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38453980501gvritz Construyir Una Buena Escuela
38453980501gvritz Construyir Una Buena Escuela
Revista de
Educación
ISSN: 1515-9485
revistaespaciosenblanco@gmail.com
Universidad Nacional del Centro de la
Provincia de Buenos Aires
Argentina
Plesnicar, Lorena
Construir una buena escuela: herramientas para el director. SILVINA GVIRTZ, IVANA
ZACARÍAS y VICTORIA ABREGÚ. 2012. AIQUE Editorial
Espacios en Blanco. Revista de Educación, núm. 23, junio, 2013, pp. 287-290
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
Buenos Aires, Argentina
y VICTORIA ABREGÚ
2012
AIQUE Editorial
¿Qué es una buena escuela? Es la pregunta han sido identificadas como buenas escue-
sobre la que se erige el desarrollo del las.
primer capítulo del libro. Silvina Gvirtz, Para las autoras se trata de:
Ivana Zacarias y Victoria Abregú reseñan, “construir una escuela donde todos los
niños y niñas pueden ingresar sin ser
desde una descripción histórica basada discriminados, se gradúan en tiempo y
forma, pueden continuar con éxito el ni-
principalmente en estudios del ámbito vel siguiente de enseñanza, aprenden
anglosajón, las características de las que contenidos socialmente significativos,
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Lorena Plesnicar
disfrutan del conocimiento y pueden opción de la mejora implica partir de lo que
aplicarlo a nuevas situaciones” (p. 19).
ya se realiza a diferencia del concepto de
En2 el caso de las instituciones que no cambio que supone la tendencia de empe-
logran los resultados que esperan aparecen zar de nuevo. Por último, la afirmación de
otros modelos de escuelas tales como la que “las claves para la mejora no son
“escuela disfuncional”, la “escuela guarde- recetas universales” (p. 39) se constituye
ría” o la “escuela elitista”. El capítulo prime- en un recaudo para evitar generalizaciones
ro finaliza con la descripción de los perfiles que desconozcan las posibilidades de desa-
de los egresados, de los docentes y del rrollo institucional vinculado con la propia
director de una buena escuela. historia de los procesos educativos en los
Que la mejora escolar es posible es el contextos escolares.
punto central que se argumenta en el En el capítulo tercero las autoras se
capítulo II. No obstante, y en aras de evitar preguntan “¿Cómo sabemos que estamos
el optimismo ingenuo, las autoras esgrimen frente a una buena escuela?” y con ese
algunas alertas. La primera es que “La interrogante titulan este apartado del libro.
escuela sola no puede” y, por ello, plantean Para saber si una institución está avanzan-
ubicarse en lo que ellas llaman “optimismo do en un proceso de mejora plantean el
pedagógico sin ingenuidad” que se sitúa en uso de indicadores como herramientas para
una posición intermedia entre el optimismo organizar y medir datos referidos a dicho
pedagógico −que confiaba en que la escue- proceso. En esa dirección, definen una serie
la podía todo− y el pesimismo pedagógico de objetivos directamente vinculados con la
−que afirmaba que la escuela no podía delimitación de lo que es una buena escue-
nada y contribuía a la injusticia social. “La la (que aquí citamos en el primer párrafo de
mejora no es automática” se suma a la la reseña) y construyen para cada uno de
anterior alerta como una clave importante ellos un indicador, señalan el tipo, la cate-
y, en ese sentido, aseguran que las auténti- goría y explicitan qué significa esta última.
cas mejoras son graduadas, llevan tiempo y Cabe destacar, que todo el capítulo está
requieren de ajustes y revisiones. “Mejorar escrito con un fuerte compromiso con la
no implica derrumbar todo lo existente” es práctica cotidiana de los/as directores/as y,
otra de las alertas en que se basa la re- por ello, retoman innumerables ejemplos de
flexión del capítulo. En este sentido, la la cotidianeidad escolar. El texto concluye
con el señalamiento de que los datos reco-
*
lectados y procesados deben ser utilizados
Magister, Doctoranda en Ciencias Sociales,
FLACSO. E-mail: lorena.plesnicar@speedy.com.ar tanto para la toma de decisiones como para
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Espacios en Blanco - Serie indagaciones - Nº 23 - Junio 2013 (287-290)
establecer algunas lecturas respecto del El último capítulo, el quinto, está dedi-
escenario educativo nacional. cado al análisis de las dimensiones en las
La preocupación sobre cómo construir que opera el trabajo de un director: la
una buena escuela se aborda en el capítulo pedagógico-didáctica, la sociocomunitaria y
cuatro del libro. En este punto, las autoras la técnico administrativa. La primera trata
resaltan el papel del director en la gestión sobre el rol del director en el acompaña-
educativa teniendo en cuenta dos aspectos miento de la planificación curricular de los
principales: 1) la implementación de un docentes, en el diseño de criterios institu-
proceso de mejora escolar y, 2) el liderazgo cionales de evaluación, en el acompaña-
del equipo. Para la elaboración del plan de miento en el diagnóstico inicial de los
mejora las autoras destacan la relevancia aprendizajes, en el seguimiento de los
del diagnóstico inicial que puede producirse procesos de enseñanza (mediante la obser-
a partir de los datos recolectados en la vación de clases y de cuadernos de los
planilla de diagnóstico y la de rendimiento estudiantes), en la asignación de docentes
interno. A continuación, describen las a las áreas y secciones, en el acompaña-
características de un buen plan de mejora y miento del desarrollo profesional del docen-
también los elementos que deberían estar te y en la evaluación del desempeño docen-
incluidos en él. Gvirtz, Zacarias y Abregú te. La segunda remite a la construcción de
acuerdan en que la mejor escuela es aque- lazos de la organización tanto en el espacio
lla que es la mejor posible en el contexto interior como con otras organizaciones e
en la que está inserta. El monitoreo del instituciones del contexto social. La tercera
plan y la evaluación institucional aparecen hace referencia al marco legal vigente. Es
como instancias claves para producir cono- decir, que tanto la dimensión sociocomuni-
cimiento sobre la institución que redunde taria como la técnico administrativa, consti-
en la toma de decisiones. Esta concepción tuyen el soporte para que pueda desarro-
de escuela y de gestión que proponen llarse de modo adecuado la dimensión
conlleva a una nueva forma de liderazgo pedagógico-didáctica.
que no se refiere sólo al director sino a un Para finalizar, Construir una buena es-
equipo de trabajo. En este sentido, la cuela: herramientas para el director es una
capacidad de autogestión, la negociación y propuesta que, desde la imbricación entre
resolución de conflictos, el trabajo en equi- teoría y práctica, invita a los lectores a
po y la comunicación efectiva aparecen aproximarse a la complejidad de los esce-
como habilidades de quienes cumplen un narios institucionales pero con la firme
liderazgo con éxito en las instituciones. convicción de que la mejora de las escuelas
es posible. En mi opinión, el libro puede
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Lorena Plesnicar
considerarse como un aporte tanto para la como objeto de investigación. Para estos
formación de los estudiantes que eligen la últimos, el texto se convertirá en una refe-
docencia, para quienes les interesa la rencia obligada en los llamados “estado del
dirección de instituciones educativas como arte” sobre la gestión educativa en los
espacio de ejercicio profesional como para contextos actuales.
aquellos que toman la dirección escolar
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