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Embriología
En más de 90% de casos, el conducto peritoneo vaginal (CPV) involuciona y se oblitera
espontáneamente antes del nacimiento. La anormal persistencia de este conducto en toda o en
parte de su extensión, en el varón, puede resultar en los trastornos esquematizados en la
siguiente figura:
Las hernias inguinales congénitas son indirectas y el saco emerge por el anillo inguinal
profundo en ambos sexos y acompaña a los elementos propios del cordón espermático en el
varón o al ligamento redondo en la mujer. Los hidroceles en niños son casi todos congénitos
pero ocasionalmente se puede encontrar hidroceles de otro origen como los traumáticos,
inflamatorios o tumorales. El símil, en la mujer, del hidrocele del cordón espermático es el
hidrocele del ligamento redondo o quiste de Nuck.
Incidencia
La incidencia de hernia inguinal es de 3% a 5% en niños a término y de 9% a 11% en
pretérminos. El 60% de casos se presenta en el lado derecho, el 25% en el izquierdo y el 15%
es bilateral. De las hernias inguinales que se presentan durante la niñez, las indirectas
constituyen el 98% y las directas lo restante. Dos condiciones frecuentes que aumentan su
incidencia son la diálisis peritoneal y la derivación ventrículo-peritoneal.
Anamnesis
La historia típica de hernia inguinal es la de un bulto que aparece y desaparece bruscamente
en forma repetitiva. La presencia del bulto se relaciona, con mucha frecuencia, a las
actividades físicas y su ausencia va ligada generalmente al reposo. A los hidroceles se les
señala como bultos más permanentes y sin cambios bruscos,
Examen físico
Para el diagnóstico de los trastornos ligados a la persistencia del CPV basta el examen físico
en casi todos los casos.
Las hernias inguinales encarceladas son aquellas en que las vísceras que llenan el saco
herniario quedan atrapadas y por lo tanto son irreductibles. Estas vísceras sufren edema e
isquemia y pueden llegar a estrangularse con la consiguiente ausencia de riego sanguíneo y
necrosis. De suceder estos cambios se notará un paciente con llanto que no cede, irritable o en
actitud antálgica. Al examen físico local será evidente progresivamente edema y luego
coloración violácea sobreagregada.
Los hidroceles testiculares se presentan (salvo los muy voluminosos) como un bulto escrotal
(no inguinal o inguinoescrotal como las hernias) que incluyen al testículo (no es palpable
independiente del bulto) y usualmente no son reductibles. A veces se logra reducir algún
hidrocele testicular comunicante durante el examen físico pero no es lo común. Los hidroceles
del cordón espermático pueden localizarse por palpación en la ingle, el escroto o a mitad de
camino pero siempre independientes del testículo. La consistencia del hidrocele es
característica, semejante a la palpación de un globo de látex lleno de agua.
Tratamiento
Los hidroceles testiculares en menores de un año de edad se presumen no comunicantes y la
conducta es expectante porque estos se resuelven espontáneamente. Si los hidroceles
testiculares persisten hasta el año de edad o se diagnostican a una edad mayor estos se
presumen comunicantes.