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Nagorno Karabaj.

Conflicto congelado del Cáucaso

Por TERNICIEN NOVOA, JUAN PABLO .

ACTUALIDA

FECHA DE PUBLICACIÓN: 09/10/2020. VISTO 479 VECES.


PALABRAS CLAVE: CAUCASO, AZERBAIYÁN, TURQUÍA.
cápita de US$10.000. El índice de desarrollo humano es muy similar al de Armenia, ranqueado 83, pero su democracia es mucho más débil,
siendo ubicado por The Economist en el lugar 146 (The Economist , 2020).
El Alto Karabaj Los lazos entre la región del Alto Karabaj o Artaj y Armenia, se remontan a la segunda centuria antes de Cristo. Desde
entonces la región ha seguido el flujo de las invasiones que vieron el nacimiento y muerte de imperios tan propios de esa región. A principios
del siglo XX, todo el Cáucaso es absorbido por la URSS. En este período, la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán, con el
apoyo de Turquía, reclama al poder central se le entregue la soberanía sobre el Alto Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios. Moscú,
para no contrariar a Turquía, a la que quería atraer a su esfera de influencia, accedió a la petición de Azerbaiyán; sin embargo, en 1923, ya
constituido el enclave armenio, Moscú otorga a Nagorno Karabaj la condición de Oblast autónomo dentro de Azerbaiyán. La Pax Soviética
mantuvo controladas las aspiraciones nacionalistas del Alto Karabaj; sin embargo, hacia el final de los años 80 del siglo XX, el enclave anunció
sus intenciones de independencia, iniciándose una escalada violenta contra Azerbaiyán, a la que se unió Armenia una vez libre del yugo
soviético, enfrentándose ahora ambos Estados en un largo y sangriento conflicto, con más de 30.000 muertos y cientos de miles de refugiados.
Después de largos años de lucha, en 1994 se pacta un cese al fuego, que no trae la paz si no sólo una tregua, por cuanto no se resuelve la raíz del
conflicto y la región de Nagorno Karabaj ejerce una independencia de facto, no reconocida, bajo el nombre de República de Artaj. (Mankoff,
2020) Pese a la mediación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), la situación continuó inestable y ha
desembocado en un resurgimiento de la violencia desde septiembre de este año.

 Fuente: https://exosapiens.wordpress.com/2015/10/23/el-
Erdogan ha sido más directo en expresar su apoyo a Azerbaiyán, lo que bien podría estar incentivando la agresividad de Bakú (BBC, 2020). Un
ingrediente muy importante en la participación de Turquía en este conflicto, es la irreconciliable animosidad entre Turquía y Armenia que se remonta
al genocidio armenio, del que Ankara no muestras señales de arrepentimiento. Ankara, consciente de su poder, demuestra su interés por ejercer
influencia en el área geográfica que alguna vez fue el Imperio Otomano, esto es Medio Oriente, el norte de África, los Balcanes y el Cáucaso Sur, para
que sean parte de su esfera de influencia, donde Ankara tenga intereses privilegiados (Emol, 2020). Esta aspiración, necesariamente, debe despertar
inquietud en las otras potencias medianas de la región, especialmente en Arabia Saudita, Irán e Israel y, visto que incluye a los Balcanes, Europa no
puede ser pasiva cuando algunos indicios de esta expansión turca se observan en los recientes roces con Grecia. Probablemente podríamos incorporar
más actores a la nómina, como Irán y la Unión Europea; sin embargo, hasta ahora no evidencian una participación activa. Por otro lado, como ya
parece una constante, EE. UU. no ha querido asumir su rol de potencia hegemónica y, salvo algunos llamados al cese al fuego, la elite política de
Washington está concentrada en las elecciones cercanas.

¿Y Europa?
A la fecha, Europa no parece estar tomando acciones concretas. Probablemente porque su diplomacia está agotada en temas relacionados con la
pandemia que ocupa a Europa y al mundo. Sin embargo, no puede ser indiferente a un conflicto que podría amenazar su suministro de gas desde el
Caspio a través de territorio de Azerbaiyán y Georgia. Interrumpir este flujo afecta la estrategia europea de disminuir la dependencia del gas ruso. De
qué manera este conflicto afectará el tablero de poderes en la región que es importante para Europa.

¿Descongelando un conflicto congelado?


El Cáucaso es un buen ejemplo de lo que el ex - Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, llamó “conflictos congelados” tanto en esta
región como en Europa Sur oriental: Moldavia con Transnistria; Georgia, con Abjasia y Osetia del sur y, por supuesto, Ucrania, a los que pronto
podría sumarse Bielorusia. Estos conflictos latentes acomodan a Moscú porque previenen que países de su exterior próximo logren mayor
acercamiento a la región Euro – Atlántica y se mantengan bajo la influencia rusa. Sin embargo, este conflicto parece escapar a esta estrategia y servir
mejor a los intereses de Ankara con un Recep Tayyip Erdoğan enfocado en disputar las cuotas de poder que pondrían a Turquía al nivel de potencia
regional como la que antes disfrutó como Imperio. Todas las partes coinciden en que no habrá salida al conflicto sin la participación rusa, única
potencia que puede forzar a las partes a sentarse a la mesa; sin embargo, la postura de Moscú hasta ahora ha sido tibia o al menos, no tan directa como
Ankara, cediendo tribuna a Erdogan como potencial mediador. Esta actitud no concuerda con la tradicional política de recuperar su exterior próximo,
o de mantener la iniciativa en los conflictos congelados, por lo que debe esperarse una reacción de Putin que lo devuelva a la condición de

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