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Alabanza de un alma para Dios

Salmo 103

Bendice, oh alma mía es un auto mandato. El salmista dialoga consigo mismo. Nótese que
toma una decisión definida de alabar a Dios. La Biblia manda que amemos a Dios. El amor
involucra los sentimientos, pero es también un asunto de la voluntad. Hemos de decidir alabar a
Dios. Conocer más a Dios requiere tiempo en adoración y comunión con él.
Podemos preguntar por qué dice bendice; ¿no es Dios quien bendice al hombre? Sí, pero
lleva la connotación de agradar a Dios; el salmista quiere que Dios se goce con esta alabanza.
Todo mi ser utiliza una palabra que significa todo lo interior, todo que está adentro. El
salmista involucra todos sus pensamientos, sus recuerdos, su mente, sus emociones, toda su
persona en esta ofrenda de adoración.
No olvides llama la atención a nuestra tendencia de olvidar lo bueno que Dios ha hecho en
nosotros. Es el orgullo del corazón humano que lo hace ingrato y olvidadizo (cf. Deut. 8:12–14).
La palabra heb. Traducida beneficios significa hechos de bondad.
En los vv. 3–6 el salmista enumera específicamente los beneficios que motivan la alabanza a
Dios. En el heb. Se usa una serie de participios: el que perdona, el que sana, el que rescata, el que
corona, etc.
Empieza con el beneficio más grande, el perdón de los pecados. ¡Qué motivo para glorificar
a Dios es la seguridad de que todas nuestras iniquidades son perdonadas! Sin el perdón de
pecados, aun el bien terrenal más grande no es más que una tumba blanqueada detrás del cual se
esconde la muerte.
El segundo beneficio es la sanidad. Varios pasajes de los Salmos hablan de Dios como
sanador (30:2; 41:4). Jesús dedicó mucho tiempo a sanar a los enfermos. Dolencias viene de una
palabra que significa todo tipo de sufrimiento interior y exterior. Dios sana física, psíquica y
espiritualmente.
El que rescata (v. 4). Nótese cómo el lenguaje del éxodo (rescatar) se usa para otros hechos
de Dios en la vida de su pueblo. Aquí algunos prefieren traducir “corrupción”, pero la palabra es
“pozo” y el salmista probablemente se refiere a una crisis que le llevó cerca de la muerte.
Muchos también pueden testificar de ser sacado de un hoyo de desesperación moral y espiritual.
La palabra traducida anhelos es discutida. Algunos encuentran el significado, “ornamento” y
otros “mejillas”, por eso usan “boca” en la traducción. De cualquier manera es claro que Dios
colma con buenas cosas la vida de sus hijos. El águila es símbolo de fuerza y vigor como en
Isaías 40.

2. El amor y perdón de Dios, vv. 6–10

Hace justicia y derecho (v. 6). Este tema se enfatiza mucho a través de la Biblia. Si Dios
hace justicia, los hombres también son responsables por la justicia. Y precisamente es la falta de
justicia la que produce los “oprimidos”. (La frase “los que padecen violencia” traduce la palabra
heb. para oprimidos.)
En todo el proceso del éxodo y peregrinaje en el desierto Dios mostró sus obras a los hijos de
Israel. Era un proceso de entrenamiento con lecciones para nosotros (1 Chor. 10). Pero Moisés
iba más a fondo, pidió conocer los caminos de Dios (Exo. 33:13).
El salmista recalca la gran misericordia de Dios. Calvino dijo que nuestra peor falla es la
arrogancia que roba a Dios la alabanza que merece.
No contenderá para siempre (v. 9) no significa aquí lo mismo que en Génesis 6; aquí el
salmista recalca que Dios perdona y olvida. El v. 10 sigue ampliando el tema, pues nuestros
pecados merecen muchísimo más castigo, pero Dios ha provisto una redención en amor. En los
sacrificios, que señalan hacia la muerte de Jesús, Dios muestra su misericordia sin violar su
justicia.
Semillero homilético
Bendiciones que sobreabundan
103:1–22
I. El testimonio pleno (vv. 1–5).
1. Perdona: Todas tus iniquidades, v. 3.
2. Rescata: Te corona de favores, v. 4.
3. Sacia: Con bien tus anhelos, v. 5.
II. La grandeza de la misericordia (vv. 6–12).
1. Clemente: Lento para la ira, v. 8.
2. Grande: Ha engrandecido su misericordia, v. 11.
3. Paciente: Hizo alejar nuestras rebeliones, v. 12.
III. La ayuda permanente (vv. 13–18).
1. Compasión: De los que le temen, v. 13.
2. Conocimiento: Se acuerda que somos polvo, v. 14.
3. Fidelidad: Sobre los que guardan sus pactos, v. 18.
IV. El llamado a la alabanza (vv. 19–22).
1. Los ángeles: Vosotros sus poderosos ángeles, v. 20.
2. Las criaturas: Servidores que hacéis su voluntad, v. 21.
3. Sus obras: En todos los lugares de su señorío, v. 22.

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