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Exigencia de valores éticos y de mejora de la competitividad

La evolución del mercado del trabajo generará varios acicates para la prevención y, al
mismo tiempo, creará nuevos problemas a resolver. No es fácil predecir el futuro,
Cambios que podrían conducir a que las empresas considerasen que una prevención
de calidad es un objetivo en sí misma porque contribuye también a mejorar su imagen
pública, algo cada vez más importante, al menos para las grandes empresas, una
mayor eficiencia en la gestión de sus recursos con la potenciación de su principal
activo: LAS PERSONAS.

El compromiso de Lisboa para lograr que Europa sea una de las sociedades del
conocimiento más competitivas del mundo en un entorno de estabilidad y cohesión
social, con una importante llamada a la Responsabilidad social empresarial (RSE).La
Comisión de la UE plantea la concreción de la responsabilidad social de las
empresas en dos ámbitos, EL EXTERNO Y EL INTERNO.

En el primero se encontrarían cuestiones como la relación con las instituciones


locales, la defensa de los derechos humanos y el compromiso con la protección del
medio ambiente global. En el ámbito interno figuran la gestión de los recursos
humanos, la seguridad y la salud en el trabajo, la adaptación al cambio y la gestión del
impacto ambiental.

En lo que hace referencia a la seguridad y salud en el trabajo, que es el objeto de


nuestra atención, una de las claves del movimiento al que alude el documento de la
Comisión se encontraría en la creciente tendencia a la subcontratación de parcelas
cada vez más amplias de actividades que no hace muchos años las empresas
desarrollaban con medios propios. Ello hace que las condiciones de seguridad y salud
de la empresa principal dependan cada vez más de las de sus contratistas y
proveedores y, en consecuencia, se comiencen a considerar los aspectos preventivos
entre los parámetros que se valoran en el momento de efectuar una contratación.

Es necesaria la conjunción de competitividad y responsabilidad para asegurar el futuro


empresarial, lo que va unido a la creciente exigencia de valores éticos por la
ciudadanía, a todos los niveles.

Si los trabajadores no se sienten valorados y respetados en un entorno y una


organización del trabajo saludable, su capacidad innovadora y su capacidad
productiva se verán sustancialmente menguadas. Los valores que están en la esencia
de las actuaciones de los trabajadores son los que permiten levantar los cuatro pilares
que sostienen la excelencia y la sostenibilidad empresarial: la atención a las
condiciones de trabajo en un marco de responsabilidad social, la innovación, la calidad
y la productividad.Los tres elementos que determinaban el valor de mercado de un
producto o servicio eran: el coste, el plazo de entrega con sus servicios asociados y la
calidad de los mismos.

Si las empresas excelentes en Europa por consenso manifiestan expresamente que la


PRL es vital para su buen funcionamiento y para asegurar su futuro, y la consideran de
manera especial para valorar su nivel de excelencia, ¿no deberíamos ponernos los
prevencioncitas manos a la obra para demostrar nuestra contribución al éxito
empresarial? Aunque las motivaciones principales hacia la PRL de tales empresas es
la reducción de daños derivados del trabajo y la satisfacción de los trabajadores,
asumen también que la PRL ayuda a mejorar la calidad, aportando valor añadido a los
productos y servicios, y a la mejora de la productividad.

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