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DISTRITO YUCATÁN

Contenido
2 Bienvenida

3 Una mujer sana en su espíritu

6 Las conquistas de una mujer


emocionalmente sana

7 Mujer sana, cuerpo sano

10 Cómo sanar las heridas en el


matrimonio

13 Familias sanas, familias felices

17 La evidencia de unas finanzas


saludables

21 Diakonía sana, el modelo de Cristo

24 Mujer sana, mujer feliz y plena

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Bienvenida
“La cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”. Efesios 1:23

¡Qué maravillosas palabras del escritor sagrado! En el Antiguo Testamento, la gloria de


Dios se manifestaba llenando el templo, era la misma esencia, el poder, la presencia de
Dios; hoy, nuestro Señor sigue llenando a su iglesia, a usted, a mí y a todos los que anhelen
esa misma gloria.

Como hijas de Dios debemos procurar que su exquisita presencia llene todas las áreas de
nuestra vida; cuando esto sucede, experimentamos plenitud. Es el Señor quien trae paz y
felicidad al corazón, aunque en ocasiones nos sintamos mal, vacías o solas; sobre todo
cuando atravesamos por momentos de depresión, de enfermedad, pérdida de algún familiar,
problemas en el trabajo, económicos, algún problema familiar o incluso una ruptura
matrimonial; tendremos la convicción de que Dios está con nosotras para traer medicina,
sanarnos y darnos de la felicidad que anhelamos con el propósito de que, en primer lugar,
experimentemos en nuestra propia existencia la gloria de Dios y después podamos ser
instrumentos de bendición en la familia y la iglesia.

El mismo Dios, a través de su Espíritu Santo está hoy para satisfacer nuestra alma, espíritu
y cuerpo agobiados y nuestro amado Jesús está dispuesto a llenarnos de tal manera que
nuestra vida rebose de gozo y plenitud. Estamos seguras que Jehová Rafha tomará cada
área, física, emocional o espiritual que necesite ser sanada y pondrá su mano de poder para
cerrar cualquier herida. ¡Nada se compara con la sensación de plenitud que brinda la
presencia de nuestro Señor!

Pedimos al Señor que mientras se exponga la Palabra durante la Semana de Damas 2022
“Sana, feliz, plena” más que un mero conocimiento intelectual, usted pueda experimentar
la presencia de Dios hablando y tocando todas las fibras su ser a través de cada una de las
enseñanzas de este temario.

Como Directiva Distrital de Damas agradecemos a las presbíteras: Josefina Buenfil,


Manuela Chico, Bertha Sabido, Leticia Valdez, Martha Tuyub y Susy Encalada que con la
gracia y dirección de Dios se dejaron usar para preparar los temas de este año, Dios
bendiga, aún más sus vidas y ministerios.

Atentamente.

Pbra. Lizbeth Franco Novelo Pbra. Fátima Chi Conrado


Coordinadora Secretaria-Tesorera

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1. Una mujer sana en
su espíritu

Texto: Salmos 147:3 “El sana a los


quebrantados de corazón, y venda sus
heridas.”

Introducción: A veces nos sentimos como si no nos entendiéramos a nosotros mismos: qué
queremos, cómo nos sentimos, en qué andamos mal o qué debemos hacer al respecto. Pero
el entendimiento de Dios es ilimitado y por lo tanto Él nos comprende por completo. Si se
siente confundido y no se entiende a sí mismo, recuerde que Dios lo comprende
perfectamente. Deje de pensar en sí mismo y piense en Dios. Esfuércese para ser cada vez
más como Él. Mientras más aprenda de Dios y de sus caminos, mejor se entenderá.
(Comentario bíblico diario vivir)

En ocasiones no sabemos distinguir la situación emocional que estamos atravesando, lo


cual nos puede llevar a un distanciamiento de Dios y puede dañar nuestras relaciones
interpersonales, pero ¿cómo darnos cuenta de la situación que nos encontramos pasando?
en la Palabra de nuestro Señor encontramos múltiples ejemplos de grandes mujeres de
Dios, las cuales en sus momentos de problemas emocionales entendieron que, para sanar
sus emociones dañadas, tenían que recurrir a Dios sabiendo que en Él recibirían sanidad
para su espíritu.

Oración de transición: ¿Cómo se distingue a una mujer sana en su espíritu?

I. Es una mujer que no vive de las apariencias

1. Lo negativo:
a. Aparenta que todo está bien en su vida y en la de su familia, cuando en
realidad no lo está.
b. Aparenta mucha felicidad, cuando por dentro está destruida.
c. Es infeliz por dentro, su rostro lo refleja y sus acciones lo demuestran.
d. Aparentan tener una buena economía, cuando en realidad están demasiado
endeudados.
e. Aparentan una espiritualidad que no tienen, su vida como cristiano deja
mucho que desear.

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2. Lo positivo:
a. Es una mujer que se muestra tal y como es, porque no tiene nada que ocultar,
ella tiene una comunión con Dios y esto la hace vivir una vida plena,
satisfecha y bendecida.
b. Irradia paz, porque su paz viene de Cristo. Fil. 4:7 “Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.” Tiene paz en su corazón a pesar de las
dificultades a las cuales se está enfrentando.
c. Tiene una relación armoniosa en su vida familiar, tiene una buena
comunicación con su esposo y familia, ha aprendido a aceptar a sus seres
amados por encima de sus defectos y equivocaciones.

II. Es una mujer con una sana autoestima

1. No se siente superior a las demás personas que la rodean. Ro. 12: 3a.“Digo,
pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no
tenga más alto concepto de sí que el que debe tener…”
2. No depende de la opinión que otros tengan de su persona para sentirse bien y
aceptada; ella se sabe amada y aceptada por su Padre celestial.
3. No tiene el menor interés en querer agradar a todos, porque emocionalmente es
desgastante querer agradarles a todos, ella entiende que es imposible quedar
bien con todos. Ga. 1:10 “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de
Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los
hombres, no sería siervo de Cristo.”
4. No depende del valor que otros le den a su persona, porque ella ha entendido
que su valor como persona no lo definen los demás, sino que su valor depende
de dos realidades:
a. Que fuimos creadas a imagen de Dios, lo cual significa tener un valor
inherente, somos tesoros infinitamente valiosos como seres humanos a pesar
de lo que hagamos o dejemos de hacer.
b. Tenemos una nueva identidad en Cristo; cuando comenzamos una relación
con Cristo, encontramos nuestra nueva identidad en Él. El valor como
personas nos la ha dado Cristo.

III. Es una mujer con un corazón perdonador

1. Entiende y acepta el mandato del Señor de perdonar a quienes la han ofendido o


dañado. Ef. 4:32 “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en
Cristo.”
2. Experimenta el amor de Dios por lo que tiene la capacidad que viene de Dios
para amar y perdonar aun a sus enemigos. 1 Jn. 3:1 “Mirad cuál amor nos ha
dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no
nos conoce, porque no le conoció a él.” 1 Jn. 3:16 “En esto hemos conocido el
amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner
nuestras vidas por los hermanos.”

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3. Tiene un corazón libre de resentimientos y amarguras. Tener un corazón libre de
estas emociones dañinas es de mucha bendición para su vida y para los que la
rodean. Ana fue un ejemplo de perdón, yendo al lugar adecuado. 1 S. 1:6-7 “Y
su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola…”; 1 S. 1:10 “Ella con
amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.”; 1 S. 1:15-16 “Y
Ana le respondió… yo soy una mujer atribulada de espíritu… he derramado mi
alma delante de Jehová.”

Conclusión: Si realmente queremos ser mujeres sanas emocionalmente, tenemos que dejar
que el Espíritu Santo sane nuestras emociones dañadas, para poder servir al Señor con la
libertad con la cual Cristo nos hizo libres y rendir un servicio de gloria. J.B.

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2. Las conquistas de una
mujer emocionalmente Sana
Texto: 1 Samuel 25: 3

Introducción. Muchos escritores han dicho que las emociones


son una de las partes inmateriales del ser humano y que cuando
una persona tiene problemas emocionales, no sabe controlarse, ni cómo comportarse en
ciertas circunstancias; pero cuando una mujer está sana emocionalmente se comportará de
la forma correcta y actuará con sabiduría.
Una de las mujeres que podemos encontrar en la Biblia con estas cualidades, es Abigail.
¿Qué nos enseña la Biblia sobre ella como una mujer sana emocionalmente?

I. Una mujer emocionalmente sana actúa de una forma correcta en el momento


oportuno. 1 S. 25:14-18.

1. Escuchó atentamente el informe de su criado. Vv. 14-16


2. Analizó la situación. V. 17
3. Actuó inmediatamente. Vv. 18- 19

II. Una mujer emocionalmente sana es valiente y humilde. Vv. 19-23

1. Se enfrentó al enemigo que iba dispuesto para destruir todos los bienes que
poseía Nabal. Vv. 20-22
2. Al ver a David, se bajó del asno y postró en tierra aun cuando no sabía cómo
reaccionaría David. Vv. 23-24
3. Le habló a David con sabiduría, él la bendijo y recibió lo que ella había
preparado para él y sus hombres. Vv. 32-35

III. Una mujer emocionalmente sana es una esposa prudente V. 36

1. Aunque su vida estuvo en peligro, no le reprochó a su marido.


2. Cuántas mujeres iracundas no saben controlar sus emociones y hubieran ido a
hacer un escándalo a sus esposos en plena fiesta.
3. Abigail dejó todo en las manos de Dios, ella era una mujer de buen
entendimiento. 1 S 25:3
4. Esto nos enseña que conocía a Dios y Él actuó en favor de ella pues le quitó la
vida a su esposo Nabal. Vv. 37-38.

Conclusión. Una mujer que no es sana emocionalmente siempre estará gritando,


discutiendo e inclusive estará haciendo berrinches; pero cuando ella es sana, permitirá al
Espíritu Santo que tome el control de sus emociones, como dice 2 Timoteo 1:7 “Porque no
nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. Dios
quiere que seamos mujeres sanas en nuestras emociones y que lo demostremos con nuestras
acciones y palabras. M.C.

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3. Mujer sana, cuerpo sano
Texto: 3 Juan 2. NVI “Querido
hermano oro para que te vaya
bien en todos tus asuntos y
goces de buena salud, así como
prosperas espiritualmente.”

Introducción: Cuando hablamos de la mujer sana, con mente sana, parece que nos
referimos al dicho atribuido a los griegos en los juegos olímpicos de mente sana en cuerpo
sano; en realidad viene de un poema romano cuyo autor es Juvenal, el texto en latín
traducido al español citado completo es: “Se debe orar que se nos conceda una mente sana
en un cuerpo sano.”

Observamos que el apóstol Juan en su carta, mostraba preocupación tanto por la vida
espiritual como por la salud física del hermano Gayo, al cual estimaba.
Dios en su sabiduría también se ha preocupado y se preocupa porque tengamos salud física
y mental, una salud integral; veamos lo que la Biblia nos muestra sobre el tema.

I. La salud integral

1. Muchos pensarían que salud integral es un cuerpo libre de enfermedades. Pablo


nos habla en 1 Ts. 5:23 que el ser humano es tripartito ya que se constituye de
espíritu, alma, y cuerpo. Cuando hablamos de salud integral nos referimos a la
salud que incluye el cuerpo, la mente, las emociones, los sentimientos y el
aspecto espiritual.
2. Dios se interesa de todo nuestro ser completo, Génesis 2:7 dice: “Jehová Dios
formó al hombre y después a la mujer de la costilla del varón y lo hizo con sus
propias manos puso cuidado en ambos para hacerlos perfectos.” Esa
perfección nos alcanza a nosotros. Sal. 139:13-16. “Porque tu formaste mis
entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Mi embrión vieron tus ojos, y
en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin
faltar una de ellas.”

II. Cuerpo Sano

1. Debemos mantener el cuerpo sano, nos dice el Señor en Ef.5:29 nadie jamás
aborreció su propia carne, sino que la sustenta y la cuida; debemos cuidar y
alimentar nuestro cuerpo con sabiduría, dándole los alimentos que necesita, así
como el agua que también es parte del cuidado del cuerpo. Podemos usar el
plato del buen comer como una guía para una buena alimentación.
2. 1 Co. 5:29, 30, nos dice: “nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y no sois
vuestros porque habéis sido comprados por precio, debemos honrar a Dios con
nuestros cuerpos”

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3. 2 Co.7:1 “limpiémonos de toda contaminación de carne y del espíritu.”
Debemos mantener el cuerpo limpio no solo con el baño diario sino de todo
pecado que contamine el cuerpo, fornicación, adulterio, pornografía, etc. que no
dan honra y gloria a Dios, pues la voluntad de Dios es vuestra santificación
según lo dice 1 Tes.4:3.

III. Mente Sana

1. Prácticamente 3 años de pandemia, que nos tocaron vivir, al inicio nos hizo
permanecer encerrados en nuestros hogares por muchos meses y a los niños casi
perder dos ciclos escolares. Durante este tiempo es cuando se manifestaron los
problemas de la mente, trayendo en las personas, ansiedad, depresión, maltrato
psicológico, violencia doméstica y violencia sexual.
2. Dios en su infinita misericordia nos habla a través de la Biblia dando claves para
mantener una mente sana cuando nuestra mente alcanza un estado de plenitud y
paz. Juan 16:33 nos da la explicación “Estas cosas he hablado para que en mi
tengáis paz. Confiad yo he vencido al mundo.”
3. Cuando nuestros pensamientos están acordes a los pensamientos de Dios
tendremos una mente y espíritu en paz.
4. Pablo también nos habla en Filipenses 4:8 “Por lo demás hermanos, piensen en
todo lo que verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en
todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo
digno de alabanza en esto pensad.”
5. Proverbios 4:23 nos dice “Sobre toda cosa guardad, guarda tu corazón (mente);
porque de él mana la vida”. No podemos separar el alma, mente, del espíritu
porque prácticamente están unidos y nuestro espíritu influye en nuestra mente;
por ello debemos aprender a filtrar toda la información que viene a nuestra
mente, tanto es así que el Proverbista nos recalca que debemos guardar nuestra
mente en todo momento y Pablo nos indica como filtrar la información si es
veraz, justa, pura, etc.
6. Si la mente sufre, se refleja en el espíritu del hombre trayendo enfermedades,
grande es Dios que sana el cuerpo, la mente, el alma y las heridas profundas de
nuestro espíritu.

IV. Para una salud integral debemos tener hábitos sanos

1. Ejercicio. La caminata diaria o tres veces por semana mantendrá músculos,


corazón y huesos sanos.
2. Alimentación saludable. El plato del buen comer incluye todo tipo de carnes,
legumbre, verduras y frutas y dos litros diarios de agua simple para mantener
sanos lo riñones.
3. Dormir bien de 7 a 8 horas diarias de sueño profundo y reparador. Cenar dos
horas antes de dormir, establecer un horario para dormir y despertar. Es
importante dormir pues durante el sueño el cuerpo procesa las grasas y los
antioxidantes para tener un cuerpo joven y en buenas condiciones.
4. Evitar el estrés. Debemos depositar nuestras cargas en las manos de Dios, en el
momento que usted lo haga la paz de Dios inundará su mente, alma y cuerpo. La

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oración, ejercicios de relación muscular permitirán disminuir el estrés de la vida
diaria
5. Evitar tóxicos. Como fumar, beber alcohol o cualquier tipo de droga. Hay que
tener cuidado en aquellas personas que toman medicamentos para dormir
también puede convertirse en una drogadicción sin saberlo.
6. Recreación. Ocupar el tiempo libre poco o mucho en convivir con la familia sin
celulares. Las personas mayores que salen poco, deben realizar ejercicio mental
como la sopa de letras, sudoku o leer, así mantendrán la mente activa y evitarán
enfermedad de Alzheimer o la demencia senil.
7. Prevención. Acudir al ginecólogo por lo menos una vez al año para detección de
cáncer mamario o uterino a través de mamografías y papanicolau; o cualquier
otra enfermedad crónica como la hipertensión arterial, dislipidemias (colesterol
y triglicéridos), obesidad o sobrepeso, etc.
8. Debemos acudir al médico familiar una vez al año para un chequeo general para
prevenir enfermedades.

Conclusión: Al recibir a Jesús como nuestro Salvador, salvó y sanó nuestro espíritu, alma
y cuerpo. No solo el cuerpo, nuestro ser entero para realmente ser nuevas criaturas en
Cristo.

Comenzar una nueva forma de vida que nos hará mujeres con cuerpo sano y mente sana.
Si hoy tiene alguna enfermedad física o sufrió violencia física o psicológica es momento de
pasar al altar, poner todo en las manos de Dios y Él sanará su cuerpo, mente y espíritu.
Estaremos llenas de la paz de Dios con cuerpos sanos y mentes sanas. B.S.

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4. Cómo sanar las heridas en el
matrimonio
Texto: Hebreos 12:12-15 “Por lo cual, levantad las
manos caídas y las rodillas paralizadas, y haced
sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo
no se salga del camino, sino que sea sanado. Seguid
la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá
al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de
alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz
de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean
contaminados.”

Introducción. “El matrimonio al principio parece un lecho de rosas, pero con el tiempo
sales los espinos”. Este dicho popular encierra una gran verdad en la vida matrimonial.
Todos los que hemos pasado por experiencias en la vida conyugal sabemos que en algún
momento hemos sufrido ofensas sean voluntarias o involuntarias. Si no se encausan
adecuadamente el matrimonio puede dar un viraje que puede terminar en tragedia.

Proposición. Una herida es una lesión que se produce en el cuerpo y puede producirse por
múltiples razones, golpes o desgarros en la piel; con riesgo a infecciones. Existen heridas
abiertas o cerradas, superficiales o profundas, simples o complejas.

En algún momento dentro del matrimonio se provocan una o varias heridas que no
necesariamente son físicas, si no del corazón; las cuales causan amargura, resentimiento y
deseos de venganza, estos sentimientos negativos enferman a quien los retiene y por lo
tanto necesita sanar urgentemente. Las heridas en la vida conyugal pueden ser sanadas con
la ayuda de Dios. En este mensaje veremos cuáles son las causas de las heridas, qué
debemos hacer con ellas y cuáles son las actitudes que debemos tener para que sean
curadas. Una herida en nuestro matrimonio puede tener varios orígenes, puede ser una
pelea, una discusión o un desacuerdo, sin embargo, si no se maneja correctamente trae
graves consecuencias. Veamos primero cuales algunas de las causas:

I. Causas de las heridas en el matrimonio.

1. El corazón pecaminoso.
a. El pecado, es inherente a nuestra naturaleza caída y pecaminosa. Un
corazón apartado de Dios estará cautivo y provocará daño. “Así que,
queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque
según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en
mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, que me lleva cautivo
a la ley del pecado que está en mis miembros.” Ro. 7:21-23
b. Todo pecado proviene del corazón del hombre. Mateo 15:18-20 dice: “Pero
lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre porque
del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios,

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las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Éstas
cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin
lavar no contamina al hombre”. ¿De dónde pues salen los deseos de dañar
y pelar contra la pareja? La respuesta la tiene la Palabra.
c. Somos nosotros mismos. Santiago toma este principio fundamental de la
naturaleza humana y le da en el clavo, aplicándolo a nuestras relaciones
personales aun dentro del matrimonio. Santiago 4:1-3 declara: “De dónde
vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones,
las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y
ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis
lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para
gastar en vuestros deleites.”
2. La voluntad corrompida
a. La voluntad es lo que decidimos hacer en nuestro libre albedrío, ya sea que
nos hieran o nosotros herir a nuestro cónyuge, es la decisión que tomamos.
b. ¿Has visto un accidente automovilístico? Seguramente en algún momento
todos hemos presenciado uno. El culpable es el que choca. Así pasa con las
heridas en el matrimonio, lo difícil es que puede ser que nosotras mismas
ocasionemos el accidente y esto cause nuestras heridas o las de la pareja.
Puede ser también que, como en un accidente, los dos cónyuges ocasionen
las heridas y ambos salgan gravemente heridos. Sujetemos nuestra voluntad
al Señor, pidiendo que nos ayude a evitar dañar a nuestra pareja.

Pregúntese estimada hermana ¿Cómo fue ocasionada ésta herida? Ya que sepa la causa,
ahora tiene que saber qué hacer con las heridas.

II. Qué hacer con las heridas en el matrimonio

1. Acudir a Dios en oración


a. El salmo 30:2 dice “Jehová Dios mío, A ti clamé y me sanaste.”. Dios
proclama ser tu sanador: Jehová Rafha (Sanador).
b. Éxodo 15:26 “y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e
hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y
guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los
egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.” Dios es el único
que puede sanar las heridas más profundas que pueda tener tu matrimonio.
c. En el salmo 103:3, el salmista afirma que es Dios “El que sana todas tus
dolencias”. Solo Él puede sanar todas y cada una de las heridas ocasionadas
en el matrimonio. El Salmo 147:3 enfatiza las acciones de Dios en este
proceso: “Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.”
2. Depositar plenamente nuestra confianza en nuestro buen Dios
a. Él es bueno y lo hará. (Santiago 1:17) “Toda buena dádiva y todo don
perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces en el cual no hay
mudanza, ni sombra de variación”
b. El sacrificio de Cristo en la Cruz del calvario vino a traernos salvación, vida
eterna y también salud. (Isaías 53:5) “Mas él herido fue por nuestras

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rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
c. Acudir con nuestras heridas causadas en el matrimonio a Dios, es como
cuando estamos enfermos de gastritis tenemos que ir con un especialista,
gastroenterólogo para ser atendidos adecuadamente; así mismo, debemos
acudir al Especialista Todopoderoso, Jehová Rafha, ¿A quién acude usted?

III. Lo que pide Dios para sanar las heridas en el matrimonio

1. Perdonar a tu cónyuge
a. En su epístola a los Colosenses Pablo instruye a la iglesia diciendo:
“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere
queja contra otro, de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo
vosotros” (Col. 3:13).
b. ¿Cuántas veces debemos perdonar? Las veces necesarias hasta que la
muerte nos separe. Jesús pone la cantidad en Mateo 18:21-22 “Entonces se
le acercó Pedro y le dijo: Señor ¿Hasta cuántas veces debo perdonar a mi
hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta
siete, sino aun hasta setenta veces siete”.
c. En necesario otorgar el perdón ya que el mismo Señor enseña que sucede si
nosotros no perdonamos: “más si no perdonáis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” (Mt. 6:15).
d. Debe ser de todo corazón: “Así mi Padre celestial hará con vosotros si no
perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas” (Mt. 18:35)
2. Pedir la ayuda del Espíritu Santo
a. Dios nos da el poder para hacer todo lo que Él ordena gracias a su Espíritu
Santo. Dice la Sagrada Escritura “porque Dios es el que en vosotros
produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” (Fil. 2:13).
b. Junto con el mandato Dios nos concede su gracia para obedecerlo en
dependencia de Él. Eso significa, por ejemplo, que: es posible perdonarlo
todo “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para
que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros
vuestras ofensas” (Marcos 11:25). Perdonar al cónyuge que hirió tanto es
asunto de una decisión; si estamos dispuestas a obedecer es una elección que
se hace en dependencia del poder sobrenatural de Dios. Gracias al poder del
Espíritu Santo podemos decidir perdonar.
c. Dios nunca nos va a pedir algo que no podamos hacer, sobre todo si se trata
de estar sanos. El médico no nos va a pedir que compremos un medicamento
para la cabeza si nuestro dolor está en el estómago. Hagamos lo que Dios
nos pide y él honrará a los que le honran.

Conclusión: Hemos visto someramente las causas de las heridas en el matrimonio, así
como qué hacer o a quien acudir cuando estamos heridos y lo que Dios pide que hagamos
para ser sanados. Es necesario saber cuál es el causante de nuestras heridas y acercarnos
más a Dios, para saber que nos pide para ser sanados. No hay herida que Dios no pueda
sanar, siempre y cuando acudamos a él para ser sanados. L.V.

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5. Familias sanas, familias felices
Texto: Proverbios 14: 1ª.

Introducción: “Hogar feliz”. Si un hogar quiere ser feliz, los miembros que lo componen
deben observar las siguientes reglas:
1. Ser gentiles y pacientes
2. Nunca contestar con palabras airadas.
3. Practicar el perdón y el olvido de las pequeñas ofensas.
4. Procurar hacerse amables.
5. Aceitar la maquinaria de las relaciones mutuas en el seno del hogar, con el aceite de
la oración.
6. No olvidar establecer y practicar el culto de familia.
7. Evitar la contradicción entre los padres, pues ello tiene que ser de fatales
consecuencias.

¿Cómo podemos edificar familias sanas y felices? Aunque parezca imposible podemos
edificarlas; con la ayuda del Señor podemos tener familias que disfruten convivir entre sí a
pesar de las diferencias que pudieran tener.

I. Cuiden la alimentación y la salud. Proverbios 31:15, 27.

1. Cuando hay una buena alimentación hay menos enfermedades.


a. Como esposas y madres de familia tenemos la gran responsabilidad de
cuidar la alimentación de nuestra familia. Procuremos darle a nuestra familia
no solo lo que les gusta sino lo que realmente necesitan. Muchos productos
enferman nuestros cuerpos: no se debe consumir en exceso sales, azúcares,
comidas chatarras, refrescos, etc., claro que estamos en tiempos que hay

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tantos productos a la mano que nos facilitan mucho el trabajo, pero no
necesariamente es lo mejor.
b. La mujer virtuosa se preocupaba por la alimentación de su familia y estaba
atenta a lo que pasaba en su casa. No menciona específicamente que
cocinaba esta mujer, pero menciona que estaba pendiente de los suyos.
2. Cuando hay buena salud hay menos quejas.
a. Normalmente cuando hay buena alimentación hay buena salud y cuando uno
se siente bien esto trae tranquilidad. Cuando hay enfermedad hay gastos,
tensión, malas noches, etc. Y todo esto nos afecta también en la salud.
b. Nosotros como cristianos tenemos que cuidar nuestra salud y procurar ser
ejemplo a otros acerca de cómo cuidar el cuerpo. Lamentablemente muchos
se desviven en comer y no piensan en las terribles consecuencias de ello
hasta que ya las están sufriendo.
c. Cuando nuestro cuerpo practica un deporte o ejercicio se siente mejor.
Aunque cueste mucho trabajo hay que abrazar ciertos hábitos que nos harán
sentir mejor: practicar un deporte, o hasta simplemente salir a caminar por
media hora nos ayudará muchísimo tanto física como mentalmente.
3. Si atendemos las enfermedades a tiempo, podemos evitar que empeoren.
a. Como madre de familia he aprendido a no dejar pasar las enfermedades y
que mis hijos sufran por dolores o calenturas, a la primera molestia oramos
por sanidad y para pedir que el médico al cual vayamos nos dé el
diagnóstico y tratamiento adecuados. Debemos sentarnos a pensar y analizar
muchas situaciones que estamos viviendo y que podemos evitar con
sabiduría y gracia divina.
b. Al Señor también le importa nuestra salud física no sólo la espiritual por eso
es necesario cuidar nuestro cuerpo que es templo del Espíritu Santo.

II. Enseñe las Escrituras a los hijos. Deuteronomio 6:6-9.

1. Es un mandato de Dios a los padres de familia. Dios por medio de Moisés


ordenó a los padres enseñar los mandamientos y ordenanzas suyas a sus hijos.
a. Aquí vemos la necesidad de la enseñanza de generación a generación, de
aquí surge la frase tú con tu hijo y el hijo de tu hijo.
b. Es muy bueno enseñarles historias de la Biblia, que se memoricen textos,
que se los expliquemos con ejemplos. Eso muchas veces se los dejamos a las
maestras de la Escuela Dominical o de algún ministerio, cuando es una de
nuestras responsabilidades como padres. Realizar el altar familiar con ellos y
aprovechar enseñarles la Palabra de Dios. Motivarlos a aprender de memoria
textos de la Biblia.
c. Tenemos la gran oportunidad de moldear sus vidas, de inculcarles la Palabra,
de sembrar en sus corazones el amor y temor a nuestro Dios. Pero sobre todo
que no solamente lo escuchen, sino que lo vean en nosotras, por ejemplo: si
decimos que no hay que mentir, no mintamos; hablemos siempre con la
verdad. Estar atentos a la necesidad de nuestros padres y apoyarlos en lo que
necesiten, así aprenderán el quinto mandamiento, no solo porque se los
decimos, sino porque nos ven practicarlo.

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2. Debemos enseñar buenos valores a nuestros hijos. Pr. 22:6 BLS “Educa a tu
hijo desde niño, y aun cuando llegue a viejo seguirá tus enseñanzas.”
a. Significado de valores humanos: Son aquellas virtudes a las que asignamos
tanta importancia, que no podemos ponerle precio, permitiéndonos orientar
nuestras decisiones y conducta ante la vida.
b. ¿Cuáles son esos valores? Amor, amistad, bondad, confianza, fraternidad,
honor, honradez, justicia, libertad, solidaridad, paz, respeto, responsabilidad,
tolerancia, pasión, compromiso, calidad, integridad, etc.
c. Es en casa donde nuestros hijos aprenden a decir buenos días, buenas tardes,
buenas noches y no solamente a nosotros sino a todos los demás. Ser
responsables en la escuela y en la casa con sus deberes, respetar a los
abuelos y ancianos, ser amables con todos, ser pacientes, ayudar a quien lo
necesite, etc.
3. Enseñarles a temer a Dios y a respetarnos como sus representantes aquí en la
tierra.
a. Es importante inculcar en la mente y corazón de nuestros hijos a temer y
respetar a nuestro Señor y Dios, a apartarse de todo pecado. Inculcarles la
conciencia de la actitud y del juicio de Dios hacia el pecado. Hacerles saber
que Dios siempre está observando y evaluando lo que hacen, dicen y
piensan. Que aprendan a amar a Dios y ser agradecidos con Él viviendo una
vida agradable delante de sus ojos.
b. Enseñarles que como sus padres tenemos del derecho de corregirlos y
disciplinarlos, pero como dice la Escritura: “Padres, no hagan enojar a sus
hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e
instrucción que proviene del Señor” y muchas otras instrucciones las
encontramos en el libro de Proverbios 13:24; 15:20; 17:21; 17:25; 19:18;
19:26; 20:11; 20:20; 22:15; 23:13; 23:24; 27:11: 28:24; 29:15; 29:17.
c. Colosenses 3:20-21 “Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque esto
agrada al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se
desanimen.” Aquí es importante recalcar que los hijos deben obedecer en
todo; siempre y cuando no se les pida hacer algo incorrecto o inmoral.
También es necesario corregir, pero sin abusar de nuestra autoridad como
padres.
d. Efesios 6:1-4: (Nueva Traducción Viviente) “Hijos, obedezcan a sus padres
porque ustedes pertenecen al Señor, pues es lo correcto. Honra a tu padre y
a tu madre. Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: si
honras a tu padre y a tu madre, te irá bien y tendrás una larga vida en la
tierra.” Enseñemos a nuestros hijos que hay bendición de Dios si nos
obedecen, respetan y honran.

III. Procuren el arrepentimiento, perdón y reconciliación entre todos. Como padres


debemos enseñar a nuestros hijos a ser humildes, a reconocer sus errores, pedir perdón
y buscar la reconciliación para que haya armonía y paz en el hogar.

1. Llevarlos al arrepentimiento.
a. Hay que mostrarles sus errores sin ofenderlos; es muy importante enseñarles
desde muy pequeños y no esperar hasta que sean adolescentes pues en algunos

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casos será casi imposible. Si ofendieron a algún amigo, hermano, maestro, o a
nosotros debemos enseñarles que no debemos hacer a otros lo que no nos
gustaría que nos hicieran o como dice la regla de oro en Mateo 7:12.
b. Que entiendan que a Dios no le agrada que nos ofendamos y nos lastimemos,
que Dios aborrece muchas cosas como por ejemplo las que menciona
Proverbios 6:16-19.
2. Enseñarles a perdonar y a pedir perdón.
a. Nuestro Padre quiere que perdonemos, así como Él nos perdona. Mateo 6:12;
14,15; Marcos 11:25 y 26. Y Él mucho nos ha perdonado y no debemos negar
el perdón a quien lo pida, es más debemos perdonar aun cuando no nos pidan
perdón. Perdonar trae grandes beneficios para quien lo practica además de
sentir la paz del Señor en nuestro corazón. Y no hay límite alguno para
perdonar como enseñó Jesús a Pedro en Mateo 18:21 y 22.
b. Cuesta mucho ser humildes y pedir perdón, pero es necesario hacerlo. Dice una
frase que leí en un material de Escuela Dominical hace muchos años atrás: ser
cristiano no significa no fallar nunca sino, admitir cuando uno falla.
c. Nuestros hijos deben aprender a pedir perdón a Dios por las faltas cometidas
contra Él y contra otros, pues cuando nos desobedecen a nosotros como padres
están desobedeciendo a Dios. El Salmo 51: 1-4 es un ejemplo de humildad.
3. Buscar lo más pronto posible la reconciliación.
a. Para que haya paz y armonía en el hogar se debe buscar la reconciliación.
Mientras no hay quien la busque, se siente un ambiente terrible y eso le da lugar
al diablo, Efesios 4:26 y 27.
b. La Biblia ordena la reconciliación con los hermanos, con el esposo y la
reconciliación con Dios.
c. ¡Qué gozo y paz se siente cuando hay arrepentimiento y perdón en el hogar!
Como padres somos ejemplo de estos tres pasos y que nuestros hijos nos vean
practicándolos.

Conclusión: Tenemos una gran responsabilidad como mujeres de edificar familias sanas y
felices, en esta ocasión mencionamos solamente tres pasos para lograrlo: cuide la
alimentación y salud, enseñe las Sagradas Escrituras a los hijos y procuren el
arrepentimiento, el perdón y reconciliación entre todos. Se puede, todavía no es demasiado
tarde para hacer ciertos cambios en nuestros hogares y familias que traerán muchos
beneficios para cada uno. Tenemos en la Biblia el ejemplo de una mujer que edificó su casa
de manera que su esposo e hijos se sentían dichosos y bendecidos con ella y la alababan en
Proverbios 31: 10-31. No es imposible edificar una familia sana y feliz, si buscamos la
ayuda y dirección divina. Nuestro Dios siempre está dispuesto a ayudarnos si nos
acercamos con humildad a Él. Desde hoy podemos iniciar y el primer paso, es acercarnos
con sencillez y decirle: Señor yo quiero tener una familia sana y feliz, pero ayúdame a
edificarla pues es en gran parte responsabilidad mía, que busque lo mejor para ellos y
sobre todo sana mi corazón de toda herida y ayúdame para guiar a mis hijos buscar ser
sanados emocionalmente al perdonar y pedir perdón. M.T.

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6. La evidencia de unas finanzas
saludables
Texto: Proverbios 3:9-10; 27:23-24; 21:20 y 25

Introducción: He oído hablar de una mujer pobre y


trabajadora cuyos hijos luchaban en ese momento por su
pan. De repente, los dolores de la muerte se apoderaron de
ella, y mientras yacía moribunda, este fue el legado que
dejó a sus hijos: hijos, tomen nota -les dijo-, entonces se
volvió a su esposo y mientras se estaba muriendo le dio las
siguientes instrucciones: “Encontrarás tantos chelines en
esa caja de allí”. Se podría pensar que iba a decir:
“Cuídalo; es lo último que tengo”. Pero no, ella dijo: “le
debo esa suma de dinero a la Sra. Fulana, en el pueblo.
Tómalo y págale; es todo lo que debo en el mundo, y
luego puedo morir contenta”.

Este hecho quedó grabado en la mente de sus hijos y viudo


hasta el último de sus días. Como mujer cristiana, murió, y
dejó a sus hijos una herencia mejor que la que muchos de
sus pares del reino han otorgado, desde ese mismo instante
comenzaron a aumentar en respetabilidad y posición en la vida.
(Charles H. Spurgeon, 300 ilustraciones de sermones de Spurgeon)

Mujer cristiana, puedes, con la fuerza de una fe inquebrantable en Dios, cerrar los ojos en
paz. No dejes que tu posición social te moleste demasiado, pero mientras haces todas las
provisiones que puedas, no permitas que tu provisión te limite nunca en tu generosidad a la
causa de Cristo, ni estropees la paz con la que vas a tu almohada de muerte. El que ha
estado contigo también estará con tu simiente.

La Biblia nos habla claramente sobre las finanzas en más de 1,600 versículos y nos da
instrucciones y reglas específicas para administrarlas. Es muy importante entender que la
mujer cristiana debe ser irreprensible y de ejemplo en todo aspecto, es por eso que Dios nos
enseña que según manejamos nuestro dinero, será también un reflejo de lo que hay en
nuestro interior (corazón). Así que, una mujer que da evidencia de finanzas saludables, es
una mujer que es digna representante del reino de Dios, sin duda una mujer de ejemplo de
influencia sobre su generación actual y futura.

P. C ¿Cuáles son los aspectos clave que permiten a una mujer cristiana dar evidencia de
tener finanzas saludables?

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I. Reconocer que todo es de Dios y de Él provienen todas las cosas. Pr. 3:9-10

1. “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán
llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto”. Pr. 9:9-
10
2. Para empezar, una mujer cristiana reconoce que hay un solo dueño del universo
entero y ese es Dios (Sal. 24:1), y que realidad nada es nuestro, definitivamente
este entendimiento rompe con todo egoísmo y avaricia. Es únicamente de esta
manera que se tendrá la convicción de dar a Dios lo que le corresponde en
cuanto a finanzas se refiere. En realidad, el Señor no requiere, ni necesita de
absolutamente nada de lo que el ser humano le pueda dar. Cuando el Señor pide
que seamos colaboradores con Él con las finanzas, en realidad nos está haciendo
partícipes con él y eso es maravilloso.
3. Por otra parte, el Señor reta la fe del hombre, fe que debe estar basada en el
amor y obediencia que le profesa. La mujer que ama y obedece a Dios no temerá
invertir en la obra del Señor, no temerá dar lo que el Altísimo pide de sus
finanzas, simplemente se desprende de lo material sin pensar y lo da para la
obra, mostrando un corazón generoso, es simplemente fiel con sus diezmos, da
ofrendas y no es indiferente a las necesidades, siempre tendrá algo para dar. El
tan solo meditar en lo que Cristo hizo en la cruz del Calvario, hace a la mujer de
Dios, estar en deuda con Él. El Señor dio su vida y su sangre preciosa por
rescate de la vida del hombre y así darle salvación. Es verdad que nunca se le
podrá pagar a Rey del cielo por lo que Él hizo en la Cruz, pero si es posible
despertar ante tal deuda hacia Él, un corazón agradecido que le haga ser
desprendido, de lo que algunos más aman, sus finanzas.
4. En la Biblia es posible ver un ejemplo de esto en Lidia, una mujer que conoció a
Dios, y al que dio siempre su lugar y tiempo. Ella aprendió a tener un corazón
generoso porque amaba a Dios y reconocía que el éxito de su empresa como
vendedora de la tintura real, se lo debía a Altísimo. Fue generosa con Pablo y
sus colaboradores, abrió su casa para hospedarlos, y aún la dio para que la gente
se reuniera a adorar a Dios en la incipiente congregación de Filipos. La
característica más loable de la iglesia de Filipos, era su generosidad, seguro lo
aprendieron de una mujer, Lidia, la precursora de la iglesia en ese lugar.

II. Se diligente en el cuidado de los bienes que Dios te da. Pr. 27:23-24

1. Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus
rebaños; porque las riquezas no duran para siempre; ¿Y será la corona para
perpetuas generaciones?
2. En las noticias es posible observar que el 80% de los mexicanos está en el buró
de crédito, y son señalados como deudores por incurrir en no pagar lo que
debían hacer en tiempo y forma. Es triste decir que mucha gente cristiana
pertenece a este rubro señalado de personas. El Señor dijo: “no debáis nada a
nadie” Ro. 13:8. Doloroso es saber y aún poder mirar que mucha gente pierde
inclusive su patrimonio por el descuido en el cuidado de sus finanzas,
llevándolas a deudas impagables.

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3. Por el contrario, diligencia en el cuidado de las bendiciones materiales que Dios
provee, es sinónimo de una buena administración y es bíblico. Es muy
importante vivir con lo que se tiene y no ejercer gastos innecesarios que después
arrojarán deudas impagables que serán un dolor de cabeza y quitarán la paz en tu
corazón. Es importante ser diligente en el análisis de tu ingreso: cuánto tienes,
cuánto puedes gastar, cuánto puedes pagar (analizar el estado de mis ovejas). No
gastes el dinero en cosas vanas que no necesitas, aprende a tener contentamiento
y vive con lo que tu ingreso te permita vivir tranquilamente (mira con cuidado
por tus rebaños).
4. Hay gente que Dios bendice en gran manera, pero que tristemente, así como
reciben una economía solvente, la misma la gastan sin pensar. Es sabido de
gente que gana grandes sumas de dinero o hasta que se saca la lotería y al día de
hoy no tienen nada y están peor de endeudados que antes. Una buena
administración de las finanzas en casa, redunda en bienestar para la familia, lo
que ocurre de manera inversa cuando no se es una buena administradora, se
afecta mucho. Es maravilloso cuando una mujer cristiana es de ejemplo en su
casa a sus hijos y a otros de ser una mayordoma de excelencia, seguro sus hijos
la imitarán, y será una generación próspera de buenos mayordomos. Triste es,
cuando la descendencia aprende el mal hábito de incurrir en el descuido de las
finanzas por el mal ejemplo de sus padres.
Como mujeres del reino debemos pedirle ayuda al Señor que bendiga y
multiplique lo que tenemos, que nos dé mucha sabiduría para agradarle en la
correcta administración de nuestros bienes materiales. A todas luces puedan
reconocernos como mujeres que dan señal de ser unas excelentes mayordomas y
seamos de bendición y ejemplo a otras.

III. Sé una mujer trabajadora y buena previsora. Pr. 21:20 y 25

1. V. 20. “Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; más el hombre
insensato todo lo disipa”.
2. V. 25 “El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar”
3. En Proverbios 31, es posible apreciar a una mujer por demás trabajadora, así
como muchas mujeres de la Palabra cuyo testimonio da fe de esto. La mujer
cristiana no puede ser una excepción a la regla. Una mujer del reino es una
mujer diligente en el trabajo con sus manos y su mente. No todas las mujeres
tienen que salir a trabajar, en casa se puede hacer mucho. Hay gente tan
industriosa y tan creativa que ha encontrado la forma de traer un ingreso a casa,
trabajando desde casa, en verdad que Dios da la creatividad y abre puertas a las
mujeres emprendedoras. El solo hecho de que en casa tú misma hagas los
quehaceres del hogar te permite estar activa y evitar gastos innecesarios.
Siempre que puedas muévete, trabaja, pon manos a la obra.
4. Por otra parte, es necesario pensar en que no siempre se tendrán las fuerzas para
trabajar, que quizá no siempre se tenga ese ingreso estupendo, por tanto, es
necesaria la cultura del ahorro, lo cual no es sinónimo de falta de fe, sino de
previsión. Una mujer sabia no derrochará todo su ingreso, sino que guardará
cada vez parte del aceite para llenar las vasijas que serán útiles en el futuro
cuando ya no le sea posible hacerlo. La provisión ahí estará, será visible.

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5. Una mujer que da evidencia de finanzas saludables, su primer ámbito de
testimonio es su casa. Tristemente el hábito en la forma necia de tratar con las
finanzas en casa, se aprende del ejemplo de los padres, así como también es
grato ver cómo en hogares donde se practica la sabiduría en la administración de
los bienes los hijos crecen siendo unos excelentes mayordomos también. ¿Serás
corona de ejemplo para futuras generaciones? Recuerda la manera cómo puedes
influir en tu progenie para bien o para en mal en cuando a ser ejemplo y hacer de
ellos modelos de ejemplo para otros y para tus futuras generaciones.

Conclusión: La verdad es que una mujer cristiana que administra sus finanzas además de
dar evidencia y ser ejemplo a otros, tiene salud en su corazón y paz en su alma. Dios la
prospera por su generosidad, ya que su amor a la obra de Cristo, le permite ser desprendida
y participar en el reino con sus bienes, además de cumplir con corazón alegre y en
obediencia con lo que a su Señor le corresponde y pide. Su buena mayordomía le permitirá
estar contenta y vivir con lo que tiene, sin recurrir a contraer deudas que la llevarán a ser
vergüenza para el evangelio y quitarán la paz. Pero además de todo esto, la diligencia y la
sabiduría presentes en una mujer cristiana, la llevarán de la mano y con la ayuda de Dios
podrá ser previsora para el futuro. Así que ahora y para el día de mañana, siempre será una
evidencia viviente de unas finanzas saludable. El Señor nos ayuda en todo esto, no lo
olvides. S.E.

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7. Diakonía sana,
el modelo de
Cristo
Texto. Mr. 10:35- 45

Introducción:
“Aprendió bien de su buena maestra”

Cuando yo era capellán del ejército atendí a un soldado moribundo, al cual yo conocía, y le
pregunté si quería enviar a su madre algún mensaje conmigo. Me contestó: Sí. Por favor
dígale que muero con toda felicidad. Le pregunté otra vez si quería algo más, y me dijo:
Sí. Escriba usted, por favor, a mi maestra de la escuela dominical y dígale que muero con
toda felicidad, que muero como cristiano, fiel a Cristo y que nunca olvidé las buenas
enseñanzas que ella me dio.
Yo conocía a esa maestra; y le escribí. Pocas semanas después me contestó: ¡Qué Dios me
perdone! ¡Qué Dios me perdone! Pues hace un mes renuncié a mi cargo de maestra de
escuela dominical, porque yo pensaba que mi trabajo con esos niños no servía ni valía para
nada, e impulsada por mi cobarde corazón, y por falta de fe, abandoné a mis alumnos y
ahora recibo la carta de usted en la que me dice que mi enseñanza fue un medio para ganar
un alma para Cristo. ¡Estoy decidida a trabajar otra vez en el nombre de Cristo, y le seré fiel
hasta el fin de mi vida! (http://www.encinardemamre.com/premium/a-z/s/servicio.htm)

Así como la mujer de la ilustración, en ocasiones sentimos que nuestro servicio no tiene
valor, otras veces, ni siquiera nos damos la oportunidad de servir porque sentimos que no lo
haremos correctamente o simplemente no deseamos hacerlo por priorizar otros intereses
personales; esto habla de que hay algo que no anda bien, ya que la Palabra de Dios nos
enseña que el servicio es parte fundamental de nuestra vida cristiana y el mismo Jesús dejó
ejemplo de ello. La meta del servicio cristiano no se reduce a un mero trabajo material,
físico o intelectual, aunque es parte de; el servicio cristiano tiene como meta final la
salvación de las almas perdidas; si tenemos esto en mente, nuestro servicio será sano, lo
haremos con felicidad y al ver los frutos, Dios nos dará plena satisfacción.

I. El problema: un servicio enfermo

1. Expectativas equivocadas
a. Observe cómo Jacobo y Juan hacen su aparición en escena en este pasaje.
“se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que
pidiéremos.” Mr. 10:35. Estos dos discípulos eran peculiares, el mismo
apodo que Jesús les dio, “hijos del trueno” nos habla de sus personalidades
volátiles o agresivas, y quizá sea esta tendencia la que les llevaba a actuar de
formas impredecibles, aquí los vemos haciendo una solicitud un tanto
extraña.

21
b. Ellos le piden a Jesús: “Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a
tu derecha, y el otro a tu izquierda”. En esta solicitud, quisiera enfatizar la
idea errada que tenían acerca de lo que Jesús les había enseñado sobre el
servicio en el reino. Mark L. Strauss, señala: “Los sitios de honor que se
solicitan puede que sean en el banquete mesiánico (Is. 25:6–8; cf. Lc. 13:29;
Mt 8:11) o tronos adyacentes al del Mesías en la habitación del trono (Mc.
14:62; Sal. 110:1; Mt. 19:28; 25:31–46) [...] La mano derecha indica el lugar
de honor más importante. A menudo la posición del hijo y heredero, o del
consejero en jefe. Aunque el lugar a la izquierda podría tener connotaciones
negativas en el antiguo Oriente Próximo, en este contexto claramente
significa el mejor lugar del reino después del lugar a la derecha. Como
señaló France: ‘por supuesto sólo hay dos lugares como esos, por lo cual no
hay espacio para Pedro’.”
c. Aunque Jesús había enseñado repetidamente a sus discípulos cuál era el
papel del siervo humilde, lo que significaba el verdadero discipulado y que
los primeros serían los últimos (Mr. 9:33–36), Jacobo y Juan obviamente no
habían aprendido la lección, ya que su petición era ocupar los lugares de
honor y privilegio.
d. En muchas ocasiones nuestra personalidad, anhelos y objetivos, tal como
estos dos discípulos, nos llevan a querer ocupar lugares por status y
privilegio más que por servir a Dios. Tenemos una expectativa equivocada
de lo que significa seguir a Jesús. Incluso esta idea es promovida por
muchos predicadores de la prosperidad y aquellos quienes quitan de la
predicación la importancia del servicio. ¿Es malo desear un puesto de
liderazgo? ¡Definitivamente no! De hecho, en estos días la iglesia carece de
personas que anhelen servir, sin embargo, no cometamos el mismo error que
los discípulos, ya que ellos anhelaban estar al lado de Jesús para sentirse
superiores a sus compañeros.
2. Prácticas equivocadas.
a. El mundo nos enseña lo contrario al servicio. “…Sabéis que los que son
tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus
grandes ejercen sobre ellas potestad” Mr. 10:42
b. Jesús enfatiza dos palabras: “se enseñorean” y “ejercen dominio” mostrando
así un sentido negativo de poder y opresión. El gobierno romano y la
dinastía herodiana actuaba con mano dura.
c. ¿Ha cambiado en algo el gobierno de aquellos años al de ahora? Hoy
también podemos ver cómo los dirigentes del mundo gobiernan con poder y
coacción.
d. No nos equivoquemos amadas hermanas, en el ambiente cristiano no
estamos para ser jefes o señores de las personas, como sucede entre los que
no conocen a Dios.

Ni los discípulos, ni los gobernantes tenían una noción correcta de lo que significaba seguir
y servir a Jesús; servir no es ocupar el lugar más importante para ejercer dominio sobre los
demás, servirse y aprovecharse de la gente. Este es un concepto enfermo del servicio,
¡Dios nos libre!

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II. La solución: el servicio bíblico

1. Mr. 10:43-44 “Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse
grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el
primero, será siervo de todos. RVR60 (Reina-Valera 1960)
2. Observe la versión de la Biblia TLA (Traducción en Lenguaje Actual) “Pero
entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguien quiere ser importante,
tendrá que servir a los demás. 44 Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el
esclavo de todos
3. En este pasaje hay dos palabras griegas que se traducen como servicio. En la
versión RVR60 no es muy clara la diferencia, pero en la TLA se ve mejor.
a. Servidor (διάκονος-diákonos): es la persona que ejecuta las órdenes de otro,
especialmente de un maestro; un sargento, ayudante, ministro. En Marcos
10:43, se usa en sentido figurado de aquellos que promueven los intereses de
otros aun a costa del sacrificio de los suyos (Biblia Paralela). Era el
encargado de una tarea especial; podía ser un hombre libre que no estaba
ligado, necesariamente a quien le otorgaba la encomienda.
b. Siervo (δοῦλος-dúlos) es propiamente el hombre esclavo, el que está en una
relación permanente de servidumbre con otro, su voluntad completamente
absorbida en la voluntad del otro. Él está ligado a una persona.
c. Aunque diákonos y dúlos se pueden utilizar de forma sinónima, dúlos es un
término más bajo, indicando sometimiento total y absoluto. Cuando estas
palabras aparecen juntas, la diferencia entre ellas parece residir en que
mientras διάκονος indica la actividad o tarea del sirviente, δοῦλος indica
más bien la totalidad de subordinación.
4. En estos versículos Jesús nos deja por lo menos dos grandes verdades:
a. Ser buenos diákonos significa que trabajamos por los intereses de nuestro
Señor, sacrificando los nuestros. Ésta es una poderosa enseñanza, ¿quiénes
están dispuestos a dejar su tiempo de sueño, los pasatiempos o incluso
trabajo para servir a Dios? Estamos tan enfocados en nuestros intereses que
hemos olvidado la importancia del servicio dentro de la Iglesia, ya que nos
parece pérdida de ganancia o de tiempo; sin embargo, cuando dedicamos
nuestra vida al Señor, él nos engrandece, suple nuestras necesidades y aún
más, hace que nuestros recursos rindan. Podemos ser quienes cocinen,
limpien el templo o quizá estemos en la enseñanza y la predicación; sin
importar cuál sea el trabajo que desempeñemos, si lo hacemos para nuestro
Señor, nos hará importantes, bendecidos y privilegiados.
b. Por otra parte, convertirnos en dúlos, engrandecerá nuestro servicio y hará
que estemos dispuestos a ser “esclavos de todos”. ¿Estás dispuesta a ser
esclava del Señor? Esto significa trabajar sin esperar remuneración; servir
sin importar el horario, cuando Dios quiera y mande; es darle a Dios nuestra
vida, que nuestra voluntad sea completamente absorbida en la voluntad de
nuestro Señor. La naturaleza del servicio es auto-sacrificial.

¡Ofrece tu vida completa al Señor! No hay mejor elección que servir a Dios. Te invito a que
practiques una diakonía bíblica y si ya lo estás haciendo, no te detengas y conviértete en
una esclava del Señor.

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III. Sirvamos siguiendo el modelo de Cristo

1. Mr. 10:45 “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
2. “Un buen ejemplo es el mejor sermón”. Proverbio Inglés.
3. Hemos escuchado frases como: “una acción vale más que mil palabras” o “se
enseña con el ejemplo” ¡cuánta razón hay en la sabiduría popular! sin embargo,
en la historia de la humanidad sólo hay un ejemplo que trasciende el tiempo y la
espiritualidad: El ejemplo de Jesús.
4. Aquí estamos en el clímax de la enseñanza de nuestro Gran Maestro, él se aplica
esta paradoja a sí mismo. La máxima muestra del servicio es la muerte
sacrificial del Hijo del hombre como rescate por los pecados del mundo. Jesús
vino para ser un diákonos, que sirve, no para los intereses del mundo, sino por
los de su Padre celestial.
5. “El servicio, que Cristo ordena y acepta, es un servicio que no se impone al
individuo desde fuera, sino que es un acto espontáneo de sumisión. El servicio
forzado está desprovisto de todo excepto del espíritu de rebelión, y no encuentra
lugar en el esquema de Cristo. El servicio que se hace a regañadientes o no está
dispuesto no se descubre en Su ejemplo.” (Diccionario Hastings del Nuevo
Testamento.
https://www.studylight.org/dictionaries/eng/hdn/s/service.html. 1906-1918.)
6. Qué interesante declaración de nuestro Señor Jesucristo, mire como el servicio
tiene una meta aún más sublime: el rescate. ¿qué habrán pensado los discípulos?
¡qué vergüenza, nosotros pensando en ocupar los lugares más importantes y
nuestro Maestro está dispuesto incluso a morir por los hombres de quienes
nosotros nos queremos enseñorear!
7. Nuestro servicio, conforme al modelo de Jesús, glorifica a nuestro Dios. Cristo,
predicó, sanó, visitó y suplió necesidades, se dedicó toda su vida a servir, pero
su meta principal era que el mundo fuera salvo. Sirvamos de tal manera que los
demás, vean el reflejo de Cristo en nosotros, que deseen ser cristianos, que
deseen amar a Dios por sobre todas las cosas, que anhelen estar en su presencia
sirviendo y adorando con todo su corazón. Si esto pasa, habremos cumplido
nuestra labor como servidores de Cristo.

Conclusión: ¿Se acuerdan de la maestra de Escuela dominical? Su idea de servicio


revolucionó al comprender que sí tuvo fruto para la eternidad en uno de sus alumnos. Su
idea equivocada la llevó a renunciar, pero el resultado obtenido la consagró por el resto de
su vida.

Quizá hoy tengamos un concepto enfermo de servicio, pero el Señor lo puede sanar.
Practiquemos una diakonía bíblica, sigamos el modelo de Jesús, quien vino a servir y dar su
vida en rescate, por ti, por mí y por muchos más. F.C.

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8. Mujer sana, mujer feliz y plena.
Texto: Juan 10:10; Rut 1-4.

Introducción. Concluimos nuestra semana de la


mujer cristiana 2022, el tema que nos corresponde
es el ideal y anhelo de cada mujer “Ser Sana, Feliz
y Plena”, lo cual es un imposible si pretendemos
alcanzarlo solas o apoyadas solamente en deseos o
conocimiento. La Biblia, que es la palabra de
Dios, nos dice que sí es posible lograrlo con la
ayuda, dirección y poder de su Santo Espíritu.
Usted puede ser una:

I. Mujer sana

1. Físicamente: La mujer, para poder ser realmente sana, debe tener un cuerpo, una
mente y emociones saludables. Es importante que cuide de usted misma para así
poder hacer las cosas importantes en su vida como trabajar, estudiar, cuidar de
personas importantes en su vida, disfrutar de las actividades al aire libre y servir
al Señor con toda libertad. Buena salud física ayuda a disfrutar la vida y lidiar
con los problemas diarios (Proverbios 14:30 NVI).
2. Espiritualmente: Para que una mujer pueda estar espiritualmente sana, necesita
tener un encuentro personal con nuestro Señor y Salvador Jesús. Debe reconocer
su necesidad del perdón de sus pecados, confesarlos y recibir por fe la vida y
salud que Cristo ofrece y así pueda estar sana y en paz con Dios y con las que la
rodean.
3. Un ejemplo de mujer sana lo tenemos en Rut la moabita, (Rut 1:16-17). Ella era
una mujer sana física, mental, emocional y espiritualmente; esto lo demuestra
cuando manifiesta interés por su suegra por medio de sus acciones. Pensó en su
suegra antes que en ella y declaró: “tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi
Dios…”
4. Una mujer sana es activa, trabajadora, interesada en los demás, demuestra su fe
a través de sus acciones, ve la necesidad y actúa.
5. Para poder ser mujeres sanas debemos cuidar nuestro cuerpo, mente, emociones,
y estar a cuentas con Dios. 3 Jn 1:2 (NVI) "Querido hermano, oro para que te
vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas
espiritualmente."
6. Las mujeres saludables aman la vida, y aman a las personas a su alrededor.

II. Mujer Feliz

1. Es aquella que está conforme con lo que tiene y se siente agradecida, que acepta
su situación, que sabe utilizar bien sus recursos y habilidades y que tiene un
propósito en la vida (He. 13:5). Con todo esto consigue atesorar el mayor
número de momentos agradables, y de bienestar, eso es la felicidad.

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2. Felicidad es un estado de paz y amor que se logra con la comunicación y la
unión con Dios (1 T. 6:8; Ro. 5:1; Fil. 4:11). La felicidad se refleja en el hogar,
en nuestra relación con el esposo, hijos, familia extendida, la iglesia y nuestra
comunidad. Es un sentimiento que trasmite paz, serenidad, alegría,
contentamiento.
3. En la vida de Rut, encontramos el contentamiento que la llevó a vivir una vida
feliz, es un modelo de bondad amorosa (misericordia): actúa de manera que
promueve el bien para los otros. En Rut 1:8–18, demuestra misericordia no
quedándose en Moab para acompañar a su anciana suegra a una tierra extranjera.
Escoge espigar a pesar del peligro que afrontaba en el campo (Ruth 2:15) y el
bajo estatus social de ese trabajo. Finalmente, Ruth está de acuerdo con el plan
de Noemí de casarla con Booz, a pesar de estar libre de cualquier obligación
familiar, demuestra una vez más lealtad y obediencia (Ruth 3:10). Rut supo
contentarse con el plan que Dios tenía para su vida y fue feliz, libre de su pasado
de dolor, de soledad, y próspera en la tierra a la que su Señor la llevó.

III. Mujer Plena

Hoy día experimentamos niveles devastadores de dolor, soledad, ansiedad y depresión.


Estas luchas no son imprevisibles; son señales que, cuando se responden, pueden allanar
nuestro camino. Quizá te has preguntado ¿cómo puedo prosperar verdaderamente en la vida
y en mis relaciones con Dios y con los demás?

1. Jesús vino a traerte la vida verdadera: "Yo he venido para que tengan vida, y
para que la tengan en abundancia." Jn.10:10. Él tiene el poder para traer
sanidad y progreso a tu vida.
2. Fuiste hecha para vivir una vida plena: cada mujer desea tener una vida
prospera, floreciente, hacer bien las cosas y tener éxito en todo. Un estudio
realizado por la Universidad de Harvard descubrió que “las buenas relaciones
nos mantienen más felices y saludables", en el centro de la plenitud están las
relaciones saludables. Dios nos creó para experimentar relaciones en tres
categorías:
a. Con Él: conociendo a Dios personalmente como nuestro padre amoroso.
b. Con nosotras mismas: teniendo una visión positiva de nosotras y de quién es
el Dios que nos hizo.
c. Con los demás: amando y sirviéndonos unos a otros; siendo plenamente
conocidas y amadas. Dios nos creó para vivir "la plenitud de aquel que lo
llena todo”, esto proviene de vivir de acuerdo al diseño de Dios para nuestra
vida.
3. Rut es una mujer que vivió en plenitud. De no tener nada, tuvo todo lo que
anhelaba y necesitaba al haber tomado la decisión correcta: Tu pueblo será mi
pueblo y tu Dios será mi Dios. Rut tuvo una suegra que era como una madre; un
esposo que la redimió; un hijo que le llenó de la plenitud como mujer y quitó su
afrenta de no ser madre; la prosperidad económica que no había tenido antes y
por si esto fuera poco, tuvo el privilegio de ser abuela del Rey David y formar
parte de la genealogía de nuestro Señor Jesucristo. ¡Una vida plena y de éxito!
(Rut.4:10-22).

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Conclusión: Los tiempos que estamos viviendo nos muestran la gran necesidad que la
mujer está experimentando debido al ambiente de enfermedad, muerte y dolor. La mujer
necesita ser sana emocional, mental y físicamente; necesita ser feliz y plena. La experiencia
que vivimos durante lo más fuerte de la pandemia, como ahora con olas repentinas de la
misma, han hecho sentir mucho dolor, malestar, aumento de síntomas de enfermedades
crónicas y problemas en el hogar; incluso han generado desánimo y deserción en la fe. La
mujer cristiana tiene que encontrar en su Señor la respuesta, sanidad, contentamiento y
plenitud, al esforzarse por cultivar una relación personal y real con el Señor que lo llena
todo. Sea cual sea tu situación o necesidad, recuerda que el plan de Dios para tu vida es que
tengas vida y vida en abundancia. Acércate a Él y disfruta en este tiempo y en esta tierra de
una vida de salud, felicidad y plenitud. L.F.

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