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El efecto 2000

En la mañana de un sábado de 1993, en la página 37 del periódico canadiense The Financial Post
se lea un artículo muy breve, de un solo párrafo. El titular: «El cambio de siglo plantea un error
informático», En el texto, un experto en informática advertía de que, en cuanto cambiásemos
de milenio, todos los ordenadores del mundo colapsarían, y las empresas poco o nada habrían
hecho para evitarlo.

La noticia corrió como a pólvora en todos los medios de comunicación posibles. Pero lo que The
Financial Post definía como un «posible problema» la prensa mundial lo catalogo de «amenaza
vital», una que podía traer consigo «disturbios, ataques terroristas y grandes epidemias», El tan
temido error se convirtió en todo un fenómeno que hoy en día recordamos con cierta nostalgia:
el efecto 2000.

Titulares alarmistas

Pronto comenzaron a brotar artículos en todos los países sobre «el error del milenio», también
conocido como «Y2K», En todos se incidía en sus catastróficas consecuencias: los equipos
médicos dejarían de funcionar, los bancos entrarían en bancarrota y las celdas de las prisiones
quedarían abiertas de par en par. Vamos, que el mundo se abocaba al apocalipsis. Estos son
algunos de los muchos titulares sobre el efecto 2000 que se publicaron en la prensa española:

- «EE. UU, teme que el "efecto 2000" afecte a la seguridad nuclear (El País)
- «Nace la Oficina de Transición al Año 2000» (E/ Mundo)
- «La respuesta al desbarajuste del efecto 2000 cuesta a España casi un billón de pesetas»
La Vanguardia)

Un temor creciente

Ante el temor de que el efecto 2000 pusiera en jaque todos los sistemas de defensa militar,
muchos países invirtieron miles de millones en prepararse para lo peor. «Existe la posibilidad de
que el ejército de Estados Unidos, así como nuestro arsenal nuclear, sufra fallos», confirmó un
portavoz de la Casa Blanca en The Sunday Times. De hecho, los EE. UU. Llegaron a aconsejar a
sus ciudadanos no viajar a países que no hubieran tomado ninguna medida de precaución contra
el error del milenio.

Pero el temor no invadía únicamente a los jefes de estado. Muchas empresas también se
apresuraron a actualizar sus sistemas e invertir en software nuevo.

Y así surgió una potente industria: los kits de reparación contra el efecto 2000 se vendían como
churros, las editoriales publicaron un sinfín de libros sobre el tema... y hasta el sector
inmobiliario se enorgullecía de vender inmuebles equipados para sobrevivir al nuevo milenio.

La hora de la verdad

Llegó la Nochevieja de 1999 y sonaron las doce campanadas sin que presenciáramos ningún
accidente de avión, ninguna explosión, ningún disturbio. Todo seguía exactamente igual..,
incluso en países como China o Rusia, donde no se molestaron en invertir para evitar el efecto
2000. El temido desastre no se produjo. Todos aquellos artículos y reportajes en los periódicos,
y todas las noticias que se habían retransmitido por radio y televisión, no habían servido para
nada. Si algo quedó claro aquella noche es que muchos medios prefieren adornar la verdad en
lugar de informar objetivamente.
Sensacionalismo

El efecto 2000 es solo una de las muchas noticias que se han exagerado en los últimos años.

Los medios nos alertan de meteoritos devastadores, de productos que causan enfermedades
mortales y de muchas otras catástrofes inminentes. Desde la aparición de internet, los medios
de comunicación se han enfrascado en una feroz competición por conseguir el mayor número
de lectores y, para ello, no dudan en recurrir a titulares sensacionalistas y a bombos mediáticos
o hypes. No hay tempo para contrastar las fuentes, así que las noticias se exageran
drásticamente o incluso son falsas.

El sensacionalismo periodístico, junto con la falta de tiempo y de fuentes, ha hecho que impere
la desconfianza hacia los medios tradicionales. Según varios ¡expertos, la línea entre la verdad y
la ficción se ha vuelto difusa. Cada vez tenemos más dudas sobre qué creer. Todo ello propicia
que se propaguen fake news. De hecho, según una encuesta realizada por Ipsos, el 75 % de las
fake news se consideran ciertas.

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