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Como “anillo al dedo”, manifiesto con certeza que el pensar de Margarita Rozas, planteado
en el IV capítulo de su libro “Una perspectiva teórica - metodológica de la intervención en
Trabajo Social” llego a mí en una etapa en la cual es vital quedarse, para poder combatir la
incertidumbre que, así como yo se encuentran muchos estudiantes de Trabajo Social en sus
prácticas profesionales.
En este capítulo son analizadas a lo largo de los siguientes apartados que denomina así:
Es por eso, que el lenguaje y comunicación se hacen realmente valiosos para interpretar los
significados que los sujetos les dan a sus realidades sociales. La autora entiende qué, la
metodología de intervención en Trabajo Social construye y reconstruye el desarrollo de la
práctica de manera flexible, critica y dialécticamente, que inicia con ese primer apartado
antes mencionado de la inserción al campo como ubicación del contexto espacial y social.
Desde este primer momento, es cuando transformamos todas nuestras, dudas, miedos
resumidos en incertidumbre en el campo, en ese impulso para generar junto a nuestra
curiosidad un proceso de aprendizaje, formulando interrogantes que permitan cuestionar la
realidad social en la que se interviene y al mismo tiempo redireccionar el proceso de
conocimiento que estamos construyendo para con nosotros y para disposición de los demás,
a través del seguimiento de las necesidades de los sujetos con los cuales inicia su
intervención.
Para lo anterior, los instrumentos nos aportan gran utilidad, pero se debe tener en cuenta la
pertinencia de los mismos. Por otro lado, la investigación, así como la evaluación es
importante al momento de la aplicación de una técnica, pero además se debe garantizar que,
a través de ella, se puedan registrar datos que aporten a la proposición de soluciones a las
demandas que los sujetos presenten.
Desde aquí, vamos entrando al segundo apartado, el diagnóstico, como aquel resumen de
datos de la inserción. Es decir, es la reevaluación de este conocimiento recolectado y
analizado sobre la problemática generada con la relación sujeto - necesidad. Sin, embargo,
aunque el conocimiento es clave y se desprende como el principal objetivo del diagnóstico
también se apunta a empezar a planificar nuestro accionar, a través propuestas estratégicas
que se van rediseñando permanentemente la intervención, para este punto, la autora plantea
resignificar la planeación y apuntarlo a una “planeación estratégica” orientada a la
elaboración y toma de decisiones, a partir de la interacción de los actores y co-construcción
que se va generando con respecto a la fundamentación de la realidad en las que están
inmersos.
Se reconoce entonces, que estas fases planteadas por la Pagaza no trabajan de manera
separada, sino que por el contrario se entrelazan unas con las otras, no es posible pensar en
separar la planificación de la inserción o del diagnóstico, ya que unos implican a los otros
como un solo proceso. Adicional, a esto reconozco la manera tan sencilla y el lenguaje
claro que usa la autora para expresar sus ideas, realmente le apuesta a la criticidad en
nuestras acciones, junto al tipo de conocimiento que estamos apropiando y generando para
no ahogarnos en lo que se encuentra establecido como un marco cuadriculado que no
apunten directamente a las necesidades planteadas por los sujetos ni a la participación de
los mismo en su propia transformación.
REFERENCIAS