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PEC 2 EL EJÉRCITO ESPAÑOL EN EL SIGLO XIX, por María Jesús Sánchez

Raya

En el bloque 2 he escogido el tema de los soldados en la guerra de la Independencia.

He escogido el texto de Cristina Borreguero porque le tengo una gran admiración y


porque es una innovadora en el campo de la historia militar, su artículo sobre la Nueva
Historia Militar ha sido esencial en la evolución de los estudios militares en España.

La autora parte de los ejércitos borbónicos constatando su conexión sin interrupciones


pese a la situación excepcional que supone la abdicación y la ausencia de los reyes del
territorio español, así como la aparición de una nueva dinastía sobre el papel y el territorio,
lo cual hace que algunos autores duden de si es solo una guerra nacional contra un invasor,
una guerra internacional en un escenario subsidiario o una guerra civil entre dos bandos
con aliados foráneos1. Quizás lo más acertado sea la idea de que estamos ante un escenario
complejo y en este trabajo práctico abordaremos solo lo referente al lado español,
entendiendo en un sentido continuista con la dinastía borbónica, modo en que
habitualmente se hace teniendo en cuenta que las trasformaciones que dieron lugar a un
estado de tipo nacional ya se estaban dando en otros países, y que estamos pasando de
realidades territoriales dinásticas o otras de tipo nacional en todo el subcontinente.

Borreguero considera que se trata de un ejército cuyas características formales en


cuando a la estructura y forma de reclutamiento no tiene diferencia respecto a los del
pasado, pero que sin embargo sí puede constatarse en él una diferencia, este componente
patriótico, nacional que, pese a su pequeño tamaño y la dispersión irregular de sus
efectivos por el territorio, se aprestó a enfrentar con el ejército más poderoso del
continente en esos momentos2. Frente al mito de un ejército popular, masivo y entusiasta,
tenemos la realidad de la documentación, que, muy al contrario, muestra que muchos de
estos “voluntarios” se alistaron buscando una participación de menos riesgo en el esfuerzo
militar, y que las exenciones, más o menos reales, menudearon, así como conforme

1
MICHONNEAU, S. (2007), “La Guerra de la Independencia y la «cuestión nacional» española”
En: Sombras de Mayo: Mitos y memorias de la Guerra de la Independencia en España (1808-1908) [en
línea]. Madrid: Casa de Velázquez, Disponible en Internet. p.2 y ARENAS POSADAS, C. (2019), Por el
bien de la patria. Guerras y ejércitos en la construcción de España, Barcelona, Ediciones del Pasado y el
Presente, pp. 111-112.
2
BORREGUERO BELTRÁN, C. (2009), "El soldado en el nuevo modelo de ejército", en
FRIEYRO DE LARA, B. ed. Guerra, ejército y sociedad en el nacimiento de la España contemporánea,
Granada, UGR-MADO, p. 270.
avanzó la contienda, se produjeron innumerables ejemplos de prófugos y desertores3. De
hecho, el componente principal fue gente joven procedente del campo y de las ciudades
humilde, sin formación militar, mezclados con unos pocos veteranos, lo cual no facilitó
una buena actuación frente a los ejércitos franceses muy profesionalizados, y que no
conseguirán adquirir cierta eficacia hasta integrarse bajo el mando único de Wellington
más avanzada la guerra. Las opiniones en todo caso no son muy homogéneas pues hay
quien piensa que eran poco disciplinados en todos los sentidos y algunos autores todo lo
contrario, que supusieron una mejoría frente a los ejércitos mercenarios profesionales 4.

Puell de la Villa señala una serie de transformaciones que experimenta el ejército


español a lo largo de la contienda, que contribuirán a la creación del ejército liberal
español: la primera, la hegemonía del soldado de quintas frente al profesional; en segundo
lugar, la apertura del Cuerpo de oficiales a la clase media, previa eliminación del
necesario estatuto de limpieza de sangre para el acceso al mismo; y por último, el cambio
de las rígidas formaciones tácticas de la época moderna al ataque en columnas propio de
la edad contemporánea5. Considera que es un proceso que debe situarse en 1788 a la
muerte de Carlos III, incardinando las reformas de la época de Carlos IV en este cambio,
al adaptarse al modelo francés y reclutarse por primera vez un ejército de leva para hacer
frente a la Convención Nacional, y finalizarse en 1868 con el destronamiento de Isabel
II, pues los cambios experimentados en la estructura y funcionamiento del mismo
modificarán el ejército empobrecido e inquieto de los pronunciamientos, por otro modelo
diferente, el de la Restauración6.

Ambos, Borreguero y Puell, coinciden en considerar Valmy como el punto de giro


hacia un modelo de ejército nuevo, que marcó la pauta para el resto de los ejércitos
continentales.7 Las necesidades de este nuevo ejército, sobre todo en el aspecto logístico,
son mucho mayores debido al mayor tamaño de los mismos. Teniendo en cuenta que en
el territorio se concitaron cuatro ejércitos distintos, francés, inglés, portugués y español,
no es difícil de entender el grado de desastre y el nivel de expolio que sufrieron tanto las
ciudades como el campo. Si nos referimos en principio al ejército español, en exclusiva,

3
BORREGUERO, (2009), op. cit, p.299.
4
BORREGUERO, (2009), op. cit, p.282, 286 y ARENAS (2019), op. cit. p. 113.
5
PUELL DE LA VILLA, F. (2015), “El ejército nacional. Composición y organización”, en
ARTOLA, M. (coord.), Historia Militar de España. Edad contemporánea I. Siglo XIX, Madrid, Ministerio
de Defensa, p. 130.
6
PUELL DE LA VILLA, F. (2021), Historia del Ejército en España, Madrid, Alianza Editorial,
p. 63-64.
7
BORREGUERO, C. (2009), op. cit, p. 266, PUELL DE LA VILLA, F. (2021) op. cit p. 67.
su alojamiento y abastecimiento se hizo de acuerdo a las reformas introducidas por Carlos
IV, qué básicamente consistían en los cuarteles para la tropa y los alojamientos
particulares para la oficialidad, teniendo en cuenta que debido al mayor tamaño de este
ejército, y al hecho de que en un principio también hubo que asistir a los ejércitos
franceses (y se siguió haciendo en las zonas ocupadas), la situación fue complicada y
llevó a una verdadera lucha por la subsistencia como señala Cantera en su magnífico
artículo. Igualmente hubo que utilizar todo tipo de edificios de gran tamaño, incluidos
monasterios y castillos mas todo tipo de casas particulares y campamentos creados al
afecto8. Los soldados de todos estos ejércitos se ven obligados a vivir sobre el terreno, en
competencia por los recursos con una población que rápidamente dejará de colaborar ni
siquiera con los propios buscando su propia supervivencia en tiempos tan difíciles. El
saqueo de la población será practicado por todos los ejércitos, no solo el francés, sino
también por parte de los ingleses y los guerrilleros españoles9. En el caso de los soldados
españoles en especial, hay que hacer mención a sus duras condiciones de vida, ya que los
ejércitos tanto ingleses como franceses recibían algunos suministros de sus trenes
logísticos, mientras que la escasez de recursos del español lo hizo más vulnerable a
enfermedades y heridas debido a la escasez de ropa de abrigo, calzado y armamento;
también la alimentación y el cuidado de los heridos serán capítulos deficitarios10.

Finalmente, queda mencionar la evolución del ejército español a partir de 1810. Frente
a la idea injustamente extendida de la inoperancia del ejército español y su total colapso
e inoperancia, tanto Borreguero como Artola, nos ofrecen una imagen mucho más
matizada del desempeño del ejército español. Borreguero alude a la reestructuración que
tuvo lugar bajo el Consejo de Regencia y la integración bajo la comandancia general de
Wellington. Aprovechando la marcha de buena parte de los franceses hacia el frente ruso,
la contraofensiva británica tiene lugar en 1812, apoyada en unas unidades españolas ya
veteranas que demostraron su valía pese a las continuas críticas recibidas por la opinión
pública española11. Imposible citar en este espacio tan reducido el recuento
pormenorizado de campañas y hechos bélicos que desarrolla Artola con su maestría
habitual. Simplemente decir al respecto, que, en treinta años de profesión docente en la

8
BORREGUERO, C. (2009), pp 283-285, y CANTERA MONTENEGRO, J. (2010), “La otra
guerra: la lucha por la subsistencia. Acuartelamiento, vestuario y alimentación durante la guerra de la
Independencia”, Cuadernos de Historia Moderna, 9, pp 150-152
9
BORREGUERO (2009), op, cit., p.297.
10
CANTERA (2010), op. cit., p. 156 y 161-162
11
BORREGUERO, C. (2019), op. cit. p. 187-289.
historia, y en especial en la historia española, tengo que reconocer que desconocía la
importancia de la aportación del ejército español a la guerra, más allá de los tópicos que
reproducimos habitualmente. La lectura atenta del texto de Artola deja clara, sin lugar a
dudas, la dura experiencia que los soldados españoles, regulares, milicias y guerrilleros
vivieron en estos duros momentos históricos, y como pese a todo, se enfrentaron al
ejército más poderoso entre las naciones de la época. Simplemente, mencionar como
hecho diferencial del modo en que los españoles abordaron la defensa de la nación, no ya
de las posesiones borbónicas, el surgimiento de la guerra de guerrillas, maravillosa y
prolijamente descrito en el texto de Artola, donde desarrolla su origen, tácticas, función
y características peculiares, inspiración para otras naciones en momentos de crisis total.
Quizás fue con los españoles de este periodo cuando el concepto de guerra total alcanza
su significación completa, tanto en lo ofensivo como en lo defensivo12.

Bibliografía:

—BORREGUERO BELTRÁN, C. (2009), "El soldado en el nuevo modelo de


ejército", en FRIEYRO DE LARA, B. ed. Guerra, ejército y sociedad en el nacimiento
de la España contemporánea, Granada, UGR-MADOC, pp. 265-303.

—CANTERA MONTENEGRO, J. (2010), “La otra guerra: la lucha por la


subsistencia. Acuartelamiento, vestuario y alimentación durante la guerra de la
Independencia”, Cuadernos de Historia Moderna, 9, pp. 147-165.

—PUELL DE LA VILLA, F. (2021), Historia del Ejército en España, Madrid,


Alianza Editorial, pp. 63-104

Bibliografía adicional:

—ARENAS POSADAS, C. (2019), Por el bien de la patria. Guerras y ejércitos en la


construcción de España, Barcelona, Ediciones del Pasado y el Presente.

—ARTOLA, M. (2015), “Las campañas del Ejército real. La guerra de la


Independencia”, en ARTOLA, M. (coord.), Historia Militar de España. Edad
contemporánea I. Siglo XIX, Madrid, Ministerio de Defensa, pp. 37-91.

12
ARTOLA, M. (2015), “Las campañas del Ejército real. La guerra de la Independencia”, en
ARTOLA, M. (coord.), Historia Militar de España. Edad contemporánea I. Siglo XIX, Madrid, Ministerio
de Defensa, pp. 74-81.
— MICHONNEAU, S. (2007), “La Guerra de la Independencia y la «cuestión
nacional» española” En: Sombras de Mayo: Mitos y memorias de la Guerra de la
Independencia en España (1808-1908) [en línea]. Madrid: Casa de Velázquez,
Disponible en Internet.

—PUELL DE LA VILLA, F. (2015), “El ejército nacional. Composición y


organización”, en ARTOLA, M. (coord.), Historia Militar de España. Edad
contemporánea I. Siglo XIX, Madrid, Ministerio de Defensa, pp. 129-136.

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