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1. Presentación
“Las palabras piensan y nos ayudan a pensar: nos remiten a una realidad viva y
nos sugieren cambios vitales” (Marta Mata)
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2. New Education/ Éducation Nouvelle/ Nueva Educación
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La “geografía física y humana” de la Nueva Educación: nombres propios de
pueblos y ciudades; nombres propios de pedagogos, maestros y
educadores.
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Una síntesis de Ferrière: el significado de los tres pioneros de la nueva
educación (Lietz, Lombardo-Radice y Bakulé)
“Ahora nosotros, cerca de la cueva, nos preguntamos el porqué y el cómo debemos educar a
nuestros hijos. Vivimos, nos amamos, luchamos. También nos preocupamos. Buscamos
referencias y nos preguntamos sobre la mejor forma de pisar firme y sobre el mejor anclaje
donde sujetarnos para evitar que la tempestad nos arrastre.
A nuestro lado, de forma muy próxima y sin embargo invisible, existen algunos trazos
que marcaron en las paredes aquellos que han sido nuestros predecesores de
antaño. Todavía no conocemos su significado pero ello no es importante. Los trazos del
hombre son, por encima de todo, trazos de Humanidad. Herencia. Signos. Signos antes que
significado.
El niño se adentra en la cueva. Está solo. Siempre entramos solos en la historia, en la
historia de los hombres y en la historia propia.
A pesar de todo, el niño necesita una antorcha que casi no es nada pero que, en
realidad, lo es casi todo. Sin la antorcha permanecería siempre en el umbral de la cueva.
Incapaz de crecer, descubrir y recrear el mundo.
A la postre es indiferente quien haya fabricado la antorcha.
El niño levanta la cabeza. No cree todo lo que sus ojos están viendo. Detengamos, pues,
un momento el ruido exterior. El acontecimiento merece un silencio solemne.”
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Selección de textos sobre la infancia y la Nueva Educación
Fijar con claridad los principios educativos que debían servir de norma, a
partir de ahora, fue la tarea que nos propusimos realizar durante las
siguientes vacaciones después de estos dos meses de actuación. Se trata de
los siguientes:
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Por la presente Declaración de los Derechos del Niño, los hombres y las
mujeres de todas las naciones, reconociendo que la Humanidad debe
otorgar al niño lo mejor que pueda dársele, afirman de esta forma sus
deberes, descartando cualquier consideración y diferencia por motivos de
raza, nacionalidad y creencias:
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Ha quedado tan claramente demostrada la necesidad que tiene el niño de
observar, de reflexionar, de aprender, y también de concentrase, aislarse y
suspender de vez en cuando la actividad para permanecer en silencio, que
podemos afirmar con toda seguridad que constituye un error la idea que el
niño, cuando está fuera de un lugar de educación, descansa. En cambio es
un deber dirigir las actividades infantiles, ahorran al niño esfuerzos inútiles
que dispersan sus energías, desvían sus ganas instintivas de conocer, y a
menudo son la causa de disturbios nerviosos y empobrecimiento en su
crecimiento. El deber de dedicarse a la educación de la primera infancia no
tiene, pues, el objetivo material de facilitar el ingreso en el periodo de la
instrucción obligatoria; sino que es un deber con la vida y, por extensión,
con la salud del niño.
Dado que la vida que espera al niño al salir de la escuela es una vida dentro
de un medio social, presentar el trabajo y las materias de estudio bajo un
aspecto vital equivale a presentarlos bajo el prisma de su aspecto social,
como instrumentos de acción social (que es lo que son en realidad). La
escuela ha olvidado demasiado este aspecto social y, apartando el trabajo
escolar de su contexto natural, lo ha convertido en algo vacío y artificial.
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El niño es de la misma naturaleza que el adulto.
Es como un árbol que no ha finalizado su periodo de crecimiento, pero que
se alimenta, crece y defiende exactamente igual que un árbol adulto.
El niño se nutre, siente, sufre, busca y se defiende exactamente como tú,
pero con ritmos distintos, que provienen de su debilidad orgánica, de su
ignorancia, de su inexperiencia, y también de su inconmensurable potencial
de vida, a menudo peligrosamente herido por los adultos.
El niño actúa y reacciona de forma consecuente, y vive, exactamente,
según los mismos principios que té. No hay entre tú y él ninguna diferencia
en la naturaleza, sino únicamente una diferencia en relación al grado.
Una actitud estética que tiende a eliminar el grito como norma y establece
el uso cotidiano de la media voz persuasiva; una estética en la acción física
a través de la cual se sustituye el juego alocado por la fórmula
coordinadora; una inteligencia que establece el contraste entre la rutina y el
arte de pensar; una ética por la cual el impulso se convierte en fuerza
distributiva por la acción contenedora de la reflexión; una exigencia
constante en la cual no existen el abandono o la dejadez y, en cambio, el
esfuerzo superador es obra de una voluntad inteligente; una moral a través
de la cual se abandona la lucha egoísta por el estímulo personal con vistas a
una mejora colectiva.