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Alfonso Valdés
28 Alejandro de la Sota
ARQU ITECTU RA
Biblioteca del Instituto de Química de Illinois, de Mies van der Rohe. Crown H all, de M ies van der Rohe.
JV
Galería Nacional de Berlín, de Mies van der Ro he. Edificio Baccardi, de Mies 11an der R o he.
uilct arquitectura serena en la que la n on y ser v1c1os se duplican eq uili- ese Elemento Centra l que los preside:
propia na turalidad de la disposici ón brados con respecto a la entrada y dan todos estos temas clásicos, son recha-
eludiera cualquier tensión y que hu- luga r a distribuciones de loca les zados por Mies.
biera, as í, empezado por negar dicha· eq u iva lentes respecto al centro. El No quiere, pues, la ten sión centrí-
tensión entre estructura y concepción Orden y la Simetr ía resulta ntes en el peta ni la continuidad y gradación
funciona l, ajustando la una a la o tra. edificio son una consecuencia evi- clásicas hacia un centro drama tizado.
En este rehuir el di slocamiento y la dente del plantea miento. Pero también rechaza la tensión mo-
tensión de los elementos forma les, ¿Vuelta al Neoclasicismo? Mies re- dern a, la ten sión centrífuga, entre
Mies suprime la expansividad del es- hu ye el concepto Clásico de U nidad y elementos discontínuos dotados de
pacio y p la ntea la di sposición del de Centra lidad. La acusada J erarq ui- a lta autonomía y situados en los bor-
mismo coincidente con una estructu- zación con respecto a un Elemento des de la composición, típica, sin em-
ra a bsolutamente isótropa tanto en Cemral a ltamente enfa tizado en el eje bargo, de las obras de su etapa
p la nta como en sección y, por ta nto, de simetrías, la g radación de vol úme- a lema n a.
en a lzados. En una a rquitectura as í la n es y deta lles conduciendo por medio Mies propone la uniformidad de
entrada se sitúa de forma átona en el de una progresión ten sional en un los elementos, la serenidad en su dis-
ccnLro de una volumetr ía que se dis- climax de ansiedad hacia su reso lu- posición , presidida en un ritmo pau-
pone uniformemente, por lo que di - ción en un Volumen Central, y la sado, está ti co y sin tensiones, a través
cha entrada se coloca en el eje del contin u idad y la tra bazón , la con cate- de una geometría de a lta neutra lidad.
edificio . Los esp acios de comunica- n ación de todos los elemen tos h acia En Mies la isotropía es a bsoluta y el
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tarne n te cristalinas unidas por un pero no mezclarlas: no integrarlas, es talina, es una constante en estos tres
sutil y delgado conector. su princip io de actuación. No es la edificios de Alejandro de la Sota. Y lo
Pues en el Centro de Cálcu lo de las síntes is lo que g uía a de la Sota, sino es tambi én en la vivienda de Ponteve-
Cajas Postales, De la Sota ma tiza de el a ná lisis. No es el m ago integrador, dra ( 1976) (2), donde el simbolismo
nuevo su discurso, en una variación sino el operador cinematográfico de de lo enterrado, ligado a l dormir, al
distinta sobre un mi smo tema, como Benjamín, que monta los di~tintos mundo de los sueños y de los incon s-
si de una serie de fugas y tocatas se p lanos analíticos, quien le guía. cientes refiere tan expresadamente a
tratara. Aq uí rehu ye el bruta lismo E l símbo lo de la fragmentación del Dionisos, como lo emergente, lo cris-
n ervado y esp ecu lar (cómo no recor- Tocio está muy claro, en De la Sota, talino, ligado a l mundo de la activi-
dar ahora el especular y n ervado Bar por la inten sa dualidad que crea en la dad creadora, refiere a Apolo.
Americano de Loos) de las Escuelas composición de sus edificios. Pues la Esta tensión entre el U no y lo Otro,
para en fa tizar -va lga la paradoja- concepción del mundo, del hombre, que se produce tanto en la planta
la a usen cia de énfasis: la neutra lidad ya no puede ser tota l. Y no o tro q ue como en sección en los edificios de
de m a teria les, to n a lidad y detall es un discurso sobre el Yo realiza Ale- Alejandro de la Sota, tiene ese carác-
que h acen resa lta r el diálogo sutil jandro de la Sota. Frente a l Yo su s- ter antidescriptivo, presocrático,
esta blecido entre estructura y cerra- tancial barroco, frente a l Moi, de la donde el discurso rechaza toda figu-
m ie n to y entre paredes opacas y Sota opone el Yo funcional, el Je, ratividad y se reduce al gesto que que-
transparentes de las dos torres. mera desinencia verbal. Y de la inten- da señalado por la precisa posición
De la acusada fragmentación volu- sa dua lidad del Yo, De la Sota estable- de los elementos. Posición que les da
m étrica del César Carlos, de la Sota ce esa poética donde lo dua l n o una intensa sign ificación , en una
pasa a una disposición átona de dos refirirá más a un elemento centra l suerte de aforismo, tan caro a H erá-
bloques en las Escuelas, en las q ue los que presida una disposición jerár- clito, que simboliza el pensamiento
deta lles acusan una intensa direccio- quica, sino que el mero vacío ocupa- moderno centroeuropeo en el perío-
n alidad y, por fin , ("menos es más"), rá un centro d e coq1posic ió n que do de entregu erra , o rigen de es te
Sota llega a la máxima atona lidad, remitirá con stantemente a la perife- modo de entender la arquitectura, a
tanto en la d isposición volum étrica ri a. Frente a un Yo susta ncial, esta- la que se encuentra tan estrechamen-
como en el diseño de los detalles, en el blece, centro del universo, innato y a te ligado Alejandro de Sota.
Centro de Cá lculo. priori , Sota opondrá el Yo periférico, Pero del lenguaj e y del diseño en el
A través de todas estas o bras realiza fun cional, ligado a l horizonte de los Movimiento Moderno y en Alejandro
Sota un doble discurso sobre la jerar- acon tecimien tos em píricos. de Sota y del pensamien to subyacen te
qu ía y la centralidad. U n primer dis- Este discu rso será anticlásico, p re- a éstos, nos ocuparemos en una se-
curso se refiere a la composición en clásico, presocrático, si se qu iere. Y gunda parte este escrito.
p lanta q u e es profundamen te a nti- lo será no sólo en el establecimiento Alfonso Valdés
clásica. El clasicismo bar roco parte del principio de com posición frente
de un Todo cen tra li zado y sustanti vo a l principio de di sposición de los ele-
- l'Etal c'esl Moi-, una to ta lidad mentos, en la concepción de la p lan- NOTAS: (!) A la hora de las citas h e
que se subdi vide y se loti za para dar ta. lo será también en la concepción eludido reiterar una cita con tinua al
cabida a un programa jerarqui zado de la sección de sus edíficios. La sec- Profesor Colin Rowe, a l que va dedi-
rnyo principio de actuación es la dis- ción no se concebirá jerarquizada, de cado este es~rito que intenta ser una
posición de las partes en el Todo. Por a bajo arriba, como en los clásicos, ni rememoración de los su yos.
el contrario, Sota parte de los elemen- uniforme como Mies, sino profunda- Como se habrá dado cuenta el lec-
tos que le proporciona el a n álisis del mente dual, con una potente te·n sión tor, este título parafrasea el de la nota
programa, y los compone para dar entre sus dos polos. U n polo enterra- q ue dedicó I N MEMORIAM, Alejan-
luga r a un conjunto . Separar las dis- do (Dionisiaco, dirían los p resocráti- dro de Sota a Mies van der Robe en la
tintas partes del program a, da rle for- cos), informe, y o tro polo emergiendo fecha de su muerte: "La grande y
ma y componerlas (pero n o de una de modo más crista lino (Apolíneo). honrosa orfandad" .
forma quím ica sin o fí sica, diría D. Enterrar una parte del edificio m ás (2) Publicada en el N.º 228deARQUI-
Alejandro), es decir, ponerlas juntas caótica y hacer emerger otra más cris- TECTURA.
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