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La tilde diacrítica.

Es la que sirve para diferenciar palabras que por lo demás se escriben igual. Las palabras con
tilde diacrítica pueden ser muy diferentes: desde adverbios, hasta preposiciones, pasando por
posesivos.

Para poner el acento diacrítico no es suficiente que las dos palabras se escriban o pronuncien
de igual manera. Tienen que pertenecer a una clase gramatical distinta, tener una función
gramatical distinta y, en general, ser tónicas. Y esta diferente función gramatical es lo
decisivo para la aplicación de la regla del acento diacrítico.
Por ejemplo: de es preposición, y dé es forma verbal del verbo dar; se es pronombre reflexivo
impersonal, y sé es forma verbal tanto del verbo saber como del verbo ser.

Por tanto, si dos palabras que se escriben o se pronuncian de igual manera pertenecen a la
misma clase de palabras, es decir, tienen la misma función gramatical, por ejemplo ambas
son verbos, no hay que diferenciarlas con el acento diacrítico.
Es el caso de ve que puede significar ver o ir, pero en ambos casos es un verbo en modo
imperativo. Por tanto no lleva acento diacrítico en ningún caso por pertenecer las dos
palabras a la misma categoría gramatical y al mismo modo verbal.

Pueden dividirse los casos de tilde diacrítica en el de los monosílabos; el de los


pronombres, adverbios interrogativos y adverbios exclamativos, y en algunos otros.

Ejemplos de la tilde diacrítica:

¿Cuándo llegaste?
Cuando manejaba en la carretera vi dos gatos..

Tú eres muy alto.


Tu armario es grande.

José se puso nervioso en su exposición.


Sé que la mejor solución es la que luna dijo.

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