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II
Rossanigo, Carlos E.
L
a cabra es un animal que se está expan- del total, presentes en aproximadamente 60
diendo en todo el mundo, con un creci- tambos intensivos no estaciónales de los cua-
miento muy significativo. Actualmente les solo un 15 % son mecanizados, representa-
existen 500 millones de cabezas, con predomi- dos por cabras Saanen, Anglo Nubian, Criolla,
nancia en la producción de leche (55%), carne Pardo Alpino, Toggenburg y sus cruzamientos.
(35%) y el resto pelo y pieles (FAO, 1988). El ganado caprino de nuestro país es afectado
por parásitos internos o externos. Las principa-
Al igual que ocurre en muchos países del les enfermedades parasitarias son descriptas a
mundo, el ganado caprino ocupa en Argentina continuación.
una posición claramente secundaria en el con-
texto pecuario general, cumpliendo una impor- 2. Parásitos internos
tante función en la economía de zonas áridas y
semiáridas. Según el INDEC existen en nuestro 2.1. Parásitos gastrointestinales
país 3.303.000 cabras (Encuesta Nacional
Agropecuaria, 1999), pero estimaciones actua- En los sistemas reales extensivos los caprinos
les de organismos nacionales, no gubernamen- se hallan expuestos a varios géneros de nemá-
tales y productores privados hablan de más de todes, así como a otros tipos de parásitos inter-
5.000.000 cabezas en manos de unas 50.000 nos tales como tremátodes, céstodes y proto-
familias de pequeños productores. zoarios (coccidios) (Cuadro 1).
Las explotaciones del ganado caprino están 2.1.1. Gusanos redondos (Nematodes)
orientadas generalmente hacia distintas pro-
ducciones que dependen del medio ambiente Son aquellos parásitos ubicados por taxonomía
en el que se encuentran, el cual condiciona fac- dentro del phylum Nemathelminthes y de la
tores de producción tan importantes como clase Nematoda.
raza, sistema de explotación y recursos.
La mayoría de los descriptos pertenecen al
El 76 % del stock caprino de nuestro país son orden Strongyloidea, siendo dos las familias
animales productores de carne concentrados más importantes; Strongylidae (géneros
en las zonas áridas y semiáridas del centro Strongyloides y Oesophgostumum) y Trichos-
oeste y noroeste del país, en donde la produc- trongylidae (géneros Haemonchus, Teladorsa-
ción caprina descansa en la venta del cabrito gia, Cooperia y Trichostrongylus). En el orden
mamón de 45 a 70 días de vida con 7 a 10 Kg de Trichinelloidea se destaca el parasitismo por
peso. El resto del stock caprino, son cabras de Trichuris ovis y en el orden oxyuridea (familia
raza Angora criadas en la Patagonia para la oxyuridae) Skrjabinema ovis (Lapage, 1979;
Chartier y Hoste, 1997).
dad de sus larvas infestantes de penetrar por la La humedad ponderal (hpg) en el curso de las
epidermis de su huésped. Otro caso es el del primeras 36 horas posterior a la deposición de
”gusano látigo” (Trichuris ovis) que posee hue- las heces es el factor de mayor importancia que
vos larvados (con L3), que eclosionan cuando explica la gran mortalidad de los huevos
son ingeridos (Lapage, 1979). (Mauleon y Gruner, 1984; Berbigier et al. 1990;
Rossanigo y Gruner, 1994), mientras que las
Epidemiología temperaturas elevadas por encima de 35 ° C o
El conocimiento y la cuantificación de las rela- de 40 ° C se presentan como el segundo factor
ciones entre el medio y el parásito son muy úti- de importancia con una acción letal sobre los
les para comprender la epidemiología de los estadios pre-infestante (Pandey et al., 1989;
nemátodes gastrointestinales de los pequeños Rossanigo y Gruner, 1994).
rumiantes. El riesgo parasitario está en función
del grado de contaminación de la pastura (hue- La supervivencia de la L3 y accesibilidad están
vos expulsados al exterior), de la posibilidad de fuertemente condicionados por las reservas
desarrollo de los huevos en larvas infestantes acumuladas en el curso de su desarrollo y por
(L3), de la supervivencia de la L3 en el forraje en los factores del medio ambiente. Temperaturas
espera de ser ingeridas por el huésped y de la altas aceleran el metabolismo y la movilidad de
accesibilidad de las L3 desde las pasturas a los las larvas y, por ende, consumen las reservas
animales. energéticas disminuyendo el tiempo que pue-
den sobrevivir en el medio (Rose, 1962; Gibson
El contenido de agua y la temperatura de la y Everett, 1972). En cambio temperaturas bajas
materia fecal son dos de los factores claves que casi detienen su metabolismo, por lo tanto,
intervienen en el desarrollo de huevo a L3, sobreviven por un tiempo más prolongado
sobre todo en el caso de los nemátodes parási- (Gibson y Everett, 1972; Pandey, 1972; Steffan y
tos de los pequeños rumiantes donde las carac- Fiel, 1986).
terísticas de las heces, en forma de granos, las
hace muy diferentes a la de los bovinos respec- La duración de vida de las L3 está también fuer-
to al contenido de agua. temente ligada a la disponibilidad de agua. El
y Frigerio, 2000).
800
600
Parición
Parición Parición
400
200
0
Nov
Dec
May
Nov
Dec
Mar
Abr
Oct
Sept
Oct
Jul
Ene
Feb
Jun
Ago
Meses
60% 2000).
40%
muestra la tendencia estacional de los hpg de en el mes de febrero, en Santiago del Estero
cabras adultas parasitadas con especies de (Molina et al., 1997) en los meses de febrero-
nematodes y manejo animal característicos de abril y en el noroeste argentino (Salta) en
la región centro-oeste de nuestro país. mayo-junio (Aguirre et al., 2002) (b).
Se observa claramente una elevación del hpg La figura 3 muestra el resultado del coproculti-
coincidiendo con las épocas de parición de pri- vo mensual de la región centro oeste del país. A
mavera-verano (noviembre-diciembre) y de fin estos géneros hay que sumarle la presencia de
de otoño (mayo-julio), período donde los ver- huevos larvados de Strongyloides papillosus
mes pueden expresar toda su capacidad de en los hpg de los meses de primavera verano,
ovoposición debido a la relajación peripartu- que producen una generación parásita o una no
rienta de la respuesta inmune, enunciada en parásita.
ovinos (Courtney et al., 1984; Tolosa et al., 1997
(b)). Efectos sobre la producción
Los parásitos gastrointestinales de los caprinos
La mayor eliminación de huevos en primavera- producen efectos negativos sobre la produc-
verano está ligada a la presencia de Haemon- ción, causando desde la disminución en la
chus (Cabaret et al., 1989) (figura 3), especial- ganancia de peso de las cabras madres, afec-
mente en los meses cálidos y lluviosos de con- tando los parámetros reproductivos y la pro-
diciones óptimas para este género, que puede ducción de kg de carne de cabritos mamones,
llegar a representar hasta el 80% del coprocul- hasta la muerte de animales jóvenes.
tivo (Molina et al., 1997; Rossanigo y Frigerio,
2000; Aguirre et al., 2002 (b)). Esta influencia Generalmente la parasitosis es subclínica, es
positiva sobre el hpg es fácil de entender si decir sin síntomas visibles de enfermedad. La
se tiene en cuenta el alto poder de ovoposición presentación clínica con observación de diarre-
de este género. Luego en el invierno principio as como síntomas de enfermedad, fue detecta-
de primavera los conteos descienden cuando da en casos clínicos en San Luis en animales
se fortalece el sistema inmune de los animales. con altas cargas de Strongyloides, debido a
En los llanos de La Rioja dos estudios (Dayenoff que sus larvas infestantes se incrustan en las
et al., 1993 y 1996) encontraron el pico de hpg paredes del intestino delgado y crecen hasta
Figura 4 a. Ganancia de 14
peso vivo de cabras adul- 12,3 kg
tas ensayo de Santa Rosa 12
(San Luis)
Ganancia kg peso vivo
10
10 kg
8
8,3 kg
6
0
Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov
Meses
6,6 kg
6
4
2,4 kg
2
0,7 kg
0
Sep Oct Nov Dic Ene feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep
-2 Meses
desparasitaciones estratégicas
Sistematico Testigo Estratégico
3 donde se muestran los parámetros obtenidos Toda esta mejora en las cabras tratadas se
en el ensayo de producción realizado en Villa refleja en un incremento significativo de la pro-
Mercedes (Rossanigo y Frigerio, 2000), que ducción de carne de cabritos mamones de 2
coinciden con las observaciones realizadas en meses de edad respecto al grupo que no recibió
los Llanos de La Rioja (Dayenoff et al, 1993). tratamiento antihelmíntico alguno. Por ejem-
nen una eficacia del 92 % sobre T. colubriformis contortus y Trichostrongylus colubriformis con
y superior al 99 % sobre H. contortus; el leva- una eficacia para ambas drogas del 21,5 % y 0
misole superior al 98 % sobre H. contortus, T. % respectivamente.
circumcincta, T. colubriformis y T. axei; las aver-
mectinas superior al 99 % sobre los estadios Por otro lado en una majada de cabras Saanen
adultos y L4 de H. contortus, T. circumcincta y del Valle de Lerma (Salta) (Aguirre et al, 2000)
Oesophagostomum sp y 74 % sobre Trichos- (b) el género Teladorsagia sp resultó involucra-
trongylus del intestino delgado; mientras que do en una presunción de resistencia a la iver-
el espectro de actividad del closantel sobre los mectina al 1% y al fenbendazole. En este traba-
nematodes esta limitado a las especies hema- jo realizado sobre cinco grupos de animales, la
tófagas (H. contortus). Los otros nematodes del menor eficacia nematodicida (79,5% de reduc-
tubo digestivo como Strongyloides papillosus ción de huevos) correspondió al grupo tratado
y Trichuris son sensibles a las avermectinas, al con fenbendazole, utilizado a doble dosis-ovino
febantel, oxfendazole y fenbendazole. o a dosis aconsejada para cabras (10 mg/kg). El
grupo tratado con ivermectina al 1% mostró
La realización de tratamientos antihelmínticos también una eficacia compatible con la sospe-
frecuentes (más de 10 por año) con benzimida- cha de resistencia (88,7 %), no obstante, el
zoles de manera exclusiva y la aplicación siste- aumento de su concentración (3,15%) en otro
mática a dosis “ovinas”, es decir en subdosis, grupo de estudio mejoró esa eficacia a niveles
son factores que predisponen a la aparición de adecuados. La asociación albendazole + leva-
nemátodes resistentes a los benzomidazoles. misole evaluada en el cuarto grupo exhibió una
eficacia equivalente a la ivermectina al 3,15%,
Este fenómeno ya conocido en Europa (Chartier que considerando la ineficacia del fenbendazo-
y Hoste, 1997) fue enunciado por primera vez le, el resultado del nematodicida mixto sería
en nuestro país en el año 2000 simultáneamen- adjudicable al levamisol, empleado a 1,5 dosis-
te en dos regiones diferentes. En un estableci- ovino.
miento lechero de la provincia de Buenos Aires
(Fiel et al, 2000) que habría utilizado derivados Esta resistencia al fenbendazole también fue
benzimidazólicos oxfendazole y fenbendazole descripta en caprinos de dos establecimientos
cada tres semanas en el año previo al test de de la provincia de Buenos Aires (Romero et al,
reducción del conteo de huevos (R.C.H.) por 2001) pero el género involucrado fue
gramo de materia fecal, se halló resistencia Haemonchus spp. a dosis de 5, a 7,5 y a 11
antihelmíntica de los géneros Haemonchus mg/kg.
Diferentes estrategias han sido propuestas Este grupo de gusanos perteneciente al phylum
para reducir y evitar la aparición de fenómenos Platyhelminthes esta subdividido en dos cla-
de resistencia. Entre ellas se sugiere: ses: Trematoda que comprende a las duelas o
fasciolas y Cestoda que comprende a las tenias.
a) Utilizar la dosis específica “caprina”, apli-
cada siempre en función del peso del animal 2.1.2.1. Tremátodes
a tratar.
b) Los productos por boca deben ser aplica- La fasciolasis o distomatosis hepática es una
dos por detrás de la lengua. Usar preferente- enfermedad parasitaria aguada o crónica del
mente los más concentrados de menos volu- hígado y de las vías biliares, producida por el
men. tremátode Fasciola hepática que pertenece al
c) Disminuir el uso indiscriminado de los orden Digenea y a la familia Fasciolidae. Esta
antiparasitarios actuales, limitando la canti- parasitosis es conocida en nuestro país bajo
dad de tratamientos antihelmínticos a dos o varias denominaciones tales como “Saguay-
tres por año en coincidencia con los perío- pe”, “Corrocho”, “Palomita del hígado” o
dos de mayor riesgo parasitario. Para la “Chonchaco”. Afecta a gran cantidad de anima-
región centro-oeste de nuestro país donde les herbívoros, entre ellos el ganado caprino y
se encuentra el grueso de las cabras produc- ocasionalmente al hombre.
toras de carne (cabritos mamones), reco-
mendamos por lo menos un tratamiento tác- Para realizar su ciclo de vida necesita dos hués-
tico-estratégico previo al período de paricio- pedes, uno intermediario y el huésped definiti-
nes de invierno-otoño y primavera-verano. vo (Figura 5).
d) Tratar solamente aquellas las majadas
con riesgo parasitario. Los sistemas intensi- El huésped intermediario reconocido en toda la
vos (a corral) sin acceso a pastoreo están Argentina es el caracol anfibio de 1 cm de tama-
libres de nemátodes patógenos, a excepción ño llamado Lymnaea viatrix (Foto 2) que vive
de Strongyloides papillosus. en las orillas de los cursos de agua, por lo tanto
e) Alternar anualmente los grupos de anti- se torna importante para la producción caprina
helmínticos. en todas aquellas regiones del país donde pri-
f) Efectuar anualmente una verificación de la van condiciones adecuadas para su prolifera-
eficacia de benzimidazoles a través de un ción, tales como la precordillera en el NOA, las
test de R.C.H. sierras de Córdoba y San Luis (Rossanigo et al,
g) Investigar nuevas drogas que efectiva- 1983) y las zonas boscosas y de abundante pre-
mente demoren y eviten la resistencia a los cipitaciones de la Patagonia
antiparasitarios. Entre estas se destaca la
utilización de soluciones de taninos en un 5 Si bien los huéspedes más importantes en
% de la dieta total (Paolini et al, 2001) que nuestro país son los ovinos y bovinos, los capri-
produce una reducción significativa en los nos que pastorean en áreas contaminadas pue-
conteos de huevos en la materia fecal de den ser infectados por Fasciola hepática y lle-
gar a ser un problema de importancia en áreas (Aguirre et al, 1998) (por técnicas de sedimen-
endémicas, sobre todo por que tanto el caprino tación o de flotación con yodo-mercurato de
como el ovino son animales con baja resisten- potasio) y el examen post–mortem de los ani-
cia a la infección (Reddington et al, 1986) y son males.
los que más contribuyen a la continua contami-
nación de las pasturas. El tratamiento de esta parasitosis con drogas
fasciolicidas es la práctica más recomendada a
La prevalencia de esta parasitosis en el ganado campo, ya que el control de los estadíos libres
caprino es realmente desconocida, ya que no o el control de los caracoles intermediarios es
existen trabajos publicados al respecto. una tarea más compleja. En el cuadro 5 se
Las cabras con fasciolasis pueden tener un bajo observan la eficacia de las drogas fasciolocidas
nivel de producción así como un mal crecimien- recomendadas para el ganado caprino (Chartier
to, quijada en botella, abdomen hinchado y y Hoste 1997). La administración de fasciolici-
dolorido, anemia y algunas veces puede morir das se debe realizar bajo el siguiente esquema:
súbitamente. uno o dos tratamientos en otoño (marzo-abril),
3 o 4 meses después del período de mayor
El diagnóstico está basado en los síntomas, en infestación de las pasturas por las metacerca-
la identificación del huevo al microscópico rias y un tratamiento al finalizar la época de
sequía y/o frío (septiembre-octubre) para eli- vive en las raíces de los pastos, donde el huevo
minar los parásitos adultos originados por desarrolla hasta la forma larvaria de tipo cisti-
metacercarias que hubieran sobrevividos a las cercoide. Estos ácaros son ingeridos por las
condiciones climáticas adversas. Otra alternati- cabras junto con el pasto de que se alimentan,
va para evitar pérdidas económicas es tratar a el artrópodo es digerido y la larva se fija en el
las cabras cuando se observen síntomas clíni- intestino para comenzar a desarrollarse (Figura
cos acompañados con diagnósticos de huevos 6).
en materia fecal.
Esta parasitosis rara vez causa problemas en
2.1.2.2. Cestodes las cabras, excepto cuando un gran número de
parásitos infecta a animales muy jóvenes. Las
El ganado caprino puede ser huésped de cabras adultas normalmente establecen inmu-
Moniezia expanza (orden Cyclophyllidea, fami- nidad y llegan a librarse de los parásitos.
lia Anoplocephalidae) (Borchert, 1975 y
Lapage, 1979), tenia o gusano plano de gran El diagnóstico es simple, pues se evidencia por
tamaño (puede medir hasta 5 metros), que a la presencia de proglótidos en la materia fecal o
través de las cuatros ventosas que tiene su saliendo del ano. Las técnicas coprológicas de
escólex se fija en el intestino delgado de las rutina para conteos de huevos de nemátodes
cabras adultas. Su ciclo de vida comienza cuan- (hpg) ponen en evidencia los huevos que se
do el animal elimina proglótidos llenos de hue- reconocen por su forma característica e irregu-
vecillos a través de la materia fecal. Una vez en lar (redondeados o ligeramente triangulares de
el exterior los huevecillos son ingeridos por un 75 µ). Esta tenia es fácilmente controlable
pequeño artrópodo oribátido de vida libre que (Chartier y Hoste, 1997) con drogas a dosis
800
(marzo-mayo) y de noviembre-diciembre, en
600 coincidencia con el parto de otoño-invierno y
400
primavera-verano respectivamente. (Rossanigo
y Silva Colomer, 1993; Rossanigo y Frigerio,
200
2000 y Tolosa y González 1988).
0
Nov Dic Ene feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov
Meses
Este incremento en los recuentos de ooquistes
En ensayos de producción (Rossanigo y Silva En nuestro país este protozoo fue señalado en
Colomer, 1993; Rossanigo y Frigerio, 2000 ) con caprinos por Venturini et al (1998) pero no se
3 estrategias de control antihelmíntico (grupo encontraron referencias de criptosporidiosis
desparasitado sistemáticamente todos los clínicas. En cabritos con diarrea neonatal fue
meses, grupo desparasitado estratégicamente reportada una prevalencia del 19 %, (Rossanigo
2 meses seguidos en el parto de primavera- et al, 1987) en estudios de diagnóstico realiza-
verano y grupo testigo sin desparasitar), se dos en el centro de Italia.
observó una significativa disminución en el opg
del grupo que recibió sistemáticamente iver- 2.2. Parásitos pulmonares
mectina (Figura 8), fenómeno también reporta-
do en trabajos realizados en el exterior (Kania Las especies de la familia Metastrongylidae
et al 1983). (clase Nemátoda, orden Strongyloidea) son lla-
madas comúnmente “gusanos del pulmón”
El diagnóstico y el tratamiento son similares a (Lapage, 1979). De los nematodes que parasi-
los del ganado ovino. En cabras adultas la adi- tan el tracto respiratorio de las cabras,
ción de monensina a la comida, a razón de 20 Dictyocaulus filaria es el de mayor importancia
g/t sirve como profilaxis. El diclazuril en el económica en la producción caprina de nuestro
ganado caprino se debe utilizar a una dosis país, ya que otros gusanos muy comunes en
única oral de 2 mg/kg de peso vivo (Chartier y Europa (Protostrongylus rufescesns y Muelle-
Pors, 2000). rius capillaris), nunca han sido reportado como
presente en nuestros sistemas.
2.1.3.2. Criptosporidiosis
El parásito adulto de D. filaria se aloja preferen-
La criptosporidiosis es una enfermedad parasi- temente en los bronquios y bronquíolos de los
taria producida por protozoos (tipo Apicom- lóbulos diagrafmáticos, que en caso de un
OPG 1000
800
600
400
200
0
Nov
Dic
Ene
feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Meses
A la necropsia el examen macroscópico revela Debe tenerse cuidado en diferenciar esta enfer-
que en el lugar correspondiente al cenuro ha medad con la implantación en los senos nasa-
desaparecido el tejido nervioso (foto 3 y 4). El les de la larva del Oestrus ovis, es decir una
quiste se observa generalmente sobresaliendo miasis cavitaria, que en este caso el síntoma
de la superficie del hemisferio cerebral o de la más evidentes es un intenso catarro nasal con
descargas muco purulentas que acompañan a
los trastornos en la locomoción.
Foto 3-4. Cerebro de cabra con cenuros. Corte Foto 5. Escólex de la tenia Taenia (Multiceps) multiceps
longitudinal
Foto 6. Larvas de Oestrus ovis Foto 7. Larvas de Oestrus ovis en senos paranasales
Sarna Psoróptica
El Psoroptes caprae produce en la cabra la
sarna de la oreja principalmente, que afecta al
conducto auditivo y que se caracteriza por pru-
rito, engrosamiento y formación de arrugas en
la piel de la base de la oreja y acumulo de Foto 9. Sarna sarcóptica en una cabra
A
unque los cérvidos tuvieron un papel Europa (Krogh y Mikel Jensen, 1988). En la
muy importante en la cultura humana Argentina, específicamente en la provincia de
desde épocas remotas, fundamental- La Pampa, la Unidad Regional en Sanidad
mente como fuente de alimentación, la cría Animal del INTA Anguil y el gobierno provincial
comercial intensiva en especial del ciervo colo- han observado ciertos problemas de salud
rado (Cervus elaphus) tiene sus orígenes a (Mereb et al., 1994) e iniciado algunos proyec-
comienzos de la década del 70 en Nueva tos conjuntos para estudiar las patologías más
Zelanda donde en principio el objetivo principal frecuentes en el ciervo. Dentro de este contexto
fue la explotación del velvet (cornamenta en se estudió la fauna parasitaria de los ciervos en
crecimiento) para el mercado oriental. En los libertad o en explotación comercial (Suárez et
años 80 comienza su explotación en Europa con al., 1996).
el fin de comercializar su carne.
Al igual a lo que sucedió con la domesticación
El ciervo colorado, originario de Eurasia, fue de otras especies animales, a medida que se
introducido en el país por su valor como pieza intensifica el manejo y cambian los hábitos
de caza. En la provincia de La Pampa y San Luis, naturales aparecen problemas nutricionales,
a partir de 1906 se difundió en forma silvestre reproductivos o sanitarios en los rodeos.
por la región donde predomina el bosque de Dentro de estos últimos problemas, las parasi-
caldén. La presencia de un elevado número de tosis ocupan un lugar importante en aquellos
rodeos en los establecimientos ganaderos de países que practican la explotación ganadera
esta región, hizo que a partir de 1984 el gobier- intensiva del ciervo (Mason, 1994; Munro,
no de La Pampa se interesara en la explotación 1998).
ganadera del ciervo. Finalmente, a principios de
1990 surgen las primeras explotaciones comer- 2. Especies descriptas en la
ciales, fundamentalmente de ciervo colorado Argentina
destinadas a producir carne y velvet.
Los muestreos de nematodes se recu-
La explotación del ciervo, por lo tanto está en peraron de ciervos sacrificados o muertos por
sus comienzos y hay muchos aspectos zootéc- diversos problemas sanitarios que fueron remi-
nicos que aún están en sus primeras etapas de tidos a la Unidad en Sanidad Animal (URiSA) de
estudio. La sanidad no es una excepción y los la Estación Experimental Agropecuaria de
primeros antecedentes sobre los principales Anguil INTA. Los ciervos investigados tenían
problemas de salud que afectan la producción dos orígenes: a) Ciervos en estado salvaje pro-
te descrito en varias especies de cérvidos mente citados en Eurasia (Skrjabin et al., 1954)
(Skrjabin et al., 1954). Sin embargo numerosos o en otras regiones de donde éste no es nativo
autores discrepan en si hay verdaderas diferen- como Nueva Zelanda (Mason, 1994), sugiere la
cias morfológicas entre la especie propia de los inexistencia de huéspedes intermediarios
ciervos, D. noerneri (=D. eckerti) y D. viviparus, (moluscos) en la región.
especie del bovino y las consideran más bien
como variedades de una misma especie adap- La Tabla 1 indica la prevalencia, la abundancia
tadas a diferentes huéspedes. Por un lado, (nº promedio de vermes por animal) y la inten-
Skrjabin et al. (1954) no hallaron diferencias sidad media (nº promedio de vermes sólo en
morfológicas, pero las consideran especies bio- los animales positivos) de las especies descrip-
lógicas diferentes según los huéspedes, pero tas en el total de ciervos necropsiados. Se
por otro lado otros taxonomistas hallan diferen- observa que tanto las especies del género
cias morfológicas claras a nivel del anillo bucal Spiculopteragia como O. leptospicularis y
(Durette-Desset et al., 1988). Se demostró que Dictyocaulus son los vermes predominantes en
la variedad vacuna puede infestar a los ciervos los conteos realizados.
pero que la infestación inversa es poco exitosa
(Munro, 1994). En la región semiárida pampea- 3. Epidemiología
na, el hallazgo de Dictyocaulus en los vacunos
no es muy frecuente ni numéricamente impor- En principio, se observó una gran dife-
tante, sin embargo en el ciervo es común y rencia entre el número de vermes que alberga-
alcanza niveles de infestación altos, lo que indi- ban los ciervos de acuerdo a su origen ya sea
caría una mejor adaptación al medio ambiente. silvestre, es decir en pastoreo extensivo en el
Debido a estas diferencias de comportamiento monte pampeano o ya sea bajo explotación
y a la constatación de diferencias en la estruc- comercial en forma intensiva. Cabe aclarar que
tura bucal se prefiere considerarlas como espe- los ciervos silvestres nunca recibieron trata-
cies diferentes y tomar la denominación de D. mientos antihelmínticos mientras que los origi-
noerneri recomendada por Durette-Desset et al. narios de explotaciones comerciales fueron tra-
(1988) por ser la primera descripción existente tados previamente con antihelmínticos al
de esta especie pulmonar. menos una vez. La Tabla 2 presenta la abun-
dancia, intensidad media y valores extremos
No se hallaron en la región nematodes protos- hallados en ciervos en libertad y en explotación
trongylideos en las necropsias ni a través de comercial. Al computar las cargas totales, el
recuperación en materia fecal. A nivel país sólo promedio recuperado de los ciervos en libertad
se recuperaron larvas de Muellerius en heces fue de 1343 ± 1524 nematodes, con valores
de venados de las pampas (Ozotoceros bezoar- extremos de 56 y 5492, mientras que el prome-
ticus) en el Tuyu, Buenos Aires (Balcarce A., dio de los de establecimientos de cría fue de
comunicación personal). La falta de hallazgos 3502 ± 2303 con extremos de 182 y 7137 ver-
de protostrongylideos como Elaphostrongylus mes.
cervi o Varestrongylus sagittatus, frecuente-
Las diferencias en la abundancia estarían rela- los bambis muestran un pico en junio y octubre
cionadas con la densidad poblacional, la cual y las hembras en crecimiento un hpg bajo, ele-
es baja en el monte y alta en los establecimien- vándose también en octubre. Los porcentajes
tos ganaderos (aproximadamente 1,5 ciervo por de géneros eliminados en las excretas presen-
ha), propiciando un mayor reencuentro entre el tan un predominio de los géneros Ostertagia y
huésped y el parásito. Esta diferencia fue más Spiculopteragia. En cuanto a las larvas L1 (L1pg)
notoria en el género Dictyocaulus, donde el por g de heces de Dictyocaulus, se observa en
número de vermes recuperados de los pulmo- la Fig. 1 un descenso en las ciervas madres
nes de ciervos en uso ganadero a veces fue muy hasta agosto para elevarse posteriormente en
elevado. Por otro lado, la prevalencia de espe- la primavera. En tanto que en las ciervas jóve-
cies favorecidas por el clima otoño invernal nes y los bambis los L1pg permanecen muy
como las pertenecientes a los Ostertagiinae y bajos hasta la primavera, momento en que se
Dictyocaulus, se explicaría por la dieta de los elevan ligeramente.
ciervos silvestres en el monte, donde éstos
ramonean hojas altas de los arbustos y árboles Los conteos posiblemente fueron bajos debido
durante el verano y consumen gramíneas del a la escasez de lluvias caídas durante el perío-
suelo durante el invierno. Evidentemente las do de estudio. Al observar los valores medios
larvas infestantes se hallan a nivel del tapiz de los hpg más elevados del otoño (hpg: 57),
vegetal que cubre el suelo. éstos resultan bajos al compararlos con los de
otros muestreos puntuales realizados en bam-
En el oeste de Buenos Aires se observó a partir bis (hpg: 91-154) al destete en años con regíme-
de marzo la dinámica en la eliminación de hue- nes de lluvias normales para la región. Por otro
vos en materia fecal de un rodeo de cría com- lado, la escasa cantidad de L1 pulmonares por g
puesto por ciervas paridas en enero, sus bam- de materia fecal (< 3 L1pg) recuperadas, estaría
bis y hembras jóvenes (Suárez et al., 1998) La indicando que Dictyocaulus fue mucho más
figura 1 muestra como los conteos de huevos perjudicado por la sequía que los vermes gas-
en las ciervas madres descienden desde el pri- trointestinales, ya que en muestreos previos en
mer muestreo (posparto) hacia el destete, para La Pampa (104 L1pg 1993) y en el Pdo. de
luego mantenerse muy bajos. Por el contrario Pelegrini, Bs As. (51 L1pg 1994) en ciervos en
L1pg
40 paridas y ciervas jóvenes
1 preñadas en otoño
30
20 0,5
10
0 0
mar
abr
may
jun
jul
ago
sep
oct
nov
explotación comercial o en condiciones extensi- por lo general bajas si las relacionamos con
vas de libertad (32 L1pg, 1993) los valores aquellas capaces de afectar al ganado domésti-
medios hallados fueron muy superiores. co en la región (Suarez, 1997). En general coin-
ciden con las observadas en ciervos en explota-
Analizando las tendencias registradas en los ción ganadera en Nueva Zelanda (Mason,
hpg y los L1pg entre categorías se podría suge- 1994), pero se debe considerar también que la
rir al igual a lo comprobado en ovinos (Suarez, mayoría de los ciervos observados fueron dosi-
1986) o bovinos (Suarez et al., 1992) una eleva- ficados con antihelmínticos previamente. Si el
ción posparto de estos parámetros en las cier- uso ganadero del ciervo se intensificara, proba-
vas madres ya que en las ciervas jóvenes no blemente los nematodes gastrointestinales
preñadas los hpg y L1pg registrados durante la cobrarían más importancia económica. En
lactancia fueron sensiblemente inferiores. Nueva Zelanda son considerados de menor
Contrariamente la elevación de los parámetros importancia al compararlos con Dictyocaulus,
a partir de la primavera en general no difirió aunque existen algunas patologías adjudicadas
entre categorías y estarían asociados a las úni- a los nematodes del cuajo como el “fading elk
cas lluvias de importancia (63,7 mm) registra- síndrome” del ciervo wapiti (Cervus canaden-
das. La elevación de los hpg y L1pg registrada sis) o sus cruzas con ciervo colorado. Dicho sín-
en la primera parte de la lactancia en las drome se caracteriza por un desmejoramiento
madres podría estar asociada a una relajación progresivo, elevado pH abomasal, reducida efi-
temporal del sistema inmune de éstas como ciencia digestiva y regular respuesta a la sobre-
fuera previamente comprobado en la parición dosificación temprana con ivermectina pour-on
en diversas especies de hembras (Carlier y ( Waldrup y Mackintosh, 1992). Ensayos lleva-
Truyens, 1988). Contrariamente a citas ocasio- dos a cabo durante 100 días en ciervos colora-
nales de Europa en ciervos (Connan, 1991) y dos en crecimiento muestran respuestas positi-
renos (Borgsteede, 1988) donde se observó vas a los antihelmínticos (7.8 kg más de ganan-
una importante proporción de estadios de tipo cia de peso) al compararlos con lotes infesta-
Ostertagia inmaduros durante el invierno, en dos naturalmente con nematodes internos
nuestros trabajos en ninguna época del año el (Rhodes, 1993).
porcentaje de formas inmaduras fue elevado.
Nematodes pulmonares: las cargas de
4. Importancia económica Dictyocaulus alcanzaron niveles elevados en
algunos animales y se registraron también
Nematodes gastrointestinales: las cargas algunas patologías severas y muertes, indican-
parasitarias halladas en el tracto gastrointesti- do que en las condiciones actuales de la explo-
nal desde el punto de vista productivo fueron tación ganadera del ciervo sería la especie que
L
os camélidos sudamericanos (CS) están alpaca, especie ausente en la Argentina. En res-
representados por dos especies domés- puesta al renovado interés local por los CS hace
ticas: llama (Lama glama) y alpaca (Lama unos años se iniciaron estudios sobre diversos
pacos) y por dos silvestres: guanaco (Lama aspectos de su producción, alcanzando la pro-
guanicoe) y vicuña (Vicugna vicugna). Su blemática sanitaria. Un proceso similar ocurrió
población total se estima en unos siete millo- en los países importadores de CS. Sin embargo,
nes de ejemplares, de los cuales el 43% corres- el resultado de estos últimos no siempre puede
ponde a alpacas, el 46% a llamas, el 9% a gua- ser transferido al hábitat propio de los CS,
nacos y el 2% a vicuñas. La gran mayoría de los como también podría ocurrir con aquellos obte-
CS se hallan en cinco países: Argentina, Bolivia, nidos en áreas extra-andinas de la Argentina.
Chile, Ecuador y Perú. La Patagonia argentina
sostiene la mayor parte de la población de gua- Las afecciones parasitarias de los CS tienen una
nacos, estimada en medio millón de ejempla- importancia equivalente a las de las especies
res, mientras las vicuñas, en número cercano a más difundidas de rumiantes domésticos. Al
los 100.000 individuos, se ubican principalmen- menos en su ambiente, los numerosos endo- y
te en la región de la Puna de Perú, Bolivia, Chile ectoparásitos que infestan a los CS son consi-
y la Argentina. Las especies domésticas se con- derados como un problema sanitario principal
centran sobre todo en Perú y Bolivia. Los distin- en su explotación (Leguía, 1991a,b). Esta apre-
tos ecotipos de alpacas predominan en la Puna ciación, basada en la experiencia con alpacas
peruana, relativamente húmeda, en tanto que de la Puna peruana, requiere validación para
las llamas prevalecen particularmente en la las otras especies de CS en sus diferentes hábi-
Puna boliviana, con poblaciones menores en tat. Los CS tienen su propia fauna parasitaria
Argentina y Chile. Ecuador cuenta con apenas pero también son infestados por parásitos de
20.000 CS domésticos y silvestres. Desde hace otros tipos de ganado, en particular de peque-
unos años la cría de llamas se incrementó en ños rumiantes con los que a menudo compar-
zonas extra-andinas de la Argentina, coinci- ten áreas de pastoreo o instalaciones para su
diendo con el interés surgido en la producción cría y manejo.
de CS domésticos en países de América del
Norte, Europa y Oceanía. A continuación se describen brevemente las
principales parasitosis de los CS, con énfasis en
La importante población de CS del Perú justifi- aquellas que prevalecen en sus hábitat propios
ca que este país produjera gran parte del cono- y son causantes de perjuicios mayores. La revi-
Tabla 1. Prevalencia (%) e (intensidad media) de nematodes gastrointestinales específicos hallados durante la necrop-
sia de camélidos sudamericanos (CS) domésticos criados en sus ambientes propios y fuera de ellos.
Especie
C. m. G. a. M. (S.) p. L. ch. N. l. T. t. País Referencia
de CS
Chávez et al.,
Alpaca 3,0% 60,8% 29,1% 48,2% 58,8% 6,0%* Perú
1967
Especie Nº de
Edad E. m. E. 1. E. a. E. p. País Referencia
de CS muestras
Schrey et al.,
Llama n. c. 144 1,4% 6,3% 55,6% 0% EEUU
1991
<1a 86 22,6%
Llama n. p. n. p. n. p. EEUU Jarvinen, 1999
>1a 200 8,5%
<1a 37 5,4%
Alpaca n. p. n. p. n. p. EEUU Jarvinen, 1999
>1a 69 8,7%
<1a 6 16,7%
Guanaco n. p. n. p. n. p. EEUU Jarvinen, 1999
>1a 17 5,9%
Beldoménico
Guanaco n. c. 12 75,0% n. p. n. p. n. p. Argentina
et al., 2003
Referencias: E.m. (E. macusaniensis); E.l. (E. lamae); E.a. (E. alpacae); E.p. (E. punoensis) a (año); n. c. (no consta); n.
p. (no pertinente)
Los CS se infectan al ingerir forraje o agua con- Leguía y Casas (1999) informan tiempos de
taminada con ooquistes maduros conteniendo esporulación muy superiores (10-12 días y 23-
ocho esporozoítos que tras liberarse en el estó- 33 días, respectivamente). Los períodos de pre-
mago invaden el intestino, donde inician la patencia post-infección se determinaron en 10
reproducción asexual transformándose en días (E. punoensis), 15-16 días (E. lamae), 16-18
esquizontes. Tres de estos coccidios (E. lamae, días (E. alpacae) y 33-34 días (E. macusanien-
E. alpacae y E. punoensis) se ubican en el epite- sis) (Foreyt y Lagerquist, 1992; Leguía y Casas,
lio de las vellosidades intestinales, en tanto 1999).
que E. macusaniensis y E. ivitaensis lo hacen en
las glándulas crípticas de las capas profundas La patogenicidad de tres de estas especies de
de la mucosa (Palacios et al., 2004; 2006). Los coccidios se evaluó mediante infecciones expe-
esquizontes se reproducen internamente hasta rimentales. Mientras que E. lamae mostró mar-
romper las células, liberando cientos de mero- cada acción deletérea en crías de alpacas
zoítos que invaden otras células intestinales (Guerrero et al., 1970b), E. alpacae y E. punoen-
para producir nuevas generaciones de esqui- sis no resultaron patógenas para llamas adul-
zontes e iniciar luego la reproducción sexual o tas (Foreyt y Lagerquist, 1992). Evidencia acu-
gametogonia. En esta etapa, algunos merozoí- mulada de infecciones naturales parece indicar
tos se diferencian en células femeninas y mas- que la E. macusaniensis sola o asociada con E.
culinas, de cuya unión resultan los ooquistes lamae o con E. ivitaensis exhibe el mayor efec-
inmaduros que son eliminados al medio to patógeno entre los coccidios propios de los
ambiente con las heces. En condiciones ade- CS (Guerrero et al., 1970a; Schrey et al. 1991;
cuadas de temperatura y humedad los ooquis- Rosadio y Ameghino, 1994; Lenghaus et al.,
tes esporulan en períodos de tiempo variables 2004; Palacios et al., 2004; 2006). Los síntomas
según las distintas especies de Eimeria: cuatro incluyen diarrea de tipo acuoso a sanguinolen-
días (E. alpacae y E. punoensis), cinco días (E. to, seguida de deshidratación, anorexia, ema-
lamae) y 12-14 días (E. macusaniensis) (Rickard ciación y muerte (Palacios et al., 2006).
y Bishop, 1988); aunque para las dos últimas