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Tema IV.

- LEGISLACIÓN BÁSICA DEL DEPORTE

Esquema:

1. NORMATIVA ESTATAL.

1.1 La Constitución Española de 1978.


1.2 Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte.

2. NORMATIVA AUTONÓMICA.

3. NORMATIVA REGULADORA DE LAS ENTIDADES LOCALES.

oooOOOooo

1 Apuntes elaborados por Rafael Comino Ríos –


Prof. Legislación y Administración del Deporte (EADE 2019-20)
1. NORMATIVA ESTATAL.

1.1 La Constitución Española de 1978.

La CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA (CE) representa la norma suprema que rige nuestro


ordenamiento jurídico.

El Título I de la CE se dedica a los derechos constitucionales, organizándolos de la


siguiente forma:

Título I. De los derechos y deberes fundamentales 10-55


Capítulo primero. De los españoles y extranjeros 11-13
Capítulo segundo. Derechos y libertades
Artículo 14: Derecho a la igualdad
- Sección 1ª. De los derechos fundamentales y de las libertades públicas 15-29
- Sección 2ª. De los derechos y deberes de los ciudadanos 30-38
Capítulo tercero. De los principios rectores de la política social y económica 39-52
Capítulo cuarto. De las garantías de las libertades y derechos fundamentales 53-54
Capítulo quinto. De la suspensión de los derechos y libertades 55

Diferenciación:

a) Derechos fundamentales (artículos 14 a 29 CE);


b) Derechos fundamentales en sentido amplio (artículos 30 a 38 CE).

La CE establece diferentes mecanismos de protección de cada uno de los derechos del


Capítulo II y III, según la importancia que ostenta cada uno de ellos:

1ª Derechos fundamentales y libertades públicas:

- Artículos 14 y Sección primera del Capítulo II (arts. 14 a 29);


- Son los más importantes: igualdad, derecho a la vida, intimidad, educación,
derecho a la tutela judicial efectiva, libertad de expresión, de asociación, etc.;
- Tienen un protección especial: procedimiento judicial preferente y sumario;
- Una vez agotado tribunales ordinarios: vía de amparo ante el TC.

2ª Derechos y deberes de los ciudadanos

3ª Principios rectores de la política social y económica:

- Capítulo III (arts. 39 a 52);


- Derechos de prestación: mandatos de la Constitución a los poderes públicos
para que muestren una actitud dinámica en ciertos ámbitos o materias
requeridos de especial atención;

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- Se pretende que los poderes públicos lleven a cabo determinadas actuaciones
de carácter social, como: protección a la familia (art. 39), régimen público de
Seguridad Social (art. 41), etc.
- Art. 43: derecho a la protección de la salud, instando a los poderes públicos a
fomentar la educación física y el deporte.

Los principios rectores de la política social y económica, a diferencia con otros


derechos y libertades públicas, no tienen conferido un contenido mínimo por parte de
la Constitución, estableciéndose una configuración programática o mandatos de
realización progresiva, cuya concreción corresponde a los poderes públicos,
especialmente al poder legislativo.

De especial importancia es el artículo 43 de la Constitución, que dispone:

{Capítulo III: De los principios rectores de la política social y económica (arts. 39 a 52)}

Artículo 43
1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud.
2. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de
medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá
los derechos y deberes de todos al respecto.
3. Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y
el deporte. Asimismo facilitarán la adecuada utilización del ocio.

Al no encuadrarse en el núcleo de los derechos fundamentales del Capítulo II y


configurarse como un principio rector de la política social y económica, no puede
hablarse de que exista un “derecho al deporte”.

En este artículo CE establece un derecho de prestación en el marco del Estado social,


es decir, una indicación a los poderes públicos (Estado, CCAA y EELL) del fomento de la
educación física y el deporte.

Ese fomento de la educación física y el deporte equivale se entendió, en la práctica,


como “deporte para todos” o “deporte popular”.

Posiciones doctrinales y declaraciones legislativas indican que el art. 43.3 CE se


entrecruza con mandatos constitucionales añadidos o complementarios, que no tienen
por qué reflejarse en el texto constitucional con la expresa mención del término
deporte, como ejemplo:

- La igualdad sin discriminación (art. 14 CE): que prohíbe cualquier trato


discriminatorio por razón de nacimiento, raza, sexo, religión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social (ley dictada ámbito deportivo lucha
contra la xenofobia y la discriminación racial – programas igualdad real y
efectiva entre mujeres y hombres);

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- El derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen (art. 18 CE):
que puede verse afectado con ocasión de actitudes insultantes por parte de
determinados operadores deportivos (ejl.: directivo de club a un árbitro),
régimen de controles antidopaje en horas de descanso;
- El derecho de asociación (art. 22 CE): en el que se fundamenta la creación de
las organizaciones deportivas privadas (clubes y federaciones);
- La libertad de información y comunicación (art. 20.1 CE): que tiene su
implicación en la retransmisión por radio y televisión de los espectáculos y
competiciones deportivas;
- Principio de tipicidad de las sanciones (art. 25.1 CE): derecho a no ser
sancionado por conductas que no se encuentren previamente definidas en la
legislación vigente.

En conclusión, la dimensión polifacética del deporte no puede reducirse al artículo 43.3


CE pues deben valorarse otros factores que hacen emerger títulos de intervención
adicionales que respaldan la actuación de los poderes públicos en el deporte.

1.2 Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte.

Sumario LEY 10/1990, DE 15 DE OCTUBRE, DEL DEPORTE

Preámbulo

TITULO I. Principios generales

TITULO II. El Consejo Superior de Deportes

TITULO III. Las Asociaciones deportivas


CAPITULO I. Disposición general
CAPITULO II. Los clubes deportivos
CAPITULO III. Federaciones deportivas españolas
CAPITULO IV. Ligas profesionales
CAPITULO V. Entes de promoción deportiva
CAPITULO VI. Disposiciones comunes

TITULO IV. De las competiciones

TITULO V. El Comité Olímpico y el Comité Paralímpico Españoles

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TITULO VI. El deporte de alto nivel

TITULO VII. Investigación y enseñanzas deportivas

TITULO VIII. Control de sustancias y métodos prohibidos en el deporte y


seguridad en la práctica deportiva

TITULO IX. Prevención de la violencia en los espectáculos deportivos

TITULO X. Instalaciones deportivas

TITULO XI. La disciplina deportiva

TITULO XII. Asamblea General del Deporte

TITULO XIII. Conciliación extrajudicial en el deporte

DISPOSICIONES ADICIONALES
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
DISPOSICIONES FINALES

La Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte, fue publicada en el BOE núm. 249, de
17 de octubre de 1990.

El deporte se constituye como un elemento fundamental del sistema educativo y su


práctica es importante en el mantenimiento de la salud y, por tanto, es un factor
corrector de desequilibrios sociales que contribuye al desarrollo de la igualdad entre los
ciudadanos, crea hábitos favorecedores de la inserción social y, asimismo, su práctica en
equipo fomenta la solidaridad. Todo esto conforma el deporte como elemento
determinante de la calidad de vida y la utilización activa y participativa del tiempo de
ocio en la sociedad contemporánea.

La importancia del deporte fue recogida en el conjunto de principios rectores de la


política social y económica que recoge el capítulo tercero del título I de la Constitución,
que en su artículo 43.3 señala: «Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria,
la educación física y el deporte. Asimismo, facilitarán la adecuada utilización del ocio».

La respuesta al deber constitucional de fomentar el deporte llegó, en primer término, a


través de la Ley 13/1980, de 31 de marzo, de Cultura Física y Deporte (antigua ley) de
extraordinaria importancia en su momento, pero de necesaria sustitución, no tanto por el
tiempo transcurrido desde su publicación como por las exigencias derivadas de la
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interpretación pautada del proceso autonómico y por la propia evolución del fenómeno
deportivo.

El objetivo fundamental de la Ley es regular el marco jurídico en que debe


desenvolverse la práctica deportiva en el ámbito del Estado.

Si la atribución de competencias sobre deporte o promoción del deporte se halla


explícita en los diferentes Estatutos de Autonomía, no es menos cierto, en primer lugar,
que semejante atribución ha de ponerse en conexión estricta con los ámbitos territoriales
de las respectivas Comunidades Autónomas, y en segundo lugar, que el deporte
constituye una materia sobre la que, sin duda, inciden varios títulos competenciales.

Respecto de lo primero, parece claro que la faceta competitiva de ámbito estatal e


internacional que es inherente al deporte justifica la actuación del Estado.

Respecto de lo segundo, también es claro que la actividad deportiva constituye una


evidente manifestación cultural, sobre la que el Estado no debe ni puede mostrarse ajeno
por imperativo de la propia CE, sin desconocer que los títulos competenciales de
educación, investigación, sanidad o legislación mercantil avalan la actuación estatal en
la materia. Todo ello con absoluto respeto a las competencias asumidas por las
Comunidades Autónomas en sus Estatutos de Autonomía.

El fenómeno deportivo, actividad libre y voluntaria, presenta estos aspectos claramente


diferenciados:

 La práctica deportiva del ciudadano como actividad espontánea, desinteresada y


lúdica o con fines educativos y sanitarios.

 La actividad deportiva organizada a través de estructuras asociativas.

 El espectáculo deportivo, fenómeno de masas, cada vez más profesionalizado y


mercantilizado.

Estas realidades diferentes requieren tratamientos específicos.

La Ley pretende unos objetivos que están relacionados directamente con los aspectos
del deporte antes señalados:

 Fomentar la práctica deportiva y ordenar su funcionamiento, cuando ésta


trasciende del ámbito autonómico.

 Reconocer y facilitar la actividad deportiva organizada a través de estructuras


asociativas.

 Regular el espectáculo deportivo, considerándolo como una actividad


progresivamente mercantilizada.

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La Ley es un texto que regula el deporte, y que menciona en los principios generales el
tratamiento reconocido a la educación física. Ésta forma parte de la educación integral
de la persona y, por lo tanto, como parte sustancial del sistema educativo, deben ser las
leyes y la normativa de carácter educativo, las que regulen dicha materia.
Artículo 3. 

1. La programación general de la enseñanza incluirá la educación física y la práctica del deporte.

2. La educación física se impartirá, como materia obligatoria, en todos los niveles y grados educativos previos al de la
enseñanza de carácter universitario.

3. Todos los centros docentes, públicos o privados, deberán disponer de instalaciones deportivas para atender la
educación física y la práctica del deporte, en las condiciones que se determinen reglamentariamente.

A tal fin deberán tenerse en cuenta las necesidades de accesibilidad y adaptación de los recintos para personas con
movilidad reducida.

4. Las instalaciones deportivas de los centros docentes se proyectarán de forma que se favorezca su utilización deportiva
polivalente, y podrán ser puestas a disposición de la comunidad local y de las asociaciones deportivas, con respeto al
normal desarrollo de las actividades docentes.

5. La Administración del Estado coordinará en la forma que reglamentariamente se determine, las actividades
deportivas de las Universidades que sean de ámbito estatal y su promoción, al objeto de asegurar su proyección
internacional, teniendo en cuenta las competencias de las Comunidades Autónomas y de las propias Universidades.

Un Título importante de la Ley es el que hace referencia al asociacionismo deportivo.

En un primer nivel, la Ley propone un nuevo modelo de asociacionismo deportivo que


persigue, por un lado el favorecer el asociacionismo deportivo de base, y por otro,
establecer un modelo de responsabilidad jurídica y económica para los clubes que
desarrollan actividades de carácter profesional. Lo primero se pretende mediante la
creación de clubes deportivos elementales, de constitución simplificada. Lo segundo,
mediante la conversión de los clubes profesionales en Sociedades Anónimas
Deportivas, o la creación de tales sociedades para los equipos profesionales de la
modalidad deportiva que corresponda, nueva forma jurídica que, inspirada en el
régimen general de las Sociedades Anónimas, incorpora determinadas especificidades
para adaptarse al mundo del deporte.

La Ley presta, asimismo, una atención específica a las Federaciones deportivas


españolas y a las Ligas profesionales como formas asociativas de segundo grado. Por
primera vez se reconoce en la legislación la naturaleza jurídico-privada de las
Federaciones, al tiempo que se les atribuyen funciones públicas de carácter
administrativo. Es en esta última dimensión en la que se sustentan las diferentes reglas
de tutela y control que la Administración del Estado puede ejercer sobre las
Federaciones y que la Ley, cautelarmente, ha establecido con un absoluto y exquisito
respeto de los principios de autoorganización que resultan compatibles con la vigilancia
y protección de los intereses públicos en presencia.

Las Agrupaciones de Clubes y los Entes de Promoción Deportiva se regulan como


asociaciones de ámbito estatal e implantación supraautonómica. Las primeras con el
exclusivo objeto de desarrollar actuaciones deportivas en aquellas modalidades y

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actividades no contempladas por las Federaciones Deportivas Españolas. Los segundos,
como promotores y organizadores de actividades físicas y deportivas con finalidades
exclusivamente lúdicas, formativas o sociales.

En correspondencia con la imposición de una forma especial jurídico-societaria en el


desarrollo del deporte profesionalizado, se establece la obligatoriedad de constitución,
en el seno de las estructuras federativas, de Ligas integradas exclusiva e
imperativamente por todos los clubes que participen en competiciones oficiales de
carácter profesional.

La Ley reconoce personalidad jurídica y autonomía organizativa y funcional a las Ligas


profesionales. Se permite a las Ligas la organización de sus propias competiciones en
coordinación con la respectiva Federación deportiva española y de acuerdo con los
criterios que, en garantía exclusiva de los compromisos internacionales, pueda
establecer, en su caso, la Administración del Estado.

Corolario del reconocimiento de la naturaleza privada de las Federaciones deportivas y


de su papel de organismo colaborador de la Administración, es la declaración directa y
genérica de utilidad pública que la Ley efectúa, lo que justifica, además de otros
aspectos, la tutela y control del Estado sobre las mismas. Esta declaración de utilidad
pública conlleva importantes efectos de índole fiscal, social, etc.

Otro aspecto que es preciso mencionar expresamente es el que hace referencia al


deporte de alto nivel, y sobre todo a las medidas de protección a los deportistas que por
sus especiales cualidades y dedicación, representan a la nación española en las
competiciones de carácter internacional.
Artículo 6. 

1. El deporte de alto nivel se considera de interés para el Estado, en tanto que constituye un factor esencial en el
desarrollo deportivo, por el estímulo que supone para el fomento del deporte base, en virtud de las exigencias técnicas
y científicas de su preparación, y por su función representativa de España en las pruebas o competiciones deportivas
oficiales de carácter internacional.

2. La Administración del Estado, en colaboración con las Comunidades Autónomas, cuando proceda, procurará los
medios necesarios para la preparación técnica y el apoyo científico y médico de los deportistas de alto nivel, así como
su incorporación al sistema educativo y su plena integración social y profesional.

La Ley impulsa la necesidad de establecer instrumentos de lucha y prevención contra el


consumo de sustancias prohibidas o el uso de métodos ilegales destinados a aumentar
artificialmente el rendimiento de los deportistas, y esto tanto por el perjuicio que
representa para la salud del deportista como por la desvirtuación de la competición.

La creciente preocupación social por el incremento de la violencia en los espectáculos


deportivos o en torno a los mismos, justifica que la Ley incorpore determinadas medidas
para luchar contra el fenómeno de la violencia en este ámbito (creación de una
Comisión Nacional contra la Violencia y la tipificación de las infracciones
administrativas relativas a las medidas de seguridad, así como las sanciones
correspondientes a tales infracciones).

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La Ley contempla también otros aspectos que, de manera sucinta, es preciso enumerar:
la definición de las competiciones deportivas, la regulación de las enseñanzas que hoy
en día son soporte de numerosas situaciones profesionales, la incorporación a la Ley de
los criterios fundamentales del régimen disciplinario deportivo, la apertura de la vía de
la conciliación extrajudicial en el deporte en concordancia con la nueva Ley del
Arbitraje, la creación de la Asamblea General del Deporte, incorporándose igualmente
el Comité Olímpico Español como asociación privada cuyo objeto consiste en el
desarrollo del movimiento olímpico y difusión de sus ideales.

Por último, señalar que se contempla la posibilidad de una excepción en la


transformación en Sociedades Anónimas Deportivas para aquellos clubes que estando
participando ya en competiciones deportivas profesionales, hayan demostrado una
buena gestión con el régimen asociativo, manteniendo un patrimonio neto positivo
durante los cuatro últimos ejercicios.

2. NORMATIVA AUTONÓMICA.

Viene representada por la nueva Ley 5/2016, de 19 de julio, del Deporte de


Andalucía, su objetivo es establecer el marco jurídico regulador del deporte en el
ámbito territorial de Andalucía, de acuerdo con la Constitución Española y el Estatuto
de Autonomía. La practica deportiva tiene la consideración de actividad de interés
general que cumple funciones sociales, culturales, educativas, económicas y de salud,
dirigiendo la práctica deportiva al desarrollo integral de la persona y a la consecución de
valores.

Se regulan los distintos aspectos del deporte amateur o aficionado y el deporte federado.
No contempla las competiciones deportivas profesionales, es decir, aquellas cuya
calificación corresponde al Consejo Superior de Deportes.

La Ley está inspirada en el principio de igualdad y en la plena integración de las


personas con discapacidad, personas mayores y los grupos de atención especial,
proclamando por primera vez el derecho al deporte con carácter universal e
imponiendo a todas las administraciones públicas el deber de garantizar el acceso de la
ciudadanía a la práctica del deporte en igualdad de condiciones y de oportunidades. Así
el artículo 2 establece:

1. En el ámbito territorial de Andalucía, todas las personas físicas tienen derecho a la


práctica del

deporte de forma libre y voluntaria, de conformidad con lo establecido en la presente


ley y las disposiciones que la desarrollen.

2. Las administraciones públicas de Andalucía, en el ámbito de sus competencias,


dirigirán su acción de gobierno de modo que el acceso de la ciudadanía a la práctica
del deporte se realice en igualdad de condiciones y de oportunidades.
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La Ley materializa la visión social del deporte con el reconocimiento expreso del
derecho de la ciudadanía a la práctica deportiva y el acceso al mismo de los distintos
colectivos sociales, basado en la apuesta por un deporte igualitario que fomente la
práctica deportiva de la mujer y su participación en los órganos decisorios de las
entidades deportivas; la promoción del deporte para personas con discapacidad, y el
fomento del deporte para personas mayores, orientado a mejorar su calidad de vida y
bienestar.

Se promueven las actividades deportivas en el medio natural, con la utilización racional


de los recursos naturales a fin de que la práctica deportiva se realice de manera
sostenible, y se reconoce al medio natural el carácter de instalación deportiva no
convencional.

La Ley aporta una nueva clasificación del deporte con la existencia de competiciones
oficiales y no oficiales, tanto dentro del ámbito federativo como fuera de dicho mundo
federativo, pero igualmente oficiales, como las competiciones oficiales universitarias y
las de interés general para la Comunidad Autónoma, cuya clasificación corresponderá a
la propia Comunidad Autónoma o a las universidades, dependiendo del ámbito
territorial y la naturaleza de la competición o, en casos excepcionales, del interés
general deportivo de la misma.

Se prevé que toda persona deportista que participe en competiciones oficiales se le


expedirá una licencia deportiva, coexistiendo las licencias deportivas de ámbito
federativo con otras licencias deportivas para practicar el deporte de competición no
federativo.

Se regula por primera vez el deporte de ocio o de recreación como todo tipo de
actividad física que se realice en una organización o al margen de esta, y dirigida a
conseguir los objetivos no competitivos relacionados con la mejora de la salud,
adquisición de hábitos deportivos, así como la ocupación activa del tiempo libre.

Se regula la promoción del deporte en los centros escolares de Andalucía en horario no


lectivo, con la finalidad de inculcar los valores educativos y el hábito saludable de la
práctica deportiva desde la infancia, fomentando la organización y desarrollo de
competiciones de diferentes modalidades deportivas entre centros escolares.

Se establece una nueva clasificación de los deportistas como deportista de competición


y deportista de ocio. Por primera vez se exige que los participantes, en todas las
competiciones deportivas, y no solo en las oficiales, tengan asegurada la cobertura de
accidentes deportivos, evitando así su desprotección.

Otra innovación viene representada por la tarjeta deportiva sanitaria, que constituye un
instrumento para preservar la salud de los deportistas que participen en competiciones
oficiales deportivas federadas.

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Se veda la imposición de derechos de retención, de prórroga, de formación, de
compensación o análogos a deportistas menores de 16 años entre entidades radicadas en
la Comunidad Autónoma.

Las entidades deportivas andaluzas se clasificación en clubes deportivos, secciones


deportivas y federaciones deportivas y éstas en función al deporte de competición o
deporte de ocio, según su objeto principal.

En el ámbito de las federaciones deportivas es importante señalar, como absoluta


novedad, la posibilidad de la existencia de federaciones deportivas que desde el primer
momento de su reconocimiento asumen todas las funciones públicas delegadas por la
Ley, frente a otras a las que solamente se les reconocerán las funciones públicas que
puedan asumir y cumplir.

Respecto a la estructura y organización de las federaciones deportivas, hay que destacar


el principio de igualdad efectiva entre hombres y mujeres que está presente a la hora de
nombrar a los miembros de las juntas directivas de las mismas.

También la regulación sobre el régimen presupuestario en el ámbito federativo y la


necesidad de que las federaciones deportivas aprueben un código de buen gobierno, en
aras de una mayor transparencia, responsabilidad y eficacia en la gestión federativa, que
puede ayudar a alcanzar una mayor integración de la organización federativa en la
sociedad y, en particular, sobre la gestión de los fondos públicos que se les concedan.

En relación a las instalaciones deportivas, la novedad la representa el criterio para


calificarlas como de uso público o privado, según se encuentren o no abiertas al público
en general, con independencia de su titularidad, y en convencionales y no
convencionales, dando en este último caso al medio natural tal carácter cuando se utilice
para la práctica deportiva.

Igualmente, se pretende impulsar la investigación y la innovación deportivas, materia


que se aborda en esta ley por primera vez, estableciendo espacios comunes de
investigación, desarrollo e innovación en los que se desarrollarán los servicios y
productos deportivos que resulten necesarios para responder a las necesidades del
sistema deportivo. Se introduce el uso de las tecnologías de la información y la
comunicación en el sistema deportivo andaluz, impulsando el establecimiento de la
Administración electrónica.

La regulación del ejercicio de determinadas profesiones del deporte pretende dar


respuesta a las demandas de la sociedad sobre la protección de salud y la seguridad de
los consumidores y destinatarios de los servicios deportivos, así como de la calidad en
la prestación de los mismos.

Se reconocen cuatro profesiones deportivas (profesor o profesora de educación física,


director o directora deportivo, entrenador o entrenadora deportivo y monitor o monitora
deportivo), determinándose para las profesiones de directores deportivos, entrenadores

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deportivos y monitores deportivos los títulos académicos necesarios para el ejercicio
profesional y atribuyéndoles su correspondiente ámbito funcional. Se recoge el
aseguramiento de la responsabilidad profesional mediante la suscripción de un seguro
de responsabilidad civil y se crea el Registro Andaluz de Profesionales del Deporte.

Se regula, por primera vez, la lucha contra el dopaje deportivo, y por otra, la lucha
contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. La
regulación despliega políticas de prevención, control y sanción de las conductas
prohibidas, así como medidas de fomento, estímulo y refuerzo de las conductas
positivas.

Finalmente, como se ha referido antes, la solución de litigios deportivos corresponde a


un órgano único e independiente para la resolución de todas las cuestiones
controvertidas: el Tribunal Administrativo del Deporte de Andalucía. Ello supone tener
como referente claro y único un órgano a quien dirigirse para resolver los conflictos que
se susciten de carácter sancionador, disciplinario, de resolución de recursos en el
ejercicio de funciones públicas de carácter administrativo, de control de legalidad de los
procesos electorales federativos, así como para la posibilidad de conciliación de
conflictos deportivos mediante la vía arbitral o la mediación.

3. NORMATIVA REGULADORA DE LAS ENTIDADES LOCALES.

Las Entidades Locales (Ayuntamientos y Diputaciones o Cabildos) están reguladas por


la normativa estatal y autonómica:

Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local

Ley 5/2010, de 11 de junio, de Autonomía Local de Andalucía.


Ley 5/2016, de 19 de julio, del Deporte de Andalucía.

Las Entidades Locales (EELL), fundamentalmente los ayuntamientos, son los principales
gestores de los servicios deportivos públicos, debido a dos hechos: el grado de
proximidad al domicilio familiar y a un mayor conocimiento y uso de las instalaciones
deportivas locales.

Los ayuntamientos son las EELL que más y mejor favorecen y posibilitan el desarrollo y
fomento de la actividad deportiva base en el ámbito local a través de las escuelas
deportivas municipales, patronatos deportivos y entidades asociativas deportivas de
carácter local.

Ley 5/2016, de 19 de julio, del Deporte de Andalucía.


Artículo 12. Competencias de las entidades locales.

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1. Son competencias propias de los municipios en materia de deporte las reguladas en el
apartado 18 del artículo 9 de la Ley 5/2010, de 11 de junio.

2. Las provincias ejercerán competencias de asistencia técnica, económica y material a


los municipios que por sí o asociados ejerzan las competencias en materia de deporte de
conformidad con el artículo 12.1 de esta ley y con el artículo 11 de la Ley 5/2010, de 11
de junio.

3. Las competencias de las entidades locales relacionadas en los apartados anteriores se


ejecutarán de conformidad con los principios de coordinación, cooperación y
colaboración que, en materia deportiva, fundamentan la actuación pública de la
Administración de la Junta de Andalucía establecidos en esta ley, todo ello en el marco
de la Ley 5/2010, de 11 de junio.

Ley 5/2010, de 11 de junio, de Autonomía Local de Andalucía.


18. Promoción del deporte y gestión de equipamientos deportivos de uso público, que
incluye:

a) La planificación, ordenación, gestión y promoción del deporte de base y del


deporte para todos.
b) La construcción, gestión y el mantenimiento de las instalaciones y
equipamientos deportivos de titularidad propia.
c) La organización y, en su caso, autorización de manifestaciones y
competiciones deportivas que transcurran exclusivamente por su territorio,
especialmente las de carácter popular y las destinadas a participantes en edad
escolar y a grupos de atención especial.
d) La formulación de la planificación deportiva local.

Competencias de las Entidades Locales en materia deportiva son las siguientes:


·         Reservar en los planes de urbanismo el suelo necesario para la construcción de
instalaciones deportivas.
·         Construir, en colaboración con otras Administraciones públicas, las instalaciones
deportivas locales y gestionarlas.
·         Desarrollar programas de promoción deportiva para todas las edades.
·         Ayudar a los clubes deportivos ubicados en su territorio.
En el caso de los Ayuntamientos las competencias suelen canalizarse a través de los
servicios deportivos municipales, bien por gestión directa o indirecta. (Patronatos,
Fundaciones, Sociedades, Consorcios, etc.).
Las prestaciones más frecuentes son:
·         Las Escuelas Deportivas Municipales.
·         La animación deportiva y el mantenimiento de adultos.

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·         La organización de competiciones locales.
           La oferta de instalaciones deportivas a clubes y particulares.

Algunas de las competencias de las Entidades Locales en materia deportiva son las
siguientes:
·         Reservar en los planes de urbanismo el suelo necesario para la construcción de
instalaciones deportivas.
·         Construir, en colaboración con otras Administraciones públicas, las instalaciones
deportivas locales y gestionarlas.
·         Desarrollar programas de promoción deportiva para todas las edades.
·         Ayudar a los clubes deportivos ubicados en su territorio.
En el caso de los Ayuntamientos las competencias suelen canalizarse a través de los
servicios deportivos municipales, bien por gestión directa o indirecta. (Patronatos,
Fundaciones, Sociedades, Consorcios, etc.). Las prestaciones más frecuentes son:
·         Las Escuelas Deportivas Municipales.
·         La animación deportiva y el mantenimiento de adultos.
·         La organización de competiciones locales.
           La oferta de instalaciones deportivas a clubes y particulares.

Algunas de las competencias de las Entidades Locales en materia deportiva son las
siguientes:
·         Reservar en los planes de urbanismo el suelo necesario para la construcción de
instalaciones deportivas.
·         Construir, en colaboración con otras Administraciones públicas, las instalaciones
deportivas locales y gestionarlas.
·         Desarrollar programas de promoción deportiva para todas las edades.
·         Ayudar a los clubes deportivos ubicados en su territorio.
En el caso de los Ayuntamientos las competencias suelen canalizarse a través de los
servicios deportivos municipales, bien por gestión directa o indirecta. (Patronatos,
Fundaciones, Sociedades, Consorcios, etc.). Las prestaciones más frecuentes son:
·         Las Escuelas Deportivas Municipales.
·         La animación deportiva y el mantenimiento de adultos.
·         La organización de competiciones locales.
           La oferta de instalaciones deportivas a clubes y particulares.

En general se regulan fundamentalmente en los artículos 7, 25 y 36 de la Ley


Reguladora de las Bases del Régimen Local (LRBRL).

Las competencias propias de los Municipios, las Provincias, las Islas y demás Entidades
locales territoriales sólo pueden ser determinadas por Ley, de acuerdo con el artículo 7
de la LRBRL.

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Las competencias propias se ejercen en régimen de autonomía y bajo la propia
responsabilidad, atendiendo a la debida programación y ejecución con las demás
Administraciones públicas.

Las competencias atribuidas se ejercen en los términos de la delegación, que puede


incluir técnicas de dirección y de control de oportunidad, y que, en cualquier caso, debe
respetar la potestad de autoorganización de los servicios de la Entidad Local.

Además existen las denominadas competencias impropias, que estando atribuidas a la


administración autonómica o estatal en algunos casos son asumidas o complementadas
por los ayuntamientos atendiendo a situaciones de especial necesidad por ser la
administración más próxima al ciudadano.

El artículo 25 de la LRBRL recoge las competencias específicas de los Municipios,


señalando que los mismos, para la gestión de sus intereses y en el ámbito de sus
competencias, puede promover toda clase de actividades y prestar los servicios públicos
que contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de los vecinos. El
Municipio, en todo caso, ejercerá competencias en las siguientes materias:

Seguridad en lugares públicos.

Ordenación del tráfico de vehículos y personas en las vías urbanas.

Protección civil, prevención y extinción de incendios.

Ordenación, gestión, ejecución y disciplina urbanística.

Promoción y gestión de viviendas.

Parques y jardines, pavimentación de las vías públicas urbanas y conservación de


caminos y vías rurales.

Patrimonio histórico- artístico y protección del medio ambiente.

Abastos, mataderos, ferias, mercados y defensa de consumidores y usuarios.

Protección de la salubridad pública; participación en la gestión de la atención primaria


de la salud.

Cementerios y servicios funerarios; prestación de los servicios sociales y de promoción


y reinserción social.

Suministro de agua y alumbrado público.

Servicios de limpieza viaria, de recogida y tratamiento de residuos, alcantarillado y


tratamiento de aguas residuales.

Transporte público de viajeros.

15 Apuntes elaborados por Rafael Comino Ríos –


Prof. Legislación y Administración del Deporte (EADE 2019-20)
Actividades o instalaciones culturales y deportivas, ocupación del tiempo libre y
turismo.

Participación en la programación de la enseñanza y cooperación con la Administración


educativa en la creación, construcción y sostenimiento de los centros docentes públicos.

La ley determinará las competencias municipales en estas materias.

Los Municipios, por sí o asociados, deberán prestar, en todo caso, los servicios
siguientes (artículo 26 de la LRBRL):

En todos los Municipios: alumbrado público, cementerio, recogida de residuos, limpieza


viaria, abastecimiento domiciliario de agua potable, alcantarillado, acceso a los núcleos
de población, pavimentación de las vías públicas y control de alimentos y bebidas.

En los Municipios con población superior a los 5.000 habitantes, además: parque
público, biblioteca pública, mercado y tratamiento de residuos.

En los Municipios con población superior a 20.000 habitantes, además: protección civil,
prestación de servicios sociales, prevención y extinción de incendios e instalaciones
deportivas de uso público.

En los Municipios con población superior a 50.000 habitantes, además: transporte


colectivo urbano de viajeros y protección del medio ambiente.

Los Municipios pueden solicitar la dispensa de la Comunidad Autónoma de la


obligación de prestar los servicios obligatorios bajo determinadas circunstancias.

Por su parte, la asistencia de las Diputaciones a los Municipios, prevista en el artículo


36 de la LRBRL, debe referirse especialmente a la adecuada prestación de servicios.

Además les pueden atribuir competencias las leyes del Estado y de las Comunidades
Autónomas en los diferentes sectores de la acción pública. Las competencias propias de
la Diputación, según el artículo 36 de la LRBRL, son:

La coordinación de los servicios municipales entre sí para la garantía de la prestación


integral y adecuada, en todo el territorio de la provincia, de los servicios de competencia
municipal.

La asistencia y cooperación jurídica, económica y técnica a los Municipios.

La prestación de servicios públicos de carácter supramunicipal, y en su caso,


supracomarcal.

La cooperación en el fomento del desarrollo económico y social y en la planificación en


el territorio provincial, de acuerdo con las competencias de las demás Administraciones
Públicas en este ámbito.

En general, el fomento y la administración de los intereses peculiares de la provincia.


16 Apuntes elaborados por Rafael Comino Ríos –
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