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República Bolivariana De Venezuela

Universidad Bolivariana De Venezuela


Eje Geopolítico Territorial Guerrillero Maisanta
PLAN ACADEMICO 2022-2
U.C. PENSAMIENTO PEDAGÓGICO EN
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
P.F.A. MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

Tema II: Movimientos anticapitalistas y antiimperialistas. Pensamiento marxista y


Gramsciano.

Modalidad: A distancia
Profesora. Karla Becerra
Autor: Ing. José León Bautista Labrador
C.I.V.5.659.376
30 de noviembre del 2022
INDICE
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................ II
1. El concepto de Antiimperialismo ............................................................................ 1
2. El Latinoamericanismo de Rodó ................................................................................ 1
3. Vasconcelos y Mariátegui, así como los conceptos del nacionalismo continental
1
4. El antiimperialismo: José Martí, Manuel Ugarte y Augusto César Sandino .......... 2
5. El Indoamericanismo de Victor Raúl Haya de la Torre ............................................ 4
6. Educación y totalidad concreta de Gramsci. ............................................................ 6
7. La Educación como Hegemonía según Gramsci ..................................................... 7
8. La Organización Educativa y Hegemonía, Según Gramsci ..................................... 8
9. La Universidad y la Hegemonía según Gramsci....................................................... 8
CONCLUSIONES ................................................................................................................ 9
Bibliografía ....................................................................................................................... 13

I
INTRODUCCIÓN

En América Latina a comienzos del siglo XIX las luchas antimperialista se desatan como
resultado de un procesos histórico que venía desarrollándose desde finales el siglo XVIII,
como una de las consecuencias de los acontecimiento históricos de la revolución francesa,
posteriormente después de la guerra de la independencia, sigue evolucionado conceptos
de lucha social que han desembocado en conceptualizaciones nuevas que tienen sus inicios
en las primera décadas del siglo XX y que hoy sigue marcando pauta en las luchas
revolucionarias que los enemigos de los procesos sociales las han identificado como luchas
anarquistas, cuando realmente son luchas con su diferentes matices en cada región del
continente que se han catalogado como una lucha que aun continúa contra un imperio
moderno con nuevos métodos de dominación, que al luchar contra el se le conoce como
lucha antimperialista, que con los avances de la tecnología en el desarrollo de lo medios de
producción, en los transportes de mercancías y en las telecomunicaciones han permitido la
evolución de una economía global, que se interpreta mediante un nuevo concepto llamado
capitalismo global o transnacional, para comprender como estos procesos han
incrementado la desigualdad social que implica nuevas formas de luchas y nuevas formas
o métodos de dominación a la cual se ha agregado un despertar del pueblo latinoamericanos
para renovar las luchas que para vencer se requiere de una educación liberadora que le de
claridad en el pueblo para resistir y provocar cambios en los sistemas político.
Los cambios de estos sistemas político viene impulsados también por un despertar
intelectual de hombres han interpretado la nueva realidad latinoamericana que con sus
aportes permite generar una guía sobre que hacer para organizarse y producir cambios en
el sistema político que represente para instaurar un sistema político que realmente
represente los interés de los pueblos y trabaje en la construcción de un sistema social donde
reine la equidad y la justicia , de tal modo, que disminuya los altos índices de desigualdad
que hoy se observa en toda América Latina., en este trabajo se hace un documento que
muestra la trayectoria de estas luchas y el aporte de sus intelectuales como José Martí,
Rodó, Sandino, Ugarte, Haya de la Torres, Vascocelos, Mariategui que han sido en algunos
casos luchadores sociales y en otro pensadores que han hecho aportes para el
esclarecimiento intelectual para comprender el proceso histórico actual y dar orientaciones
que generen reflexiones sobre como librar una segunda independencia que nos de libertad
política para instrumentalizar un desarrollo social y cual debe ser la orientación en el
desarrollo de programas educativos y que eleve el nivel político del pueblo, y sus distintas
interrelaciones dentro de un bloque histórico, concibiendo la educación como hegemonía
que el Un Estado debe asumir dentro de una visión política de construcción de un Estado
de derecho social , de equidad y justicia, que desarrolle nuestra ciencia y tecnología al
servicio del hombre y no de una élite , sino en representación de los intereses de un pueblo.
En este orden de Ideas, Grmasci nos da unos aportes, que generan las orientaciones para
comprender y actuar en consecuencia bajo una dirección y claridad política que facilite el
emprendimiento de luchas políticas y sociales que transformen la realidad de América
Latina, en este contexto se elaboró este documento con un análisis crítico de las luchas

II
anticapitalista y antiimperialistas, que permite obtener distintos enfoques humanistas, sobre
qué hacer en materia de educación y transformación social, en la evolución de un
pensamiento y contexto latinoamericano que vislumbre una visión política de unida
continental para enfrentar y vencer los nuevos imperios que actúan en contra de los
intereses sociales de los pueblos.

III
1. El concepto de Antiimperialismo
El concepto de antiimperialismo si se define como cuerpo doctrinario o sistema ideológico
particular, se ve como un elemento que pertenece a un conjunto de ideologías pero que
está en contraposición con la verdad acerca de lo social, activándose desde distintas
posiciones ideológicas, hasta el punto que, en la mayor parte de América Latina, no tengan
una disposición compartida con el antiimperialista. Así mismo Rodó nos plantea concepto
de latinoamericanismo, que a continuación tratamos.
2. El Latinoamericanismo de Rodó
Con respecto al Congreso de Panamá, Rodó destaca la trascendencia del mismo y
señala que éste constituyó:
"ideal de permanente vitalidad, especie de deslumbrante arco iris espiritual que va
desde Méjico hasta las rocas de la costa patagónica. Si de momento, por ahora, esa
unidad hispano-americana no puede ni podrá quizás en mucho tiempo elevarse a la
categoría de hecho de resaltante efectividad, nada quita que, en el correr del tiempo,
lo llegue a ser en forma que escapa por completo a nuestras miradas. Por lo pronto,
vamos alcanzando ya una unidad espiritual que, bien vista, vale y significa más que
la otra..." (García, 1957, pág. 131)

Según (Juan Carlos Morales, 2016, pág. 125) la obra de Rodó sirvió a los intelectuales
latinoamericanos, preocupados por la creciente influencia norteamericana, puesto que su
idealismo elevó a un nivel ético y cultural la utopía de nacionalidad latinoamericana; para
unirse y rechazar el materialismo y el positivismo anglosajón y ganarles con las virtudes de
la espiritualidad latina. (Pakkasvirta, 2003), en este contexto se señala el nacionalismo de
Vasconcelos y Mariátegui.
3. Vasconcelos y Mariátegui, así como los conceptos del nacionalismo
continental
(Juan Carlos Morales, 2016, pág. 125)El mexicano José Vasconcelos (1882-1959), quien
después de la revolución mexicana de 1921-1924 representó un nacionalismo continental
que buscaba ubicarse en el contexto español. El retorno a las raíces indígenas estaba lejos
de él. Vasconcelos rechazaba la "desespañolizacion”, tal como ésta era puesta en práctica
por los pensadores positivistas y liberales del siglo XIX. Polemizaba en contra de un falso
universalismo, "en la actual situación de la política mundial, el internacionalismo sólo
fortalecería la supremacía de las naciones más poderosas". (Wertz, 1991, pág. 75)

1
Esta idea, se fundamentan en el único concepto de la raza cósmica que Vasconcelos
conserva como parte positiva y abierta del mundo, pero que (Mariátegui, 1971, pág. 78)
dice: "Nacionalizarnos es independizarnos de los diversos imperialismos económicos,
morales y políticos que han estado pesando sobre nuestro desarrollo individual y colectivo",
entra en contraposición a la idea de Vasconcelos. Sin embargo, hay otros luchadores
antiimperialistas que es importante resaltar, que a continuación se trata, siguiendo la misma
disertación del tema.
4. El antiimperialismo: José Martí, Manuel Ugarte y Augusto César Sandino
En este orden de ideas (Juan Carlos Morales, 2016, pág. 126) señala que: De la crítica
cultural a Estados Unidos, se pasa a un antiimperialismo ya sea nacional o latinoamericano,
esto logró que por primera vez en la historia latinoamericana, el nacionalismo de alguna
manera movilizó a las masas, que fue la revolución mexicana de 1910-1917. La noción de
Estado era marcadamente estatista, pero se estableció a finales del siglo XIX, de tal modo,
que se asumiera los intereses nacionales, activara la industrialización, la nacionalización de
los más importantes yacimientos de materias primas y las industrias claves y se impusiera
reformas sociales en beneficio de la población, el cual convergía en forma contrapuesta
entre una economía de mercado y de una economía planificada, lo que debía hacer posible
una tercer vía entre el capitalismo y el socialismo.
Así mismo, en sus crónicas sobre la Conferencia Internacional Americana y sobre la
Conferencia Monetaria, y sus artículos sobre "Nuestra América" forman un conjunto en el
que se resume su pensamiento antiimperialista, de José Martí, el consideraba que:
"América no logró la independencia con separarse de España, porque este concepto
es algo más complejo. Independencia es libertad y desarrollo económicos, es ser
mayor de edad en política y no girar como satélite de una metrópoli que gobierna con
nuevos métodos. Nuestra América no logró esto con la epopeya de 1810 porque lo
impidieron otras fuerzas internas y externas; por eso, con la unidad más estrecha
había que enfrentarse a la tarea de conseguir la segunda independencia, que no era
otra cosa que escapar del manto del águila imperial". (Peñate, 1977:103)

Martí planteó tres ideas esenciales, según (Juan Carlos Morales, 2016) señala:
• La América Latina está formada por pueblos nuevos.
• Existe una naturaleza particular americana, es decir, rasgos espirituales, de sicología
social, propios y peculiares.
• Las particularidades y especificidades americanas exigen análisis y soluciones propias.

2
Su pensamiento, constituye el aporte principal a la América, ante nuevas circunstancias
para su identidad y su destino, en el marco de la nueva realidad económica internacional.
Así mismo, el argentino Manuel Ugarte (1875-1951), indica desde comienzos de siglo,
aboga por una nación latinoamericana antiimperialista. En un ensayo titulado: "La defensa
latina" (1901), reflexiona acerca de lo que sería un punto de vista latinoamericano, desde el
cual la América Latina pudiera defenderse en contra de la invasión a través de la "América
Anglosajona". En el pensamiento político de Ugarte hay una mezcla de nacionalismo,
socialismo y el antiimperialismo, el cual está en contra de Estados Unidos, pero el consideró
que, los países latinoamericanos, guardan mayores coincidencias que las naciones
europeas, puesto que señalaba:
"por eso somos invulnerables, porque tratamos de continuar la tradición de un pasado
glorioso", [proclama en 1912 en Bogotá]... Desde una perspectiva moral, los
latinoamericanos conformarían ya una unidad. Ahora se trataría de lograr lo mismo
desde un punto de vista económico y político. (Wertz, 1991, pág. 80)

La mayoría de sus escritos que fueron artículos periodísticos, Ugarte asume algunos
conceptos marxistas, cuando señala:
"las repúblicas de Iberoamérica son también, en su esfera, naciones proletarias. No
por ser fabulosamente ricas dejan de ser proletarias. Son ricas por la fuerza de
producción que llevan en sí. Pero trabajan para otros y dentro del sistema plutocrático,
la fecundidad y la abundancia sólo benefician al capitalismo internacional". (Wertz,
1991, pág. 80)

Otro pensador latinoamericano que hay que mencionar es Augusto César Sandino,
nicaragüense, (1893-1934) representa, frente a Estados Unidos, un nacionalismo
latinoamericano o indohispánico. Sandino no se considera a sí mismo ni teórico ni político,
sino hombre de acción, en 1927 se enfrentó a los marines norteamericanos de Los Estados
Unidos y los derrotó después de 7 años con una lucha tenaz, coincide con Ugarte, cuando
plantea: En su "Plan para la realización del más alto sueño de Bolívar" (1929), exige una
única nación con una ciudadanía latinoamericana (art. 2), la creación de unas Fuerzas
Armadas de Tierra y Mar de la Federación Latinoamericana (art.15) y la instauración de un
Tribunal de Justicia, que ponga término a los conflictos existente y ordene el retiro de
Estados Unidos de las zonas de intervención (art.4). Dicho Plan fue conocido solamente
después de la muerte de Sandino. El credo nacionalista de Sandino fue ampliado con la
incorporación de algunos conceptos marxistas o bien antiimperialistas.

3
5. El Indoamericanismo de Victor Raúl Haya de la Torre
El pensador, ensayista e ideólogo peruano Víctor Raúl Haya de la Torre (1895-1979), así
como buen discípulo y secretario del también ideólogo, esta vez mexicano, José
Vasconcelos (1882-1959), es el fundador en el día 7 de mayo de 1924, estando exiliado en
México, de la APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), un proyecto de partido
político revolucionario antiimperialista a nivel continental iberoamericano que aspiraba a
lograr la unidad continental iberoamericana. Dice Víctor Raúl Haya de la Torre que "El
aprismo arranca filosóficamente del determinismo histórico de Marx y de la dialéctica
hegeliana adoptada por él para su concepción del mundo. " (Gimenez, 2006, pág. 2)
En su pensamiento político, Haya de la Torre planteaba que la política de estas naciones
ha sido fiel reflejo del desequilibrio inorgánico que rige todo el desarrollo de la historia
americana.
"señalaba que la consecuencia de esta situación histórica ha sido el abandono de la
política a la deriva de los acontecimientos... a la conveniencia caprichosa de los
oportunismos, al vaivén de la dictadura, a la rebelión, y de la rebelión al soborno.
Nuestro Estado, en realidad, no ha representado nunca a nadie. No ha representado
a las masas mayoritarias de campesinos y obreros, no ha representado a la pequeña
burguesía y a las clases medias, y apenas si ha representado a los intereses de la
pequeña minoría terrateniente y de la gran burguesía, por haber carecido ésta de
fuerza política y social efectiva." (Haya de la Torre, ¿A dónde va Indoamérica?, 1935,
pág. 25)

Por todo lo anteriormente expuesto, planteaba dos aspectos primordiales para el


desarrollo y la unidad continental:
1.- Crear una nueva estructura política basada en la unidad. La unidad ha de comenzar
en el seno mismo de la nación, en la alianza de clases explotadas, según Haya de la Torre.
2.- Haya de la Torre consideraba que la alianza de clases oprimidas no sería eficaz en
su lucha si paralelamente a ella no se fomenta otra unidad política, en el más ancho plano
de la vida de América Latina.
Su primera visión del imperialismo fue elaborada totalmente desde la perspectiva de los
principios del materialismo histórico. (Lacalle, 1947)
Abogaba por el desarrollo económico de Indoamérica, considerando necesario:
"Industrializar, tecnificar coherente y orbitalmente [la] economía; [de América] salir del
primitivo y subalterno régimen de una agricultura latifundista y retardataria; superar
una producción y cambio circunscritos, unilaterales, subsidiarios, cuyos índices son
proporcionalmente bajos. Con ellos, el reforzamiento de una democracia social,
económica y política, orientada hacia la inalienable defensa de los derechos del
4
hombre como ciudadano y como trabajador, a la vigencia de la justicia con libertad y
hacia el equitativo equilibrio de los diversos factores constructivos, internos y
externos, de un nuevo ordenamiento jurídico. Empero, su instauración [de esa nueva
economía] no podía y no puede ser tarea aislacionista de cada país. Ella exige un
adecuado planeamiento general, concordancia y cooperación, allende las fronteras
estatales —que no son las económicas, a las cuales aquellos problemas engloban- y
referidas al grandor y complejidad de una región infragmentable como es la latino o
indoamericana. (Haya de la Torre, Problema e Imperativo De La Unidad Continental,
1963, pág. 14)

Esa unidad daría a la América Latina mayor autonomía de trato con los supremos poderes
de la política y regentarían la economía del mundo. Sus relaciones con los imperialismos
económicos quedarían más resguardadas de los riesgos del imperialismo político, pues no
serían llevados por las inevitables presiones de los fuertes sobre los débiles. La unidad
continental sólo podría conllevar a estos países a un verdadero poder negociador conjunto
con base en la propia realidad de los mismos.
Como dijo Aricó (Aricó, 1987, pág. 459) para el caso de Mariátegui y también de Antonio
Gramsci:
“Lo que no deja de sorprendernos en ambos es el carácter in-completo, abierto y
problemático de sus escritos; aquella capacidad de contener una pluralidad de
significados, que nos obliga a participar de una lectura que es, al mismo tiempo, una
construcción nuestra” (1988: 31). En el caso de nuestra América, con la muerte del
peruano se cierra también el “breve período del marxismo teórico latinoamericano:
fue preciso esperar más de treinta años para que el movimiento generado por la
revolución cubana liberase de un ostracismo velado o explícito la figura excepcional
de un pensador hoy transformado en punto de referencia obligatorio para todo
pensamiento crítico y revolucionario”

Así mismo propone José Luis Rebellato (Rebellato, Globalización neoliberal, ética de la
liberación y construcción de la esperanza en Rico, Álvaro y Acosta, Yamandú (comps)
Filosofía latinoamericana globalización y democracia, 2000, pág. 31), que en seguida se
pasa a citar:
No hay verdadera liberación sin democracia. Vivimos una época en que la alternativa
no está a la vista. No soportamos este neoliberalismo agobiante y salvaje. Tampoco
queremos reproducir el socialismo autoritario. Pienso que un camino fecundo está
trazado por la articulación y confluencia entre una educación popular liberadora y un
marxismo humanista y crítico. La plataforma que los sustenta a ambos es su apuesta
a la emancipación y a la iniciativa intelectual y al desarrollo de poderes, por parte de
los sujetos populares y de los pueblos en tanto sujetos.

5
Su análisis no deja ver que para alcanzar una filosofía propia latinoamericana en estos
tiempos de globalización y democracia, solo puede ser sostenida por un pueblo esclarecido
con visualización política que le permita comprender su realidad y le de dirección para
producir los cambios sociales que América Latina amerita, lo cual plantea la necesidad
impulsar una Educación liberadora, que le al pueblo la claridad requerida para producir
cambios sociales significativos de gran trascendencia para la América Latina, por tanto, es
importante señalar los pensamientos de Gramsci que da claridad sobre que hacer con la
educación para la transformación social que a continuación se indica.

6. Educación y totalidad concreta de Gramsci.

La realidad de la educación debe plantearse como señala (Ramírez & Soto Espinoza, 2021)
desde el estudio de la realidad concreta tomando algunos planteamientos de kosik1al
considerar que el hombre crea y aprende su realidad social, viviendo la unidad de su práctica
material; así, tenemos que el ser humano crea y aprende la totalidad concreta. Por tanto, el
hombre desde el punto de vista dialéctico materialista es práctico, histórico y social que
desarrolla su actitud en un conjunto de relaciones sociales, puesto que la totalidad concreta
concibe la realidad como un todo estructurado dialéctico, creador y desarrollador que no es
acabado y formalizado, en el cual puede ser comprendido cualquier hecho abarcando la
totalidad específicamente en su contexto, cuya concreción de la totalidad y de la que se
infiere la esencialidad orgánica. La concepción Gramsciana de la totalidad social se
representa como una ruptura explícita con las versiones economistas del marxismo, puesto
que rechaza la idea según el cual el campo de la superestructura como efecto necesario de
la base económica y frente a esto, Gramsci propone la noción de bloque histórico, según
indica (Laclau, 1981, pág. 53) 2.Gramsci plantea lo concreto de la totalidad social desde el
bloque histórico que afirma el vínculo orgánico y la unidad dialéctica entre la estructura y la
superestructura, al conceptualizar el bloque histórico se retoma la relación orgánica de
estructura y superestructura, puesto que el concepto de formación social hace alusión a una
sociedad desigual que combina modos de producción, privilegiando los vínculos entre

1Véase a Kosik Karel, “La totalidad concreta”, Dialéctica de lo concreto, México, 1978, pp. 53-77 que complementando con
la categoría propiamente dicha de la realidad, aunque advierte que esta totalidad concreta no está en modo alguno
inmediatamente dada al pensamiento de Geor Lukács, Historia y conciencia de clase. Grijalbo, México, 1969, pp. 10-11.
2 Se considera lo siguiente: “En América Latina el desarrollo de la educación no tiene una relación causal directa con el

desarrollo de fuerzas productivas, además la contradicción existente entre los fenómenos, lejos de atenuarse tiende
agravarse (Ruy Mauro Marini, 1971: 10).

6
fuerzas productivas y relaciones sociales de producción, así como la base económica lo que
ha cuestionado que una sociedad histórica es un sistema hegemónico. Para América Latina
el desarrollo social mezcla distintas fases de su proceso histórico, presentándose enfocado
en una realidad concreta, compleja, contradictoria, desigual y combinado divida en clases y
grupos económicos, que también son grupos de resistencia social-luchadores para la
transformación social de América.

7. La Educación como Hegemonía según Gramsci

Gramsci plantea que, para entender la hegemonía de una clase o agrupamiento social, es
necesario conceptualizar la categoría de bloque histórico basándose en una concepción
integral del hombre social, es decir, unidad entre la naturaleza y el espíritu (estructura y
superestructura), unidad de contrarios y de los distintos, cuyo vehículo orgánico es
asegurado por los intelectuales (Gramsci A. , Notas sobre Maquiavelo, sobre Política y sobre
el Estado Moderno,, 1978a, pág. 34), ósea, es la totalidad y unidad concreta de la fuerza
social, la clase, con el elemento cultural espiritual que es conciencia de su acción y forma
del resultado, según (Sacristán, 1977, pág. 318)3, luego se puede decir que, no es un
agregado mecánico de hechos materiales y conciencia, sino el resultado de un juego de
relaciones de fuerzas político-sociales que se articulan a través de la hegemonía que ejerce
un grupo social. Por tanto, en un sistema social instituido por un determinado bloque
histórico destaca la organización hegemónica que desarrolla el dominio de una clase en el
terreno económico y de alguna forma define lo cultural y político, tal como lo plantea
(Gramsci A. , Notas sobre Maquiavelo, sobre Política y sobre el Estado Moderno,, 1978a,
pág. 18): “La supremacía de una clase social se manifiesta en dos planos diferentes, así
como dominio y dirección intelectual y moral

3
El bloque histórico también es ubicado como “el punto de partida para el análisis como un sistema de valores culturales
–lo que Gramsci llama ideología- penetra, se expende, socializa e integra un sistema social” (Pizzorno, 1980: 50). El
sistema social se integra, a la vez que el sistema hegemónico, bajo la dirección de los intelectuales. 8 “En México la
presencia de la sociedad civil empieza a percibirse después de la Segunda Guerra Mundial. La industrialización del país
no sólo requería de un aparato de Estado bien integrado, sino la existencia de una sociedad civil, en tanto que ésta implica
el desarrollo de las clases sociales fundamentales en condiciones de igualdad jurídica” y aunque con la revolución social
de 1910 se produce la destrucción de ese inicio de la sociedad civil, desde los sismos de 1985 y en la coyuntura actual de
la transición expresada en las elecciones del 1 de julio de 2018, la sociedad civil como organización política que lucha por
la democracia fomenta su participación especialmente en la lucha electoral para fortalecer el nuevo proyecto de nación
(López Obrador, 2017).

7
8. La Organización Educativa y Hegemonía, Según Gramsci
Gramsci rechaza la mecánica conformación hegemónica de masas, por tanto, para
examinar su concepción educativa es importante tomar en cuenta la famosa Tercera Tesis
De Marx sobre Feuerbach en la que plantea la teoría materialista de que los hombres son
el resultante circunstancial de su educación y que olvida que son estos los que construyen
sus propias circunstancias educativas, por consiguiente, bajo una concepción dialéctica, el
proceso de constitución del consenso implica una carga educativa o pedagógica existente
en diversas relaciones sociales bajo una visión totalizadora de la educación presente en
toda actividad social de un Estado ético-educador, ante lo que Gramsci considera que cada
relación hegemónica es también pedagógica y va más allá de lo escolar al darse el contacto
entre generaciones e intercambiar experiencias y valores que forman parte de una
personalidad propia, histórica y culturalmente superior, es un proceso general pedagógico-
político que permea a la sociedad, ya sea como dictadura-coerción por la sociedad política
o hegemónica persuasión por la sociedad civil operada por los intelectuales; entonces el
intelectual es un actor y un instrumento de la relación general pedagógico-política donde la
consideración histórica se hace política (Manacorda, 1981, págs. 45-83)4

9. La Universidad y la Hegemonía según Gramsci


Hoy las universidades que apelan a su autonomía para no modernizarse y adaptarse a los
nuevos cambios históricos del país, tienen que verse con respecto a que intereses de clase
o ideología obedece, por lo tanto, se requiere una reforma del sistema de educación superior
ya que, como dice (Gramsci A. , Los intelectural y la organización de la cultura., 1975, pág.
107)5: “la conexión pedagógica-política es estrecha y las crisis universitaria estriba en la del
programa y de la organización escolar, abonando a la orgánica más significativa y general”
La política modernizadora como política educativa gubernamental, se liga a acciones que
incluyen desde la definición de los objetivos de ese sistema y su organización, hasta la

4 Es conveniente aclarar que el contenido temático de este libro, con excepción de algunos comentarios de Manacorda,
es una compilación de extractos de varias obras de Gramsci.
5 Es importante advertir las manifestaciones de crisis en espacios estructurales y superestructurales pues esta es

coyuntural al ser una situación concreta en la que se agudizan las contradicciones sociales sin afectar el sistema
hegemónico como para transformarlo y, aunque “las causas de la crisis no son ‘morales´ ni políticas sino económicas
sociales, en la práctica es difícil separarles si no hay un trabajo de abstracción (Gramsci, Pasado y presente, 1977:11,
118). “La distinción entre ‘movimiento’ y hechos orgánicos y de ‘coyuntura’ u ocasionales debe ser aplicada a todas las
situaciones no sólo aquellas en donde se verifica un desarrollo agresivo o de crisis aguda, sino también aquellas en donde
se verifica un desarrollo progresivo o de prosperidad y aquellas en donde tiene lugar un estancamiento. El nexo dialéctico
entre los dos movimientos –el orgánico y el coyuntural- es difícilmente establecido con exactitud” (Gramsci, 1978a: 68).

8
instrumentación de sus decisiones, la política educativa por ser única, define la relación
unidireccional del Estado, concebido limitadamente como gobierno político sobre un pasivo
sistema educativo, por tanto, una concepción más amplia del estado y de la misma política
educativa, se considera que esta última no es única solamente, porque la hegemonía
proviene del gobierno sino que también hay otras políticas que provienen de proyectos
subalternos provenientes de las instituciones educativas o de otras instancias de la sociedad
civil donde conviven distintos sujetos sociales, según indica (Victorino Ramírez, 2016).

CONCLUSIONES

1. El concepto de antiimperialismo ha madurado con los años de luchas y conflictos


desarrollados en América Latina desde la guerra de la independencia hasta nuestros
días, que parte de un conjunto de ideologías que sus inicios estuvo en contraposición
con la verdad acerca de los social, que en muchas zonas del continente no fue una
disposición compartida, pero hoy tiene mas vigencia que nunca, sobre todo porque
existe una relativa unidad geopolítica y geoeconómica en el contexto del capitalismo
global, puesto que existe una creciente conformación de bloques regionales a nivel
mundial, que plantea coyunturas, que obligan a tener mayor énfasis en la necesidad
económica y también sociocultural a nivel de nuestros países. Esto se puede cuando
se discute sobre los destinos del Mercado Común Del Sur (MERCOSUR), la
Comunidad Andina o la reciente creación de la Comunidad Sudamericana De
Naciones y la propuesta de la Alternativa Bolivariana De Las Américas (ALBA) en
oposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), sin indicar que estos
procesos están plagados de contradicciones, intereses contrapuestos y presiones
por parte de los centros hegemónicos del poder económico financiero y político
mundial, generando resistencias internas a estos acuerdos regionales que están
vinculados a los intereses del gran capital, sobre todo del transnacional.
2. América Latina a lo largo de su historia ha desatado una lucha tanto económica, como
intelectual y política, impulsados lideres intelectuales y sociales esclarecidos sobre
hacia adonde debe dirigirse el accionar de nuestra Iberoamérica, que Rodó nos habla
de la unidad espiritual que nos caracteriza, de las tradiciones de un pasado glorioso,
de una moral que debe conformar el concepto de unidad de los pueblos a la

9
búsqueda de un destino mejor, que nos plantea luchas desde el punto de vista
económico y político, del cual nos habla Ugarte, que nos habla de una identidad como
pueblos nuevos con rasgos espirituales, sicológicos, sociales, que nos identifica
como un solo pueblo según nos indica Martí, que el bloque histórico que
conformamos nos exige la unidad como nación como plantea Sandino, que nos debe
impulsar por una lucha por la segunda independencia, que debe entenderse como
una lucha, donde la independencia es libertad, desarrollo económico con la estatura
política para no girar como satélite de un imperios nos señala Jose Martí, que somos
un pueblo proletario en la búsqueda de un reino de amor, de justicia social no señala
Ugarte, que se luche por la creación de una nueva estructura política basada en la
unidad en alianza de las clases oprimidas nos dice Haya de La Torre.
3. Esta segunda guerra de independencia solo puede alcanzarse con el desarrollo
industrial, el desarrollo de la tecnología, orientada hacia la defensa de los derechos
del hombre como ciudadano como trabajador a la creación y vigencia de un sistema
de justicio con libertada hacia lo equitativo equilibrio de los diversos factores
constructivos internos y externos de un nuevo orden jurídico, auspiciado por un
gobierno que represente a los intereses de un pueblo nos señala Haya De La Torre,
que busque independizarnos de imperialismos económicos morales y políticos , que
pesan sobre nuestro desarrollo individual y colectivo para la construcción de nuestra
propia identidad como pueblo, nos señal Mariategui.
4. Ante el fenómeno de la globalización y planteamiento de diferentes conceptos de
democracia que algunos viene fundamentados con argumentos intelectuales de la
clase dominante, pues nos plantea, que no puede haber una liberación sin
democracia, puesto que vivimos en un neoliberalismo agobiante y salvaje, que plaga
de una profunda desigualdad social que trae miseria y pobreza a las mayorías, sino
la democracia debe ser social, protagónica participativa mediante un camino fecundo
que esté trazado por la articulación y confluencia entre un educación popular
liberadora y un marxismo humanista y crítico, que nos lleve hacia la emancipación y
a la iniciativa intelectual y al desarrollo de poderes por parte de sujetos populares y
de los pueblos, nos señala Rebolledo, para desarrollar un filosofía propia
latinoamericana.

10
5. El proceso por el cual debemos desarrollar una Educación liberadora, el pensamiento
de Gramsci nos habla de una totalidad concreta, dentro de un bloque histórico social,
puesto que el hombre crea y aprende de su realidad social, viviendo la unidad de su
práctica material, es decir, aprende desde una realidad concreta, puesto que
desarrolla su actitud en conjunto de relaciones sociales. La realidad debe concebirse
como un todo estructurado dialéctico creador y desarrollador y en ese enfoque los
sistemas educativos deben desarrollarse, con políticas y estructura de decisiones
que lleven a esa liberación, partiendo de la premisa de que Latinoamérica es un
bloque histórico de diversas transformaciones sociales dentro de una estructura y
superestructura que ha partido de una sociedad desigual que combina métodos de
producción, privilegiando los vínculos entre las fuerzas productivas y las relaciones
sociales.
6. El concepto del desarrollo de la educación liberadora debe partir del entendimiento
de lo que es la hegemonía de una clase o agrupamiento social partiendo de la
concepción integral del hombre social, es decir, unidad entre la naturaleza y el
espíritu (estructura y superestructura), unidad de contrarios y de los distintos.
7. La organización educativa debe partir de la concepción de la Tercera Tesis de Marx
sobre Feuerbach, en la que plantea la teoría materialista de que los hombres son el
resultante circunstancial de su educación y que olvidad que son estos los que
construyen sus propias circunstancias educativas, que bajo una concepción
dialéctica el proceso de constitución del consenso implica una carga educativa o
pedagógica existente en diversas relaciones sociales bajo un visión totalizadora de
le educación presente toda actividad social de un Estado ético-educador que América
Latina debe emprender.
8. Cada relación hegemónica es también pedagógica y va mas allá de lo escolar al
darse e contacto entre generaciones e intercambiar experiencias y valores, que forma
parte de un personalidad propia indica Gramsci.
9. Como decía Prieto Figueroa la autonomía universitaria no debe interpretarse como
una libertad para la anarquía y apartarse de la responsabilidad social que tiene con
respecto a las necesidades sociales del país, puesto que los cambios históricos del
país, tiene que verse con respecto a que intereses de clase o ideología obedece, por
tanto, Gramsci nos dice que existe una conexión pedagógica política que es estrecha

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y las crisis universitarias estriba en la del programa y de la organización escolar,
abonando a la orgánica más significativa y general, partiendo de este concepto el
Estado debe desarrollar políticas, que defina relación unidireccional del estado dentro
de una concepción más amplia, partiendo de que la hegemonía proviene del estado
enmarcado dentro de una visión política que de dirección a una organización del
sistema educativo pasivo, enlazados con los intereses nacionales de desarrollo
social, en la que debe enmarcarse América Latina.

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