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Ciencia, tecnología y sociedad / José A.

López Cerezo

Ciencia,
tecnología
y sociedad

J o s é A . L ó p e z C e r e zo
Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (CONACYT) - Paraguay

Coordinación General de Prociencia


Sergio Duarte Masi

Coordinación de la Cátedra Ciencia ,Tecnología


y Sociedad (CTS)-Paraguay
María de la Paz Bareiro

Secretario Técnico del Área de Ciencias (OEI)


Juan Carlos Toscano

Equipo técnico
Carlina Ibañez
Paloma Núñez

Asunción, 2017.

Email: catedracts@conacyt.gov.py
Web: www.conacyt.gov.py
Teléfono (s): (595 21) 606 772 / 606 773 / 606 774
Dr. Bernardino Caballero Nº 1240 entre Eusebio
Lillo y Tte. Vera
Asunción - Paraguay

ISBN 978-99967-829-7-8
Ciencia,
tecnología
y sociedad

J o s é A . L ó p e z C e r e zo

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

Contenidos

1. La ciencia y la tecnología en la agenda política 6

2. El síndrome de Frankenstein 7

3. La imagen tradicional de la ciencia y la tecnología 9

4. El viejo contrato social para la ciencia 11

5. Hacia un nuevo modelo de relación ciencia-


tecnología-sociedad 13

6. Los estudios CTS 16

7. La ciencia y la tecnología como fenómenos sociales 19

8. Políticas públicas y activismo social 24

9. La necesidad de la acción educativa 29

10. Ciencia, tecnología y reflexión ética 31


Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

Presentación

La expresión “ciencia, tecnología y sociedad” nología, subyacente a los modelos clásicos de


(CTS) suele definir tanto un objeto de estudio gestión política. Veremos la nueva imagen del
como un ámbito de trabajo académico. El ob- fenómeno científico-tecnológico que emer-
jeto de estudio está constituido por los aspec- ge desde los años 70, asociada a este campo
tos sociales de la ciencia y la tecnología, tanto académico. Dos líneas de desarrollo de los es-
en lo que concierne a los factores sociales que tudios CTS, en políticas públicas y educación,
influyen sobre el cambio científico-tecnoló- nos permitirán comprender las importantes
gico como en lo que atañe a las consecuen- repercusiones sociales que se derivan de esa
cias sociales (y ambientales) de ese cambio. El reconceptualización en los estudios CTS de la
ámbito de trabajo académico son las nuevas naturaleza y dinámica de la ciencia-tecnolo-
aproximaciones al estudio de la ciencia que se gía. Por último, una pequeña reflexión sobre
centran en la comprensión de su dimensión las relaciones ciencia-tecnología-sociedad en
social (en los sentidos anteriores), y que sur- el mundo actual conectará los ámbitos ante-
gen en los años 70 desde las ciencias sociales riores de estudio académico y activismo social
y la investigación académica en humanidades. con el ámbito específico de la reflexión ética.
Para diferenciar con claridad ambos sentidos
de CTS, utilizaremos la expresión desnuda CTS
para hacer referencia al objeto de estudio y la Objetivos del módulo
frase “estudios CTS” para el ámbito de trabajo
académico. ▷▷ Apreciar la relevancia actual de la ciencia
En esta sección empezaremos comentando y la tecnología en los asuntos públicos y la
algunos obstáculos que la ciencia y la tecno- conducta personal. Tomar conciencia de la
logía han encontrado en las últimas décadas necesidad de una alfabetización científica
respecto a su credibilidad y apoyo públicos. para la participación en la vida pública.
Veremos cuáles son los antecedentes socio- ▷▷ Comprender la importancia de los aspectos
históricos de las reticencias con las que im- sociales de la ciencia y la tecnología, tanto
portantes segmentos sociales contemplan en lo que respecta a sus condicionantes po-
actualmente al fenómeno científico- tecnoló- líticos, económicos, culturales, etc., como
gico. Esta visión retrospectiva de la historia de en lo que concierne a sus implicaciones éti-
la ciencia y la tecnología en las últimas décadas, cas, ambientales, sociales, etc.
y de los cambios en las actitudes públicas al ▷▷ Relevar la necesidad de abrir la ciencia y la
respecto, nos permitirá entender la evolución tecnología a la comprensión ciudadana, los
reciente de los modelos políticos implantados valores públicos y la participación social.
en los países industrializados para gestionar el ▷▷ Adquirir familiaridad con los estudios re-
desarrollo científico-tecnológico. Sobre esta cientes sobre los aspectos sociales de la
base introduciremos los estudios CTS como ciencia y la tecnología: con el enfoque ge-
una reacción académica contra la tradicional neral de análisis en los estudios CTS, así
concepción esencialista de la ciencia y la tec- como sus principales autores y corrientes.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

1 La ciencia y la tecnología
en la agenda política

Un buen modo de destacar la importancia que municación de la ciencia, etc. Estos eran algunos
la ciencia y la tecnología tienen en la sociedad de los temas tratados en Budapest e incorpora-
contemporánea es a través de un significati- dos en los documentos aprobados en el Congre-
vo testimonio: el Congreso Mundial sobre la so. Los documentos originales, en castellano, se
Ciencia celebrado en Budapest (Hungría) en ju- encuentran en: http://www.oei.es/budapest.htm
nio-julio de 1999, y convocado por la Unesco y
el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU). El Congreso de Budapest es un esfuerzo
Las naciones del planeta se reunían por vez pri- más para hacer frente a uno de los problemas
mera para hablar exclusivamente de la ciencia principales a los que se enfrenta nuestra so-
y de su papel en el mundo actual. La Cumbre ciedad de fin de siglo: la renegociación de las
reunió a delegados de casi 150 países, así como relaciones entre ciencia y sociedad. El comple-
a representantes de numerosas asociaciones jo científico-tecnológico no parece responder
científicas y organizaciones relacionadas con a las expectativas y necesidades del mundo de
la ciencia. El evento se cerró con la aproba- cambio de siglo. Se trata de un problema com-
ción por el plenario de una Declaración sobre plejo con dimensiones académicas, ético-po-
la ciencia y el uso del conocimiento científico, líticas, económicas y educativas; un problema
así como del desarrollo de ese documento en realmente difícil de exagerar dada la extraor-
una agenda mundial para la ciencia: un marco dinaria relevancia que ha adquirido la ciencia y
de acción. El tema estrella del Congreso y de la la tecnología en el mundo actual. Es también
propia Declaración era articular y consensuar un tema que ocupa el centro del interés aca-
un nuevo contrato social para la ciencia. démico de los recientes estudios de “ciencia,
tecnología y sociedad” (CTS), conocidos asi-
CONGRESO DE BUDAPEST. El contenido de los mismo como estudios sociales sobre ciencia
documentos aprobados y los temas tratados en y tecnología. Los estudios CTS, que estuvieron
Budapest son de una extraordinaria importan- presentes en la reunión de Budapest, cons-
cia en el mundo contemporáneo: problemas y tituyen un joven y pujante campo de trabajo
desafíos como el de la responsabilidad social de centrado en la comprensión de los aspectos
los científicos y tecnólogos, el papel del Estado sociales de la ciencia y la tecnología. En lo que
en la financiación de la ciencia, la reorientación sigue exploraremos la nueva visión de la cien-
de las prioridades de investigación hacia las ne- cia y la tecnología que, de la mano de los estu-
cesidades reales de la población, las profundas dios CTS, va extendiéndose y consolidándose
asimetrías en los sistemas de I+D (investigación en las últimas décadas. Para ello es preciso
y desarrollo) de diversas naciones y regiones, la antes revisar con brevedad el contexto socio-
integración de las mujeres y grupos sociales des- histórico de la “Declaración de Budapest” y de
favorecidos en los sistemas de investigación, la los propios estudios CTS.
actitud ante otras formas de conocimiento no
asimiladas por la ciencia occidental, los cambios Ampliación: http://en.unesco.org/unesco_science_report
en la educación científica y los modelos de co- http://www.oei.es/cts.htm
UNESCO (1998), Informe mundial sobre la ciencia 1998,
Madrid: Santillana/Ediciones
UNESCO

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

2 El síndrome
de Frankenstein

Una idea que se repetía en Budapest es que cuencias negativas de una ciencia y tecnología
“la fiesta ha terminado para los científicos”. Se fuera de control. Es lo que se ha llamado “sín-
trata de una frase publicada en el diario britá- drome de Frankenstein”, que empieza a exten-
nico The Times hace casi 30 años por una de derse en la opinión pública de los años 60 y 70
las más respetadas políticas británicas: Shir- dentro del mundo industrializado.
ley Williams. Mediante ella se hacía referencia
al fin del apoyo incondicional a la ciencia, al SÍNDROME DE FRANKENSTEIN. El “síndrome de
descontento y la desconfianza que muchos Frankenstein” hace referencia al temor de que las
intelectuales, y buena parte del público, co- mismas fuerzas utilizadas para controlar la natu-
menzaban a sentir ya entonces con respecto a raleza se vuelvan contra nosotros destruyendo
la ciencia. ¿Qué es lo que ocurre hace tres dé- al ser humano. La bella novela de Mary Shelley,
cadas? ¿Cuáles son los motivos de ese distan- publicada en 1818, recoge estupendamente esa
ciamiento entre ciencia y sociedad? ¿Por qué inquietud. “Tú eres mi creador, pero yo soy tu
es necesaria una renegociación de las relacio- señor”, le dice el monstruo a Victor Frankenstein
nes entre ciencia y sociedad? al final de la obra. Se trata de la misma inquie-
La literatura constituye con frecuencia un tud expresada décadas después por H. G. Wells
buen termómetro de las inquietudes sociales en La isla del Dr. Moreau, el científico que trataba
en cada época. En 1968, en pleno apogeo del de crear una raza híbrida de hombres y anima-
movimiento contracultural, Theodore Roszak les en una isla remota, y que consideraba estar
expresaba sus ideas sobre el papel de la ciencia trabajando al servicio de la ciencia y la humani-
y la tecnología en el mundo contemporáneo: dad. Sus engendros acaban volviéndose contra
él y destruyéndolo. No es sin embargo un tema
Cualesquiera que sean las aclaraciones y los nuevo en la literatura decimonónica. La leyenda
adelantos benéficos que la explosión universal del Golem, la criatura de barro al servicio del ra-
de la investigación produce en nuestro tiem- bino Loew en la Praga de finales del siglo XVI, es
po, el principal interés de quienes financian otra variación sobre el mismo tema. Los oríge-
pródigamente esa investigación seguirá polari- nes mismos de la cultura escrita atestiguan ese
zado hacia el armamento, las técnicas de control temor. El mito de Prometeo, en la Grecia clásica,
social, la objetería comercial, la manipulación del constituye un ejemplo: Prometeo roba el fuego
mercado y la subversión del proceso democráti- a los dioses pero no es lo suficientemente divino
co a través del monopolio de la información y el para hacer buen uso de él. También está presente
consenso prefabricado. (Roszak, 1968: 286) en el nacimiento de la civilización judeo- cristia-
na a través del mito del pecado original: probar el
Las palabras de Roszak, tremendas y exa- fruto del árbol de la sabiduría hace recaer el cas-
geradas como corresponden a un teórico de tigo de Dios sobre Adán y Eva. Hoy día, novelas
la contracultura, reflejan no obstante el espí- y películas como Parque Jurásico contribuyen a
ritu de los tiempos: una creciente sensibilidad mantener vivo ese temor a las fuerzas desenca-
social y preocupación política por las conse- denadas por el poder del conocimiento.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

En efecto, sobre el trasfondo del tradi- siderado durante mucho tiempo como el padre
cional optimismo sobre las potencialidades de la ciencia moderna. No por sus contribucio-
de la ciencia respecto al progreso social, y la nes sustantivas al conocimiento científico sino
confianza ciega que la palabra “ciencia” solía por haber formulado las reglas del que duran-
evocar en políticos y ciudadanos, una actitud te largo tiempo se consideró el “método de la
crecientemente crítica y cautelosa con la cien- ciencia”. En obras como Novum Organum, Ba-
cia y la tecnología comienza a extenderse en con trataba de asentar el conocimiento sobre
las sociedades occidentales de los años 60. Es el suelo sólido de la observación y la inferencia
una actitud alimentada por catástrofes rela- inductiva. De este modo, consideraba, el cono-
cionadas con la tecnología, como los prime- cimiento nos proporcionará poder y bienestar
ros accidentes nucleares o envenenamientos material. El riesgo de ese poder es ironizado por
farmacéuticos masivos que tienen lugar en los su contemporáneo, Marlowe, en su obra de tea-
años 60 y 70, así como por el desarrollo de ac- tro La historia trágica del Dr. Fausto, magnífico
tivos movimientos sociales contraculturales retrato de un mago renacentista cortado por un
críticos con el industrialismo y el estado tec- patrón baconiano (como ha señalado el histo-
nocrático en los años 60. El desarrollo del mo- riador Paolo Rossi, Bacon toma su imagen de la
vimiento ecologista de esa década y las pro- ciencia de las tradiciones renacentistas de la al-
testas públicas contra el uso civil y militar de quimia y la magia, que, como la obra del propio
la energía nuclear son elementos importantes Bacon, tuvieron una gran influencia en los cien-
en la formación de esa actitud y el surgimien- tíficos naturales de su época, incluyendo a Isaac
to del moderno “síndrome de Frankenstein”. Newton). En su ambicioso intento de manejar
Mayo del 68 es todo un símbolo al respecto, las fuerzas que le permitan controlar el mun-
que aún hoy mantiene su vigencia. Los más do, Fausto tiene que vender su alma al diablo y
cercanos acontecimientos de Seattle (EE.UU.) termina destruyéndose a sí mismo. Lo que para
a finales de 1999, con el boicoteo de la reu- Bacon es el poder benefactor de la ciencia, para
nión de la Organización Mundial del Comercio Marlowe es la catástrofe inevitable (Skinner,
(OMC) y la posterior y continuada protesta po- 1999: 56).
pular contra una sociedad global mercantili-
zada, tecnológica y deshumanizada, parecen Entender los antecedentes del “síndrome
constituir un resurgimiento de ese movimien- de Frankenstein”, y la posterior reacción al
to contracultural, a pesar de que la protesta mismo de las instituciones, es entender me-
social contra la tecnología es hoy canalizada jor las complejas relaciones entre la ciencia, la
en gran medida a través de organizaciones tecnología y la sociedad en el mundo actual.
no gubernamentales como asociaciones eco- Para ellos tenemos, primero, que revisar la
logistas. Por su parte, las nuevas tecnologías imagen tradicional sobre la ciencia y la tecno-
como la biotecnología, las tecnologías médi- logía, y, segundo, examinar el modelo clásico
cas o las tecnologías informáticas, tienden a de política pública en ciencia y tecnología que
ocupar hoy el centro de atención pública res- se fundamenta en dicha imagen.
pecto a los riesgos y peligros potenciales de
los productos científico-tecnológicos.

LAS DOS CARAS DE JANO. Dos contemporáneos


de finales del siglo XVI y principios del XVII, Ampliación:
Francis Bacon y Christopher Marlowe, ejempli- Marcuse, H. (1954), El hombre unidimensional, Barcelona:
fican estupendamente la ironía recogida por el Ariel, 1981.
“síndrome de Frankenstein”. Bacon ha sido con- Roszak, T. (1968), El nacimiento de una contracultura,
Barcelona: Kairós, 1970.
Schumacher, E.F. (1973), Lo pequeño es hermoso, Madrid:
Hermann Blume, 1978.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

3 La imagen tradicional de
la ciencia y la tecnología

La concepción clásica de las relaciones entre Ahora bien, se nos advierte en esta visión
ciencia, tecnología y sociedad es una concep- clásica, la ciencia solo puede contribuir al ma-
ción esencialista y triunfalista. Todavía está yor bienestar social si se olvida de la sociedad
presente con frecuencia en diversos ámbitos para buscar exclusivamente la verdad. Es de-
del mundo académico y los medios de divul- cir, la ciencia solo puede avanzar persiguiendo
gación. Puede resumirse en una simple ecua- el fin que le es propio, el descubrimiento de
ción, el llamado “modelo lineal de desarrollo”: verdades sobre la naturaleza, si se mantiene
+ ciencia = + tecnología = + riqueza = libre de la interferencia de valores sociales por
+ bienestar social beneméritos que estos sean. Análogamente,
solo es posible que la tecnología pueda actuar
Todo comienza en el método científico, en- de cadena transmisora en la mejora social si
tendido como una suerte de combinación de se respeta su autonomía, si se olvida de la so-
razonamiento lógico y observación cuidadosa. ciedad para atender únicamente a un criterio
Mediante la aplicación del método científico, y interno de eficacia técnica. Ciencia y tecnolo-
el acatamiento de un severo código de hones- gía son presentadas así como formas autóno-
tidad profesional, se espera que la ciencia pro- mas de la cultura, como actividades valorati-
duzca la acumulación de conocimiento obje- vamente neutrales, como una alianza heroica
tivo acerca del mundo. El sistema de arbitraje de conquista de la naturaleza.
por pares (el trabajo científico es evaluado por
los colegas científicos) se encargaría de velar Aquellos que olvidan el bien y el mal y buscan
por la integridad intelectual y profesional de solo conocer los hechos es más probable que
la institución, es decir, por la correcta aplica- alcancen el bien que aquellos que ven el mundo
ción de ese método de trabajo y el buen fun- de alrededor a través del medio distorsionador
cionamiento de ese código de conducta. Es así de sus propios deseos. (Bertrand Russell, Mysti-
como se garantizaría el consenso y la hones- cism and Logic, pág. 29.)
tidad en ciencia, previniendo la controversia y
evitando el fraude. Los ingenieros no son misioneros (...) median-
te el trabajo duro, responsable, dependiente y
creativo terminamos prestando un servicio a la
comunidad... (Samuel Florman, The Existential
Pleasures of Engineering, pág. 183.)

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

El “núcleo duro” de esta concepción clásica 1. Mito del beneficio infinito: más ciencia y
recibe su formulación canónica en el empiris- más tecnología conducirá inexorablemente
mo lógico que surge en filosofía de la ciencia a más beneficios sociales.
durante los años 20 y 30, de la manos de au- 2. Mito de la investigación sin trabas: cual-
tores como Rudolf Carnap, en alianza con las quier línea razonable de investigación so-
aproximaciones funcionalistas en sociología bre procesos naturales fundamentales es
de la ciencia que se desarrollan desde los años igualmente probable que produzca un be-
40, en las que destaca Robert K. Merton. neficio social.
LOS MITOS DEL SISTEMA I+D. Daniel Sa- 3. Mito de la rendición de cuentas: el arbitraje
rewitz (1996) identifica los que considera como entre pares, la reproducibilidad de los re-
mitos principales del sistema I+D, es decir, de sultados y otros controles de la calidad de
la concepción tradicional de la ciencia y de sus la investigación científica dan cuenta sufi-
relaciones con la tecnología y la sociedad. Son, cientemente de las responsabilidades mo-
en una versión adaptada, los siguientes: rales e intelectuales en el sistema I+D.
4. Mito de la autoridad: la investigación cien-
tífica proporciona una base objetiva para
resolver las disputas políticas.
5. Mito de la frontera sin fin: el nuevo cono-
cimiento científico generado en la frontera
de la ciencia es autónomo respecto a sus
consecuencias prácticas en la naturaleza y
la sociedad.

Ampliación:
Feyerabend, P. (1975), Tratado contra el método, Madrid:
Tecnos, 1981.
López Cerezo, J.A. (2008), El triunfo de la antisepsia: un
ensayo en filosofía naturalista de la ciencia, México DF: FCE.
Merton, R.K. (1973), La sociología de la ciencia, 2 vols.,
Madrid: Alianza, 1977

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

4 El viejo contrato social


para la ciencia

La expresión política de esa visión tradicional y el desarrollo sin interferencias de la tecno-


de la ciencia y la tecnología, donde se recla- logía, así como la necesidad de mantener la
ma la autonomía de la ciencia-tecnología con autonomía de la ciencia para que el modelo
respecto a la interferencia social o política, es funcione. El crecimiento económico y el pro-
algo que tiene lugar inmediatamente después greso social vendrían por añadidura. El men-
de la Segunda Guerra Mundial. Debemos tener saje era simple y atractivo: la ciencia y la tec-
en cuenta que nos hallamos en una época de nología, que estaban ayudando decisivamente
intenso optimismo acerca de las posibilidades a ganar la guerra mundial, ayudarían también
de la ciencia-tecnología y de apoyo incondicio- a ganar la Guerra Fría. Es innecesario decir que
nal a la misma, con los primeros ordenadores el informe consiguió su propósito: después de
electrónicos (ENIAC, 1946), los primeros tras- la guerra, Estados Unidos comienza a dedi-
plantes de órganos (riñón, 1950), los primeros car grandes recursos públicos al estímulo del
usos de la energía nuclear para el transporte desarrollo científico, siguiendo las directrices
(USS Nautilus, 1954) o la invención de la píldo- de localización de recursos que emanan de la
ra anticonceptiva (1955). La elaboración doc- propia institución científica. El resto de los es-
trinal de ese manifiesto de autonomía para tados industrializados occidentales, siguiendo
la ciencia con respecto a la sociedad se debe el ejemplo de EE.UU., se implicarán activamen-
originalmente a Vannevar Bush, un influyente te en la financiación de la ciencia básica en el
científico norteamericano que fue director de mundo de la carrera de armamentos y de las
la Office of Scientific Research and Develop- guerras de Corea y Vietnam. Por ejemplo, en
ment (Oficina para la Investigación Científica y 1954 se crea oficialmente el Centre Européen
el Desarrollo, EE.UU.) durante la Segunda Gue- de la Recherche Nucleaire (CERN) instalado en
rra Mundial, y tuvo un papel protagonista en Suiza, como respuesta europea a la carrera in-
la puesta en marcha del Proyecto Manhattan ternacional en investigación nuclear.
para la construcción de la primera bomba ató-
mica. INFORME BUSH. “El progreso en la guerra con-
El mismo mes de la explosión de prueba en tra la enfermedad depende del flujo de nuevo
Nuevo México (EE.UU.), en julio de 1945, V. Bush conocimiento científico. Los nuevos productos,
entrega al presidente norteamericano H. Tru- las nuevas industrias y la creación de puestos
man el informe que el anterior presidente, T. de trabajo requieren la continua adición de co-
Rooselvelt, le encargara un año antes: Science nocimiento de las leyes de la naturaleza, y la
- The Endless Frontier (“Ciencia: la frontera in- aplicación de ese conocimiento a propósitos
alcanzable”). Este informe, que traza las líneas prácticos. De un modo similar, nuestra defensa
maestras de la futura política científico-tec- contra la agresión requiere conocimiento nue-
nológica norteamericana, subraya el modelo vo que nos permita desarrollar armas nuevas y
lineal de desarrollo: el bienestar nacional de- mejoradas. Este esencial conocimiento nuevo
pende de la financiación de la ciencia básica solo puede ser obtenido a través de la investi-

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

gación científica básica (...) Sin progreso cien- Se trata de la historia de Tántalo, hijo de Zeus
tífico ningún logro en otras direcciones puede en la mitología griega. Amado de los dioses del
asegurar nuestra salud, prosperidad y seguri- Olimpo, era incluso invitado a los banquetes de
dad como nación en el mundo modern”. (Bush, éstos. Tántalo fue sin embargo autor de varios
1945/1980: 5). delitos que le valieron un castigo divino ejem-
plar: un esfuerzo eternamente frustrado. Lo
Este objetivo de financiar la ciencia bási- situaron en un lago con el agua hasta el cuello
ca se instrumentalizaba en la propuesta de y con árboles llenos de fruta sobre su cabeza.
Bush de crear una agencia federal para el es- Sin embargo, nada podía beber ni comer. Cada
tímulo de la investigación científica: la Natio- vez que intentaba beber, el agua era absorbida
nal Science Foundation (Fundación Nacional por la tierra; cuando intentaba tomar un fruto,
para la Ciencia), creada efectivamente cinco el viento elevaba las ramas repentinamente. Su
años después, en 1950. Enfatizando la nece- tortura, como en la ciencia, consistió en obte-
sidad de financiación pública de investigación ner una nueva frustración justo en el momento
básica, podríamos decir, siguiendo a S. Fuller de la hipotética consumación. Hoy, Tántalo da
(1999: 117 ss.), que se mataban dos pájaros de nombre a un metal poco común (el tantalio) y a
un tiro: por un lado se promovía la autonomía un ave zancuda de plumas blancas en el trópico
de la institución científica frente al control po- americano.
lítico o el escrutinio público, dejando en ma-
nos de los propios científicos la localización
de recursos propios del sistema de incenti-
vación del conocimiento, y, por otro lado, se
favorecía una proyección a largo plazo de la
investigación que, según la experiencia de la
guerra, había demostrado ser necesaria para
satisfacer las demandas militares en al ámbito
de la innovación tecnológica. Por ejemplo, el
uso militar de la energía atómica no hubiera
sido posible sin ese horizonte a largo plazo.
En el escaparate público, como muestra la cita
anterior, el producto exhibido era el progreso
social.

TÁNTALO. Un punto muy importante del infor-


me de Bush, que tuvo un gran impacto en las
posteriores políticas públicas sobre ciencia y
tecnología, era la necesidad de comprometer
a los estados en la financiación de la investi-
gación básica (Fuller, 1999). Solo de este modo
podía avanzarse hacia esa frontera sin fin, hacia
la verdad como meta inalcanzable, tomando el
título del escrito de Bush. Una bella metáfora Ampliación:
de la Grecia clásica permite describir esa pa- Echeverría, J. (2003), La revolución tecnocientífica. Madrid:
radoja en la que aparentemente está sumida FCE.
la ciencia: no importa cuánto redoblemos el Salomon, J.-J. et al. (eds.) (1994), Una búsqueda incierta:
esfuerzo, seguiremos ver alejándose la meta. ciencia, tecnología y desarrollo, FCE/Ed. Univ. Naciones
Unidas: México, 1996.
Sánchez Ron, J.M. (1992), El poder de la ciencia, Madrid:
Alianza

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

5 Hacia un nuevo modelo


de relación ciencia-
tecnología- sociedad

Con todo, desde mediados de la década de los Las protestas [en EE.UU. durante 1968] estaban
50 hay indicios de que los acontecimientos no dirigidas fundamentalmente contra la guerra,
discurren de acuerdo al prometedor modelo li- pero también de un modo más general contra el
neal unidireccional. Cuando en octubre de 1957 crudo materialismo que se decía que nos había
las pantallas de cine y televisión del planeta conquistado. La tecnología se había convertido
recogieron el pitido intermitente del Sputnik en una palabra con sentido maligno, identifica-
I, un pequeño satélite del tamaño de un ba- da con el armamento, la codicia y la degrada-
lón en órbita alrededor de la Tierra, el mensaje ción medioambiental. Las dulces canciones de
transmitido era muy claro en el mundo de la los hijos de las flores se mezclaban con los ai-
Guerra Fría: la Unión Soviética se hallaba en la rados cánticos de los militantes universitarios,
vanguardia de la ciencia y la tecnología. Algo creando una atmósfera en la que los ingenieros
estaba fallando en el modelo lineal occidental no podían evitar sentirse incómodos. Samuel
de desarrollo científico-tecnológico. Florman, The Existential Pleasures of Enginee-
Desde entonces, las cosas no hacen más que ring, pág. xii (cursivas del autor).
empeorar, acumulándose una sucesión de de-
sastres vinculados al desarrollo científico-tec-
nológico: vertidos de residuos contaminantes,
accidentes nucleares en reactores civiles y Breve cronologia de una decepción
transportes militares, envenenamientos far- (González García et al., 1996)
macéuticos, derramamientos de petróleo, etc.
Todo esto no hace sino confirmar la necesidad 1957
de revisar la política científico-tecnológica de ▷▷ La Unión Soviética lanza el Sputnik I, el pri-
cheque-en- blanco y manos-libres, y, con ella, mer satélite artificial alrededor de la tierra.
la concepción misma de la ciencia-tecnología ▷▷ Causó una convulsión social, política y edu-
y de su relación con la sociedad. Es un senti- cativa en EE.UU. y otros países occidenta-
miento social y político de alerta, de corrección les.
del optimismo de la posguerra, que culmina en ▷▷ El reactor nuclear de Windscale, Inglaterra,
el simbólico año de 1968 con el cenit del movi- sufre un grave accidente, creando una nube
miento contracultural y de revueltas contra la radiactiva que se desplaza por Europa oc-
guerra de Vietnam. Los movimientos sociales cidental.
y políticos antisistema hacen de la tecnología ▷▷ Explota cerca de los Urales el depósito nu-
moderna y del Estado tecnocrático el blanco clear Kyshtym, contaminando una gran ex-
de su lucha (González García et al., 1996). tensión circundante en la antigua URSS.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

1958 1965
▷▷ Se crea la National Aeronautics and Space ▷▷ Gran apagón en la ciudad de Nueva York y
Administration (NASA), como una de las partes de nueve estados del noroeste de
consecuencias del Sputnik. Más tarde, se EE.UU.
creará la European Space Research Orga-
nization (ESRO), precursora de la Agencia 1966
Espacial Europea (ESA), como respuesta del ▷▷ Se estrella un B-52 con cuatro bombas de
viejo continente. hidrógeno cerca de Palomares, Almería,
contaminando una amplia área con radiac-
1959 tividad.
▷▷ Conferencia Rede de C.P. Snow, donde se ▷▷ Movimiento de oposición a la propuesta de
denuncia el abismo entre las culturas hu- crear un banco de datos nacional en EE.UU.,
manística y científico-técnica. por parte de profesionales de la informática
sobre la base de motivos éticos y políticos.
1960
▷▷ Desarrollo del movimiento contracultural, 1967
donde la lucha política contra el sistema ▷▷ El petrolero Torry Canyon sufre un acciden-
vincula su protesta con la tecnología. te y vierte una gran cantidad de petróleo
▷▷ Comienza a desarrollarse el movimiento en las playas del sur de Inglaterra. La con-
pro tecnología alternativa, en el que se re- taminación por petróleo se convierte desde
claman tecnologías amables a la medida del entonces en algo común en todo el mundo.
ser humano y se promueve la lucha contra
el Estado tecnocrático. 1968
▷▷ La talidomida es prohibida en Europa des- ▷▷ El Papa Pablo VI hace público el rechazo a la
pués de causar más de 2.500 defectos de contracepción artificial mediante la encícli-
nacimiento. ca Humanae vitae.
▷▷ Graves revueltas en EE.UU. contra la guerra
1962 de Vietnam, que se hacen extensivas al in-
▷▷ Publicación de Silent Spring, por Rachel Car- dustrialismo y la tecnología moderna.
son. Denuncia, entre otras cosas, el impacto ▷▷ Mayo del 68 en Europa y EE.UU.: protesta
ambiental de plaguicidas sintéticos como el generalizada contra el establishment.
DDT. Es el disparador del movimiento eco-
logista.

1963
▷▷ Tratado de limitación de pruebas nucleares.
▷▷ Se hunde el submarino nuclear USS Thres-
her, y es seguido por el USS Scorpion (1968)
y un número indeterminado de submarinos
nucleares soviéticos.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

No es sorprendente que el modelo político De aquí surgen, a finales de los 60 y princi-


de gestión acabe transformándose para dar pios de los 70, instrumentos como la evalua-
entrada a la regulación pública y la rendición ción de tecnologías y de impacto ambiental, e
de cuentas: finales de los 60 señalan el mo- instituciones evaluadoras y reguladoras ads-
mento de revisión y corrección del modelo critas a distintos poderes en diferentes países.
unidireccional como base para el diseño de la Este período es por ejemplo el de la creación
política científico-tecnológica. La vieja polí- de la Environmental Protection Agency (Agen-
tica de laissez-faire, que dejaba la regulación cia de Protección Ambiental, en 1969), la Offi-
de la ciencia y la innovación tecnológica como ce of Technology Assessment (Oficina de Eva-
un asunto de control corporativo interno, co- luación de Tecnologías, en 1972) o la Nuclear
mienza a transformarse en una nueva política Regulatory Commission (Comisión de Regula-
más intervencionista donde los poderes pú- ción Nuclear, en 1975), todas en EE.UU., unas
blicos desarrollan y aplican una serie de ins- iniciativas pioneras del nuevo modelo político
trumentos técnicos, administrativos y legis- de gestión. Otros muchos países industria-
lativos para el encauzamiento del desarrollo lizados, como en el caso anterior, seguirán el
científico-tecnológico y la supervisión de sus ejemplo de EE.UU. años después. La convul-
efectos sobre la naturaleza y la sociedad. El sión sociopolítica, como era de esperar, se ve
estímulo de la participación pública será des- también reflejada en el ámbito del estudio
de entonces una constante en las iniciativas académico y de la educación.
institucionales relacionadas con el estímulo y
especialmente la regulación de la ciencia y la
tecnología.

Ampliación:
Braun, E. (1984), Tecnología rebelde, Madrid: Tecnos/
Fundesco, 1986.
González García, M., J.A. López Cerezo y J.L. Luján (1996),
Ciencia, Tecnología y Sociedad: una introducción al estudio
social de la ciencia y la tecnología, Madrid: Tecnos. Sanz
Menéndez, L. (1997), Estado, ciencia y tecnología en España:
1939-1997, Madrid: Alianza.

15
Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

6 Los estudios CTS

La anterior reacción, que refleja el “síndrome técnicos (por ejemplo valores morales, con-
de Frankenstein” en la esfera de las actitudes vicciones religiosas, intereses profesionales,
públicas, es algo que no se agota en el ámbi- presiones económicas, etc.) desempeñan un
to social y político. Originarios de finales de papel decisivo en la génesis y consolidación
los años 60 y principios de los 70, los estu- de las ideas científicas y los artefactos tecno-
dios CTS, o estudios sociales de la ciencia y la lógicos. En otras palabras, el cambio científi-
tecnología, reflejan en el ámbito académico y co-tecnológico no es visto como resultado de
educativo esa nueva percepción de la ciencia algo tan simple como una fuerza endógena,
y la tecnología y de sus relaciones con la so- un procedimiento universal que garantice la
ciedad. objetividad de la ciencia y su acercamiento a la
Los estudios CTS definen hoy un campo de verdad, sino que constituye una compleja ac-
trabajo reciente y heterogéneo, aunque bien tividad humana, obviamente con un tremen-
consolidado, de carácter crítico respecto a la do poder explicativo e instrumental, pero que
tradicional imagen esencialista de la ciencia y tiene lugar en contextos culturales dados que
la tecnología, y de carácter interdisciplinar por deben ser atendidos para una correcta com-
concurrir en él disciplinas como la filosofía y la presión del fenómeno. En este sentido, el de-
historia de la ciencia y la tecnología, la socio- sarrollo científico-tecnológico no se entien-
logía del conocimiento científico, la teoría de de como una simple respuesta a cómo sea el
la educación y la economía del cambio técni- mundo externo (caso de la ciencia) y el mundo
co. Se trata aquí, en general, de comprender la de las necesidades sociales (caso de la tecno-
dimensión social de la ciencia y la tecnología, logía), pues esos mundos son en buena parte
tanto desde el punto de vista de sus antece- interpretados o creados mediante ese mismo
dentes sociales como de sus consecuencias desarrollo.
sociales y ambientales, es decir, tanto por lo
que atañe a los factores de naturaleza social, AQUILES Y LA TORTUGA. Hay un delicioso frag-
política o económica que modulan el cambio mento de Lewis Carroll, autor de Alicia en el
científico-tecnológico, como por lo que con- país de las maravillas, que suele citarse como
cierne a las repercusiones éticas, ambientales ejemplo de que las reglas que utilizamos para
o culturales de ese cambio. representar y estructurar la realidad mediante
El aspecto más innovador de este nuevo la ciencia son reglas que, en última instancia,
enfoque se encuentra en la caracterización dependen de convenciones humanas. Se trata
social de los factores responsables del cam- de una conversación ficticia entre Aquiles y la
bio científico. Se propone, en general, enten- Tortuga acerca de la supuesta compulsividad
der la ciencia-tecnología, no como un proce- de las leyes de la lógica. Veremos aquí la versión
so o actividad autónoma que sigue una lógica de S. Woolgar (1988: 68-69, cursivas del autor)
interna de desarrollo en su funcionamiento (la versión original más extensa de Carroll pue-
óptimo (resultante de la aplicación de un mé- de encontrarse en 1887/1972:153 ss.):
todo cognitivo y un código de conducta), sino
como un proceso o producto inherentemente Aquiles y la tortuga discuten sobre tres propo-
social donde los elementos no epistémicos o siciones —A, B y Z— relacionadas entre sí de

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

forma tal que, según Aquiles, Z ‘se sigue lógica- Los estudios y programas CTS se han desa-
mente’ de A y B. La tortuga está de acuerdo en rrollado desde sus inicios en tres grandes di-
aceptar que A y B son proposiciones verdaderas recciones:
pero desea saber qué podría inducirle a aceptar
Z, pues no acepta la proposición hipotética C que ▷▷ En el campo de la investigación, los estu-
reza: ‘Si A y B son verdaderas, entonces Z deber dios CTS se han planteado como una alter-
ser verdad’. Aquiles comienza entonces por pe- nativa a la reflexión tradicional en filosofía
dirle a la tortuga que acepte C, lo que ésta hace. y sociología de la ciencia, promoviendo una
Entonces Aquiles le dice a la tortuga: ‘Si aceptas nueva visión no esencialista y contextuali-
A, B, y C debes aceptar Z’. Cuando la tortuga le zada de la actividad científica.
pregunta por qué debe hacerlo, Aquiles le dice: ▷▷ En el campo de la política pública, los estu-
‘Porque se sigue lógicamente de ellas. Si A, B y C dios CTS han defendido la regulación social
son verdaderas, Z debe ser verdad. Supongo que de la ciencia y la tecnología, promoviendo
no me discutirás esto, ¿verdad?’. La tortuga deci- la creación de diversos mecanismos demo-
de aceptar esta última proposición y llamarla D. cráticos que faciliten la apertura de los pro-
cesos de toma de decisiones en cuestiones
—Ahora que aceptas A, B, C y D aceptarás, por concernientes a políticas científico-tecno-
supuesto, Z. lógicas.
▷▷ En el campo de la educación, esta nueva
—¿Ah, sí? —le dijo inocentemente la Tortuga—. imagen de la ciencia y la tecnología en so-
Aclaremos esto. Yo acepto A, B, C y D. Suponga- ciedad ha cristalizado en la aparición en mu-
mos que aún me resisto a aceptar Z. chos países de programas y materias CTS en
enseñanza secundaria y universitaria.
—Entonces la lógica echará mano a tu garganta
y te obligará a hacerlo —contestó Aquiles triun- Veamos ahora algunos de los principales
falmente—. La lógica te diría: ‘No tienes nada resultados obtenidos en cada uno de esos
que hacer. Una vez has aceptado A, B, C y D de- ámbitos de trabajo, especialmente en investi-
bes aceptar Z’. Ya ves, no tienes más remedio gación y política pública.
que hacerlo. SILOGISMO CTS. La conexión entre ámbitos
tan dispares, así como la complementariedad
—Vale la pena anotar todo lo que la lógica pue- de los distintos enfoques y tradiciones CTS,
de decirme —dijo la tortuga – Así pues, anótalo puede mostrarse mediante el llamado “silo-
en tu libro. Lo llamaremos E (Si A, B, C y D son gismo CTS”:
verdaderos, Z debe serlo). Evidentemente, has-
ta que no haya aceptado eso no podré aceptar
Z. Por lo tanto es un paso bastante necesario,
¿no te parece?

—Sí —dijo Aquiles— y había un toque de tristeza


en su voz.

17
Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

Premisas: Conclusión:
▷▷ El desarrollo científico-tecnológico es un Por tanto, deberíamos promover la evaluación
proceso conformado por factores cultu- y control social del desarrollo científico-tec-
rales, políticos y económicos, además de nológico, lo cual significa construir las bases
epistémicos. Se trata de valores e intereses educativas para una participación social for-
que hacen de la ciencia y la tecnología un mada, así como crear los mecanismos institu-
proceso social. cionales para hacer posible tal participación.
▷▷ El cambio científico-tecnológico es un fac- Mientras la primera premisa resume los
tor determinante principal que contribuye a resultados de la investigación académica en
modelar nuestras formas de vida y ordena- la tradición CTS, de origen europeo, centrada
miento institucional. Constituye un asunto en el estudio de los antecedentes sociales del
público de primera magnitud. cambio en ciencia-tecnología (véase más aba-
▷▷ Compartimos un compromiso democrático jo); la segunda premisa recoge los resultados
básico. de otra tradición más activista, con origen en
EE.UU., centrada más bien en las consecuen-
cias sociales y ambientales del cambio cientí-
fico-tecnológico y los problemas éticos y re-
gulativos suscitados por tales consecuencias
(véase más abajo). La naturaleza valorativa de
la tercera premisa justifica el “deberíamos” de
la conclusión (González García et al., 1996).

Ampliación:
Ibarra, A. y J.A. López Cerezo (eds.) (2001), CTS: desafíos y
tensiones actuales,
Madrid: Bibliteca Nueva.
Medina, M. y J. Sanmartín (eds.) (1990), Ciencia, tecnología y
sociedad: estudios interdisciplinares en la universidad, en la
educación y en la gestión pública, Barcelona: Anthropos.
González García, M., J.A. López Cerezo y J.L. Luján
(eds.) (1997), Ciencia, Tecnología y Sociedad: lecturas
seleccionadas, Barcelona: Ariel.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

7 La ciencia y la tecnología
como fenómenos sociales

Veamos ahora algunos de los enfoques más sino que constituye un marco explicativo rival
destacados, así como los orígenes y principa- e incompatible.
les resultados, en la investigación académica
sobre la relevancia de los factores sociales en PROGRAMA FUERTE. Los principios del progra-
el cambio en ciencia y tecnología. Es una for- ma fuerte, de acuerdo con D. Bloor (1976/1992),
ma de entender la “contextualización social” son los siguientes:
del estudio de la ciencia, la llamada tradición 1. Causalidad: una explicación satisfactoria
de origen europeo en los estudios CTS (Gonzá- de un episodio científico ha de ser causal,
lez García et al., 1996). esto es, ha de centrarse en las condiciones
El punto de arranque de esta tradición de efectivas que producen creencia o estados
investigación se sitúa en la Universidad de de conocimiento.
Edimburgo en los años 70. Es aquí donde au- 2. Imparcialidad: ha de ser imparcial respecto
tores como Barry Barnes, David Bloor o Steve de la verdad y la falsedad, la racionalidad y
Shapin constituyen un grupo de investigación la irracionalidad, el éxito o el fracaso. Am-
(la “Escuela de Edimburgo”) para elaborar una bos lados de estas dicotomías requieren
sociología del conocimiento científico. Fren- explicación.
te a los enfoques tradicionales en filosofía y 3. Simetría: ha de ser simétrica en su estilo de
sociología de la ciencia, se trataba de no con- explicación. Los mismos tipos de causa han
templar la ciencia como un tipo privilegiado de explicar, digamos, las creencias falsas y
de conocimiento fuera del alcance del análisis las verdaderas.
empírico. Por el contrario, la ciencia es presen- 4. Reflexividad: sus pautas explicativas han
tada como un proceso social, y una gran varie- de poder aplicarse a la sociología misma.
dad de factores no epistémicos (políticos, eco-
nómicos, ideológicos, etc., el “contexto social”, Bloor presenta originalmente su programa
en breve) son enfatizados en la explicación del como una ciencia de la ciencia, como un estu-
origen, cambio y legitimación de las teorías dio empírico de la ciencia. Solo desde la cien-
científicas. cia, y particularmente desde la sociología, es
La declaración programática de esa “so- posible según este programa explicar adecua-
ciología del conocimiento científico” tuvo lu- damente las peculiaridades del mundo cien-
gar mediante el llamado “programa fuerte” tífico. De hecho, el éxito del programa fuerte
que enuncia David Bloor en (1976/1992). Este significa una clara amenaza para la reflexión
programa pretende establecer los principios epistemológica tradicional (véanse, e.g., las
de una explicación satisfactoria (es decir, so- airadas reacciones de filósofos como Bunge,
ciológica) de la naturaleza y cambio del cono- 1993; y, en general, las llamadas “guerras de la
cimiento científico. En este sentido, no es un ciencia” en Junker y Fuller, 1998). En este sen-
programa complementario con respecto a en- tido, es paradójico que la “cientifización” del
foques filosóficos tradicionales (por ejemplo estudio de la ciencia produzca el fin de esta
el empirismo lógico o enfoques popperianos), como modelo paradigmático de racionalidad.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

Los esfuerzos de los sociólogos del cono- El EPOR constituye la mejor representación
cimiento científico se encaminaron entonces del enfoque en el estudio de la ciencia de-
(desde la segunda mitad de los años 70) a po- nominado “constructivismo social”. Algunos
ner en práctica el programa fuerte, aplicándolo ejemplos de esta orientación, como los casos
a la reconstrucción sociológica de numerosos de la detección de ondas gravitacionales y la
episodios de la historia de la ciencia: el desa- fusión fría, podemos encontrarlos en Collins y
rrollo de la estadística, la inteligencia artificial, Pinch (1993).
la controversia Hobbes- Boyle, la investiga-
ción de los quarks, etc. LA REGRESION DEL EXPERIMENTADOR. El ar-
El programa teórico en sociología del co- gumento de la regresión del experimentador
nocimiento científico enunciado por Bloor fue se debe a Harry Collins (Collins, 1985/1992). Es
posteriormente desarrollado por un programa un argumento en contra de la conclusividad
más concreto que postula Harry Collins en la de la replicación de resultados en la clausura
Universidad de Bath a principios de los años habitual de controversias científicas, que está
80: el EPOR (Empirical Programme of Relati- originalmente basado en un estudio histórico
vism - Programa Empírico del Relativismo), de la disputa científica acerca de la existen-
centrado en el estudio empírico de controver- cia o no de ondas gravitacionales. De acuer-
sias científicas. La controversia en ciencia re- do con este argumento, para evaluar el buen
fleja la flexibilidad interpretativa de la realidad funcionamiento de un instrumento conflicti-
y los problemas abordados por el conocimien- vo (es decir, de gran número de innovaciones
to científico, desvelando la importancia de los instrumentales en la vanguardia de la ciencia)
procesos de interacción social en la constitu- debemos contar con una hipótesis acerca de
ción misma de esa realidad o la solución de la existencia o inexistencia del fenómeno que
esos problemas. trata de ser detectado (o de la intensidad de
la magnitud que trata de ser medida); ahora
PROGRAMA EMPÍRICO DEL RELATIVISMO. El bien, para poner a prueba tal hipótesis debe-
EPOR tiene lugar en tres etapas: mos producir datos experimentales mediante
1. En la primera se muestra la flexibilidad in- la aplicación del instrumento en cuestión. En
terpretativa de los resultados experimen- un ejemplo de Collins, para averiguar si funcio-
tales, es decir, cómo los descubrimientos na correctamente nuestro detector de ondas
científicos son susceptibles de más de una gravitacionales debemos saber previamente
interpretación. si tales ondas existen, si son detectables y el
2. En la segunda etapa, se desvelan los meca- proceso causal por el que supuestamente son
nismos sociales, retóricos, institucionales, detectables; pero decidir la existencia o inexis-
etc. que limitan la flexibilidad interpretati- tencia de tales ondas requiere la previa apli-
va y favorecen el cierre de las controversias cación con éxito del detector. Acabamos pues
científicas al promover el consenso acerca en una situación de indeterminación que hace
de lo que es la “verdad” en cada caso parti- necesario el uso, por parte de los científicos en
cular. conflicto, de recursos como la persuasión. Se
3. Por último, en la tercera, tales “mecanismos trata por tanto de un argumento a favor de la
de cierre” de las controversias científicas se relevancia explicativa de los factores sociales
relacionan con el medio sociocultural y po- al dar cuenta de la clausura de controversias
lítico más amplio. científicas.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

Una nueva extensión del EPOR, y en última Es decir, se trata de una historia lineal de
instancia del programa fuerte, es el progra- mejora acumulativa, aunque cuente con algu-
ma SCOT (Social Construction of Technology nos diseños alternativos que acabaron en fra-
- Construcción Social de la Tecnología) desa- caso. A pesar de esos callejones sin salida, nos
rrollado desde mediados de los 80 por Wiebe dice la visión clásica, los protagonistas de esa
Bijker y colaboradores. En el SCOT se trata de historia consiguieron discernir con claridad las
estudiar empíricamente los artefactos y sis- mejoras en diseño y construcción. Para ello se
temas tecnológicos del mismo modo que el limitaron a aplicar el criterio de eficacia técni-
EPOR trata de abordar los productos científi- ca, eficacia en satisfacer la demanda social de
cos, es decir, mostrando su flexibilidad inter- un medio de transporte sencillo, económico y
pretativa y analizando los mecanismos socia- seguro.
les mediante los que, en determinado contexto Sin embargo, como ejemplifican Bijker y
histórico y cultural, se cierra tal flexibilidad y Pinch (Bijker et al., 1987), esta historia es una
se consolidan las formas concretas de tecno- ficción, una reconstrucción retrospectiva:
logía. Las tecnologías dejan de ser concebidas ante un diseño exitoso que se consolida tras
como procesos autónomos y lineales que solo un proceso de negociación social, se reescribe
respondan a una lógica interna de incremento lo ocurrido como evolución necesaria, ence-
de eficiencia, y pasan a considerarse procesos rrando la historia real en una caja negra. Que
multidireccionales de variación y selección sea un diseño más eficaz, que sea una auténti-
dependientes de una diversidad de agentes ca necesidad social o en que consista una bue-
sociales. Ejemplos clásicos los encontramos na bicicleta no eran, al principio de la historia,
en el estudio del origen de la bicicleta y la ba- algo dado: eran, por contra, precisamente, al-
quelita (Bijker, 1995). gunas de las cosas que se ventilaban en ese
proceso de negociación social, un proceso que
LA CONSTRUCCION SOCIAL DE LA BICICLETA. tiene lugar en el último cuarto del siglo XIX
Un ejemplo de aplicación con éxito del EPOR y que implica a una serie de grupos sociales
se debe a Wiebe Bijker y Trevor Pinch: su es- que tratan de hacer valer su propia visión del
tudio sociológico del desarrollo de la bicicleta problema. Entre estos grupos encontramos
—en Bijker et al. (1987), actualizado por Bijker algunos nítidamente definidos, como los inge-
en (1995)—. Este sencillo artefacto ejemplifi- nieros y fabricantes de bicicletas, y otros más
ca la naturaleza social del cambio tecnológi- difusos, como los deportistas de la bicicleta,
co, un cambio donde la eficacia y el éxito no los anticiclistas o las mujeres. Lo importante
están definidos de antemano sino que son el es que cada grupo representa una particular
resultado de procesos de interacción social. El versión de que sea una buena bicicleta, en
sentido común, profundamente influido por función de sus intereses y de sus necesidades.
la concepción tradicional de la tecnología, nos La bicicleta actual no es más que el resulta-
dice que la historia de la bicicleta es una histo- do contingente de ese proceso de negociación
ria lineal de mejora continua, desde la clásicas social entre dichos actores o grupos sociales.
bicicletas decimonónicas con una exagerada Por ejemplo, un elemento técnico tan sen-
rueda delantera, sin cámara de aire y tracción cillo como la cámara de aire no constituía
delantera directa hasta las versiones rudimen- claramente una mejora para todos los acto-
tarias de la bicicleta actual, con ruedas iguales, res involucrados. Para las mujeres sí era una
cámara de aire y tracción trasera a través de mejora, pues implicaba una disminución de
cadena.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

las vibraciones. Como obviamente lo era para y selección final de un determinado diseño. El
Dunlop y otros fabricantes de cámaras. No era siguiente paso en la modificación temporal de
tal mejora, sin embargo, para los deportistas este diseño reproducirá un nuevo ciclo en di-
pues, además de no reconocer la vibración cho esquema de variación y selección. El éxito,
como problema en absoluto, en un principio en conclusión, no explica por qué tenemos la
consideraban más rápidas las llantas sólidas tecnología que tenemos, puesto que hay dis-
(más tarde cambiaron de opinión, con la in- tintas formas de entender el éxito y, por tanto,
troducción en las competiciones de bicicletas debemos hablar de poder y negociación a la
con cámara). Y de ningún modo era una buena hora de explicar qué tecnología vamos a desa-
innovación para los ingenieros, que conside- rrollar y qué problemas tratamos de resolver
raban la cámara como una monstruosidad, un mediante la misma.
añadido engorroso que podía ser sustituido Otras extensiones posteriores del progra-
por innovaciones más simples y apropiadas. ma fuerte son los estudios de laboratorio de-
Como está claro, cada grupo adscribía un sig- sarrollados por autores como Bruno Latour o
nificado diferente a la cámara, entendía de un Karin Knorr-Cetina, los estudios de la reflexivi-
modo distinto la palabra “eficacia” o “buena dad (con autores como Steve Woolgar o Mal-
bicicleta”. Otro tanto podríamos decir de las colm Ashmore) o la teoría de la red de actores
ruedas asimétricas, del tamaño relativo de la (con autores como Michel Callon o, de nuevo,
rueda delantera, del sistema de frenado, de la B. Latour). Por ejemplo, en el primer enfoque
localización y diseño del sillín, del sistema de se requiere que el estudioso de la ciencia se
tracción, etc. convierta en un antropólogo y que entre al la-
De este modo, el desarrollo tecnológico, boratorio como entraría a una tribu primitiva
en esta concepción, no es un proceso lineal totalmente alejada de su propia realidad so-
de acumulación de mejoras, sino un proceso cial, e incluso física.
multidireccional y cuasievolutivo de variación
y selección (“cuasievolutivo” porque, a dife- DENTRO DEL LABORATORIO. El laboratorio,
rencia de la evolución biológica, la producción según algunos autores, constituye el lugar
de variación no es ciega). Los problemas téc- ideal para esta renovación de los estudios so-
nicos no constituyen hechos sólidos como bre ciencia porque en él tenemos una visión
rocas, sino que admiten cierta flexibilidad directa y de primera mano acerca de cómo es
interpretativa. En un determinado contexto que se elabora la ciencia real. En el laboratorio
histórico y cultural, distintos actores sociales es donde se produce el conocimiento median-
con diferentes intereses y valores verán un te la interconexión de prácticas, equipamiento
problema de formas alternativas, proponien- material y diversas técnicas de persuasión; en
do distintas soluciones sobre la base de esos él se construyen el mundo natural y el mundo
intereses y valores. A continuación, los acto- social. Dentro de este enfoque hay un libro clá-
res, como en cualquier proceso de negocia- sico: La vida en el laboratorio, que es el resul-
ción política, desplegarán sus mejores armas tado de la observación llevada a cabo por Bru-
en el ejercicio de la persuasión y del poder, in- no Latour de la vida y actividades diarias de los
tentando alinear a los competidores con sus científicos de un laboratorio de neuroendocri-
propios intereses y, de este modo, clausurar nología, es decir, una “caja negra” cuyo input
la flexibilidad interpretativa del problema ori- son toneladas de cerebro de cerdo (además de
ginal (son los llamados “mecanismos de clau- electricidad, lápices o sándwiches) y el output
sura”). Como resultado de la interacción entre lo constituyen artículos especializados por los
los distintos actores se producirá la clausura que se reciben recompensas. En su trabajo,

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

los científicos codifican, registran, leen, escri- Aunque, es necesario también hacer notar
ben, discuten, deciden, corrigen, manipulan... que en ningún caso se trata de descalificar la
En su presentación al exterior, simplemente ciencia o la tecnología, sino más bien de des-
descubren la realidad. Vista desde cerca y sin mitificar en el sentido de normalizar una ima-
prejuicios, para estos autores, la ciencia no se gen distorsionada de la ciencia-tecnología que
diferencia mucho de la política o la literatura había pasado a causar más inconvenientes
(Latour y Woolgar, 1979/1986). que ventajas. En particular, el propósito de la
En resumen, como podemos ver, en este Escuela de Edimburgo de los años 70 no era
ámbito académico existe una diversidad de realizar una crítica radical de la ciencia, sino
enfoques que, aun coincidiendo en resaltar los más bien el de hacer una ciencia de la cien-
aspectos sociales de la ciencia y la tecnología, cia, es decir, hacer del conocimiento científico
presentan algunas diferencias en lo que res- también objeto de estudio de las ciencias so-
pecta a su alejamiento de la visión más tradi- ciales (Fuller, 1995).
cional de la ciencia y la tecnología. En general,
y con la excepción de algunos radicalismos,
muchos autores actuales en los estudios CTS
aceptan la concurrencia de una diversidad de
factores, epistémicos y no epistémicos, en los
procesos de génesis y consolidación de afir-
maciones de conocimiento científico y arte-
factos tecnológicos.

Ampliación:
Bloor, D. (1976/1992), Conocimiento e imaginario social,
Barcelona: Gedisa, 1998. Latour, B. (1987), Ciencia en acción,
Barcelona: Labor, 1992.
Woolgar, S. (1988), Ciencia: abriendo la caja negra, Barcelona:
Anthropos, 1991

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

8 Políticas públicas y
activismo social

Otro ámbito importante de reflexión y acti- LOS PORQUÉS DE LA PARTICIPACIÓN. Siguien-


vismo CTS ha sido el de las políticas públicas do a Daniel Fiorino (1990), de la Environmental
relacionadas con el cambio científico-tecno- Protection Agency norteamericana, podemos
lógico. Es otra forma de entender la “contex- resumir los motivos para la participación pú-
tualización social” del estudio de la ciencia, la blica en tres argumentos:
llamada tradición de origen norteamericano ▷▷ La participación es la mejor garantía para
en los estudios CTS (González García et al., evitar la resistencia social y la desconfianza
1996), una tradición más centrada en el estu- hacia las instituciones (argumento instru-
dio de las consecuencias sociales y ambien- mental).
tales de la ciencia y la tecnología. Revisemos ▷▷ La tecnocracia es incompatible con los va-
brevemente los principales resultados alcan- lores democráticos
zados en este campo. ▷▷ (argumento normativo).
Autores como D. Nelkin, L. Winner, K. Shra- ▷▷ Los juicios de los no expertos son tan razo-
der-Frechette, D. Collingridge o S. Carpenter nables como los de los expertos (argumen-
son el origen de diversas elaboraciones teóri- to substantivo).
cas y propuestas prácticas, en algunos casos
ensayadas institucionalmente, para profundi- El núcleo de la cuestión, con todo, no es
zar democráticamente en la regulación social tanto imponer límites a priori al desarrollo
del cambio científico-tecnológico. Es la res- de la ciencia y la tecnología, establecer algu-
puesta lógica a una creciente sensibilización y na clase de control político o social de lo que
activismo social sobre los problemas relacio- hacen científicos e ingenieros, sino renegociar
nados con políticas de innovación tecnológi- las relaciones entre ciencia y sociedad: esta-
ca e intervención ambiental, unos problemas blecer quién debería decidir objetivos polí-
que, como antes ha sido comentado, ocupan ticos en ciencia y tecnología y quién debería
desde hace unas décadas un lugar destacado supervisar su cumplimiento. Los lemas de
en los medios de comunicación, la opinión pú- esta renegociación son bien conocidos: “par-
blica y las agendas políticas. No es por tanto ticipación popular”, “ciencia para el pueblo”,
una sorpresa que la participación pública en “tecnología en democracia”, etc. La tradicio-
estas políticas sea percibida hoy día, no solo nal rendición de cuentas cada cuatro o cinco
por autores CTS, sino también por numerosos años por parte de gobiernos y parlamentos en
gobiernos o por muchos ciudadanos, como un sociedades democráticas ha demostrado ser,
importante reto para las sociedades democrá- desde este punto de vista, una forma indirecta
ticas. La Cumbre de Budapest es un testimo- de control social demasiado endeble ante un
nio de esa inquietud. cambio científico- tecnológico cada vez más
vertiginoso y que plantea problemas más y
más apremiantes.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

Con todo, como por ejemplo señala Doro- ¿Quién puede o debe participar, por tanto,
thy Nelkin (1984), la identificación de actores en la regulación pública del cambio científi-
sociales y la coordinación de sus intereses en co- tecnológico? Respecto, por ejemplo, a ti-
la participación pública es una tarea que está pos de ciudadano, hemos de tener en cuenta
lejos de ser sencilla debido a la disparidad de una diversidad de segmentos sociales: per-
puntos de vista, grado de información, con- sonas directamente afectadas por la innova-
cienciación y poder de cada uno. ción tecnológica o la intervención ambiental
que no pueden evitar el riesgo o el impacto
LOS PÚBLICOS DE LA CIENCIA Y LA TECNOLO- directo (como los vecinos de una instalación
GÍA. El problema general de quién debe o puede nuclear); así como público involucrado, es de-
participar en controversias relacionadas con la cir, aquellos que pueden verse potencialmen-
tecnología o el medioambiente suele ser una te afectados de un modo directo (por ejemplo
cuestión de la mayor importancia política. Por los pacientes de sistemas de salud). Pero tam-
ejemplo, en la polémica española acerca de la bién debe considerarse un público más vaga-
ampliación del Parque Nacional de la Monta- mente definido, aunque no menos real, como
ña de Covadonga hasta el Parque Nacional de los consumidores de los productos de la cien-
los Picos de Europa, una de las cuestiones más cia-tecnología y el público interesado por sus
debatidas era la determinación del colectivo o principios morales o ideológicos. Sin olvidar
colectivos cuya opinión debía ser considerada la comunidad científica e ingenieril, crecien-
y, en su caso, priorizada. ¿Qué opinión es la im- temente sensibilizada al respecto desde los
portante? ¿Solo la de los habitantes locales di- años 60.
rectamente afectados, que quieren continuar Sobre la base del reconocimiento de esa di-
con su tradicional aprovechamiento de la tie- versidad de segmentos sociales, en cuanto a
rra y seguir con las batidas de lobos? ¿También tipos de ciudadano y también de grupo social,
la de sus representantes en las administracio- la literatura sobre participación pública señala
nes local, autonómica y nacional de las tres habitualmente un conjunto de criterios para
comunidades autónomas afectadas (Asturias, evaluar el carácter democrático de iniciativas
Cantabria, Castilla-León), aunque no termi- de gestión pública en política científico-tec-
nen de ponerse de acuerdo? ¿Deberían acaso nológica (véanse, e.g., Fiorino, 1980; Laird,
participar los asturianos, cántabros y castella- 1993; Renn, 2008):
no-leoneses en su conjunto, aunque vivan en ▷▷ Carácter representativo: debe producirse
ciudades alejadas del Parque? una amplia participación en el proceso de
¿O quizá también el ciudadano conciencia- toma de decisiones. En principio, cuanto
do de Madrid, que visita la zona en Semana mayor sea el número y diversidad de indi-
Santa y desearía la máxima protección? ¿Aca- viduos o grupos involucrados, más demo-
so es competencia de Bruselas? No son pre- crático puede considerarse el mecanismo
guntas fáciles de responder. participativo en cuestión.

25
Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

▷▷ Carácter igualitario: debe permitir la parti- te, así como la oportunidad de persuadir a
cipación ciudadana en pie de igualdad con otros y alinearlos con su posición. Los re-
los expertos y las autoridades guberna- presentantes gubernamentales se compro-
mentales. Ello implica, entre otras cosas, meten (en la medida que estén autoriza-
transmisión de toda la información, dispo- dos) a asumir públicamente como propio el
nibilidad de medios, no intimidación, igual- posible consenso alcanzado.
dad de trato y transparencia en el proceso. ▷▷ Los paneles de ciudadanos. Este tipo de
▷▷ Carácter efectivo: debe traducirse en un mecanismo está basado en el modelo del
influjo real sobre las decisiones adopta- jurado, aunque aplicado a temas científi-
das. Para ello es necesario que se produzca co-tecnológicos y ambientales. Bajo este
una delegación de la autoridad o un acceso epígrafe pueden agruparse tanto modelos
efectivo a aquellos que la detentan. con carácter decisorio como meramente
▷▷ Carácter activo: debe permitir al público consultivo. La idea que los inspira es que
participante involucrarse activamente en la ciudadanos corrientes (elegidos por sorteo
definición de los problemas y el debate de o por muestreo aleatorio) se reúnan a con-
sus parámetros principales, y no solo consi- siderar un asunto en el que no son expertos.
derar reactivamente su opinión en el terre- Tras haber recibido información de peritos
no de las soluciones. Se trata de fomentar y autoridades, los ciudadanos han de discu-
una participación integral en la que no haya tir alternativas y emitir recomendaciones a
puertas cerradas de antemano. los organismos oficiales. Estos paneles, al
contrario que las audiencias públicas, per-
LOS MODOS DE LA PARTICIPACIÓN. Revise- miten una búsqueda activa de evidencia,
mos ahora, sobre la base de las condiciones interrogar a expertos y una exploración
anteriores, algunas de las principales opciones más profunda de los problemas abordados.
de participación pública que han sido ensaya- ▷▷ Las encuestas de opinión sobre diversos
das en diversos países, especialmente en Es- asuntos relacionados con la innovación
tados Unidos, Australia, Reino Unido, Suecia y tecnológica o la intervención ambiental. Su
los Países Bajos, posiblemente los más diná- propósito es proporcionar un testimonio
micos de nuestro entorno cultural (López Ce- de la percepción pública sobre un asunto
rezo et al., 1998). determinado, de modo que pueda ser teni-
En primer lugar, en el ámbito administrati- da en cuenta por el poder Legislativo o el
vo, destacan: Ejecutivo.
▷▷ Las audiencias públicas. Son habitualmen-
te foros abiertos y poco estructurados don- En segundo lugar, en el ámbito legislativo y ju-
de, a partir de un programa previamente dicial, más familiares para nosotros son:
determinado por los representantes de la ▷▷ El referéndum y la litigación, que se han
administración, se invita al público a escu- convertido en muchos países occidentales
char las propuestas gubernamentales y co- en el principal procedimiento que tienen los
mentarlas. ciudadanos para restringir y dirigir el cam-
▷▷ La gestión negociada. Se desarrolla por bio tecnológico (véase Nelkin, 1984).
parte de un comité negociador compuesto
por representantes de la administración y Y, por último, dentro de los países con una
grupos de interés implicados, por ejemplo economía de mercado encontramos:
la industria, asociaciones profesionales y ▷▷ El consumo diferencial de productos cien-
organizaciones ecologistas. Los participan- tífico-tecnológicos, sean frigoríficos, ali-
tes tienen acceso a la información relevan- mentos o prendas de vestir, en aquellos

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

países cuyas legislaciones nacionales sobre EL CASO DEL AGENTE NARANJA. Es interesante
etiquetado permitan ejercer esta forma de ver un sencillo ejemplo, debido a Brian Wynne
control social (véase Todt y Luján, 1997). (1989), del modo en que los afectados pueden
proporcionar un conocimiento útil y relevan-
Todos los procedimientos administrativos te en la gestión pública de base científica.
y legislativos, en particular, presentan puntos Constituye también un ejemplo para el tercer
débiles y puntos fuertes, dependiendo del cri- argumento de Fiorino expuesto más arriba.
terio de participación democrática conside- Cuando los agricultores británicos comenza-
rado. En casos prácticos parece conveniente ron a protestar a finales de los años 60 por los
adecuar el mecanismo de participación a las efectos de diversos herbicidas sobre la salud,
características concretas que se presenten en especialmente el 2, 4, 5 – T, o agente naranja
cada situación. Por ejemplo, ante problemas (usado también por entonces como defoliante
fuertemente ideologizados no suele recomen- en la guerra de Vietnam), el gobierno de ese
darse un procedimiento de participación que país pidió una investigación a un comisión de
involucre la interacción cara-a-cara, puesto expertos (el Pesticides Advisory Committee -
que tiende a radicalizar las posturas; mientras Comité de Asesoramiento sobre Pesticidas),
que ante decisiones concernientes a localiza- compuesta fundamentalmente por toxicólo-
ción de recursos tal forma de interacción es gos. En su trabajo durante los años 70, la co-
viable y positiva (Syme y Eaton, 1989). misión se centró en la literatura sobre toxico-
Debe destacarse, con Krimsky (1984), la im- logía de los agentes químicos en cuestión. La
portancia de que la participación tenga un ca- conclusión inequícova fue que no había ries-
rácter activo. Una participación reactiva iden- go alguno para la salud humana. La respuesta
tifica esta con percepción pública o bien con de los agricultores, constituidos en grupo de
mera opinión pública, entendidas como in- interés (el National Union of Agricultural and
terferencia externa que es necesario incorpo- Allied Workers - Sindicato Nacional de Traba-
rar a la gestión (con lo cual serían suficientes jadores del Campo), fue enviar al gobierno un
mecanismos de sondeo o, a lo sumo, consulti- informe aún más grueso con casos de daño
vos). Entender de este modo la participación médico; un informe que la comisión de exper-
pública es crear riesgos de manipulación e tos se limitó a desestimar como algo anecdó-
inestabilidad, así como omitir una aportación tico, como opinión acientífica y no sistemáti-
potencialmente valiosa (la del conocimiento ca. Los agricultores, sin embargo, continuaron
popular local y los actores sociales implicados) con la presión pública y, nuevamente, la comi-
en la resolución de problemas relacionados sión gubernamental afirmó que los herbicidas
con la innovación tecnológica y la interven- no causaban daño. Pero esta vez los expertos
ción ambiental. En este sentido, el mensaje se vieron obligados a introducir un pequeño
CTS es claro: la complejidad de los problemas aunque importantísimo matiz: los herbicidas
abordados actualmente por la ciencia y la tec- no causaban daño de acuerdo con la literatura
nología, y la presencia de valores e intereses científica, es decir, siempre que fuesen utiliza-
“externos” en el conocimiento especializado, dos de un modo correcto. Sobre su modo real
hacen de la pluralidad de perspectivas y la par- de utilización, los agricultores, que no habían
ticipación social un bien valioso tanto desde sido escuchados, eran los verdaderos exper-
un punto de vista político como desde el es- tos. Sabían que las condiciones correctas de
trictamente práctico. utilización eran pura fantasía científica. Las

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

instrucciones de uso se ignoraban o perdían ble. El objetivo es optimizar esos mecanismos


con frecuencia, el equipo correcto de asper- de participación, es decir, que el público pue-
sión era muchas veces inasequible, el traje da manifestar su opinión, ejerza su derecho al
protector era inadecuado, y las condiciones voto o pueda simplemente comprar sabiendo
atmosféricas eran habitualmente ignoradas lo que hace en función de las opciones dispo-
bajo la presión de terminar el trabajo. nibles. Y en este objetivo la educación CTS es
una pieza fundamental.
Por último, dos cautelas que es necesario
expresar. En primer lugar, las posibilidades de
participación comentadas constituyen inicia-
tivas que no pueden copiarse sin más de otros
países donde están siendo ensayadas con éxi-
to. Las tradiciones, los derechos y las prácticas
nacionales introducen siempre unas peculiari-
dades que necesitan ser tenidas en cuenta. En
segundo lugar, se trata de iniciativas que, ade-
más de medidas administrativas o legislativas,
reclaman también un importante esfuerzo en
el ámbito formativo con el fin de articular una
opinión pública crítica, informada y responsa-

Ampliación:
Alonso, A., I. Ayestarán y N. Ursúa (eds.) (1996), Para
comprender Ciencia, Tecnología y Sociedad, Estella: EVD.
López Cerezo, J.A. y M.I. González García (2002), Políticas del
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Cambridge University Press.
Sanmartín, J. et al. (eds.) (1992), Estudios sobre sociedad y
tecnología, Barcelona: Anthropos.

28
Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

9 La necesidad de la
acción educativa

La democracia presupone que los ciudadanos, las ya conocidas, transmitiendo a la vez una
y no solo sus representantes políticos, tienen imagen más realista de la naturaleza social
la capacidad de entender alternativas y sobre de la ciencia y la tecnología, así como del
tal base expresar opiniones, y en su caso to- papel político de los expertos en la socie-
mar decisiones bien fundadas. En este senti- dad contemporánea.
do, otra línea de desarrollo para los estudios ▷▷ Por otro lado, se trata de ofrecer un conoci-
CTS ha sido, en el ámbito educativo y de for- miento básico y contextualizado
mación pública, propiciar la formación y alfa- sobre ciencia y tecnología a los estudiantes
betización científica de amplios segmentos de humanidades y ciencias sociales. El objeti-
sociales de acuerdo con la nueva imagen de la vo es proporcionar a estos estudiantes, futu-
ciencia y la tecnología que emerge al tener en ros jueces y abogados, economistas y educa-
cuenta su contexto social. Veamos ahora muy dores, una opinión crítica e informada sobre
brevemente los aspectos más generales de las políticas tecnológicas que los afectarán
esta línea de trabajo. como profesionales y como ciudadanos. Esta
Un elemento clave en tal cambio de ima- educación debe así capacitarlos para partici-
gen de la ciencia y la tecnología consiste en par fructíferamente en cualquier controversia
la renovación educativa, tanto en contenidos pública o discusión institucional sobre tales
curriculares como en metodología y técnicas políticas.
didácticas. Un primer paso en este sentido
procede de los programas educativos CTS, im- Si los programas de investigación CTS abor-
plantados en la enseñanza superior de nume- dan la ciencia y la tecnología como productos
rosas universidades desde finales de los años sociales, planteando entonces la cuestión de
60 y en muchos sistemas educativos de ense- la evaluación y gestión social de tales produc-
ñanza media desde finales de los 70 (Solomon, tos, los programas de educación en CTS tratan
1992; Yager, 1993; Martín Gordillo et al., 2009). precisamente de llevar a los currículums tan-
En el ámbito de la enseñanza superior, los to de científicos y como de humanistas tales
programas CTS ofrecen un grado específico o resultados de investigación. El reto educativo
complemento curricular para estudiantes de consiste así en desarrollar una actitud realista,
diversas procedencias: fundamentada y participativa frente al cam-
▷▷ Se trata, por un lado, de proporcionar una bio científico-tecnológico.
formación humanística básica a estudian-
tes de ingeniería y ciencias naturales. El
objetivo es desarrollar en los estudiantes
una sensibilidad crítica acerca de los im-
pactos sociales y ambientales derivados de
las nuevas tecnologías o la implantación de

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

En su célebre Conferencia Rede de 1959, C. gación académica vinculada a la universidad,


P. Snow hablaba de una escisión de la vida in- así como por organismos intergubernamenta-
telectual y práctica de Occidente en dos gru- les como la Unesco o la Organización de Es-
pos polarmente opuestos, separados por un tados Iberoamericanos (OEI). En particular, en
abismo de incomprensión mutua. Se refería enseñanza secundaria, dos asociaciones de
a las culturas humanística y científico-técni- profesores han tenido una importancia desta-
ca. El propósito principal de la educación CTS cada en el impulso de CTS en este nivel edu-
es tratar de cerrar esa brecha entre dos cultu- cativo: la Asociación Nacional de Profesores
ras, puesto que esta constituye el mejor cal- de Ciencias norteamericana (National Science
do de cultivo para el desarrollo de peligrosas Teachers Association) y la Asociación para la
actitudes tecnófobas, además de dificultar la Enseñanza de la Ciencia británica (Association
participación ciudadana en la transformación for Science Education).
tecnológica de nuestras formas de vida y or-
denamiento institucional (Snow, 1964).

CTS EN ENSEÑANZA SECUNDARIA. Todos los


niveles educativos son apropiados para llevar
a cabo esos cambios en contenidos y meto-
dologías. También en la enseñanza secunda-
ria está teniendo la educación CTS una gran
penetración en muchos países, con la elabo-
ración de un gran número de programas do-
centes y un respetable volumen de materiales
desde finales de los años 70. A ello ha contri-
buido el impulso proporcionado por la investi-

Ampliación:
Bennássar Roig, A. et al. (coord..) (2010), Ciencia, Tecnología
y Sociedad en Iberoamérica: una evaluación de la
comprensión de la naturaleza de la ciencia y tecnología,
Documentos de Trabajo Nº 5, Madrid: OEI.
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Tecnología y Sociedad, Documentos de Trabajo Nº 3, Madrid:
OEI. http://www.oei.es/salactsi/educacion.php

30
Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

10 Ciencia, tecnolología
y reflexión ética

Una reflexión final puede ejemplificar la im- La ciencia y la tecnología actual no suelen
portancia de combinar los temas y enfoques actuar precisamente como agentes nivelado-
de las diferentes líneas de trabajo en los estu- res, del mismo modo que otras innovaciones
dios CTS, así como la importancia que en este del pasado como la radio o los antibióticos,
marco cobra el análisis ético y el compromiso sino que tienden más bien a hacer a los ricos
moral. Se trata de una provocadora reflexión más ricos y a los pobres más pobres, acen-
sobre el actual divorcio ciencia-sociedad, ela- tuando la desigual distribución de la riqueza
borada básicamente a partir de Freeman Dy- entre clases sociales y naciones. Solo una pe-
son (1997). queña porción de la humanidad puede per-
Godfrey Hardy, el gran matemático inglés mitirse iphones o coches híbridos japoneses.
de la primera mitad de siglo, escribía sobre la Cuando esa ciencia y tecnología no destruyen
ciencia de su época a principios de la segunda de un modo más directo la vida humana o la
guerra mundial: naturaleza, como ocurre con tantos ejemplos
familiares. Las tecnologías armamentísticas
Una ciencia es considerada útil si su desarrollo siguen siendo tan rentables como en tiempos
tiende a acentuar las desigualdades existentes de la Guerra Fría. La ciencia y la tecnología ac-
en la distribución de la riqueza o bien, de un tual son desde luego muy eficaces, el problema
modo más directo, fomenta la destrucción de la es si sus objetivos son socialmente valiosos.
vida humana. (1940: 118)
¿Qué ocurre con la ciencia y la tecnología ac-
Hardy profería estas duras palabras en su tual? ¿Qué ha pasado en los últimos 40 años?
libro Autojustificación de un matemático, donde En este tiempo, señala Dyson (1997), los ma-
por cierto se vanagloriaba de que su vida había yores esfuerzos en investigación básica se
estado dedicada a la creación de un arte abs- han concentrado en campos muy esotéricos,
tracto totalmente inútil: la matemática pura, demasiado alejados de los problemas sociales
sin ninguna aplicación práctica. Es cierto que cotidianos. Ciencias como la física de partícu-
Hardy escribió esas palabras en medio de una las y la astronomía extragaláctica han perdi-
guerra, una guerra por la que se desarrollan in- do de vista las necesidades sociales y se han
novaciones como el radar o los ordenadores convertido en una actividad esotérica que
electrónicos. Sin embargo, si nos detenemos a solo produce bienestar social para los propios
reflexionar sobre la ciencia y la tecnología de científicos. Se trata, no obstante, de líneas de
la segunda mitad de siglo, sus palabras, como investigación que, por la infraestructura ma-
señala Freeman Dyson (un científico pionero terial o los grandes equipos humanos requeri-
en la aplicación de la energía nuclear en medi- dos, consumen un ingente volumen de recur-
cina), tienen por desgracia una mayor actua- sos públicos.
lidad de la que probablemente nos gustaría
reconocer (Dyson, 1997).

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

A su vez, la ciencia aplicada y la tecnología importantes recursos humanos y materiales,


actual está en general demasiado vinculada es decir, medios económicos. Los reclamos
al beneficio inmediato, al servicio de los ricos publicitarios de la ciencia, sus promesas en
o de los gobiernos poderosos, por decirlo de ocasiones desmesuradas en los medios de co-
un modo claro. Solo una pequeña porción de municación, son estrategias de movilización
la humanidad puede permitirse sus servicios social destinadas a consolidar líneas de inves-
e innovaciones. Podemos preguntarnos cómo tigación o grupos de investigadores. La cien-
van a ayudarnos cosas como los aviones su- cia, a este respecto, no es muy diferente de la
persónicos, la cibernética, la televisión 4K o política o el fútbol: su éxito en la captación de
la fertilización in vitro, a resolver los grandes recursos pasa hoy con frecuencia por los me-
problemas sociales que tiene planteada la hu- dios de comunicación. Pero esto no es todo.
manidad: comida fácil de producir, casas ba- En un mundo de competición internacional y
ratas, atención médica y educación accesible. libre mercado, donde la innovación científi-
Sin olvidar, para completar este oscuro co-técnica tiene un valor económico decisivo,
panorama, campos científico-tecnológicos el escaparate de la ciencia puede revalorizar
tan problemáticos como la energía nuclear o acciones de compañías multinacionales o in-
la biotecnología, denunciados no solo por su cluso estimular sectores productivos comple-
aplicación militar sino también por su peligro- tos. Con todo, hacer de la ciencia una venta-
sidad social y ambiental. Prometen, no solo no ja empresarial competitiva y un elemento de
resolver los grandes problemas sociales, sino movilización social no es desvirtuar a la cien-
también crear más y nuevos problemas. cia, aunque sí la distancia del ideal decimonó-
El problema de base, como señala Freeman nico de empresa benemérita desinteresada. Se
Dyson (1997), es que las comisiones donde se producen armas y se elaboran vacunas, que, a
toman las decisiones de política científica o su vez, dan lugar a prestigio y beneficios. Sin
tecnológica solo están constituidas por cien- embargo, esa tendencia actual a hinchar ar-
tíficos u hombres de negocios. Unos apoyan tificialmente las noticias relacionadas con la
los campos de moda, cada vez más alejados ciencia y la tecnología, sí puede generar una
de lo que podemos ver, tocar o comer; y otros, cierta desconfianza y recelo entre la opinión
como era de esperar, la rentabilidad econó- pública. Cuando se anuncia a bombo y plati-
mica. Al tiempo, se movilizan los recursos de llo el descubrimiento de la fusión fría, con la
la divulgación tradicional de la ciencia, en pe- consiguiente lluvia de millones para los prota-
riódicos, museos y escuelas, para difundir una gonistas y las instituciones de las que depen-
imagen esencialista y triunfalista de la ciencia, den, para desmoronarse poco después entre
una ciencia que solo funcionará óptimamen- acusaciones de fraude y auto-engaño; cuando
te si se mantiene su financiación y autonomía el presidente de los EE.UU. (Bill Clinton) anun-
frente a la sociedad. cia el descubrimiento de vida no terrestre en
un meteorito presuntamente de origen mar-
LA CIENCIA EN EL ESCAPARATE. Para apreciar ciano, en un momento delicado para la finan-
adecuadamente el papel de la ciencia en el ciación de la NASA, pinchándose el globo poco
mundo actual, es importante ser conscientes después entre pruebas circunstanciales y evi-
de la importancia que tiene hoy la visibilidad dencia indirecta; cuando cada día aparece un
pública de los resultados científicos. La ciencia nuevo gen responsable de casi cualquier cosa,
contemporánea, la llamada Big Science, es una consolidando un grupo de trabajo o las accio-
actividad que requiere un gran volumen de fi- nes de una compañía farmacéutica, y se arma
nanciación. Los grandes equipos de la inves- un pequeño revuelo público del que poco más
tigación científico-técnica actual necesitan tarde no se vuelve a tener noticia. Cuando su-

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

ceden estas cosas el público inteligente co- consiguió producir un consenso mundial so-
mienza a suspender el juicio y puede llegar a bre el texto de la Declaración y el perfil que de-
contemplar a la ciencia con suspicacia. bería adoptar ese nuevo contrato social para
La cuestión, por tanto, no consiste en en- la ciencia; un consenso donde las cuestiones
trar en los laboratorios y decir a los científicos éticas y la participación pública adquirieron
qué tienen que hacer, sino en reconocerlos y un lugar prominente. Los estudios CTS pueden
asumirlos tal como son, como seres humanos constituir una valiosa herramienta para ese fin
con razones e intereses, para abrir entonces y para mantener en la agenda de los gobiernos
a la sociedad los despachos contiguos donde la temática de Budapest. A nuestros países,
se discuten y deciden los problemas y priori- depositarios del verdadero protagonismo, les
dades de investigación, donde se establece la corresponde hacer frente a ese reto.
localización de recursos. El desafío de nuestro
tiempo es abrir esos despachos, esas comisio-
nes, a la comprensión y la participación públi-
ca. Abrir, en suma, la ciencia a la luz pública y
a la ética.
Este es el nuevo contrato social que se re-
clama en foros como el del Congreso de Bu-
dapest, el objeto de la renegociación de las
relaciones entre ciencia y sociedad: ajustar la
ciencia y la tecnología a los estándares éticos
que ya gobiernan otras actividades sociales,
i.e. democratizarlas, para estar entonces en
condiciones de influir sobre sus prioridades
y objetivos, reorientándolos hacia las autén-
ticas necesidades sociales, es decir, aquellas
necesidades que emanen de un debate públi-
co sobre el tema.
Para ello necesitamos fomentar también
una revisión epistemológica de la naturaleza
de la ciencia y la tecnología: abrir la caja negra
de la ciencia al conocimiento público, desmi-
tificando su tradicional imagen esencialista, y
cuestionando también el llamado “mito de la
máquina” (en palabras de L. Mumford); es de-
cir, la interesada creencia de que la tecnología
es inevitable y benefactora en última instan-
cia. Pues, como añade Dyson (1997:48) ha-
ciéndose eco de Haldane y Einstein, el progre-
so ético (y también epistemológico, debemos
añadir) es en última instancia la única solución
para los problemas causados por el progreso
científico y tecnológico.
La Cumbre de Budapest puede considerar- Ampliación:
se paso adelante pues, aunque sin compromi- Agazzi, E. (1996), El bien, el mal y la ciencia: dimensiones
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37
Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

GLOSARIO

Concepción clásica de la ciencia. Véase “Em- Empirismo lógico. Concepción heredada de


pirismo lógico”. la naturaleza de la ciencia desarrollada en
Constructivismo social. Dentro de los estu- la Europa de entreguerras de los años 20 y
dios CTS, se incluyen en el constructivismo 30 por autores como R. Carnap, O. Neurath,
social los enfoques inspirados en el Progra- H. Reichenbach o C. Hempel. Mantiene su
ma Fuerte de la Sociología del Conocimien- hegemonía filosófica hasta los años 60-70.
to Científico, donde en general se mantiene Los empiristas lógicos, en general, enten-
que los resultados de la ciencia (por ejemplo, dían la ciencia como “saber metódico”; es
una clasificación taxonómica) o los produc- decir, un modo de conocimiento caracteri-
tos de la tecnología (por ejemplo, la eficien- zado por cierta estructura lógica (compren-
cia de un artefacto) han sido socialmente sible a través del análisis filosófico) y por
construidos; es decir, que tales resultados responder a cierto método, un método que
o productos son el punto de llegada de pro- combinaba la puesta a prueba empírica de
cesos contingentes (no inevitables) en los las hipótesis y el razonamiento deductivo
que la interacción social tiene un peso de- (factores epistémicos). En esta concepción
cisivo. Hay diversos tipos constructivismos se deniega tradicionalmente la relevancia
sociales, según, por ejemplo, se hable de un explicativa de los factores no epistémicos
tipo u otro de objeto construido (hechos, para dar cuenta del avance en ciencia.
propiedades, categorías) y se acepte o no la Epistémico, factor o elemento. En la actividad
concurrencia de factores epistémicos. científica, la toma de decisiones respecto a
Contracultura (o movimiento contracultural). la aceptabilidad de hipótesis o la elección
Amplio movimiento social en contra del “es- entre hipótesis alternativas requiere el
tablishment” o la cultura oficial. Se desarro- concurso de elementos de juicio. Estos ele-
lló fundamentalmente en los años 60 y 70 mentos puede ser de carácter epistémico o
en naciones industrializadas occidentales, de carácter no epistémico. Los elementos
culminando en el movimiento estudiantil epistémicos clásicos son la consideración
francés de mayo del 68 y las revueltas en de la evidencia empírica y el razonamiento
EE.UU. en contra de la guerra de Vietnam a deductivo. En el segundo tipo (no episté-
finales de los 60. Tradicionalmente, la tec- mico) suelen incluirse todos los elementos
nología y el estado tecnocrático han estado que, de carácter cognitivo o no, son atribui-
también en el blanco de sus protestas. bles a la situación social, profesional, psico-
lógica, etc., de los científicos. Por ejemplo,
intereses económicos, presiones políticas,
convicciones religiosas, lealtad profesional,
disponibilidad instrumental, etc. Genérica-
mente, este último tipo de elementos son
a veces llamado “factores sociales” o facto-
res dependientes del “contexto social”.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

Escuela de Edimburgo. Grupo de investiga- Estudios de la reflexividad. Algunos autores


ción vinculado desde principios de los 70 en la investigación académica CTS, como
a la Unidad de Estudios de la Ciencia de la Steve Woolgar o Malcolm Ashmore, han de-
Universidad de Edimburgo y formado prin- sarrollado una línea de trabajo vinculada al
cipalmente por Barry Barnes (sociólogo), principio cuarto del “Programa Fuerte”: la
David Bloor (filósofo de la ciencia) y Steven reflexividad. Según ese principio, la sociolo-
Shapin (historiador). Este grupo constituye gía del conocimiento científico debe estar
el origen de la investigación académica en en disposición de ofrecer una explicación
los estudios CTS, objetivo que realizan es- sociológica de sus propios resultados. En
tableciendo un “Programa Fuerte” para la este sentido, autores como los anteriores
constitución de una sociología del cono- desarrollan una antropología reflexiva de
cimiento científico. Uno de los principales la representación sociológica del cambio
objetivos de la Unidad fue en sus orígenes científico (y tecnológico). Esta línea de tra-
el de contribuir a cerrar la brecha entre las bajado ha sido acusada, aun dentro de los
“dos culturas” de C. P. Snow. estudios CTS, de excesivamente relativista
Estudios CTS. Campo de trabajo, de carácter y “deconstructive”.
crítico e interdisciplinar, donde se estudia Estudios sociales de la ciencia y la tecnolo-
la dimensión social de la ciencia y la tecno- gía. Véase “Estudios CTS”.
logía, tanto en lo que respecta a sus ante- Evaluación de tecnologías (e impacto am-
cedentes sociales como en lo que atañe a biental). La evaluación de tecnologías se
sus consecuencias sociales y ambientales. entiende como un conjunto de métodos
Una diversidad de orientaciones académi- para analizar los diversos impactos de la
cas, como la sociología del conocimiento aplicación de tecnologías, identificando los
científico o la historia de la tecnología, y de grupos sociales afectados y estudiando los
ámbitos de reflexión y propuestas de cam- efectos de posibles tecnologías alternati-
bio institucional, como la ética ingenieril o vas. Su objetivo último consiste en tratar
los estudios de evaluación de tecnologías, de reducir los efectos negativos de tecno-
confluyen en este heterogéneo campo de logías dadas, optimizando sus efectos po-
trabajo. sitivos y contribuyendo a su aceptación pú-
blica. La evaluación de impacto ambiental
es un caso específico de evaluación de tec-
nologías, aplicada a proyectos específicos
de intervención ambiental.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

Guerras de la ciencia. Disputa entre dos gru- Modelo lineal de desarrollo. También cono-
pos académicos, correspondientes a las cido como “modelo lineal de innovación”.
“dos culturas” de Snow, acerca de la na- Concepción clásica acerca de las relaciones
turaleza del conocimiento científico y, en entre ciencia, tecnología y sociedad según
general, las relaciones ciencia-sociedad. la cual el progreso social depende del creci-
Por un lado encontramos a los sociólogos miento económico, este depende del desa-
del conocimiento científico y otros auto- rrollo tecnológico y este, a su vez, depende
res CTS, así como a teóricos de los estudios del desarrollo sin interferencias políticas o
culturales y el feminismo, defendiendo el sociales del conocimiento científico. Su for-
carácter social de la ciencia y la democra- mulación más conocida se debe a V. Bush
tización de las políticas públicas en ciencia en 1945, en un informe (“Science - The End-
y tecnología; y, por otro, a científicos (bá- less Frontier”) que es la base del modelo
sicamente físicos) y filósofos racionalistas clásico de políticas científico-tecnológicas.
defendiendo la imagen clásica, esencialista Programa Fuerte. Programa establecido por
y benefactora, del conocimiento científico cuatro principios (causalidad, imparcialidad,
y la autonomía política de la ciencia. Algu- simetría y reflexividad) para el desarrollo de
nos momentos clave de ese enfrentamien- una sociología del conocimiento científico,
to han sido la detención por el Congreso de es decir, una explicación científica del cam-
EE.UU. de la construcción de un Superace- bio en ciencia. Propone, en general, explicar
lerador en Texas, en 1993, con la búsqueda la dinámica de la ciencia sin presuposicio-
de “cabezas de turco” que siguió al episo- nes acerca de la corrección o incorrección
dio; y la publicación en 1996 de un artículo de las distintas teorías o hipótesis en dis-
de Alan Sokal, un físico neoyorquino, en la puta, del mismo modo que un antropólogo
revista Social Text (una revista de estudios trata de explicar los sistemas de creencias
culturales de la ciencia), donde consiguió de las tribus primitivas. Se debe al traba-
engañar a los editores y publicar una ab- jo de la Escuela de Edimburgo a principios
surda relativización de la teoría cuántica. de los 70, aunque es enunciado por David
Mientras en EE.UU. ha tenido a finales de Bloor en su obra Conocimiento e Imagina-
los 90 y en los 2000 bastante notoriedad rio Social.
pública y algunas repercusiones institucio- Programa Empírico del Relativismo. Desa-
nales, en Europa apenas ha llegado el de- rrollo del “Programa Fuerte”, debido funda-
bate a los periódicos y no se han producido mentalmente a Harry Collins a finales de los
derramamientos de “sangre”. 70 y principios de los 80, donde se propone
un programa (el EPOR, o Programa Empíri-
co del Relativismo) para el estudio empíri-
co de las controversias científicas. La clave
del EPOR consiste en detectar la flexibilidad
interpretativa de los resultados científicos,
mostrada por la existencia de controver-
sias, para estudiar después empíricamente
los mecanismos sociales que producen la
clausura de las mismas.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

Red de actores, teoría de la. También cono- Sociología del conocimiento científico. So-
cida como “teoría del actor-red”. Diversos bre la base del “Programa Fuerte”, la Es-
autores en la investigación académica CTS, cuela de Edimburgo desarrolla a principios
especialmente Bruno Latour y Michel Ca- de los años 70 una sociología del conoci-
llon, han desarrollado una reciente línea de miento científico como una extensión de
trabajo basada en el principio tercero del la sociología clásica del conocimiento de
“Programa Fuerte”, la simetría. Para estos autores como E. Durkheim o K. Mannheim,
autores una explicación realmente simétri- inspirándose en una interpretación radical
ca de teorías científicas o artefactos tecno- de la obra de T. Kuhn y otros autores como
lógicos requiere otorgar la misma categoría el segundo Wittgenstein. En sustitución de
explicativa a actores humanos (“lo social”) la explicación clásica en filosofía de la cien-
y a actores no humanos (“lo natural” o “lo cia (de por ejemplo el empirismo lógico), la
material”). Según este enfoque, utilizar lo sociología del conocimiento científico ape-
social para dar cuenta de lo natural o lo ma- la a factores sociales para dar cuenta del
terial, como hace la sociología del conoci- “avance científico”, es decir, los procesos
miento científico, es asumir una posición de génesis y aceptación de ideas en ciencia.
científicamente tan insatisfactoria como la Puede por tanto verse también como una
inversa de la filosofía de la ciencia tradicio- sociología “internalista” de la ciencia.
nal. Para estos autores franceses, todos los Sociología funcionalista de la ciencia. Tradi-
actores, humanos y no humanos, interac- ción clásica en el estudio sociológico de la
cionan y evolucionan juntos, son nodos de ciencia, donde se trata de estudiar las fuer-
la red que constituye la “tecnociencia”. zas que actúan para mantener la estabili-
Síndrome de Frankenstein. Hace referencia al dad del sistema científico. Es una tradición
temor de que el mismo desarrollo científi- externalista, en el sentido de que se limita a
co-tecnológico que es utilizado para con- explicar las condiciones institucionales re-
trolar la naturaleza se vuelva contra noso- queridas para que tenga lugar el avance del
tros destruyendo esa naturaleza o incluso conocimiento, no el propio avance. Robert
al propio ser humano. K. Merton, un sociólogo norteamericano, ha
Sistema I+D. Sistema de investigación y desa- desempeñado en su origen y desarrollo el
rrollo, incluyendo la investigación básica y papel más importante.
el desarrollo de aplicaciones a partir de la
misma. Hoy día, ante la estrecha vincula-
ción de ciencia y tecnología, y de estas con
los sistemas productivos, tiene a hablarse
en su lugar de “sistemas de innovación”.

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Ciencia, tecnología y sociedad / José A. López Cerezo

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