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Lenguaje 8º Básico

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Texto 1

El Halcón

Vivía en Florencia un joven llamado Federico Alberighi, gentil y cortes, enamorado


de una noble dama llamada Juana: una de las mujeres más hermosas y amables.
Hizo todo para conquistarla: gastando sus grandes recursos. Pero Juana, honesta,
bella y casada, no se dio por enterada de sus agasajos ni le prestó atención. Federico
empobreció, sin más bien que una pequeña alquería y un espléndido halcón; por
lo cual, viendo que no podría desempeñar con dignidad el rol de ciudadano de
Florencia, decidió irse a Campi, donde tenía su alquería. Entonces, pasaba su tiempo
cazando pájaros con su halcón, soportando su indigencia. Un día, el marido de
Juana enfermó e hizo testamento: nombró heredero de sus enormes riquezas a su
hijo; estableciendo que su bienamada esposa se convertiría en su heredera, si el
joven muriese sin descendencia. Ya viuda, Juana retirose a una propiedad cercana
a la de Federico, con quien el muchacho entabló amistad y de cuyo halcón quedó
prendado, sin animarse a pedírselo a su amigo. Así, el chico enfermó, quedando su
madre muy preocupada, y pasaba el día junto a él, preguntándole constantemente
qué lo afligía para dejarlo en ese estado, rogándole que le dijese qué deseaba, que
ella lo conseguiría como fuese. Él responde que si ella le consigue el halcón, se
curará. Ella comenzó a reflexionar sobre la actitud a tomar. Recordaba el amor
sin respuesta de Federico, diciéndose: “¿Cómo podré pedirle el halcón, su único
sostén y motivo de gozo?” Y permaneció confundida; sabiendo que, de pedirlo, lo
obtendría. Por eso, nada respondió. Al final, su amor de madre le hizo prometer
a su hijo que iría por el pájaro. El chico se mostró mejorado inmediatamente. Al
día siguiente, ella se dirigió a la casita de Federico, quien, al oír a Juana, corrió
a la entrada. Ella lo saludó graciosa y femeninamente, luego que él dirigiese una
respetuosa reverencia, y dijo: “Federico: he venido a resarcirte de los perjuicios
que has tenido a causa mía; te ofrezco como recompensa que me invites a comer.”
Respondiole Federico: “No recuerdo haber sufrido daño por culpa vuestra: si hice
cosas de mérito, fue por el amor que despertasteis en mí; y la gracia que me hacéis
me es tan cara que no la cambiaría por todos los bienes perdidos”. La hizo entrar
y la condujo al jardín, mientras se encargaba de la comida. Federico jamás había
lamentado haber dilapidado su fortuna como aquel día, para agasajar dignamente
a la mujer amada. Recorría la casa buscando dinero u objetos para empeñar: nada
encontró. Se acercaba la hora de comer, y su deseo de honrar a la dama era grande;
miró de pronto a su querido halcón; y, sin alternativa, dedujo que sería adecuado
para su dama. Entonces, le retorció el cuello y lo puso a asar. Puesta la mesa con los
blanquísimos manteles que conservaba, volvió alegre al jardín, e invitó a la dama a
pasar al comedor.
Luego, a Juana le pareció llegado el momento de explicar el motivo de su visita:
“Federico, si recuerdas tu vida pasada y mi honestidad, que quizás consideraste
dureza, te maravillarás al saber qué me trae aquí; pero si supieras hasta dónde

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llega el amor paternal, sabrías excusarme. Yo tengo un hijo, lo cual me obliga
contra mi voluntad a pedirte un don que sé te es caro; y éste es tu halcón, del que
mi hijo se ha encaprichado de tal forma que si no lo consigo puede agravarse en
su enfermedad hasta morir. Por eso te ruego, por tu noble carácter; que me des
el halcón, para conservar la vida de mi hijo, y te esté eternamente agradecida.”
Federico, al saber que no podía complacer su pedido, se echó a llorar. Luego habló:
“Señora: desde que en vos puse mi amor, la fortuna me ha sido adversa; pero
todas mi penas son leves comparadas con la de ahora, cuando me pedís un don
que no puedo concederos: en cuanto oí que deseabais almorzar en mi casa, estimé
que sería digno agasajaros de la mejor manera, según mis posibilidades. Recordé
al halcón que ahora solicitáis, juzgándolo alimento adecuado; y en el almuerzo lo
habéis comido; y me duele terriblemente no tenerlo ya, y no creo volver a estar en
paz.” Y mandó traer las plumas, pico, y garras del ave, para mostrar que decía la
verdad. La señora, le reconvino primero por servirle tal ave, aunque agradeció su
generosidad, aún en la pobreza; después, recordando a su hijo, regresó a casa. El
hijo (al saber que no tendría al halcón, o porque su enfermedad no tuviese cura),
falleció días después, con gran dolor de su madre. Luego de mucho tiempo, recibió
Juana el consejo de sus hermanos de volver a casarse. Y aunque no fuese la idea de
su agrado, recordó a Federico, su valor, y su última magnificencia para honrarla,
y les respondió: “Aunque permanecería viuda, si consideráis que debo casarme,
no tomaré otro marido que Federico Alberighi”, ante el asombro de sus hermanos.
Agrega: “Es cierto que nada tiene; pues quiero a un hombre sin riquezas, que a unas
riquezas sin hombre.” Conociendo a Federico, consintieron en darle a su hermana
por esposa, junto con las riquezas que poseía. Y Federico, convertido en marido
de la mujer amada, y en poder de una fortuna tan grande como la quitada por la
fortuna, vivió alegremente el resto de sus días.

Giovanni Boccaccio.

1.- Sí tuviera la oportunidad de cambiar algún episodio del cuento del halcón, ¿que
sería lo que cambiaría?
A) La locura de Federico.
B) El sacrificio del becerrito.
C) La caza masiva de las mariposas.
D) El sacrificio del halcón.
E) La unión de Juana y Federico.

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2.- ¿Qué demuestra Federico, a su amado y a ellos mismos, al matar al halcón?
A) Que por hacer feliz a su amada es capaz de desprenderse hasta de lo más
valioso que posee.
B) Que su galantería no tiene límites, y por conquistar a una dama está dispuesto
a perder.
C) Que un halcón no es una criatura tan importante, como para no ofrecérsela a
la mujer amada.
D) Que hoy el sacrifica, pero espera una retribución mañana.
E) Que le importa lo que digan sobre él y no quería que su amada lo viera sin
fortuna.

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Texto 2

Juan Soldado

“Al día siguiente, don María de la Peña conferenciaba con don Justo de Cepeda en
el interior de la taberna de doña Clara Cortés.
-Ese soldadillo de Juan Díaz es temible- decía don María.
-Lo mismo digo yo- respondió don Justo.
-¡Insolentarse con todo un marqués... !
-Lo mismo digo yo. ¡Y con un cabildante también!
-Retarme, provocarme... ¡es caso inaudito!
-¡Vea qué atrevimiento!
-Y ahora me desafía.
-Lo mismo a mí.
-¿Estamos entonces los dos desafiados?
-Sin duda, pero yo no acepté. La prudencia está ante todo.
-Es usted muy prudente, mas volviendo al asunto de Juan Díaz...
-¿El soldadillo?
-Cabal. Yo lo tengo por un hombre peligroso.
-Y harto que sí- dijo un hombre que entraba al rondón de la taberna. Este era tuerto,
lisiado del brazo izquierdo, y arrastraba una pierna de palo, percances obtenidos
en las luchas que el rey había emprendido con sus enemigos en Italia.
-Si mi camarada no ha encontrado padrino, aquí estoy yo. Y no digo más, porque
ustedes, a pesar de las veneras que ostentan en sus pechos, no quedarán deshonrados
en manera alguna midiendo sus espadas con la de un soldado de honor como es la
de Juan Díaz.
Y diciendo esto, dio un puñetazo sobre el mostrador y salió, haciendo un ruido
infernal con su pierna de palo, y dejando a los retados sumergidos en la mayor
consternación.
Diez días después, el cura mosén Padín Morales, de acuerdo con el marqués María
de la Peña y don Justo de Cepeda, y concluida la misa mayor, dijo a su auditorio:
-Aunque no hace un año cabal que el pirata Sharp y sus compañeros incendiaron
esta ciudad, llenando de desolación a sus pacíficos habitantes, aún quedan entre
nosotros enemigos tan temibles como aquéllos. Uno de ellos ha desafiado al señor
marqués De la Peña y pretende liquidar también a don Justo de Cepeda-

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-¡Alto ahí señor cura; el soldado Castañeda responde por ese enemigo malo del que
usted habla!
Y el militar, haciendo resonar su pierna de palo en el pavimento de la provisional
Iglesia, avanzó algunos pasos en medio de la asombrada multitud, y continuó:
-Vosotros no entendéis de achaques de honor, per sépase que esta pierna y este
brazo, amén de un ojo que he perdido combatiendo por Su Majestad, me autorizan
para hablaros en cualquier lugar y ocasión. será no escuchar a este señor cura y sus
cómplices... !
Pero la influencia pudo más que la verdad. Ese mismo día el pueblo, amotinado,
expulsó de La Serena al soldado Juan Díaz, y éste al despedirse, camino a las
montañas, a su compadre Castañeda le dijo:
-Bueno, me destierran, pero no soy cobarde. No importa; arreglaré cuentas a mi
modo.
-¡Que me place, Juan!- respondió Castañeda- ¡Que me place! ¡Adiós, amigo, sabré
algún día de ti... !
Con el destierro de Juan Díaz todo volvió al sosiego primitivo. También los abusos.
Pero aconteció que una vez que salían de un fandango don María de la Peña y don
Justo de Cepeda, porque desde el reto habían convenido andar juntos, les salió al
encuentro sorpresivamente Juan Díaz.
-¿Qué sucedió?
Sucedió que los dos caballeros amanecieron muertos a estocadas. La desolación fue
grande. Solamente Castañeda con su pierna de palo decía, acariciando la empuña-
dura de su descomunal tizona:
-Bueno, y que se atrevan a insultar y ofender a un soldado que ha combatido por
Su Majestad. Ahora estoy contento. ¡Cuando yo decía que Juan Díaz saldaría esta
injusticia... !
El delegado del Santo Oficio, que a la sazón lo era don Martín de Riva, haciéndose
eco de la sociedad que con su fallo había condenado a Juan Díaz, y cumpliendo con
el sagrado deber de que estaba investido, hizo publicar un bando a son de trompetas,
en nombre de Su Majestad el Rey, ordenando, bajo severas penas, que todo estante,
habitante y transeúnte estaba obligado a aprehender al llamado Juan Díaz, alias
el Soldado, condenado a muerte por el delito de doble asesinato en personas muy
meritorias del gobierno y de Su Majestad.
Juan Díaz, por más empeño que se hizo, no fue aprehendido; se había ocultado en
un cerro al norte de la ciudad, y estaba dispuesto a vivir como ermitaño por el
resto de su vida. Pero el destino no quiso que así fuese.
En esta soledad Juan un día conoció y se enamoró perdidamente de la única hija
de un poderosísimo cacique de la zona. Al ver que a su romance se interponía
su condición de hombre blanco, y que el padre de la doncella también se oponía,
decidió raptar a la joven muchacha. Para luego casarse con ella en una capillita
muy oculta en los alrededores de La Serena, pues él era un ferviente cristiano.

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Y así fue. Un día el mozuelo irrumpió intrépidamente en el poblado indígena y
cogiendo a su amada del brazo, la montó en la grupa de su caballo y se dirigió con
ella a la ciudad.
Se cuenta que en el momento en que un cura amigo bendecía su matrimonio, gen-
tes de los alrededores llegaron hasta la capilla con gran alboroto, diciendo que el
cacique, a la cabeza de sus mocetones armados, se aproximaba a la ciudad, jurando
destruirla, después de matar a los enamorados. Por otra parte, al saber las autori-
dades que Juan Díaz estaba en la ciudad, organizaron una patrulla y se dispusieron
a aprehenderlo.
Nadie sabe lo que realmente pasó, pero lo cierto es que en los momentos en que el
cacique con sus guerreros pisó los suburbios, y los guardias enviados por la autoridad
llegaron a las proximidades de la capilla, ésta desapareció... ¿Qué sucedió? Dios,
que cultiva los grandes amores e imparte justicia divina, viendo que nada había más
grande que el amor de aquella pareja, y que se había cometido una grave injusticia,
envolvió las inmediaciones en un manto de luz que impidió ver la capilla a todo ojo
humano.
Ambos bandos recorrieron el campo por largo rato, pero la capilla había desapare-
cido como el vaho. Desde entonces y en ciertas noches, singularmente los Viernes
Santos, la capilla se hace visible a los que miran desde La Serena hacia lo que hoy
se llama el Cerro Juan Soldado, pero se borra poco a poco, ante los ojos de los que
pretenden llegar hasta ella".

“Juan Soldado”, versión libre de Antonio Landauro (fragmento).

3.- ¿Por qué el cacique amenaza con destruir la antigua ciudad de La Serena?
A) Es desafiado verbalmente por distintos ciudadanos españoles.
B) Se alía con los piratas ingleses para causar daño al poblado español.
C) Decide asaltar los dominios hispanos en busca de víveres para la subsistencia.
D) Los ciudadanos hispanos le declaran la guerra al poblado indígena al cual
pertenecía.
E) Desea vengar la traición de su hija, que escapa del poblado para desposarse
con Díaz, bajo una religión que no es propia de su cultura.

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Texto 3

Soneto 126

Desmayarse, atreverse, estar furioso,


áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

No hallar fuera del bien centro y reposo,


mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

Huir el rostro al claro desengaño,


beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;

Creer que un cielo en un infierno cabe,


dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Lope de Vega

4.- ¿Qué efecto produce el uso de hipérbole en los tercetos del soneto?
A) Exagera y recrea el ambiente haciéndolo más amoroso.
B) Exagera y por tanto deforma la realidad como la conocemos.
C) Aumenta la captación de la idea dándole grandeza.
D) Se opone a la primera idea que se dio sobre el amor.

5.- ¿Hay algo que le llame la atención en el uso de los adjetivos, dentro del soneto
126, de López de Vega?
A) Son mixtos
B) Son Símiles
C) Son contradictorios
D) Son escasos
E) Son demasiados

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Texto 4

¿Sabía Scrooge que estaba muetto? Claro que sí. ¿Cómo no iba a saberlo? Scrooge
y él habían sido socios durante no sé cuántos años. Scrooge fue su único albacea
testamentario, su único administrador, su único asignatario, su único heredero
residual, su único amigo y el único que llevó luto por él. Y ni siquiera Scrooge
quedó terriblemente afectado por el luctuoso suceso; siguió siendo un excelente
hombre de negocios el mismísimo día del funeral, que fue solemnizado por él a
precio de ganga.

Charles Dickens, “Cuento de navidad” (fragmento).

6.- Imagina que reescribes el relato de Dickens. ¿Cuál de los siguientes tópicos
literarios podría ser reescrito a partir de la información entregada sobre la muerte
del socio?

A) Collige, virgo, rossas.


B) Locus Amoenus.
C) Carpe Diem.
D) Beatus ille.
E) Ubi Sunt.

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Texto 5

Defensa del árbol

Por qué te entregas a esa piedra


Niño de ojos almendrados
Con el impuro pensamiento
De derramarla contra el árbol.
Quien no hace nunca daño a nadie
No se merece tan mal trato.
Ya sea sauce pensativo
Ya melancólico naranjo
Debe ser siempre por el hombre
Bien distinguido y respetado:
Niño perverso que lo hiera
Hiere a su padre y a su hermano.
Yo no comprendo, francamente,
Cómo es posible que un muchacho
Tenga este gesto tan indigno
Siendo tan rubio y delicado.
Seguramente que tu madre
No sabe el cuervo que ha criado,
Te cree un hombre verdadero,
Yo pienso todo lo contrario:
Creo que no hay en todo Chile
Niño tan malintencionado.
qué te entregas a esa piedra
Como a un puñal envenenado,
Tú que comprendes claramente
La gran persona que es el árbol!
El da la fruta deleitosa
Más que la leche, más que el nardo;
Leña de oro en el invierno,
Sombra de plata en el verano
Y, lo que es más que todo junto,
Crea los vientos y los pájaros.
Piénsalo bien y reconoce
Que no hay amigo como el árbol,
Adonde quiera que te vuelvas
Siempre lo encuentras a tu lado,
Vayas pisando tierra firme
O móvil mar alborotado,

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Estés meciéndote en la cuna
O bien un día agonizando,
Más fiel que el vidrio del espejo
Y más sumiso que un esclavo.
Medita un poco lo que haces
Mira que Dios te está mirando,
Ruega al Señor que te perdone
De tan gravísimo pecado
Y nunca más la piedra ingrata
Salga silbando de tu mano.

Nicanor Parra, Poemas y antipoemas.

7.- Según lo leído en el poema, ¿a qué hace referencia el hablante en los siguientes
versos?

“Seguramente que tu madre


No sabe el cuervo que ha criado”

A) A que la madre crió un cuervo inconsciente.


B) A que la madre abandonó al niño hace años.
C) A que el niño se transformó en cuervo por comerse la fruta del árbol.
D) A que él es un niño malo.
E) A que la madre desconoce en lo que se convirtió su hijo.

8.- ¿Qué elemento del género lírico se reconoce en los siguientes versos?
"Por qué te entregas a esa piedra
Niño de ojos almendrados
Con el impuro pensamiento
De derramarla contra el árbol.
Quien no hace nunca daño a nadie
No se merece tan mal trato.
Ya sea sauce pensativo
Ya melancólico naranjo
A) El uso de rima consonante.
B) El uso de lenguaje figurado.
C) El uso de octosílabos.
D) El uso de versos con rima libre.
E) Uso de estrofas de diez versos.

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Texto 6

Sacrificio de carteros

Me parece una burla la forma en la que el señor Montané se refiere al reciente


conflicto en Correos de Chile. Este señor señala que su hija “sufre por el Monito y
yo, por Correos”. favor! De haber pensado en los trabajadores, se habría aparecido
al menos una vez ante los que hicieron huelga de hambre o los que fueron a dormir
al Mapocho, pese a las bajas temperaturas de las noches. Pero se burla diciendo
que llegaba a su casa a ver la teleserie en que participa su hija. Yo soy hija de un
cartero de Rancagua, que le ha dedicado más de 25 años a Correos de Chile. He
visto cómo se sacrifica bajo más de 300C en verano y con frío y lluvia en invierno
debe salir a “mojar la camiseta”. Cómo me gustaría ver a este señor Montané en
algún lugar concurrido de Santiago realizando la pega de algún cartero.

Valerie Palma Escobar.


Las Últimas Noticias, 04-09-13 (adaptación).

9.- ¿Cuál de las siguientes opciones representa un hecho dentro del fragmento ante-
rior?
A) "He visto cómo se sacrifica bajo más de 300C en verano (...)".
B) "Yo soy hija de un cartero de Rancagua, que le ha dedicado más de 25 años a
Correos de Chile".
C) "Me parece una burla la forma en la que el señor Montané se refiere al reciente
conflicto en Correos de Chile".
D) "(...) me gustaría ver a este señor Montané en algún lugar concurrido de San-
tiago realizando la pega de algún cartero".
E) "De haber pensado en los trabajadores se habría aparecido al menos una vez
ante los trabajadores que hicieron huelga de hambre (...)".

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Texto 7

El cuerpo le pregunta al alma

¿Te acordarás de mí cuando me muera?


¿Recordarás la cara que tenía
cuando habitabas en mi carne y yo era.
morada de tus noches y tus días?

Liberada del tiempo y el espacio


¿en qué momentos me echarás de menos?
¿y en qué lugar recordarás despacio
el amor con su piel y sus venenos?

Alma que te disuelves en el todo


cuando perdida en lo inconmensurable
sueñes conmigo yo seré ceniza.

Extrañarás mi corazón de lodo


y anhelarás impúdica y sumisa
ser otra vez materia deleznable.

Oscar Hahn, Apariciones profanas.

10.- ¿A qué hace referencia el verso: “morada de tus noches y tus días”?
A) El alma habita en el cuerpo mientras dura la vida.
B) El alma visita en algunos instantes el cuerpo.
C) El alma descansa en el cuerpo y además le da vida.
D) El cuerpo hospeda al alma, incluso después de la muerte.
E) El alma destruye al cuerpo con sus acciones.

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Texto 8

Tú me quieres blanca

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.

Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas


las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!

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Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua;
habla con los pájaros
y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

Alfonsina Stroni.

11.- ¿A qué hace referencia la hablante con las palabras “blanca”, “nívea”, “nácar”?
A) A la frialdad.
B) A la pureza y la castidad.
C) A la blancura de la nieve.
D) A la ternura.
E) A la limpieza y la pulcritud.

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Texto 9

Romance del prisionero

Que por mayo era, por mayo,


cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día,
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.

Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

(Anónimo).

GLOSARIO:

Encañar: Sanear de la humedad las tierras por medio de encañados.


Calandria: Pájaro de la misma familia que la alondra, de dorso parduzco,
vientre blanquecino, alas anchas, de unos 40 cm de envergadura y pico grande
y grueso.
Cuitado: Afligido, desventurado.
Ballestero: Hombre que usaba la ballesta o servía con ella en la guerra.

12.- ¿Por qué el hablante lírico no sabe cuándo es de día y cuándo es de noche?
A) Porque se encuentra con los ojos vendados.
B) Porque se encuentra en una tumba.
C) Porque se encuentra en una prisión.
D) Porque se encuentra con los ojos malheridos.
E) Porque no lograba despertar del sueño.

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Texto 10

Romance de la niña negra

Toda vestida de blanco,


almidonada y compuesta
en la puerta de su casa
estaba la niña negra.
Un erguido moño blanco
decoraba su cabeza;
collares de cuentas rojas
al cuello le daban vueltas.
Las otras niñas del barrio
jugaban en la vereda;
las otras niñas del barrio
nunca jugaban con ella.
Toda vestida de blanco
almidonada y compuesta
en un silencio de lágrimas
lloraba la niña negra
Toda vestida de blanco
almidonada y compuesta,
en su féretro de pino
reposa la niña negra.
A la presencia de Dios
un ángel blanco la lleva;
la niña negra no sabe
si ha de estar triste o contenta
Dios la mira dulcemente,
le acaricia la cabeza
y un lindo par de alas blancas
a sus espaldas sujeta.
Los dientes de mazamorra
brillan a la niña negra
Dios llama a todos los ángeles
y dice: ¡Jugad, jugad con ella!

Fuente: Luis Cané

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13.- ¿Qué se puede interpretar de la siguiente estrofa?
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un féretro de pino
reposa la niña negra.
A) La niña negra fallece.
B) Las niñas se visten todas de blanco.
C) La niña negra descansa en un banco.
D) Las niñas van a descansar con la niña negra.

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Texto 11

1. NOVIA

¿Adónde me llevas?

2. LEONARDO

Adonde no puedan ir estos hombres que nos cercan.


¡Donde yo pueda mirarte!

3. NOVIA(Sarcástica).

Llévame de feria en feria, dolor de mujer honrada, a que las gentes me vean con
las sábanas de boda al aire, como banderas.

4. LEONARDO

También yo quiero dejarte si pienso como se piensa. Pero voy donde tú vas.
Tú también. Da un paso. Prueba.
Clavos de luna nos funden mi cintura y tus caderas.

5. (Toda esta escena es violenta, llena de gran sensualidad).

6. NOVIA
¿Oyes?

7. LEONARDO

Viene gente.

8. NOVIA

¡Huye!
Es justo que yo aquí muera con los pies dentro del agua,
espinas en la cabeza.
Y que me lloren las hojas, mujer perdida y doncella.

9. LEONARDO

Cállate. Ya suben.

10. NOVIA

¡Vete!

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11. LEONARDO

Silencio. Que no nos sientan. Tú delante. ¡Vamos, digo!

12. (Vacila la NOVIA.)

13. NOVIA

¡Los dos juntos!

14. LEONARDO (Abrazándola).

¡Como quieras!
Si nos separan,
será porque esté muerto.

15. NOVIA

Y yo muerta.

16. (Salen abrazados).

17. (Aparece la LUNA muy despacio. La escena adquiere una fuerte luz azul. Se
oyen los dos violines. Bruscamente se oyen dos largos gritos desgarrados, y
se corta la música de los violines. Al segundo grito aparece la MENDIGA y
queda de espaldas. Abre el manto y queda en el centro como un gran pájaro
de alas inmensas. La LUNA se detiene. El telón baja en medio de un silencio
absoluto).

TELÓN

(Fragmento “Bodas de sangre”, Federico García Lorca. Fuente:


https://www.biblioteca.org.ar/libros/153314.pdf)

14.- Según lo que se indica en el párrafo cinco, esta escena se caracteriza por ser:
A) Triste y sangrienta.
B) Violenta y llena de gran sensualidad.
C) Romántica y de gran sensualidad.
D) Violenta y triste.
E) Romántica y sangrienta.

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Texto 12

Entonces descendió Telémaco de la nave y Atenea iba delante. Y a él dirigió sus


primeras palabras la diosa de ojos brillantes: «Telémaco, ya no has de tener
vergüenza, ni un poco siquiera, pues has navegado el mar para inquirir dónde
oculta la tierra a tu padre y qué suerte ha corrido.
Conque, vamos, marcha directamente a casa de Néstor, domador de caballos;
sepamos qué pensamientos guarda en su pecho. Y suplícale para que te diga la
verdad; mentira no te dirá, es muy discreto».
Y le contestó Telémaco discretamente: «Méntor, ¿cómo voy a ir a abrazar sus
rodillas? No tengo aún experiencia alguna en discursos ajustados. Y además a un
hombre joven le da vergüenza preguntar a uno más viejo».
Y la diosa de ojos brillantes, Atenea, se dirigió de nuevo a él: «Telémaco, unas
palabras las concebirás en tu propia mente y otras te las infundirá la divinidad.
Estoy seguro de que tú has nacido y te has criado no sin 1a voluntad de los
dioses».
Así habló y lo condujo con rapidez Palas Atenea, y él siguió en pos de la diosa.
Llegaron a la asamblea y a los asientos de los hombres de Pilos, donde Néstor
estaba sentado con sus hijos, y en torno a ellos los compañeros asaban la carne y
la ensartaban preparando el banquete.
Cuando vieron a los forasteros se reunieron todos en grupo, les tomaron de las
manos en señal de bienvenida y les ordenaron sentarse. Pisístrato, el hijo de
Néstor, fue el primero que se les acercó: les tomó a ambos de la mano y los hizo
sentarse en torno al banquete sobre blandas pieles de ovejas, en las arenas
marinas, a la vera de su hermano Trasimedes y de su padre. Luego les dio parte
de las entrañas, les vertió vino en copa de oro y dirigió a Palas Atenea, la hija de
Zeus, portador de égidas, sus palabras de bienvenida: «Forastero, eleva tus
súplicas al soberano Poseidón, pues en su honor es el banquete con el que os
habéis encontrado al llegar aquí. Luego que hayas hecho las libaciones y súplicas
como está mandado, entrega también a este la copa de agradable vino para que
haga libación; que también él, creo yo, hace súplicas a los inmortales, pues todos
los hombres necesitan a los dioses. Pero es más joven, de mi misma edad, por eso
quiero darte a ti primero la copa de oro».
Así diciendo, puso en su mano la copa de agradable vino; Atenea dio las gracias al
discreto, al cabal hombre, porque le había dado a ella primero la copa de oro y a
continuación dirigió una larga plegaria al soberano Poseidón: «Escúchame,
Poseidón, que conduces tu carro por la tierra, y no te opongas por rencor a que
los que te suplican llevemos a término esta empresa. Concede a Néstor antes que a
nadie, y a sus hijos, honor, y después concede a los demás pilios una recompensa
en reconocimiento por su espléndida hecatombe. Concede también a Telémaco y a

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mí que volvamos después de haber conseguido aquello por lo que hemos venido
aquí en veloz, negra nave».
Así orando, realizó (ritualmente) todo y entregó a Telémaco la hermosa copa
doble. Y el querido hijo de Odiseo elevó su súplica de modo semejante.

Homero. La Odisea (fragmento). En:


http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/ObrasClasicas/_docs/Odisea.pdf

15.- ¿Qué elementos propios de la epopeya están presentes en este texto?


A) La explicación divina de un fenómeno.
B) La intervención de los dioses en el destino de los seres humanos.
C) Los dioses antropomórficos que se mezclan con los seres humanos.
D) La presencia de un héroe que es asistido por los dioses para lograr sus objetivos.

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Texto 13

Julio: Buenas noches. Esta comedia se llama Los Papeleros. Aquí se encuentra,
entre otras cosas, la vida de los “recuperadores de basura”. ¿Los
conocen?...Seguramente ustedes nos han visto en la calle, con el saco o con el
carrito, recogiendo en los tachos. Me llamo Julio Galdames y vivo en un Basural.
Por ahora trabajo en la calle (Indica su saco lleno de basura). Bueno, ya que salí
temprano mejor empiezo a recorrer antes que pasen los camiones municipales.
Con permiso.
Va hacia el tacho y con destreza empieza a apartar papeles del tacho que va
echando en el saco. Se oye cantar a la doméstica. El tigre, un adolescente que vaga
por las calles, de lejos lo observa.
Doméstica: (Sale con escoba barriendo) ¡Ya llegaron mugrientos! Oiga, a usted le
digo. Cuidadito con dejarme el desparramo, mire que acabo de barrer la calle.
Laya de flojos. . . ¿por qué no trabaja, mejor?
Julio: ¿Y esto? ¿No es na’ trabajo, entonces?
Doméstica: Recogiendo papeles. . . ¿Qué no sabe hacer otra cosa?
Julio: ¡Mírenla! Oiga, yo a cualquier oficio le pego, pero cuando la desocupación
como anda ahora, hay que agarrar lo primero que uno pilla. (Saca un tarrito y se
lo tiende). ¿No tuviera unas sobritas que me convide?
Doméstica: Bah...ya se cebó, ya. Dése a santo que le permita escarbar. Mi
patrona es muy estricta con la caridad. Tiene sus obras sociales en poblaciones
con el señor cura, pero me tiene prohibido darle a los pordioseros que vienen a
pedir con el tarrito. Chrs. Después se acostumbran y no se mueven más de la
puerta. Ya, ya. . . ¡córrase! Mire el desparramo que me está dejando, son peor que
los perros. . . (El se acerca y ella retrocede asustada) ¡No me eche sus pulgas! Ya,
mándese cambiar o llamo a los pacos. (Lo amenaza con la escoba y él levanta su
saco y por divertirse finge que la va a perseguir, ella entra, desapareciendo).
Julio: Arranque, mi’ hijita, arranque! que se la come el cuco (Ríe al ver que ella
se asusta. Luego ve al Tigre que, serio, lo está observando desde hace rato) Y
vos. . . ¿qué me miráis? ¿También le tenís miedo al cuco? (El tigre continúa
mirándolo) ¿Qué miráis tanto hocicón?
Tigre: ¿No se recuerda de mí? Me dicen el Tigre.
Julio: ¡Ah, puchas!... No me digáis que sos el hijo de mi hermana Romalia. ¡Nunca
te hubiera reconocido!
Tigre: Yo tampoco, de primera, no lo reconocí.
Julio: (Riéndose de sus harapos). Es que con estos chirpes también, uno anda
como disfrazado. . . ¿No ves que me entré de ‘recuperador de basura’? Ha estado
muy embromá la cosa este invierno. Me tuve que abocar a los papeles. Bueno, que
por el invierno no más, Vos sabís que de oficio soy alfarero, pero siendo trabajo a
la intemperie, con la lluvia se termina. Este es oficio muy mortificante sobre todo
pa’ las piernas. Se camina mucho. Mira allí en esa colchonería me tienen ofrecido
unos fletes. Pero no he ido por la lesera de los documentos.

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Tigre: ¿No tiene documentos?
Julio: El carnet se me perdió y la Libreta del Seguro. . . te vas a reír, cabro, pero
fíjate que la hice pedacitos en un arrebato que me vino. Resulta que fui al seguro
porque andaba enfermo del estómago. Bueno, me dieron una obleas. Como al mes
tuve que volver porque me vino una ventolera a este oído, y ¿me vais a creer? me
dieron las mismas “idéunticas obleas”. Los desgraciados creyeron que no me iba a
dar cuenta. Total me bajó la furia y agarré la libreta ahí mismo, en la puerta, se
las desparramé. ¡Pa que aprendan a jugarse con los ahorros del pobre! (Siguiendo
la mirada del Tigre) ¿Qué me miráis, oh? ¿Los chirpes? (Ríe para disimular su
vergüenza). Si esta es la ropa de trabajo, pues iñor. ¡Qué terná guanta con este
oficio?
Tigre: (Indicando el sac) Debe ser embromado, ¿ah?
Julio: (Agresivo) ¿Qué cosa?
Tigre: Que lo vean a uno escarbando. . .
Julio: Bah. ¡Qué tanto miramiento con los papeles sucios! ¿De dónde creís vos
que sacan el papel nuevo? de aquí. ¿Y la fonolita y el cartón? de aquí. Esto
alimenta la industria, todito se aprovecha : la tira, el hueso, el “vidrio”, el metal.
Sin contar que es también la mina del pobre: con suerte te podís encontrar su
cucharita de plata, o su reloj de oro. ¡ahí tenís!.
Tigre: Chitas. . . ¿Así que ahora los futres echan a la basura sus relojes de oro?
Julio: (Ríe). No seáis aturdido. Mira, yo colijo que algún vivo se los embucha
(Gesto de escamotear) y en cuanto se ve en apuros, lo echa al tarro “adiós te
fuiste”. Y a la salida está este rotito esperándolo. La media farra que nos pegamos
con el Miguel Nuñez y el Pata pa-adentro cuando el Pata se encontró un
prendedor de este volado, ¡puro metal fino! Esa si que fue romolienda por la
madre. . .
Tigre: Total si usted está conforme. . .
Julio: (Cambio) ¿Conforme? Está loco, iñor. ¿Quién iba a estar conforme con
esto? (Pausa). Claro que es mejor salir a cogotear. Tampoco me gusta andar
estirando la mano en una esquina. Esto, sucio será, pero es trabajo honrado. No
hay que andar rogando a nadie ni mostrando documentos. Bueno, es que vos no
sabís de estas cosas, cabro, no has pasado urgencias. (Se toca el estómago). En el
campo, es otra cosa. (Pausa)

Fragmento “Los papeleros”, Isidora Aguirre.


http://www.memoriachilena.gob.cl/archivos2/pdfs/MC0035801.pdf

16.- ¿Cuál es el propósito comunicativo del texto leído?


A) Informar sobre la calidad de vida de las personas “recuperadoras de basura”.
B) Entretener al lector a partir de una temática sencilla y divertida.
C) Denunciar los problemas sociales que nos aquejan como sociedad.
D) Presentar problemas de personas comunes que tienen defectos, debilidades y
vicios.

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Texto 14

Hammurabi: el conquistador de Mesopotamia

-Con el arma poderosa que me habían prestado el divino Zababa y la divina


Ishtar, con la agudeza que me dio el divino Ea, con la fuerza que me donó el
divino Marduk, aniquilé a los enemigos de arriba y abajo, extinguí la resistencia y
volví placentera la vida del País-. Así de contundente se muestra Hammurabi, rey
de Babilonia, cuando relata sus éxitos militares en el texto del código legal que
lleva su nombre. Triunfos que, en efecto, debió a los tres dones que le concedieron
los dioses mesopotámicos: de poco le hubiera servido al monarca tener armas
poderosas sin la agudeza y el ingenio necesarios para saberlas utilizar en el
momento preciso, y sin la habilidad para combinarlas con la diplomacia y la
paciencia, que tan bien sabía administrar el soberano, el predilecto del dios
Marduk.

Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/hammurabi-conquistador-
mesopotamia_8932/6

17.- Con base en el relato de Hammurabi, el conquistador, ¿cuáles fueron los dones
que le concedieron los dioses mesopotámicos para alcanzar los triunfos?
I. La sabiduría de los dioses y la valentía de un guerrero.
II. El físico varonil y un cuerpo esculpido como el de un dios.
III. Agudeza e ingenio para usar las armas en los momentos indicados.
IV. Diplomacia y paciencia para no dejarse llevar cuando está luchando con armas.
A) Solo I
B) Solo II
C) Solo III
D) Solo I y III
E) Solo III y IV

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Texto 15

ÁNIMAS DE DÍA CLARO. (Alejandro Sieveking). Fragmento.

Comedia en dos actos.

El decorado representa el jardín de una casa de campo abandonada, cercana a


Talagante.
A la izquierda está el sendero que conduce al camino y una verja que separa el
jardín de la quinta. A la derecha, la casa, de la cual se ve el típico corredor
frontal. En el techo, corontas de maíz, oscurecidas por el tiempo. Al fondo se ven
los árboles secos de la quinta, entremezclados, blancos, que dan un ambiente
irreal. La escena permanece vacía por un rato y solo se oye, de vez en cuando, la
canción de un grillo perdido en el jardín. Por la izquierda entran Indalicio y Nano,
cautelosamente; son dos jóvenes de poco más de veinte años. Al abrir la puerta de
la verja se quedan con ella en la mano y la dejan a un lado.
Miran hacia la casa con recelo.
NANO: (Mirando hacia atrás). Y el Eulogio no se divisa toavía.
INDALICIO: Ese es re demoroso pa too.
NANO: ¿No se irá a perder?
INDALICIO: No. Yo le ‘ije qu’ era frente a los sauces.
NANO: ¡Aaaah!... (Temeroso). Esta es la casa, pus.
INDALICIO: ¡Echémosle un vistazo, como mientras!
NANO: No seai animal, oh, no te vayai a meter ei, vis que penan!
INDALICIO: ¡Qué van a penar!
NANO: ¿No te digo? Si ei penan.
INDALICIO: Pero de día no, pus. De noche será. Pá que te voy a ‘ecir, yo de
noche no vengo ni amarrao, pero ahora. . .
NANO: No, oh, si aquí penan hasta de día.
INDALICIO: Y, ¿Cómo sabís tanto, tú?
NANO: ¡Bah! Pero si Oña Vicenta, la tía ‘e la Luchita, es re’nterá en estas
custiones de aparecíos. . . (Una de las viejas jaulas que cuelgan en el corredor, cae
sorpresivamente al suelo. Indalicio y Nano, aterrados, corren a esconderse detrás
de un árbol. Después de un momento, ríen nerviosamente y reanudan la
conversación).
A veces cuando tú andabai en Santiago, yo m’iba pa la casa ‘e la Luchita, a ver
si. . . a ver si me resultaba, pues. . . No me resulto ná, pero ¡no sabís too lo

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quí’aprendi d’estas custiones de ánimas! Mira, la tía’e la Luchita dice qu’estas
custiones son re’mbromás, ¡re serias! No son inventos. Dice que las ánimas
son. . . difuntos que no se van ni al cielo ni al infierno porque’stán “reteníos”, eso
dijo.
INDALICIO: No entendí esa custión.
NANO: Es que. . . Yo te voy a’ecir. Parece que a la gente que se muere sin hacer lo
que más quería, el alma se les queda pegá en la tierra, esperando. Y parece,
tamién, que no pueen descansar hasta que se cumple lo qu’estaban esperando.
INDALICIO: ¡Ah!... Y en esta casa, ¿Por qué penarán? ¿Sabís tú?
NANO: Dicen que aquí vivían unas hermanas, eran seis, y se murieron toas
solteronas.
INDALICIO: Ah. . .
NANO: Y están las seis ahí, esperando. . . Oye, y tu primo, el Eulogio, ¿pá qué se
quiere comprar el terreno este?, ¿por qué no elige otro?
INDALICIO: Pero si entuavía no lo ha visto. Si ese no sabe ná. Algún vivo, por
ahí, se lo recomendó. . . .pero el güerto es güeno, güena tierra.
NANO: Los árboles ‘tan secos.
INDALICIO: ¿Cuántos años qu’está abandonao esto?
NANO: Unos quince serán. O más. . .
INDALICIO: ¿Y hai visto la casa por dentro. . . ?
NANO: ¿Tai chiflao? Pero si está lleno de ánimas, esto.
INDALICIO: Pero de día, digo yo.
NANO: ¡Puchas no querís entender! ¿no te digo que aquí hay ánimas hasta de día
claro. . . ?
INDALICIO: De toos moos yo voy a entrar cuando llegue el Eulogio. . . Oye, ya
m’está preocupando este; ya debía estar aquí.
NANO: Seguro que pajareando por aquí y por allá debe estar. Y ese animal que le
pasaste no corre ni a empujones.
INDALICIO: ¿El Ñato? Si ese es re corredor, oh. . .
NANO: Se nota. . . como no se ha demorao ná
INDALICIO: ¡Es que el Eulogio, es re calmao! Además que no le pega mucho al
galope, parece.
NANO: ¿No se habrá caído?
INDALICIO: Capacito.
NANO: Vamo’ a ver, será mejor.
INDALICIO: Parece que lo que tú querís es irte ¿ah? Si no se va a aparecer nadie,
oh. . . Y si aparece ¿Qué? Tú le tenís muchazo mieo ¿ah? A mí me tinca que son
puros cuentos. ¿Tú creís de verás en estas cuestiones. . . ?

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NANO: Más o menos.
INDALICIO: No seai, oh. Acerquémonos un poco a la ventana y le pegamos una
loreaíta pa’entro.
NANO: ¿Tú te atrevís?
INDALICIO: Claro, pus. Vamos.
(Se abren lentamente las ventanas y la puerta. Los dos amigos se quedan
estupefactos. Aparecen unas viejitas de unos 80 años, muy simpáticas. Los amigos,
con grandes gritos de susto salen corriendo, atropelladamente, hacia el camino)
BERTINA: ¡Oigan! ¡Oigan! Espérense. . . ¡Ay! ¡Qué gente más lesa! Too porque
una es ánima, se arrancan.
ZELMIRA: ¿Qué pasa que se van corriendo?
BERTINA: ¡Esta gente, pues, niña! Cualquiera creería qu’iuna se los va a comer.
Acérquense, chiquillas.
FLORIDEMA: ¿Pa que queri’s que nos acerquemos, niña?
BERTINA: No, si no’es ná. . . Ei’tan esas benditas tencas, de nuevo, pero ahora no
tienen ná que comerse.
ORFILIA: Antes que nos daba rabia, ¿te acordai? Too el día a pieirazo limpio pa
que no se comieran los damascos maúros y siempre volvían otra vez.
LUZMIRA: Y los gorriones. . . ¡No hay caso con los gorriones!
ZELMIRA: ¿De qué estábamos hablando?
ORFILIA: De los gorriones.
ZELMIRA: Ah, si pue’ los gorriones se ponen coloraítos cuando se le acercan las
gorrionas.
FLORIDEMA: ¿De qué estai hablando, niña? Ya empezaste a divariar.
ZELMIRA: No estábamos hablando de los... ¿de qué estábamo’ hablando?
FLORIDEMA: De cualquier cosa, menos de los gorriones con las gorrionas.
ZELMIRA: Eso es lo que tienen las gorrionas... Son como desmemoria’.
ORFILIA: Ya. Se callaron el par de lesas.
LUZMIRA: ¿Y la gente que salió gritando?
FLORIDEMA: Eran unos chiquillos.
ORFILIA: Y uno era re güen mozo.
BERTINA: Yo no sé porque si’arrancó.
LUZMIRA: De verte tan re fea, sería.
BERTINA: ¿Fea?
LUZMIRA: Es que’andai más vieja que nunca hoy día.

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BERTINA: ¿Ando vieja? Mira si seré lesa. . . No me di cuenta. Si vuelven, voy a
ponerme joven y los voy a recibir di’unos 50 años.
ORFILIA: Menos pues, niña. Como andai de 80 ahora, 50 te parece poco.
BERTINA: ¿De 20. . . ?
FLORIDEMA: Eso sí, pues.
BERTINA: Voy a estar de 20 cuando vuelvan. Me gustaría que volvieran.
LUZMIRA: ¿Pa qué?
BERTINA: Pa conversar y pa. . .
ORFILIA: ¿Queris qu’ese tipo te bese pa’irte al cielo?
BERTINA: No. No me quiero ir nál cielo toavía, ¿Qué voy a hacer yo allá arriba?
¡Hay tanto ángel! Y la tierra es tan re bonitaza. . . .Tan re bonita qu’es ¿no?...Oye
Chiquillas, si alguien me besa, ¿de veras que me voy a ir p’al cielo. . . ?
FLORIDEMA: Claro ¿Qué no era eso lo que más queriai? ¿Lo que nunca se
cumplió. . . ?
BERTINA: Es cierto. . . ¡Nunca nadie me besó! ¿Por qué sería?
LUZMIRA: No te pongai triste, no pensís en eso.
BERTINA: Pero me voy a quedar con las ganas, no pienso irme al cielo. Con lo
güeno que es Dios para perdonar, no ha de haber ni’una nube desocupá.
ZELMIRA: ¿Tú creís?
18.- Los personajes Indalicio y Nano son dos jóvenes campesinos, esto se aprecia en:
A) la descripción al comienzo del texto.
B) sus acciones.
C) el tema de conversación que sostienen.
D) el registro de habla que utilizan.

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Texto 16
LA RANA QUE QUERÍA SER RANA AUTÉNTICA
“Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se
esforzaba en ello. Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente
buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no,
según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el
espejo en un baúl. Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor
estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse
(cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás aprobaban y
reconocían que era una Rana auténtica. Un día observó que lo que más
admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se
dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y
sentía que todos la aplaudían. Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que,
dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se
dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír
con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía Pollo.”
Augusto Monterroso
(http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/monte/ranaque.htm)
19.- ¿Por qué la Rana guarda el espejo en el baúl?
A) Porque para ella era más importante la opinión de los demás que su propio
reflejo.
B) Porque se dio cuenta que su único recurso era arreglarse y vestirse para verse
elegante.
C) Porque la imagen reflejada en el espejo dependía de sus estados de ánimo.
D) Porque quería ocupar su tiempo en desarrollar la belleza de sus piernas.

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Texto 17

20.- El producto que se busca vender en esta publicidad es:


A) televisores
B) canales de fútbol
C) zapatillas de fútbol
D) limpiadores de zapatillas

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