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Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 31 de agosto de 2015.

CUIG: 1010786317134

Sra. Decana de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA)


Profesora Graciela Morgade
(S/D)

Ref.: pronto despacho expedición de título

De mi mayor consideración:

El que suscribe, Silvio Ezequiel Piera, DNI 29.032.249, con domicilio en Lugones
2242, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CP 1430), me dirijo a Ud. a los efectos de solicitar
se dé PRONTO DESPACHO al otorgamiento de mi título de grado en los términos del art.
31 de la Ley de Procedimientos Administrativos (T.O. Ley 25.344) bajo apercibimiento de
iniciar la acción legal de amparo mora de la administración conforme lo prescribe el art. 28 de
la ley citada.

Se deja expresa constancia que el plazo legal para el otorgamiento del título que me
acredita como egresado universitario de esta facultad se encuentra superado en exceso y el
retardo en la entrega del mismo me causa un gravamen irreparable.

Entre las consecuencias negativas para mi persona que provoca esta demora, se puede
mencionar que para el Listado Oficial de ingreso a la docencia pública en la Provincia de
Buenos Aires sólo se aceptan inscripciones con título habilitante en mano, debidamente
legalizado, y dicha inscripción rige para el año siguiente a la inscripción. Es decir que, en mi
caso, la demora de la facultad en expedir mi título me impidió inscribirme en 2015 (para
ejercer en 2016) y si no se me entrega el título en forma inmediata tampoco podré inscribirme
este año para ejercer el próximo.

Se podrá aducir que la facultad expide un certificado de título en trámite. Sin embargo,
con dicho certificado sólo es posible inscribirse únicamente en el listado 108B, es decir, el
tercer listado en orden de importancia, no pudiendo titularizar y colocándome en pie de
igualdad con aquellos postulantes que se encuentran cursando aún sus carreras docentes o con
profesionales sin formación/título docente, lo que resulta una clara desigualdad de hecho en
mi contra generada por la institución que Ud. preside.

En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, si bien las Juntas de Clasificación Docente


aceptan inscripciones para los listados correspondientes a quienes no se acrediten mediante
título en mano, el comprobante del trámite de título no es válido para el caso de una eventual
titularización del cargo. Por otra parte, el puntaje con el certificado de título en trámite es
menor y me posiciona en inferioridad de condiciones frente a otros postulantes que sí cuentan
con su título en tiempo y forma.

Además de los gravámenes relatados respecto a la inscripción a la docencia pública en


Ciudad y Provincia en 2015 y –de no resolverse favorablemente lo que aquí solicito- en 2016,
debo mencionar que incluso, en determinados colegios privados de la Capital Federal, no se
me ha considerado para el puesto de docente de Lengua y Literatura como consecuencia de no
tener el título en mano. De tal forma se me priva de los beneficios del ejercicio del título que
acredita mi condición de egresado universitario.
Conforme lo dispone el art.14 de la Constitución Nacional la Administración Pública
se encuentra obligada a resolver las peticiones formuladas por los interesados, debiendo
decidir la totalidad de las mismas conforme lo dispone el art. 7 inc. c) de la LNPA,
considerándose que el “silencio” o ambigüedad de la administración frente a pretensiones que
requieran de ella un pronunciamiento concreto se interpretará como “negativa” (art. 10 de la
norma legal citada).

La administración tiene el deber de resolver las cuestiones planteadas por los


particulares legitimados a tales efectos. Este deber surge de la obligación que impone el
derecho del administrado de obtener una decisión fundada, en el marco del respeto al debido
derecho adjetivo y de la “tutela administrativa efectiva” (aplicación en el ámbito de la
Administración del principio de la tutela judicial efectiva y de la defensa en juicio
consagrados en el art. 18 de la Constitución Nacional y en los arts. 8 y 15 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), arts. 2 inc. 3º y 14
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y art. 10 de la Declaración Universal
de Derechos Humanos y encuentra fundamento también en el principio de obligatoriedad de
la competencia que impone el artículo 3 de la LNPA.

A su vez, esta obligación se desprende también, claramente, de otros principios que


rigen en el procedimiento administrativo, incorporados positivamente en el artículo 1º de la
LNPA, tales como los de celeridad, economía, sencillez y eficacia en los trámites
administrativos.

La obligación de resolver los planteos de los particulares también se vincula con el


principio de transparencia que debe imperar en toda actuación administrativa. El “silencio”
vulnera este principio, que exige reglas objetivas claras, publicidad de los actos y del
procedimiento, participación en el procedimiento de toma de decisiones, etc., y la falta de
respuesta a una petición del administrado es la prueba más cabal de la ausencia total de
transparencia: la inexistencia de decisión administrativa. Una Administración poco
transparente no perderá tiempo en contestar los reclamos de los particulares, y mucho menos
expresar razones o argumentos de las decisiones ya tomadas o a adoptarse. Y en definitiva,
como dice Schmidt-Assman, “el tan frecuentemente criticado déficit democrático de la
Comunidad es, en primer término, un déficit de transparencia” (Schmidt-Assman, Eberhard:
La teoría general del derecho administrativo como sistema, Madrid, 2003, pág. 413)

El criterio antes expuesto ha sido también receptado por la jurisprudencia pacífica de


nuestros más altos tribunales al disponer que: “…El deber de expedirse que tiene la
administración pública emana del derecho que tienen los particulares a que sus
preatenciones se resuelvan mediante una decisión fundada (art. 1 inc. f) ap. 3º Ley
19.549), debiendo decidirse todas las peticiones formuladas “art. 7 inc.c)”, pues de lo
contrario podrían configurarse auténticas hipótesis de indefensión.
De ahí entonces que la UBA debe expedirse en un sentido u otro pero debe
hacerlo, estando acreditado prima facie que ha transcurrido un plazo que excede lo
“razonable”, sin emitir la resolución de fondo que requirió el interesado, por lo que se
ha configurado morosidad por parte de esa entidad”.
“No resultan idóneos, por lo demás, para dispensar la morosidad de la referida
institución, los argumentos referidos a la existencia de la intervención de varios
organismos, como así tampoco lo relacionado a cuestiones burocráticas (exceso de
pedido de títulos; escasez de personal y de medios), por serle inoponibles al
administrado y además haberse excedido un plazo razonable sin resolver”
(CNCont.Adm.Fed., Sala V-in re “Bongianino, Marcela Andrea C/U.B.A.-Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales s/Amparo por Mora”-Expediente Nº 23.551/95 del 17/10/95),
entre otros fallos).

Vale aclarar que aquí no solicito se me informe sobre el estado del trámite de mi título
(para lo cual agoté las instancias previstas: consulta de la pagina del SIET en la UBA y en la
ventanilla de Alumnos de la facultad) ni solicito trato preferencial alguno, sino la pronta
expedición de mi título bajo los principios que rigen en el procedimiento administrativo
mencionados anteriormente (celeridad, economía, sencillez y eficacia).

Por todo lo expuesto solicito que dentro del plazo de cuarenta y cinco (45) días se
haga lugar a mi petición, se dé al trámite de la entrega de mi titulo universitario el
carácter de PRONTO DESPACHO y se expida acerca del otorgamiento del título de
Profesor en Enseñanza Media y Superior en Letras a mi favor, bajo apercibimiento de
iniciar la acción judicial de amparo por mora que prescribe el art. 28 de la LNPA. (T.O.
Ley 21.868).

Sin otro particular, le saluda a Ud. muy atte.

Julián Alejandro LESCANO


D.N.I. 34.424.083
CUIG: 1010786317134
Saavedra 225 (CP 1083), CABA
4951-4684
julianlescano@gmail.com

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