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DIÓCESIS DE CUIDAD ALTAMIRANO

SEMINARIO DE “LA ANUNCIACIÓN”.

LIBROS HIDTORICOS Y NARRATIVOS AT.

PROFESOR: PBRO. LIC. ANTONIO REYNOSO TRANQUILINO.


ALUMNO: GUILLERMO CANO MACEO.

SINTESIS: LIBRO DE JUDIT.


INTRODUCCION
Como el libro de Tobías también el de Judit es un relato de ficción con fines
marcadamente religiosos. La diferencia está en que en el libro de Tobías se confiesa la fe en
la Providencia del Señor sobre los individuos y la familia y en el libro de Judit sobre la
comunidad israelita, personificada en una ciudad, Betulia. El relato de Judit se desarrolla en
circunstancias de extrema necesidad, pues está en peligro la pervivencia de un pueblo el
pueblo judío. Que Betulia, la ciudad indefensa, sea salvada in extremis por la acción
heroica de una mujer, confirma la esperanza de que Dios está siempre de parte de los
débiles y en contra de la opresión injusta de los fuertes.

NOMBRE
El nombre de Judit proviene del hebreo vehudit, que significa «judía». Judit es
presentada en una larga genealogía como la hija de Merarí y la esposa de Manasés (8, 1-2),
ambos de la tribu de Simeón (9, 2). En Gn 26, 34 también se menciona el nombre de Judit
como la hija de Beerí, el hitita, y la esposa de Esaú. El nombre de Judit puede ser
simbólico, y tratarse de una representación del pueblo «judío», que se ve amenazado por el
ejército asirio, comandado por Holofernes. La liberación de la ciudad de Betulia, gracias a
la intervención de Judit, la «judía», puede ser una imagen de la salvación del pueblo judío.

La historia comienza con la presentación de Nabucodonosor, rey de los asirios, así


como con la narración de sus sorprendentes victorias militares. Holofernes, jefe supremo
del ejército asirio, fue comisionado por el rey para castigar a todas las naciones que habían
rehusado apoyarlo. Muchas ciudades se rindieron ante Holofernes, quien obligó a sus
habitantes a adorar a Nabucodonosor como a su único dios.
Pero la pequeña ciudad judía de Betulia no se rindió ante Holofernes, y fue asediada
durante más de un mes por el ciército asirio y sus aliados. Cuando los habitantes de Betulia
empiezan a desesperarse, aparece en escena Judit, una hermosa viuda, que reclama a los
jefes de la ciudad su falta de fe en Dios y urde un plan secreto para salvar a su pueblo de la
destrucción total. Con seguridad en sí misma y confianza en Dios, Judit se dirige al
campamento asirio; con su inteligencia y belleza, Judit cautiva a Holofernes, quien se
convierte en la víctima de una joven viuda. Al descubrir a su general sin vida, el ejército
asirio se dispersa, y son los judíos los que saquean el campamento asirio. Judit es
proclamada como una heroína del pueblo judío y orgullo para Israel.

AUTOR
Muchos estudiosos afirman que el libro de Judit fue escrito por un judío de Palestina
de la escuela farisea. Esta opinión se basa en la orientación religiosa del libro y en que los
eventos centrales de la historia tienen lugar en territorio palestinense, del cual el autor
muestra un conocimiento más preciso de la geografía que de otros lugares fuera de esta
tierra. Además, es muy probable que el texto original fuera un texto hebreo o arameo
aunque no se conserva debido a la abundancia de semitismos (2,3; 3, 4; 8, 29; 11, 7; 13, 20;
15, 8).

FECHA Y LUGAR DE COMPOSICIÓN


Las diversas propuestas sobre la fecha de composición de Judit van desde el siglo VII
a.C. hasta el siglo II d. C. Actualmente, se afirma que el libro fue escrito durante la dinastía
hasmonea, que se extiende desde el levantamiento de los Macabeos (166 a. C.) hasta la
profanación del templo de Jerusalen por Pompeyo (63 a. C.). En Judit, abundan las
costumbres helenistas, como el reclinarse para comer (12, 15), la divinización de un rey
(3,8), el uso de adornos como guirnaldas (3, 7), coronas de olivo (15, 13), así como la
importancia dada a las tradiciones judías: observaciones alimenticias (10, 5), las
instituciones, como el templo (8, 21; 9, 8), el sacerdocio (4, 7) y la centralidad de Jerusalén
(4, 2). Estos datos precisos con cuerdan con la época griega y con el tiempo de Judas
Macabeo (2 Mac 10, 1-8). Respecto al lugar en que fue compuesto, se piensa que fue en
Palestina, en Jerusalén, pues el autor conocía el hebreo y el arameo.

HISTORICIDAD
Los investigadores actuales coinciden en que Judit contiene un núcleo histórico, e
incluye datos conocidos y desconocidos respecto a personas y lugares. Algunas evidencias
que respaldan la historicidad del relato son: fechas (1, 13; 2, 1), períodos del tiempo (3, 10;
7, 20; 15, 11), lugares geográficos conocidos (1, 1.8; 2, 24; 4, 2), nombres de personajes
conocidos (1, 1; 2, 4; 4 ,6; 6, 15) y pueblos o tribus (1, 1.12; 7, 8; 16, 10). Pero también
abundan las evidencias en contra de la historicidad de Judit. Nabucodonosor fue rey de los
babilonios, no de los asirios, y la ciudad de Nínive fue destruida en el año 612 a. C., siete u
ocho años antes de que Nabucodonosor fuera rey.

No se conoce el rey de los medos Arfaxad, y la ciudad de Ecbátana fue conquistada


en el año 554 a. C. Por Ciro el Grande, no por Nabucodonosor. Los errores geográficos son
notorios, pues el ejército de Holofernes marchó de Nínive a Cilicia una distancia
aproximada de quinientos kilómetros en sólo tres días (2, 21). En 4, 4 se citan cinco
localidades israelitas totalmente desconocidas: Coná, Belmáin, Joba, Esorá y el valle de
Salén. También la ciudad de Betulia es desconocida, y no aparece mencionada en otro texto
bíblico.

Los datos que presenta el libro suponen un ambiente postexílico. Los nombres de
algunos personajes son propios de la época persa: Judit, Holofernes, Bagoas. Hay alusiones
a ciertas prácticas y términos persas: tiara (4, 15), sátrapas (5, 2), cimitarra (13, 6), «Dios
del cielo» (5, 8). En 4, 3 se afirma que los israelitas hacía poco que habían vuelto del
destierro. También son notables las influencias helenistas, como la adoración de un rey
como «dios» (3,8) y la costumbre de comer en posición reclinada (12, 15). Por otra parte, la
historia de Judit recuerda la de Judas Macabeo, sobre todo la derrota de Nicanor en manos
de Judas (1 Mac 7, 43-50).

Una posible hipótesis para explicar la presencia de la influencia persa en Judit, así
como diversos elementos de la cultura griega, es que el relato refleja un escenario persa,
pero el texto, en su forma final, transcurre durante el período hasmoneo (135 a. C.-78 d.C.).
El autor que escribió durante una época de dominio extrajero tomó a los asirios como
símbolo de los griegos, y a Nabucodonosor como figura de Antíoco IV. La historia de Judit
refleja la visión y comprensión del pueblo judío del postexilio, acerca de su propia
existencia, ante la presión tiránica para abandonar sus tradiciones sagradas.

VERSIONES
Las versiones del libro de Judit que se conocen son la griega de los LXX, la Vetus
Latina y la Vulgata. El texto más antiguo es el griego, pero se supone que el original era
hebreo o arameo. La Vetus Latina es traducción de los LXX, mientras que la Vulgata es
traducción de un texto arameo, diferente al griego de los LXX. Existen otras versiones
antiguas, dependientes de textos griegos, como son la siriaca, la copta, la etiópica y la
armenia.

ASPECTOS LITERARIOS
Durante la antigüedad y parte de la edad moderna se creyó en el carácter histórico del
libro de Judit. Lutero dudó de si Judit representaba una historia verdadera. A partir de
entonces, muchos autores lo clasifican como una «novela religiosa», «novela histórica»,
«relato corto», «cuento popular», «narración edificante». Judit puede considerarse un relato
de ficción, con fines religiosos. El autor emplea elementos históricos, pero es consciente de
que no pertenecen a la realidad histórica. Diversos recursos literarios son evidentes en
Judit. La ironía re corre toda la trama del relato: a través de palabras o expresiones (6, 2;
11, 22-23), en episodios enteros (capítulos 7-9) y en los diversos personajes.

Nabucodonosor es rey de un gran imperio, pero incapaz de conquistar Israel; Judit,


viuda y débil, derrota al enemigo poderoso; Holofernes conquista todos los territorios del
oeste, pero no puede conquistar una ciudad pequeña como Betulia; Ajior, general de las
amonitas, se desmaya al ver la cabeza cortada de Holofernes. Cuando Judit dice «mi señor»
a Holofernes (11,5), éste lo entiende de sí mismo, pero Judit puede referirlo a Dios:
«Ninguna falsedad diré esta noche a mi señor… mi señor no fracasará en sus proyectos»
(11, 6); «por tu vida, mi señor, que, antes que tu sierva haya consumido lo que traje,
cumplirá el señor, por mi mano, sus designios» (12, 4).

ESTRUCTURA
El libro de Judit puede dividirse en dos grandes partes. La primera incluye los
capítulos 1-7, donde se contraponen el ejército asirio, representado por Nabucodonosor y
Holofernes, y diversos pueblos; y la segunda parte, que abarca los capítulos 8-16, en los
cuales se narra la salvación de pueblo judío por medio de Judit. La primera parte del relato
está conformado por una estructura quiástica, en la que sus elementos, en este caso tres, se
repiten a la inversa. La segunda parte está estructurada de forma concéntrica; el elemento
medular de la historia se encuentra en su parte central (10, 11-13, 10 a), cuando Judit pone
en práctica su plan y tiene éxito.

a)Parte I (1-7)

1. Nabucodonosor y Arfaxad: 1, 1-16


2. Nabucodonosor envía a Holofernes a vengarse de naciones occidentales: 2, 1-13

3. Campaña de Holofernes:
A Campaña contra las naciones desobedientes: 2, 14-3,10
B Temor de Israel y preparación para la guerra: 4, 1-15
C Holofernes y Ajior: 5, 1-6, 11
C' Ajior en Betulia: 6,12-21
B' Holofernes se prepara para la guerra contra Betulia: 7, 1-15
A' Campaña contra Betulia: 7, 16-32

b) Parte II (8-16)

A Presentación de Judit: 8, 1-8


B Plan de Judit para salvar a Israel: 8, 9-10, 9a
C Judit y su sierva salen de Betulia: 10, 9b-10
D El triunfo de Judit sobre Holofernes: 10, 11-13, 10a
C' Judit y su sierva regresan a Betulia: 13, 10b-11
B' El enemigo de Israel es derrotado: 13, 12-16, 20
A Últimos días de Judit: 16, 21-25

FINALIDAD DEL LIBRO DE JUDIT


Decíamos en el capítulo anterior que Judit era «un relato de ficción con fines
marcadamente religiosos». Las famosas incoherencias históricas y geográficas del libro de
Judit no pueden atribuirse a una crasa ignorancia del autor, que sería incomprensible en un
judío ilustrado del tiempo helenístico y, muy probablemente, palestino. Son más bien
intencionadas. Lo que quiere decir que el autor sabía muy bien lo que hacía y que no
procedía como historiador, sino como maestro y teólogo. Efectivamente, Judit es un relato
intencionadamente ejemplarizante. El autor se dirige a los israelitas, sus correligionarios,
que viven inmersos en graves dificultades. Su enseñanza quiere ser un motivo de esperanza
para los creyentes como él en un Dios providente. El escoge las circunstancias y los
personajes adecuados para que brille esplendorosamente la acción protectora de Dios sobre
los fieles en apuros, pero Judit es el modelo más acertado.
JUDIT ES UNA ISRAELITA MODELO.
Muchas han sido las dificultades de orden moral que ha suscitado el proceder de
Judit: exaltación del odio; práctica de la violencia en grado extremo, como es el asesinato
premeditado y a sangre fría; utilización de medios en sí reprobables: la mentira, el engaño,
la malintencionada seducción femenina... Sin embargo, son mayoría los que a pesar de las
apariencias defienden la moralidad de Judit. El canon por el que se debe medir la moralidad
o inmoralidad de la conducta de Judit no puede ser el cristiano, ni tampoco el de nuestros
contemporáneos no cristianos, sino el vigente en los tiempos en que se supone que se
desarrolla la acción; o, si se prefiere, el de los modelos en que se inspira la acción de Judit.
En la mente del autor del libro de Judit, y en la de los lectores judíos del mismo, están los
hechos del tiempo de Josué y de los Jueces, protagonizados por mujeres no israelitas que
actuaron en favor del pueblo elegido: Rahab en Jos 2 y Yael en Jue 4, 17-24.

DIOS SALVA A SU PUEBLO POR MEDIO DE UNA MUJER.


El gran mensaje religioso del libro de Judit es que Dios salva a su pueblo. Todos los
israelitas saben que Dios ha salvado a su pueblo siempre que ha estado en peligro de
extinción. Desde tiempos antiguos los padres se lo repiten a sus hijos: es un dogma de fe
nacional. El libro de Judit lo formula de nuevo, es su gran mensaje: Dios salva a su pueblo
de un peligro inminente. Para que mejor resplandezca la benéfica acción providente del
Señor con su pueblo, el autor convierte en protagonista del relato a una joven viuda, que
sólo cuenta con los recursos personales de su astucia y de su belleza. En el relato de Judit se
unen así varios conocidos tópicos en las historias de salvación: el poderío sobrecogedor del
enemigo opresor, la impotencia manifiesta del pueblo oprimido y la debilidad evidente del
medio elegido para conseguir la salvación: una mujer solitaria e inerme.

El libro de Judit actualiza de esta manera enseñanzas antiguas en Israel. La salvación


que Dios promete al pueblo y a los individuos no está garantizada por la fuerza de las armas
o de los recursos puramente hu-manos, sino por Dios mismo que se empeña en su palabra,
por la adhesión de los fieles al Señor y por el cumplimiento de su voluntad, pues «Dios
puede dar la victoria o la derrota» (2 Crón 25, 8; cf. 2 Crón 32, 7-8; 1 Mac 3,18-19; Sal 20,
8; 33, 16-17; 44, 7-8). El mensaje de Judit vale también para el futuro: si Dios ha actuado
así en el pasado, del mismo modo lo hará en el futuro. Dios se encargará de enseñar
pedagógicamente, por medio de la revelación histórica, dónde está la victoria que es
salvación y dónde no está. Pero la respuesta del pueblo fiel y del individuo siempre deberá
ser la plena y total confianza en el Señor. De este modo siempre será válida la sentencia de
Isaías: «Si no creéis, no subsistiréis» (7, 9).

CANONICIDAD DEL LIBRO DE JUDIT.


Entre los judíos el libro de Judit nunca formó parte del canon bíblico, aunque ha
gozado de cierta popularidad. No se encontraron fragmentos de Judit entre los manuscritos
del Mar Muerto. Su exclusión del canon hebreo puede deberse a diversas razones: la
conversión del amonita Ajior (14, 10) al judaísmo, y la presentación de Judit como una
mujer independiente e inteligente en medio de una sociedad dominantemente patriarcal.
Entre los cristianos no han faltado dificultades para su aceptación; sin embargo, para los
católicos forma parte del canon. Muchas iglesias de oriente y algunas de occidente no lo
consideraron canónico.

Orígenes, Cirilo de Jerusalén, Atanasio y Gregorio Naciance no no lo aceptaron. Sin


embargo, Judit fue considerado libro canónico por la gran mayoría de las iglesias de
occidente, y poco a poco se fue imponiendo en la Iglesia católica. Clemente de Roma,
Tertuliano y san Agustín sí lo aceptaron, así como, siglos más tarde, el Concilio de Trento.
Los concilios Vaticano I y Vaticano II siguen al de Trento. El libro de Judit es considerado
por la Iglesia católica como canónico; es uno de los siete libros que se llaman «deutero-
canónicos», mientras que las Iglesias protestantes no admiten a Judit como libro canónico,
y lo consideran «apócrifo».

BIBLIOGRAFÍA:
SAGRADA ESCRITURA (BIBLIA DE JERUSAlEN).
A. L., Castillo, G. Fierro. Ester, judit, rut, tobías. Apócrifos del antiguo testamento, (Verbo
Divino, 2009)
AA... VV. Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo Antiguo Testamento, (Verbo Divino,
Estella 2005)
VILCHEZ J. Narraciones II, Tobias y Judit, (Verbo Divino, Estella, 1998)
D. DORÉ, Cuadernos bíblicos 132. El libro de Judit, (Verbo Divino, Estella 2006).

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