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Procesos Donde Se Generen Radicales Libres Y Sean Aplicados

Directa O Indirectamente A La Ingeniería Ambiental.

Presentado por: María Lucia Meléndez Medina.


Materia: Química Orgánica
Ingeniería Ambiental II semestre.

Los electrones ocupan regiones en los átomos o moléculas conocidas como orbitales. Cada
orbital puede contener un máximo de dos electrones, cada uno de ellos con un spin (giro)
en un sentido opuesto al otro. A los dos electrones de un orbital se les denomina electrones
apareados. Un enlace químico (enlace covalente) consiste en un par de electrones de spin
opuesto que comparten el mismo orbital molecular (electrones apareados), contribuyendo
con un electrón cada uno de los átomos que forman el enlace.
Los hidrocarburos de alto peso molecular, presentes en el material particulado, existe un
amplio rango de compuestos orgánicos volátiles, destacándose aquellos que poseen entre 1
y 4 átomos de carbono, ya que se encuentran en estado gaseoso, bajo condiciones
ambientales normales. Su importancia ambiental radica en su participación en las
reacciones de oxidación fotoquímica. En dichas reacciones, los hidrocarburos se
transforman en radicales libres, generándose derivados aldehídos y otros compuestos
oxidados, como por ejemplo: formaldehído, acroleína, acetaldehído y nitrato de
peroxyacetilo.

Cuando los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos se ponen en contacto, en presencia de


luz solar, tiene lugar un conjunto de reacciones químicas complejas que generan
contaminantes secundarios, conocidos como smog fotoquímico. El ozono es uno de los
oxidantes fotoquímicos más abundantes, y se genera por la reacción entre el O2 y el
oxígeno atómico (O), en presencia de un catalizador (M) que estabiliza la molécula de
ozono:

El ozono se consume en la reacción con el NO para formar NO2:


El ozono es un fotooxidante que se produce en la troposfera por efecto de la oxidación de
monóxido de carbono e hidrocarburos en presencia de óxidos de nitrógeno y luz solar. De
este modo, los hidrocarburos, el monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno
constituyen precursores en la formación de ozono troposférico.
Por su parte, el oxígeno atómico se produce debido a la acción de la luz solar sobre el
dióxido de nitrógeno. El oxígeno atómico es altamente reactivo y su interacción con el agua
genera radicales hidroxilos, los que juegan un papel fundamental en los complejos procesos
químicos atmosféricos:

Los radicales hidroxilos reaccionan con los hidrocarburos (RH), para producir radicales
libres de hidrocarburos (R•), en presencia de luz solar (a longitudes de onda menores de
0,38 µm):

Estas substancias, a su vez, reaccionan con el NO original para formar más NO2:

El efecto neto de estas reacciones es que una molécula de hidrocarburo convierte dos
moléculas de NO a NO2, y produce una molécula de aldehído. De hecho, se produce más
NO2 que aquel consumido en la reacción de disociación original, que proporciona el
oxígeno atómico inicial, por lo que aumenta la concentración de NO2 y disminuye el nivel
de NO. Tal como se menciona más adelante, el ozono también se genera en la estratosfera
donde juega un papel fundamental para proteger la superficie terrestre de la radiación UV.
Sin embargo, el ozono troposférico es nocivo para los animales y las plantas, debido a su
gran capacidad oxidante que lo hace reaccionar con toda clase de substancias orgánicas.
La fotólisis: Los métodos fotolíticos para la degradación de contaminantes disueltos en el
agua se basan en proporcionar energía a los compuestos químicos en forma de radiación,
que es absorbida por las distintas moléculas para alcanzar estados excitados en el tiempo
necesario para experimentar reacciones.
En presencia de radiación ultravioleta se produce la fotólisis de un gran número de
compuestos orgánicos. El proceso tiene lugar en el dominio del UV-C (210– 230nm) y se
basa en la formación de radicales C-centrados; es decir, radicales libres.
La eficiencia del proceso depende principalmente de la capacidad de absorción de radiación
y de la presencia de otros compuestos que absorben la misma longitud de onda. En los
procesos de oxidación fotolíticos normalmente se utilizan lámparas de mercurio de baja
presión (254nm, 471 KJ/mol) empleadas tanto en la desinfección, como en la depuración de
las aguas. Sin embargo, es necesario llevarlas a longitudes de onda más bajas (170-200nm),
ya que llevan asociada una mayor energía (704-598 KJ/mol) y son más eficientes en la
ruptura de los enlaces de los compuestos orgánicos. Igualmente, la eficiencia de
degradación de compuestos a partir de la luz absorbida se mide a través del rendimiento
cuántico, el cual se define como la relación entre el número de moléculas que reaccionan y
el número de fotones absorbidos.
Un aspecto a tener en cuenta es la presencia de oxígeno en el proceso de oxidación. Se ha
probado en la fotólisis la existencia de diferentes reacciones en función de la distancia a la
fuente de radiación, debido a la diferente concentración de oxígeno presente. Durante el
proceso de fotólisis de la materia orgánica se presentan las siguientes reacciones

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