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CAPITULO III:

LAS LÓGICAS DE LO HUMANO.


SUPERVIVENCIA, EXISTENCIA Y RAZÓN PURA
L ser humano no es un organismo simple, sino una
Ii estructura compleja. Es un microcosmos, una síntesis
de todo lo real: desde las leyes de la física hasta los elemen-
tos químicos, las leyes de la evolución biológica, el pensa-
miento y el valor moral. Todo encuentra su cobijo en él.
¿Cómo puede entenderse esa diversidad en un solo ser?
En él aparecen dimensiones que deben someterse unas a
otras a estricto control para no entenderlo ni según un
burdo fisicalismo ni de acuerdo con angelismos fuera de
lugar. Mala cosa sería jugar con reduccionismos que, por
otra parte, no deben extrañarnos. Hacer teorías sobre ele-
mentos complejos es más difícil que hacerlas sobre simpli-
ficaciones. En este caso, como en tantos, se debe intentar
comprender de la forma más simple posible, pero sin caer
en simplismos falsificadores. Por eso, en este capítulo, es-
bozaré las distintas dinámicas a las que obedece lo huma-
no y que deben, necesariamente, ajustarse las unas a las
otras, controlarse como lo hacen los poderes políticos en
las democracias maduras, para dar una imagen de lo hu-
mano como una unidad de acción.
1. LA LÓGICA DE LA SUPERVIVENCIA
La eficacia biológica o lógica de la supervivencia consis-
te, en concreto, en que se mantengan en el vivir las crías
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y el individuo como medio para que medre la especie. En El organismo debe tener las condiciones para obtener la
circunstancias normales, los seres vivos quieren seguir vi- energía que necesita y aprovecharla. En esa misma medi-
viendo. Para ellos vivir es el único bien natural. Y el he- da cambia el medio, lo transforma, va agotando recursos
cho de que todo lo vivo tenga que morir hace que se jus- y debe cambiar él para adaptarse a los que están disponi-
tifique la perpetuación de la vida en la especie. La especie bles y aprovecharlos cada vez mejor. El naturalismo bio-
existe porque el tiempo engulle al individuo, porque el lógico, que apuesta por el azar ciego, establece que no hay
acto de su vivir no es suficientemente poderoso ni ple- una intencionalidad en la vida para cambiar cuando lo
no como para enfrentarse con éxito a los enemigos de su hace el medio: el cambio es fruto del azar. La otra alter-
existencia. Posiblemente, si la vida fuera suficientemente nativa sigue siendo una finalidad inconsciente de la na-
poderosa, cada individuo agotaría su especie. turaleza que piensa en que la vida se desarrolle cada vez
No se puede decir con certeza si la aparición de la vida de manera más plena en sus capacidades. Unos sostienen
estaba predeterminada en la evolución de los sistemas fí- que el desarrollo de las formas de vida es consecuencia
sicos. Definir esta cuestión, ya sea optando por el sí o por azarosa de una guerra sin cuartel. Otros piensan que, ya
el no, nos uniría o al vitalismo o a los defensores del azar. que la vida es algo bueno, quiere ser siempre mejor —vi-
Hay que contar con ambas posibilidades como teorías vir en una mayor plenitud de formas e intensidades— y
bien fundadas, aunque exista entre muchos de los biólo- tiende a ello y se despliega cada vez en mayores formas y
gos, proclives al naturalismo, una apuesta por el azar. maneras más plenas.
Quien vive quiere vivir y, en la medida en que ontoló- Pero si eso es así, cabría decir que el mayor valor,
gicamente le está vedado, vive a través de otros. Ese es el aquel ante el que cualquier otro debe plegarse, es el per-
fin de la vida: no tener otro fin que sí misma, ser valiosa mitir que se viva, aunque sea un poco más. Vivir, aun-
por sí. Y ese argumento es el que justifica la lógica de su que para ello tenga que perecer el mundo. El único valor
proceder, su grandeza y su condición miserable cuando se es sobrevivir. Esa es la fuente de toda acción. Es la diná-
la prefiere a cualquier otro valor independientemente de mica de la vida biológica. No tenemos que «darnos cuen-
cualquier circunstancia. ta» de ello. Cuando el niño rechaza la medicina porque
Vivir requiere actuar en el medio en el que vive el vi- «no le gusta» está obedeciendo a esa lógica. Cuando el
viente. El hecho de que el viviente no se baste a sí mis- miedo al dolor y a la muerte se imponen a la lealtad y
mo y, por tanto, necesite energía del medio explica que acaban en traición, obedecen a esa lógica. Y es que la ló-
entre en interacción con él. El medio es su fuente de sus- gica de la vida se expresa en huir del dolor como lo que
tento y de permanencia material: la acción, en forma de la niega y buscar el gozo de la vida, el placer, como aque-
nutrición, permite vivir; en forma de reproducción, per-. llo que la afirma. En eso coinciden, mutatis mutandis,
mire seguir viviendo más allá de la individualidad. En todos los vivientes.
la interacción con el medio se produce, como nos ense-
ñó Darwin, la competición y la «lucha por la existencia».
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2. LA LÓGICA DE LA EXISTENCIA que el valor tiene características que lo convierten en un
acontecimiento digno de estudio.
El hecho es que, a veces, los humanos preferimos morir, El valor no solo se capta de forma especulativa, tam-
por lo que la lógica de la supervivencia no se puede con- bién —de entrada— de manera emocional. Está a me-
siderar absoluta y hay que ver qué otro tipo de lógicas dio camino entre la acción instintivo-inconsciente y una
se le pueden oponer o, al menos, complementar. Puede afirmación pura de la voluntad despegada de toda sensa-
que querer morir se deba a un exceso de dolor del que se ción. El valor implica, en mayor o menor forma, a la vida
carece de esperanza de superar. Ahí el vivir se encuen- personal. Empuja para ponerla en marcha y construir-
tra con su condición de debilidad y es «lógico» que el vi- la de acuerdo con él. El valor se vive y no solo se piensa
vir se torne insoportable e indeseable, También se puede de manera abstracta. Es una idea sentida. El valor es algo
desear la muerte por falta de sentido; el suicidio es una pensado y sentido al mismo tiempo que permite abstraer,
posibilidad humana. En ambos casos, no se persigue di- pero nos deja dentro del campo que es permitido a la ac-
rectamente la muerte, sino que el dolor —físico o men- ción: los valores se descubren e impulsan para que se los
tal— cese. La muerte es el «mal menor». También pue- lleve a la práctica. Por eso, el valor es la fuente de la ac-
de desearse ofrecer la vida de forma sacrificial: ponerla ción moral. Apela, impulsa, empuja, compromete. Son
al servicio de valores más altos. Pero eso implica poder acciones imposibles en el reino de lo inmediato, en el
evaluar la vida como algo no absoluto y, por tanto, re- que operar significa buscar satisfacción y no construir un
quiere una capacidad de «darse cuenta» y de comparar nuevo ámbito de realidades diferentes a las que lo pura-
consciente para la que hace falta separarse de lo inme- mente biológico —la lógica de la supervivencia, la efica-
diato del vivir. Con ello nos vamos adentrando en otro cia biológica— no tiene acceso.
tipo de lógicas, lógicas diferentes a las del valor absolu- El valor tiene que ver con una nueva lógica, la de la
to de «mi vida». existencia. No es la lógica de la supervivencia ni tampo-
No plantearse otra cosa más que mi vida y mi vivir, y co una lógica de la razón pura. Si la de la supervivencia
el de las crías y el del grupo del que dependen, es la regla no ve como posible más que el seguir viviendo, la lógica
de oro de la eficacia biológica que Darwin supo describir de la existencia pretende —en tanto que afectada 'por el
y el neodarwinismo especificó aún más. Salir de ahí re- valor— no cualquier existencia, sino una existencia «au-
quiere una revolución de las instancias cognoscitivas: del téntica». Ella es la fuente de su sacrificio y puede justi-
impulso inconsciente de vivir a toda costa a meditar, por ficar incluso la presencia querida del dolor y, a veces, de
encima del instinto, qué puede haber de superior a mi un gran sufrimiento e, incluso, del martirio bajo diferen-
propia vida. Y, en primera instancia, eso se hace por mo- tes formas. La finalidad de la existencia es llevar a pleni-
tivos de prioridad de valores que tienen que volcarse en tud la vida. Para ello es necesario verla como proyecto.
la vida práctica: ¿qué valor justifica entregar la vida? No La existencia —debemos ese descubrimiento a Hei-
es, por lo común, un acto de especulación teórica. Y es degger y a una larga tradición de pensamiento que lo ins-
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pira— es propia de un tipo de vida que asume su tiem- A ese cambio se debe ajustar la lógica de la vida cambian-
po. De esa manera, tenemos que decir que hay formas de do a su vez.
vida que «son» pero que propiamente no «existen» al no La lógica de la existencia requiere un compromiso con
<desarrollarse en el tiempo de un compromiso consciente la transformación: lo que hay debe ser llevado a pleni-
con el propio vivir. Hablamos del nuevo sentido de «exis- tud, es objeto de una evolución de tipo salvífico, de sana-
tencia» que introduce el existencialismo y la fenomenolo- ción universal cuyo motor es la acción de la persona. Así
gía de la existencia y que está bien desarrollado en Ser y como la vida quiere seguir viviendo, la persona quiere se-
tiempo. El existir auténtico implica tomar conciencia de guir trascendiendo el medio en el que vive y a sí misma.
sí y querer ser sí mismo. Es romper con el círculo de lo La persona necesita transfigurar la realidad y no perma-
ordinario y lo cotidiano que nos sumerge en darlo todo necer en ella. Es aquí donde el conocimiento consciente y
por supuesto y en el prejuicio, en la falta de pensamiento objetivo desempeña una función insustituible.
comprometido con valores libremente asumidos. De todo objeto que interactúa con el medio puede
La existencia nos abre al universo de la persona, un decirse que tiene un cierto conocimiento. Puede predi-
tipo de mundo al que pertenece el ser humano y que en carse de él una cierta subjetividad. La respuesta automá-
sus características morales difiere muy mucho, sustanti- tica, desde el reflejo hasta el instinto, es un tipo de co-
vamente, de las otras formas de vida que hoy pueblan el nocimiento inconsciente que poseen los seres vivos. Es
planeta Tierra. Por eso puede decirse que hay una singu- erróneo identificar conocimiento con consciencia. Ac-
1 anidad del ser personal. El ser personal impone una ló- tuar coherentemente ante un estímulo significa que se
gica diferente que no puede provenir de la eficacia bio- sabe de qué se trata. Contraer la pupila ante la presencia
lógica: si lo importante es vivir, ¿cómo comprender una de luz es un conocimiento del organismo sobre el que el
lógica de la exigencia y de la excelencia que entraña dolor sujeto no tiene dominio directo. El sujeto, en su inves-
y sacrificio y que se expresa máximamente en el dicho: tigación, puede conocer esa inteligencia de la naturaleza
«morir» a sí mismo?: si la eficacia biológica necesita la re- y comprender sus secretos sin implicar que toma el con-
producción, cómo entender decisiones que implican su trol directo de la pupila o de la dilatación o contracción
renuncia en beneficio de un proyecto personal y, a veces, de sus vasos sanguíneos. El saber teórico, el que com-
de servicio colectivo? Solo una persona puede tomar por prende cómo funciona la «inteligencia» natural y las le-
sí misma la iniciativa en tales renuncias. Una y otra lógi- yes por las que se rige la naturaleza, requiere un sabio de
ca son contrarias, no pueden derivar una de otra, deben nobis ipsis silernus baconiano. Supone que deje hablar a
tener fuentes diferentes, orígenes distintos. la naturaleza para aprehenderla objetivamente sin entro-
La lógica de la vida biológica implica la prioridad del meterse con historias y subjetividades propias. Ya habrá
mantenimiento en el ser. El agente del cambio es la reali- tiempo de que el sujeto vuelva a tomar la sartén por el
dad natural, incluso geológica y climatológica, que trans- mango y de que aproveche el conocimiento en su propio
forma el medio obedeciendo a las leyes de la naturaleza. beneficio.
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Transformar con eficacia implica conocer objetiva- cio económico y poder político. El saber puede confabu-
mente la naturaleza del medio. La persona requiere co- larse con la vorágine del mundo y hacerse su cómplice e,
nocerlo, además, de forma consciente. Eso le da mucha incluso, someterse a proclamas ideológicas que quieren
versatilidad en sus estrategias de enfrentamiento con él. transformar la realidad social para que se asuman, inclu-
El instinto es muy eficaz si las condiciones del medio se so inconscientemente, sus ansias de pensamiento único y,
mantienen. Si no lo hacen, se convierte en una trampa argumentando tolerancia, se erradique una legítima plu-
porque no puede responder con novedad ante lo nuevo. ralidad. El saber se convierte en instrumento económico
Solo puede repetirse. No está en su poder alterar su pro- y de poder político, se convierte en técnica y en instru-
gramación de respuestas ante los estímulos. Cualquier mento puesto al servicio de ideologías ajenas a lo que an-
cambio lo desconcierta y lo único que puede hacer es dar tes era su fin: la verdad.
siempre la misma y, en ese caso, inútil respuesta. ¿Es, en- La relación entre conocimiento e interés ha sido bien
tonces, el conocimiento objetivo la mejor estrategia de estudiada en el siglo xx, especialmente por Habermas. Su
supervivencia? Puede sedo, sin duda. Saber es poder y lógica ha transformado la finalidad del conocimiento, la
proporciona mayor capacidad de resistencia y también de contemplación. Pero en el proceso de obtención del co-
innovación. Saber nos permite vivir más y mejor. Saber nocimiento no la ha erradicado del todo. Quedan algu-
es muy útil. Pero enfrentamos de forma más radical la si- nos focos de resistencia de la mercantilización del saber
tuación si nos damos cuenta de que puede volverse con- especialmente concentrados en las humanidades y en las
tra la misma vida biológica y, en consecuencia, salir de su artes. Para dedicarse a ellas hace falta un especial com-
lógica. El «sabio» no solo calcula acciones y beneficios. promiso con la pobreza y respetar los tiempos por los que
Puede, harto de tanto interés vital, retirarse del mundo y el conocimiento da frutos profundos. Incluso en la tec-
negar todos los goces de una vida que para muchos mere- nociencia hacen falta todavía un conjunto de visionarios
ciese la pena. ¿A qué estrategia obedece entonces? Es una y poetas que propongan proyectos suficientemente alo-
cuestión de valores y fines. No de medios y eficacias. cados que seguir y en los que invertir. Todavía se necesi-
ta de un «resto de Israel» que ame el conocimiento por el
conocimiento. Y esto nos lleva a Grecia misma, donde esa
3. LA LÓGICA DE LA RAZÓN PURA visión tuvo su culmen.
En el primer libro de la Metafísica, Aristóteles pro-
El conocimiento objetivo permite el dominio sobre el pone una concepción del saber que ha cambiado mucho
mundo y sobre el ser humano. Bien lo sabe la tecnocien- desde entonces pero que, en esencia, recoge dos ideas que
cia y la ingeniería social. Esa conexión ha hecho que el merecen la pena seguir siendo pensadas. La primera es
saber contemplativo se convierta en refugio romántico que el saber teórico aparece cuando están satisfechas las
de unos pocos y que la mayoría de los antiguos «aman- urgencias de la vida, es decir, cuando se dispone de cier-
tes de la sabiduría» obtengan el saber para ganar benefi- to ocio, cuando el ser humano puede dedicarse al ornato
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y al lujo de la contemplación. El saber es posible disfru- ansiedad. Silencio frente a ruido. Y el grupo de partida-
tarlo cuando uno no se arrastra en la necesidad, cuando rios de esa forma de vida es mucho mayor que el pequeño
dispone de un tiempo que es precioso y se dedica a escu- grupo hippie que defendió el flower power en los sesenta
driñar la naturaleza y el corazón del propio hombre en del siglo xx. Y sigue creciendo.
busca de respuestas a preguntas que le asaltan continua- A mi juicio, más que salirse del mundo para encon-
mente. La segunda idea es que el saber contemplativo es trar la paz, habría que construir un mundo donde esta
el más digno de los saberes, se busca solo por sí, guarda habitase. Para eso hay que cambiar los valores. Con otros
su fin en sí mismo. valores, el conocimiento no está en función del interés
Con la lógica del mercado actual cabría contrargu- y del poder, sino que, guardando relaciones innegables
mentar que salirse de la cadena de las necesidades es una con ellos, mantiene también una más que deseada auto-
ilusión porque el ser humano se define, precisamente, por nomía.
crearlas y por necesitar cada vez siempre más. Y, segundo, En cualquier caso, reflexionar y meditar forma parte
que por ello hay que poner el saber al servicio de la pro- del proceso de adquisición del conocimiento. Parte será
ducción y es válido no en sí mismo sino en cuanto cal- útil para la técnica, parte para la redención propia. Pero
ma parte de la increíble sed de satisfacciones que tiene lo hay un aspecto que me gustaría reseñar: la contempla-
humano. Claro que ese es solo un modelo antropológi- ción puede ser utilizada como juego especulativo; una di-
co. No es el único y, además, le salen rebeldes dentro del mensión importante de adquirir conocimiento es probar-
propio sistema economicista. Al modelo humano como lo en distintos campos que no tienen necesariamente que
frenética necesidad continua y creciente, como el eterno ser reales, sino formar parte del ámbito de lo posible y de
insatisfecho que se limita a tragar y a tragar y es un pozo la imaginación. El saber es juego, se muestra como una
sin fondo, se le contrapone —por reacción y por influen- de las dimensiones lúdicas de la existencia. De eso saben
cia de ciertas tradiciones de Oriente— el modelo que po- bien los matemáticos. Más saben los filósofos cuando en
dríamos llamar del «hombre tranquilo». Es el modelo del otras épocas hablaban del «sexo de los ángeles» o de los
slow style of life y que reniega del consumismo para vivir «universales». Pero esta posibilidad encierra algo muy se-
con lo imprescindible, que se aleja del ruido y que busca rio: surge la lógica de la razón pura, la dinámica del con-
el sosiego del campo y la paz de la meditación. Era lógi- cepto dejado a sí mismo y muy en conexión con la ima-
co que el economicismo, cuyos valores son la competen- ginación. El saber prueba modelos para ver su resistencia.
cia y la máxima eficacia, causara niveles de ansiedad y El problema es que ese conjunto de modelos, que no tie-
de estrés inasumíbles, que han hecho —con razón— de nen el contrapeso de estar referidos a la «burda y aburri-
oro a los profesionales de la salud mental, y que derivara da» realidad, puede que sean tomados por problemas de la
hacia un bucolismo poético orientalizante donde se bus- realidad misma y no de la razón dejada a su libre juego. Y
ca la paz consigo mismo y el trato amistoso con el próji- eso suele ocurrir en temas fundamentales de la filosofía a
mo. Cooperación y no competición. Paz interior frente a los que se ha prestado más atención de la que merecen.
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Uno de esos temas, por poner un ejemplo señero, es ta vital. En realidad, el filósofo que duda de las máxi-
el escepticismo. En la vida práctica no hay por dónde co- mas de la razón común e incluso de sus propios sentidos,
gerlo si uno quiere vivir lo bastante. Pero, en la razón pone de manifiesto que carece de verdadero celo y que
pura, el «nada es más esto que aquello» sigue dando que no pretende ofrecer ninguna opinión firme que regule
hablar hasta la hartura. Aristóteles pudo contra el relati- nuestros juicios y acciones. Todo lo que se puede lograr
vismo de Protágoras poniéndolo al borde de un precipi- con sus escrúpulos es abatir el orgullo de los razonado-
cio y pidiéndole que diera un paso hacia delante. Hume res puros, mostrándoles que, incluso en lo que se refiere a
era consciente de la diferencia entre problema especulati- los principios que parecen más evidentes y que los fuer-
vo y problema real. Por ser uno de los mayores escépticos tes instintos de la Naturaleza nos obligan a aceptar, no
conocidos merece la pena intercalar un comentario e, in- nos es posible alcanzar una absoluta certeza, ni dotarlos
cluso, una cita suya. de completa consistencia. Así, pues, la modestia y la hu-
Que se le acusara de escéptico le causó a Hume mul- mildad con respecto a nuestras facultades naturales, es el
titud de problemas en el mundo académico. En el real no resultado del escepticismo y no una duda universal. Una
porque sus obras, aunque escépticas, le reportaban sus- duda así no puede ser sostenida por ningún hombre, ya
tanciosos beneficios económicos, mucha fama y, en con- que el primer y más trivial accidente de la vida bastaría
secuencia, una vida cómoda. Pero Hume quería ser ca- para desbaratarla y destruirla inmediatamente (Hume,
tedrático de Universidad y eso lo complicó todo. Optó [1745] 1985: 50).
a ello por dos veces: una en la Universidad de Edimbur-
go y otra en la de Glasgow. En la primera alguien publi- Hay temas filosóficos que son jugosos e interesantes,
có incluso un Sumario de cargos para que Hume no ob- pero que no tienen conexión con lo real y sus diferentes
tuviera la plaza y se la llevara alguien que comulgara con aspectos hay que concebirlos como meras posibilidades
las buenas costumbres. Hume respondió a ese sumario que quizás nunca vayan a estar en ejercicio. Hay que re-
en un escrito que tituló Cartas de un caballero a su ami- lativizarlos y comprender que es en el individuo físico y
go de Edimburgo y en el que se defendió de la acusación en el sujeto moral donde adquieren sentido estas cuestio-
de escepticismo, la que ahora nos interesa, diciendo lo si- nes «metafísicas». La razón pura puede derivar más allá
guiente: de lo real y hay que someterla a una estricta disciplina
para que, al menos, sea consciente de dónde está en cada
Por lo que se refiere al escepticismo de que se acusa al au- momento. Esa es una exigencia que se le puede requerir
tor, debo observar que la doctrina de los pirrónicos y es- a esa innegable tendencia humana, tan necesaria, de fa-
cépticos ha sido siempre considerada, en todas las edades, bular.
como una colección de principios curiosos e interesan-
tes, una suerte de .leux d'esprit sin influencia alguna en
las firmes convicciones de los hombres ni en su conduc-
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4. LA UNIDAD DE LAS LÓGICAS
acaba cayendo si se tiene un mínimo de conciencia y de
vergüenza.
¿A qué nos lleva concebir esta plurali dad de lógicas? ¿Por En esta toma de conciencia de lo humano, la historia
qué habitan en lo humano? ¿Pueden referirse a algo
co- nos muestra diferentes momentos de prevalencia de cada
mún que les dé unidad? Primero, hay que reconocer que
una de las lógicas que hemos tratado y de cómo, en cada
existen y que esos modelos pueden fijar los fines de lo hu-
una de esas etapas, el fin, la orientación de la vida huma-
mano: como animal humano, como agente moral, como
na, toma diferentes rasgos.
sujeto intelectual. El fin que elija da un carácter propio a
El fin y la dirección de la vida biológica individual
cada singular. Y creo que se puede postular que el pun-
y del grupo específico es seguir viviendo. Es un conatus
to donde conectan todas las lógicas es en la necesidad de
sese conservandi que tiene como enemigos el medio am-
orientación: obtener puntos de referencia, dirigir la mira-
biente y la propia constitución finita del ente biológico:
da hacia donde sale el sol. Es coherencia y unidad de sen-
el ambiente puede ser hostil y acabar con la vida; además,
tido en la acción.
cada organismo tiene una fecha de caducidad aproxima-
Ser autor de la propia vida significa estar orientado
da e inconcreta que garantiza que tiene que morir. El es-
hacia un fin u otro. Autoridad es capacidad de orient ar, fuerzo que hace la vida —o el azar— por vivir con una
en eso se reconocen todas las fuentes del poder que se forma particular no ha resultado, hasta la fecha, del todo
ponen al servicio de lo human o, Comp rendo que es fá- satisfactorio. Los animales intuyen los cambios de situa-
cil hacer afirmaciones como esa que, siendo eviden
tes, ción, pero no tienen conciencia de la muerte. Los seres
son poco frecuentes de encontrar incardinadas y reali- humanos, por su parte, sí la tienen y desean, por lo gene-
zadas en nombres singulares o en estruc turas sociale s. ral, vivir. Les aterra y no les gusta la muerte y no se con-
El ser humano tiene que tomar decisiones y la tenden
cia tentan con sucedáneos como «vivir en los hijos» o «que-
general puede ocultar su responsabilidad. Inclus o pue- dar en la memoria». Aunque no a toda costa, si pueden
de buscarse a nivel colectivo que se oculte. De hecho
, elegir, eligen vivir y sentir como sujetos singulares. Lo
el poder ha construido tantas redes que impiden que
demás es resignación ante un futuro inevitable. Para el
aflore consciente y responsable la conciencia human
a animal, vivir es suficiente y justifica toda acción. No hay
que es prácticamente un milagro que pueda aparecer al-
criterio mayor que ese y toda ley interna le lleva a ello. Vi-
guna. Vivimos épocas de ocultamientos de los que na-
vir es el único bien natural. Actuar conforme a eso es ac-
die quiere ni responsabilizarse ni hacerse cargo. Nos he-
tuar conforme a la naturaleza biológica, sin condescen-
mos dejado llevar por la inercia y hemos olvidado
lo dencias, peros o limitaciones.
que se espera —y esperamos— de cada uno de noso-
La lógica de la existencia difiere de la eficacia biológi-
tros: autenticidad, ser capaces de mostrar el rostro pro-
ca: en ella vivir no es algo que se acepte de forma absolu-
pio y desenmascaramos, quitarnos la máscara colecti-
ta bajo cualquier circunstancia; tiene sus condiciones. Su
va que ha podido formarnos pero que acaba pesand
oy orientación no es cualquier existencia sino la existencia
So
«auténtica», aquella que asume su libertad y su autono- mismo. El conocimiento no es medio, es fin. Sirve para
mía para determinar el proyecto en el que quiere invertir vivir. Pero también para descansar en el orden del mun-
el tiempo del existir: es un yo hablando con voz propia. do. Conocer la realidad sirve para contemplarla y mani-
Para la existencia, existir es un tiempo no de simple vida, pularla, pero además tiene una tercera función que da
sino de ganancia o pérdida. Así como vivir biológicamen- valor a la razón pura más allá de obtener la verdad obje-
te significa recorrer el ciclo de nacer-crecer-reproducirse y tiva: tomar pie en ella para fabular las posibilidades del
morir.., lo más tarde posible, existir quiere decir alcanzar mundo y de uno mismo dentro del mundo. No se opone,
la plenitud que se pueda del proyecto libre, incluso cuan- como Kant establecía, una lógica de la verdad a otra de la
do eso signifique la renuncia a la reproducción o suponga apariencia. Se opone una lógica de la verdad a una lógica
el advenimiento de la muerte individual, advenimiento de la posibilidad, es decir, de lo verosímil. Hay que dis-
que siempre acaece demasiado pronto desde un punto de tinguir algo más entre ambas.
vista temporal, aunque no ontológico. Existir es el triun- La lógica de la verdad o lógica de la objetividad es
fo de la libertad desde las bases en las que el sujeto apare- el uso más adecuado de la razón que enfrenta el mun-
ce y se encuentra en el mundo físico y en el entorno cul- do, que lo pone delante de sí para analizarlo y encontrar
tural que le ha tocado en suerte. Para eso el ser humano, su estructura íntima. Su intención es dar razón, expre-
para existir asumiendo el tiempo, la persona finita en ge- sar su logos. ¿Por qué puede la razón dar cuenta del lo-
neral, tiene que proyectar y fabular el futuro, inventar lo gos del mundo? En primer lugar, porque también forma
que no hay, crear mundos antes inexistentes. La existen- parte del mundo: al expresarlo, se expresa ella. En segun-
cia es, ante todo, creación y novedad, búsqueda conscien- do lugar, porque su resultado puede ser comprobado en
te de lo que no existe. Es la lucha constante contra el abu- interacción con el mundo: el saber puede ser adelantado
rrimiento como estado de tedio existencial que impide en la previsión y modificado en su fracaso hasta conse-
tender hacia sí mismo. Con la existencia, la persona sin- guir, como ideal, la transparencia entre teoría y hechos.
gular finita adquiere un singular estatus ontológico, dife- En este sentido cabría decir que la conexión lógica en-
rente del resto de los vivientes biológicos. tre razón y mundo es previa a toda separación. La razón,
La lógica de la razón pura, referida a la realidad, es co- como instrumento humano, está hecha para dar cuenta
nocimiento del mundo. Es la verdad que se sabe, aquella de la estructura del mundo, incluso más: es la estructura
de la que se suele hablar habitualmente en teoría del co- del mundo. Parte de esos conocimientos le serán útiles al
nocimiento. Es, simplemente, lógica de la verdad, lógi- ser humano. Otros no, pero podrá contemplar su orden e
ca del conocimiento objetivo. Poseer conscientemente co- impulsar la creatividad al estar el orden del mundo siem-
nocimiento objetivo supone también una novedad en el pre inacabado. El universo es racional, pero está inacaba-
mundo de la vida biológica. Es una de las características do y puede derivar en lo insospechado. Es tarea de lo hu-
propias del ser personal. Conocer la estructura del mun- mano completarlo y darle un sentido global, incluso más
do es, por supuesto, útil. Pero es, además, valioso por sí allá de las necesidades inmediatas de la especie.
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La lógica de la posibilidad crea sentidos nuevos para
dad de su estructura convierte al ser humano en un suje-
completar el orden del universo. No tienen por qué ser
to poliédrico y responsable, muy distinto de cómo son los
verdad los modelos que establece, basta con que sean ve-
animales. El humano es singular en la forma de decidirse.
rosímiles, es decir, que sean coherentes y tomen pie en
Puede optar por priorizar cualquiera de las tres lógicas y
el mundo real y puedan construirse con el ingenio y el
cualquiera de sus combinaciones. Y en esa búsqueda pue-
esfuerzo humanos. La creación de lo verosímil es crea-
de que se pierda. No tiene garantizada la autenticidad.
ción, entre otras, de la fabulación de lo que quiero ser y
Es singular no solo como especie, también como indivi-
del compromiso con una idea todavía no realizada de mí
duo: cada individuo es diferente y valioso en su distin-
mismo y del mundo en el que quisiera vivir. Lo verosímil
ción. Puede orientarse a la supervivencia, a la autentici-
es empello por un modelo de posibilidad, es opción por
dad o a la ficción. Y dentro de cada una, existen multitud
un posible. En la medida en que esos modelos son plu-
de posibilidades. Es claro que la vida biológica es la base
rales quedan abiertos a ser asumidos por otros y, en tan-
material del sujeto y que este tiene que darle, al menos,
to que el ser humano vive en común, quedan a la dispu-
un mínimo de satisfacción para seguir viviendo. Tam-
ta de cuál de ellos es preferible establecer como marco de
bién lo es que la dicha surge del éxito existencial en tan-
convivencia y de realización en la cultura. Es cierto que
to que subjetivamente cumplido y que vivir con alegría y
la fabulación lleva más allá de lo factible. La lógica de
esperanza se le presenta no como medio sino como fin. Y
lo verosímil construye en la imaginación incluso lo que
lo es que la ficción promueve, motiva y enseña. Ese mar-
no puede llegar a ser real y queda como cuento o como
gen de posibilidad irrealizada concede futuro y libertad
ideal consumado de una posibilidad irrealizable cuando
al sujeto humano y le da una visión muy diferente de las
se construye como obra de arte plástica o escénica. La ra-
razones por las que vivir. Hay una importante diferencia
cionalidad presenta al ser humano los hechos y le abre a
entre hecho humano y singularidad personal. Cada in-
la posibilidad. Ambas son valiosas por sí y necesarias para
dividualidad diferente asume su condición probable y la
dar razón de un «hecho» humano que quedaría incom-
realiza de manera distinta a las demás existencias singu-
pleto si no le reconocemos su capacidad de ficción y de
lares. Cada acción tiene sus consecuencias en la constitu-
creación de novedades.
ción de la estructura humana y hay multitud de formas
en las que esa pluralidad puede manifestarse de mane-
ra excelsa. También corrupta. No hay una única forma
CONCLUSIÓN
de ser humano excelente. Hay muchas maneras de ser sí
mismo. Aunque no es cierto el «todo vale» porque toda
Las tres lógicas están fusionadas y «estructuradas» en el
actividad necesita autoconciencia y construcción respec-
ser humano. Es una unidad compleja, diversa, cuya cul-
to de valores específicos.
minación está en la síntesis que haga de sí misnió en el
Conocer al ser humano es conocer la estructura y la
tiempo del que dispone. Pero dar un orden a la compleji-
dinámica de su subjetividad. Se puede hacer median-
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te razón teórica y dar razón de su esencia objetiva. Pero CAPITULO IV:
también se necesita el trato del singular y conocer cada LA QUIEBRA DE LOS TRASCENDENTALES
historia personal. Para conocer, no al «ser humano» en EN EL SUJETO HUMANO. PLURALIDAD,
general, sino al sujeto humano en particular, hay que em- MENTIRA, MALDAD Y FEALDAD
beberse de las narraciones que hace de sí mismo. Hay que
escucharlo a cada uno y verlo en el desarrollo de su exis-
tencia concreta. El sujeto humano individual se conoce
cuando se cuenta: de nobis isis enarremus. La otra cara
de una misma moneda. Montaigne y Bacon, tal y como
recogen los lemas que inauguran este libro, son los ar-
quetipos que tienen que complementarse para hacer una
antropología integral. Cualquier otra reduciría nuestro
I A teoría metafísica de los trascendentales del ser tiene
una tradición milenaria en filosofía. Grecia la intuyó
y el Medievo la constituyó. Según ella, hay propiedades
ámbito de comprensión y presentaría una falsificación en las que todos los entes coinciden por el mero hecho de
—por parcial—del sujeto humano, serlo. Por enumerar las formas más aceptadas, serían cua-
Un ámbito muy particular de narración lo encontra- tro: unidad, verdad, bondad y belleza. Las cuatro afir-
mos en la amistad, un amor de igualdad en el que el trato man su identidad con el ser y no admiten excepción algu-
mueve a la confianza y al desvelarniento de la intimidad. na. El término trascendental', y la teoría específica que
En ella cada sujeto descubre recíprocamente su rostro a lo acompaña, ha sufrido variación en su semántica a lo
otro rostro desenmascarado. Es la forma más cierta y se- largo de los siglos. Por ejemplo, Kant lo entendió como
gura de conocer a lo humano que «se cuenta» tanto en «condición de posibilidad» y Husserl como «constitución
palabras, como en gestos, como en acciones. Ver actuar de sentido». Conforme a ello, hicieron tematizaciones di-
con la espontaneidad del espíritu es el gran premio a los ferentes. Vamos a mantener, en este capítulo, su signi-
arios dedicados al trato amistoso. Conocer los hechos hu- ficado más antiguo de «trascendimiento de las formas
manos a través de la ciencia y de la narración son los dos particulares», el que tiene que ver con la primera teoría,
focos de aprendizaje por los que podemos llegar al cora- puesto que es el que más referencias metafísicas nos da
zón del hombre. Cada una da una aproximación diferen- y por la amplitud y relevancia de sus contenidos para la
te. Las dos son necesarias, aunque los autores discrepan perspectiva que aquí se adopta.
sobre cuál de las dos es más importante. Al hacerlo así, deseo afirmar la validez metafísica de
tal categoría... excepto en el caso del ser humano. En él
adquieren una dimensión especial. Los trascendentales
quiebran en el ser personal. En su operación, el ser huma-
no atenta contra esas nociones: el ser humano difícilmen-
te tiene un algoritmo eficaz con el que construir su vida
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