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La castrametación romana en el Noroeste Peninsular: Algunos apuntes para su


estudio

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José Manuel Costa-García


Universidad de Salamanca
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Férvedes Vilalba (Lugo) Número 7 Año 2011 Pp.: 215 - 223 ISSN 1134-6787

LA CASTRAMETACIÓN ROMANA EN EL NOROESTE PENINSULAR:


ALGUNOS APUNTES PARA SU ESTUDIO.
ROMAN FORTIFICATIONS IN THE NORTHWEST OF THE IBERIAN PENINSULA:
SOME IDEAS FOR THEIR STUDY.

Recibido: 30/05/2011
Aceptado: 13/06/2011
José Manuel COSTA GARCÍA
Becario FPU. Dpto. de Historia I, Univ. de Santiago de
Compostela.
josemanuel.costa@usc.es

RESUMEN

El objetivo del presente trabajo es ofrecer nuevos datos para una revisión de la naturaleza, disposi-
ción y ordenamiento interno de los asentamientos militares romanos de época altoimperial hallados hasta la
fecha en el noroeste peninsular. Aunque haremos un estudio conjunto de los yacimientos pertenecientes a este
amplio periodo cronológico, se prestará especial atención al análisis del dispositivo militar articulado en la re-
gión tras la llegada a Hispania, en los momentos iniciales de la dinastía Flavia, de la Legio VII Gemina.

ABSTRACT

This paper offers new data in order to review the nature, deployment and internal planning of the
Roman military forts in the northwestern region of the Iberian Peninsula during the Early Empire. Even if we
are going to study those settlements as a whole, we will pay special attention to the deployment of the Roman
Army in Hispania after the arrival of the Legio VII Gemina during the Flavian dinasty.

Palabras Clave: Periodo Romano, Ejército, Hispania, Castra.


Keywords: Roman Empire, Army, Hispania, Castra.

1.- Introducción. menos cierto que nuevos elementos introducen, a


su vez, nuevas variables y problemáticas en el sis-
Pese al reducido número de recintos militares tema.
de época altoimperial documentados en Hispania
(algo más de 30) y a la aparente simplicidad que
parece regir su ordenamiento interno, resulta enor- 2.- El problema de partida.
memente dificultoso realizar, a día de hoy, una sen-
cilla clasificación crono-tipológica de los mismos. La búsqueda de un patrón, de un modelo cro-
Ya no se trata únicamente de lidiar con las di- nológica y tipológicamente definitorio constituye
ferencias de carácter temporal y/o funcional in- uno de los grandes mecanismos de análisis del ar-
herentes a los propios yacimientos (campamentos queólogo a la hora de canalizar -casi diríamos
de marcha, estructuras de asedio, bases permanen- aprehender- el enorme volumen documental pro-
tes…), sino que se ha producido también un des- porcionado por los restos materiales. En el caso de
igual avance de las investigaciones que los han te- los estudios de castrametación romana esta búsque-
nido como objeto de estudio. da se hace, si cabe, más patente.
Asimismo, el avance de los medios informáti- La existencia de textos teóricos antiguos que
cos y la consiguiente tecnificación de la arqueolog- tratan la materia de manera clara -aquéllos de Poli-
ía (empleo de fotografía aérea, por satélite, SIG…) bio y Pseudo-Higinio, fundamentalmente- y de un
han posibilitado la detección de nuevos recintos y buen número de yacimientos documentados y ex-
la definición de otros antiguos en los últimos años cavados en las áreas británica y renano-danubiana a
(Olmo Martín, J. del, 2006; Didierjean, F., Abáso- lo largo del siglo XX (Reddé, M., 2008) ha facili-
lo, J.A., 2007; Didierjean, F., 2008; González tado el estudio y análisis de las nuevas evidencias.
Álvarez, D. et alii, 2008; Menéndez Blanco, A. et Con todo, el manejo de esta documentación a me-
alii, 2011). Si bien nuestro conocimiento neto de la nudo ha servido de fundamento para una lectura y
materia se ha visto notablemente ampliado, no es clasificación quizá demasiado estricta y reduccio-

E. Ramil Rego & C. Fernández Rodríguez (Ed.): 2 Congreso Internacional de Arqueoloxía de Vilalba (Vilalba, 2011).
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nista de los datos arqueológicos (Morillo Cerdán, siempre es viable. Una catalogación exacta de los
Á., 2008). No pretendemos, en ningún caso, negar resultados obtenidos mediante la aplicación de dife-
la hipótesis de que los metatores empleasen sobre rentes métodos de prospección (Fig. 1) debe servir
el terreno un modelo teórico previamente asumido, a la hora de detectar elementos coincidentes y tal
sino reconocer que éste o, mejor dicho, éstos se ac- vez característicos de un periodo o incluso de una
tualizarían en cada caso dependiendo de diversos unidad militar en concreto.
condicionantes. Las similitudes entre distintas fortificaciones
Por ello, el estudio y comprensión de criterios de un mismo frente, por ejemplo, podría servirnos
como forma, proporciones, superficie, defensas u para suponer una misma autoría. En las cercanías
organización interna de los asentamientos militares de la ciudad de Vxama (Burgo de Osma) ha sido
resulta vital a la hora de comprender cómo los pa- detectado recientemente un campamento temporal
trones evolucionaron y se adaptaron localmente. de enormes dimensiones (510 x 315 m; 15,75 ha),
Ciertamente se trata de variables cuyo conocimien- planta rectangular con esquinas redondeadas y
to exacto puede ayudarnos a construir las visiones marcada proporción 8:5 (Didierjean, F., 2008). Más
de conjunto de que estamos tan necesitados. al norte, en el frente cántabro, el campamento de El
Asimismo, el seguimiento de los diferentes Cincho (La Población de Yuso) adapta esta misma
cuerpos que integraron la fuerzas de conquista del forma en planta a las particulares condiciones
noroeste peninsular a inicios del Principado -y que orográficas del alto en que se asienta (García Alon-
más tarde reorganizaron el espacio durante una pro- so, M., 2003). Sus dimensiones (528 x 330 m; 15,2
longada posguerra- sigue siendo, a día de hoy, tarea ha) y la proporción marcada por sus ejes mayores
harto complicada. Tras veinte siglos de actividad (8:5) lo aproximan al ejemplo soriano.
antrópica en muchos casos apenas sí queda rastro Con todo, esta clase de identificación no pue-
de las defensas perimetrales del campamento y, da- de producirse de manera automática y exclusivista,
do el actual estado de cosas, la excavación no ya que existen evidencias de que una misma unidad

Fig.: 1. Ejemplos de campamentos hispanos con planta en forma de naipe.

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pueda haber empleado diferentes patrones e un


mismo espacio y tiempo. Es muy probable que los
hallados en Castrocalbón (Loewinsohn, E., 1965)
no sean sino campamentos de prácticas presumi-
blemente erigidos por soldados de la Legio X Ge-
mina acantonada en Rosinos de Vidriales (Olmo
Martín, J. del, 1995; Carretero Vaquero, S., 2000:
25-26). Si algo caracteriza a estos campamentos
pertenecientes a un mismo horizonte cronológico es
la disparidad de medidas y proporciones en ellos
empleadas. De este modo, es muy posible la convi-
vencia de varias soluciones o modelos que habrían
de adaptarse a las necesidades específicas (espacia-
les, organizativas, defensivas..) de la unidad ocu-
pante.
En efecto, la planificación sobre una serie de
módulos preestablecidos minimiza el tiempo de
respuesta durante las acciones militares. De todos Fig.: 2. Moyapán. Planta y dimensiones. Lectura realizada
modos, las particulares condiciones orográficas de sobre la imagen del visor online del SigPac .
cada región debieron suponer un reto para los me-
tatores, que debían adaptar el modelo al lugar con
la mayor celeridad posible y sin que ello supusiese queño estudio acerca de los modelos castrametales
una dificultad organizativa añadida. Quizá el caso a partir de época Flavia, ya que se trata, en todo ca-
de otro campamento recientemente descubierto, el so, de yacimientos en los que se han realizado in-
de Moyapán (Ayande, Asturias), resulte especial- tervenciones arqueológicas de forma continuada e
mente clarificador a este respecto. incluso sistemática.
Como sus descubridores señalan (González
Álvarez, D. et alii, 2008), sólo en los lados Noroes-
te y Suroeste parece detectarse con claridad una se- 3.- La castrametación desde época Flavia.
cuencia fossa-agger, dando como resultado en
planta un ángulo redondeado de 90 grados. Al su- El retorno de la Legio VII a la Península debe
reste, sin embargo, los afloramientos rocosos no relacionarse con una consciente política de reorga-
permiten comprobar la existencia de elementos es- nización del espacio hispano en su totalidad. Ello
tructurales, y una gran pendiente hace innecesaria no implica una total ruptura con el pasado, ya que
la presencia de un foso. Al nordeste, por contra, sí el nuevo cuerpo legionario heredará buena parte de
que se detectan trazas del cierre campamental en un las tareas anteriormente desempeñadas por sus an-
ángulo más abierto que el que veíamos con anterio- tecesores. La reforma y consolidación de la antigua
ridad (115º). El resultado en planta (Fig. 2) es el de base de la Legio VI en León, con la petrificación de
una fortificación trapezoidal cuyas proporciones sus defensas, parece haber sido uno de sus primeros
distan, con todo, de ser casuales. Si tomamos las cometidos (Palao Vicente, J. J., 2006: 269-271).
dimensiones de los lados perfectamente reconoci- La presencia de la VII Gemina se detecta
bles (suroeste y noroeste) en seguida nos daremos igualmente en el antiguo solar de la Legio X en Ro-
cuenta de que se adaptan a medidas romanas (400 y sinos de Vidriales, donde erige una fortificación ex
475 pedes, respectivamente) cuya repetición en los novo que más adelante será ocupada por el Ala II
restantes lados permitiría la erección de un campa- Flauia (Carretero Vaquero, A., 2000: 27). Más al
mento con forma de naipe de unas 1,65 ha de su- oeste, en relación con la construcción de la vía
perficie. La prolongación del lado sureste, así como XVIII o Via Noua, que unía Braga y Astorga, nos
la reducción y apertura angular del noreste, se encontramos con el asentamiento militar de Aquae
hacen siguiendo un patrón proporcional y ajustado Querquennae, cuya autoría parece corresponder
al sistema de medidas romano, de tal modo que el también a la propia legión (Rodríguez Colmenero,
trapecio resultante alcance la misma superficie que A., Ferrer Sierra, S., 2006: 161-164).
se le supondría a aquel de forma rectangular: la Un último recinto militar parece corresponder
unidad ocupante encontraría, así, perfecto acomo- al periodo en que la Legio VII estuvo destacada en
do. León: A Cidadela, acantonamiento habitual de la
Pero el análisis detenido de los recintos tradi- cohors I Celtiberorum. Nada sabemos, por el mo-
cionalmente adscritos a la época augustea y julio- mento, de las bases permanentes de las restantes
claudia es una materia que supera, por su compleji- unidades auxiliares emplazadas en Hispania.
dad, los estrictos límites de este trabajo. Nuestro Nuestro objetivo en las siguientes líneas será
cometido será, a continuación, el de realizar un pe- demostrar la existencia en estos asentamientos de

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Fig.: 3. A Cidadela. Murallas y organización interna.

similares elementos formales y materiales, hecho una hipótesis reconstructiva integral de su sistema
que los sitúa no sólo dentro de un mismo horizonte defensivo. A continuación resumiremos los resulta-
temporal sino que también habla a las claras de su dos de dichos trabajos (Costa García, J. M., 2010;
común autoría. 2011) en la medida en que afectan a la presente ex-
posición (Fig. 3).
 A Cidadela.
 Planta y sistema defensivo.
Recientemente hemos realizado un análisis de De acuerdo con nuestros estudios, la fortifica-
los paramentos del fuerte con objeto de reconstruir ción adopta en planta una forma rectangular con las
la secuencia crono-tipológica de sus edificaciones esquinas redondeadas, alcanzando sus ejes unas
internas. Asimismo, hemos expuesto en otro lugar dimensiones totales de 177,6 x 148 m (excluyendo

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el foso) o, lo que es lo mismo, 600 x 500 pedes ro-  Aquae Querquennae.


manos (2,6 ha). La muralla tendría unos 3-3,15 me-
tros de anchura, estando formada por dos paramen- El análisis de las estructuras exhumadas en
tos externos bien cuidados y un núcleo de cascajos Bande (Rodríguez Colmenero, A. & Ferrer Sierra,
(en esquistos y gneis locales, fundamentalmente). S., 2006) nos permite observar la existencia de no
Un espacio de 39 pedes de ancho conocido como pocas similitudes para con el recinto de A Cidadela
interuallum separa las defensas del área edificada (Fig. 4).
interior.
A tramos regulares nos encontramos con to-  Planta y sistema defensivo.
rres cuadrangulares de 3,55 metros de lado (12x12 Al igual que aquel, sus murallas parecen tra-
pedes) que sobresalen unos 50 cm hacia el interior zar los límites de un recinto que se aproxima a los
de la línea de muralla y cuyos esquinales se realiza- 600 x 500 pedes (unos 176 x 146 m estimados),
ron en granito. En las cuatro ángulos campamenta- manteniendo, por tanto, semejante superficie (2,57
les nos encontramos con sendas torres trapezoidales ha) e idénticas proporciones (6:5; 1,20).
elaboradas con la misma técnica. Todas las torres Con un único foso, una muralla pétrea con
parecen haber contado con un primer cuerpo com- una anchura algo superior a los 3 m y un interua-
pletamente macizo, por lo que se debía acceder a llum cercano a los 11,70 m, Bande configura un
las mismas desde el paso de guardia. perímetro defensivo de similares dimensiones tota-
Poco conocemos de las puertas del recinto, les a las que veíamos en Cidadela (50 pedes).
por encontrarse prácticamente arrasadas, pero muy Cuenta, asimismo, con torres cuadrangulares de
probablemente la Porta Principalis Dextra contaría 3,60 de lado dispuestas regularmente a lo largo de
con un doble vano de entrada flanqueado por dos sus lienzos y en la misma proporción en que apare-
torres cuadrangulares o rectangulares. cen en el otro fuerte gallego. Sobresalen, sin em-
bargo, tanto al exterior como al interior de la línea
 Organización interna. de muralla, tal y como hacen sus semejantes trape-
Hasta la fecha sólo ha podido documentarse zoidales situadas en las cuatro esquinas campamen-
uno de los ejes viarios del asentamiento, la uia tales.
principalis, que parece contar con una anchura algo Diferente parece ser la configuración de las
superior a los 11,5 m (39 pedes) y separaría el área puertas, que cuentan con torres flanqueantes mar-
conocida como retentura (al sur) de los llamados cadamente rectangulares. La Porta Principalis Si-
latera praetorii (en el centro). nistra contaría con una entrada de doble vano, la
Las investigaciones se han centrado, hasta el Decumana tendría un único acceso.
momento, en esta última zona, descubriéndose un
total de cinco edificaciones formando parte de tres  Organización interna.
complejos orgánicos diferenciados. De todos estos En el interior de nuevo nos encontramos con
aedes, sólo tres parecen pertenecer al planteamien- las vías principalis, quintana, decumana y praeto-
to campamental original de inicios del siglo II. ria siguiendo el esquema ya intuido en Cidadela.
Ocupando una posición central, los principia En el epicentro campamental, los principia se des-
ofrecen una forma casi rectangular (29,5 x 29,6 m - arrollan hasta ocupar parte de la uia principalis en
100 x 100 pedes). Flanqueándolos, dos grandes el lugar comúnmente conocido como groma. Su
edificaciones de funcionalidad incierta se disponen disposición original parece ajustarse, sin embargo,
de manera simétrica. En ambos casos, el cuerpo a un cuadrado perfecto de 99 pedes de lado. A su
principal de las mismas ocupa un área de 80 x 100 izquierda, un barracón de la tropa ocuparía un es-
pedes (23,68 x 29,6 m). pacio de 80 x 100 pedes y se presupone la existen-
De este modo, nos encontramos con un cia de una edificación semejante a su derecha.
cordón de 50 pedes de anchura (unos 15 m) forma- De este modo, los edificios de los latera prae-
do por muralla e interuallum y un espacio interior torii se establecerían en un área central de 100 x
edificable de 500 x 400 pedes. El tramo central del 400 pedes, actuando como elemento divisor entre
mismo estaría ocupado por las edificaciones de los dos idénticos ámbitos en la praetentura y la reten-
latera praetorii, mientras que al norte y al sur de tura. En la mitad occidental de este último espacio
las mismas se existiría un espacio de 200 x 400 pe- se ha han exhumado cuatro edificaciones más que
des habilitado para la ubicación de las demás es- se distribuyen respetando los límites marcados por
tructuras campamentales. Las vías principalis y las zonas de tránsito: horrea, ualetudinarium y dos
praetoria compartimentarían este espacio en la barracones. En la oriental, aun no habiéndose con-
praetentura, mientras que la quintana y la decuma- cluido las excavaciones, sólo se documentan dos
na harían lo propio en la retentura, creando cuatro barracones dispuestos de forma simétrica, siendo el
rectángulos gemelos. restante espacio una zona sin edificar.

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Fig.: 4. Aquae Querquennae. Murallas y organización interna.

 Rosinos de Vidriales. Semeja que sus defensas vivieron dos momen-


tos constructivos: uno inicial con el uallum terrero
El recinto de Rosinos (Carretero Vaquero, A., y otro más avanzado en el que petrificaría buena
2000: 23-72) se diferencia de los dos anteriores parte de su muralla (cara externa de sillarejo y
tanto por su dimensiones totales (244 x 193, 4,7 ha) núcleo de opus caementicium). A este segundo
como por las proporciones que lo rigen (5:4, 1,27), momento más avanzado parece corresponder la de-
adoptando en planta una forma rectangular con es- finitiva factura de sus puertas y torres, que salvo en
quinas rectangulares algo irregular. el caso de las esquinales, parecen haber adoptado
una planta cuadrangular.

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Con todo, el yacimiento de Rosinos es de más retentura del fuerte de A Cidadela. El hallazgo, du-
compleja interpretación por dos motivos: el avance rante la campaña de excavación de 20101, de dos
de las exploraciones arqueológicas no ha alcanza- hornos de pan en el interuallum frente al lienzo no-
do, en el interior del recinto, las cotas de desarrollo roccidental de la muralla nos hace suponer que en
de los ejemplos anteriormente expuestos; por otro sus cercanías se hallarían los barracones, situados
lado, la base del Ala II Flavia se asienta sobre la tal vez per scamna (de forma paralela al trazado de
antigua fortaleza de la Legio X, reaprovechando al- la uia principalis). Aun contando con que la cohors
gunas de sus estructuras. I Celtiberorum probablemente fuese una unidad
En este sentido, las evidencias provenientes equitata, existe intramuros espacio de sobra para el
del campamento zamorano han de ser tratadas con acantonamientos de un cuerpo de más de 600 hom-
cierta cautela. No ha sido posible, por tanto, identi- bres y 120 monturas, así como para establecer las
ficar en planta ninguna de las edificaciones ex- dependencias administrativas y logísticas.
humadas, y la distribución interna de las mismas Por otra parte, la identificación del edificio
dista de estar clara. Aunque ha sido posible recono- más oriental de los latera praetorii con el praeto-
cer la existencia de zonas de tránsito entre los edi- rium, que se ha hecho siguiendo modelos princi-
ficios, no se puede reconocer con detalle su orde- palmente británicos, es cada vez más dudosa. Todo
namiento dentro del campamento. Resulta espe- parece indicar que horrea y praetorium encuentran
cialmente llamativa la inexistencia de interuallum acomodo fuera de esta área, tal y como ocurre en
en el espacio exhumado más próximo a la muralla, Bande. Con todo, la funcionalidad de las edifica-
ya sea debido a la consabida reutilización de estruc- ciones que flanquean a los principia sigue siendo
turas anteriores, ya a la ampliación de determinadas una incógnita.
edificaciones en un momento más moderno. Existe un último indicio que parece apoyar la
tesis de que en Cidadela se siguió un modelo cas-
trametal preestablecido adaptado localmente. La
4.- Conclusiones. lectura de paramentos confirma la existencia de dos
subfases bien diferenciadas para el periodo altoim-
Las similitudes existentes entre las bases de perial (Costa García, 2010): una que se correspon-
Bande (aprox. 75-120 d. C.) y A Cidadela en su dería con la fundación del propio fuerte y otra que
configuración original (aprox. 115-135 d. C.) tras- parece responder a una serie de adaptaciones y re-
cienden lo meramente casual. Antes bien, podría- formas internas que relacionamos con la ocupación
mos estar delante de la evolución y actualización del mismo por parte de otra unidad distinta a la que
local de un patrón castrametal conscientemente lo habría erigido2.
aplicado. Si la presencia en Rosinos de la Legio VII está
Los cambios en la disposición y distribución arqueológicamente atestiguada y si en Bande pare-
de determinados elementos defensivos (configura- ce cada vez más cierta, nada nos impide pensar que
ción de las puertas de acceso a los recintos, propor- en Cidadela pueda haberse producido algo similar,
ción entre muralla e interuallum…) pueden enten- teniendo en cuenta las similitudes para con el otro
derse dentro de la lógica evolución de los sistemas fuerte gallego.
de fortificación; aquéllos que se producen en el or- Restaría hablar brevemente del campamento
denamiento interno de las bases o en la configura- zamorano. Sus defensas finales parecen ser el resul-
ción misma de las edificaciones quizá deban ser tado de una petrificación parcial del antiguo uallum
analizados desde otra óptica: la de las necesidades terrero, hecho que se produce en otros lugares del
específicas de las unidades allí acantonadas. Imperio sin que podemos adscribirlo a un periodo
El área vacía hallada en la retentura de Bande cronológico estricto (Bennet, J., 1989; Hobley, B.,
parece indicarnos que la unidad allí acantonada - 1989). La estrategia de sustitución conoce diferen-
presumiblemente una uexillatio legionaria formada tes ritmos y sólo un estudio local detenido podrá
por una única cohors de infantería-, no precisó de arrojar nuevos datos en este sentido.
todo el espacio intramuros para la erección de sus Destaca, por encima de todo, la voluntad de la
dependencias. Cabría plantearse entonces por qué nueva administración militar por controlar un vital
erigir un fuerte de semejante tamaño y por qué abi- eje de comunicaciones para el conjunto del noroes-
garrar determinado número de construcciones en el te peninsular: el envío de tropas legionarias así pa-
sector más occidental de la retentura existiendo es- rece indicarlo. No sabemos en qué momento se
pacio sobrante en su gemelo oriental. Todo parece produjo el relevo de la uexillatio allí acantonada
indicar que se está siguiendo un modelo preestable- por parte del ala II Flauia y si su llegada se tradujo
cido, tal vez demasiado holgado para una cohorte, en algún cambio de tipo constructivo u organizati-
pero flexible a la hora de ampliar ciertas dependen- vo. En todo caso, un fuerte de 4,7 ha semeja dema-
cias o crear otras nuevas. siado grande para un ala quingenaria (512 jinetes
Dado el actual estado de las investigaciones, con sus respectivas monturas).
no podemos saber con exactitud cómo se ordena la Aunque se trate de un simple cálculo teórico,

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si doblásemos la superficie edificable de los cam- el punto de vista logísitico y administrativo.


pamentos de Bande o Cidadela y rodeásemos el La aparición, con el transcurrir de los años, de
área resultante con un cordón defensivo semejante nuevas edificaciones ocupando espacios anterior-
al visto en ambos fuertes (50 pedes), obtendríamos mente vacíos en el interior del fuerte de A Cidadela
precisamente el área campamental de Rosinos (4,72 sólo puede entenderse en este sentido: las nuevas
ha). Es decir, que si bien el modelo castrametal za- necesidades exigen nuevas soluciones que pueden
morano no cristaliza en planta de manera idéntica tener su reflejo en la configuración arquitectónica
al visto en los ejemplos gallegos, sí puede entron- de las bases militares. Esta previsión presupone una
carse en una misma tradición de planificación y or- planificación que va más allá del momento inme-
ganización de los efectivos. De este modo, la uni- diato en que se erigen los fuertes y puede estar
dad originalmente acantonada en Rosinos bien hablándonos a las claras de la importancia que las
podría ser una uexillatio formada por dos cohortes. unidades militares pudieron tener en el ámbito re-
El tamaño de los fuertes desde el periodo Fla- gional en que estuvieron destacadas. Pero ésta es
vio puede entenderse, sin embargo, desde otro pun- una hipótesis que sólo puede hallar su contrastación
to de vista: la dispersión territorial de los cuerpos en un mejor conocimiento arqueológico de los en-
militares destacados en Hispania debió provocar en tornos campamentales, tanto a nivel micro como
cierto sentido un incremento de su autonomía desde macroespacial.

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LA CASTRAMETACIÓN ROMANA EN EL NOROESTE PENINSULAR: ALGUNOS APUNTES PARA SU...

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6.- Notas.
1. Informe Preliminar de Excavación depositado en la Di- canal entre los aedes 4 y 5, una de las más antiguas es-
rección Xeral de Patrimonio Cultural, Consellería de Cul- tructuras de todo el fuerte, no se detecta la presencia de
tura e Deporte, Xunta de Galicia. tejas con la marca de la unidad, cuando sabemos que ésta
2. Resulta especialmente significativo que en el núcleo de se encargó de producirlas en todo momento durante su
los muros de la fase más moderna aparezcan fragmentos presencia en Cidadela (Caamaño Gesto, 1989; Caamaño,
de tejas con la marca de la cohors, cosa que no sucede en Fernández, 2006: 176; Carlsson-Brandt, 2011).
el caso de las estructuras más antiguas. Igualmente, en el

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Férvedes
ISSN: 1134-6787
Nº 7, 2011
Vilalba (Lugo)

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Revista de Investigación

Nº 7

2011
E. RAMIL REGO & C. FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ (ED.):
2 CONGRESO INTERNACIONAL DE ARQUEOLOXÍA DE VILALBA

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