Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
B enjam ín
T o r r es
a a a m f t i ^ i / v y u / i / v a / v >v í /
( 1780- 1862 )
p Ciencia
^ Editores
BIBLIOTECA DIGITAL
BIOGRAFÍAS
rr |C ie n c ia
l ^ E d itores
Juana Asurdui de Padilla (1780-1862). La historia detrás de la leyenda.
ISBN: 978-99974-827-6-1
Facebook.com/ciencia editores
Email: cienciaeditores@yahoo.com.ar
Contactos: (591) 77128400 (591 - 4) 6438328
Sgto. Tejerina 125, Sucre - Bolivia.
Portada: “Juana Azurduy y las guerrillas’ (1957) por Lorgio Vaca, en el salón de actos del
Colegio Nacional Junín, Sucre - Bolivia.
2
[UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE I A LEYENDA.
PRÓLOGO........................................................................................................................................ 7
AGRADECIMIENTOS................................................................................................................. 13
TABLA DE ABREVIATURAS..................................................................................................... 14
IN T R O D U C C IÓ N ........................................................................................................................ 15
CAPÍTULO I
ANTECEDENTES Y CONTEXTO
• Y comenzó la guerra............................................................................................. 19
CAPÍTULO II
• El mayorazgo de Cachimayu............................................................................... 21
3
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
LA GUERRA DE GUERRILLAS
• Asalto a C huquisaca............................................................................................. 37
• Insurgentes em igrados.................................................................i......................41
CAPÍTULO V
EL EXILIO
4
Residente en Tucum án 44
• En S alta...................................................................................................................44
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
• La hacienda de Robledo....................................................................................... 63
• El fallecimiento en Q oripata............................................................................... 66
5
NORBERTO BEN IAM ÍN TORRES
EPÍLOGO
CONSIDERACIONES FINALES................................................................................................ 75
CRONOLOGÍA..............................................................................................................................77
ANEXOS.........................................................................................................................................79
FU EN TES..................................................................................................................................... 146
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................................... 150
6
J u a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 1862). L a h i s t o r i a d e i ra s de l a l e y e n d a .
t^ 'R ó lo g o
No hay héroes sin leyenda. Esta afirmación, creo, está fuera de toda duda. Porque los héroes
son construcciones que parten de lo hum ano y van a lo sobrehumano. La historia en cambio
es “hum ana, demasiado humana” como dijera el filósofo. Y la leyenda, por lo tanto, está fuera
de las manos de los historiadores. A menos de que alguno se atreva a hacer historia de la
leyenda de... (en este caso: Juana Azurduy). Pero las leyendas, son construcciones sociales
y no individuales, y se alimentan de producciones individuales, para crear un producto
anónimo, que como una bola de nieve, va creciendo y creciendo sin control y por tanto son
intrínsecamente inasibles.
En 1871, es decir a escasos nueve años de la muerte de doña Juana, Samuel Velasco Flor,
el historiador potosino, publicó una breve biografía de Juana Azurduy en su obra Vida de
bolivianos célebres. Como buen positivista1, utilizó toda la documentación que tuvo a su alcance
(no podemos pretender que para entonces, dadas las dificultosas condiciones de accesibilidad
a las fuentes primarias hubiese podido disponer de toda la información que tenemos hoy),
tanto que después de la breve nota biográfica, anexa la documentación que consultó. Pero
Velasco Flor, pone en su biografía muchos datos que no respalda con documentos y que
no sabemos de dónde obtuvo (sobre los padres de Juana, fecha de nacimiento, ingreso al
convento, fecha de m atrim onio y muchos otros). Los datos contenidos en ese trabajo, fueron
la base para que todos los historiadores posteriores, (entre ellos Miguel Ramallo, Valentín
Abecia, José Macedonio Urquidi y tiempo después, Joaquín Gantier y toda su seguidilla)
construyeran su obra.
1 Claro que don Samuel era una especie particular de positivista ya que tenia la tendencia a exagerar un poco. Ya nos habla prevenido sobre
él su contemporáneo Valentín Abecia Ayllón: “El entusiasmo por la novedad, hizo a Velasco Flor, alterar la autobiografía de Padilla que existia
en su biblioteca, aumentando las cifras de combatientes y de muertos en las diversas acciones de guerra en que figuró el ilustre caudillo [...]"
(V. Abecia en: Historia de Chuquisaca, Colección Bicentenario, Sucre, 2010: 325)
7
N o r b e r t o B e n j a m ín t o r r e s
Pero, perm ítanm e ahora una digresión, para detenernos por un momento en un tema
seductor: la imagen física de Juana Asurdui transm itida por sus contemporáneos. Son pocas
las descripciones que los autores nos han legado de ella. Lo interesante en los casos que
veremos a continuación, es que se trata de quienes la conocieron en persona en los tiempos
de post-guerra o que conocieron a personas que la habían tratado de cerca.
La prim era la hizo Velasco Flor que nos dice, que cuando combatía junto a Güemes:
Sabemos que el autor potosino no la vio nunca en batalla, pues él no había nacido aún, lo
hizo recién en 1842; pero llegó a Sucre a estudiar Derecho cuando Juana aún vivía (1861).
¿De dónde sacó la información acerca de los detalles tan precisos de su forma de vestir en
combate? ¿Se los transm itirían sus descendientes a los que el autor afirma conocer? ¿Se los
debía a su imaginación? No lo sabremos nunca.
Posteriormente, me imagino que con algunas licencias literarias, doña Lindaura Anzoátegui
nos ofrece en sus novelas históricas ya citadas, las siguientes descripciones de su heroína.
Es muy probable que doña Lindaura Anzoátegui conociera a los integrantes del círculo íntimo
de doña Juana, pues vivían en la misma ciudad (Sucre) desde 1861, año en que la novelista
que había quedado huérfana, se trasladó a la misma y en la que la ya célebre guerrillera murió
en 1862 (aunque en sus novelas aparece el año 1861). Además de que su esposo Narciso
Campero, fue cercano a la heroína. Doña Juana le escribió una carta agradeciéndole por sus
gestiones para conseguirle una pensión mayor a la que tenía.
Gabriel René M oreno por su parte, en Matanzas de Yáñez (1886)2, nos hace este retrato de
Juana:
Era doña Juana de sangre mestiza en ese grado de cruzamiento en que predomina
más bien que la tez indígena el tinte andaluz.
2 Los datos que proporciona Moreno acerca de la vida de doña Juana provienen también de la obra de Velasco Flor.
8
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 • 1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
René Moreno la conoció cuando él era un niño, y en la misma obra, nos relata cómo con otros
muchachos de su edad iban a im portunar con preguntas a la heroína hasta que obtuvieron de
ella estas palabras: “¡Guay, que al fin rajaron la tierra aquellos chapetones malditos!”.
Estas descripciones son los únicas que conocíamos de quienes tuvieron trato (o referencias
directas) con doña Juana y han sido repetidas innumerables veces por sus biógrafos. Queda
en manos de ustedes, lectora(e)s, forjarse una imagen de doña Juana y discernir hasta qué
punto los prejuicios raciales, la mentalidad de los autores o la inconsciente reproducción de
patrones occidentales de belleza femenina influyeron en la pluma de los mismos. Sabemos
ahora, gracias al libro que tenemos en las manos, que por las venas de doña Juana corría (ya lo
señala Moreno) sangre india y (nos atreveríamos a afirmar) más precisamente: yampara, pues
su abuela era descendiente de los caciques del pueblo de indios de Quila Quila.
Este estereotipo lo repite también don Joaquín Gantier que va un poco más allá:
Era una adolescente que sólo tenía su angustia, su sueño loco, ansioso de
milagros, de que resucitara su padre, de convertirse en un varón o de rehacer la
sociedad y el mundo [... ]
Anzoátegui por su parte la ve: bella, altiva, noble, heroica, abnegada, de carácter firme y
paciente, inteligente e ilustrada.
Gracias a Norberto Benjamín Torres, tenemos ahora una nueva descripción de la heroína
proveniente de alguien que la conoció en persona. En la obra de Juana Manuela Gorriti, la
escritora argentina y esposa de Belzu que la conoció en su infancia, Norberto Benjamín Torres
ha encontrado este párrafo:
Allí [Salta], siendo yo muy niña, en 1822, tuve el honor de conocerla. El loor a
sus hazañas flotaba ante mis ojos como un incienso en torno a aquella mujer
extraordinaria y formábala una aureola. Su recuerdo, está vivo todavía en mi
mente cual si ahora la viera con sus largos vestidos de luto y su semblante sereno
y meditabundo.
En cuanto a su vida afectiva, todos los autores lo repiten (y lo repite la leyenda): su esposo,
sus hij(a)os, su patria, son sus grandes amores. Tanto amó a su patria que sacrificó por ellos
familia, com odidad y sobre todo, le ofrendó a sus hij(a)os.
Dejando este breve paréntesis, volvemos a la historiografía de Juana. Otro punto alto en la
misma, es la obra de Joaquín Gantier titulada Doña Juana Azurduy de Padilla.
9
N o r b e r t o B e n j a m ín T o r r e s
Esta obra publicada por prim era vez en Argentina el año 1946, tuvo una amplia difusión y aun
hoy es el texto biográfico más conocido del personaje que nos ocupa.
Don Joaquín incluye en su texto algunas variantes a las informaciones de sus predecesores.
Transcribe una partida de nacimiento que se encontró en la parroquia de Santo Domingo,
cuando por iniciativa del canónigo Néstor Sandi se hizo una pesquisa en las partidas de la
ciudad de Sucre. La Juana que encontraron se llamaba Juana Asurdui Bermúdez (su madre
en este caso se llamaba Eulalia, la de Velasco Flor, Petrona) y había nacido en 1780. Incluye
también otros datos: vincula a Juana con los Asurdui y Otálora, adelantándose de esta forma
a las deducciones de Juan José Leñero. Incluye además la partida de defunción. En lo demás
sigue básicamente a Mitre y a Ramallo, que como hemos visto había seguido a Velasco Flor,
como ellos, considera que Juana va al convento (que él supone es el de Santa Teresa aunque
afirma no haber encontrado ninguna docum entación al respecto). La partida de nacimiento
y la vida conventual, le dan cuerda para hojas y hojas de un relato apasionado. Quizás esa
es la verdadera virtud de la obra de don Joaquín. El brillante tratamiento literario del tema,
partiendo de unos cuantos datos obtenidos de los historiadores y otros pocos, (en algún caso
como el de la partida de bautismo, errados) obtenidos de fuentes primarias. Su valor es, por
tanto, y así lo señala Norberto Benjamín Torres en este libro, más literario que histórico.
A partir de la obra de Gantier, durante todo lo que restó del siglo XX, los biógrafos de Juana
que le sucedieron, utilizaron la información que él proporcionó en este texto, varias veces
reeditado. Berta Wexler, Jorge Querejazu y muchos otros, repitieron lo que Gantier había
dicho.
Pero la labor de don Joaquín no se limitó a este libro, ofreció conferencias, escribió artículos
y pronunció discursos y en julio de 1980, organizó un extenso programa de festejos
conm em orando el bicentenario del natalicio de Juana Azurduy de Padilla; aunque para
entonces como nos informa Norberto Benjamín Torres en la introducción a su obra, sabía ya
que la Juana que nació ese día, no era la guerrillera ni la esposa de Padilla. Por lo visto pudo
más su espíritu cívico, que su vocación de historiador.
Este libro contiene muchísima información nueva sobre Juana Asurdui Llanos. Recopilando
datos obtenidos por otros investigadores, como ser la partida de matrim onio que ubicara
en Moro Moro el investigador Hugo Cañedo (aunque ya la conocían Gantier y Valentín
Manzano) y a partir de la cual se puede saber con certeza cuál era el apellido materno de la
heroína, Norberto Benjamín Torres decidió separar la paja del trigo (es decir lo legendario
de lo histórico) y emprendió la larga, incierta y solitaria tarea de revisar cientos de folios en
busca de la partida de bautismo de Juana. La encontró finalmente entre las de San Pedro de
Montalbán de Tarabuco, haciendo un gran aporte historiográfico al tema en cuestión.
A partir de este docum ento y haciendo acopio de todos los datos obtenidos por otros
historiadores a los que ha añadido muchos más recogidos por él mismo, Norberto Benjamín
Torres, ha reconstruido minuciosa, metódica y cuidadosamente la vida de Juana Asurdui
Llanos a partir, exclusivamente, de fuentes primarias.
10
JUANA ASURDUI DE rA D ILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRAS DE LA LEYENDA.
Gracias al paciente trabajo del autor en los archivos eclesiásticos conocemos partidas de
bautismo, o en su caso de matrim onio o defunción, de sus antecesores, los Asurdui y Otálora,
de sus abuelos, sus padres, sus herm anos y algunos de sus hijos.
Sabemos también por la información que recopila, dónde nació, cuándo y dónde se bautizó,
cuándo y dónde se casó con Manuel Asencio Padilla y además otras minucias que por lo
general los historiadores dejaban de lado, como por ejemplo, quiénes fueron los padrinos de
su m atrim onio o en qué m atrimonios participaron los integrantes de la pareja como testigos.
Cita también el autor, todos los docum entos conocidos hasta el momento, que fueron
producidos por Juana Asurdui durante su estadía en Tucumán y Salta, para pasar luego a
considerar el tema de su retorno a Chuquisaca.
Los años posteriores a su regreso, ocupan un gran espacio de esta biografía. Por la
documentación pública que produjo Juana Asurdui o su círculo más cercano en los 37 años
que vivió en ese periodo en la ciudad de Sucre o sus cercanías, conocemos hoy la intensa
actividad que desarrolló, sobre todo en la administración de propiedades rurales (varias
de las informaciones proceden de fuentes judiciales y por lo tanto, están llenas de detalles
interesantes y curiosos que prefiero no arrebatarle al lector).
Debemos agradecer a Norberto Benjamín Torres por este libro. Ya era hora de que alguien
asumiese la tarea de elaborar una biografía de Juana Asurdui, basada en los resultados de
todas las investigaciones que se han realizado sobre ella en los últimos tiempos y de las que
ha sido él también partícipe. Su empeño y su inclaudicable vocación de historiador, nos han
acostumbrado ya a los interesados en la historia de Bolivia a esperar el fruto de sus pesquisas
en los archivos para actualizar y revisar muchos de nuestros conocimientos. En este caso,
su labor va más allá, involucra no sólo a los historiadores académicos, interesa al país todo
que merecía conocer más acerca de Juana Asurdui Llanos, su heroína. La leyenda de Juana
Azurduy de Padilla seguirá y crecerá (como debe ser) y la historia de Juana Asurdui Llanos,
gracias al trabajo de Norberto Benjamín Torres, pasará también, algún día, a formar parte
consustancial, creo yo, de esa leyenda.
M g R ad ecirn ien co s
13
N o r b e r t o B e n j a m ín T o r r e s
T a ó la d e a Ó R e v ia r u R a s y s ig la s u c iliz a d a s
• Em: Emancipación
• fs.: folios
• pp.: páginas
• r.: recto
• ss.: siguientes
• v.: vuelta
14
Ju a n a A s u r d u i d e I’a d i i l a (1780 1862). 1.a h is t o r ia d e t r á s d f i a l e y e n d a .
In c R o d u c c io n
El apellido Asurdui, originario del País Vasco, se escribe con ese (“s”) y no con zeta (“z”). De hecho,
la misma Juana Asurdui siempre firmó con ese. Por eso, se considera que lo más conveniente es
recuperar la grafía original con que Juana Asurdui se denominaba a sí misma y con la cual escribió
su nombre en todos los documentos en los que estampó su firma.
La grafía Azurduy corresponde a una españolización del apellido, habiéndose escrito de esa
manera, desde finales del siglo XIX hasta el presente.
Es a partir de 1946, cuando Joaquín Gantier Valda publicó en Buenos Aires “Doña Juana Azurduy
de Padilla”, que el 12 de julio de 1780 empieza a manejarse como la fecha de su nacimiento. Fue
entonces que con esa biografía novelada, comenzó a construirse el mito.
Sin embargo, en 1980, año del bicentenario de la que se consideraba la fecha de su nacimiento, una
comisión conformada para el efecto en Sucre, elaboró un programa de festejos mensuales. El mes
de mayo tenía esta actividad:
Se infiere, sin mucha dificultad, que las personas involucradas en la organización del evento,
entre ellos Joaquín Gantier Valda y Valentín Manzano Castro (los más importantes difusores del
personaje), sabían de la existencia de tan importante documento. Pero obviamente, se encontraron
ante una contradicción. Los datos que contiene el acta de matrimonio, no concuerdan con los del
acta de bautizo. La persona que se bautizó el 12 de julio de 1780 era Juana Asurdui Bermúdez,
mientras que la que se casó con Manuel Asencio Padilla, el 19 de mayo de 1799, fue Juana Asurdui
Llanos. Sin embargo, ese detalle de crucial importancia no significó nada al momento de transmitir
la verdad histórica, prefirieron seguir adelante cargando con las consecuencias de ello. Es decir,
seguir homenajeando, cada 12 de julio y en cualquier oportunidad a una homónima, que no era la
esposa de Manuel Asencio Padilla.
Recién en 2012, el acta de matrimonio de Juana Asurdui Llanos y Manuel Asencio Padilla, se
hizo pública. Mientras las publicaciones bolivianas y argentinas, seguían reproduciendo casi
textualmente la información conocida desde mediados del siglo XX.
15
N o r b e r t o B e n j a m ín T o r r e s
Sin embargo, un importante grupo de investigadores, motivados por los datos contenidos en el
documento referido, iniciaron una serie de pesquisas en busca de mayores datos sobre este nuevo
personaje que se revelaba de pronto a los ojos de la historia, encontrando importantes novedades.
Juana Asurdui de Padilla, perteneció sin lugar a dudas a lo que hemos calificado como el “linaje
troncal” de los Asurdui y Otálora, dueños del mayorazgo de Cachimayu. A este linaje y a su
descendencia en la familia Asurdui Llanos, se dedica el capítulo 2.
El capítulo 3 trata del nacimiento, infancia y juventud de Juana Asurdui, hasta su matrimonio en
Moromoro (hoy Ravelo, Potosí).
La guerra de guerrillas, la participación activa de Juana Asurdui junto a su esposo Manuel Asencio
Padilla, son analizadas en el capítulo 4.
Una vez establecida, inició una vida dedicada a la agricultura, y las consecuencias de estar en el
comercio de tierras, la llevaron junto a su hija Luisa Padilla a comparecer en litigios judiciales. La
descripción de estos juicios es el hilo conductor del capítulo 7.
El epílogo de esta biografía, destaca la actividad de sus descendientes, particularmente del Dr.
Clovis Pantoja, y el traslado de sus restos mortales desde el Cementerio General de Sucre, hasta la
Casa de la Libertad, en 1962.
Como corolario de esta investigación podemos concluir que Juana Asurdui, la heroína de la lucha
emancipadora de Charcas, se llamó en realidad Juana Asurdui Llanos. Se casó con Manuel Asencio
Padilla, y juntos participaron del proceso independentista. Se conocen a través de los hallazgos
documentales, mayores detalles de su vida, que permiten desechar algunas informaciones basadas
en la leyenda, pero que su mérito como procer no se ve disminuido por ello, sino todo lo contrario.
16
J U A N A A S U R D U I DE P A D IL L A (1 7 8 0 1862 ). L A H IS T O R IA D ETR Á S DE LA L E Y E N D A .
Capítulo I
nrecedenres
y concejero
la sublevación que había empezado hacia 1778, adquiere su máximo vigor entre 1780-1782.
1 s focos que irradiaron la sublevación fueron Chayanta con Tomás Catari, Tinta con José
abrid Condorcanqui (Túpac Amaru); La Paz con Julián Apaza (Túpac Catari), y Oruro
: i la conducción del criollo Jacinto Rodríguez, paralelamente se desarrolló una subversión
uicLgena.
Mediante el final del dom inio español, los rebeldes anhelaban la abolición de la mayoría de los
~ xlos no indígenas. En la nueva sociedad ya no habría espacio para corregidores, repartos,
~ :ta, impuestos, pagos eclesiásticos o tributos.5
E'ta sublevación en Charcas, fue el prim er gran desafío a las leyes españolas. La muerte de
7 más Catari señaló el comienzo de la radicalización progresiva de la rebelión.
:ERULNIKOV, Sergio. Conflictos sociales e insurrección en el mundo colonial andino, 2006: 60.
: =0SíNS. NicholasA. El mesianismo y la semiótica, 1998:165.
17
norberto B e n j a m ín T o r r e s
Esta prestigiosa institución debía desem peñar sus actividades dentro del nuevo marco
normativo implementado. Sin embargo, el legado jesuítico cobraría una vigencia inusitada en
el pensamiento universitario.
Como parte de las reformas borbónicas, Carlos III aprobó en febrero de 1776 el funcionamiento
de la Real Academia Carolina de Practicantes Juristas. Institucionalmente esta academia
dependía de la Real Audiencia de Charcas. Su objetivo era promover abogados plenos y
capaces de desempeñar una labor sobresaliente en el ámbito de las leyes en todo el territorio
de la Audiencia. Su prestigio atraía a jóvenes bachilleres y doctores, que viajaban miles de
kilómetros para poder hacer sus prácticas forenses en la academia. Después de dos años y
cumpliendo los requisitos, obtenían el título de Abogado de la Audiencia de Charcas, que en
la época constituía un honor.
Estos y otros conflictos de la misma índole que conmovían toda la ciudad, dan a conocer el
carácter de la Audiencia. La actitud de García Pizarro que quiso a toda costa humillar a los
oidores, obligándoles a hablarle con el birrete en la mano, a ponerse de pie cuando entraba en
la sala de los acuerdos y a darle el tratam iento de excelencia, aun en la conversación familiar,
crearon entre ambas autoridades una enemistad profunda, de la cual iban pronto a aprovechar
los patriotas.
18
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
i _¿vo régimen duró hasta diciembre de ese año y adoptó el nombre de “Audiencia
r —r. adora”, reemplazando a García Pizarro se había erguido como la más alta autoridad.
E n ; primer gobierno autónom o de Charcas en 1809.9 Los sucesos de La Paz en julio de
■ L c v los del año siguiente en otros lugares del territorio (Cochabamba, Oruro, Potosí,
- ámente adquieren su plena comprensión partiendo de la obra revolucionaria de
Zcrucuisaca.
: comenzó la guerra...
I - s c e Buenos Aires, se envió en tres oportunidades al Ejército Auxiliar del Perú; la primera
. —.cridado por Juan José Castelli, la segunda por Manuel Belgrano y la tercera por José
i "ceau. Tuvieron el apoyo im portante de los focos guerrilleros que operaban en la región y
ce los originarios. Sin embargo, los resultados negativos obtenidos en las batallas, junto a los
cxce-sos y atropellos cometidos, formaron un mal recuerdo de esas tropas militares.
En é'e contexto, Juana Asurdui de Padilla existió. Fue entonces cuando inscribió su nombre
en c r.istoria de la independencia.
! WE'C ETA. Jorge. Álbum del primer centenario del 25 de mayo de 1809. Sucre, 1909.
i ■e s e JUST LLEÓ, Estanislao. Comienzo de la independencia en el Alto Perú, 1994. TORRES, Norberto Benjamín. La audiencia gobernadora
3 O tjcj saca: el primer gobierno autónomo de Charcas en 1809, 2012.
- 5 \ 3 AGML151
I9
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRAS DE I A LEYENDA.
l r R o n c o F a m ilia R
E lo s CLsuRdui y O ra 'lo R a
El mayorazgo de Cachimayu
_ ' restantes hijos sólo podían heredar los bienes libres que los padres poseyeran, usualmente
¿seibos. Esto hizo que los hijos segundones em prendieran la carrera militar o eclesiástica al
; -rdar en la práctica desheredados y sin medios de subsistencia. La situación de las hijas no
mejor ya que no podían hacer buen casamiento sin una buena dote, la que sólo podía
r ' venir de los bienes libres de los padres. La vía adoptada por muchas fue el ingreso a un
. evento, aunque su condición en él estaba también sujeta a los aportes hechos.
. ease LEÑERO, Juan José. Los Azurduy y Otálora: el mayorazgo de las haciendas de Cachimayo en Charcas, en Anuario ABNB 2010:
5T-38E
21
NORBERTO BEN]AMÍN TORRES
Así, no solamente se prohibía a los sucesores cualquier posible enajenación del patrimonio
vinculado, sino que, además, se les imponía el uso de apellidos, blasones y muchas veces,
incluso, las personas con las que habrían de casar. Todo ello nos pone en evidencia la gran
preocupación que aquellos hombres tenían por todo lo referente al linaje. Por ello, no es de
extrañar que cualquier duda sobre la nobleza o limpieza de sangre de una familia produjera
rencillas enormes que muchas veces acababan en sangre.
Ésta era por tanto una forma de perpetuar la vida de las personas a través de sus nombres,
lo cual fue cada vez tom ando más forma como condición indispensable de heredar los
mayorazgos. Ya no se trataba sólo por tanto de la costumbre de bautizar con un nombre
determ inado al hijo, sino que pasaba a ser una obligación.
En cada generación del linaje de los Asurdui y Otálora en Charcas ha habido mestizos,
segundos hijos e hijas, vástagos naturales sin reconocimiento, Asurdui desheredados y
desposeídos por sus mismos parientes, gracias a los estipulados restrictivos del mayorazgo
fundado en 1583 por don Asencio Martínez de Asurdui y Otálora. Tal vez la prim era de las
desheredadas ha sido la hija natural del fundador, doña María Otálora, muy posiblemente
cabeza de estirpe de la familia de comerciantes itinerantes que apellida simplemente Otálora.
Otro desposeído tem prano fue Domingo Asurdui y Otálora, sin filiación conocida, quien se
entregó como aprendiz de zapatero en 1676.
En la medida que va avanzando el siglo XVIII, aparecen cada vez más Asurdui sin filiación
conocida, mestizos en su mayoría, que integran el estrato bajo de la sociedad platense,
radicados en la ciudad que desde 1839 se llama Sucre, en el pueblo de Yotala y en el valle del
río Cachimayu. Paralelamente, los que descienden legítimamente del fundador y gozan de
los privilegios del mayorazgo hasta su abolición en 1820 y aún más allá, son cada vez menos
numerosos y aunque llevan los genes Asurdui en su sangre, ya no apellidan Asurdui, ni son
“nobles”.
12 Véase LOFSTROM, William. Caminos de doble vía: dos ensayos sobre la movilidad socio-económicas en el espacio de Charcas, 2012.
22
Ju a n a A s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s df. l a l e y e n d a .
^ C u -c " - r . ’iinó propiedad del mayorazgo referido. Vivía en una hacienda llamada “Los
t e - s ’ . - :gua a la del mayorazgo, y por los testimonios que se adjuntan al juicio, nunca se
- ser desposeído de la propiedad de la hacienda Cachimayu, en la que había crecido.
ÉK rt útt : ~ prender la vía legal había tenido violentos altercados con quien consideraba una
H f M c n . lo que le había valido una orden de prisión y el embargo de sus cortos bienes.13
2: ítem: Declaro que soy casado y velado14, según orden de nuestra Santa Madre
Iglesia, con Paula Valencia y durante nuestro matrimonio tuvimos y procreamos
por nuestros hijos legítimos a Joseph de Asurdui, Josepha, Jasinta, Esteban,
Isidro, Gregoria, Petrona, Juana, Paula, Alejo y Ramón Asurduy, éste difunto
v aquellos que al presente viven, declárolos por tales mis hijos legítimos y de la
dicha mi mujer.”15
bm cT—entes ítems, evidencian la precaria situación económica por sus muchas deudas,
.■ni»: r v r ejemplo:
• Seis pesos por el entierro de un hijo suyo (se refiere a Ramón Asurdui),
pidiendo se les perdone.
4 se. hiia Jasinta le dejó cincuenta pesos. Nombró albaceas a su esposa Paula Valencia y al
Efe ASNB,; andró
EC 1807, de
39: 5Vedoya
y ss. y Campuzano. Declaró que tenía un juicio pendiente en la Real
•eencía,
a r dar lascon doñanupciales
bendiciones Ana aMaría Correa
los desposados, viuda
según previenede don Diego Morillo sobre el derecho de
la Iglesia.
■: n -5SB
razgoEC 1807,39:185r.-186r.
de las haciendas de Cachimayo, en el cual son sucesores los hijos legítimos, la
c»«-.m entación de dicho litigio estaba en poder del Lie. Clemente Machín, abogado de la Real
encía. De los hijos legítimos mencionados en el testamento, se ubicaron las respectivas
acti¿ matrimoniales, conteniendo la siguiente23información:
NORBERTO BENjAMÍN TORRES
Don Isidro Asurdui, hijo de Joseph Asurdui y Otálora y de Paula Valencia, descendiente de los
caciques de Quila Quila24, formó una familia con su esposa Juliana Llanos (hasta el momento
no se pudo ubicar el acta de m atrimonio). Esta familia se encontraba en una zona vitivinícola
cuando bautizaron el 24 de febrero de 1770, a su primogénita, de nombre Juana de Dios25.
En enero de 1780, nació en la ciudad de La Plata, Juana. Que se destacaría como mujer
excepcional, participando en la guerra de emancipación.
*Aun no fueron ubicadas las partidas de bautizo de las hermanas Rosa Lía, Cecilia y Melchora
Asurdui Llanos. Pero las actas de sus m atrimonios fueron publicadas:
24
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d il l a (1780 -1862). La h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
ente las obligaciones laborales de la familia formada por Isidro Asurdui y Juliana
IT— -- : ■>llevaron a recorrer lugares de actividad agrícola: siembra, cosecha, trilla; como San
fia ras Tarabuco, Moromoro y La Plata, movilidad que explicaría la dispersión geográfica de
■ K z r t s de bautizo de los hijos de esta familia.
¥ B « a — cnos. 11786-1811), f. 81 r.
Jt ■ « a m e n o s (1786-1811), f.221v.
3 -¿ -i Sarffi Domingo, Matrimonios (1787-1859), f. 55v.
-r i r : A: 1803.60.
r= -i Santo Domingo, Bautismos (1805-1815).
25
Ju a n a A s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 1862). La h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
—- - C a p ítu lo III
acimienro,
inFancia g juvenrud
Juana Asurdui Llanos nació en la ciudad de La Plata32 en enero de 1780. A los dos meses, el 26
de marzo, fue bautizada en la iglesia de San Pedro de Tarabuco. Fue su madrina Rosa Sarate,
de la hacienda Cororo.33 El bautizo fue un dom ingo de Pascua, entonces más de diez niños
recibieron el prim er sacramento.
Los momentos im portantes de su niñez y juventud, los vivió en familia, junto a sus padres
y herm anos en el pueblo de San Miguel de Moromoro. Los tratados de fundación del
mayorazgo de Cachimayu mencionan a tierras en Moromoro, por ejemplo a Toroca, una
hacienda distante a unos 15 kilómetros de M oromoro (hoy Ravelo, departam ento Potosí),
sobre terreno sumamente accidentado, en tanto que las cabeceras del río Chico, ubicación de
las otras propiedades, quedan a 30 kilómetros de lo que hoy es Ravelo.
Cumpliendo con el requisito de avisar el enlace m atrim onial mediante proclamas o moniciones,
se publicaron tres: la prim era el domingo 8 de mayo, la segunda el 13 de mayo y la última,
dos días después, cuando se recuerda San Isidro Labrador. La información de libertad, fue
tomada con tres testigos: Patricio Plaza, Leandro Saavedra y Manuel Churuguarín, españoles
y mayores de edad, y no habiendo resultado impedimento alguno Manuel Asencio Padilla y
32 IR, Libro de Matrimonio de San Miguel de Moromoro (1786-1811) f. 134v. Su acta de matrimonio es el primer documento, que indica que “es
natural de la ciudad de La Plata". Posteriormente las escrituras públicas y los expedientes judiciales en los que participó, ratifican el mismo dato.
33 ABAS, AP, Tarabuco, Bautismos (1767-1782) f. 275v.
27
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
El acta de matrimonio, indica además que “Manuel Asencio Padilla es hijo legítimo de Don
Melchor Padilla y de D oña Eugenia Gallardo,’y Doña Juana Asurdui, española, soltera, natural
de la ciudad de La Plata, es hija legítima de Don Isidro Asurdui y de Doña Juliana Llanos”. 34
Los flamantes esposos, son requeridos en varias ocasiones para ser testigos de m atrim onio o
padrinos de bautizo en San Miguel de Moromoro.
El 15 de julio de 1804, Juana Asurdui y su esposo fueron testigos del m atrim onio de Lucas
Santos, hijo de Matheo Santos y Rosalía Gallardo, con María Canaviri, hija de Simón Canaviri
y de Curusa González, en M oromoro.35
La prim era alegría de la familia (que se convirtió muy pronto en pesar) llegó al año siguiente
del casamiento. Nació Manuel, el primogénito murió en el día del parto, y la flamante familia
Padilla Asurdui tuvo que lamentar su deceso. Fue enterrado el veinticuatro de mayo de 1800.37
El tercer docum ento ubicado indica que Mariano, español de cinco meses fue bautizado el 15
de mayo de 1806. Fue su padrino Manuel Chum acera.39
Juliana, llamada como su abuela materna, murió el 29 de abril de 1814 en El Villar. Había
vivido un año y medio.40
Se infiere que un motivo posible que obligó a esta familia a vivir entre La Plata y Moromoro,
fueron las actividades propias y relacionadas al calendario agrícola autóctono. Sin embargo,
de lo hallado documentalmente, tanto en Moromoro como en La Plata sobre el nacimiento
de estos tres hijos de la pareja, la historiografía tradicional refiere que tuvieron por hijas a:
28
Ju a n a A s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
Juliana (llamada como la madre de Juana Asurdui), Mercedes y Luisa que nació a finales de
1814. De ellas, aun no se tiene referencias docum entadas de Mercedes.
El docum ento “Sobre los méritos y servicios del Teniente Coronel Don Manuel Asencio Padilla”41,
hace alusiones concretas a su esposa y cuatro hijos, en las siguientes citas:
“[...] solicitaron con más ansia su prisión y de su mujer y cuatro hijos con dos
criados.”42
“[...] se fue hasta el punto de Segura45, donde halló a su mujer recién venida
de haber enterrado a una hija y a los demás [hijos] en términos de morir, como
que a los pocos días, pagaron el común tributo, viéndose por último sin hijos.”46
“A cuyo tiempo llegó la novedad de que su esposa estaba de parto. Sin embargo,
estando los enemigos en distancia de media legua, la hizo montar a muía y la
puso en acelerada marcha con la criatura en el entretanto [,..].”47
Aunque estas fuentes no nom bran a estos hijos, dificultando la tarea de cotejar esa información
con la que ya tenemos; es evidente que Juana Asurdui de Padilla estaba todavía en edad de
concebir, y que a pesar de la gran movilidad impuesta por las acciones bélicas, los esposos se
mantuvieron juntos.
29
(UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
«v 1 "■—C a p ítu lo IV
a gueRRa
L d e gueRRillas
La fuente prim aria que brinda la información sobre el inicio de la participación de Juana
Asurdui, junto a su esposo, en la lucha por la emancipación, es “Sobre los méritos y servicios
del Teniente Coronel Don Manuel Asencio Padilla”. Dicho docum ento contiene un relato
cronológico de las acciones militares protagonizadas por Padilla, en la tercera acción del año
1812:
“[... 1vio modos y arbitrios, de unirse con su mujer en el bosque, a vivir allí hasta
cuando Dios determinase; pero ya no le fue posible, respecto a que comenzaron
a buscarlo con vivas ansias, corriendo requisiciones por las provincias de Porco,
Chayanta, Yamparáez, Tomina, Mizque y Cochabamba, mandando para mayor
seguridad comisionados que indagan por él, ofreciendo ingentes cantidades de
dinero por su cabeza: lo que le obligó a irse para abajo, con escoltas de cincuenta
soldados armados, rompiendo mil dificultades, mucho después que el Provisor
Doctor Iriarte prendiese a Taboada, y ordenase a los curas, a que hicieren lo
mismo con él, dejando a su esposa y familia en el bosque, sin tener con que
mantenerse, ni menos parecer a luz.”48
El 2 de mayo de 1813, Juana Asurdui presentó un oficio al abogado Agustín Gascón, Presidente
interino y G obernador intendente de La Plata, reclamando la devolución de granos y harinas
pertenecientes a Manuel Asencio Padilla, que habían sido recogidas por Manuel Antonio
Báez, Subdelegado del Partido Yamparáez.49
31
N o r b e r t o B e n j a m ín T o r r e s
tomó su ruta para adentro, con toda su familia, su mujer e hijos, a acogerse
de la protección de Cumbay, teniendo presente que en las ciudad de La Plata,
a este le habían hecho bastante cariño y obsequio, y que por consiguiente,
no daría mala acogida a los patriotas. Estando pues caminando para allí por
Turuchipa, le salió al encuentro el Alcalde Pedáneo nombrado Don Agustín
Telles, lo prendió en compañía de un oficial tabla, que desde el tiempo de la
patria los Muñoses lo habían ocultado en su casa, le quitaron las pocas armas de
fuego que llevaba, a excepción de un trabuco que hizo escapar su mujer dentro
de sus polleras [...]”.50
A comienzo del año 1814, Manuel Asencio Padilla “habiéndose puesto en Uliuli de regreso,
m andó expresos, unos tras de otros, lenguaraces a Cumbay, pidiendo su favor. Después de
esta diligencia, comenzó a buscar su mujer, a quien la encontró en un bosque, desvanecida de
fuerzas por la necesidad, y muertos algunos de sus hijos”.51
Corría el mes de marzo de 1814, cuando el Com andante español don Benito López que
guarnecía el pueblo de La Laguna con 50 veteranos y las milicias del lugar, supo que andaba
por las inmediaciones del pueblo de Tarvita, la montonera comandada por Manuel Asencio
Padilla.
El Com andante López era valiente y se resolvió a sorprender al jefe insurgente, que de día en
día aumentaba en prestigio y audacia y su nombre era respetado en ese partido. Padilla no
era hombre que se dejaba atrapar tan im punem ente y se anticipó en su acción al Comandante
López, de manera que el día 4 de marzo, lo encontró en las inmediaciones de Tarvita.
El combate fue recio y obstinado, López contaba con soldados de línea, bien armados
y municionados, en tanto que los infantes y húsares de Padilla eran reclutas inexpertos y
estaban armados de cualquier modo. Después de dos horas y media de encarnizada pelea, se
vio el jefe español arrollado por los insurgentes, los que por un costado, a órdenes de Zárate y
por el otro a las de doña Juana Asurdui de Padilla, los envolvieron completamente; entonces
el Com andante López tuvo que retirarse al pueblo de Tarvita, dejando muchos muertos y
heridos en el lugar del combate.
Desde su cuartel general en La Laguna, Manuel Asencio Padilla le envió una carta a Antonio
Álvarez de Arenales el 1 de mayo de 1814, en la cual le comunicaba que había recibido una
nota fechada el 29 de abril de ese año:
50 ABNB, Ibídem: 4r.
51 ABNB. Ibídem: 7r.
52 RAMALLO, Miguel. Batallas de la guerra de la independencia altoperuana, 1913:111-113.
32
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
Por lo visto, Arenales, no solo interceptaba la correspondencia de los realistas, sino también
de Juana con su marido. Desconocemos las causas de tal determinación.
La información brindada por Manuel Asencio Padilla, indica que en el sitio conocido como
Segura, halló a su mujer “recién venida de haber enterrado a una hija, y a los demás en
térm inos de morir, como que a los pocos días, pagaron el común tributo, viéndose por último
sin hijos”.54 Juana Asurdui fue a enterrar el cuerpo de su hija Juliana, el 29 de abril de 1814, en
el baptisterio de la iglesia de El Villar, pagando por dicho servicio dos pesos. Firmó la partida
de óbito el Dr. Eustaquio Vargas Villarroel.
Pezuela decretó el exterminio de Padilla, para lo que dispuso que el Coronel Sebastián
Benavente con el aguerrido cuerpo que tenía a sus órdenes, pase del partido de Cinti que
guarnecía, al de Tomina y diese fin con Padilla y su partida de montoneros. Al mismo tiempo
acordó que el Com andante Ponferrada, al que nombró G obernador de La Laguna, marche a
su puesto con una fuerte columna de caballería.
Cuando estas fuerzas llegaron a su destino, Padilla hacía una escaramuza contra el uno y
el otro, sin comprometer con ellos combate alguno de carácter serio y solo con el objeto
de descubrir el núm ero y la pujanza de sus adversarios. En efecto se convenció que tenía
que habérsela con 350 infantes y 250 jinetes toda gente veterana, de línea, bien equipada y
municionada.
Cerca del pueblo de Pomabamba encontró a los realistas y sin poderse contener los atacó
rudamente, siendo destrozada su partida en un momento. Los realistas tomaron Pomabamba
y con inaudita crueldad, después de saquearla y entregarla al pillaje, la incendiaron
completamente el 29 de marzo de 1814.
A pesar de este contraste Padilla auxiliado por Umaña, volvió a atacar a los realistas cerca de
Tarvita, y derrotado nuevamente fugó con los restos de su partida hasta la Angostura. Los
realistas después de incendiar los pueblos de Tarvita y Uliuli, y viendo que el lugar de refugio
de Padilla era inaccesible, retornaron a La Plata cargados de un gran botín.
33
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
Poco después, Padilla salió de la Angostura, dejó a Umaña en La Laguna y emprendió campaña
sobre Chuquisaca, llegando a Tarabuco en los últimos días de julio del citado año.
Benavente se presentó el día 2, al pie de las posiciones elegidas por Padilla, que eran
verdaderamente inexpugnables y aunque el asalto fue demasiado vigoroso, más lo fue la
resistencia. De repente el cerro se llenaba de polvo y parecía iba a desquiciarse, enormes
piedras arrancadas de su base e impelidas por los guerrilleros, aplastaban a los asaltadores,
que caían deshechos al abismo.
Después del estampido de los fusiles y de la artillería, el ruido de las hondas y el desapacible
sonido de los pututus, formaban un estruendo infernal y confundían a los peninsulares, que
después de repetir los asaltos sin obtener resultado ninguno se retiraron a su campamento. En
la noche recibió Padilla algunos refuerzos; su comando que había sufrido algo en el ataque,
fue engrosado con 1900 honderos.
Al día siguiente se renovó el ataque. ¡Cuatro días de admirable lucha! Los realistas recibían
refuerzos de Chuquisaca, los que se estrellaban contra las fuertes y bien construidas trincheras
de los insurgentes y a pesar de sus esfuerzos no podían desalojarlos de ellas.
El ataque se reanudó el 7 en la noche. “En esta ocasión, habiendo asomado el enemigo, fue
Padilla a esperarle de guerrilla, con seis fusileros, a distancia de dos leguas, dejando en el
campamento, a su mujer de retaguardia”.57
Padilla acudió al lugar del peligro y resistió con denuedo pero como estaba completamente
flanqueada su posición y amenazada su retaguardia, tuvo que retirarse del campo de batalla,
pero fue m atando muchos enemigos y tomándoles dos falconetes y una espingarda de tres
varas de largo y algunos fusiles.
El doctor Manuel Sánchez de Velasco, en su notable obra que existe manuscrita en el Archivo
de la Casa de la Libertad en Sucre, al ocuparse de este hecho de armas escribió:
“La mujer del Comandante Padilla desplegó tan varonil ánimo que asistía en los
ataques y servía en ellos aun dirigiendo un cañón de artillería sin miramiento
a su gravidez.”58
56 Carretas: serranía situada al noreste y a 10 kilómetros del pueblo de Tarabuco, tiene rumbo pronunciado de noroeste a sudeste. De sus
vertientes nororientales, nace el riachuelo de Chillca, que aumentando primero el caudal del Jatunmayu, desaguan ambos en la margen izquierda
del Pilcomayu. También nacen en esta serranía los riachuelos de Quichani, Yamparáez, Escana y otros. En DGDCH, Sucre, 1903: 58.
57 ABNB, Rück 348: 9v.
58 SANCHEZ DE VEtASCO, Manuel. Memorias para la historia de Bolivia, desde el año de 18 0 8,1938: 61.
34
ju a n a a s u r d u i de Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
“[...] y tomaron de huida el camino de San Juan, juzgando reunirse con los
de Pomabamba por donde venía Benavente; dejaron toda la carne que habían
saqueado, y se aprovechó la gente de Padilla. Los enemigos seguían a su mujer
por el rastro, porque anteriormente iba por el camino de San Juan a esconderse,
y viéndose apurada cogió otro rumbo. Su marido persiguió por dos días al
enemigo que corría distante media legua de noche; ordenó a su hermano Pedro
Padilla, fuese a impedirles la retirada, y la reunión que pensaban hacer con los
de Pomamba dándole para el efecto cien flecheros y ocho fusileros”.59
Mientras Manuel Asencio Padilla caminaba por Quilaquila, Moromoro y Pitantora, encontró
la cabeza del benemérito com andante Gregorio Núñez elevada en una pica, con la solemnidad
fúnebre la hizo enterrar en la iglesia, poniendo de funcionario a su capellán;
“[...] a cuyo tiempo llegó la novedad, de que su esposa estaba de parto, sin
embargo estando los enemigos en distancia de media legua, la hizo montar a
muía, y la puso en acelerada marcha con la criatura, en el entretanto que él
atacaba a los tiranos, que intrépidos se acercaron en número de doscientos y
más fusileros bajo el comando de Boza [...].”6°
35
N o r .ber.t o Be n ja m ín T o r r es
Padilla había reunido a su gente, y siguió a Juana Asurdui, la que tuvo varias incomodidades
en el camino con los soldados de su misma escolta. Uno de ellos, Romualdo Loiza, viéndola
enferma, quiso llevarse su muía y la carga que llevaba. Juana Asurdui resistió a ese intento a
la medida de sus fuerzas, para ello tuvo que arrojarse al río Grande, mojándose hasta medio
cuerpo.63
El pueblo de Presto, estaba ocupado por un grupo militar realista. Padilla marchó desde
Tacopaya64 a Presto con la firme resolución de acabar con ellos. Llegó al lugar con setenta
fusileros y sesenta de caballería.
“[...] al romper el día, puso en batalla su tropa a los extramuros de él, internando
doce soldados de guerrilla, quienes se propasaron llenos de entusiasmo y valor
a avanzar, a avanzar hasta la plaza, en un intermedio rompió el fuego toda su
tropa; con este hecho los enemigos ganaron la eminencia de un alto, compuesto
de cinco ventanas, de donde parapetados, hacían llover un fuego vivo. Se
retiró Padilla con máxima como de fuga, salieron entonces a avanzarle hasta
el sitio donde su mujer tenía soldados de retaguardia, en ese punto dio Padilla
un vivo fuego de muchas horas, hasta derrotarlos, y hacerles rendir las armas
ignominiosamente [...].”65
Luego retornaron a Tacopaya para hacer com poner las armas, y desde ahí Padilla mandó
el respectivo parte militar a Arenales, y un oficio al Coronel Ignacio Warnes, Gobernador
de Santa Cruz, avisándoles de tan im portante triunfo. La tradición oral de los presteños
aún recuerda este combate, como de Quespillajta y Canalpampa, y como muchos pueblos
chuquisaqueños, también posee una estatua de Juana Asurdui en su plaza principal.
36
Ju a n a a s u r j d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
Asalto a Chuquisaca
Las armas realistas lograron repeler el ataque a la ciudad. Por ese resultado favorable fueron
condecorados los militares participantes por el General Joaquín de la Pezuela, que luego
asumiría como Virrey del Perú.
En el parte militar de fecha 24 de abril de 1816, remitido por Manuel Asencio Padilla al Gral.
José Casimiro Rondeau, pero recibido por Belgrano, su sucesor en la jefatura del Ejército
Auxiliar del Perú; indica lo siguiente:
“[...] Para que mis designios se efectuasen, me puse con mi división en el punto
de San Julián una legua distante de La Laguna, lugar donde hizo su cuartel general
el enemigo, situado en el Oriente, en la parte del sur, que es El Villar, a mi esposa
doña Juana Asurdui con treinta fusileros y doscientos naturales con toda arma
[...] como la intención de éstos fuese cortarme la retaguardia, se tiraron para
el punto de El Villar, con este objeto, donde saliéndoles al encuentro mi esposa
doña Juana Asurdui, los repelió completamente, matándoles quince hombres
[...] fuego de día y de noche, sin permitirles que tomen ningún descanso, ni
alimento alguno, logrando en esta persecución destruir a muchos de ellos,
quitándoles la presa de mayor estimación, que es la bandera reconquistadora
de las ciudades de La Paz, Puno, Arequipa y el Cuzco, que por lo tanto tiene
bordados de mucha estimación y valor.”68
Mediante oficio al Director Supremo del Estado, Juan M artín de Pueyrredón, firmado en
Tucumán el 26 de julio de 1816, el Gral. Manuel Belgrano adjunta copia del parte militar
recibido del Coronel Manuel Asencio Padilla, donde incluyó el diseño de la bandera que su
esposa Juana Asurdui tomó al enemigo, en el Cerro de la Plata:
37
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
El oficio fue entregado en Buenos Aires el 13 de agosto de 1816. Una nota en su margen
izquierdo acusaba recibo, instruía dar las gracias en nombre de la patria y expedir el despacho
de teniente coronel de las milicias partidarias de los decididos del Perú a favor de doña Juana
Asurdui.
En respuesta a la recomendación del Gral. Belgrano, Pueyrredón rubricó ese mismo día, el
siguiente decreto:
“El Excelentísimo Señor Director del Estado, se ha impuesto con satisfacción del
oficio de vuestra excelencia, y parte que acompaña, pasado por el Comandante
don Manuel Asencio Padilla, relativo al feliz suceso que lograron las armas de su
mando contra el enemigo opresor del Perú, arrancando de su poder la bandera
que remite vuestra señoría como un trofeo, debido al varonil esfuerzo y bizarría
de la amazona doña Juana Asurdui en aquella memorable acción. El Gobierno,
en justa recompensa de los heroicos sacrificios con que esta virtuosa americana
se presta a las rudas fatigas de la guerra en obsequio de la libertad de su Patria,
ha tenido a bien condecorarla con el Despacho de Teniente Coronel de las
Milicias Partidarias de los Decididos del Perú, que acompaño a vuestra señoría
[f. lv.) para que pasándolo a manos de la interesada, le manifieste la gratitud y
consideraciones que han merecido al Gobierno sus servicios, igualmente que a
las demás patriotas que la acompañan[...).”70
Este docum ento indica claramente que el Despacho de Teniente Coronel a Juana Asurdui, es
una “condecoración”, no así un “nombramiento”.
Sin embargo, en esa misma fecha, el Supremo Director de las Provincias Unidas del Río
de la Plata, le confirió “el empleo de Teniente Coronel de las Milicias Partidarias de los
Decididos del Perú. Concediéndole las gracias, exenciones y prerrogativas que por este título
le corresponden.”
El 14 de septiembre a horas doce, llegó Padilla a El Villar, con solo parte de su fuerza, el resto
de ella tomó diferentes rutas que marchaban en completo desorden.
69 AGNA, Ibidem.
70 AGNA. Ibidem. Véase Anexo.
38
Juana A surd ui de Pa d i l l a (1780 - 1862). L a h is t o r ia detrás d e l a l e y e n d a .
Cueto y Ravelo tom aron otra vía a efecto de dar un rodeo antes de incorporarse a su caudillo
en el lugar citado, a fin de recoger y proteger a los dispersos.
Doña Juana Asurdui que se atrincheró lo mejor que pudo, fue recibiendo y prodigando
cuidados a los dispersos que llegaban en grupos. Luego dispuso su guarnición y emplazó
una pieza de artillería que estaba en las trincheras, temiendo y proveyendo sin duda, lo que
fatalmente sucedió.
El Coronel Francisco Javier Aguilera, jefe experto y de una actividad sin límites que tanto
lo caracterizaba, sin perder un minuto, persiguió muy cautelosamente a los montoneros. El
en persona se fue tras ellos, con su caballería intacta y bien montada, la que conducía a los
soldados del Talavera, cayendo de repente a El Villar el 14 a las tres de la tarde.
Sorprendido Padilla trató de resistir, pero todo fue inútil, sus soldados creyendo que estaba
sobre ellos el ejército de Tacón y el de Aguilera juntos, huyeron en confuso desorden, sin
escuchar la voz de sus jefes; sin embargo muchos volvieron y ocuparon su puesto en las
trincheras. Juana Asurdui al frente de su guarnición, acometió al enemigo con brío. Herida
al principio del combate se retiró a las trincheras y desde este momento tomó la lucha un
carácter verdaderamente salvaje; los guerrilleros degollaban a los Talaveras que se arrojaron
sobre los parapetos.
Al fin fueron las trincheras tomadas y Juana Asurdui se retiró con un ayudante y una mujer
que la acompañaba, y el Fray Mariano Polanco, que servía de capellán particular a Padilla,
quien se incorporó luego al grupo y todos fugaron por el camino de la abra de la bajada a
Yotala. Aguilera que no perdía de vista a Padilla, lo seguía de cerca, acompañado de algunos
oficiales y del arriero M ariano Ovando que servía como guía en la división.
En la fuga iba Juana Asurdui con algún retraso y estaba a punto de ser tomada por los oficiales
que bien montados acortaron la distancia, pero Padilla que caminaba delante, lo notó y
volviendo su caballo mató de un tiro de pistola al oficial que estaba más cerca, hiriendo al
otro con su sable. M ientras esto sucedía, Juana Asurdui ganó terreno seguida del oficial que la
acompañaba. Padilla que volvió a em prender la fuga, de repente cayó del caballo, herido con
dos balazos que sucesivamente le asestó el arriero Mariano Ovando, enemigo personal del
caudillo, cuya muerte había jurado. El Padre Polanco descendió de su cabalgadura en auxilio
de su jefe, pero Ovando se lo impidió amenazándolo y sacando su puñal cortó la cabeza del
guerrillero entregándosela al coronel Aguilera que llegaba en ese m om ento71.
La escolta de este hizo prisionero al religioso y a la mujer que fugaba con Juana Asurdui, y
tomándola por ella la degollaron en el momento. Al pie de las trincheras de El Villar quedaron
más de 700 cadáveres sin sepultar.
La cabeza de Padilla juntam ente con la de la mujer que fue tomada por Juana Asurdui, fueron
puestas en unos postes en la plaza del pueblo de La Laguna y el sanguinario vencedor, hizo
matar al pie de ellos 75 prisioneros a palos, pedradas y bayonetazos.
71 Esta información proviene del propio Ovando y fue transmitida por un testimonio oral a Ramallo que la publicó en Guerrilleros de la
independencia ya que la información “oficial" que se manejaba, es que lo había matado Aguilera como aseguraba él mismo.
39
N O R B E R T O B E N J A M ÍN TO R R E S
Tal fue el trágico fin del valeroso Coronel Padilla, quien durante ocho años fue el terror y la
pesadilla constante de los realistas. Su muerte fue festejada con indecible júbilo en el Cuartel
General de Cotagaita. Se decretó la acuñación de una medalla para los vencedores.
El foco guerrillero de Padilla no term inó con su muerte: se dividió en dos partidas, la del
Com andante don Esteban Fernández y la del Com andante don Jacinto Cueto, que fueron
siempre el espanto de los jefes realistas que veían revivir en ellas el espíritu del inmortal
Coronel Manuel Asencio Padilla.
Ese mismo día, Manuel Belgrano, Brigadier General de los Ejércitos de la Nación, Capitán
General de provincias y en Jefe del Auxiliar del Perú, “confiere el empleo de Coronel de Milicias
Nacionales del Partido de La Laguna al Teniente Coronel don Manuel Asencio Padilla”74.
72 VELASCO FLOR, Samuel. Vidas de bolivianos célebres, 1871:43. También en BSGHS 70-72,1906:191-193.
73 AGNA, Tomas de razón de despachos, empleos, etc. 1740-1821, Libro 78, f. 313r.
74 AGNA, Sala Vil, N° 214, Colección Juan Ángel Farini: 150.
40
Juana a su r d u i de Pa d il la (1780 -1862). La h ist o r ia detrás de la le y en d a .
Dicho nom bram iento fue realizado cuando el coronel Padilla estaba muerto. Sin embargo,
sirvió para que Juana Asurdui viuda de Padilla, presente años más tarde en Buenos Aires este
docum ento junto a otros similares, para solicitar la cancelación de los sueldos adeudados a
su difunto esposo.
Insurgentes emigrados
En 1818 el Brigadier Rafael Maroto, asumió como G obernador Intendente de La Plata; una
de sus inmediatas acciones fue la de conocer los bienes pertenecientes de los insurgentes
emigrados75 a las provincias del Río de la Plata, y proceder al embargo de los mismos. También
reiteró en fecha 3 de julio de 1818, el bando en el cual ordenaba:
*[...] que todo el que tenga de dichos sujetos los denunciase, o presente en el
perentorio término de la Ordenanza, bajo la multa de mil pesos que sabiendo, se
callen, y la de presidio a los que teniéndolos los oculten, cuyas penas se aplicarán
irremisiblemente [...l”.76
“La mujer de Padilla llevó varios sablazos por uno de nuestros oficiales, que la
despreció por no conocerla, y pudo escapar en un caballo en pelo. Se ha dirigido
por la parte de Segura en busca de su caudal que se supone en más de sesenta
mil pesos sólo de moneda.”78
75 Ángel Mariano Toro, Felipe Antonio Iriarte, Juan Antonio Fernández, Petrona Bravo, Andrés de Roxas, Ángel Alonso Gutiérrez, Joaquín
Lemoine, José Félix Bayo, Manuel Lira y Manuel Blacut.
76 ABNB, Em 343:4r.
77 ABNB, Ibidem: 5v.
78 GACETA DEL GOBIERNO DE L IM A , M a d rid , 1 97 1 , to m o 1, 1 8 1 6 : 7 3 3 -7 3 8 .
41
N o rberto Benjam ín to rres
“Doña Juana Azurduy, esposa del finado coronel, escapó de las manos de los
tiranos, aunque en su lugar degollaron a otra pobre mujer por equívoco, para
llevar ambas cabezas consigo y plantarlas en dicho pueblo de la Laguna. Esta
señora se halla en el punto de Chapimayo custodiando los intereses de las cargas
del Estado, que entre el difunto y ella habían acopiado de antemano y divisó
que los intereses de dichas cargas han de ocasionar muchos males, si la Divina
Providencia no lo remedia todo con su poder.”80
Por varios motivos, el año 1816 se convirtió en un punto de inflexión. Vizente Camargo murió
el 3 de abril, el 14 de septiembre Manuel Asencio Padilla, y en la batalla de El Pari, perdió la
vida Ignacio Warnes el 21 de noviembre. En San Miguel de Tucumán, se firmaba el Acta de
Independencia de las Provincias Unidas del Sud, el 9 de julio.
Mientras el Ejército realista, ocupaba las principales ciudades en Charcas. Los que adherían a
la causa patriótica emigraban. Juana Asurdui viuda de Padilla, fue una de ellos.
Lo que la historia de Juana Asurdui demuestra, es que el rol de algunas mujeres en la lucha
por la independencia fue más que pasivo. En esos tiempos inciertos, la guerra ofreció
oportunidades a las mujeres para buscar la iniciativa, y en este caso aunque sea por un tiempo,
hombres y mujeres por igual reconocieron el mérito de Juana Asurdui.
42
Juana a s u r d u i de Pa d il la (1780 -1862). La h ist o r ia d e t r á s de la le y en d a .
- ■C ap ífu lo V
ÍL 1 ex ilio
“[... 1y por oficio que acabo de recibir del comandante de la fuerza de las Salinas,
en que me comunica la llegada de la mujer del coronel Padilla, quien fue muerto
en la acción que tuvo con las tropas del rey en El Villar; he dispuesto que esta
señora pase a esta villa para que sea recibida como ella merece, y al mismo
tiempo cerciorarme de todo lo ocurrido en dicha acción.”81
“Un sargento mayor Bedoya, que estaba en Orán, disuadió a la viuda de Padilla
de que bajara, diciéndole que los arribeños eran muy maltratados [...].”82
No obstante la disuasión mencionada por Belgrano, Juana Asurdui siguió su camino a Salta.
Juana Asurdui viuda de Padilla, viajó hasta Buenos Aires, donde se presentó ante los
Ministros Generales de Ejército y Hacienda del Estado, el 5 de agosto de 1819 acompañada
81 AGNA, Partes oficiales, tomo 2, p. 250.
82 G ÜEMES, Luis. Güemes documentado, tomo 6 , 1 9 8 0 : 204.
43
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
por su herm ano y apoderado Gregorio Asurdui, para solicitar la cancelación de los sueldos
devengados a su fallecido esposo. Para dicho trámite, la solicitante presentó los documentos
originales de nom bram iento y asignación salarial que le correspondían a su esposo.
Su apoderado legal, solicitó a Juan José Nogales y Toribio Dávalo para que certifiquen los
docum entos presentados y si conocían a Manuel Asencio Padilla y a su viuda. Nogales
certificaba el 19 de enero de 1820:
Residente en Tucumán
Cuando viajó a Buenos Aires, a tram itar el pago de los sueldos de su fallecido esposo, se
presentó como “La americana Teniente Coronel Doña Juana Asurdui, viuda del Coronel Don
Manuel Asencio Padilla, residente en Tucumán”. Efectivamente acredita esa información, una
autorización firmada el 13 de mayo de 1820 por el gobernador Bernabé Aráoz, en la cual
ordena al M inistro Principal de Hacienda a entregar a Juana Asurdui doce pesos en auxilio a
su enfermedad. La beneficiaría recibió el dinero seis días después.84
En Salta
El 17 de junio de 1821 falleció el Gral. Martín Miguel de Güemes en una zona llamada
Cañada de la Horqueta, en El Chamical, Salta.85 Lo suceden transitoriamente en el cargo de
gobernador de la provincia Salta (que incluía a Jujuy) el Gral. José Antonino Cornejo y el
Cnel. Pablo Latorre hasta la designación del Dr. y Gral. José Ignacio Gorriti el 1 de octubre
de ese año. Gorriti, propietario de las estancias de Horcones en Rosario de la Frontera y la
de Miraflores en Metán, fue diputado por Salta en el Congreso de Tucumán que declaró la
Independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica el 9 de julio de 1816 y padre de Juana
83 TRELLES, Manuel Ricardo. Cuestión de limites entre la República Argentina y Bolivia, 1872:198.
84 AHT, Sección Administrativa, Comprobante de Contaduría vol. 60,1820:185r.
85 COLMENARES, Luis Oscar. Martin Miguel de Güemes, Buenos Aires, 2006: 56.
44
Ju a n a a s u r d u i df . Pa d i l l a (1780 -1862). l a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
Manuela Gorriti, quien en 1822 tenía seis años de edad. Juana Manuela escribió el siguiente
recuerdo de su niñez:
se retiró a las Provincias Unidas del Río de la Plata donde mi padre, que
mandaba entonces en Salta, la recibió con los honores que se tributan a los
héroes. Allí, siendo yo muy niña, en 1822, tuve el honor de conocerla. El loor
a sus hazañas flotaba ante mis ojos como un incienso en torno a aquella mujer
extraordinaria y formábala una aureola. Su recuerdo, está vivo todavía en mi
mente cual si ahora la viera con sus largos vestidos de luto y su semblante sereno
y meditabundo. En 1824, cuando Ayacucho dio la libertad América, Juana
Azurduy dejó Salta para volver a su país. ¿Qué fue de ella? Desapareció como
esos astros que alumbran el espacio y se pierden en la inmensidad.”86
El 28 de abril de 1825, Juana Asurdui solicitó a la Junta Provincial de Salta apoyo económico
para retornar a su ciudad natal. En dicho memorial indica que:
Después del fatal contraste en que perdí mi marido, y quedé sin los elementos
precisos, para continuar la guerra, renuncié los indultos y las generosas
invitaciones, con que se empeñó atraerme el enemigo. Abandoné mi domicilio
y me expuse a buscar mi sepulcro, en un país desconocido, sólo por no ser
testigo de la humillación de mi Patria, ya que mis esfuerzos no podían concurrir
45
N o r b e r t o Be n ja m ín T o r r e s
a salvarla. En este estado he pasado como ocho años, y los más de los días, quizá
sin otro alimento, que la esperanza de restituirme a mi País. Ha llegado este día
feliz, que en vez de ahogar mi corazón en gozo, sólo le ha inundado de pesar.
“Prevéngase al Poder Ejecutivo, que valiéndose de todos los medios que estén
a su arbitrio, socorra a esta Ilustre Amazona, viuda del inmortal Coronel don
Manuel Asencio Padilla: y que la haga saber, la suma satisfacción con que la
Honorable Sala provee el accésit a su solicitud, atendiendo más a su distinguido
mérito y a la memoria de su digno consorte, que a la notoria nulidad de los
fondos de la Provincia”.88
Finalmente el señor M inistro C ontador interino de Hacienda entrega a Juana Asurdui los
cincuenta pesos el 4 de mayo de 1825.
46
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
eroRno a
I yl Chuquisaca en 1825
Certificación de méritos
“La ciudadana Juana Asurdui, Teniente Coronela del Ejército y viuda del
ciudadano Manuel Asencio Padilla, Coronel y Comandante General del Interior,
en los términos más conformes a derecho ante Vuestra Excelencia parezco y
digo: Que siendo notorio los servicios de mi finado marido, e igualmente [los]
míos, a la causa liberal de la Patria desde el principio de su heroica revolución,
sin que por un instante se hubiese separado el entusiasmo y ardor con que
[la] habíamos defendido hasta que mi dicho marido sacrificase su vida en la
sangrienta acción que tuvo en el pueblo del Villar, después de haber confundido
al enemigo hostil en otras acciones, dando desahogo y libertad a muchos que
habían padecido por la misma causa.
89 AHCDL, 2-6-5.
47
n o rberto Benjam ín to rres
Además, Antonio José de Sucre, flamante Presidente Interino de Bolivia, ordena otorgarle
ese mismo día una ayuda de 100 pesos. Se conserva en el Archivo Histórico de la Casa de la
Libertad de Sucre, una copia del docum ento realizada en 1927, que indica:
“Recibí los cien pesos que el Señor General Presidente [Antonio José de Sucre]
ordena en la vuelta [de esta nota] se me socorra. Y para q [ue] conste, doy en
Chuquisaca [a] 2 de Agosto de [1]825.
Ante la solicitud realizada por Juana Asurdui viuda de Padilla a Andrés de Santa Cruz, el
Presidente del D epartam ento de Charcas (sic), éste había decretado el 29 de julio de 1825 lo
siguiente:
Juana Asurdui recibió los cien pesos de montepío93, y firmó el respectivo docum ento en
Chuquisaca, el 2 de agosto de 1825. El 11 de agosto de 1825, Andrés de Santa Cruz le escribió
a Antonio José de Sucre, encargado del m ando supremo de estas provincias, informándole lo
siguiente:
“La Teniente Coronel doña Juana Asurdui viuda del Coronel Padilla, me dirigió
la adjunta representación, en que considerando los méritos personalmente
contados por esta guerrera, sus padecimientos y la miserable atención a que
90 Ibídem.
91 Ibídem.
92 ABNB, Tribunal Nacional de Cuentas, Tomo 2,1825:1103.
93 El montepío era un depósito de dinero formado por los descuentos hechos a los individuos de una institución para socorrer a sus viudas y
huérfanos o para otras ayudas.
48
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d il l a (1780 1862). l a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
se había reducido, dicté el decreto que se manda socorrer por lo pronto en una
pensión del Tesoro Público y dejando a la superior deliberación de Vuestra
Excelencia esperando las sujeciones que haya de gozar en lo consciente a mi
determinación, tengo la honra de exponer a Vuestra Excelencia que esta
recomendable mujer ha hecho los más importantes a la causa de la libertad, y que
por este conocido valor, adquirió el grado de Teniente Coronel, expedido por el
General en Jefe del Ejército del Río de la Plata, Don Manuel Belgrano, que me
ha presentado entre otros documentos, en que es distinguidamente considerada
por el Gobierno de Buenos Aires. Y espero que Vuestra Excelencia se sirva
declarar si gozará la viudedad de su marido el Coronel Padilla, o el sueldo que
por su propia graduación le corresponde, y ruego a Vuestra Excelencia quiera
tener a bien el socorro que le mande proporcionar.”94
El Mariscal Sucre, el 16 de septiembre de 1825 ordenó a Andrés de Santa Cruz que se le hagan
los pagos mensuales, cuando arribe a Chuquisaca el Libertador Simón Bolívar. Santa Cruz
mediante decreto de 1 de octubre de 1825, hace conocer lo acordado. El escribano Tomás
Delgadillo se encargó de devolver la documentación a la interesada.
Cuando el Libertador Simón Bolívar vino a Chuquisaca, al día siguiente de su arribo a ella,
acompañado de su Estado Mayor General y de los altos dignatarios del Ejército, fue a visitar a
Juana Asurdui viuda de Padilla, llenándola de elogios en presencia de todos los concurrentes,
a los que manifestó el valor y nom bradla de la ilustre guerrillera chuquisaqueña.95
En un informe del Tesorero Felipe del Cerro, a solicitud del Prefecto de Chuquisaca, fechado
el 1 de septiembre de 1827, indica:
“Los únicos individuos que gozan invalidez y monte militar en esta oficina son
los siguientes:
Desde su retorno, Juana Asurdui viuda de Padilla reclamó ante las instancias correspondientes
una asignación económica. Le otorgaron por viudedad, no así por su participación en la guerra
de emancipación. El monto fue disminuyendo, de 60 pesos a la mitad, como consecuencia de
las reformas económicas implementadas en la presidencia de José María Linares.
49
JUANA ASURDUl DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
nrRe el juzgado
y la laÓRanza
Haciendas en Moromoro
Durante su vida en Chuquisaca, luego de retornar de Salta, Juana Asurdui fue propietaria de
varias haciendas. Unas ubicadas en Moromoro, donde vivió gran parte de su vida, y otras en
el valle del río Chico, afluente del río Mojotoro, cerca de la desembocadura con el río Grande
o Guapay9798.
El 11 de mayo de 1826, en una escritura pública Juana Asurdui indicó que era dueña de las
siguientes haciendas o “suertes de tierras” ubicadas en la doctrina de Moromoro: Pampaguasi,
Loctoni y Chuspipampa; Lupeara; La Majada y Paclani. Los documentos de las tres primeras
se perdieron en el saqueo notorio que padeció su casa cuando defendía con su esposo las
Fronteras de Tomina. Tampoco tiene los títulos de la última; su esposo Manuel Asencio
Padilla que m urió ab intestato9S, le había dicho públicamente que era conocida su propiedad
sobre dicha hacienda.
Estas tierras fueron vendidas a su herm ana Rosa Lía Asurdui y su esposo Manuel Párraga en
440 pesos. Según el siguiente detalle:
51
NOR.BER.TO BEN)AM ÍN TORRES
• Lupeara: $ 70.-
La Majada $ 70.-
Paclani $ 50.-
Del monto total, 200 pesos, les habían sido entregados a Manuel Asencio Padilla, y luego a
Juana Asurdui los restantes 240 pesos.
Este d ocum ento" fue firmado en la casa del escribano público nacional Melchor Higueras,
ante los testigos Diego Valda y Juan Higueras.
A las cinco de la tarde del 14 de julio de 1832, Juana Asurdui se presentó, con los testigos
José María Pimentel y Manuel Borja Zavala, ante el escribano público Domingo Velásquez
Lavardén, quien da fe que la conoce y dice:
Así Juana Asurdui viuda de Padilla, comenzó los primeros años republicanos. Incursionando
en el mercado de las haciendas, la producción agrícola y emprendiendo nuevos proyectos en
relación a la propiedad de sus tierras.
Juana Asurdui es notificada, porque había vendida dicha hacienda a su cuñado Manuel
Párraga. La hacienda Chipirina, comprendía los terrenos llamados: Pampaguasi, Loctoni
y Chuspipampa; Lupeara; La Majada y Paclani. Apoyaba su argumento, en la ley que la
exoneraba de pagos a acreedores del censo101.
52
Juana A su rd u i de Pa d i l l a (1780 - 1862). L a h ist o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
Sin embargo, uno de sus allegados, Justo Porcel, paga 100 pesos de la deuda al monasterio el
23 de mayo de 1828. El 12 de abril de 1829, Rosa Lía Asurdui viuda de Párraga, paga 37 pesos
de su deuda. Finalmente llegaron las partes a un acuerdo definitivo, el 25 de septiembre de
1839, Juana Asurdui pagó 23 pesos y Rosa Lía Asurdui 166 pesos al monasterio de Nuestra
Señora de los Remedios.102
El abogado M ariano Paravicino, en representación legal del Dr. José Manuel Pino propietario
de la hacienda Sere-sera103(según su grafía original), por el poder legal que tiene, interpone
demanda contra Anastacio Paravicino por la usurpación que hace a esta finca, conservando
la bocatoma y acequia de los molinos de Cullcu, en la pampa de riego de Sere-sera, y para que
vuelva a restablecer la bocatoma de primitiva institución, expone ante la instancia jurídica
pertinente:
El 4 de octubre de 1849, Juana Asurdui y Luisa Padilla “se han evadido de la diligencia
ocultándose en el interior de su casa”. Dos días después Luisa es notificada, pero Juana
Asurdui se ausenta a Toroca, y hacia fin de mes va a la hacienda Robledo, donde tampoco fue
encontrada. Anastacio Paravicino, a través del escribano público Carlos Aldunate, envía un
memorial el 2 de junio de 1855, al Juez que atendía la causa:
“[...] pido al Juzgado que las que me vendieron dicha hacienda, Doña
Juana Asurdui y Luisa Padilla, concurran al presente juicio por la evicción
y saneamiento que me deben de la repetida toma que conduce el agua a mis
molinos y huertas.”105
102 Véase ABAS, Capellanías, Juicio por la hacienda de Chipirina 1826-1829. ABAS, AA, Monasterios, Nuestra Señora de los Remedios
de La Plata. CASTRO, Mario. Lo que el viento no se llevó: el juicio por la hacienda Chipirina, un documento inédito sobre Juana Asurduy, en
LOFSTROM, TORRES, CASTRO. Juana Asurduy de Padilla, perspectivas y documento. Tomo 1,2014:47-74.
103 O también Cerecera, finca situada en la jurisdicción de Pocpo, cantón de la provincia Yamparáez, hacia el norte de Sucre, próxima a la
confluencia del riachuelo Milluni con el Mojotoro, del que forma una de sus cabeceras; está a 33 kilómetros de Sucre. En DGDCH, Sucre, 1903:62
104 ABNB.CSJCH 1854-1855:2v.
105 ABNB, Ibídem: 29v.
53
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
Esta hacienda fue vendida el 31 de octubre de 1812, por Mariana Zudáñez de la Torre, a
Ramón Calderón y su esposa, ante el escribano Mariano Pimentel.
El día 26 de octubre de 1815, es adquirida por Manuel Asencio Padilla para su esposa Juana
Asurdui113, la referida hacienda de Cullcu, Tipa-buco114, Taracchi, Carpaguasi115 y otros
nombres con tres paradas de molino, sus herramientas, aperos, pampas, lomas, abrevaderos,
huertas, aguas, vertientes y manantiales.
106 Hacienda ubicada en Siccha, vice cantón dePocpo, provincia Yamparáez. Está situada hacia el noroeste de Sucre, y a 38 kilómetros de
distancia, en las orillas del rio Pocpo o Mojotoro, tiene paradas de molinos de granos. En DGDCH, Sucre, 1903:272.
107 Hacienda en la comprensión de Pocpo, cantón de la provincia de Yamparáez, situada al noreste de Sucre. En DGDCH, Sucre, 1903:18.
108 ABNB, EP 374: 310r.-319r.
109 ABNB, EP 415: 237r.-244v.
110 ABNB, EP 373:283r.-284v.
111 ABNB, EP 3 77 : 536 r.-5 4 2v.
112 A BN B , EP 3 74 : 667 r.-6 6 8r.
113 Véase Anexo
114 Esta hacienda se encuentra en la jurisdicción de Huata. Cantón de la provincia Yamparáez, situada al suroeste del pueblo y a 5 kilómetros
de distancia. En DGDCH, Sucre, 1903: 331.
115 Hacienda comprendida en la jurisdicción de Siccha, vicecantón de Pocpo, en la primera sección de la provincia Yamparáez. en DGDCH,
Sucre, 1903:57.
54
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). l a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
El costo fue de 12300 pesos, pagando de contado 1800 pesos. El saldo se impone a censo
redimible, es decir 4000 pesos a favor del Convento de Nuestra Señora de las Mercedes de La
Plata, y los restantes 6500 pesos a la capellanía lega de Doña Juana Recalde. Fueron testigos
Ilarión Párraga, Ebaristo Tadeo Flores y Francisco Mostacedo, el escribano público y de
cabildo, José Calixto de Valda.116
Después del fallecimiento del Coronel Manuel Asencio Padilla (14 de septiembre de 1816) y
el exilio de su esposa Juana Asurdui, no habían directos interesados sobre esta hacienda. Por
ese motivo, se procedió al embargo de Cullcu, y como se acostumbraba, se la puso en público
remate. La Real Hacienda de La Plata dio en arrendam iento al postor Agustín Tapia, por el
tiempo de cinco años, según escritura pública de 10 de diciembre de 1816.117
Con estas diligencias judiciales se dio la sentencia de remate el año 1818, y en pública subasta
no hubo postores, y por esa razón se m andó entregar la misma al Convento de la Merced, cuya
entrega no se realizó por la oposición de los Oficiales o Empleados de la Hacienda Pública, y
se sacó nuevamente a subasta por repetidas ocasiones que no llegaron a efectuarse. Cuando
se estableció en sistema constitucional fue el Convento al Juzgado de prim era elección, como
al provisional de Hacienda Pública para que se verifique el informe pendiente, después se
mandó nuevamente a pregonar y rem atar la finca, pero no comparecieron los postores.
El General Andrés de Santa Cruz, el 11 de agosto de 1825, expidió el siguiente Auto, ante el
Escribano Tomás Delgadillo:
55
No rberto Benjam ín T orres
Doña Juana Asurdui, viuda del Coronel Don Manuel Asencio Padilla, se vendió
por el gobierno anterior, por solo su patriotismo, coadyuvando únicamente a
la ejecución el Convento de La Merced por el censo que descansa en la finca
a su favor, y Doña Justa Recalde por una capellanía que le reconoce. Declárese
conforme al Superior Decreto de trece de abril del presente año de su Excelencia,
el Señor General en Jefe del Ejército Libertador Encargado del mando Supremo
de estas provincias, que puede la indicada Asurdui tomar posesión de dicha
hacienda, la misma que se la dará el Señor Gobernador del Partido de Yamparáez,
sin perjuicio de las acciones de Don Alejandro Quíntela. Sirviendo este auto de
suficiente despacho en forma.”119
Ante la necesidad de afrontar diligencias judiciales, Juana Asurdui nombra como su apoderado
legal a su herm ano Gregorio Asurdui, en Chuquisaca, el 3 de diciembre de 1825.120
Juana Asurdui quiso tom ar posesión de la hacienda, ya saneada según la nueva legislación
vigente en el país. Sin embargo, Alexandro Quíntela quien la arrendaba entonces, solicitó
judicialmente resarcimiento económico a su propietaria. En ese sentido, el 28 de noviembre
de 1826, solicitó un nuevo avalúo para el justiprecio de las mejoras realizadas en la hacienda.
Dicha tasación dio como resultado la suma de 136 pesos. El expediente retornó al Juzgado de
Pedro Ramos.121
Juana Asurdui realizó una declaración judicial para ser considerada como “pobre de
solem nidad”, y de esa manera se comprometió a cancelar solo 100 pesos, de los 136 pesos que
resultó el avalúo de las mejoras realizadas a la hacienda por Alexandro Quíntela.122
56
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d il l a (1780 1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
costos y costas. Comparezcan las partes con respecto a esta cantidad en juicio
verbal en este Juzgado, oblando antes en él Doña Juana Asurdui, los 100 pesos
que ofreció para disponer de ellos.”123
De esa manera, Juana Asurdui consiguió la propiedad de la hacienda, que legítima y legalmente
le correspondía.
El 14 de julio de 1832, dio en arrendam iento de cuatro años, tres forzosos y uno voluntario, la
hacienda y molinos de Cullco a Manuel Sandi en 400 pesos anuales. Siendo testigos Manuel
Borja Zavala y José María Pimentel, ante el escribano público Domingo Velásquez Lavardén.
El poder legal que otorgó el 4 de septiembre de 1833, es el único docum ento en que se le llama
“Juana de Dios Asurdui” a la viuda de Manuel Asencio Padilla. Esto puede prestar a confusión
con el nombre de su herm ana mayor nacida en Collpa en 1770, de la cual no se conoce más
datos. Sin embargo, en el docum ento notariado se presentó como “natural y vecina de esta
ciudad”, es decir que nació en La Plata y vivía en la ciudad, y la firma al final es la misma que
utilizó de costumbre, estos son elementos determ inantes al momento de su identificación
personal, en este caso particular ante sus homónimas.
Fueron testigos Secilio Secilia124 (sic) y Marcos Matienzo, ante el escribano público Domingo
Velásquez Lavardén.125
Ante el escribano público de comercio, Carlos Aldunate, Juana Asurdui firma un compromiso
con su yerno Pedro Zuleta, para la entrega de la Hacienda Tipabuco, el 25 de octubre de
1842 a las cuatro de la tarde. Anteriormente, el 10 de mayo de 1841, Juana Asurdui dio en
arrendam iento a Zuleta, ante el alcalde pedáneo de Moromoro. Pedro Zuleta se comprometió
a entregar la hacienda a su propietaria el 30 de agosto de 1843. Fueron testigos Lorenzo Mujica
y Pedro Pablo C ruz.126
En Sucre, el 4 de mayo de 1843 a las diez de la mañana, ante el escribano público Domingo
123 A BN B , Ib íd e m : 210v.
124 Falleció el 31 de enero de 1862, en ABAS, AP, San Miguel, Defunciones 1854-1885:41v.
125 USFX, CBDH Notarias 1,4, 3a: 847r.-848v.
126 USFX, CBDH Notarias 1,1 ,9a: 482r.-483v.
57
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
Velásquez Lavardén, los testigos Pedro Pablo Cruz y Manuel Quintana, se presentó Juana
Asurdui como “ejercitada en la labranza”. Recibió de Agustín Noya la cantidad de 400 pesos en
efectivo, los que debía devolver en cuatro meses, dando como hipoteca su hacienda de Cullco,
situada en el cantón de Pocpo, provincia de Yamparáez.127
En la ciudad de Sucre, el 15 de junio de 1846, compareció Luisa Padilla, única hija con vida
de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui, de oficio costurera y casada con Pedro Zuleta,
solicitando promover pleito de nulidad del compromiso de venta que su madre doña Juana
Asurdui había realizado con el Dr. Agustín Noya, de la hacienda Cullcu, sita en el cantón
Pocpo, provincia Yamparáez.
Fue su apoderado legal el abogado Manuel Quintana y los testigos Idelfonso Calancha y
Anastacio Paravicino129. Luisa Padilla argumentó, ante el escribano Gregorio Valda, que
corría el riesgo de perder la propiedad que tenía de la hacienda, como legítima heredera. En
la dem anda participó Juana Asurdui, a través de su representante legal José Benito Fonseca.
“[...] Doña Juana Asurdui, domiciliada en esta provincia, y puede ser que
afecte indirectamente los derechos que se creyeren resultantes en cuanto a la
propiedad de la hacienda de Cullcu, en virtud del compromiso de su venta;
siendo el expresamente demandado Dr. Agustín Noya, vecino de la Capital de la
República, y la demanda directa contra este, sobre nulidad de dicho compromiso,
otorgado en la ciudad indicada: se declara este Juzgado incompetente para
continuar conociendo en el presente negocio [...]”.13°
A las diez de la m añana del día 30 de marzo de 1853, Juana Asurdui se presentó ante el
escribano público M ariano Aniceto Reyes. Siendo testigos: Juan Prudencio de Ortubé y José
Manuel Álvarez, confirió poder legal sin límites ni restricciones al procurador de la Corte
Superior de Justicia del Distrito de Potosí, Pedro Esteban Miranda, para que a su nombre
recabe certificados, testimonios y otros docum entos que le sean necesarios, de un expediente
seguido a Agustín Noya el año 1847, sobre la nulidad de venta de la hacienda nominada
Cullcu o Angostura.131
58
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
“[...] que las expresadas Asurdui y Padilla den y paguen la cantidad de 492
pesos que expresa dicha demanda y a la que agregada la de 68 pesos, por los
17 meses que han corrido desde el 11 de septiembre de 1849 hasta igual día del
presente mes de febrero de 1851, forma la cantidad total de 560 pesos, que es la
que deben pagar conforme a las disposiciones legales.”132
La parte acusatoria presentó a los siguientes testigos: Feliciana Zudáñez (hija natural de Manuel
Zudáñez de la Torre y Mercedes M iranda), María Días, Pedro Aldana y Blacia de tal. Este es el
interrogatorio, presentado el 18 de febrero de 1853, por parte de Anastacio Paravicino, en la
causa que sigue contra Juana Asurdui y Luisa Padilla por 400 pesos e intereses, que por estas
pagó aquel en transacción con el Dr. Agustín Noya:
• El mismo Dr. Noya diga también como es cierto que la transacción que
contiene la precitada escritura, sería en beneficio de Doña Juana Asurdui
y Doña Luisa Padilla, atento al mérito del certificado que también se
leerá, y que temiendo que dicha transacción fuese con alguna tendencia
insidiosa por parte de aquellas señoras, trató de asegurarse personalmente
de mi instituyente Anastacio Paravicino. Exprese si estaba íntimamente
convencido que dicha transacción era directamente en beneficio de
aquellas señoras, dando la razón.
59
N o r b e r t o Be n ja m ín T o r r e s
• A la tercera, dijo que transigió con Paravicino por asegurar sus intereses,
y que después supo que la transacción se dio en favor de las vendedoras,
porque Paravicino ofreció más, pero siempre el declarante lo consideraba
como agente de las otras.
• A la segunda, dijo que con motivo de haber sido zapatera de Don Anastacio
Paravicino, el finado marido de la declarante Manuel Durán, se acuerda
que hace cinco años más o menos, le hablaban a dicho Paravicino en su
casa frente de la capilla de Guadalupe, cuyo nombre ignora sobre que apure
la transacción de rebaja con el caballero Noya, haciendo las diligencias
precisas, y que cuando no consiga la rebaja se haría pago con la hacienda,
que con ese motivo sabe que Paravicino se encaminó al pueblo de Yotala
en busca de Noya.135
Por estar enferma Feliciana de Zudáñez, no fue a prestar declaración, tampoco su hija que la
estaba cuidando. Conforme al artículo 291 del Código de Procedimientos, fueron a la casa
de ellas, para realizar dicha diligencia. Así fue que el 26 de febrero, a las dos de la tarde,
respondieron:
Luisa Padilla se compromete a pagar 100 pesos, en concepto de honorarios al abogado Pedro
Vicente Carrasco.138
Finalmente, Juana Asurdui y su hija Luisa Padilla, deben pagar a Anastacio Paravicino la
cantidad de 714 pesos y 4 reales, según resolución emitida por la autoridad competente el 20
de junio de 1853.139
60
fUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
“[...] que las mencionadas demandadas Juana Asurdui y Luisa Padilla, están en
el deber de pagar a Paravicino los 400 pesos que en razón de costas y en virtud
de la repetida transacción dio y pagó a Don Agustín Noya, mas no el interés
exigido por esta cantidad porque no hubo convenio a este respecto, ni la ley lo
señala. Igualmente se declara que Paravicino está también en el deber de abonar
a las demandadas la virtud de las costas y gastos que les ocasionaron con el
referido pleito de Noya, incluso las causadas en la tercera instancia en la Corte
de Potosí.”140
Recién se pudo notificar a Juana Asurdui a las once de la mañana del 4 de marzo de 1854, en
la hacienda de Robledo.141
Ante el escribano público de guerra, José Casimiro Flores, el 25 de julio de 1854, Juana
Asurdui confiere poder legal al procurador Mariano Paravicino:
“[...] para que a su nombre se apersone ante los Juzgados y Tribunales, demande
o intervenga en el juicio que la hija de la otorgante tiene pendiente con Anastacio
Paravicino, sobre ciertos cargo de cantidad de pesos, debiendo para ello
presentar escritos, documentos, o poner exacciones, liquidar, nombrar peritos,
producir pruebas, pedir prisiones, embargos, desistir y admitir desistimientos
[...r42
Fueron testigos M ariano Escurra (que también ofició de garante de Juana Asurdui), y Manuel
Arciénega.
“Notifíquese a Doña Juana Asurdui y a Doña Luisa Padilla, que den y paguen
dentro del tercer día la cantidad que arroja la liquidación, y sea bajo los
apercibimientos de derechos.”143
Al día siguiente, el escribano público Carlos Aldunate certifica: “pasé a casa de Doña Juana
Asurdui y Doña Luisa Padilla, a efecto de notificarle en persona y no han sido encontradas,
por haber asegurado la hija de la segunda, Doña Carlota que hace días se retiraron ambas a
su hacienda de Robledo.”144
A las cuatro de la tarde del 3 de octubre de ese año, Doña Juana Asurdui “natural y vecina de
esta capital [...] que sin revocar su poder conferido al procurador Mariano Paravicino da el
presente especialmente al procurador Juan Santelices, para que a nombre de la otorgante se
apersone al Juzgado de Letras de la provincia Yamparáez [...].”145
6I
no rberto Be n ja m ín T o r r e s
El docum ento finaliza en fecha 24 de marzo de 1859. Se continuaba cobrando las deudas de
Juana Asurdui y su hija Luisa Padilla.146
Este juicio ocasionó que Juana Asurdui y su hija Luisa, recibieran en los estrados judiciales
la conminatoria de cancelar sus obligaciones económicas. Ambas, vivían entre la hacienda
Robledo y Sucre. La notificación de los edictos judiciales fue irregular por ese motivo.
Sin embargo, Luisa Padilla interpuso un recurso de nulidad ante la posibilidad de que la
hacienda Cullcu sea vendida. Dicha hacienda representaba su patrim onio como única
heredera, y por ello precautelaba su propiedad sobre dichas tierras.
62
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
m os ú lr im o s
Laños
La hacienda de Robledo
El 30 de marzo de 1860, a las dos de la tarde ante el notario Manuel Santos Orihuela, el
Dr. Pedro Vicente Carrasco realiza una declaración legal de haber comprado la hacienda
de Robledo, en el cantón Siccha de la provincia Yamparáez, para Doña Juana Asurdui. La
escritura pública de dicha compra se había hecho ante el escribano Mariano Aniceto Reyes, el
24 de agosto de 1848. El im porte total era 5000 pesos, 3000 pesos al contado y los 2000 pesos
restantes a pagar en armadas (cuotas), bajo la garantía de Mariano Escurra. El Dr. Carrasco
compró la hacienda de Robledo al Dr. Francisco M edeiros148, a nombre de Juana Asurdui,
quien no pudo firmar el docum ento “por la escasez de vista”.
Ante el incumplimiento del pago de dichas cuotas, hacia 1859, los herederos del difunto
Medeiros siguió juicio contra Juana Asurdui. El 22 de agosto de 1860, se da el prim er original
de la escritura a Juana Asurdui, en dos fojas y papel de sello 3o.149
Juana Asurdui había pagado solamente 650 pesos de la deuda, y 400 pesos en costos procesales.
No se conoce el resultado del juicio.
148 Francisco Ignacio Medeiros Martínez de Iriarte, abogado nacido en Salta en 1783. Se casó en 1805 con la hija del Oidor honorario Juan
José de Segovia y Liendo. En tiempos republicanos, fue Rector de la Universidad San Francisco Xavier, y Rector del Colegio Junín en 1837;
siendo catedrático en ambas instituciones. Falleció en Sucre en 1849. En BARNADAS, Josep. Diccionario Histórico de Bolivia, tomo 2, 2002:
171-172.
149 USFX, CBDH Notarías 1,1 ,28a: 117r.-118r.
63
N o r b e r t o Be n ja m ín T o r r e s
José María Linares, como Presidente provisional de Bolivia decretó el 24 de abril de 1858:
“Art. 1. Todas las pensiones de jubilación o retiro sean civiles o militares, serán
reducidas en la proporción siguiente: las que pasen de trescientos pesos anuales,
quedarán vigentes en solo las tres cuartas partes de su valor anual; las que pasen
de setecientos pesos anuales para arriba, quedarán reducidas a las dos terceras
partes de su valor anual, sin perjuicio de lo dispuesto en la circular de 20 de
diciembre último.”15015
El objetivo de dicha medida era preparar y realizar la liquidación de todas las deudas y
obligaciones del Estado, se había hecho indispensable repartir a prorrateo entre todos sus
acreedores el gravamen que pesaba exclusivamente sobre los del crédito público, y sobre
aquellos que en los cambios políticos quedaron sin sus servicios, o de otros derechos
legítimamente adquiridos.
Estas disposiciones fueron implementadas por Tomás Frías, Secretario del Despacho de
Hacienda. Sin embargo, Juana Asurdui viuda de Padilla cobró 30 pesos mensuales en 1860,
es decir 360 pesos en total. Según la “Nómina de las pensiones que satisface el Tesoro Público
de Sucre”'[5\ en la lista de treinta y cinco personas beneficiadas estaba Ana María Pizarro de
Taborga152, la hija de Ramón García Pizarro, quien fue Presidente de la Real Audiencia de
Charcas desde 1797 hasta 1809.
Desde Sucre, Juana Asurdui le escribió el 12 de marzo de 1858, al Dr. Narciso Campero para
expresarle su gratitud:
El legislador Narciso Campero, había presentado el proyecto de ley para el pago de sueldo de
150 pesos mensuales.
Mientras estaba Juana Asurdui, con su hija Luisa y otros familiares, en su hacienda de
Robledo, fue agredida físicamente. Este hecho criminal fue denunciando por la víctima ante
autoridades judiciales de Sucre, mediante un escrito fechado el 23 de julio de 1860:
150 Colección oficial de leyes, decretos, órdenes y resoluciones supremas que se han expedido para el régimen de la República Boliviana,
Segundo Cuerpo, Tomo primero, 1857-1858.
151 ABNB, MH, tomo 156, N° 34,1860:13r.
152 Casada con el Dr. Mariano Taborga el 1 de Junio de 1803, falleció en Sucre el 16 de junio de 1868. En ABAS, AP, Santo Domingo,
Defunciones 1859-1889:49r.
153 Archivo privado del Gral. Eduardo Paz Campero Amelunge, Santa Cruz de la Sierra.
64
(UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). La HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
“[...] que hallándome con la citada mi hija y demás familia en el lugar Robledo,
cantón de Pocpo, el día 5 de junio del año pasado 1858, se presentó allí asociado
de dos o tres hombres, mas no sé con qué fin reprobado, José María Poveda
conocido como Coto-Cotillo y aprovechándose de la soledad del lugar, de mano
armada me infirió dos golpes en el sentido a todo pulso y dejándome votada
al suelo entre el vivir y morir, levantó un palo o leño con el que también le
infirió varios garrotazos a la mencionada mi hija y a un niño menor de nueve
años. Con tal motivo, y de la necesidad de curarnos de estos maltratamientos
nos condujimos a esta, abandonado por supuesto: cama, ropa, granos y un
sinnúmero de herramientas de labranza que se hallaba a mi cargo, cuyos intereses
a los pocos días lo sustrajeron, tal vez el mismo Coto-Cotillo. Denunciamos el
hecho de maltratamientos constituyéndonos en parte civil en el juicio [...].”154
Juana Asurdui no pudo firmar el docum ento “por falta de vista”, y estando presente pidió a
Juan José Torres que firme por ella.155
El expediente contra el agresor José María Poveda, se extravió. Se hicieron las consultas
respectivas a los abogados actuarios en materia criminal, uno de ellos, Belisario Murillo
informó:
“[...] que del libro de remisiones, aparece hecha la remisión del indicado
expediente al Fiscal del Distrito por conducto del Alguacil José María Tardío en
16 de febrero de 1860.”156
“[...] resulta que José María Tardío recibió la Instrucción criminal seguida
y concluida contra Don José María Poveda, y como este no aparece, él es el
responsable [...] que se libre mandamiento de aprehensión contra Tardío para
que rinda su indagatoria.”157
Además se solicitó hacer la citación a Belisario Murillo y Rafael Moscayo para averiguar, no
solo de la entrega del expediente sino también de su paradero.
El 31 de agosto de 1860, declaró José María Tardío y respondió a la segunda pregunta del
interrogatorio que:
La solicitud de averiguar consultando a los familiares del extinto abogado, fue considerada
como “racional”.
154 ABNB, CSJCh 1860:1r.
155 ABNB, Ibídem: 1v.
156 ABNB, Ibídem: 3r.
157 ABNB, Ibidem: 5r.-5v.
158 ABNB, Ibidem: 7v.
65
n o r b e r t o b e n ja m ín To rres
La agitación política en Bolivia, era una constante en la vida de las ciudades. La ingobernabilidad
una característica de esos años. En marzo de 1862, en la ciudad de Sucre se vivió una de las
tantas “revoluciones” de la historia nacional:
Fue el último suceso histórico que le tocó vivir a Doña Juana Asurdui, pues encontraría la
m uerte pocos días después en la misma ciudad.
El fallecimiento en Qoripata
Juana Asurdui murió “con hinchazón” en su cuarto del tercer patio de una casa situada en la
“calle de los Bancos”, frente al tambo Qoripata, hoy calle España, de la ciudad de Sucre, el 25
de mayo de 1862. Antes, recibió todos los sacramentos necesarios. El oficio religioso fue con
cruz baja y sepultada en el Panteón General de esta ciudad.161
El testigo Indalecio Sandi, sobrino bisnieto de Juana Asurdui, es hijo natural de Belisario
Sandi; quien es hijo de Manuel Sandi y Juana Andrea Párraga162; ésta es hija de Rosalía
Asurdui, herm ana de Juana. Esto lo confirma el mismo Indalecio Sandi en 1914, cuando
indica que es descendiente de Rosalía Asurdui y no deja lugar a dudas de que Juana Asurdui
era su pariente163.
Según los relatos de Indalecio Sandi, Juana Asurdui no recibió honores militares:
66
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e .l a l e y e n d a .
respondido que no se podían hacer dichos honores por estar ocupada la columna
[militar] en los festejos del Veinticinco de Mayo. [...] La falta de los honores
militares a la inhumación de los restos de Doña Juana Asurdui fue debida a dos
motivos: al indicado ya en la respuesta respectiva y al hecho también de que en
la misma fecha se preparaban los funerales del Coronel Molina.”164
Sin-embargo, en el prim er libro del Cementerio General, en que se registraron los entierros
de 1861 a 1877, el asiento para el día 25 de mayo de 1862, no consigna el entierro del coronel
Molina165; solo indica la inhumación de dos cuerpos menores: de M artín N. y Manuela N.
ambos con viruela; y el de Juana Asurdui de 80 años, con pulm onía.166 Tampoco se halló su
partida de óbito del Coronel Ramón Molina en los registros parroquiales de Sucre.
164 A B N B C S JC H , 191 4 , 6 :1 ,4 .
165 Ramón Molina Varela, natural de la provincia Casanare en la República de Colombia, hijo del Coronel Juan José Molina y María del
Carmen Varela. Llegó a Chuquisaca conformando el Ejército Libertador. Se casó el 21 de octubre de 1828, con Rosa Medeyros, hija de Francisco
Ignacio Medeyros y Manuela Segovia. Fueron testigos Pedro Alarcón, el Ministro Facundo Infante y el Coronel Agustín Jeraldino. Padrinos el Gran
Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre y Manuela Segovia, los casó y veló el oratoriano Clemente Enriquez. En ABAS, AP, San Miguel,
Matrimonios 1825-1856:26v.
166 ABNB.CGS 1,1861-1877:21.
167 BSGHS, N° 359-361, Tomo XXXV, 1940: 309.
168 ABNB.MH 1862,162,4.
67
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
Pantoja, Herm inia Valverde y Clotilde de Cuéllar, hijos de Cesárea Virginia Zuleta Padilla, se
incluyó la información acerca del nacimiento de Luisa Padilla Asurdui:
No se halló docum entación acerca de su prim era década de vida. Se desconoce si acompañó
a su madre en los años que duró la emigración, es decir hasta 1825, o mientras duró su exilio,
quedó al cuidado de alguna familia o persona particular.
El 22 de abril de 1839, se celebró el matrim onio de Luisa Padilla con Pedro Poveda, natural de
Potosí e hijo adoptivo de Manuel Poveda.170 Al año siguiente nació el primogénito:
En el año del Señor de mil ochocientos cuarenta, a los diez días del mes de
febrero, mi Teniente el presbítero Don Félix Santos, abogado de la República,
bautizó, puso óleo y crisma a un párvulo nacido en el día, hijo legítimo de Pedro
Suleta y de Luisa Padilla, vecinos del pueblo de Pocpo y residentes en ésta,
blancos. Se le puso por nombre Mariano. Su madrina Manuela Estivarez casada
con Manuel Huerta, y se le advirtió su obligación y parentesco individual, y
para que conste lo firmo, yo el cura rector. [Firma y rúbrica de:] Manuel Esteban
Ponce de León.”171
Nuevamente visitaron la iglesia de San Roque, esta vez por el bautizo de:
En el año de 1845, a los dieciséis días del mes de julio, mi Teniente el presbítero
Don Miguel Inojosa, exorcizó, bautizó, puso óleo y crisma, a una criatura de un
día y le puso por nombre María del Carmen, hija legítima de Pedro Suleta y de
doña María Luisa Padilla, españoles. Fue su padrino don José Medina, viudo
de Juana María Lascano, vecino de la ciudad de Potosí, a quien le advertí las
obligaciones y parentesco espiritual que había contraído y para que conste lo
firmé, yo el cura rector de este Sagrario de San Roque, de la Ilustre y Heroica
Capital Sucre. [Firma y rúbrica de:] Manuel Esteban Ponce de León."173
Sin embargo, la dicha por estos nacimientos, contrastaba con los constantes abusos verbales
y físicos, que sufría Luisa Padilla de parte de su esposo Pedro Zuleta. Ella decide iniciarle un
juicio verbal de divorcio. En la presentación de pruebas en dicha demanda judicial, presentó
a los siguientes testigos:
68
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). l a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
• José Arroyo
• Casimiro Arcienega
• Toribia Sandi
Para recabar la información necesaria para dicho efecto, se elaboró un cuestionario. Como
el maltrato era de público conocimiento, era notable la coincidencia de las declaraciones. La
siguiente declaración de Casimiro Arcienega, sirve para graficar lo que fue la traumática vida
marital de Luisa Padilla junto a su esposo, quien estaba consumido por el alcoholismo, la
violencia y los celos.
“[... I que lo único que sabe y que ha visto sobre los malos tratamientos, inferidos
por su compadre Zuleta a su prima Doña Luisa, es que en una ocasión que se
reunieron en el pueblo de Pocpo, por oír misa en día festivo, hace tres años y
medio poco más o menos, estando Doña Luisa con su madre, apeados en la
casa de Don José Arroyo, vino a ella tomado de chicha Don Pedro Zuleta, y las
improperó a las dos, con la expresión de que ambas partían de un hombre, que
se atravesaron de varias otras razones hasta el extremo de que Zuleta le dio una
trompada a su suegra, con la que la dejó tendida y semimuerta, que ello sucedió,
porque aquella se oponía a que sacara a su mujer como quería hacerlo Zuleta.”175
María del Carmen Suleta Poveda falleció el 30 de julio de 1851, y fue enterrada en el
Cementerio General de Sucre.178
Estas actas de bautizo, indican que el padre de los niños que recibieron dicho sacramento,
se llama Pedro Suleta. Sin embargo, se identificó como Pedro Poveda en el resto de los
documentos, como en el acta de m atrim onio y en los expedientes judiciales en los cuales es
mencionado.
Luisa Padilla Asurdui, de oficio costurera, cobró notoriedad cuando interpuso ante los
tribunales un recurso de nulidad, sobre un compromiso de venta de la hacienda Cullco, que
había hecho su madre Juana Asurdui. Dicha hacienda era el único bien material dejado por su
finado padre Manuel Asencio Padilla, al ser la única heredera intentó judicialmente mantener
ese derecho.
174 Finca perteneciente a cantón Pocpo, provincia Yamparáez. situada al noreste de Sucre a 30 kilómetros de distancia, a orillas del río de
Pocpo, que forma las cabeceras del Mojotoro y que toma aquel nombre, al pasar por el pueblo de Pocpo. En DGDCH, Sucre, 1903:83.
175 ABAS, AA, Divorcios 1844-1851: 9r.
176 ABAS, Ibídem: 25v.-27r.
177 Hacienda perteneciente a Siccha, cantón de Pocpo en la provincia Yamparáez. Situada al noroeste de Sucre, a 37 kilómetros de distancia,
en las cabeceras del río Chico o Mojotoro. En DGDCH, Sucre, 1903:141.
178 ABAS, AP, San Roque, Defunciones 1845-1863:62r.
69
No rberto Benjam ín T orres
Luisa Padilla falleció en el Hospital Santa Bárbara de Sucre, el 14 de enero de 1873. Según
el certificado de defunción179, firmado por J. Camilo Roncal, murió con hidropesía180,
recibiendo antes los sacramentos de penitencia, comunión y extremaunción.
Cesárea Virginia Suleta Poveda, otorgó su testamento en Sucre, estando en cama enferma
de pulmonía, a las diez de la mañana del 4 de agosto de 1900, ante Leandro Malpartida,
notario público. Primeramente, declara que es hija legítima de Pedro Zuleta Poveda y Luisa
Padilla, ya finado. Segundo, declara que en estado de soltería ha tenido dos hijos llamados
Clotilde Gonzales y Herminia Valverde. Tercera, declara que fue casada con Eulogio Pantoja,
ya finado, en cuyo matrim onio se procrearon tres hijos: Manuel, María y Clovis.181
70
(UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
El 24 de julio de 1914, Clovis Pantoja ante el juez Luis Ardúz se presenta para recabar
“Informaciones de carácter ad perpetuam seguidas por el Dr. Pantoja”. Para el efecto, solicita
que mediante orden fiscal se obtenga la declaración de Indalecio Sandi. Del cuestionario
preparado, la quinta y sexta pregunta eran para consultar si:
“[...] tuvo conocimiento de una pequeña caja, donde la señora Juana Asurdui
viuda de Padilla y su hija Luisa Padilla, acostumbraban guardar documentos
de importancia, manifestando que ella era siempre la portadora de todas las
notas oficiales, durante las hazañas heroicas de los esposos Padilla Asurdui. [...]
después de la muerte de la señora Juana Asurdui viuda de Padilla, su hija Luisa
Padilla, le entregó al declarante varios documentos sacados de la mencionada
caja, todos ellos relativos a la guerra de emancipación americana, los mismos
que él entregó como datos de importancia histórica, al historiógrafo señor
Velasco Flor [...] ”183
Esa reliquia histórica, estaba en poder de Clovis Pantoja. Quien decidió donarla al archivo de
la Sociedad Geográfica de Sucre. Actualmente en exhibición en el museo Casa de la Libertad,
en Sucre.
7I
NORBF.RTO BENJAMÍN TORRES
El 27 de julio de 1914, en la ciudad de Sucre, Clovis Pantoja, hijo de Cesárea Poveda Padilla,
nieto de Luisa Padilla y por consiguiente biznieto de Juana Asurdui de Padilla, realizó
un testimonio legalizado con datos históricos obtenidos de las declaraciones de testigos
presenciales del entierro de Juana Asurdui. Uno de ellos fue Indalecio Sandi, quien declaraba
lo siguiente:
En mayo de 1962 se conm em oraron los cien años del fallecimiento de Juana Asurdui de
Padilla. Con la presencia de autoridades nacionales y locales se realizaron diferentes actos en
homenaje a la memoria de la heroína.
El día 21 de mayo dieron comienzo con la conferencia del doctor Joaquín Gantier V. en el
Salón de Honor de la Universidad. El local resultó estrecho para el numeroso público que
asistió a ella. Presidido el acto por el doctor Oscar Frerking Salas, Rector de la Universidad
San Francisco Xavier, presentó con elocuentes frases al disertante, y ante la presencia de los
Excelentísimos Señores Embajadores del Paraguay y Venezuela, don Antonio E. González y
don Juan Ernesto Rothe, el doctor Gantier mostró los caracteres peculiares de la Guerra de la
Independencia y el papel desempeñado por Doña Juana, la extraordinaria mujer boliviana,
que algunos consideraban como un personajes de leyenda. Esta conferencia, grabada en cinta
magnetofónica, fue reproducida por algunos radios.
En la Sociedad Geográfica e Histórica “Sucre”, ante la caja que perteneció a Doña Juana
Asurdui tuvo lugar una Sesión de Honor. La señora Graciela Urioste de Bonel leyó un trabajo
referente a las partes principales de la vida de Doña Juana, al abandono de sus últimos días y
a su triste muerte.
184 AHCDL. Libro de actas de la Sociedad Geográfica Sucre, del 15 de enero de 1904 al 26 de octubre de 1918, s/f.
185 ABNB, CSJCh 1914, 5:5.
186 BSGHS, tomo XLVIII, N° 446,1962:45-49.
72
(UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 1862). LA HISTORIA DETRAS DE LA LEYENDA.
El día 25 de mayo se hizo un alto a la fiesta cívica qué duró dos minutos. Durante la
concentración pública en la plaza principal, se dio un solemne toque de silencio, al que,
iniciando la “campana de la libertad”, respondieron con dobles las de todos los templos de
la ciudad. El General Román Monje Roca, Jefe del Estado Mayor dio lectura a la Ordenanza
General de las Fuerzas Armadas de la Nación, por la que se confirió a la Heroína Doña
Juana Asurdui de Padilla, el ascenso postum o al grado de General del Ejército de Bolivia.
Acto seguido se entonaron los himnos: Nacional de Bolivia, a Chuquisaca y Llamada de los
Colorados de Bolivia.
La comisión nom brada para exhum ar los restos de Doña Juana Asurdui de Padilla, constituida
por el Presidente y Secretario de la Sociedad Geográfica y de Historia “Sucre”, Joaquín Gantier
Valda y Victorino Vega, respectivamente; el Secretario General de la Universidad, doctor José
Ipiña D.; el Oficial Mayor de la Alcaldía, doctor Hugo Groe; el Secretario de la Prefectura,
doctor Eriberto Cáceres; el Presidente del Rotary Club, doctor Walter Echalar; el doctor
Víctor Villegas y el señor Berdecio como representante de los excombatientes de la Guerra
del Chaco, y la señora María Yáñez de Ipiña como impulsora del m onum ento a la heroína, se
reunió en el cementerio general para el objetivo indicado.
A las 7:30 del día 26 de mayo, los beneméritos y excombatientes de la Guerra del Chaco, se
concentraron en el Cuartel de San Francisco para m archar al cementerio, donde unidos al
Ejército Nacional, trasladaron los restos de Juana Asurdui de Padilla a la plaza187 que llevaba
su nombre. Ante una multitud, se dio comienzo a la misa de campaña, ante el altar erigido
por la junta vecinal “Aniceto Arce”. El obispo auxiliar, M onseñor Agustín Arce, como hijo de
Chuquisaca habló con sentidas frases cívicas y religiosas.
El Dr. Rafael Gómez Reyes, en representación del Rotary Club, estuvo brillante en su alocución.
Los excombatientes estuvieron hábilmente representados por el profesor Isaac Maldonado. La
última intervención fue de la señora Yáñez de Ipiña.
El traslado de la urna con los restos de Juana Asurdui de Padilla al Palacio Legislativo (hoy
Museo Casa de la Libertad) revistió caracteres de verdadera apoteosis. En hombros del Ministro
de Educación, doctor Mario Guzmán Galarza, representando al Poder Ejecutivo; del General
Román Monje Roca representando a las Fuerzas Armadas de la Nación; del doctor Oscar
Frerking Salas a la Universidad y del Coronel Miguel Paravicini, Prefecto del Departamento,
fueron llevados los restos de la heroína. Detrás iba el Dr. Román Ribera como personero de la
Corte Suprema de Justicia, el Dr. Rafael Gómez Reyes, Fiscal General de la República; el Dr.
Joaquín Gantier Valda, Presidente de la Sociedad Geográfica de Sucre, Alfredo Romero, Jefe
de Distrito Escolar, el Coronel Paz Galarza con varios oficiales, los beneméritos de la Guerra
del Chaco, el Ejército Nacional y todos los colegios y escuelas completaban el solemne y largo
cortejo.
El Ministro de Educación tuvo un significativo gesto, pues, al notar que la urna no llevaba
nada encima, pidió la pequeña bandera que flameaba en una de las casas del barrio “Aniceto
Arce” y la colocó encima de dicha urna.
73
NORBERTO BENIAMÍN TORRES
El periódico “Ofensiva”, en su edición núm ero 33 del 29 de mayo de ese año, publicó: “No
podemos dejar de m encionar la profunda emoción cívica que inundó los corazones, cuando
los acordes marciales del him no a Santa Juana de América resonaron bajo la bóveda azul de
nuestro cielo, y esas estrofas bellísimas, plenas de civismo que saben a oración y a gloria, serán
cantadas en todas las escuelas de Bolivia, al decir del Ministro de Educación.”
Con varios números, según el programa de la Alcaldía Municipal, la escuela que lleva su
nombre le rindió homenaje. Se presentó en la “Radio Sucre” la obra “Juana la Coronela”,
interpretada por el elenco de dicha emisora. La noche del 24 de mayo, la plaza que lleva el
nombre de la heroína fue engalanada e iluminada especialmente, y mediante los micrófonos
de radio “La Plata”, ofreció una interesante audición. En esta misma radio, la Escuela Nacional
de Maestros presentó la obra “La coronela de los Andes”, con el libreto del profesor René
Gonzales y la dirección del profesor Walter Contreras.
Desde el año 2006, sus restos mortales com parten la misma urna funeraria con los restos de
su esposo, el Coronel Manuel Asencio Padilla.
74
Juana asu rd u i d e pa d illa (1780 1862). La h ist o r ia detrás de la le y en d a .
k o n s id e R a c io n e s
0 Fin ales
Posiblemente las obligaciones laborales de sus padres, los llevaron a recorrer lugares de
actividad agrícola: siembra, cosecha, trilla; como San Lucas, Tarabuco, Moromoro y La Plata,
movilidad que explicaría la dispersión geográfica de los lugares de bautizo de los hijos de esta
familia.
Se casó con Manuel Asencio Padilla, el 19 de mayo de 1799, en la iglesia de San Miguel de
Moromoro.
Luego supo de las consecuencias del proceso revolucionario de Charcas en 1809. Cuando
su esposo Manuel Asencio Padilla, se incorpora a las filas patrióticas, apoyando primero a
Juan José Castelli y luego a Manuel Belgrano, fue entonces cuando inscribió su nombre en la
historia de la independencia.
En los combates que participó, dejó una marca imperecedera. Su proeza en el campo de
batalla fue reconocida en los partes militares que llegaron hasta Buenos Aires. Sin embargo,
después del fallecimiento de su esposo, el 14 de septiembre de 1816, tuvo que emigrar. Vivió
en Salta, Tucumán y, junto a su herm ano y apoderado legal Gregorio Asurdui, viajó hasta la
capital bonaerense para solicitar la cancelación de los sueldos de su finado esposo.
Aun teniendo el nom bram iento de Teniente Coronel, dicho empleo no se oficializó. Por
ese motivo, Juana Asurdui de Padilla no pudo ejercer su empleo, y mucho menos percibir
su correspondiente sueldo. Dicho nombramiento, realmente solo le sirvió como una
“condecoración”, porque la pensión que cobraba fue por ser la “viuda del Coronel Manuel
Asencio Padilla”.
75
n o rberto ben jam ín to rres
Desde su retorno a Chuquisaca en 1825, Juana Asurdui viuda de Padilla reclamó ante las
instancias correspondientes una asignación económica. Le otorgaron por viudedad, no así
por su participación en la guerra de emancipación. El monto fue disminuyendo, de 60 pesos
a la mitad, como consecuencia de las reformas económicas implementadas en la presidencia
de José María Linares.
Juana Asurdui y su hija Luisa Padilla, comparecieran ante los estrados judiciales por deudas
económicas, contraídas en la administración de sus haciendas. También por denunciar
violencia y agresión física, que ambas sufrieron. Por su parte, Luisa Padilla interpuso un
recurso de nulidad ante la posibilidad de que la hacienda Cullcu sea vendida. Dicha hacienda
representaba su patrim onio como única heredera, y por ello precautelaba su propiedad sobre
dichas tierras. Ambas, vivían entre la hacienda Robledo y Sucre. La notificación de los edictos
judiciales fue irregular por ese motivo.
Juana Asurdui viuda de Padilla, falleció en Sucre el 25 de mayo de 1862. A cumplir el centenario
de su muerte, se trasladaron sus restos mortales desde el Cementerio General hasta la Casa de
la Libertad, donde actualmente descansan junto a los de su esposo Manuel Asencio Padilla,
en una urna funeraria.
Las fuentes primarias empleadas en esta biografía, reconstruyen la vida y obra de Juana
Asurdui de Padilla, una mujer, madre, esposa y heroína de la Patria Grande.
76
Juana asu rd u i d e Pa d il la (1780 • 1862). La h ist o r ia detrás de la le y en d a .
R onología
77
NORBER'EO BENJAMÍN TORRES
78
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
os
1. Acta de bautismo de Juana Asurdui Llanos. San Pedro de Tarabuco, 26 de marzo de 1780.
ABAS, AP, Tarabuco, Bautismos (1767-1782) f. 275v.
2. Acta de matrim onio de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui Llanos. San Miguel de
Moromoro, 19 de mayo de 1799. IR, Libro de M atrimonios de San Miguel de Moromoro
(1786-1811) f. 134v.
3. Óbito de Manuel, hijo de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui Llanos. San Miguel de
Moromoro, 24 de mayo de 1800. AOP, Iglesia de San Miguel de Moromoro, Defunciones
(1786-1813) f.93r.-93v.
4. Acta de bautismo de Romualdo, hijo de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui Llanos.
La Plata, 7 de febrero de 1803. ABAS, AP, San Miguel, Bautismos 1801-1806:117v.
5. Acta de bautismo de Mariano, hijo de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui Llanos.
San Miguel de Moromoro, 15 de mayo de 1806. AOP, Iglesia de San Miguel de Moromoro,
Bautismos (1805-1814) f. 37r.
6. Óbito de Juliana, hija de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui Llanos. El Villar, 29 de
abril de 1814. ABAS, AP, El Villar, Defunciones (1793-1815) f. 163v.
10. Parte del Com andante Manuel Asencio Padilla dirigido al Gral. José Rondeau,
informándole de las acciones contra el enemigo y destacando la heroica actuación de
su esposa Juana Asurdui. Cuartel de Tomina, 24 de abril de 1816. AGNA, Documentos
escritos, Sala X - 23 - 2 - 3.
11. Carta del Gral. Manuel Belgrano a Juan M artín de Pueyrredón, recomendando a Juana
Asurdui por sus servicios militares. Tucumán, 26 de julio de 1816. AGNA, Documentos
escritos, Sala X - 23 - 2 - 3.
12. Decreto de Juan Martín de Pueyrredón, Director del Estado, otorgando la condecoración
de “Teniente Coronel de las milicias partidarias de los Decididos del Perú” a Juana
Asurdui. Buenos Aires, 13 de agosto de 1816. AGNA, Documentos escritos, Sala X-23-2-3.
79
N o rberto Benjam ín T orres
13. Despacho del nom bram iento a Juana Asurdui, como Teniente Coronel de las Milicias
Partidarias de los Decididos del Perú. Buenos Aires, 13 de agosto de 1816. AGNA, Tomas
de razón de despachos, empleos, etc. 1740-1821, Libro 78, f. 313r.
14. Recibo de ayuda económica, del G obernador Aráoz a Juana Asurdui. Tucumán, 19 de
mayo de 1820. AHT, Sección Administrativa, comprobante de Contaduría, Vol. 60 (1820)
f. 185r.
15. Solicitud de Juana Asurdui viuda de Padilla a Andrés de Santa Cruz, solicitando la
devolución de sus docum entos originales que fueron presentados para realizar el trámite
de montepío. Chuquisaca, 18 de octubre de 1825. AGNA, Sala VII, N° 214, Colección
Juan Ángel Farini, fs. 144-162.
16. Poder legal otorgado por Juana Asurdui viuda de Padilla, a Gregorio Asurdui. La Plata, 3
de diciembre de 1825. ABNB, CSJCH 70G: 162r.-162v.
17. Declaración de Juana Asurdui viuda de Padilla como “pobre de solemnidad”. La Plata, 19
de septiembre de 1827. ABNB, CSJCH 70G: 206r.
18. Arrendam iento de la hacienda y molinos de Cullcu, de Juana Asurdui a Manuel Sandi
en $ 400 anuales. Chuquisaca, 14 de julio de 1832. USFX, CBDH Notarías I, 4, 3a, fs.
561r.-562r.
19. Acta de matrim onio de Luisa Padilla y Pedro Poveda. Pocpo, 22 de abril de 1839. ABAS,
AP, Pocpo, M atrimonios (1818-1848) f. 91v.
20. Compromiso celebrado entre Juana Asurdui y su yerno Don Pedro Zuleta, para la entrega
de la Hacienda de Tipabuco. Sucre, 25 de octubre de 1842. USFX, CBDH, Notarías I,
1-9a, fs. 482r.- 483v.
21. Obligación de pago de Juana Asurdui a favor de Agustín Noya, con hipoteca de la hacienda
de Cullcu. Sucre, 4 de mayo de 1843. USFX, CBDH Notarías I, 4, 15a, fs. 307r.-307v.
22. Declaración que hace el Dr. Pedro Vicente Carrasco, de haber comprado la hacienda
de Robledo para Juana Asurdui. Sucre, 30 de Marzo de 1860. USFX, CBDH, Notarías I,
l-28a, fs. 117r.- 118v.
23. Óbito de Juana Asurdui de Padilla. Sucre, 25 de mayo de 1862. ABAS, AP, San Sebastián,
Defunciones (1855-1887) f. 85v.
80
|UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 1862). 1.A HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
c¿c->\a ig
fc> & U \C9 ¿*iS& V» -T%si>vuZlS6¿*CcC/>-v¿* 0 cA * h£ 0L- ¿ms>
e .S z itt A *kc¿xt £><X4¿¿i¿¡r? ^ £ u Z £ ¿ u óf>viCz%^¿a?+7t. vétete.
¿?¿e¿ a y Q £ z P9>*14C <£c0*X4L. -iJl P¿0
t •^
¿OCO¿¿2>n*~CL "& -& » /£ 2 Jt9 ¿ '¿ tS td & tC C y \ X -f£ ¿
’*X0L¿>¿2xsriS7, v W ¿ « f W A / ^ * < t *9at'X C Z¿^ C C 0 ¿ cc C > t ¿ ¿
^ ^ • /¥ V ^ ^
¿¿?¿¿ e ac&¿ira* ¿?/¿¿jp jD a^cO 'X -óei c e ( ^ fr ¿ c tx .z S * : a u C _
- ---------------- S f& e c ^ c e r r a
Acta de bautismo de Juana Asurdui Llanos. San Pedro de Tarabuco, 26 de marzo de 1780.
ABAS, AP, Tarabuco, Bautismos (1767-1782) f. 275v.
* o
- /r-ecn&c
a
%y * '
O}** (ton
- c/f-
'•¿L> e Jemr Cf’ómr/r'eitiriMrtor ynva&fo, ^y y tí(/e - o?, ■h<»f ry-v
h -.-U S & f
<¿5&xs 9*- ^^a(t}'»?79oJe_. tufáíeaJa (kj // ó? ¿>?!/rs/?r<?0*ff, O ffiDmevene* (nf/eo, OT/aber ¿Ias
¿ 0 0 7 7 mee* ¿ i 'J ú t ÓG&o j , (* r y i v n f a i C & M f o s s / y ( a V ñera' W P/a e'O
fn tfm rf<
e%e*y a .............
^ f ;,‘ ,'%[%tír.rdo j
O P n & ^ t^ * & 4 * * á * y OOP***'!* . v¿*r* *Gfá¿ -f% ..-¿
(MÍ, \ ^ a .c y - v z * r r — - PJ ' * « £ $ * ''■ & & * » '* * » * r yo\
tyTiíPforn?»™* con*' U Santfe '¿e.*.
/í^ rr ^ C¿¿¡k¿r4tee*r>
VU*r? J&f * %a
60n '£ ~
& wm
Acta de matrimonio de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui Llanos.
San Miguel de Moromoro, 19 de mayo de 1799.
IR, Libro de Matrimonios de San Miguel de Moromoro (1786-1811) f. 134v.
8I
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
<b'ícw c:ctfo
f r o t o , y O r#z J * /« ' tív u c r v * #>«*»■
O tíd óá?eú~ ¿ ¿ * * 0 *
J lyj.
W m t% ! / ¡H>
‘ VL
yew& f ^ O ■&1
./ /
i
Acta de bautismo de Romualdo, hijo de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui Llanos.
La Plata, 7 de febrero de 1803. ABAS, AP, San Miguel, Bautismos 1801-1806:117v.
82
Ju a n a a s u r d u i d e p a d il l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
3 7 ,,,
c/érn /’aab****(,y 4s*>. ¿ Y P T sa vy
**{ &//***> c Y tff u í 'j j i ^ w ^
** m f/ tJóMWíl jb trsf ¿?/ao,j, &?//nvr
(J fc & t.?£&"*> 97X/r/y /v /fijía ° c f ó ? ^ '¿S/urj^
yj/tfunfá* CsY&<--^s%¿'fá • cYar ? 'c¿skfs?/s¿S (d& afj'sara s¿?¿r&,a~ SeJ
Acta de bautismo de Mariano, hijo de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui Llanos.
San Miguel de Moromoro, 15 de mayo de 1806.
AOP, Iglesia de San Miguel de Moromoro, Bautismos (1805-1814) f. 37r.
Óbito de Juliana, hija de Manuel Asencio Padilla y Juana Asurdui Llanos. El Villar, 29 de abril de 1814.
ABAS, AP, El Villar, Defunciones (1793-1815) f. 163v.
83
NORBERTO BENIAMÍN TORRES
[f. llr.] En la ciudad de La Plata, en veintiséis días del mes de octubre de mil ochocientos
quince años. Ante mí, el Escribano Público y de Cabildo, y de los testigos que irán nombrados,
parecieron Don Ramón Calderón y su legítima consorte, vecinos de esta Corte; de cuyo
conocimiento
[f. 1 lv.] doy fe y previa la necesaria licencia marital, que pedida se la concedió según derecho,
usando de ella dijeron: que por Escritura otorgada ante Mariano Pimentel en treinta y uno
de octubre de mil ochocientos doce, com praron de Doña Mariana Zudáñez, la hacienda
nom brada la Angostura o Cullcu, Tipabuco, Taracchi, Carpaguasi y otros nombres, sita en
la jurisdicción del curato de Pocpo, Partido de Yamparáez en precio de doce mil pesos; los
un mil quinientos de ellos que dieron de contado, y los diez mil quinientos restantes a censo
redimible como de antes lo estaban: en esta forma, cuatro mil pesos a favor del Convento
de Nuestra Señora de Mercedes de esta misma Corte; y los seis mil quinientos a el de la
Capellanía laical que posee Doña Justa Recalde y Barela, bajo de cuyo título y dominio con
las pensiones citadas las han obtenido, como legítimos dueños, quieta y pacíficamente, sin
contradicción de persona alguna, pagando anualmente los réditos y trabajando cuanto ha
sido posible para la mejora y adelantamiento de la finca. Y en el día han resuelto venderla al
Señor Sargento mayor de Ejército
[f. 12r.] Teniente Coronel Gobernador Subdelegado actual de las Fronteras de Tomina, Don
Manuel Asencio Padilla para su consorte la señora doña Juana Asurdui en la cantidad y
térm inos que adelante se explicarán; y poniéndolo en efecto en aquella vía y forma, que más
haya en derecho por sí, y a nombre de sus herederos y sucesores, otorgan por el tenor de
la presente que venden y dan en venta real por juro de heredad desde ahora, para en todo
tiempo, y siempre jamás a la citada señora doña Juana Asurdui, para que ella sus herederos y
sucesores actuales y futuros, y para quien de ella, o de ellos hubiere causa título, voz o razón
en cualquier manera que sea, es a saber la referida Hacienda de Cullcu, Tipabuco, Taracchi,
Carpaguasi, y otros nombres con tres paradas de molinos, sus herramientas, aperos, pampas,
lomas, abrevaderos, huertas, aguas, vertientes y manantiales, y cuanto le pertenece de hecho
y de desecho, sin reservar como no reservan cosa alguna, bajo de los límites y linderos que
constan de sus primordiales documentos, y títulos de dominio, todo en precio de doce mil
trescientos pesos: los un mil ochocientos de ellos de contado que los
[f. 12v.] comparecientes confiesan haber recibido de mano de la señora compradora en moneda
usual y corriente contados a su satisfacción y voluntad, antes de venir a este otorgamiento,
por cuyo motivo y atento o no ser la entrega de presente renuncio la excepción, y leyes de la
nom numerata pecunia, prueba de su percibo error de cuenta, dolo o engaño, otorgando en
consecuencia, bastante recibo y carta de pago a favor de la señora entregante, con las firmezas
y seguridades prevenidas por derecho; y los otros diez mil quinientos pesos, que los ha de
reconocer a censo redimible como de antes. Lo estaban a favor de los dos acreedores, que
arriba quedan mencionados con la anterioridad, y prelación que a cada uno le corresponda.
84
)UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
según sus escrituras de imposición, con advertencia que la presente venta ha de correr desde
el día seis del mes inmediato de noviembre en el que harán la entrega de ella a la señora
compradora o su poder habiente. Mediante lo cual se desisten, quitan y apartan, y abren mano
del derecho acción, propiedad y señorío, y otras reales, y personales
[f. 13r.] que a la dicha hacienda, y lo anexo a ella habían y tenían, y todo ello con los de
evicción, seguridad y saneamiento, lo ceden, renuncian, traspasan en la señora compradora,
y en quien causa hubiese para que la haya, goce, posea, venda o enajenar, haga y disponga a
su voluntad lo que le pareciese como de cosa suya propia ha oído, y comprada con su dinero
y adquirida con justo y legítimo título de compra, y buena fe como lo es el de esta Escritura
por la que le da el más bastante poder, cual de derecho se requiere para que de su autoridad o
judicialmente como quisiere y más bien visto, le fuere, tome y aprenda la tenencia y posesión
de la dicha Hacienda y molinos, real, actual, corporal, civil y natural, jure domine vel quasi, y
en el Ínterin que lo hace se constituye los vendedores por su inquilinos tenedores y precarios
poseedores para dársela y acudir cada vez al derecho de la señora compradora convenga. Y en
señal de posesión verdadera traición y entregamiento real le hacen, y otorgan esta escritura en
el Registro de mí el presente Escribano para que por ella, o su traslado signado, y firmado sea
visto, y entienda haber tom ado la posesión de dicha hacienda judicial, sin otros acto alguno,
aunque
[f. 13v.] por derecho se requiera, y como reales vendedores que son, y en aquella vía y forma
que más haya lugar se obligan a la evicción, seguridad y saneamiento de esta venta en tal
manera, que a la señora compradora ahora, y en todo tiempo les será cierta segura y de paz,
y que a ella ni aparte alguna de su precio no le será puesto, no movido pleito, demanda,
embargo, contradicción, ni mala vez, por ninguna persona diciendo pertenecerle por primera
venta, herencia, donación, hipoteca, ni otro derecho alguno por legítimo que sea y si lo tal
sucediera, luego que de ello les conste; y se les haga saber en persona, saldrán a la voz y
defensa de tal pleito, o pleitos, y los seguirán, fenecerán y acabarán con su propia costa, y
expensas hasta dejar a la señora compradora en quieta, segura y pacífica posesión de dicha
hacienda a paz, y sabor indemne, y si así no lo hicieren y cumplieren o sanearle no pudieren,
por no querer, o no poder le volverán, pagarán y restituirán los un mil ochocientos pesos que
tienen recibidos de contado, las cantidades que acreditasen haber redimido de los censos que
quedan relacionados con más el importe
[f. 14r.j de las mejoras, edificios y reparos, que en dicha hacienda hiciere, aunque no sean
útiles, ni necesarios, sino voluntarios con los daños, perjuicios y menoscabos, que en esta
razón se le siguieren y recrecieren llanamente; y sin pleito alguno con las costas y gastos de
la cobranza y estando presente a todo lo que dicho es la citada señora doña Juana Asurdui
con anuencia e intervención de su consorte el señor Sargento mayor Don Manuel Asencio
Padilla, de cuyo conocimiento igualmente doy fe. Dijo: que aceptaba y acepto en bastante
forma esta escritura recibiendo por ella comprada a toda su satisfacción, y voluntad la
hacienda y molinos nom brada Cullcu, Tipabuco, Taracchi, y otros nombres, casas de vivienda
y cuanto le pertenece así de hecho como de derecho en el precio de los mencionados doce mil
trescientos pesos, los un mil ochocientos de ellos, que tiene dados y exhibidos de contado,
bajo la advertencia de que la presente compra ha de correr desde el día seis del próximo mes
entrante de noviembre, en que como dicho es , le entregarán dicha finca los
85
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
[f. 14v.] vendedores, siendo de cargo de estos, el pago de los réditos hasta igual fecha, y los
restantes diez mil quinientos pesos a cenco principal redimible, lo que desde luego, por si y a
nombre de sus herederos actuales y futuros, los impone, funda, carga y sitúa a censo principal
redimible como antes lo estaban, al redim ir y quitar a razón de a veinte mil, el millar conforme
a la pragmática de estilo; los cuatro mil de ellos a favor del Convento de Nuestra Señora de
las Mercedes de esta ciudad; y los restantes seis mil quinientos pesos al de la Capellanía lega,
que en el día sirve doña Juana Recalde y Barela con la anterioridad y primacía que según
sus escrituras de imposición les corresponde, sobre todos sus bienes habidos y por haber
especial, y especialmente digo señaladamente sobre la mencionada hacienda de que procede
esta deuda y cuanto en ella labrare, mejorare y edificare, cuyos réditos al dicho respecto de a
veinte mil el millar son, y rendir quinientos veinticinco pesos en cada año, los cuales promete
y se obliga a satisfacerlos a sus respectivos interesados de seis en seis meses, la mitad en cada
plazo, que el primero
[f. 15r.] ha de empezar a correr y cobrarse desde el día seis de noviembre del corriente
año en que se ha de efectuar la entrega de la finca en adelante perpetuamente mientras la
suerte principal no se redimiere y quitare haciendo las pagas en esta ciudad de su cuenta,
costo y riesgo, y sin perjuicio de ello en otro cualquier parte y lugar, que por los interesados
censualistas se le pidan y demanden, y vienen suyos fueren hallados este presente, o ausente
llanamente y sin pleito alguno con las costas y gastos de la cobranza. Y para mayor seguridad
de los principales que quedan referidos y satisfacción de sus réditos, sin que la obligación
especial de bienes, derogue ni perjudique a la general, ni por el contrario obliga e hipoteca
especial, y expresamente la mencionada hacienda y molinos, y cuanto en ella labrase, mejorare
y edificare para que esté afectada, obligada e hipotecada a la seguridad de dichos principales
y satisfacción de sus réditos, de manera que sin esta carga y pensión no la ha de poder vender,
dar, donar, cambiar, ni en manera alguna enajenar, pena de la nulidad del contrato y de que
hade poder ser, sacada, vendida y rematada aunque
[f. 15v.] haya pasado a poder de tercero, cuarto o más poseedores, y de su precio y valor
entero y cumplido pago a los acreedores censualistas de su principal y réditos que hasta aquel
entonces se les estuviere debiendo, y como verdadera inquilina censualista que es la señora
compradora, promete y se obliga a guardar y cumplir las condiciones ordinarias censuales,
penas y demás capitulaciones siguientes:
[f. 16r.] averiguación alguna que de ella les revela aunque de derecho se requiera.
ítem, es condición que dicha hacienda no se ha de poder partir ni dividir aunque sea
entre coherederos legítimos, ni menos imponer, sobre ella, otro censo, vínculo mayorazgo,
capellanía, obra pía ni otra carga alguna, por ninguna causa ni razón, que para ello haya, y >:
86
(UANA ASURDU1 DE PADILLA (1780 - 1862). L a HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
hubiere de hacer, haya de ser y sea con el entendido de que cada una de las partes divididas
hayan de estas y estén obligadas a la paga y satisfacción de los réditos de estos censos por
entero aunque tengan muy poca parte en ella que los acreedores han de poder ocurrir a la que
quisieren y más abonada les pareciere, sin que les valga a los poseedores el decir se prorrateen
los corridos.
[f. 16v.] a los acreedores interesados para que si la quisieren tomar por el tanto que otra
persona de por ella la hayan de recibir, para sí y no queriendo conceder licencia para que
libremente se pueda hacer la dicha venta, y traspaso y lo que en contrario de esto se hiciere no
valga como hecho contra expresa prohibición.
ítem es condición, que cada vez y cuando la señora otorgante, o sus sucesores en dicha
hacienda quisieren redim ir la suerte principal de este censo o cualquier parte de ellos, con
los réditos causados lo puedan hacer libremente a los acreedores interesados hayan de estar
y estén obligados a recibirlos y otorgarles escritura de redención, cancelación y quitación
del dicho censo en forma y no queriendo han de haber cumplido con hacer oblación, y
consignación real del dinero ante juez competente y con testimonio de ello quedar libres de la
carga, y pensión en la cantidad que así redimieren.
ítem es condición, que no siendo la señora otorgante sus herederos, y sucesores en dicha
hacienda puntuales a la paga y satisfacción de los réditos de estos censos los plazos que van
designados por cualquiera
[f. 17r.] cumplido que sea; se pueda despachar y despache m andamiento de ejecución y
embargo, contra la finca y una persona, dos o más contra las suyas a la parte y lugar donde
estuvieren, y fueren halladas con comisión bastante, y salario de cuatro pesos que ganen en
cada día de los que legítimamente se ocuparen en la cobranza, citarlos de remate y hacer las
demás diligencias de la vía ejecutiva, y lo que m ontaren los dichos salarios con las los de la ida
y vuelta a esta Corte, los pagarán por el mismo apremio, venta y remate de bienes que la deuda
principal diferida su liquidación en el simple juram ento de tal juez o jueces, sin otra prueba
ni averiguación alguna que de ella les releva aunque cada vez, y cuando fuere sacar uno, dos
o más traslados de esta escritura para presentarlos a ejecución haya de ser y sea a costa de los
otorgantes y poseedores de la mencionada hacienda, sin que sea necesario citación de partes,
que para ello y para cuando llegue el caso se da, y los da por citados, y a mayor abundamiento
renuncia las leyes que tratan, sobre que los
f. 17v.] Escribanos no den semejantes traslados, sin citación de partes, bajo las penas que en
rilas se les imponen, y por lo que constaren, ha de ser ejecutada como por los réditos. Con
las cuales condiciones, y con cada una de ellas en particular otorgan la presente Escritura de
imposición de Censo de los referidos diez mil quinientos pesos de principal a favor de los
interesados arriba explicados. Y ambas partes de este instrumento: vendedores y compradora
por lo que a cada uno toca, confesaron y declararon que el justo precio, y verdadero valor
87
No rberto Benjam ín T orres
de la prenotada hacienda, es el de los explicados doce mil trescientos pesos, y que no vale
más ni menos, y caso que más o menos valga, de la tal demasía o menos valor, en cualquier
cantidad que sea una parte o la otra, y ésta a aquella y por el contrario se hacen m utua gracia,
y donación pura, mera, perfecta, acabada e irrevocable de las que el derecho llama, fecha
intervibos, y partes presentes con las insinuaciones y renunciaciones de leyes que para su
validación y cumplido efecto se requieran cerca de lo cual renuncian la Ley cuarta
[f. 18r.] Título séptimo, libro quinto del ordenamiento establecido en las Cortes, celebrado en
Alcalá de Henares, que trata de las compras, ventas y permutas, que se hacen en más o menos
de la mitad del justo precio y los cuatro años que prefine para pedir recisión del contrato, o
suplemento a su verdadero valor los que dan por pasados como si efectivamente lo estuvieran,
protestando no valerse de este remedio, ni de otro alguno, que se les proporciones, contra esta
Escritura. A cuya firmeza y cumplimiento se obligan el vendedor Don Ramón Calderón, con
su persona y bienes, y las expresadas Doña María Sandoval y señora doña Juana Asurdui los
suyos, y entre todos los habidos y por haber en legal forma, y para su ejecución dan poder
cumplido a las justicias y jueces de cualquier parte y lugar que sean, y de sus causas conozcan
en especial a las de esta ciudad a cuyo fuero y jurisdicción se someten y renuncian el suyo
propio, domicilio y vecindad, y la ley circumbenerit de jurisdictionen ómnium judicum con
la que dice que el actor debe seguir el fuero del reo, para que a la exacta observancia de lo
contenido en esta Escritura les ejecuten, compelan y apremien
[f. 18v.] como por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, que por tal reciben y
renuncian todas las leyes, fueros, derechos y privilegios de su favor y defensa, con la general
que lo prohíbe, y en especial las citadas mujeres, las del Emperador Justiniano, auxilio del
Veleyano, senatus consulto, nuevas Constituciones, Leyes de Toro, Madrid y Partida son
las demás que son y hablan en favor de ellas, de cuyo efecto, y remedio se apartaron para
no aprovecharse en ningún tiempo contra este instrumento. Y por ser casadas para que el
presente contrato tenga la fuerza y solidez que corresponde juraron por Dios Nuestro Señor,
y una señal de cruz asegurando que para formalizarlo no han sido persuadidas directa, ni
indirectamente por sus maridos ni por otra persona en su nombre, y que solo se han propuesto
cada una por su pro, y utilidad y por lo tanto ha sido de su libre y espontánea voluntad la
venta sujeta materia, que no tienen hecho juramento, protesta ni exclamación por violencia o
persuasión marital, ni otro motivo
[f. 19r.] mediante, no concurre ni haber procedido ninguno, para efectuarlo y si pareciere lo
revocan y anulan enteramente desde ahora, para en todo tiempo; que de este juramento, no
pedirán a ningún prelado eclesiástico absolución ni relajación y aunque voluntariamente se
les conceda no usarán de ella, pena de perjuras. En cuyo testimonio así lo dijeron, otorgaron
y firmaron con el mencionado señor Sargento Mayor, y porque Doña María Sandoval, expuso
no saber lo hizo por ella, un testigo de los presentes que los fueron don Ilarión Párraga,
Ebaristo Tadeo Flores y Francisco Mostacedo. Manuel Asencio Padilla. Juana Asurdui. Ramón
Calderón. A ruego de doña María Sandoval, Ebaristo Tadeo Flores. Ante mí José Calixto de
Valda, Escribano Público, propietario de Cabildo.
88
Juana Asu rd u i de Pa d il la (1780 -1862). La h ist o r ia detrás de la le y en d a .
En esta hacienda de Cullco, a los dieciséis días del mes de enero de mil ochocientos dieciséis
años. Yo el Alcalde Pedáneo de esta doctrina en virtud del decreto que antecede, me conduje
a esta dicha hacienda a practicar el secuestro con inventario de todos los enseres, ganados
y demás que le corresponda a la citada hacienda, según se me previene en oficio del Señor
Ministro Tesorero de la Real Caja de la ciudad de La Plata, su fecha diez del corriente, el cual
es en la forma siguiente:
[f. 7r.] para de molino de moler trigo, corriente con su palafierro, llavija, dado, garrón y demás
con sermiente, advirtiendo que la solera y corredera en ambas partidas a tres, y la considera
con cincho de cuero.
ítem, se encontró otra parada de moler maíz toda corriente y las piedras sin lesión ninguna.
ítem, se encontró dentro del galpón del molino dos piedras nuevas para moler trigo sin
asentar, ni tampoco tenía palafierro ni llavijas.
ítem, se encontró en el cárcamo de dicho molino un rodeno nuevo, arm ado con masa nueva
y palauso viejo, sin los cinchillos, palafierro, dado, garrón ni llavija.
ítem, en el patio de dicho molino, que sirve de tendido, se encontró una piedra nueva sana,
ítem, se encontró en dicho molino una barreta con peso de catorce libras,
ítem, dos picaderas, un pico, una cuñera de apretar la buja del molino, y su anulita chica, todo
con peso de cinco libras. Una rom ana bien usada con su pilón corriente y un hacha con peso
de dos libras.
ítem, la vivienda principal compuesta de sala, cuadra, dorm itorio y después la puerta de la
sala de manos, y lo mismo el de la despensa, la cuadra con tres ventanas chicas, las dos que
caen a la puerta y la otra a la puerta principal con su llave corriente y las demás y las demás
cerraduras.
ítem, en dicha vivienda principal se encontraron cuatro sillas viejas y un portón sin forro y un
89
N o rberto Benjam ín T orres
ítem, tres trojes que caen al frente de la entrada y bajo de un corredor que por caerse, con
puertas de una m ano y sus correspondientes chapas, ellas con llaves y una sin ella.
ítem, siete trojes, los cuatro que caen a lado del río y los tres al frente, dos de ellos con puerta
de una mano y otro con puerta de dos manos
ítem, la puerta del molino de dos manos con armellas y aldaba por dentro.
ítem, una huerta sin puerta, compuesta de cinco arboles de duraznos y un alfarito corto.
ítem, la acequia del molino se encontró arruinada y por trabajarla desde la bocatoma, hasta
un puente de cal y piedra.
90
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
En este estado, para poner en seguro depósito la expresada finca, sus muebles y raíces como
[f. 8r.] se tiene mandado, hice comparecer a Don Agustín Tapia y en su vista, tomándole el
necesario juram ento de fidelidad, lo nombré depositario, encargándole para su constancia
todo lo que veía en el inventario de su referencia, quien aceptándolo en debida forma,
prometió usar de dicho ministerio, fiel y legalmente y poco consiguiente de entregar al
juzgado y responder de cuanto se le tiene entregado, siempre que reconvenido sea. Y para que
conste donde convenga, lo siente por diligencia actuando con testigos a falta de Escribano.
[Firmas y rúbricas de:] Manuel José de Aráoz, Agustín Tapia; testigos: Pedro Ramos y Manuel
Ortega.
Y con cuyas actuaciones doy cuenta a su ejemplar rectitud para que en su vista determine lo
que sea de su mayor agrado. Romeral y abril 6 de 1816.
91
N o rberto Benjam ín T orres
En treinta y un días del mes de octubre de mil ochocientos diecisiete años. Los tasadores
pasaron
[f. 47v.j a avaluar las tres paradas de molinos en la forma siguiente, principiando con el
reconocimiento de la acequia, la que dijeron tenía o regularon la latitud de un cuarto de legua
y asegurada por el arrendatario con uno repasos, y como también refaccionada y repuestos
los rotos que antiguamente tenía, que evidentemente se daba a conocer el trabajo de dicho
arrendatario, y a continuación pasaron a los molinos y galpón con diez huecos, techado con
caña hueca y tejas, tres paradas de piedras, las dos primeras piedras nuevas y corrientes, la
tercera sin palafierro, gorrón ni dado, las piedras partidas ambas en tres pedazos, los cárcamos
y bóvedas de cal y piedra con los chiflones corrientes avaluaron en la cantidad de tres mil
pesos.
ítem, tasaron una ramada que está a la entrada del molino, de cuatro huecos, madera de cedro
y su techumbre de suncho y maguey, retejado con teja, la avaluaron en doscientos pesos.
ítem, tasaron un troje inmediato a la parada del rincón, madera de pino de tres huecos y
repajada, y el piso enlosado, su puerta buena en ciento sesenta pesos.
ítem, tasaron el troje siguiente de tres huecos, techado con madera de pino y caña hueca,
asimismo repajado, su piso enlosado y puerta buena, en ciento sesenta pesos.
[f. 48r.j ítem, el tercer troje tasaron, que es de tres huecos techado con madera mala, y
asimismo repajado, su piso enlosado y la puerta quebrada de un barrote, en ciento treinta
pesos.
ítem, el cuarto troje que se compone de cuatro huecos techado con madera de toda broza y
repajado, su piso enlosado y su puerta corriente, avaluaron en ciento treinta pesos.
ítem, el quinto troje que se compone de cuatro huecos techado con madera mala de toda
broza, con la puerta de una tijera quebrada y el dicho techo con caña hueca y repajado, y con
su piso enlosado, con su puerta corriente lo avaluaron en ciento veinte pesos.
ítem, el sexto troje de cuatro huecos techado con madera regular, con suncho y de teja con su
piso enlosado y puerta corriente, avaluaron en ciento setenta pesos.
ítem, entraron a la vivienda principal que se compone de sala, cuadra y dormitorio, con más
un cuarto que divide y dorm itorio con más un tabique de la sala, techado con madera de
cedro y maguey, entortado el techo y de teja, y se componen dichas viviendas de ocho huecos,
la cuadra y el dorm itorio enladrillados, la sala y el dicho cuarto, la sala con su piso de tierra
y el otro enlosado, con su ventana la cuadra al patio, el dorm itorio con su ventanita a la
huerta y el dicho cuarto también con su ventana al patrio, con sus puertas de dos manos y el
dorm itorio sin puerta, solo si
[f. 48v.] la de la sala con un barrote quebrado y un pedazo que le falta de la tabla, la ventana de
92
)UANA ASURDUI DE PADIL1.A (1780 - 1862). L a HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
la cuadra buena, y de largo: vara y tres cuartos, y vara y media de ancho, la pared de la cuadra
corresponde a la huerta sentada desde la mitad por defecto del cimiento y sostenido por un
estribo, las cuatro piezas la regularon en trescientos pesos.
ítem, entraron a la huerta y en ella encontraron un alfar del que se cortaba una peara de alfa,
en cada corte y regularon tres cortes al año, y cada corte en veinte reales, que hace de principal
de cuatrocientos pesos.
ítem, el resto del terreno de la huerta, regularon en olla y media de maíz, que importan tres
pesos por estar bajo de riego que hace el principal de treinta pesos.
ítem, se encontraron seis árboles de durazno y dan frutos, se regularon a tres reales cada
árbol, im portan dieciocho reales.
ítem, dieciocho arbolitos de durazno que darán fruto al año, tasaron a dos reales cada uno,
importan cuatro pesos y medio.
ítem, se encontraron cinco arbolitos de manzana, regularon a tres reales por ser de mala
calidad, son dos pesos y seis reales.
ítem, se encontró una centón de caña hueca al lado del río, la avaluaron en cuatro muías que
[f. 49r.] se corta cada dos años, a veinte reales cada muía importa diez pesos que hace cinco
pesos al año, que hace el principal de cien pesos.
ítem, encontram os una piedra de molinos grande de altura de una vara y que se halla puesta
en el patio, la tasaron en treinta pesos.
ítem, tasaron cuatro puertas de los trojes caídos que aunque son cinco, no parece la puerta del
último troje avaluaron las dos puertas a tres pesos junto con los gonces, seis pesos.
ítem, tasaron el cerco de la huerta, hecho de piedra seca con tierra menuda y medido, tuvo
cien varas y avaluaron la vara por cuatro pesos por estar la piedra a la mano, cincuenta pesos.
ítem, las medias paredes que existen de los trojes caídos, tasaron en ciento cincuenta pesos,
incluyendo la madera.
ítem, se tasó un cuarto chico que está en el corredor, incluyendo la madera de dicho corredor
en catorce pesos.
ítem, treinta y dos libras y media de hierro, en herramientas que se componen de una
[f. 49v.] barreta, un hacha, una cuñera, dos picaderos, un pico, un combo y una azuelita, todo
con el referido peso a cuatro reales cada libra, im portan dieciséis pesos y dos reales.
93
N or .ber.t o Benjam ín T orres
En este estado y por ser hora incompetente, yo el Juez Real Subdelegado mandé se suspenda
esta diligencia con el cargo de seguir, quienes lo firmaron conmigo ante los testigos de mi
actuación por falta de Escribano de que certifico.
[Firmas y rúbricas de:] Pedro Carbajal, Josef Antonio Daza, Manuel de Araos, Mariano
Madariaga. Testigo, José Domingo Poveda.
En Jaboncillo a tres de noviembre de dicho año. Yo el Juez Real Subdelegado mandé se siguiere
con la tasación prevenida en cuya virtud dieron principio y avaluaron dicho arriendo que se
compone de lomas y bajíos, pastos y aguadas con cuya consideración y estar
ítem, el arriendo que está a la salida de Taracchimayu, a la mano izquierda del camino real
que va a la ciudad, asimismo de lomas y bajíos, con pastos y aguada se avalúo en cien pesos.
ítem, el arriendo subsecuente asimismo de lomas y bajíos con sus pastos, incluso el pedazo de
Durasmuyoc, lo regularon en ciento veinte pesos.
ítem, el arriendo de Bejarano que está colindante con las tierras de Tipabuco, y las tierras de
los indios de Guata, regularon en ciento sesenta pesos.
ítem, el arriendo de Sebastián Pérez confinante con solo Tipabuco, se reguló en sesenta pesos,
ítem, se encontraron dos pampas a la mano izquierda sin arrendar, cuyo nombre se ignoraba,
las que están a la entrada de Taracchimayu, la regularon en cien pesos.
En este estado y por ser hora incompetente, después de haber trabajado todo el día, yo el Juez
Real Subdelegado mandé suspender, previniéndole se continuase, y los firmaron conmigo
ante los testigos de mi actuación, a falta de Escribano de que certifico.
[Firmas y rúbricas de:] Pedro Carbajal, Josef Antonio Daza, Manuel de Araos, Mariano
Madariaga. Testigo, José Domingo Poveda.
[f. 51 r. ] m andé a los tasadores empezasen a avaluar y habiendo pasado a verificarlo comenzaron
por las tierras que ocupaba el hacendado y a continuación las que ocupaba el arrendero mayor
con sus pastales, aguadas que sirven de estancia o abrevaderos, como terruños separados y
94
(UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
distante de los molinos que colinda con las tierras de Limpi arriba y Limpi abajo, Catalla la
baja y Chumpibilca, avaluaron en la cantidad de un mil pesos.
En este estado y por ser hora incompetente, después de haber trabajado todo el día, yo el Juez
Real Subdelegado mandé suspender, previniéndole se continuase, y los firmaron conmigo
ante los testigos de mi actuación, a falta de Escribano de que certifico.
[Firmas y rúbricas de:] Pedro Carbajal, Josef Antonio Daza, Manuel de Araos, Mariano
Madariaga. Testigo, José Domingo Poveda.
[f. 51v.] noviembre de dicho año. Yo el Juez Real Subdelegado, mandé a los tasadores
empezasen a avaluar y habiendo pasado a verificarlo comenzaron por el arriendo de Igidio, se
tasaron sobre la acequia con sus pastales, se tasaron en la cantidad de doscientos pesos.
ítem, los pastales de Condorcaca, y Sotomayu que linda con Seresera y Carangas, avaluaron
en la cantidad de cuatrocientos pesos.
ítem, el arriendo de Cotomayu que linda con Duraznillo, lo avaluaron en doscientos pesos,
ítem, el arriendo de Juan Coro, que es mojón de Arcutipa, que coge desde la quebrada hasta
la punta en doscientos pesos.
ítem, una pampa y su lomita en el camino real a la entrada a Tablamayu, avaluaron en ciento
veinte pesos.
En este estado, y haber trabajado todo el día se concluyó la tasación, prevenida por no
haber más tierras que regular, lo que certifico como Juez Real y Subdelegado del Partido,
y lo firmaron los tasadores conmigo ante los testigos de mi actuación a falta de Escribano,
quedando prevenidos y bien entendidos de la cantidad que ha ascendido la tasación que
tienen practicada que es de once mil ciento dieciséis pesos y seis reales. Por ser su intrínseco
valor que según el sentir y leal m odo de proceder es la misma cantidad que puede valer y en
lo que se ratificaron los tres tasadores nom brados de unánime acuerdo, sin que hayan tenido
la mínim a diferencia. Y para que conste se sienta por diligencia en dicho día, mes y año
[Firmas y rúbricas de:] Pedro Carbajal, Josef Antonio Daza, Manuel de Araos, Mariano
Madariaga. Testigo, José Domingo Poveda.
95
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
Parte del Comandante Manuel Asencio Padilla dirigido al Gral. José Rondeau,
informándole de las acciones contra el enemigo y destacando la heroica actuación
de su esposa Juana Asurdui.
Cuartel de Tomina, 24 de abril de 1816.
AGNA, Documentos escritos, Sala X - 23 - 2 - 3.
[f. 1r.]
En el número de 700 hombres entre la caballería salieron de Chuquisaca con el objeto de
aniquilar las tropas que componían mi División, y más sabiendo de la ausencia que hice al
pueblo de Pomabamba, con el fin de allanar las disensiones domésticas: apenas estaría un
día en aquel lugar, cuando se me da el parte de la acelerada marcha del enemigo, sin que por
mi ausencia se me dedicase ningún comandante de los de mi satisfacción a impedir este veloz
viaje tan ruinoso para los habitantes de mi Provincia, y sirviéndome este aviso de suficiente
motivo para mi regreso, encontré en él la dispersión de mis tropas y sin más rumbo que la
anarquía, y el desorden causado por el oficial indecente Pedro Terrazas y Narciso Callejas, a
quienes dándoles el pronto destino de Santa Cruz pude organizar nuevamente para formar con
ellas las defensas en los puntos más aparentes, dando lugar a que el enemigo se internase
al centro de mi Provincia y cortarle después todos los auxilios y correspondencia que pudiera
tener con la ciudad de La Plata. Para que mis designios se efectuasen, me puse con mi división
en el punto de San Julián una legua distante de La Laguna, lugar donde hizo su Cuartel General
el enemigo situando en el Oriente, en la parte del Sur, que es El Villar, a mi esposa, doña Juana
Asurdui con treinta fusileros y doscientos naturales con toda arma: en el punto de Sopachuy que
hace en el intermedio del Sur y Occidente al capitán don Jacinto Cueto, con cuarenta fusileros,
treinta lanceros y quinientos naturales de toda arma, y los más de ellos bien cabalgados. En el
punto de Tarabuco que hace al occidente, al comandante don José Serna con treinta fusileros
y con todos los naturales de aquella doctrina, que pasaban de dos mil hombres; quienes con
sobrada energía, amor e intrepidez por la sagrada causa de la patria, miraban con desprecio
sus vidas por oprimir al enemigo intruso, e interceptar sus correspondencias; colocados pues
en los indicados puntos mandé que alternativamente hostilizasen al enemigo con frecuentes
guerrillas expedidas por sus partes: el día tres de marzo dispuse una guerrilla por mi parte, a
la cual concurrió el enemigo con todo su trozo que a no haber logrado de un punto ventajoso
del que podía ofender, con sobrada seguridad mis determinaciones hubieran estribado en la
seguridad del retiro, y del que tal vez presumió el enemigo haberlo verificado así, por la poca
gente que se le apareció respecto de estar la mayor parte
96
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
//
f
' !’ ^ ••**•**** <Zo Zn, &1+**. ¿r * * .*"**<„ t/r
* , fft,,,
//{< <fr, t Z.tr*
/V*** ' ^ <*7/Zr*r <t¿- (XHlJU/Zt* 7tf •tf-suf*r,i -hu Stl'recsn y Jf,,
**< *41161*1 «* Á < t a Z 7?ig ¿/* */* / s r u ir ^ t m T t. &*** e / Z , t a ,Z/n tt< x r Tes S u
/ » > y
:. -.
‘ a nu .': a
< » » í * ii rT»ite ¿ >/ +f *n i* ti /(W < * «»< eZtm, e n - m * f i* 7 7 u is t « ru stís^ * a* *ng. sr/<-1
U/ '/ _ .? Wr r
* i*/í**[¿* t-1/t/U info /p y t ¿Z~/> ? * * !! 4 1 'lg / rS S * 1*4—
o ‘i
C iú Z íU t í/ / 4 ,/ '/ Í K * t L ¿ U tc * «4 4 a Z ^ u iir , M ¿ ¿ S e r-* c * * * n 1 ■ u + H y M tte ****
¿ f c *¿a/ Zci* ' é^/ a e / ^¿¿ír* ¿t **** Zy>Avci S¿Z&&x+ux. r'/suZ^tp^ £-&>+«_
fze i* v H x ^ t ¿ U .Á n r , y . <Z47***t*S~. 'f u z Z a -X ílZ * ¿4 » IW + u í. : e*~ e / c £_
?r Z té .4 t> es** y (íiA jí& r t -B u j/e z n / < h e 4 -> ^ Z a s ie G * -* 7^ * tw u * e t> 'Z \ v tA frV i-e *
/hrru-kttt+
’ ; #*U4**t, eeu ¿-¿k^ k*. *+nn- e urtxyZZie*- ^ 7*
imzt A qfe fíA ’srxiil ¿u&dfZan ¿*-u a/st^S*4*iS /*** ZTdan £> ¿'■¿**•*1*'* * 7
¡inv-o 6
1 ^
/u*. ZtrZ*c.4<Z’<r>7i>é*rHAU, ZPCv<?*4r>j
* / O yif i g*i Zto lr*
97
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
[f. 1v.]
de él parapetado, y obrando con energía de este modo, hasta ellos lograr de que reuniesen
quince hombres de su parte, entre ellos varios oficiales y muchos heridos, que a vista de estos
se retiraron después de un largo combate que tuvimos desde las nueve del día hasta las seis
de la tarde, sin que por mi parte hubiese perdido más gente que un oficial, quien después de
haber caído prisionero fue pasado por las armas. Como la intención de éstos fuese cortarme la
retaguardia, se tiraron para el punto de El Villar con este objeto, donde saliéndoles al encuentro
mi esposa doña Juana Asurdui, los repelió completamente, matándoles quince hombres; igual
desgracia tuvieron en el punto de Sopachuy por la división que mantenía el capitán Cueto.
A vista de tan frecuente persecución tuvieron por conveniente retirarse a la ciudad de La
Plata, remitiendo de antemano con el teniente Castilla muchas muías, caballos y ganados,
pertenecientes a los vecinos de mi Provincia, los que fueron quitados por el comandante
Serna, y naturales de Tarabuco, quienes destrozaron a muchos de ellos que componían
dicha partida y los pocos que escaparon se regresaron hasta La Laguna. Con esta noticia
el coronel José Santos de la Hera, que comandaba toda la División enemiga, y por hallarse
más hostilizado y casi sin arbitrios de munición, determinó mandar al teniente coronel Pedro
Herrera y comandante del batallón del General con tres compañías de los Verdes, con orden de
acabar a aquellos naturales que osadamente los había aniquilado a sus primeros mandatarios,
y sucedió que estos valientes naturales dignos de la atención de Vuestra Excelencia para
distinguirlos en todo tiempo, colmándoles de distinciones se hubiesen precipitado con tanta
energía y valor a la captura de estos enemigos, que sin temor a sus armas de fuego que sin
cesar se disparaban contra ellos se fueron a las manos de los fusiles, y haciendo fuerzas del
valor más inaudito les quitaron las armas destrozándolos enteramente, donde murieron trece
oficiales y entre ellos el comandante Herrera, cuya noticia sirviéndoles de mayor confusión
les obligó a una fuga vergonzosa que la hicieron de la Laguna a medianoche, sin que esta
precaución les excusase de ser perseguidos; porque replegado con una división que tuve entre
manos, los perseguí hasta los suburbios de Chuquisaca, dándoles un continuado
98
Ju a n a A s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
e+ »
e ¿ ¿ e u + f+ t, ,u u * ¿ * * * * * « /a + _ ¿ k /* Ú i y 9 ^ ' " i} * ,
•,j *' ' * A ' /'/ r f
Yt-etoe*xt-t'V < t / /¿e¿1íjr f a ¿ t- ■»*** d t* * ? 1' /+ t \Z*>~ ^¿¿¿M ***)** ^
^ * / 0y ^ ; f V y $ r * ' — /!/ -
99
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
[f. 2r.]
fuego de día y de noche, sin permitirles que tomen ningún descanso, ni alimento alguno,
logrando en esta persecución destruir a muchos de ellos, quitándoles la presa de mayor
estimación, que es la Bandera reconquistadora de las ciudades de La Paz, Puno, Arequipa
y el Cuzco, que por lo tanto tiene bordados de mucha estimación y valor, cuyo diseño remito
a Vuestra Excelencia para que a su vista forme las mejores ideas de la vanidad de un
enemigo que estriba su valor en jeroglíficos y pinturas, que por no arriesgarla en el camino
de su conducción no le remito a Vuestra Excelencia su original, pero en el caso que fuere de
su Superior agrado lo verificaré con toda voluntad. Tengo en el día puestas mis avanzadas
en el punto de Yamparáez, Paccha y Pilima con el objeto de consultar mi seguridad. A la
conclusión de éste se me da parte que el tirano Tacón procura atacarme con dos mil hombres
y cinco cañones, según consta de los pliegos que se le han interceptado, los que igualmente
se los remito, y procuro en el mismo día disponer el campo del ataque con los planes más
correspondientes. Dios guarde a Vuestra Señoría muchos años. Cuartel principal de Tomina y
abril veinticuatro de mil ochocientos dieciséis = Manuel Asencio Padilla = Excelentísimo Señor
Supremo Director del Estado y General en Jefe Don José Rondeau.
Es copia.
[Firma y rúbrica de:] Belgrano.”
IOO
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 1862). l a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
ÍOI
N o rberto Benjam ín T orres
.f £ )
c ^ á * » ~ **Z
í? / /
^ y ^ '7 y^2T
f t T 'r 'f r r r '* ^ ¿5«r ’& r * y '
/f
x ~¿r?
x^ lc A r
_ ^ y^/ c6? ^
, ^
S '^ T /9 ' . S*
^ ^ y ~ ^
1 >>
7 ' ^ «¿/ ; ■
¿ 2 rS ¿ 0 * r ¿ * * C & fa y -y ^ T X L ^
7
£ ¿ y * * * * 4 *s l > C Y * e e * * e > C ^¿ * ¿ vr< *
/ ¿YV*/
102
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a
Ó s 'f « L G% ,
Carta del Gral. Manuel Belgrano a Juan Martín de Pueyrredón, recomendando a Juana Asurdui por sus
servicios militares.Tucumán, 26 de julio de 1816.
AGNA, Documentos escritos, Sala X - 23 - 2 - 3.
103
n o rberto benjam ín to rres
v , 0
, x -*r« C ' y * - . • j r _^
— V - > \ v / / ^ ^ _ .
,4 e f ¿ & ? * c * < M .4 r / & - '* * ■ * * * ''1 ¿ ¿ y g ,
S ,— s 7^ V . ^ U * ''™ r
- £fs*'*' Cs& / £
d % ." , ¿ C
104
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 1862). l a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
Decreto de Juan Martín de Pueyrredón, Director del Estado, otorgando la condecoración de “Teniente
Coronel de las milicias partidarias de los Decididos del Perú" a Juana Asurdui.
Buenos Aires, 13 de agosto de 1816. AGNA, Documentos escritos, Sala X-23-2-3.
I05
n o rberto Benjam ín to rres
J f 3 3
Despacho del nombramiento a Juana Asurdui, como Teniente Coronel de las Milicias Partidarias de los
Decididos del Perú. Buenos Aires, 13 de agosto de 1816.
AGNA, Tomas de razón de despachos, empleos, etc. 1740-1821, Libro 78, f. 313r.
106
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
c
f'5 * ¿ r r $ !C
& 313
& d u 'tom o O * * » -
9 d Ú i¿ ~ h . / á _
,,
$ a fa .- < j/le J k íu 9 o
7
¿ s -
('kcxcU
«- ¿¿v tH g r d ^HY' <y
*
¿ h K M r J - t - i * . a n c to u fii, / * _ l í a * ñ k . 9 * c% l¿ a __
c £ a ,9 tw au / 7 m a u e z a fó aeam ¿ 4 r
“H 9 » “* y > 7 &
d & ***■ /¿ > J b « , cvcU zA .
O a / tyC H C cú }^ y
^é >
# )7 T Jp 0 )S )eí¡'.
£ % * <¿y_ fe h ,
Y -■ —áSo, J nfreíDafr
s 7 7 3 *^ ^ f aa ^ ra i 5 e n e /7 ¿ '
<k«aí A - éute^te ‘y en& Y Os/6 fa £ b S b
& * C ^X S L ^g % Z / k / 9 9e 2 L * J i.
C?f /¿ % /g r/e . f í t e - ío ( fa u M s T /T Z r e k
oC
107
N o r b e r t o Be n ja m ín T o r r e s
/ y
^ o /? ¿ v
, . J _ . , C Z a * - e * a * 1
¿ t
/m ft * > n d i i -. V í t a t e ,* ,
C
/» >
/
(. • t w i f a f r ¿c j
^ /¡ " « / Í íA>
>?,
? l-tu * i
‘ # ,„ -* :ÍV W U U f* * * *
y j p ) ' *f /
L ¿ J > í7 * ¿
r\
"■:% c MemoÁ
< s :
$S¡Éf '
Recibo
K eciD O de ae ayuda
ayuaa económica, del Gobernador Aráoz
Araoz a Juana Asurdui.
T i i m m ó n 19
Tucumán, 1Q de
r i o mayo Ho 1
m o \ / n de QOn
1820.
AHT, Sección Administrativa, comprobante de Contaduría, Vol. 60 (1820) f. 185r.
108
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRAS DE LA LEYENDA.
y{ ? /■>' ■>.
/ ^ M U ¿U
, . .f /
G c¿ 4 ^£ 3 (_ ¿¿^ <3>^ Í )
j/- £j
fe s <*-•
,7VX-t A ^ fe ^ J Í^ -4 ^ - ^ dr
¿ f% * ? /'
a ’t P a * . a * v r r f^
< y /f 9 * Jc ~ ¿ - - **
? AslJL.
fe e s
_ (£'{/7~ i? ¿ ^ * '1- ^
7% )
Solicitud de Juana Asurdui viuda de Padilla a Andrés de Santa Cruz, solicitando la devolución de sus
documentos originales que fueron presentados para realizar el trámite de montepío.
Chuquisaca, 18 de octubre de 1825. AGNA, Sala Vil, N° 214, Colección Juan Ángel Farini, fs. 144-162.
I09
NORBER.TO BENJAMÍN TORRES
f* z -,— «y >
o U * ¿ *. ¿t*-. 0 ^ , -> 0 -^
^ u~ 0 L ’f f i j f c .
'^ •ír£ ¿
~é?
'^íUís.^
110
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
¿Á
/ / Y -^ ^ Á 'ít ^ . € * t i2 ¿ i € ex.
im
V -Y > '
a?4~>
¿y ¿r ¿3S> r ¿ ■+^>-v>t,/
/ ¿ fí '
O. &.*.<. <?..>' '< fa m a v p ¿ « ~ £ -/o n z ^ a ¿ fe ¿ y ^ z O '/'^ u . &
G cts¿ -* ^jk,' ¿* ,'J O 'i r ■£*’ ■/’A * 1 1 ■■>/ '■"» ■'*S‘ --' t V¿&-).L fíx .
/ y}-
y J Ír r » ^
yé rr^ f¿ r1a t t / a *? *? , £ £
/b ^ tT tu ^ a ^ . ¿i*. ¿ J í a ^ v y ^ T ? # /^ / 4<*-e^&í£e,
d t i r j ~&c*, a /^ £ .
-& Ó L ^.
J e - /r e * .
/
112
j u a n a a s u r d u i d e p a d il l a (1780 • 1862). l a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
f V * é f' /', f, t ,* ag i?
-^ r/ /- 1 f't "
/'> ■■ ^
n
r ¿ //f aV '> • /< "
/ , ^
<* ■ 4TÍ
*'f"/ ¿zV/,/
^ / />* /? /
r / t* ;
f ./t
a y t <.
' , (
Ss///
■* y * ' r * ' s y
/ t
>v < /
'$ y * f A a / 'c
<Y< /s i fil
- /I* , - n y f r f
Ss> >J'
7?
* <7#
y , ( ¡‘, ’///> <s / f t y <7 / A A r * ¿ l's* ’ //? -7eS/<~ r , ✓
.,.**>> S * 1 ^ * « • * * '« / ,
/• / / / .'¿ s & A , ¿ y /* 'fr* * * ~ *
T7> -
113
n o r b er to Benjam ín to rres
114
Ju a n a a s u r d u i d e p a d il l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
'si , , i s * y «C*
i ;> :¡
-^€L li
4 -4 .
/¿C * f >nf a # ,-* ''*
y>i r /<■< t r"‘ _ r
f* ^ <íl <''-
\y /- sC¿t.
\ j . (^Vi 2 ^ ? ív ó &CA- ^-¿¿a^
í. l
j^V/ > l n ¿ ‘¿ n - r r u C /ke¿«:¿.-.¿¿ **¿***-
y ^ y é ^ ^ -^ z L : £¿S¿k ^ ^ ^ '.
/ 3 : ¿7 í y y * ' ^
A f -¿*^> /?~r> yX—
/ * .___
fr /< «4< ^ y
fo n <-fio
CtC C lo í C t ¿ w ¿ ? * ¿ ^ ^ íu - r r z > -v ^ /é u ^ y ^ y
¿ jfs n /¿ ¿ í-'C*-
*
115
N o rberto benjam ín to rres
H
r
- / ^t'a-c y*~>Lj z
5 ^
'Z : ' *
¿ ^ t£>
^
/? * '<
^ e¿<. £ gr Á /
A * * -* ' / / * ^ T T L z ,,..
( , , . t
.A ’ * •*'-r * / ¿t ¿ f .
> ¿ ¿ /'/• > / / s ^ > < * v f e 7 7
i) . y- a? / - / ^ *-
;ji/ • / y ? y
¿ W ^ 4 ,
yr- . yo
$ * & -/ t ¿ J f ^
y
¿y, /
^ ‘
y*
i-i
, y
/< íy
^ / Q ^ o ^ J g P ? < 1+ 4 L4 & 0 A t ^ r
¿u
vy ^ ¿ ¿ < _ s O i* ^ * - f i « ^ ¿ * -
116
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 1862). LA HISTORIA DETRAS DE LA LEYENDA.
¿SU
^ -««t ^ - ^ T f c - í , -
.^ X T ^ i í ^ U y ^ ^ A y ^ - Z ^ , ¿e y . ¿ ¿ tC Z y C 'U L ,
A i ¿ z ^ ^ y ¡ ^ ¿ ? ¿ ¿ ,^^ s^s~ ¿
/fr ¿ z <ea¿> y ^ é L a ^ ^ /^ ^ A .
V í¡i¿ t —
* £ í~OXL / F A - f^ s z * -
Í ^ L ^ C •' *' «*' — ^ ¿ - ¿ a ^ e c y ,-<_ ■ < £ * * -~ S Z > *
e*> ~ J ^ 1 '
A íL r ^ S=r ¿ Z tx rr ^
■ fe ¿ £ ~ ~ ^ - ' * * * '' '
117
N o r r e r t o Be n ja m ín T o r r e s
Ai
+;.is-
,< j/ «
C ,¿ n . u /< •
/
U ;> !- y A 1^ -#
U¡
■ -e y d * ~ e s r r ^ f - 0S+ JL ^ fb 6 c ¿ J ._ I'
-oc£o
/
Jtc ty? ¿ ¿ - S?™ zns3«. ^
r <3-ca:_ X S 5 ¿ -< _
f¿ Z S Z * 1 / ? * » * ^
/h ¿ r » , ^ ^
< í/¿ -
^
& r~ ¿ * -
I
J,
' • ^]É m ¿X Z/
U 'i is /tr T ■
s¿ ¿ a & rrr ------- /
ty * i
*> ‘
118
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
- i/r s
'ir
J .jj/r r + c O t ó * - y /■
* ... „ /> S y - y , ' ¿ ^ ^ ' \ ¡
$ * / X¿0~&- ^ ^ ^ ^ ^ ^ í^ íÁ S t
m 7 T & ,
/-!<
¿?s y£ _
7¿f X r’f'- i s * '^ ¿ ¿ > y ^ irr ^&~x7
a
y i&tr> i d /'T -m s? <?n& rt.
^ / / * ii / r / ^ <•< £~
& ¿Z^n. /*- <- &*-*>€■
/?>-> ' 7 ^ - A r ^ V y
J T ^r^r >]
^ S < //¿ ? o > 7 -^ ^ r, ¿r ¿2
/
* t, r' ~
119
N o rberto Benjam ín to rres
, ,. A
^ A o^ ----------
^ ^ r _ V
/ .
A "
i
1 '" 'alA
>y
, „ € U ¿ X U /^
«
e fa lr - r m ¿ t^ y y ^ , , ^ .
r/>«_
¿ l™ 4^
J¿ < C *^ f ' £ * C¿.
¿ & . / s • & ~ 2 r- fé Z t^ T : ^ y / .*
7
■*P > ~ • * - > / s r ~ o s U -, p ^ . , „ , „ ^ .
^ ^> "1 ^ (£ ^ _
'<.¡5^0
>; ^ <?7 (S ? ¿ y £ ~ ¿p /* s fy p s , / ^ t /
^ ^ 5 ?
T <■!"»»<««?
120
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
./Cá
/» K <
.;'"’/ / W í.
/« t^í i« ^ í ^*/^£/5{ i x . —
S*®** + *«*08»
121
n o rberto Benjam ín T orres
íp
/y t ^¿*-1
V ■ ' -A •' ~
/ * '* * - < • • 4 > ,w ^ ,
.« d*¿f¿*- j ¿ ^ . f ; w '- •
. . ^ r . é w í ¿&> ^ /¿ g f
, £ <* { ¿> V -w W /^ e -
; / (&3&~~r~i-*s €O s-S es'i fZ^-x. , ¿* v #
r A • * * ~ * W « S *U ^
r/.,^. etc J ^ Z Z J y
* / Y 4 <^e
,.ixJ ¿ .y r fc c f *<<'-'. ¿T& r y a ^ y y y . o
*« /
É? t,^^Í^C^-,
€L e s /f-iT V/ ¿s/?
^
^ Cts>t s
* £ s z '
-*•
’
é ¡ b < ,g ^ a ^ í» • Y> * / (Í7W ^ Y»„>r
/
Á y 'a ^ Z Z ^ r r ^ j é * jl / y * * 7 ~
á/>r>-M * f •
y < o Y % ¿ ^ ¿ < * + (fo n r iU 4 * e * ~ * t/'
/ / / .
...n g r* '
122
Juana asu rd u i de pa d illa (1780 -1862). la h ist o r ia d etrás de la le y en d a .
j/ ^ - ,y c ^ ^ ,
• C<5 . ’ •.
/ ,' il
«;. ,, , £ " ^
;; ■•*
" * mi
i| h '* '
2 . ZíTL: ^ ^ * * ¿ ~ * < * » .& ;
i
v < M e W ^ ¿ r S -_ f-J
* e '> v ,.C' S r%
*t' gjp-»,
V //
ÁéXs*~W 'y > ^ « C ' wvct./
.éw y ¿W o. ^ * * ¿ 1 * -^ !
¿<s^ @C<sr~¿*0
/t
123
N o rberto Benjam ín T orres
(UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
S ;j % Doce realep. A
o\
t* ! r * r • l' IT o « » m » » » » » »
C ;* J £ /iv X v v / v > il / v/ v j C / r 'A » » »
ir'v
. tg>c aC c t-vrr t>/ t t ] KRt*
j A isvjsí u X / i v i i i j v jv í í v V»**»'V|
.7 T O S S E IS ' / Y O C K O C I A T O S X
y ¿ llc l 0 ) ^ IflC U i U
yi8Íy _ X
, C J - • ' .; '
C j i / í . * Q c . qfUi-UX*<*■■ ¿W _ ___ ________ ^ ._
0c£c*é**Z£^
1 í^ l* c ¿ y
Cuy* & »¡*'i*.D < y - y ? ^ y 'd t'a ; ^ r¡}¿ci " ruy,*}e»c Cu»y¿_
(ta, ¿z+¿u*2&^ .*& y 2* é> a frum
¿Z.,su /¿ á H jn c tru j
< S u /y¿ yp r, » iy £ ', *< J /í -frioÁ* y &**+*,*& ■&ru>'c^j Avá, ^e2 & _
a< u*.y¿¿x^. # ^¿ Z Jc¿&- a t ^ y ^ y ^
&**&***- fr&Hton*»-', ¿zLeíJ**^ <r- y-uSiei. ü a ^ A , ,_
/ X <
<?/* <ytw¿+ j*u¿¿<x**- f Aet¿ux.yt<?atM¿í,y .o í ,
y , CCCccar^.
^ st * r> ' m . .
y - SC ¿¿ ¿jS/cotC****- &**■ £ y ■/'tu ,a /L ¿ * ? cy ( f ~f¿?zA*c> _
-J
C U K ^cey/o e iZ u c c L * y u ¿ ¿¿ Cü?H*<.-H€C<*4¿e^ ~ Jj
r! ' # J <>•
t'u J rá é » * -' ¿ te st*.JL
125
NOR.BERTO BENIAMÍN TORRES
t
>
Poder legal otorgado por Juana Asurdui viuda de Padilla, a Gregorio Asurdui.
La Plata, 3 de diciembre de 1825.
ABNB, CSJCH 70G: 162r.-162v.
I26
Ju a n a A s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 1862). La h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
9*C.
i ... )
0
Ji'/dcjtfrtJU fr'
(¿ J ju & w ,'ju lK t Jí^ble,
? /a . ^ 4 s z 7 .
^ ’Ky
M o U
ip e ^ r z
127
N o r b e r t o B e n j a m ín T o r r e s
128
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 -1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
129
n o r b e r t o b e n j a m ín Torres
130
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
V
o> .
^ f-€Srí -94*
* * 'Z -
r i
/V " " ‘ . O •
/■/é*#*
//<*"* 'T
-J " '
’J **■*-v
V ;... A ••*" * --------- " X
^ ' t / o f t ¡t'lP -'Z * " * ’ .*"■>
i ♦ „ a * ™ ,.—
¿S¿?/■ Q , ; .......
*tS> ■<**'' l ^
' -i „ ^ ^ /6 / » - *- ;^ 4’ y% ***~- c /'
/i
4 •
, x¿ ^ e.Q ~ **yt¡
A » a ~ ~ ^
t * . , / t ,A , ¿ « e A ~ - '* ~ y
¿X - 0 \ ^
/ t A I 'it.A , a^C Z9&*+i™*Jr Ca*£¿úp **"*$
^X ?, ' v * * * **
n < , ? ^
J a ^ .y + Z t.n *9 i y **
„1 * '\ ¿'
# „
131
ÑORBERTO BENJAMÍN TORRES
[f. 562r.]
alguna aunque alegue que no hubieron contribuyentes, y ambos, a dos se sujetan
voluntariamente a la multa de cien pesos en caso de faltar a los términos contratados. A cuya
firmeza y cumplimiento, obligaron respectivamente todos sus bienes habidos y por haber en
legal forma, renunciando las leyes que les favorecen para no contravenir al tenor de esta
escritura. En cuyo testimonio así lo dijeron, otorgaron y firmaron con los testigos presentes
que oyeron la lectura. Ciudadanos: Manuel Borja Zavala y José María Pimentel, escribanos
receptores, vecinos de esta y mayores de edad.
Testigos: [Firmas y rúbricas de:] Manuel Borja Zavala y José María Pimentel.
[Sello]
Ante mí, [Firma y rúbrica de:] Domingo Velásquez Labardén, Escribano público.
132
|UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE I A LEYENDA.
-^
t) t : T t t * 1
f ttrvvt i > r>oi.i viska^ )$&
\
E .W
¡I rhbatntí» treinta y u n o , y m il tchoéU n i*, (rcfheh m ¿a ,
,
* J
«Uf • T'* '* .ttíy && A
/ * <' S \ . ~ ¿
<1 .rí>* ♦«* ^ * * '* ^ J
ité.»/ / J t r * sA «. //#><»♦ ^
/ ¿9C&WT
/fe V '* y * A
u ¿s ^ ' - 1
---- * y r ' ^ /a " " • "J
■ /* * *
<*.1/«iÁo ' <>/€+
c .r
^ y ¿ r* ^ s
¿h,+ -+ *
A <> c ^ /} r ¿ T y x * <*. ^A sssu i+ * * * f & ,+ **'¿< *~**
a*7 f ^ r ^
u Z T t f ^ •
133
N o rberto Benjam ín T orres
[al margen:] casados y velados, Don Pedro Poveda y Doña Luisa Padilla. El marido natural
de Potosí, su mujer de Chuquisaca, ambos vecinos en esta parroquia de Pocpo. El primero,
hijo adoptivo de Don Manuel Poveda, la segunda hija de Don Manuel Padilla y Doña Juana
Asurduy.
En el año del Señor de 1839 a 22 de abril, habiendo antecedido las amonestaciones y
resultando impedimento de afinidad en segundo grado entre Don Pedro Poveda y Doña Luisa
Padilla, y obtenido por ellos,"la dispensa mandada por la autoridad de la silla apostólica y
dispensándole en virtud de dicha autoridad, el Reverendísimo Arzobispo Dr. Mendizábal, el
20 de abril del año 39, como consta de la razón tomada en la secretaría de dicho llustrísimo
Arzobispo, los uní en matrimonio estando presentes los testigos conocidos y mayores de edad,
Don Mariano Andrade, Don José Blacud y Don José Malavia, y después, según rito de Nuestra
Madre Iglesia los bendije en la celebración solemne de la misa y para que conste lo firmé como
cura propio de la doctrina de San Salvador de Pocpo.
[firma y rúbrica de:] Manuel Rivera.
W ** *V •
¿-ri e ¿ .
-¿t ~
f. 1 V -/ i -Ci ' • %
134
(UANA ASURDUI DE PADILLA (1780 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
Compromiso celebrado entre Juana Asurdui y su yerno Don Pedro Zuleta, para la
entrega de la Hacienda de Tipabuco.
Sucre, 25 de octubre de 1842.
USFX, CBDH, Notarías I, l-9a, fs. 482r.- 483v.
[f. 482r.]
[Al margen superior izquierdo:] Com prom iso celebrado entre Doña Juana
Asurduy y Don Pedro Zuleta para la entrega de la Hacienda de Tipabuco.
[f. 482v.]
135
N o rberto Benjam ín T orres
[f. 483r.]
[f. 483v.]
136
(UANA ASURDU1 DE PADIU.A (1780 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
[Sello]
Ante mí, [Firma y rúbrica de:] Carlos Aldunate, Escribano público de Comercio.
137
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
[f. 307r.]
[Al margen superior izquierdo:] Obligación de cuatrocientos pesos. Doña Juana Asurduy a
favor del ciudadano Agustín Noya, con hipoteca de la Hacienda de Cullcu.
Sucre, a cuatro de mayo de mil ochocientos cuarenta y tres años, horas diez de la mañana.
Ante mí, el Escribano público y testigos, fue presente Doña Juana Asurduy, vecina de esta
ciudad, ejercitada en la labranza, viuda, mayor de edad, de cuyo conocimiento doy fe y dijo:
que el ciudadano Agustín Noya de este vecindario y comercio, le ha dado cumplidos a su
entera satisfacción, la cantidad de cuatrocientos pesos corrientes en dinero efectivo, los que
se obliga satisfacer en el término de cuatro meses prorrogables contados desde esta fecha
sin la menor novedad, ni ocasionar al acreedor ningún gasto ni perjuicio en la recuperación
de su dinero, con el interés del dos por ciento mensual. Y para la seguridad de esta deuda de
cuatrocientos pesos y réditos, hipoteca especialmente con su hacienda de Cullcu, situada en
el cantón de Pocpo, provincia de Yamparáez, para que esté ligada, obligada e hipotecada a la
paga, y seguridad de la dependencia hasta su efectiva cancelación, sin que pueda disponer
de la finca antes de libertarla
138
Ju a n a A s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 - 1862). L a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
139
N o rberto Benjam ín T orres
[f. 308v.]
de este gravamen, pena de nulidad de cualquier contexto. En cuyo testimonio con obligación
de bienes en general y sumisión a las justicias de la Nación, así lo dijo y firmó con los
testigos presenciales que con la otorgante oyeron la lectura de este instrumento, y fueron los
ciudadanos: Pedro Pablo Cruz, de ejercicio plumario, y Manuel Quintana del mismo oficio,
vecinos de esta y mayores de edad.
[Sello]
Ante mí, [Firma y rúbrica de:] Domingo Velásquez Labardén, Escribano público.
Tomada razón en el oficio de hipotecas de la Capital Sucre, al folio once, en el día de hoy
cuatro de mayo de mil ochocientos cuarenta y tres.
140
Ju a n a a s u r d u i d e Pa d i l l a (1780 • 1862). l a h is t o r ia d e t r á s d e l a l e y e n d a .
141
N o rberto Benjam ín T orres
[f. 117r.]
[Al margen superior izquierdo:] Declaración que hace el Dr. Pedro Vicente Carrasco, de haber
comprado la hacienda de Robledo para Doña Juana Asurduy.
Sucre, a los treinta días del mes de Marzo de mil ochocientos sesenta años, horas dos
de la tarde: ante mí el Ciudadano Manuel Santos Orihuela, Notario en la comprensión del
Juzgado de Instrucción de la Provincia de Yamparáez con residencia en esta Capital y
testigos, ciudadanos Camilo Flores y José Ignacio Pozo, ambos de este vecindario de ejercicio
plumarios de distinta oficina, solteros y mayores de edad, fueron presentes el Doctor Pedro
Vicente Carrasco, soltero, de profesión abogado y la señora Doña Juana Asurdui de Padilla de
estado viuda, propietaria, ambos de este vecindario, mayores de edad, españoles, y hábiles
para el otorgamiento que aquí se expresa, a quienes doy fe que conozco y me entregaron la
minuta cuyo tenor es el siguiente = Señor Notario Manuel Santos Orihuela = Dignase entender
entre sus Registros una declaración que yo, Pedro Vicente Carrasco otorgué en favor de Doña
Juana Asurduy de Padilla en estos términos: que por orden de esta Señora y con su propio
dinero, compró el Doctor Francisco Medeiros la hacienda nombrada
[f. 117v.]
Robledo sita en el Cantón de Siccha, en cantidad de cinco mil pesos, dando de estos tres mil al
contado y los dos mil restantes a pagar por armadas, según consta de escritura otorgada ante
el Escribano Don Mariano Aniceto Reyes en veinticuatro de agosto del año mil ochocientos
cuarenta y ocho: que a cuenta de armadas se han pagado también seiscientos cincuenta
pesos constantes de recibos, y que los pleitos que han ocurrido con la familia de Medeiros
sobre la expresada finca, han sido hasta aquí costeados por la misma Señora Asurduy, a
excepción de trescientos pesos reste de cuatrocientos que Don Mariano Escurra, como fiador
de costas pagó con conocimiento de la referida señora, y se lo deben a aquel, según planillas
existentes en su poder: advirtiéndose que este préstamo lo hizo el Señor Escurra a mi favor,
bajo la garantía de una casa de Lorenza Rojas y con el interés del uno y medio al ciento por
mes, como consta de escritura otorgada ante el Escribano Domingo Labardén a quince de
octubre del año cincuenta y seis, cuyos intereses se han pagado en parte con dinero de la
propia señora Asurduy, según consta de reci [...]
[f. 118r.]
[...] bos. Usted insertará las demás cláusulas de seguridad y firmeza que por derecho convenga
a la naturaleza de esta declaración. Sucre, marzo dieciséis de mil ochocientos sesenta = Pedro
Vicente Carrasco = A ruego de Doña Juana Asurduy de Padilla = Melchor Oliva = En cuya
conformidad, otorga el dicho Doctor Pedro Vicente Carrasco, que por el tenor de la presente y
en la mejor forma que haya lugar en derecho ratifica el tenor de la minuta inserta, haciendo la
declaración que ella contiene a favor de la señora Doña Juana Asurduy de Padilla, a quien le
transmite el dominio y propiedad de la hacienda de Robledo, por haberla comprado para ella
142
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DF. LA LEYENDA.
y con el dinero que le entregó al efecto, no habiendo tenido en esa compra más parte que su
presencia; y que esta declaración la hace voluntariamente, guiado de la justicia sin que para
ello intervenga fuerza ni coacción alguna, y por lo mismo quiere se tenga cual si fuese hecha
a pedimento de parte y mandato de Juez competente o en el mejor modo que haya lugar en
[f. 118v.]
Derecho. La referida Señora Doña Juana Asurduy de Padilla, digo: que acepta la declaración
que hace el Doctor Carrasco, ratificando por su parte la minuta inserta, según y cómo se
contiene en la presente escritura. En testimonio de lo dicho, firma el Doctor Carrasco con los
enunciados testigos, haciéndolo uno de estos a ruego de la Señora Asurduy por la escasez
de vista, habiendo ante todos ellos, héchose previa lectura integra de este instrumento. Nota:
Lo enmendado en el cuarto renglón de esta plana y donde dice - minuta inserta - Vale - y
aprueban las partes firmándola como se ha dicho.
A ruego de Doña Juana Asurduy de Padilla, y como testigo [Firmas y rúbricas de:] Camilo
Flores, José Ignacio Pérez.
[Sello]
Ante mí, [Firma y rúbrica de:] Manuel Santos Orihuela, Notario de Yamparáez.
[Al margen inferior izquierdo:] Nota: hoy 22 de Agosto del mismo año 60, di el primer original
de esta escritura a Doña Juana Asurduy en 2 fojas y papel del sello 3o.
/T
( ~,tf t/ñttc . iftfM 4¿T Hu Jjér? Urr th f/H fti'/s,,/.' 4'
^r*/
< ' ' A' / / - ,/
w A-- '
A H f t n ti ' C frtrs> ton,,. > / 4 /»> j / a/ »• ,
«'A/ /ü tti.m '* ' < <¿ ( j’- Jt.f <w« C ít / . ff / h t / <*• - 4
/ • / J u - * o * t
144
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
145
N o r b e r t o Be n ja m ín T o r r e s
Fuences f^RimaRias
Expediente de divorcio entre Pedro Zuleta y su esposa Luisa Padilla. ABAS, AA, Divorcios
1844-1851.
Venta de tierras de Doña Juana Asurdui a Don Manuel Párraga y su mujer Doña Rosalía
Asurdui. Chuquisaca, 11 de mayo de 1826. ABAS, Notarías vol. 3.
ABAS, AP, Collpa, Bautismos, 1750 - 1754
ABAS, AP, El Villar, Defunciones 1793 -1815
ABAS, AP, Pocpo, M atrimonios 1818 -1848
ABAS, AP, Santo Domingo, Bautismos 1772 -1779
ABAS, AP, Santo Domingo, Bautismos 1805 -1815
ABAS, AP, Santo Domingo, Bautismos 1819-1851
ABAS, AP, Santo Domingo, M atrimonios 1755-1775
ABAS, AP, Santo Domingo, M atrimonios 1787-1859
ABAS, AP, Santo Domingo, Defunciones 1859-1889
ABAS, AP, San Miguel, Bautismos 1750 - 1754
ABAS, AP, San Miguel, Defunciones 1854 -1885
ABAS, AP, San Sebastián, Defunciones 1855 - 1887
ABAS, AP, San Roque, Bautismos 1810-1854
ABAS, AP, San Roque, Defunciones 1845-1863
ABAS, AP, Tarabuco, Bautismos 1767-1782
ABAS, AP, Yotala, M atrimonios 1748-1760
ABAS, Hospital Santa Bárbara, Defunciones 1869 - 1876
146
JUANA ASURDUI DE PADILLA (1780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
Causa seguida sobre la devolución de la hacienda Cullcu a Doña Juana Asurdui, y reclamo del
poseedor Alexandro Quíntela. ABNB, CSJCh, 70G, 1826-1827.
Expediente civil ordinario sobre la nulidad de la Escritura de compromiso de venta otorgado
por Doña Juana Asurdui, de la hacienda de Cullcu, al Dr. Agustín Noya, promovido por Doña
Luisa Padilla. Año de 1846. ABNB, CSJCH 1846.
Ejecutivo seguido por Anastacio Paravicino, contra Juana Asurdui y Luisa Padilla por cantidad
de pesos. ABNB, CSJCH 1847-1859.
Juicio contra Juana Asurdui y Luisa Padilla por evicción y saneamiento de la toma que
conduce agua a los molinos y huertas de la hacienda Sere-sera. ABNB, CSJCH 1854-1855.
Testimonio de los datos históricos sobre la muerte de la guerrillera amazona Doña Juana
Azurduy de Padilla, obtenidos por su biznieto Clovis Pantoja. ABNB, CSJCh 1914, 5.
Testimonio de declaratoria de herederos de los sucesores de Manuel Asencio Padilla y Juana
Azurduy, guerrilleros de la Independencia. ABNB, CSJCh 1914, 6.
Expediente formado en virtud de la razón de los bienes embargados y confiscados a los
revolucionarios adictos a la causa de Buenos Aires y prófugos. ABNB, Em 343.
Sobre los méritos y servicios del Teniente Coronel Don Manuel Asencio Padilla. ABNB, Rück
348.
ABNB, AGML 151
ABNB, CGS 1, 1861-1877
ABNB, CGS 4, 1900 - 1902
ABNB, EC 1807, 39
ABNB, EC Ad 1803, 60.
ABNB, Em 1813,7.
ABNB, Em 343
ABNB, EP 374
ABNB, EP 415
ABNB, EP 373
ABNB, EP 377
ABNB, EP 374
ABNB, MH, 1860:
ABNB, MH 1862, 162, 4.
ABNB, MG 1827,8
ABNB, TNC,1825
147
NORBERTO BENJAMÍN TORRES
Archivo privado del Gral. Eduardo Paz Campero Amelunge, Santa Cruz
de la Sierra.
148
)UANA ASURDUI DE PADILLA (1780. - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
Arrendam iento de la hacienda y molinos de Cullco, de doña Juana Asurduy a don Manuel
Sandi en 400 pesos anuales. Chuquisaca, 14 de julio de 1832. USFX, CBDH, Notarías l-4-3a.
Poder amplio para distintos asuntos, otorgados por doña Juana de Dios Asurduy al
ciudadano José Sorrilla. Chuquisa, 4 de septiembre de 1833. USFX, CBDH, Notarías l-4-3a.
Venta hecha por el Dr. Mariano Palenque del principal capellánico de 3250 pesos, que
descansa en la hacienda de la Angostura, cantón Pocpo, provincia de Yamparáez, propia
de doña Juana Asurdui, en favor del Dr. Mariano M ontero en la cantidad de 800 pesos de
contado. Sucre, 19 de noviembre de 1846. USFX, CBDH, Notarías l-l-17a.
Compromiso celebrado entre doña Juana Asurdui y don Pedro Zuleta para la entrega de
la hacienda de Tipabuco. Sucre, 25 de octubre de 1842. USFX, CBDH, Notarías l-l-9 a.
Obligación de pago por 400 pesos, de doña Juana Asurduy a favor del ciudadano Agustín
Noya, con hipoteca de la hacienda de Cullco. Sucre, 4 de mayo de 1843. USFX, CBDH,
Notarías 1-4-15a.
Declaración que hace el Dr. Pedro Vicente Carrasco, de haber comprado la hacienda de
Robledo para doña Juana Asurdui. Sucre, 30 de marzo de 1860. USFX, CBDH, Notarías 1-1-
28a.
Testamento otorgado por doña Cesárea Zuleta Poveda, vecina de ésta, mayor de edad.
Sucre, 4 de agosto de 1900. USFX, CBDH, Notarías l-2-83a.
149
N o rberto benjam ín T orres
fliólioCjRaFía
ABECIA, Valentín
1939 Historia de Chuquisaca. Sucre: Charcas.
ARANZAES, Nicanor
1980 Las revoluciones en Bolivia. La Paz.
BARNADAS, Josep
2002 Diccionario Histórico de Bolivia, 2 tomos, Sucre: Túpac Katari.
GÜEMES, Luis
1980 Güemes documentado, Epistolario tomo 6, Buenos Aires: Plus Ultra.
1990 Güemes documentado, tomo 12, Buenos Aires: Ediciones Güemes.
LOFSTROM, William
2012 Caminos de doble vía. Dos ensayos sobre la movilidad socio económica en el espacio
de Charcas. Santa Cruz: El País.
MENDIETA, Jorge
1909 Álbum del primer centenario del 25 de mayo de 1809. Sucre: inédito.
RAMALLO, Miguel
1906 Guerrilleros de la Independencia. Los esposos Padilla, en BSGHS N° 70-72, Sucre.
1913 Batallas de la guerra de la independencia altoperuana, La Paz: Intendencia de
guerra.
ROBINS, Nicholas A.
1998 El mesianismo y la semiótica indígena en el Alto Perú. La gran rebelión de 1780-
1781. La Paz: Hisbol.
ISO
JUANA ASURDU1 DE PA D IU .A U 780 - 1862). LA HISTORIA DETRÁS DE LA LEYENDA.
SERULNIKOV, Sergio
2006 Conflictos sociales e insurrección en el mundo colonial andino. El norte de Potosí en el
siglo XVIII. Argentina: Fondo de cultura económica.
151
Juana Asurdui de Padilla (1780 - 1862) La historia detrás de la leyenda.
Se im prim ió en Mayo de 2016, en Multigraf Impresión
Calle Bustillos 188 Esq. Colón. Telf. 464 65078