Está en la página 1de 1

Los primeros vestigios de asentamientos en la zona de Roma se remontan a la prehistoria.

Las pistas siguientes se remontan a la Edad de Piedra y se relacionan con la llegada de un


grupo de pueblos indoeuropeos conocidos como itálicos y como parte de un fenómeno general
de la migración que parece haberse llevado a cabo hacia la península italiana en dos oleadas; la
primera correspondería a los itálicos pertenecientes al subgrupo latino-falisco y, la segunda, a
los itálicos pertenecientes al subgrupo osco-umbro.
Algunos de los del primer grupo, y en modo especial los latinos, ocuparon el valle del río Tíber.
Su territorio limitaba con el de varios otros grupos de poblaciones itálicas y, en el norte, con el
importante pueblo preindoeuropeo de los etruscos. El pueblo itálico de los volscos, de origen
osco, ocupó la parte sur del Lacio mientras, otro pueblo osco, los sabinos, se instaló un poco
más al norte y al oeste de los montes Apeninos.

También podría gustarte