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Elaboración:
3. Haga 18 tarjetas pequeñas (8 x 12 cm.). Por un lado escriba una pregunta y por el otro
lado la respuesta.
4. Para jugar se hacen tres filas de tarjetas grandes en el piso. Encima de las tarjetas
grandes (números boca arriba), ponga las tarjetas pequeñas. Divida la clase en dos, tres
o cuatro equipos.
5. Empezando con la pregunta de la tarjeta que tiene el número 32.000, los niños de un
equipo deben tratar de contestar. Si contestan, pueden tomar la tarjeta con ese número
para su equipo. Si no contestan, el segundo equipo debe tratar de contestar. Siguen
tomando por turnos hasta que lleguen a la tarjeta con el número 300. El equipo que haya
contestado más preguntas (y tenga más tarjetas) gana el juego.
https://www.lds.org/manual/primary-6-old-testament/lesson-24?lang=spa
1. Inicio
Escriba varias preguntas, en hojitas de papel por separado, como las que se dan a
continuación:
Mi hermanita hizo garabatos en mi libro. ¿Qué debo hacer? ¿Cómo puedo demostrar respeto
a mis padres? ¿Por qué debo ayudar a mantener limpia nuestra casa? ¿Debo confiar en mi
amigo si me ha mentido anteriormente?
Pida a uno de los niños que se siente en una silla al frente de la clase. Explíquele que va a ser
juzgado. Entregue a los demás niños una pregunta (véase la sección “Preparación”) para
hacerle al juez. Pida al juez que conteste cada una de las preguntas.
Explique que después de Josué no hubo ningún otro líder en Israel. En vez de ello, había
jueces que daban consejo, tomaban decisiones y actuaban como líderes militares. Esos jueces
sólo tenían éxito cuando confiaban en el Señor para que los guiara.
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran
a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los
niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios en su vida. El leer los pasajes en
clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Qué hicieron los madianitas y otros grupos a los Israelitas? (Jueces 6:3–6.) ¿Por qué no le
ayudó el Señor a Israel a resolver estos problemas? (Jueces 6:1, 8–10.) ¿Cuáles son algunas
de las otras razones por las que el Señor quizás no nos libraría de nuestros problemas? (Véase
la actividad complementaria Nº 4.)
• Cuando el ángel se le apareció a Gedeón, ¿qué le preguntó éste al ángel? (Jueces 6:12–13.)
¿De qué manera las pruebas que pasaron los israelitas les ayudaron a regresar al Señor
(Jueces 6:6.)
• ¿Quién dijo el Señor que salvaría a Israel de los madianitas? (Jueces 6:14,16.) ¿De qué
manera reaccionó Gedeón cuando el ángel del Señor le dijo que él salvaría a Israel? (Jueces
6:15.) ¿Qué otra persona, sobre la cual estudiamos este año, sentía lo mismo que Gedeón?
Recuerde a los niños los relatos de Enoc (Moisés 6:31) y Moisés (Éxodo 3:11; 4:10). ¿Qué
atributos tenía Gedeón que le ayudarían a cumplir con este llamamiento? (Jueces 6:12;
asimismo, vivió de tal manera que pudo recibir la guía y la dirección del Señor.)
• ¿Qué le dijo el Señor a Gedeón que hiciera con el altar de Baal que su padre había edificado
y con la madera de la imagen que estaba junto al altar? (Jueces 6:25–26; explique que el
padre de Gedeón y otros adoraban dioses falsos y pecaban al utilizar el altar de Baal y la otra
imagen.)
• ¿Qué les dijo Joás a los hombres que querían matar a su hijo Gedeón? (Jueces 6:31;
explique que aun cuando Joás había adorado a Baal, se dio cuenta de que si Baal fuera un
dios verdadero, tendría el poder necesario para defender su altar.)
• ¿Qué le pidió Gedeón al Señor que hiciera con el vellón de lana para de esa forma saber que
el Señor estaría con él? (Jueces 6:37–40; explique que Gedeón no buscaba una señal para
saber si nuestro Padre Celestial era el único Dios verdadero; él necesitaba la seguridad de que
el Señor estaría con él durante la batalla.) ¿Por qué creen que Gedeón invirtió las condiciones
de la señal la segunda noche? (Para saber que era en verdad una obra de Dios y no un hecho
de la naturaleza o una casualidad.)
• De un ejército de treinta y dos mil hombres que se reunieron para pelear contra los
madianitas, el Señor quiso que sólo 300 fueran a pelear a la batalla. ¿Qué habría de hacer
Gedeón para reducir el número de soldados de su ejército? (Jueces 7:3, 5–7.) ¿Por qué
deseaba el Señor solamente 300 hombres? (Jueces 7:2; explique que alabe en este caso
significa alardear o jactarse. El Señor deseaba que los israelitas confiaran en Él y no en su
propia fortaleza.) ¿De qué forma se puso a prueba la fe de Gedeón en este caso? ¿Cómo se
habrían sentido ustedes si se hubieran encontrado en la situación de Gedeón, con un ejército
tan pequeño?
• ¿De qué manera ayudaron las instrucciones del Señor a los israelitas a derrotar a los
madianitas? (Jueces 7:20–22; los madianitas fueron confundidos y se mataron los unos a los
otros en la obscuridad.) Explique que tuvieron éxito debido a que los hombres de Gedeón
siguieron minuciosamente las instrucciones que éste les había dado, y Gedeón siguió las
instrucciones del Señor con exactitud. (Véase la actividad complementaria N° 3.) ¿En qué
forma somos bendecidos al obedecer los mandamientos de nuestro Padre Celestial?
• Cuando los hombres de Israel quisieron que Gedeón fuera su rey, ¿quién les dijo éste que
debía gobernarlos? (Jueces 8:23.) ¿A quién debemos seguir? ¿Quién guía a la Iglesia en la
actualidad? Explique que tenemos un Profeta y otros líderes que Dios ha escogido para
enseñarnos, pero Jesucristo está a la cabeza de la Iglesia.
5. Actividades complementarias
Piense en varios problemas que enfrenten los niños de su clase que podrían
considerarse como algunas de las batallas de la vida. (Por ejemplo: Te sientes tentado a
fumar un cigarrillo o tu equipo preferido aparece en televisión a la misma hora que
tienes que ir a la Iglesia.) Lance una bolsita rellena de frijoles (porotos), maíz o
cualquier otra cosa similar, a uno de los niños. Describa una de las batallas de la vida.
Pida al niño que diga cual sería el plan de batalla del Señor y luego que le vuelva a
tirar la bolsita al maestro. Continúe hasta que todos los niños hayan participado.
Aliente a los niños a seguir el plan del Señor al decidir la forma de resolver esas
situaciones.
En hojas grandes de papel escriba, por separado, una palabra de la siguiente cita: “Y se
estuvieron firmes cada uno en su puesto” (Jueces 7:21).
b. Instrucciones
Pida a los niños que se pongan de pie mientras usted les da instrucciones tales como
darse vuelta, levantar la mano derecha, etc. Pida que los niños enumeren algunas de las
instrucciones específicas que Gedeón recibió (véase Jueces 6:25–26 y 7:3–6). Explique
que, debido a que Gedeón siguió esas instrucciones con exactitud, él y su ejército
tuvieron éxito. Destaque que en ocasiones se nos pide hacer cosas que no parecen ser
importantes o que incluso no tienen sentido para nosotros en ese momento. Si los
líderes de la Iglesia o nuestros padres, actuando en rectitud, nos dan instrucciones
específicas, debemos ser obedientes y tener fe de que lo que se nos ha pedido hacer es
importante y correcto.
Si lo desea, escoja a un niño que haya obedecido sus instrucciones con exactitud para
ser el líder y repita nuevamente la actividad.
c. Pruebas
Pida a los niños que mencionen algunas razones por las que el Señor nos da pruebas
(por ejemplo: el tratar de resolverlas nos ayuda a ser más fuertes y más valientes, nos
hacen más humildes a fin de que nos volvamos a Dios, son una parte natural de la vida
terrenal, son las consecuencias del pecado o de las malas decisiones, etc.) Hable sobre
alguna experiencia personal apropiada, por medio de la cual usted haya progresado
espiritualmente al vencer una prueba. Explique que el Señor tal vez no nos libre de
nuestros problemas, pero si confiamos en Él, nos bendecirá con consuelo y fortaleza.
6. Conclusión