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Carlos Martínez Rentería, la barbarie contracultural.

Por Gerardo Anceno.

Carlos Rentería está sentado en la mesa del rincón de la cafetería la Juanita con una cuba
en la mano. Trae un saco rojo de terciopelo y un bastón negro, en la mesa está su libro la
bruja blanca.
-Gracias por darnos tiempo, Carlos sabemos que es lo que menos tienes.
-Depende, si esta entrevista acaba en una buena fiesta, para eso siempre hay tiempo.
El escritor, periodista y promotor cultural está enfermo y eso lo sabe, porque la fiesta
también cobra la factura.

--¿Cómo ha vivido Carlos Martínez Rentería?


--Siempre contracorriente, siempre siendo políticamente incorrecto, siempre siendo
valiente, aunque también he tratado de huir en las madrugadas, las madrugadas me han
enriquecido, he hecho muchas cosas en la madrugada, convivido con mucha gente, hice
mi poemario Barbarie que tiene un apartado de las madrugadas.

Martínez Rentería confiesa ha sido testigo de la actividad cultural de esta ciudad, nos
habla de ésta por ejemplo en los talleres que se dan en la Pulquería Insurgentes que
concentra talleres, presentaciones de libros y algunas otras actividades relacionadas con la
cultura.

“Realizamos en promedio tres actividades por personas, a veces hasta vienen a pedirnos
espacios para sus eventos, han venido decenas de escritores, gente como José Agustín,
Juan Villoro, Guillermo Fadanelli, hemos tenido también eventos con lecturas de poesía y
muchas otras cosas más”, señala al tiempo que bebe su una copa de ron con coca.

Asimismo, indica que la pulquería también ha sido espacio para la revista Generación, que
hace poco cumplió 25 años y que ha sido “una revista contracultural con contenidos no
comerciales”.

--¿Qué significa exactamente contracultural para ti, tiene que ver con el movimiento de
los hippies o del beat y todo eso?

La contracultura no es algo que pertenezca a una época determinada. En el momento que


hay cultura hay contracultura. Es una dialéctica que marca los movimientos culturales de
cada época. La contracultura es tan movible o más rápida aún que la cultura misma. De
hecho, la contracultura es lo que le da el movimiento a la cultura. Si no hubiera
contracultura, la cultura estaría muerta.

--¿Cuál es la contribución de la revista Generación a la sociedad mexicana?

Yo creo que plantear la idea de que siempre se debe defender la libertad se pueden
encontrar caminos para que la cultura sea difundida.

Y es que como lo señaló el escritor Guillermo Fadanelli, lo que ofreció Carlos a la revista
Generación fue lo que alguien sin recursos tiene en bandeja: su tiempo y vida, su
imaginación y su argucia.

Carlos Rentería toma un trago a su bebida, pide tiempo para firmar un libro a un fan y
tomarse una fotografía con él. Las personas lo buscan, lo siguen, tiene una gracia natural
para caerle bien a las personas.

En la Juanita, Leopoldo uno de los dueños va y viene con tragos para algunos invitados,
Carlos bromea con él sobre que no le debe faltar en ningún momento un trago en su
mano.

Escritores, periodistas, artistas, directores de espacios culturales, cantinas y pulquerías


han pasado por este lugar por alguno de los eventos que organizó Carlos Martínez
Rentería el poeta autor de los poemarios Barbarie, De las mujeres y el no tiempo y Polvos
Blasfemos.

--En otra faceta tuya eres también un activista por la regulación de las sustancias
psicoactivas ¿Es necesario legalizarlas?

Tengo cerca de 30 años en ese tema, desde que fundamos la revista Generación, en los
años 80. Desde entonces hemos difundido la propuesta de despenalizar la mariguana, que
ha sido una lucha muy difícil porque todas las expectativas apuntaban a que nunca
ocurriría y al paso del tiempo casi es una realidad, aunque falta un último paso. De todas
maneras, la Suprema Corte dijo que no se puede prohibir el consumo de mariguana. Y así
es indispensable que suceda con otras drogas.
Para la despenalización de la mariguana partimos del principio del derecho a la
personalidad, que debería regir para otras sustancias que tienen propiedades curativas o
paliativas del dolor.

En la bruja blanca defiendes la cocaína. ¿Son solo dichos de adicto?

La bruja blanca está compuesta por expertos que hacen un análisis sobre la legalización de
la cocaína. Está comprobado médicamente que algunas sustancias como los hongos no
deberían estar prohibidosese mismo principio aplica para la hoja de coca, en el caso
particular de la cocaína también es el mismo principio. Tiene derecho a consumirla
cualquier ciudadano mayor de edad, que no genere conflicto en la sociedad por su
consumo. Es como con el alcohol que es permitido.

Entendemos que las variantes son muy diferentes a la mariguana y el daño que puede
generar su abuso, pero si vamos a considerar el daño a la salud entonces el alcohol y el
tabaco deberían prohibirse, prohibir con el pretexto de la salud pública no se sostiene.

Y en el libro justamente hay activistas mexicanos como Zara Znapp, que también está
entrevistada en el libro. Ella es una internacionalista que pertenece precisamente a un
grupo mundial de académicos, que tienen como lema “Coca regulada, coca garantizada”.

En América Latina la violencia del narcotráfico ha sido durísima. Hay estudiosos serios del
tema, como un fiscal colombiano, que vive aquí en México, Antonio de Grey, que se
pronunció después de la despenalización de la mariguana. Está también Carlos Samudio,
que es el que hace el periódico La Dosis, quien tiene una tesis y maestría en Antropología,
el fenómeno de los dealers, les llaman camellos o vendedores narcomenudistas. A
nuestros gobiernos ya les quedan pocos argumentos para seguir prohibiendo.

Y entreviste también a Gady Zabicki, que ahora es el Comisionado Nacional contra las
Adicciones, quien obviamente planteó la perspectiva del daño que hace la adicción a la
cocaína. No estamos hablando de una sustancia inocente, pero este psiquiatra corrobora
que no todo consumidor es un adicto y desde luego yo creo que cualquier persona seria
que trabaja el tema de drogas acepta y defiende que el problema es la prohibición.

Leopoldo trae otra bebida para Carlos al menos ha cumplido el mandato de no dejarle
nunca sin trago.

--A ti personalmente, ¿te han construido intelectualmente las drogas?

Yo creo que sí. Mira, es muy difícil advertir totalmente la distancia entre la creación y el
consumo de sustancias, porque yo puedo decir que he desperdiciado demasiado tiempo.
He dejado demasiadas cosas pendientes, me siento muy dañado físicamente. Pero no
estoy seguro que si tuviera la posibilidad de elegir. Seguramente decidiría haberlo hecho
como lo he hecho hasta ahora. A pesar de todo lo que he pagado por hacerlo, creo que no
sería yo de otra manera. Es muy ocioso decir que si yo viviera una vida tranquila cuántos
libros podría haber publicado. Si desperdiciará menos tiempo tendría tres o cuatro libros
más. Pero no puedo asegurarlo. A lo mejor sería un viejo demasiado aburrido. Que de
todos modos lo soy.

La dignidad de la equivocación

--Háblame de quién es Carlos, qué lo apasiona, qué lo preocupa y cómo ve su futuro.


El futuro no llega aún, el pasado ya pasó, me preocupa y me ocupa el aquí, el ahora.

--Qué ha sido ser papá para ti


Fíjate que ha sido una convivencia que para muchos podría ser enfermiza, pero para mí
fue como que muy normal. De hecho, por ahí se cuentan anécdotas de cuando llevaba a
mi hijo chiquito a una cantina, lo hacía más que por la irresponsabilidad de lo que eso
significa, sino porque a mí me parecía algo normal. Para mí las cantinas son lugares
digamos con una gran carga de emoción, de hospitalidad incluso. Lugares donde se puede
conversar, se puede convivir de una manera bastante fraterna. Yo no tengo una carga
negativa en torno a muchas experiencias ligadas al alcohol. Nunca he sido alguien
violento, aunque sí me ha tocado convivir con violentos, pero en general mi convivencia
con el alcohol, salvo las problemáticas con la salud, no ha sido un conflicto. Yo no
encontré la contradicción de mis aficiones etílicas en la convivencia con mi hijo. Nunca lo
ha existido, aunque para él cuando era más chico en algún momento sí le resulto
incómodo. Sí hay como una distancia en cuanto a lo amoroso, pero durante toda mi vida
conviví más o menos bien con estas dos perspectivas de mi vida. Hasta que mi esposa me
abandonó… por borracho.

Martínez Rentería tiene muchas facetas mantiene la actividad de impulsar espacios de


contracultura, como el cabaret Bombay, la pulquería Insurgentes, la Juanita Coffeeshop.
En medio de los muchos mensajes que hubo ayer en Facebook y Twitter, precisamente, en
el muro de La Juanita Coffeeshop se recordó que el 11 de diciembre, el festival ‘¡Viva el
Mole de Guajolote! Fiesta estridentista por los 33 años de la Revista Generación’.

¿Qué batallas crees que te ha tocado librar?


La primera, por la libertad creativa, la tolerancia y la irreverencia cultural, se prolongó
durante los 33 años y todo lo que se generó alrededor de ella; la segunda fue la batalla
que le ganó a la paternidad: mi hijo Emiliano es la síntesis de todos los esfuerzos y todas
mis pasiones intelectuales y afectivas y la tercera sería la de la salud, la he librado.

Un rapidito

Vamos a echarnos un rapidito. Estudiaste periodismo has de saber muy bien de qué se
tratan las entrevistas de ping pong, un rapidito como el que leí que te echabas una noche
de copas mientras sonaba la alerta sísmica.
¿Dónde leíste eso? Sabes demasiado de mí, dijo mientras se terminaba su trago.

Qué es lo que más te irrita?


No hacer o decir algo en el momento en que tenía que hacerlo.
¿Cuál es tu mejor momento del día?
Cuando la euforia invade las madrugadas.
¿Cuál es tu mayor miedo?
No morir antes que mi hijo.
¿Cuál consideras que es tu gran defecto?
Decir siempre lo que pienso.
¿Qué es lo que más valoran de ti tus amigos?
Pregúntales a ellos.
¿Qué cosa te desagrada más de la gente que te rodea?
La hipocresía y la mezquindad.
¿A qué persona viva y muerta admiras?
Viva: Joaquín Sabina. Muerta: Bukowski, Juan Rulfo, Alí Chumacero, puro borracho, jajaja.
¿Qué es un artísta?
Un bárbaro
¿Equivocación?
Dignidad y certeza

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