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Una Pasión por la Palabra de Dios

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Una Anatomía
de la Biblia
La Biblia es un solo libro pero a la vez es también un conjunto de libros. Es
importante, en nuestro estudio de ella, entender las dos características de la Biblia:
su unidad y su diversidad.
Como una obra de muchos
actos, cada sección de la Tú y la Biblia
Biblia desempeña un rol en


Una Anatomía de la Biblia
revelar la trama del plan Un Resumen de la BibliaHoning the
de Dios y su propósito con
la humanidad. Nuestro EI Tapiz de la Biblia
propósito en esta lección La Autoridad de la Palabra de Dios
es echarle un vistazo a la El Propósito de la Palabra de Dios
Biblia para determinar: LIegando a Ser un Estudiante de la Palabra de Dios
 La estructura de la Excavando tras el Tesoro Escondido
Biblia
Principios de Estudio Bíblico
 Como armonizan
Estableciendo una Cosmovisión Bíblico
juntas cada parte
de la Biblia
La familiaridad con la Biblia es un primer paso vital en el estudio de la Palabra de
Dios. Una vez que la anatomía general de la Biblia es entendida, es mucho más
fácil venir al nivel práctico y entender los detalles.
Lee 2 Timoteo 3:15
Desde muy temprana edad, Timoteo estaba familiarizado con las Santas Escrituras.
En su carta a Timoteo, Pablo expresa su confianza de que esa familiaridad con la
Escritura, le proveería a Timoteo fundamentos y convicciones firmes de tal manera
que no fuera conmovido en medio de distintas pruebas. Para ti también, un
conocimiento detallado de la Biblia es vital, no solo para un crecimiento diario
como Cristiano, sino también como cimiento de una vida firme para cuando
aparezcan las tempestades de la vida.
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Un conocimiento íntimo de la Biblia es el punto de partida para un conocimiento
íntimo de Dios. Confiamos que durante los próximos meses la Biblia va a tener
para ti una familiaridad atractiva, como resultado natural de una intima relación
con su autor.

El Bueno, el Malo y el Ignorante


La ignorancia de la Palabra de Dios no es ninguna virtud. Pablo escribe a los
Corintios y exclama que “hay algunos de ustedes que no tienen conocimiento de
Dios; para vergüenza de ustedes lo digo” (1Corintios 15:34). A través de toda la
Escritura, encontramos que es imperativo conocer a Dios y conocer su Palabra.
De tiempo en tiempo, los escritores del Nuevo Testamento preguntan “¿No han
sabido...?” (ver Romanos 3:3; 1 Corintios 3.16; Santiago 4:4, RV60).
El hecho triste es que muchos Cristianos muestran una ignorancia lamentable de
las Escrituras. Encuestas realizadas en Norte América demuestran que el versículo
más citado de la Biblia es “Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos”1. No solo
esto no se encuentra en la Biblia (es una cita sacada del Corán); sino que es contraria
a lo que la Biblia enseña.
Hoy nos llama la atención que las personas no entienden de computación; sin
embargo muchos Cristianos no entienden de Biblia. ¿Cuál piensas que será el
resultado de tanta ignorancia bíblica?
Lee Oseas 4:6
Este versículo fue una acusación contra Israel por parte de uno de sus profetas. Y
fácilmente podría aplicarse a gran parte de los Cristianos de hoy día. La ignorancia
no es un lujo que nos podamos dar.
Lee 2 Corintios 11:3
En el jardín del Edén, Satanás pudo usar el pobre entendimiento que tenía Eva del
mandamiento de Dios a fin de hacerla pecar. Y Pablo dice que teme que la misma
cosa le suceda de nuevo a los Cristianos modernos. Pedro, también nos dice que la
ignorancia hace que las personas distorsionen las Escrituras.
Lee 2 Pedro 3:16
No, la ignorancia no es una dicha. Que nunca se diga de nosotros lo que Jesús dijo de
los Saduceos: “ Ustedes andan equivocados porque desconocen las Escrituras y el
poder de Dios” (Mateo 22:29).

La Doctrina de los Apóstoles


Estar familiarizado con la Biblia es el antídoto principal contra la ignorancia. Como
lo escribió Theodore Roosevelt “ Un conocimiento minucioso de la Biblia vale más
que la educación de un colegio”2. Por tanto, independientemente de donde sientas
que está en tu conocimiento de la Biblia, ahora volveremos a lo básico. Lo que

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cubriremos en esta lección no es opcional. Es el fundamento esencial para todo
estudio saludable de la Biblia.
Lee Hechos 2:40-42
Vas a notar en este pasaje, que la respuesta de la gente a la súplica de Pedro
diciéndoles “¡Sálvense de esta generación perversa!” era que “se mantenía firme
en la enseñanza de los apóstoles...” ¿Cuál era exactamente esa enseñanza de los
apóstoles?
La enseñanza de los apóstoles infundida en aquellos creyentes del primer siglo
estaba compuesta de tres partes:
 El Antiguo Testamento
 Los Relatos de los Testigos Oculares de Jesús
 Las Cartas del Nuevo Testamento
De esta manera lo que ahora conocemos como la Biblia – tanto el Antiguo Testa-
mento como el Nuevo Testamento (la compilación futura de los relatos bíblicos y
las cartas de los apóstoles a las Iglesias) – componen lo que el libro de Hechos
llama la “enseñanza (doctrina-RV60) de los apóstoles”. Ahora examinemos
rápidamente las dos divisiones de la Biblia.

El Canon de la Escritura
El Antiguo y el Nuevo Testamento forman dos secciones naturales de la Biblia. En
esencia, el Antiguo Testamento describe el plan y el propósito de Dios en sus tratos
con la humanidad hasta la aparición de Jesús en la escena, mientras que el Nuevo
Testamento describe la venida de Jesús y el impacto que esto ha tenido en el mundo.
Lo que ahora tenemos como la Biblia es el canon aceptado de la Escritura. Lo que
esto significa es que el contenido de la Biblia – donde nada ha sido agregado ni
sustituido – conforma lo que llamamos la Palabra de Dios escrita a nosotros,
aceptada como la completa autoridad en cuanto a doctrina y práctica.
El Antiguo Testamento
Testamento
El Antiguo Testamento fue la Biblia en los primeros días de la Iglesia. En las
primeras dos décadas y aún después de la ascensión de Jesús al cielo, no había
escritos completos de la vida de Jesús (aunque sí registros parciales ya habían
comenzado a circular), ni las epístolas del Nuevo Testamento habían sido escritas.
Para una mirada de cómo los apóstoles usaban el Antiguo Testamento, lee Hechos
8:27-35; Hechos 13:32-41;Hebreos 1:4-14.
Volviendo a los días de la Biblia, no había tal cosa como la imprenta, ni el atado de
papeles como lo que ahora reconocemos como libros. Cada cosa tenía que ser escrita
a mano en papiros (una antigua forma de papel) o pergaminos (la piel de algún
animal). Generalmente eran armados en rollos, con manijas en el tope y al final,
para que se pudiera ver solo una parte del rollo sin necesidad de abrirlo todo.
Cuando una persona leía del rollo, tomaba ambas manijas de arriba y abajo,

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desenrollando a través del texto hasta encontrar la sección de la Escritura que
buscaban. Este proceso es muy semejante al que utiliza la computadora al leer un
texto. Para ver como los rollos eran manejados en la época de la Biblia, lee los
siguientes pasajes.
Lee Jeremías 36:14-23
Lee Ezequiel 2:9
Lee Lucas 4:16-21
Como no había una producción en serie de rollos de pergaminos cada rollo tenía
que ser escrito a mano. Esto significaba que los rollos no estaban en posesión de la
mayoría de las personas, y por tanto eran de por sí muy valiosos.
Lee 2 Timoteo 4:13
Pablo había dejado su colección de pergaminos en Troas y le pidió a Timoteo que
cuando fuera los trajera con él. Esos rollos eran casi irremplazables y de un valor
inmensurable para Pablo.
Ahora, debido a que estos rollos y pergaminos fueron escritos a mano y debido a
que pequeños errores pudieron darse a través de las copias a lo largo de los siglos,
cuanto más antiguo es el manuscrito, más fiel es al texto original. Por tanto cabe
preguntarse ¿De que tiempo son los manuscritos del Antiguo y Nuevo Testa-
mento que han sido preservados hasta hoy?
Tenemos hoy en día una gran cantidad de manuscritos existentes de varios libros
del Antiguo Testamento. Los papiros de Nash (que datan del siglo segundo antes
de Cristo) y los fragmentos del Cairo Genizah (que datan del siglo sexto al noveno
de la era Cristiana), ambos incluyen porciones del Antiguo Testamento. Sin em-
bargo, los manuscritos completos más viejos del Antiguo Testamento, son los
manuscritos Masoréticos, llamados así porque los escribas que copiaron dichos
rollos eran los Masoretas. Antes del descubrimiento de los rollos del Mar Muerto,
los textos Masoréticos eran los más antiguos manuscritos hebreos, y continúan
siendo la principal fuente para la traducción al Inglés de la Biblia.
Los rollos del Mar Muerto incluyen algunos de las copias antiguas del Antiguo
Testamento en Hebreo. Esos manuscritos, que datan aproximadamente desde el
año 250 antes de Cristo hasta la caída de Jerusalén (en el 70 DC), son principalmente
fragmentos de las Escrituras, junto a otros documentos que contenían reglas y
regulaciones de la comunidad Esenia de Kumran, pero algunos rollos que se
encontraron contenían secciones completas del Antiguo Testamento.
El valor de tener una gran cantidad de manuscritos diferentes no puede ser
subestimado. Esto se debe al tema de los errores de copia que fácilmente pudieron
ser introducidos en los manuscritos en un período de muchos siglos. No importa
cuan meticuloso un copista pueda ser, pequeños errores pueden ser introducidos
en una copia. Palabras pueden ser mal deletreadas, omitidas, y aún a veces
agregadas. Dado que no hay un manuscrito completo del Antiguo Testamento
más antiguo que el 900 después de Cristo, ¿cómo podemos estar seguros que el

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Antiguo Testamento que tenemos impreso en nuestras Biblias es una fiel versión
de los textos originales escritos por Moisés, Isaías y Daniel?
Para dar una idea de cuan exactos son los manuscritos medievales Masoréticos,
los eruditos hicieron comparaciones entre los distintos manuscritos. Primeramente,
hay una notable similitud entre los diferentes manuscritos Masoréticos
de diferentes períodos entre sí, probado de acuerdo a los altos estándares de la
disciplina de la copia. En segundo lugar, una comparación entre el texto
Masorético y el texto de los rollos del Mar Muerto, muestra cuan pequeña es la
desviación que existe en el proceso de copia a través de los siglos. Comparando el
texto Masorético con un fragmento hallado en el Kumran de Isaías 38-66,
descubrieron que:
“El texto es extremadamente similar a nuestro texto Masorético. Una
comparación de Isaías 53 muestra que solo 17 letras difieren del texto
Masorético. Diez de las cuales son meramente diferencias de ortografía, que
no producían ninguna alteración en el significado. Otras cuatro letras eran
diferencias menores, como la presencia de una conjunción, que simplemente
es un asunto de estilo. Las otras tres letras eran la palabra hebrea para “luz”
que es agregada para darle más significado a “verá la luz ...” en el versículo 11.
De las 166 palabras de este capítulo, solo una letra está realmente en
cuestionamiento, y no cambia en nada el sentido del pasaje. Esto es típico en
todo el manuscrito.”3
El texto que ahora tenemos y que nos ha sido trasmitido a lo largo de los siglos,
tiene un extraordinario grado de exactitud. A causa de los diferentes manuscritos
en hebreo, además de antiguas traducciones en otros idiomas, que también pueden
ser usados como una base de comparación, los eruditos pueden determinar el
texto original con un alto grado de fidelidad.
El Nuevo Testamento
Lee 2 Pedro 1:16-18
Los apóstoles enseñaban a sus convertidos del Antiguo Testamento, pero también
los guiaban de acuerdo a las Palabras de Jesús y los registros de su vida. Jesús era
descrito como el Verbo (la Palabra) hecho carne (Juan 1:14; 1 Juan 1:1-3) y sus
palabras eran contadas desde el comienzo con la misma autoridad que tenía el
Antiguo Testamento (Mateo 5:21-22;Mateo 24:35) y lo más importante como el
cumplimiento del Antiguo Testamento (Mateo 5,17).
Jesús mismo nunca escribió un libro, aunque sus enseñanzas están registradas en
los primeros cuatro libros y también esparcidas a lo largo de todo el Nuevo Testa-
mento (ver Hechos 20.35; 1 Corintios 11:23-25). Sin embargo, estudiosos y
eruditos creen que algunos de los primeros escritos Cristianos eran compilaciones
de enseñanzas de Jesús, arregladas de acuerdo a distintos temas. Aunque ninguno
de estos escritos fueron preservados, parece ser que mucho de este material fue
incorporado en los registros de los cuatro evangelios (nota Lucas 1:1-4; Juan
20:30-31; Juan 21:25).

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El Nuevo Testamento, como el Antiguo, fue escrito originalmente en papiros y
pergaminos, los cuales formaban rollos. Después, un nueva forma de libro fue
formada llamada codex (código). Con este código el lector podía dar vuelta las
página de una manera similar a como lo hacemos hoy en día cuando leemos un libro.
El Nuevo Testamento, a diferencia del Antiguo, no fue escrito en Hebreo, más si
en Griego, la lengua principal del Imperio Romano.
En la introducción de su sobresaliente presentación del Antiguo Testamento en
Inglés contemporáneo, Eugenio Peterson escribe:
“Una característica notable del Nuevo Testamento es que fue escrito en el lenguaje
popular de la época, el idioma que se hablaba en la calle y en el mercado. En el
mundo de habla griega de ese tiempo, había dos niveles de lenguaje: el formal y el
informal. El lenguaje formal, era usado para escribir filosofía e historia, decretos
gubernamentales y poesía épica. Si alguno conscientemente se sentaba a escribir
para la posteridad, por supuesto lo hacía en este tipo de lenguaje formal con su
aprendido vocabulario y precisa dicción. Pero si lo que se escribía era algo de
rutina - lista de compras, cartas familiares, pagos y recibos- esto era escrito
en el lenguaje común e informal de la calle. Y este es el lenguaje usado a través
de todo el Nuevo Testamento.”
Más que pomposo, aburrido y formal, el Nuevo Testamento en Griego es común y
entendible para todos, reflejando la naturaleza del evangelio en sí.
Para las décadas que promediaban el primer siglo, era obvio que la Iglesia
consideraba los evangelios y las cartas de los apóstoles como teniendo la misma
autoridad que el Antiguo Testamento. En 1 Timoteo 5:18, Pablo cita un pasaje
del Antiguo Testamento (Deuteronomio 25:4) y una de las declaraciones de Jesús
(Lucas 10:7) y las llama a ambas como las Escrituras. En 2 Pedro 3:15-16, Pedro
iguala los escritos de Pablo con “las otras Escrituras”.
Para la segunda mitad del siglo segundo, la Iglesia estaba largamente de acuerdo en el
contenido del canon del Nuevo Testamento. Había aún algunas preguntas que se
formulaban, particularmente sobre algunas epístolas del final de nuestro Nuevo Tes-
tamento, y unos pocos argumentos eran usados por algunos para incluir otros libros.
En el año 367, después de Cristo, Atanasio de Alejandría había compilado la lista de 27
libros que ahora componen el Nuevo Testamento. Esta no era una lista impuesta,
sino el reconocimiento de un canon ya previamente aceptado en ese tiempo. Cuando
un concilio de la Iglesia finalmente hizo un pronunciamiento sobre el tema del
canon del Nuevo Testamento en el 393, fue simplemente el hecho de reconocer y
aceptar el consenso que ya tenía la Iglesia de ese tiempo sobre el mismo.

Dos Mitades de Un Todo


Todo
El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento son dos partes esenciales y
complementarias de un orgánico todo. Existe un dicho digno de ser recordado que
describe la relación entre las dos partes de la Biblia:

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 El Nuevo Testamento está encubierto en el Antiguo Testamento.
 El Antiguo Testamento está revelado en el Nuevo Testamento.
En el Antiguo Testamento encontramos las verdades del Nuevo Testamento
“encubiertas” en un lenguaje figurado, mientras que en el Nuevo Testamento
encontramos las verdades del Antiguo Testamento llevadas a su cumplimiento.
Se ha dicho que el mejor comentario del Antiguo Testamento es el Nuevo Testa-
mento y el mejor comentario del Nuevo Testamento es el Antiguo Testamento.
El Diccionario de la Biblia lo pone de esta manera:
“Los dos Testamentos están tan orgánicamente entretejidos que la autoridad
de uno es confirmada por el otro. Si el Antiguo Testamento registra una
promesa divina, el Nuevo Testamento declara su cumplimiento; si el Antiguo
Testamento nos dice como fue preparada la venida de Cristo a lo largo de
muchos siglos, el Nuevo nos dice como vino y el gran significado de su venida.
¡Si el Antiguo Testamento es capaz de hacer que sus lectores tengan la “
sabíduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús” (2
Timoteo 3:15-17), cuanto más lo puede hace la verdad del Nuevo
Testamento!”4
Los nombres “Antiguo Testamento” y “Nuevo Testamento” en realidad datan del
final del segundo siglo. Tertuliano, uno de los Padres de la Iglesia, fue el primero
en acuñar el término “Novum Testamentum”, el original latino de nuestras
palabras “Nuevo Testamento”. La palabra “Testamento” tiene el significado de
“una voluntad” o “acuerdo legal”, pero cuando Tertuliano empezó a usar este
término, el significado que tenía en mente (basado en las definiciones Latinas,
Griegas y Hebreas) es más precisamente “pacto”, que significa un “contrato
obligatorio entre dos personas o un grupo de personas”.
En muchas maneras, los términos “Antiguo Pacto” y “Nuevo Pacto” son una descripción
más exacta que “Antiguo Testamento” y “Nuevo Testamento”, porque las dos
porciones de la Biblia son en verdad dos distintos pactos, donde uno fluye del otro.

La Línea Divisoria de los Dos Pactos


Lee 2 Corintios 3:6,14
Pablo describe en estos versículos claramente los dos pactos. Uno que llama “antiguo”
y el otro que describe como “nuevo”. La provisión del Antiguo Pacto fue simple:
Antiguo Pacto: Para estar bien delante de Dios, debemos permanecer en las
estipulaciones del pacto, como lo describe la ley de Moisés. Si lo haces serás
bendecido, de lo contrario recibirás maldición.
En el Nuevo Pacto, toda la dinámica de nuestra relación con Dios ha cambiado:
Nuevo Pacto: Para estar bien con Dios, debemos creer y confesar al Señor
Jesucristo, que actúa como nuestro sustituto y nos continúa representando delante
de Dios. En El tenemos vida.
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El punto central, donde el antiguo se introduce en el nuevo, es la venida de Jesús,
que culmina con su muerte, resurrección y ascensión.
Lee 1 Corintios 11:25
La Cruz de Cristo es la línea divisoria entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto. Esto
tiene un asombroso impacto en la manera en como ahora nos acercamos a Dios.
Es importante entender la relación entre estos dos pactos, donde uno termina y el
otro comienza. La Cruz de Cristo es la línea divisoria, la barrera entre los pactos,
el filtro donde algunas cosas continúan y otras no. Por ejemplo, sabemos que los
sacrificios de corderos prescritos en la Ley no pasan a través de la barrera de la
Cruz, pero ¿qué pasa con el resto de la ley?
Vamos a seguir hablando de este tema en la medida que continuamos con nuestro
curso de Estudios Bíblicos. Pero por ahora, es esencial entender que mientras el
Antiguo Testamento sigue siendo la Palabra de Dios y un fundamento esencial
para entender el Nuevo Testamento, las estipulaciones y provisiones contractuales
detalladas en el Antiguo Testamento ya no se aplican a nosotros. Han sido
superpuestas por una nueva y completa gama de provisiones que están descritas
en el Nuevo Testamento.
Lee Hebreos 8:13
El libro de Hebreos fue escrito antes de la destrucción del Templo en el año 70
después de Cristo. De hecho, el “Antiguo Pacto” descrito por el escritor de hebreos,
ha desaparecido, como se predice en el libro. Esto ocurrió cuando el templo (tan
esencial para el sistema de sacrificios), fue destrozado. Aún los religiosos judíos de
hoy en día, no pueden cumplir todas las obligaciones del Antiguo pacto, a raíz de la
ausencia del sistema sacrificial.
Pero nota lo que el autor de Hebreos enfatiza: “lo que está viejo y envejece ya está
por desaparecer”. A través de esto, quiere significar que la abolición del sistema
sacrificial era un resultado natural del hecho que había sido hecho obsoleto. Y lo
que lo hizo obsoleto fue la Cruz de Cristo.
Lee Hebreos 10:1-3
Lee Hebreos 9:13-14
Esto no significa que el Antiguo Testamento en si mismo es imperfecto, pero lo
que si significa es que el Antiguo Pacto fue incompleto. Fue una “sombra de los
bienes venideros”, revelado en el Nuevo Pacto. El Antiguo Pacto dependía y
anticipaba la Cruz de Cristo, que a su vez cumplía y completaba el Antiguo Pacto
(ver Mateo 5:17).
Como lo observó Arturo Pink:
“Las Escrituras del Antiguo Testamento son fundamentalmente una etapa en
la cual es mostrado por adelantado en vívido simbolismo y ritualismo el plan
completo de redención. Los eventos registrados en el Antiguo Testamento
ocurrieron realmente, y a la vez fueron típicas prefiguraciones. A través de
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todas las dispensaciones del Antiguo Testamento Dios hizo que los
acontecimientos fueran sombras por adelantado... el trabajo completo de
redención a través de una constante y vívida apelación a los sentidos. Esto
estaba en completo acuerdo con una ley fundamental en la economía de Dios.
Nada es llevado a la madurez inmediatamente. Como es en el mundo natural,
así es en el espiritual.”5
Todo en el Antiguo Testamento es edificado para la venida de Cristo. Por tanto,
sin el contexto del Nuevo Testamento, el Antiguo Testamento no tiene propósito.
Y sin el contexto del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento no tiene raíces.
Lee Hebreos 1:1-3

Revelando el Misterio
Lee Romanos 16:25-26
El Nuevo Testamento describe el plan de salvación de Dios a través de Cristo
como “un misterio”. De acuerdo al diccionario de la Biblia, la palabra Griega que
Pablo usa para misterio “no significaba algo oscuro e incomprensible, sino un secreto
solo impartido a los iniciados, lo que es desconocido hasta el momento que es
revelado” 6
Todas las ideas y sugerencias sobre la venidera salvación de Dios, podían verse
claramente en las páginas del Antiguo Testamento, como lo comprobamos ahora
que tenemos todos los beneficios de la retrospección (ver Romanos 1:2; Gálatas
3:8). Pero para los hombres de Dios del tiempo del Antiguo Testamento, el plan
de Dios estaba velado. Había un sentido como si este plan estuviera escondido, y
muchos hombres piadosos tenían el deseo de probar este misterio, de encontrar
el secreto escondido de lo que Dios tenía planeado.
Lee 1 Pedro 1:10-11
La maravilla del evangelio es que a nosotros como creyentes en Cristo, nos ha sido
revelado lo que muchos en el Antiguo Testamento deseaban con ansia (Lucas
10:23-24). ¿Y cuál es este misterio tan anhelado de entender?.
Lee 1 Timoteo 3:16
El Nuevo Testamento nos dice que ese misterio es Cristo. En Efesios 3:4 el misterio
es llamado “el misterio de Cristo” (Efesios 3:4), y es descrito en el verso 8-9
como las “incalculables riquezas de Cristo”.
Lee Colosenses 2:2-3
¡Quién habría pensado que Dios iba a resumir todo su entero plan de salvación en
una sola persona, su Hijo! Este es el aspecto central del misterio del plan de Dios
de salvación, sugerido y prefigurado en el Antiguo Testamento y completamente
revelado en el Nuevo. En muchas de sus cartas, Pablo describe como este misterio
de salvación en Cristo trabaja para nosotros. El dice que este misterio es...

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 Que Cristo es nuestra esperanza de gloria (Colosenses 1:26-27)
 Que los Judíos y los Gentiles vinieron a ser un nuevo hombre en Cristo
(Efesios 3:2-6)
 Que la Iglesia vino a ser una en Cristo (Efesios 5:31-32)
 Que Dios va a reunir todas las cosas bajo una cabeza, Cristo (Efesios 1:9-
10; Romanos 11:25-32)
Lee 2 Corintios 3:13-16
Cuando venimos a Cristo, el velo es quitado de nuestros corazones de tal manera
que finalmente podemos ver lo que estaba ahí por tanto tiempo. El Espíritu Santo
unge nuestros corazones, revelando el misterio de la salvación contenida en Cristo,
y hace de la Biblia una unidad perfecta para nosotros. ¡Piénsalo! Ahora tenemos lo
que muchos antiguos profetas tanto soñaron y anhelaron.
Lee 1 Corintios 2:7-16
Nota que aquí Pablo cita de un pasaje del Antiguo Testamento – Isaías 64:4. Está
declaración fue verdad en el tiempo de Isaías, ¡pero Pablo declara que no sigue siendo
verdad para los Cristianos! ¡Ahora sabemos lo que Dios ha preparado para aquellos
que le aman, porque el Espíritu de Dios nos lo ha revelado a través de la Palabra!
Esto es lo que Dios tiene para ti en el Instituto. Paso a paso,
lección tras lección, vamos a estar gustando la maravillosa salvación de Dios y el
misterio de lo que El tiene planeado para ti. ¡Cuantos tesoros yacen escondidos
bajo la superficie de la Palabra de Dios, listos para ser expuestos al corazón del
que tiene hambre de Dios!

1. George Barna, The Second Coming of the Church (La Segunda Venida de la Iglesia) Nashville: World Publishing, 1998),
p.22.
2. Draper’s Quotations for the Christian World, extraídas de Crompton Interactive Bible NIV.
3. R. Laird Harris “How Reliable is the Old Testament Text?” (“¿Cuan confiable es el texto del Antiguo Testamento?”) in
Gordon Clark, Can I Trust My Bible? (¿Puedo confiar en mi Biblia?) (Chicago: Moody Press, 1963) p.124
4. The Dictionary of the Bible (El Diccionario de la Biblia), extraída de Crompton Interactive Bible NIV.
5. Arthur W. Pink. The Divine Inspiration of the Bible (La Divina Inspiración de la Biblia) (, Grand Rapids: Baker Books, 1976)
p. 49
6. The Dictionary of the Bible (El Diccionario de la Biblia), extraída de Crompton Interactive Bible NIV

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