del uso y gestión eficiente del agua para su progreso como civilización. A lo largo de la historia, existen numerosas ciudades que se han valido de su proximidad a las laderas de los ríos y mares para desarrollar su economía en base al agua. Las civilizaciones más antiguas de nuestra historia se asentaron a orillas de los grandes ríos del planeta como el Tigris y Éugrates (en la antigua Mesopotamia) o el Nilo (en Egipto). La abundancia de agua en estas zonas hizo que el ser humano la utilizará para el transporte y la agricultura, siendo esta última la base del desarrollo económico de muchas de las ciudades del pasado. Sin embargo, no todas las comunidades se caracterizaron por el aprovechamiento de los recursos hídricos que disponían, otras lo hicieron por su capacidad de crear mecanismos que les permitían la obtención de agua. Se trata de zonas de clima árido, como Irán, en las que se construyeron los qanats para la extracción de aguas subterráneas a través de un sistema de galerías. Estos avances en materia hidráulica todavía siguen vigentes en la actualidad y marcaron los inicios del desarrollo de este sector. Saber aprovechar y gestionar de forma eficiente el agua supone crear y establecer sociedades mucho más productivas a nivel agrícola y conectadas gracias a la comunicación fluvial. Todo esto implica una necesidad de control que garantice el aprovechamiento de los recursos hídricos. Y de esta idea nacieron las ciudades- estados encargadas de gestionar las obra hidráulicas y asegurar la productividad como sociedad. Características de las sociedades hidráulicas: Las sociedades hidráulicas comparten una serie de características que son: Son civilizaciones antiguas y consideradas las primeras en la historia. Se caracterizan por el aprovechamiento de los recursos hídricos. Se asientan y desarrollan en las proximidades y laderas de los ríos y mares. El principal motor económico de este tipo de sociedades es la agricultura, gracias a la gestión eficiente del agua. Utilizaban los ríos como medio de transporte así como fuente de alimento. Fueron los precedentes para las sociedades modernas. Gracias a la gestión eficiente de los recursos hídricos, estas sociedades fueron capaz de llevar a cabo una organización de cooperación a gran escala. Origen de las sociedades hidráulicas Las sociedades hidráulicas comenzaron a desarrollarse hace 6.000 años antes de Cristo. Las primeras civilizaciones vivían de la caza y recolección de frutos. Eran nómadas, se desplazaban de un lugar a otro en busca de alimento adaptándose a las circunstancias de cada zona. Posteriormente, estas comunidades comenzaron a asentarse en zonas próximas a los ríos y mares. Descubrieron que, con la bajada del caudal, las tierras quedaban expuestas siendo mucho más fértiles y productivas. Esto provocó que la agricultura se convirtiera en el principal motor de estas comunidades. Pero antes de que esto fuera así, tuvieron que estudiar y aprender a cómo aprovechar las crecidas del agua para sacarle el mayor rendimiento.