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EL INTRIGANTE ENIGMA DE UN PASADO QUE

NO HA EXISTIDO

CAPITULO 1

-¡Hey papi, papi! ¡Mire lo que encontré!, ¡Qué cosa tan rara!;
parece muy antiguo, pero al mismo tiempo parece algo que aún
no se ha inventado.

-¿Cómo dices hija?, ¿Cómo puede ser eso? ¿Qué es del pasado,
pero que todavía no lo han inventado? ¿Quieres decir, que es
algo que brotó de la tierra? ¿Cómo una mata o una fruta?

-Algo así papá, pero esto no parece elaborado artificialmente,

-¿Pero, si no es elaborado o fabricado entonces salió de un


animal? ¡Ja! Hija, me pones de cabeza a pensar. ¿Dónde lo has
hallado?

-¡Aquí! ¡En este sector! Pero, parece que aquí existió un campo
de diversión o tal vez un campo de recreo o algo así.

-Pero hija ¡este lugar nunca ha sido habitado!

-Pero, ¿cómo, padre? si esto no ha sido habitado, entonces ¿es


de un futuro que aún no ha existido? ¿Cómo puede, un futuro
que no ha existido tener un pasado?

-¡Hija me estas volviendo loco! mejor será que vayamos a


investigar en los libros de la biblioteca, dónde quizá hallemos
respuestas al enigma que representa tu hallazgo.

Silenne y su padre se dirigieron juntos al pueblo, en busca de una


biblioteca, donde podrían hallar respuesta al enigma del hallazgo
de Silenne, hija de Martín Kraffor. Pero todo es inútil, en ninguna
de las leyendas o elementos hallados en la región, se hace
mención del hallazgo de los Kraffor.

CAPITULO 2

-Padre esto es imposible, ¿entonces debemos pensar que este


pasado no existe? Y si no... Y, si no existe, entonces ¿de dónde
vino este objeto y que utilidad tendrá? Verdad que es bien raro,
es muy pulido, no tiene fisura alguna, es de una forma oblonga
alargada, y de un material desconocido; no es metálico, plástico,
o, de madera, parece ser liviano pero es pesado y ¿cómo lo
hallaste?

Cuando lo hallé, estaba lleno de barro, y cuando lo traté de


limpiar con una servilleta, me pareció oír una música que venía
de lejos. La verdad es que estoy obsesionada, me siento
intranquila, nosé qué hacer.

Dice su padre; “hija tranquila”, será mejor que lo coloquemos en


la mesita como adorno, y nos olvidemos de él.

-Me parece acertado, ¡lo mejor es que tratemos de desatendernos


un poco!, clamó Silenne.

Esa noche cuando dormían, sintieron que algo vibraba y se


escuchaba una música lejana; se levantaron a investigar, pero no
vieron nada, sólo vieron que el objeto, se había movido un poco
del sitio donde lo habían dejado, lo tomaron para colocarlo de
nuevo en su lugar y notaron que estaba tibio, -debe ser por las
luces.

-Pero ¿cuáles luces, y dónde están?

- ¡Eso mismo pregunto yo!, exclamó Martín, ¿dónde están? ¿Por


qué siempre se activan cuando no estamos presentes? Es lo más
curioso.

- ¿Crees que vengan del espacio?

-¡Puede ser posible! Pero, ¿pero qué? ¿Qué puede ser?

-¡Tal vez venían viajando y se les escapó!

Sí, pero, ¿qué es esto? ¿Cuánto tiempo hace, que llegó hasta
aquí? su presencia es de vejez, dice Silenne,

Si cierto, lo único que nos podría ayudar sería que se presentaran


los que lo trajeron pero ¿dónde están? esperemos que de pronto
se nos presenten, dice Martín, bueno eso nos aclararía el
misterio; pero el misterio no se resolvía.

Padre e hija vivían llenos de nervios, dice Martín, - hija será mejor
que volvamos al sitio donde lo hallaste, tal vez vuelvan sus
dueños. Es mejor que no le hagamos mucha publicidad, porque si
se enteran las autoridades, quién sabe lo que pueda pasar, no
podemos permitir que se lo lleven y lo pongan en exhibición o lo
encierren en una caja de seguridad.

- sí, padre tienes razón; empacaron una tienda de campaña y


víveres para varios días y regresaron al sitio del hallazgo, allí
acamparon y estuvieron varios días, sin que nada sucediera.
Hasta que una noche, Silenne llamó a su padre en voz baja y le
dijo, -papá, vea esas luces en el espacio, parece que están
descendiendo; Martín dice: -si y también veo un artefacto que
parece una nave, que se posa en tierra, tal parece que nuestra
espera va a dar sus frutos.

- Si padre, me siento nerviosa, pero maravillada. Por fin vamos a


resolver el misterio de nuestro hallazgo.

CAPITULO 3

La nave se posó en tierra, ésta tenía forma de disco, y una serie


de luces que titilaban a su alrededor; se abrió una puerta y bajó
una rampa y allí habían tres hombres, el que estaba en el centro
tenía levantada la mano en son de paz y dijo:

-Saludos terrestres, venimos en paz, desde una lejana galaxia que


está a millones de años luz, de distancia. Viajamos con un
instrumento que nos permite viajar en el tiempo, sin que
envejezcamos, sostuvimos muchas guerras civiles desde tiempos
antiguos; hoy en día, hemos podido superarlas y vivir en paz y
tranquilidad, nos hemos dedicado a repatriar a aquellos que
emigraron a otros mundos huyendo de la guerra y buscando la
paz.

Eso nos hizo llegar aquí, al planeta Tierra, donde hace miles de
años, aterrizó una nave con un pueblo, en busca de la tan
anhelada paz, pero la nave se les averió y no pudieron volver a
nuestro mundo, poco a poco, se fueron encariñando con la Tierra
y ya después no quisieron volver a su planeta y se fueron
dispersando por la Tierra… no tiene nada de raro que por sus
venas corra nuestra sangre, y que sólo quede la sonda
rastreadora o como la llama su hija, el objeto de un pasado que
nunca existió.

CAPITULO 4

El capitán de la nave espacial se dirigió a Martín y dice: “mi


nombre es Zunwíln”, les invito a mi nave y damos un paseo y así
nos relacionaremos mejor y conocerán las maravillas del espacio,
por ahora visitaremos el sistema solar. Claro que a donde quiera
que vayamos, no podemos dejar que nos vean, pues como
comprenderán no sabemos cómo tomarán nuestra presencia los
habitantes de otros mundos, como ustedes saben, somos de un
mundo que está más allá de la guerra, somos pacíficos y solo
deseamos que todos podamos vivir en paz.

¡Gracias! Claman padre e hija, ¡magnífico Zunwíln!, esto lo más


maravilloso que puede pasar en nuestras vidas. Y salieron en la
nave, como sale cualquier persona que va de turismo, la emoción
que les embargaba era intensa, al pensar en las maravillas que
verían, era algo que los otros habitantes de la tierra pasarían años
antes de que pudieran verlo y disfrutarlo.

Así, iniciaron su viaje por el ancho espacio, cada mundo que


visitaban les maravillaba más y más; mundos con paisajes
asombrosos, otros que poseían gran desarrollo, otros que
estaban en guerra entre sí, vieron un mundo que apenas estaba
empezando a evolucionar y tenía mínimo desarrollo, también un
mundo, que parecía ser el gemelo de la Tierra; exclamó Martín
emocionado, ¡esto parece un documental, que ni el más grande
productor de ciencia ficción se puede imaginar!, me gustaría
plasmarlo en un documental y mostrarlo a mi mundo, lo más
maravilloso de la creación.

-¡No! Aún no, ¡su mundo, todavía no está preparado, le falta


mucho!, podría ser desastroso lo que sucedería, si tuviesen
conocimiento de todo lo que estás viendo. Dice, Zunwíln.

Bueno, será como tú digas, exclama Martín, pero, ¿si puedes


darnos una vuelta por tu mundo?
-Lo siento Martín, aún no es hora; como te estaba diciendo,
tendrás que esperar, ya llegará la hora; un día podrás ir con tu
hija; ten calma.

Regresaron a la Tierra, en el mismo sitio y hora en que se fueron.


-Dice Zunwíln, les dejamos en el mismo sitio, tiempo y hora en
que partimos como precaución, es mejor prevenir, cualquier
contingencia. Recuerda, que vinimos por la sonda, pero la vamos
a dejar como un recuerdo y medio de comunicación siempre, con
ella misma, podrás saber, cuando regresaremos para que visites
nuestro mundo.

Martín y su hija vieron como partía la nave en silencio y se perdía


en el ancho espacio, en sus mentes, quedaron todos los sucesos
pasados, pero como les había dicho Zunwíln, no podían
exteriorizarlos.

Martín volvió a iniciar el acondicionamiento del lugar que había


adquirido, para hacer su nueva casa, Silenne fundó un jardín
infantil, donde departía con los niños cuentos de aventuras
espaciales, donde ella hacía de hada madrina y en su imaginación,
los llevaba a lugares remotos que eran habitados por genios y
duendecillos que hacían las delicias de los niños.
EPILOGO

Pasaron muchos años, en las mentes de Martín y su hija, se


mantenía el recuerdo, de la aventura pasada junto a Zunwíln por
el espacio en su nave; pero no podían exteriorizarla, por más que
trataban, hasta que un día, comenzó a vibrar la sonda y
anunciaba el regreso de la nave. La abordaron y partieron al
espacio. Aquí, estaremos esperando su regreso, para que nos
cuenten susaventuras.

JOSE JOAQUÍN PÉREZ FLÓREZ

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