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Introducción
Política sanitaria
La política sanitaria proporciona un marco para las acciones de promoción de la salud referentes a
determinantes sociales, económicos y ambientales de la enfermedad. La política sanitaria puede
interpretarse como un conjunto de decisiones sobre metas estratégicas para el sector de la salud,
junto con los medios para lograrlas. La política se expresa en normas, prácticas, reglamentaciones
y leyes relativas a la salud de la
La política general o gestión pública es la suma de las decisiones que configuran una sociedad. La
política general proporciona un marco para el desarrollo, por ejemplo, de la producción industrial
y agrícola, la gestión empresarial y los servicios de salud. Delimita el abanico de opciones que se
presentan a las organizaciones y los individuos, influyendo así directamente en el medio ambiente
y los hábitos de vida. La política general es un determinante fundamental de la salud de la
población. Las políticas sanitarias se consideran a menudo en un sentido restringido, referido
específicamente a la asistencia sanitaria y la organización de servicios de salud. No obstante, la
salud depende de una gran variedad de decisiones políticas que van más allá del campo médico o
sanitario. Una verdadera política sanitaria debe proporcionar un marco para acciones de
promoción de la salud que comprendan sus determinantes sociales, económicos y ambientales.
La influencia de la epidemiología suele estar mediada por la opinión pública. En muchos países, los
políticos responden a la opinión pública en lugar de guiarla. La atención creciente que los medios
de comunicación dedican a la investigación epidemiológica ha permitido una mayor sensibilización
de la opinión pública al respecto. La epidemiología tiene a menudo una influencia considerable en
la política general, pero no es el único factor en juego. Una dificultad importante en la aplicación
de la epidemiología a la política general es la necesidad de emitir un juicio sobre las causas de una
enfermedad y las decisiones a tomar cuando los datos disponibles son incompletos. Algunos
epidemiólogos piensan que su acción se limita a la investigación epidemiológica, mientras que
otros consideran que deberían participar directamente en la aplicación de los resultados a la
política general. Esta diferencia refleja preferencias personales, sociales y culturales. Si un
problema de salud es controvertido, como ocurre en la mayoría de los casos, los epidemiólogos
que participan en las discusiones de política general pueden ser acusados de falta de
imparcialidad. Cuando la epidemiología se aplica a la política general en un país determinado,
deben tomarse decisiones difíciles sobre la importancia de la investigación realizada en otros
países. En efecto, muchas veces es imposible y probablemente innecesario repetir estudios
importantes. No obstante, a menudo son necesarios datos locales para defender un cambio de
política o intervenciones costosas ante las autoridades del país. Los datos locales producen un
"recuento de cadáveres" que puede crear el impulso necesario para llevar a cabo acciones
preventivas.
impulsar la evaluación de los efectos de los procesos no mortales sobre la salud global de
la población;
• informar la discusión de las prioridades de los servicios de salud; e
• impulsar la investigación sanitaria y el desarrollo del sector.
Es más fácil planificar y evaluar programas cuando se cuenta con indicadores sinópticos como los
años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD), que tienen en cuenta tanto la
mortalidad como la incidencia. Las variaciones de cada parámetro se reflejan de manera estándar
y pueden utilizarse para seguir las variaciones a lo largo del tiempo.
Casi todas las políticas afectan a la salud. Muchas decisiones de las instituciones gubernamentales
y de los organismos no gubernamentales tienen un impacto significativo sobre la salud. La
preocupación por la salud y la equidad debe ser constante en todas las áreas de política general,
por ejemplo:
las políticas agrícolas influyen en la disponibilidad, el precio y la calidad de la carne y los
productos lácteos;
las políticas fiscales y las leyes reguladoras de la publicidad influyen en el precio y la
disponibilidad de los cigarrillos o de ciertos productos alimentarios beneficiosos para la
salud, como la fruta; y
las políticas de transporte influyen en la contaminación atmosférica urbana y en el riesgo
de lesiones y traumatismos relacionados con el tráfico de automóviles.
Este enfoque general de política social contrasta con muchos aspectos de las políticas de salud
habituales, orientadas preferentemente hacia grupos o individuos y que prestan poca atención a
la acción general a nivel poblacional. La Declaración de Ottawa para la Promoción de la Salud
(1985) afirma que en la salud influyen decisiones muy diversas y destaca que la política sanitaria
no es responsabilidad exclusiva de los ministerios de salud. En la Declaración de Bangkok para la
Promoción de la Salud en un Mundo Globalizado (2005) se afirma que la promoción de la salud
implica el aumento de la capacidad de decisión y la influencia de todos los sectores y la acción
sobre los factores que influyen globalmente sobre la salud (véase el recuadro 10.2). Uno de los
objetivos de una política general favorable a la salud es que las personas tengan mayor control
sobre su propia salud y puedan mejorarla. Cada individuo desempeña un papel en el proceso que
conduce al logro de los objetivos de las políticas generales favorables a la salud.
Recuadro 7.2. Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos (GOARN)
La red mundial de alerta y respuesta ante brotes epidémicos (GOARN, del inglés Global
Outbreak Alert and Response Network) se desarrolló como parte de la respuesta mundial al
síndrome respiratorio agudo grave (SRAG), para hacer frente a enfermedades emergentes
potencialmente epidémicas.
En esta red colaboran instituciones y redes capaces de reunir recursos humanos y técnicos para
una rápida identificación, confirmación y respuesta ante brotes epidémicos de importancia
internacional. Esta red contribuye a la seguridad sanitaria mundial
En el 2003 las granjas avícolas asiáticas se vieron afectadas por el virus H5N1, altamente
patógeno, que en 2005-2006, se propagó epidémicamente a regiones de Europa y África y motivó
el sacrificio de 40 millones de aves para contener la difusión del virus. Los seres humanos no se
contagian fácilmente. En efecto, la mayoría de los 258 casos humanos confirmados hasta
noviembre de 2006 tenían antecedentes de contactos directos y prolongados con aves de corral o
patos domésticos infectados.
No obstante, esta trasmisibilidad baja tiene lugar en el contexto de una letalidad muy alta (50%
de los casos confirmados). El período de incubación en seres humanos es de 2 a 8 días. El virus
provoca fiebre alta y una neumonía que no responde a los antibióticos. El virus tiene, en teoría, la
capacidad de evolucionar hacia una forma que podría propagarse fácilmente en seres humanos.
La estrategia principal para hacer frente a una eventual pandemia humana es contener los brotes
epidémicos aviares y humanos, evitar la propagación del virus H5N1 a nuevos países y reducir las
ocasiones de infección humana.