuestros ojos «el colirio de la fe» para que no
recibe la recompensa de la impronta del Santo se dejen atraer por la apariencia de las cosas
Rostro. Veró nica nos enseñ a el secreto de su visibles, sino que aprendan el encanto de las
mirada de mujer, «que mueve al encuentro y invisibles.
ofrece ayuda: ¡ver con el corazón!».
III‐XXI
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III‐XXIII
venerá ndi cá pitis et tó tius có rporis plágæ dolor de las heridas de su cabeza y de todo su
recrudéscunt, ó mnesque cruciá tus renová ntur. cuerpo al afligido Señ or.
M
ANSUETÍSSIME Jesu, quam frequénter
P
ACIENTÍSIMO Jesú s mío: Vos tantas veces me
concessísti mihi véniam! Ego vero in habéis perdonado, y yo he vuelto a caer y a
eá dem relá psus sum peccá ta, meá sque in te ofenderos. Ayudadme, por los méritos de esta
offénsas renová vi. Per méritum novi hujus tui nueva caída, a perseverar en vuestra gracia
lapsus adjú va me, ut in grá tia tua usque ad hasta la muerte. Haced que en todas las
ó bitum persevé rem. Fac ut in ó mnibus, quæ me tentaciones que me asalten, siempre y
invasú ræ sunt, tentatió nibus me tibi semper prontamente me encomiende a Vos. Os amo, ¡oh
commé ndem. Amo te ex toto corde meo, o Jesu, Jesú s, amor mío! más que a mí mismo, y me
mi Amor; pǽ nitet me quod tibi displícui: ne sinas arrepiento de todo corazó n de haberos ofendido;
me íterum tibi displícere. Da mihi perpé tuum no permitá is que vuelva a separarme de Vos otra
amó rem tui, et dein fac me quídquid tibi vez; haced que os ame siempre y disponed de mí
placú erit. como os agrade.
P P
RO peccá tis suæ gentis OR los pecados del mundo
Vidit Jesum in torméntis, vio a Jesú s en tan profundo
Et flagéllis sú bditum. tormento la dulce Madre;
J
ESÚ S cae de nuevo bajo el peso de la cruz.
Sobre el madero de nuestra salvació n, no
só lo H UMILDE Jesú s, en las injusticias
adversidades de esta vida nosotros no
resistimos con paciencia. Frecuentemente
y
III‐XXV
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C C
ONSIDERA có mo algunas piadosas mujeres,
Jesum lassitú dine exanimá tum et cruó re
viendo a Jesú s en tan lastimoso estado, que
inter eú ndum difflué ntem, commiseratió ne
iba derramando sangre por el camino, lloraban
permoveá ntur, lacrimá sque profú ndant. Ad
de compasió n; mas volviéndose les dijo: «No
flentes autem convérsus: «Nólite, ínquit, flere
lloréis sobre mí, sino sobre vosotras mismas y
super Me, sed super vos ipsas flete et super sobre vuestros hijos».
fílios
vestros».
A
FLIGIDO Jesú s mío: lloro las ofensas que os
O
perdó lens Jesu, dé fleo mea in te peccá ta he hecho, por los castigos que me han
ob pœnas quidem quibus me merecido, pero mucho más por el disgusto que os
dignum reddíderunt, sed má xime ob he dado a Vos, que tan ardientemente me
molé stiam quam tibi intulé runt, tibi qui me habé is amado. No es tanto el Infierno, como
tantó pere amá sti. Ad fletum minus Inférnus vuestro amor, el que me hace llorar mis pecados.
quam amor tui me excítat. O mi Jesu, amo te Os amo,
magis quam meípsum; pǽ nitet me quod tibi ¡oh Jesú s, amor mío!, má s que a mí mismo, y me
displícui; ne sinas me íterum tibi displícere. Da arrepiento de todo corazó n de haberos ofendido;
mihi perpeté um amó rem tui, et dein fac de me no permitá is que vuelva a separarme de Vos otra
quídquid tibi vez; haced que os ame siempre y disponed de mí
placú erit. como os agrade.
V Y
suum dulcem natum
IDIT muriendo al Hijo
Moriéndo desolá tum, amado, que rindió ,
desamparado,
Dum emísit spíritum.
el espíritu a su Padre.
V
EN, Espíritu de la Verdad, ¡derrama sobre
lá grimas benditas, como las de Pedro, signo de nosotros el don de la Sabiduría! En la luz
arrepentimiento y prenda de conversió n, que renuevan del
en nosotros la gracia amor que salva danos el conocimiento de nuestra
del Bautismo.
miseria, «las lá grimas que deshacen la culpa, el
llanto que merece el perdó n».
III‐XXIX
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III‐XXX
debílitas, et nímia sævítia carníficum, qui crueldad de los verdugos, que querían hacerle
III‐XXXI
volébant ut gressum accelerá ret, dum vix unum apresurar el paso, cuando apenas le quedaba
gradum fá cere posset. aliento para moverse.
O
H atormentado Jesú s mío: por los méritos de
vírium defectió nis, qua in via ad Calvárium la debilidad que quisisteis padecer en
laborá re voluísti, tanto, precor, me vigó re vuestro camino al Calvario, dadme la fortaleza
confó rta, ut nullum á mplius ad humána judícia necesaria para vencer los respetos humanos y
respéctum há beam, ac vitió sam meam natú ram todos mis desordenados y perversos apetitos,
edó mem: quod utrú mque in causa fuit cur tuam que me han hecho despreciar vuestra amistad.
olim amicítiam contempsérim. Amo te, o Jesu, Os amo, ¡oh Jesú s, amor mío!, más que a mí
mi Amor, ex toto corde meo; pǽ nitet me quod tibi mismo, y me arrepiento de todo corazó n de
displícui: ne sinas me íterum tibi displícere. Da haberos ofendido; no permitá is que vuelva a
mihi perpétuum amó rem tui, et dein fac de me separarme de Vos otra vez; haced que os ame
quídquid tibi placú erit.
siempre y
disponed de mí como os agrade.
Pater noster,
etc. Ave Maria, Padre nuestro, etc.
etc. Gloria Patri, Ave María, etc.
etc. Gloria al Padre, etc.
Miseré re nostri, Dó mine. Miseré re nostri. Ten piedad, Señ or, de nosotros. Ten piedad.
Fidélium á nimæ per misericó rdiam Dei Descansen en paz, por la misericordia de Dios,
requiéscant in pace. Amen. las almas de los fieles. Amén.
III‐
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III‐
arcte carni flagéllis dilaniá tæ adhǽ reret, tú nica interior pegada a las carnes desolladas
III‐XXXV
carnífices, avelléndo vestem, cutem ei quó que por los azotes, le arrancaran también con ella la
avéllunt. Sú beat te commiserá tio Dó mini tui, piel de su sagrado cuerpo. Compadece a tu Señ or
eú mque sic alló quere: y dile:
I
NNOCENTÍSSIME Jesu, per méritum doló ris
I
NOCENTE Jesú s mío: por los méritos del dolor
quem inter hanc spoliatió nem passus es, que entonces sufristeis, ayudadme a
adjú va me, precor, ut omnem in res creá tas desnudarme de todos los afectos a las cosas
afféctum éxuam, et tota voluntá tis meæ terrenas, para, que pueda yo poner todo mi amor
inclinatió ne ad Te solum convértar, qui meo en Vos, que tan digno sois de ser amado. Os amo,
nimis dignus es amó re. Amo te ex toto corde meo; ¡oh Jesú s, amor mío!, má s que a mí mismo, y me
pǽ nitet me quod tibi displícui; ne sinas me arrepiento de todo corazó n de haberos ofendido;
íterum tibi displícere. Da mihi perpé tuum no permitá is que vuelva a separarme de Vos otra
amó rem tui, et dein fac de me quídquid tibi vez; haced que os ame siempre y disponed de mí
placú erit. como os agrade.
III‐
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III‐
ONSIDÉ RA quó modo Jesus in crucem
C C
ONSIDERA có mo Jesú s, tendido sobre la Cruz,
coniciá tur, et exté nsis brá chiis, vitam suam alarga sus pies y manos y ofrece al Eterno
in sacrifícium pro nostra salú te ætérno Patri Padre el sacrificio de su vida por nuestra
ó fferat. Carnífices clavis eum affígunt, dein salvació n; le enclavan aquellos bá rbaros
erígunt crucem, et infá mi patíbulo suffíxum verdugos y despué s levantan la Cruz en alto,
sǽ væ morti permíttunt. dejá ndole morir de dolor sobre aquel patíbulo
infame.
O
contemptíssime Jesu, affige pédibus tuis
O
H despreciado Jesú s mío: Clavad mi corazó n
cor meum, ut amó ris vínculo ligá tum a vuestros pies para que quede siempre ahí
semper tecum remá neat, necque á mplius a te amá ndoos y no os deje má s. Os amo, ¡oh Jesú s,
avellá tur. Amo te magis quam meípsum; pǽ nitet amor mío!, má s que a mí mismo, y me arrepiento
me quod tibi displícui: ne permíttas me íterum de todo corazó n de haberos ofendido: no
tibi displícere. Da mihi perpétuum amó rem tui, permitá is que vuelva a separarme de Vos otra
et dein fac de me quídquid tibi placú erit. vez: haced que os ame siempre y disponed de mí
como os agrade.
V
EN, Espíritu de la Verdad, ayú danos a
confía en el poder político. La imagen del elegir siempre a «Dios y su voluntad
frente a los
crucificado, que ninguna sentencia humana podrá
remover nunca de las paredes de nuestro corazó n, intereses del mundo y sus poderes, para
será para siempre la palabra regia de la Verdad: descubrir, en la impotencia externa del
«Luz crucificada que ilumina a los ciegos», «tesoro Crucificado, la potencia siempre nueva de la
cubierto que só lo la oració n puede abrir», corazó n verdad».
del mundo. Jesú s no reina dominando, con un
poder de este mundo, él «no tiene ninguna legió n».
Jesú s reina atrayendo: su imá n es el amor del
III‐
Padre que en é l se da por nosotros «hasta el
extremo». «Nada se libra de su calor».
III‐
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III‐XL
morti, et incliná to cá pite emíttit spíritum. cabeza y entrega su espíritu.
III‐XLI
mó rtue Jesu, exó sculor, pietá tis sensu
O O
H difunto Jesú s mío: Beso enternecido esa
íntime commó tus, hanc crucem in qua tu, Cruz en que por mí habéis muerto. Yo, por
mei causa, vitæ tuæ finem implevísti. Ob mis pecados, tenía merecida una mala muerte,
commíssa peccá ta infelícem mihi mortem mas la vuestra es mi esperanza. Ea, pues, Señ or,
promé rui; sed mors tua est spes mea. Per por los méritos de vuestra santísima muerte,
Mortis tuæ mérita, concéde mihi precor, ut in
concededme la gracia de morir abrazado a
amplé xu pedum tuó rum extré mum spíritum,
vuestros pies y consumido por vuestro amor.
tui amó re flagrans, aliquá ndo reddam. In En vuestras manos encomiendo mi alma. Os
manus tuas comméndo spíritum meum. Amo te amo,
ex toto corde meo; pǽ nitet me quod tibi ¡oh Jesú s, amor mío!, má s que a mí mismo, y me
displícui: ne sinas me íterum tibi displícere. Da arrepiento de todo corazó n de haberos ofendido;
mihi perpé tuum amó rem tui, et dein fac de me no permitá is que vuelva a separarme de Vos otra
quídquid tibi placú erit. vez; haced que os ame siempre y disponed de mí
como os agrade.
Pater noster,
etc. Ave Maria, Padre nuestro, etc.
etc. Gloria Patri, Ave María, etc.
etc. Gloria al Padre, etc.
Miseré re nostri, Dó mine. Miseré re nostri. Ten piedad, Señ or, de nosotros. Ten piedad.
Fidélium á nimæ per misericó rdiam Dei Descansen en paz, por la misericordia de Dios,
requiéscant in pace. Amen. las almas de los fieles. Amén.
T UI nati
vulnerá ti,
Tam digná ti pro me pati,
Pænas mecum dívide. Y de tu Hijo, Señ ora
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.
III‐XLII
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III‐XLIV
ONSIDÉ RA quó modo duo ex Jesu discípulis,
C C
ONSIDERA có mo, habiendo expirado ya el
Joséphus nempe et Nicodémus, eum Señ or, le bajaron de la Cruz dos de sus
exanimá tum de cruce tollant et inter brá chia discípulos, José y Nicodemo, y le depositaran en
perdoléntis Matris repó nant, quæ mortuum los brazos de su afligida Madre, María, que le
Fílium peramá nter recípit et arcte recibió con ternura y le estrechó contra su pecho
compléctitur. traspasado de dolor.
O
H Madre afligida: Por el amor de este Hijo,
tuum amas, accípe me in servum tuum et admitidme por vuestro siervo y rogadle por
precá re eum pro me. Tu vero, o mi Redémptor, mí. Y Vos, Redentor mío, ya que habéis querido
quó niam pro me mortuus es, fac benígne ut morir por mí, recibidme en el nú mero de los que
amem te; te enim solum volo, nec extra te á liud os aman má s de veras, pues yo no quiero amar
quídpiam mihi opto. Amo te, o mi Jesu, pǽ nitet nada fuera de Vos. Os amo, ¡oh Jesú s, amor mío!,
me quod tibi displícui: ne sinas me íterum tibi má s que a mí mismo, me arrepiento de todo
displícere. Da mihi perpétuum amó rem tui, et corazó n de haberos ofendido; no permitá is que
dein fac de me quídquid tibi placú erit.
vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que
os ame siempre y disponed de mí como os
agrade.
Pater noster,
etc. Ave Maria, Padre nuestro, etc.
etc. Gloria Patri, Ave María, etc.
etc. Gloria al Padre, etc.
Miseré re nostri, Dó mine. Miseré re nostri. Ten piedad, Señ or, de nosotros. Ten piedad.
Fidélium á nimæ per misericó rdiam Dei Descansen en paz, por la misericordia de Dios,
requiéscant in pace. Amen. las almas de los fieles. Amén.
V
brazos de la madre. Nos acercamos «no EN, Espíritu Santo, guíanos, como has guiado
a María, en la gratuidad irradiante del amor
caminando, sino creyendo, no con los pasos del
cuerpo, sino con la libre decisió n del corazó n». «derramado por Dios en nuestros corazones con el
En este cuerpo exá nime nos reconocemos como don de tu presencia».
sus miembros heridos y sufrientes, pero
protegidos por el abrazo amoroso de la
madre. Pero nos reconocemos también en estos
brazos maternales, fuertes y tiernos a la vez. Los
III‐XLV
brazos abiertos de la Iglesia-Madre son como el
altar que nos ofrece el Cuerpo de Cristo y, allí,
nosotros llegamos a ser
Cuerpo místico de Cristo.
III‐XLVI
HIC GENUFLECTIT ARRODILLARSE AQUÍ
III‐XLVII
má nibus corpus Fílii sepultú ræ accommó dat. también su Santísima Madre afligida, que le
depositó en el sepulcro con sus propias manos.
III‐
Sepú lchrum dein occlú ditur, et omnes a loco Después cerraron la puerta del sepulcro y se
recé dunt. retiraron.
O
sepú lte Jesu, exó sculor hunc, qui te
O
H Jesú s mío sepultado: Beso esa losa que os
recó ndit, lápidem; sed post tríduum ex encierra. Vos resucitasteis después de tres
sepú lchro resú rges. Per tuam resurrectió nem fac días; por vuestra resurrecció n os pido y os
me, precor, extrémo die glorió sum tecum suplico me hagá is resucitar glorioso en el día
resú rgere, et veníre in Cœlum, ubi tecum semper del juicio final para estar eterna-mente con Vos
conjú nctus, te laudá bo et in ætérnum amá bo. en la Gloria, amándoos y bendicié ndoos. Os
Amo te, et dó leo quod tibi displícui: ne sinas me amo, ¡oh Jesú s, amor mío!, má s que a mí
íterum tibi displícere. Da mihi perpétuum mismo, me arrepiento de todo corazó n de
amó rem tui, et dein fac de me quídquid tibi haberos ofendido; no permitá is que vuelva a
placú erit. separarme de Vos otra vez; haced que os ame
siempre y disponed de mí
como os agrade.
Pater noster,
etc. Ave Maria, Padre nuestro, etc.
etc. Gloria Patri, Ave María, etc.
etc. Gloria al Padre, etc.
Miseré re nostri, Dó mine. Miseré re nostri. Ten piedad, Señ or, de nosotros. Ten piedad.
Fidélium á nimæ per misericó rdiam Dei Descansen en paz, por la misericordia de Dios,
requiéscant in pace. Amen. las almas de los fieles. Amén.
La tierra del silencio y de la espera custodia a Jesús, semilla fecunda de vida nueva
U N jardín, símbolo de la vida con sus colores, acoge el misterio del hombre creado y redimido. En
un jardín, Dios puso a su criatura, y de allí la desterró tras la caída. En un jardín comenzó la
Pasió n de Jesú s, y en un jardín un sepulcro nuevo acoge al nuevo Adá n que vuelve a la tierra, seno
materno que custodia la semilla fecunda que muere.
E S el tiempo de la fe que aguarda silenciosa, y de la esperanza que sabe percibir ya en la rama seca
el despuntar de un pequeñ o brote, promesa de salvació n y de alegría.
In ✠ nó mine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. En el ✠ nombre del Padre, y del Hijo, y del
Amen. Espíritu Santo. Amén.
III‐L