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Dios nos creó como personas originales.

El color de nuestros ojos, la forma del


pelo, nuestra estatura, ¡todo fue pensado por nuestro Creador! ¡No somos una
casualidad! Incluso los hermanos gemelos, por más parecidos que sean
siempre habrá una manera de distinguirlos. ¡Pensémoslo! Ningún ser humano
en toda la historia se pareció ni se parecerá a nosotros. ¡Porque Dios nos
formó como personas únicas y especiales! 

Tenemos nuestros propios gustos, deseos, pasiones, anhelos y sueños.


Sabemos qué cosas nos enojan y cuáles nos dan alegría. Conocemos nuestras
tentaciones y debilidades, nuestros proyectos y planes, problemas y éxitos.
¡Día tras día disfrutamos la oportunidad de vivir!
Entonces, ¿por qué a veces pensamos que debemos ser como otra persona?
¿Por qué nos lamentamos y pensamos que nuestra vida sería mejor si
fuésemos como aquel amigo o aquella estrella de la música? ¿Por qué
intentamos copiar lo que dicen o hacen los demás cuando en realidad no
estamos de acuerdo con eso?

Deja de anhelar ser otra persona… es común observar y escuchar a la


gente decir cosas que reflejan su descontento, “el joven quiere ser
mayor, y el mayor quisiera ser más joven”, “la mujer con cabello
largo quisiera tenerlo más corto, o más lizo, o más ondulado, pero no
se agrada con el que tiene”, “la soltera quiere estar casada y a veces
las casadas quisieran estar solteras” … repítete esto con voz alta, “la
vida no tiene que ser perfecta, sino que debe ser una vida de
excelencia”.

Tener una vida en excelencia, significa “hacer lo mejor que pueda con
lo que tengas”, pero además te aseguro que con la ayuda de Dios vas
a lograr grandes cosas.

Por supuesto que es muy bueno tratar de aprender e imitar los buenos
ejemplos. Pero recordemos siempre que Dios nos formó como seres originales.
¡No vivamos como una copia!

Sumérgete:

En el mundo viven alrededor de seis mil millones de personas. Y cada una


tiene sus propias características que la hacen un ser único. ¡Disfrutemos la
maravilla de ser diferentes e irrepetibles!

Tienes dones y talentos únicos, tu manera de hablar, tu rostro, tus


pensamientos, tu capacidad intelectual, tus emociones son únicas…
aunque tengas rasgos en común con otros eso no quiere decir que
seas como ellos.

Decide ser feliz con quien eres y con lo que tienes, aspira a mejorar
todos los días, pero no te compares con los demás, tu medición serás
tú mismo y tu fuente de inspiración la “Palabra de Dios”
Oremos para que el Señor ayude a quien codicia para no hacerlo
mas, y si es en ti, que el Señor borre de ti todo espiritu de
comparacion.
Versículo: “No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa,
ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le
pertenezca”. Éxodo 20:17 (NVI)
https://www.devocionalescristianos.org/2010/05/temas-cristianos-desafios-para-
jovenes-y-adolescentes-1.html

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